Introducción
Si saca el tema del cielo en una conversación, va a recibir miles de opiniones al respecto.
Muchísimos libros narran las supuestas visiones y visitas al cielo que sus autores tuvieron, generalmente cuando luchaban entre la vida y la muerte. Estas revelaciones nos muestran un cielo que es muy fácil de imaginar; y la mayoría de las veces, el cielo que se describe es un reflejo de las creencias del autor. Por ejemplo, un hombre dijo que, en el cielo, vio una gran bodega llena de partes humanas (corazones, ojos, piernas, etc.), listas para ser enviadas a la persona que las pide y las declara en fe.
Evidentemente, a este autor se olvidó de que desde que el pecado entró al mundo, Dios puso en nuestros cuerpos el proceso de envejecimiento que eventualmente va a resultar en nuestra muerte. Ese es el resultado del pecado. Porque la paga del pecado es ¿que? Muerte (Romanos 6:23).
Es, en parte, por el sufrimiento y la muerte – las consecuencias del pecado – que deseamos con ansias que el Señor redima todas las cosas definitiva y finalmente.
Nuestro mundo está envejeciendo y también está en camino a ser redimido definitivamente.
Pablo escribió que por causa del pecado,
La creación fue sujetada a vanidad… (Romanos 8:20)
En otras palabras, no va a durar para siempre.
… Toda la creación gime a una…
…y no sólo ella, sino que también nosotros mismos… gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo
(Romanos 8:22-23).
Aunque cuidamos de nuestro cuerpo y de nuestro planeta como buenos administradores de lo que Dios nos ha dado, entendemos que, a fin de cuentas, lo más importante no es una nueva pierna o un nuevo pulmón. Lo que cada creyente anhela es la redención y la glorificación final de su cuerpo, un nuevo cielo y una nueva tierra sin rastros del pecado y sus consecuencias. Allí es cuando la mortalidad se vestirá de inmortalidad; donde,
La deshonra resucitará en gloria… [y la] debilidad resucitará en poder (1 Corintios 15:43).
Es normal tener curiosidad acerca de esta transición a la inmortalidad. El problema es cuando leemos las fuentes incorrectas.
Muchos de los libros populares que hablan acerca del cielo, lo describen como ir a un complejo vacacional o a una reunión familiar. Sin embargo, si abre las escrituras y lee las visiones de Daniel, Ezequiel y el apóstol Juan, va a encontrarse con que ellos quedan cautivados con la presencia de Dios. Su enfoque principal es tratar de describir la gloria de Dios que va más allá de nuestra imaginación.
Las personas quieren saber más acerca de su futuro, y más que nada quieren saber como controlarlo.
Hace poco, leí acerca de un hombre que supuestamente recibió un tour por el cielo. Después de una luchar entre la vida y a la muerte en el quirófano, este hombre dijo que volvió con la misión de canalizar las enseñanzas del apóstol Juan. El empezó a enseñar que Dios es una fuerza que está en cada uno de nosotros, por lo tanto cada uno puede determinar su propio destino y crear sus propias circunstancias.[i]
En otras palabras, Dios es solo una fuerza y usted tiene esa fuerza. Por lo tanto usted es Dios y Dios es usted.
Varios años atrás, estas ideas eran consideradas una locura. Hoy, gracias a los programas de televisión, instituciones académicas, y aún predicadores, esta es una creencia común y aceptada.
Hoy, “unidad universal, potencial humano, salud holística, consciencia divina, y divinidad interior,” son términos conocidos y usados.
La idea que une todas estas enseñanzas es que uno puede hablar o pensar su propio destino; podemos crear nuestro propio mundo – lo que queramos. Detrás de todo esto, yace la idea de que nosotros somos soberanos.
Rhonda Byrne, autora del éxito de ventas titulado, El Secreto, escribe.
Tu eres Dios en un cuerpo humano. Tu eres Espíritu encarnado. Tu eres vida eterna expresándose en tu ser… tu eres todo poderoso. Tu eres completamente sabio. Tu eres toda completamente inteligente. Tu eres la perfección. Tu eres el creador, y tu estas creando tu propia vida sobre este planeta.
