Introducción
El autor evangélico Robert Alden escribió: Desde 1955, el puro conocimiento de los hechos se ha duplicado cada cinco años. Nuestra generación posee más datos sobre el universo y la personalidad humana que todas las generaciones anteriores juntas. Piénselo de esta manera: los graduados de la escuela secundaria de hoy han estado expuestos a más información sobre el mundo que Platón, Aristóteles y los Apóstoles. Solo en términos de hechos técnicos, ni Aristóteles ni el Apóstol [Pedro] podrían aprobar un examen de ingreso a la universidad hoy”. Alden escribió esto en 1983.[i]
Un informe reciente de la Secretaría de Educación nos informaba que para el año 2000 los conocimientos técnicos se duplicaban cada 2 años; pero ahora – escuche esto – el conocimiento técnico se duplica cada 72 horas.
Un autor lo expresó de esta manera: Ahora estamos preparando a los estudiantes universitarios para ocupar trabajos que no han sido creados, utilizando tecnologías que no han sido inventadas para crear soluciones a problemas que aún no existen. ¿Cómo se prepara para ese tipo de mundo?
Una de las cosas asombrosas de la Palabra de Dios es el hecho de que Dios nos proporciona instrucciones sobre los asuntos reales de la vida que nunca pasan de moda.
Mientras que la tecnología cambia; y las culturas y los países cambian; mientras que los líderes políticos y los gobiernos y las naciones van y vienen; La palabra de Dios no solo perdura, sino que continúa equipándolo en el siglo XXI con tanta relevancia y sabiduría como equipó a los creyentes que vivieron en el primer siglo.
Y uno de los problemas con los que se enfrentaban estos creyentes tenía que ver con la forma de responder a su papel como ciudadanos de Roma, mientras que al mismo tiempo buscaban vivir fielmente como ciudadanos del cielo.
Su gobierno y cultura se estaba volviendo hostil y difícil. La calumnia, y la marginación de los cristianos se estaban poniendo de moda.
¿Cómo iban a responder y vivir sabiamente? Esta es la misma pregunta que nos estamos haciendo hoy, como nunca antes.
¿Cómo responde el cristiano en una cultura que ha educado con éxito a una generación para que crea que la libertad de religión en realidad significa liberarse de cualquier tipo de influencia religiosa? Sus creencias religiosas deben mantenerse puertas adentro y luego mantenerlas en secreto.
¿Cómo puede vivir en una generación que intenta desesperadamente borrar cualquier mención del Dios Creador y Su palabra inspirada? ¡Los cristianos del siglo I y los cristianos del siglo XXI necesitan saberlo!
El Apóstol Pedro está en el proceso de entregar la respuesta en el capítulo 2 de su carta inspirada.
Y es una respuesta bastante sorprendente, y muy necesaria hoy en día.
Comienza en 1 Pedro, capítulo 2. Le invito a abrir su Biblia allí. Pedro escribe en el versículo 13,
Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien (Esa es la descripción divina del rol del gobierno; castigar al malo y alabar al justo).Porque esta es la voluntad de Dios: que, haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos.
En otras palabras, viva con la actitud de sumisión a la ley justa de tal manera que haga callar las calumnias en su contra, como que usted es un traidor y rebelde y alguien indiferente a las personas. De esa manera puede silenciar a sus acusadores. Ese fue el tema de nuestro último estudio.
Instrucciones para Ciudadanos Cristianos
Ahora, Pedro ofrece instrucciones aún más breves para vivir sabiamente en un clima políticamente hostil. De hecho, lo que quiero hacer es separarlas en 7 instrucciones diferentes:
- La primera es simplemente esta: no importa cómo se sienta, ¡en realidad eres libre!
Note, el versículo 16 comienza diciéndonos que actuemos como personas libres.
En otras palabras, no importa cuán restrictivo o represivo sea el gobierno o la cultura donde Dios lo ha asignado para vivir y servir, nunca olvide que en realidad usted es el único que es verdaderamente libre.
Piénselo, usted ha sido liberado de la condenación y el juicio y todas las penas eternas del pecado –
- ha sido libertado del pecado (Romanos 6:18);
- porque [Cristo] nos librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados (Colosenses 1:13)
- si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres (Juan 8:36).
¡Usted es el que está libre! Y las cadenas que lo puedan atar son temporales y pronto serán reemplazadas por la gloria de quién usted realmente es y a dónde pertenece realmente.
- En segundo lugar, nunca use su libertad para vivir descontroladamente.
Note de nuevo el versículo 16. [Actúen] como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo.
La palabra traducida pretexto se relaciona con un velo o una cubierta que se pone sobre un objeto que alguien está tratando de ocultar.[ii]
También lleva la idea de una máscara. En otras palabras, no esconda su pecado detrás de la máscara de la libertad cristiana. No ocultes tu pecado detrás del vocabulario religioso de la libertad cristiana. Quizá no haya otra doctrina que se pervierta, tuerza y malinterprete tanto como la de la libertad cristiana.[iii] Es por eso que Pedro agrega esta advertencia tan rápido.
