El versículo al que hace referencia dice esto:
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. (Malaquías 3:8)
Y luego, en el versículo 10, dice:
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Malaquías 3:10)
Elizabeth, quiero presentarte la frase: “dar de gracia”.
Esos pasajes del Antiguo Testamento fueron mandatos dados al pueblo de Israel. Muchos pastores que usan el Antiguo Testamento para hablar sobre la necesidad del diezmo generalmente se refieren a ofrendar el 10% de su salario. El problema es que al leer el Antiguo Testamento detenidamente, uno descubre que habían varios diezmos que el pueblo de Israel debía dar. Al sumarlos todos, estaban obligados a dar una cantidad cercana al 25% de lo que tenían. Además de eso, habían ofrendas de gracia que consistían en dar más allá de lo requerido. Los diezmos, en pocas palabras, eran el impuesto de Israel para cuestiones tanto religiosas como gubernamentales.
Al final de los evangelios, Jesús ascendió al cielo y se estableció la iglesia. La iglesia no es el pueblo de Israel. La iglesia no está obligada a seguir el sistema de sacrificios, diezmos y ceremonias del Antiguo Testamento. A la iglesia, Dios le dio un modelo distinto de ofrendar que se encuentra en 2 Corintios 9:7
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Corintios 9:7)
Este es el principio de la gracia. Cada uno de nosotros debe determinar ante Dios lo que daremos, y lo debemos hacer con alegría. Algunas personas pueden dar el 10%. Otros pueden dar 12%, 20% o 5%. La verdad clave con respecto a la gracia es dar según Dios le guía y orar por un espíritu generoso.
Gracias por su pregunta.
Stephen