La tierra gira sobre su órbita para ti… las aves cantan para ti. El sol sale y se pone para ti… Mira alrededor. Nada de esto podría existir sin ti. Sin importar quien crees que eres, ahora sabes la verdad de quien tu realmente eres. Tu eres el jefe del universo. Tu eres el heredero del reino. Tu eres la perfección de vida. Ahora tu sabes el Secreto.[ii]
Este no es un secreto, esta es una mentira tan vieja como el jardín del Edén. “Eva, ¿no querrías ser igual a Dios? (Génesis 3). Este secreto, entre comillas, no es más que la vieja mentira de la serpiente.
Mi amigo Erwin Lutzer, pastor de la iglesia Moody, predico una vez acerca de este tema así que le pedí su manuscrito. Permítame leer un extracto de lo que predicó.
[Estos falsos maestros enseñan que] toda su vida ha sido creada por usted. Usted piensa y el Universo responde a sus pensamientos. Sus pensamientos movilizan al universo a través de personas, circunstancias y eventos para cumplir sus deseos. “Dele una orden al Universo. Déjele saber al universo que es lo que usted quiere. El universo responde a sus pensamientos. El universo se va a arreglar a sí mismo para realizar lo que usted quiere.” En otras palabras, usted recibe exactamente lo que piensa.
Pero, imagine decirle eso a los sobrevivientes del holocausto. Usted recibió exactamente lo que estaba pensando – usted solo atrajo su sufrimiento con sus pensamientos negativos.
El sermón de Erwin provocó mi interés así que me metí al internet para investigar un poco más acerca de esto. Encontré frases como, “Es casi como si el universo está escuchando todo lo que usted dice y todo lo que usted piensa y dice “oh, eso es lo que quiere”… ¿como puede el universo traerte algo bueno [si no estás pensando positivo] si estás hablando negativamente? Por eso le enseñamos a las personas a amarse a sí mismas, y a apreciar quienes son.”
Esto se vende en las librerías y se ve en la televisión. Este tipo de filosofía ha influenciado a millones de personas.
Y si nos ponemos a pensar por un segundo, se va a dar cuenta que estas personas han reemplazado a Dios con el universo. El universo es el dador y sostenedor de su vida.
Pero la Biblia dice que
…todo don perfecto viene de Dios… (Santiago 1:17)
No del universo.
Es interesante también que estas filosofías le han dado atributos divinos al universo, como omnipresencia, omnipotencia, y omnisciencia. De esa forma, el universo puede oír nuestras palabras, y leer nuestros pensamientos (omnisciencia); y no solo los nuestros, sino que los de todo el mundo al mismo tiempo (omnipresencia); y luego, tiene el poder de llevarlos a cabo (omnipotencia).
Pero al fin y al cabo, el universo no es su dios, sino un títere. Uno es el soberano que mueve los hilos del universo, porque nuestras palabras y nuestros pensamientos ordenan el universo a nuestro placer.
No es de sorprenderse que esta filosofía es tan popular. Nos permite adorarnos a nosotros mismos sin vergüenza, y nos da la habilidad de demandar que se haga nuestra voluntad; y luego, nos promete que el universo está a nuestra disposición para que nuestra voluntad se lleve a cabo en la tierra, tal como lo demandamos.
Escuche lo que dijo un hombre que verdaderamente recibió un tour por el cielo, y que vio la gloria de Cristo personalmente. Ahora que conocía los misterios del cielo, ¿acaso volvió a la tierra para determinar su propio destino y declarar su propia voluntad? Escuche lo que dijo el apóstol Pablo en su carta a los Corintios.
Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias.
Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere
(1 Corintios 4:17, 19).
“Si el Señor quiere.” Subraye esas palabras. Pablo está diciendo, “la voluntad de Jesucristo es la que determina mi futuro.”
Escuche lo que dice Santiago en su carta,
¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana…
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;
(Santiago 4:13-16).