El apóstol Pablo hizo lo mismo cuando escribió a los gálatas y les advirtió que no usaran su libertad como ocasión para la carne (Gálatas 5:13). Pedro va a advertir a los creyentes en su segunda carta sobre el hecho de que las personas que prometen libertad a otros en realidad están esclavizadas a la corrupción (2 Pedro 2:19).
Ser libre en Cristo no significa que tenemos una vida libertina, de pecado, donde todo vale.[iv]
Pablo escribió a los corintios que evidentemente habían adoptado el lema: “Todo me es lícito”. Y ese eslogan, por supuesto, los había sumergido en una variedad de actividades sexuales y tolerancia. Y Pablo les escribió el sabio lema que dice: “Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen” (1 Corintios 6:12).
Un teólogo comentó sobre este texto diciendo que nuestra libertad en Cristo no significa que somos libres de hacer lo que nos gustaría hacer; significa que somos libres de hacer lo que debemos hacer.[v]
Que es exactamente por lo que Pedro agrega, en tercer lugar;
- Recuerde que has sido liberado solo para ser dominado por Cristo.
Note nuevamente el versículo 16. Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.
La palabra que Pedro usa, traducida “siervo”, puede traducirse mejor como esclavo. Representaba el nivel más bajo de servidumbre en el mundo grecorromano; sin embargo, para los creyentes describía su gozosa libertad como aquellos que ahora estaban bajo el dominio de Cristo.[vi]
Esta es la paradoja del cristianismo: Usted ha sido liberado de la esclavitud del pecado y la muerte, solo para convertirse en esclavo de Jesucristo. ¡Pero vaya Amo que tenemos!
Esta es en realidad la paradoja de la vida para todos. Todos están bajo el dominio de algo o alguien; todos son esclavos de lo que sea que exija de ellos su máxima lealtad. La pregunta no es, ¿es usted un esclavo? La pregunta es, ¿de quién eres esclavo?
O será esclavo de su propia voluntad, de su propia vida, de su propia carrera, de sus propios planes, de sus propios deseos, de su propio cuerpo, de su propio intelecto; o será un esclavo bajo el dominio de Cristo y le dará a Él su voluntad, su vida, su carrera, sus planes, sus deseos, su cuerpo y su intelecto. Así que ¿De quién es esclavo hoy? ¿Qué lo domina?
Y Pedro está implicando que los esclavos de Cristo son los mejores ciudadanos: los siervos del reino de Dios producen el mejor servicio a los reinos de la tierra.
Ahora, con eso, Pedro da cuatro órdenes aún más breves que se suman a su sabio consejo para los ciudadanos cristianos.
- Número cuatro en nuestra lista; pase lo que pase, muestre respeto por todos
Pedro escribe en el versículo 17. Honrad a todos.
Él no nos está diciendo que honremos todo lo que hacen los seres humanos, sino que mostremos respeto a todos los seres humanos. ¿Por qué? Porque creemos que todo ser humano ha sido creado a imagen de Dios (Santiago 3:9).
El verbo honrar aquí significa tratarlos como lo valiosos que son.[vii] Son criaturas inmortales y las tratamos, sin importar quiénes sean, con un sentido de respeto sabiendo que Dios las ha creado de acuerdo con Sus propósitos y que tienen valor inherente y eterno.
Por cierto, esta es la misma palabra que Jesucristo usó en Mateo 15, donde le dijo a su audiencia que honraran a su padre y a su madre. ¡La misma palabra!
No los trate egoístamente; no los maltrates; no los deseche; no los use para obtener ganancias financieras. Trátelos con respeto.
La idea de honrar a cada ser humano era un pensamiento radical para estos lectores originales. Su mundo tenía una visión increíblemente insensible de la vida en el imperio romano.
Cuando Pedro escribió esta carta, había al menos 60 millones de esclavos en el Imperio Romano.[viii] La vida era barata.
El evangelio cambió su perspectiva. Tanto es así que Pablo le dirá a un dueño de esclavos que debía darle la bienvenida a su esclavo fugitivo como un hermano.
No importa cuál sea su posición social, color de piel, etnia o posición económica, honre a cada ser humano.
Escuche, el mundo en los días de Pedro y en nuestros días debe saber que cuando conocen a un cristiano, van a conocer a una persona que muestra respeto por todos en esa oficina, ese salón de clases, ese vecindario, pase lo que pase. Esa debe ser la reputación del cristiano.