El creer que podemos crear o determinar nuestro futuro a fuerza de voluntad y pensamientos positivos, según la Escritura, es soberbia, arrogancia, egocentrismo, jactancia, y en resumen, es malo.
Dios no cumple nuestras ordenes – nosotros cumplimos las suyas. Dios no es nuestro sirviente – nosotros le servimos a Él.
Para vivir de forma sabia, debemos vivir orando,
Señor, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo (Mateo 6:10).
“¡Oh no! Así no es como deberías pensar,” dirían muchos escritores, celebridades y líderes religiosos. “tu eres el jefe del universo, el heredero al reino. Declara tu voluntad y piensa positivo.
Querido oyente, las falsas religiones no cambian mucho alrededor del mundo y a través del tiempo.
Con frecuencia las falsas religiones convierten a Dios en una fuerza mística, y convierten al ser humano en Dios. Dios es solo una fuerza, una energía, un poder; y nosotros somos parte de él. De hecho, nosotros lo controlamos a través de nuestros pensamientos y palabras.
Las personas quieren saber más acerca de su futuro, quieren saber el secreto del futuro del universo, y nosotros lo tenemos, querido oyente. Nosotros tenemos el secreto.
Hay un libro secreto que revela el futuro del universo y la humanidad, y usted tiene una copia de ese libro.
Vayamos a Apocalipsis 5, donde encontramos el libro secreto, junto con la persona – note eso. No una fuerza o una consciencia mística, sino una persona – que es capaz de abrir el libro y controlar soberanamente el futuro de todo el universo.
El Libro Secreto – ¿Quien es Digno de Abrirlo?
Le invito a abrir su Biblia en Apocalipsis 5:1-4. En el contexto de la gloria de Dios en el cielo, que estudiamos en el programa pasado, Juan dice,
Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro [o rollo] escrito por dentro y por fuera sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
En el mundo antiguo – de hecho, hasta el siglo 2 D.C. – la literatura era escrita en rollos de pergamino o cuero. El pergamino era el más común ya que era más económico. Los pergaminos eran hechos a base de papiro – una planta que crecía junto al rio Nilo, y el resultado era semejante a una larga hoja de papel amarillento, o café claro.[iii]
Aquí en Apocalipsis, vemos que Dios el Padre está sosteniendo un rollo, y el texto nos dice en el versículo 1 que este rollo estaba escrito en ambos lados.
Habían varios documentos en el mundo antiguo que eran sellados con siete sellos. Uno de ellos era el testamento. Un testamento romano era sellado por siete testigos. Cada uno de los testigos debía poner su sello personal en el documento, el cual no podía ser abierto, a menos que los siete testigos estuvieran presentes. De cierta forma, el rollo en Apocalipsis 5 es el testamento de Dios – sellado por el testimonio perfecto de su Espíritu (…quién es descrito como las siete lámparas de fuego, los siete espíritus de Dios, etc.).[iv]
El futuro del universo va a ser determinado por la voluntad de personas insignificantes como nosotros; no está bajo el control de nuestras palabras y pensamientos. El futuro del universo esta determinado por la voluntad y la palabra del Dios todopoderoso.
El hecho de que la voluntad de Dios está escrita en ese testamento, implica que su voluntad para el futuro de la humanidad ya sido determinada y establecida, y es inmutable, inalterable, e inamovible.[v]
En la antigüedad, había otro tipo de documento que también era sellado con siete sellos, y eran los títulos de propiedad.
De hecho, en Jeremías 32, Dios le dice a Jeremías que compre una porción de tierra en el territorio de Benjamín por 17 siclos de plata. La propiedad iba a perder todo su valor, ya que el rey Nabucodonosor estaba pronto a capturar Jerusalén. Pero Dios le dijo a Jeremías que comprara ese terreno como señal de que el pueblo de Israel un día volvería a poseer la tierra. El contrato de compra se escribió en dos rollos. Un rollo no fue sellado y quedó como un registro público, y el otro rollo fue sellado con siete sellos y colocado en el templo por cuestiones de seguridad hasta que el dueño fuera a reclamar su pertenencia y redimir la tierra.