Me encanta la forma en que un creyente abordó este tema cuando estaba debatiendo con un ateo. Él le hizo esta pregunta al filósofo y profesor de Oxford llamado Jonathan Glover. Profesor Glover, si usted se quedara varado a medianoche en una calle desolada del centro de la ciudad; y si, al salir de su automóvil averiado con miedo y temblor, de repente escuchara pasos fuertes y risas detrás de usted, y viera a diez jóvenes altos que acababan de salir de un edificio cercano y se dirigen directamente hacia usted, ¿le importaría o no saber que estaban saliendo de un estudio bíblico?”.
¿No haría eso una gran diferencia, incluso para un ateo? Debería hacer un mundo de diferencia. Y este es el punto de Pedro: la reputación de los cristianos es que son respetuosos con todos.
El teólogo Edmond Hiebert escribió en su destacado comentario del Nuevo Testamento que este mandamiento por sí mismo es suficiente para asestar un golpe mortal a cualquier tipo de conflicto racial.[ix] No tratamos a nadie con desdén o desprecio, sino con respeto y dignidad.
La cura para eso nunca será más educación o un nuevo trabajo; la cura siempre será la salvación y un nuevo corazón.
Pedro dice, quiero que los ciudadanos cristianos en todas partes demuestren este nuevo corazón mostrando respeto por cada ser humano.
- Número cinco – No olvide amar profundamente a su iglesia
Versículo 17– Amad a los hermanos.
Este término hermanos aquí se refiere a toda la iglesia. Puede traducirse también como la hermandad. Ve a todos los creyentes como una unidad.[x]
Pedro sabe que naturalmente vamos a mostrar respeto por las personas de nuestra comunidad que nos muestran respeto. Vamos a ser amables con los que nos tratan amablemente.
Pero Pedro nos llama a ir más allá y respetar a cada ser humano con el que nos encontremos, simplemente por el hecho de que son creados por Dios; independientemente de su respuesta o actitud para con nosotros… y eso es mucho más fácil de leer en el texto, que obedecer en la vida.
Y ahora con este mandato, Pedro sabe que naturalmente amaremos a ciertos cristianos; vamos a amar a aquellos en la iglesia que nos aman… a los que son fáciles de amar.
Pero de nuevo, Pedro nos llama a ir más allá y amar a todos los creyentes, simplemente por el hecho de que están en la hermandad. Son miembros de la familia.
Y el verbo que Pedro usa para amor es agape, la forma más fuerte de amor comprometido. Rechaza la posibilidad de desunión; se niega a sí mismo; busca servir en lugar de ser servido. Es el amor de Cristo demostrado al morir por nosotros.
Así que ahora también se nos ordena amar profundamente a los que Cristo ama profundamente. ¿Cómo es posible tener este amor? Solo cuando tiene un cierto tipo de reverencia por Dios.
Lo que nos lleva al siguiente mandamiento. El sexto consejo en esta lista de sabios consejos para los ciudadanos cristianos es el siguiente:
- En todo momento, viva con temor reverente hacia Dios
Pedro escribe en el versículo 17: Temed a Dios.
Temer a Dios es reverenciar a Dios; priorizar a Dios; de hecho, si no está seguro de quién está primero en su vida, si Dios o usted, toda su vida será confusa.
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:8). Es decir, la vida se vuelve confusa cuando uno se niega a decidir quién es el primero.
Sin temor reverente a Dios, toda la vida se cubre de niebla. Y, por cierto, Pedro usa el tiempo presente en este mandato imperativo como diciendo, “no se detengas.” Porque en cualquier momento un cristiano puede volver a colocarse en primer lugar. Así que Pedro escribe, no dejen de reverenciar a Dios. No dejen de poner a Dios primero.
Esa relación no debe estar en primer lugar. Ese deseo no debe ser lo primero. Esa meta no es lo primero… y si esa relación o deseo o meta relega a Dios un segundo lugar, o peor aún, lo lleva a olvidarlo, es mejor que se deshaga de esa relación, o deseo o meta.
Pero ¿cómo luce una vida que teme al Señor? Déjeme darle tres características:
Primero, existe un hambre de leer la palabra de Dios.
David escribió: “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera” (Salmo 112:1). En el Salmo 119:103 David escribe: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.”
Entonces, el que teme al Señor desea Su palabra. Para decirlo de otra manera: realmente no está temiendo al Señor a menos que esté leyendo Su palabra.
Pero el temor del Señor es más que solo leer la palabra.
En segundo lugar, existe el deseo de aplicar la verdad de la palabra de Dios.
David escribió en el Salmo 128:1, Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos.
Salomón lo explicó también en Proverbios 14:2 donde dice: El que camina en su rectitud teme a Jehová.
Entonces, una persona que teme al Señor no solo lee la palabra y aplica la verdad de la palabra, sino también:
En tercer lugar, pone su confianza en la palabra de Dios.
David escribió en el Salmo 147:11: “Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia”.
David establece una relación entre temer al Señor y esperar en las promesas y la provisión del Señor, aunque tarden en llegar. Eso es lo que significa temer al Señor.
Ahora, Pedro nos da un sabio consejo más;
Primero, permítame repasar lo que hemos visto hasta el momento:
- Número 1, no importa cómo se sienta, en realidad eres libre
- Segundo, nunca use su libertad para vivir descontroladamente
- Tercero, ha sido liberado solo para ser dominado por Cristo
- Cuarto, pase lo que pase, muestre respeto por todos
- Quinto, no olvide amar profundamente a la iglesia
- Sexto, en todo momento, viva con temor reverente hacia Dios
Uno más:
- Número 7; no importa quién sea, muestre respeto por aquellos en autoridad
El versículo 17 concluye el tema diciendo: Honrad al rey.
Parece haber un poco de ironía, si no de humor, en la mente de Pedro.
Él usa el mismo verbo que usó antes donde nos ordenó honrar a todas las personas, como diciendo: “no deje fuera”, lo cual es fácil de hacer. Trátelo con respeto también. No solo con la intención de recibir algo de parte de él, sino porque es el gobernante designado, comisionado y ordenado por Dios que, logrará el cometido de Dios. Como verá, Nerón podría estar gobernando, pero Dios es soberano, sobre todo – incluso su elección de gobernador. Así que respete el oficio tanto como pueda.
Una excelente ilustración de esto es Pablo. Él estaba de pie ante el Sumo Sacerdote Ananías, un sinvergüenza, un malvado hipócrita que se esconde detrás de la máscara de la piedad y la religiosidad. Él planeaba matar a Pablo también, pero antes de que la multitud de judíos pudiera alcanzarlo, los guardias romanos habían rescatado a Pablo.
Algún tiempo después, Pablo se presentó ante Ananías y el Sanedrín, la Corte Suprema judía (Hechos 23).
Por cierto, algunos eruditos del Nuevo Testamento creen que el aguijón en la carne de Pablo era algún tipo de enfermedad que afectó su vista, y esta ocasión es uno de los argumentos para llegar a esa conclusión.
Pablo se dirige al sanedrín y dice:
Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?
En otras palabras, “Cómo te atreves a violar la ley al mandar que me golpeen en un lugar donde se supone que se respeta la ley”.
Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?
Evidentemente, Pablo no reconoció quien estaba dando la orden. Y lo que uno esperaría es que ahora Pablo tomara más confianza y atacara directamente a Ananías. Pero, en lugar de eso, inmediatamente se disculpa y dice: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.
La respuesta de Pablo ofrece grandes implicaciones: Él no gritó más fuerte. Él no amenazó ni se volvió loco. En cambio, se disculpó y actuó con respeto por el simple hecho de la posición de autoridad que ocupaba este hombre.
No puedo sino pensar en Daniel, otra ilustración maravillosa, y con esto termino.
Daniel fue secuestrado por un país extranjero. Nunca volvería a casa, incluso después de 80 años de fiel servicio a tres reyes diferentes.
Pero siempre se dirigió a Nabucodonosor con respeto por su posición. Más tarde, Daniel incluso se dirigió ante el malvado rey Belsasar usando su título honorífico. Daniel trató con respeto a Darío, el siguiente rey, incluso después de que lo arrojara al foso de los leones.
Y al final, tanto Nabucodonosor como Darío llegaron a reconocer la gloria y la majestad de Jehová y conocer que es el Dios vivo y verdadero.[xi]
Entonces, como ciudadanos en este mundo, ¿cómo hablamos, e interactuamos con aquellos en nuestra cultura e iglesia y en posiciones de autoridad? Bueno, escuche la palabra de Dios – actúe como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
Y quién sabe, tal vez algunos de ellos observen su actitud y su respuesta y lleguen a la verdad y se unan a usted en adorar, reverenciar y honrar al Dios vivo y verdadero.
Este manuscrito pertenece a Stephen Davey, predicado el 2017
© Copyright 2017 Stephen Davey
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[i] Robert L. Alden, Proverbs: A Commentary on an Ancient Book of Timeless Advice (Baker, 1983), p.7
[ii] D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH, 1984), p. 169
[iii] William Barclay, The Letters of James and Peter (Westminster Press, 1976), p. 207
[iv] Life Application Bible Commentary: 1 & 2 Peter/Jude (Tyndale House, 1995), p. 66
[v] Barclay (paraphrased), p. 207
[vi] John MacArthur, 1 Peter (Moody Publishers, 2004), p. 152
[vii] Juan R. Sanchez, 1 Peter For You (The Good Book Company, 2016), p. 105
[viii] Barclay, p. 208
[ix] Hiebert, p. 171
[x] Hiebert, p. 170
[xi] Adapted from John Phillips, Exploring the Epistles of Peter (Kregel, 2005), p. 11