La analogía es maravillosa y apropiada. Jesucristo está a punto de recibir el título de propiedad de la creación, el cual ha estado guardado en la seguridad de la mano de Dios el Padre. Cuando el pecado entró al mundo, la tierra cayó bajo maldición y el dominio de Satanás. Sin embargo, Cristo redimió toda la creación en la cruz, aun cuando estaba bajo el dominio del enemigo. Y un día, Cristo va a reclamar su título de propiedad que el compró con su sangre, y Él va a reclamar su derecho de propiedad sobre la tierra. La Tierra es suya. Le pertenece a Él. Él es el heredero de todas las cosas.[vi]
Solo Cristo puede desatar los sellos. Note el versículo 2 nuevamente.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
¿Quien tiene ese tipo de autoridad?
¿Quien fue testigo del documento original? ¿Quien pagó el precio de la tierra? ¿Quien conoce la voluntad de Dios? ¿Quien tiene el poder de cumplir el contenido de este contrato y reclamar el universo creado?
Se empieza a buscar a esa persona a través de toda la creación. Note el versículo 3 nuevamente. La búsqueda comienza en los cielos, entre todos los seres angelicales y todos los redimidos, de toda tribu, lengua, y nación – y nada. Luego se busca en la tierra, entre todas las personas, y aún se busca en las profundidades de la tierra – en el Hades – y la respuesta es la misma. “Nadie es capaz o digno de abrir el libro y desatar sus sellos.”
Imagine esto. Ni Abraham, ni Isaac ni Jacob son dignos. El rey David no es digno; el profeta Daniel tampoco. Ni José, ni Isaías, ni el apóstol Pablo eran dignos; tampoco el apóstol Pedro, o el resto de los discípulos. Martin Lutero permanece en silencio, junto con Jonathan Edwards, Charles Spurgeon, y Hudson Taylor. Ninguno da un paso al frente.
Note que Mahoma esta en silencio también. Confucio guarda silencio junto con Buda, Krishna, Joseph Smith, y todos los otros profetas entre comillas que han afirmado hablar de parte de Dios.
- Ninguno es capaz de conocer la mente y la voluntad del Dios eterno.
- Ninguno es el heredero del planeta.
- Ninguno es lo suficientemente poderoso para reclamar la creación.
Ninguno dio un paso al frente.
Note, en el versículo 2, que Dios el Padre no preguntó, “¿a quien le gustaría abrir el libro…” sino, “¿quien es digno de abrirlo?[vii]
Nadie se movió.
Y el versículo 4 nos dice que el apóstol Juan se pone a llorar.
W.A. Criswell, un gran predicador de la antigüedad explicó,
Las lágrimas de Juan representan las lágrimas de todo el pueblo de Dios a través de los siglos. Esas son las lágrimas de Adán y Eva, cuando fueron expulsados del jardín del Edén; cuando estuvieron de pie delante de la primera tumba, lamentando el asesinato de su hijo, Abel.
Esas son las lágrimas de los hijos de Israel mientras rogaban a Dios que los librara de la aflicción de su esclavitud en Egipto. Esas son las lágrimas de los escogidos de Dios a través de los siglos. Estas son las lágrimas que han salido del corazón y el alma del pueblo de Dios cuando… experimentaron las pruebas y los sufrimientos de la vida; la angustia, desilusiones, y el gran dolor que ha traído el pecado sobre la hermosa creación de Dios.
Esta esta es la obra de aquel que tiene posesión de la tierra; aquel usurpador, aquel intruso, aquel dragón, aquella serpiente, aquel engañador llamado satanás. Juan llora porque no se ha encontrado [a alguien que para abrir el libro y pueda redimir] la tierra, condenada a experimentar muerte, dolor y sufrimiento. Esto significaba que la muerte, el pecado, la condenación y el infierno iban a reinar por siempre, y que la tierra permanecería por siempre en manos de Satanás.[viii]
No es de sorprenderse que Juan se pone a llorar.
Juan es llevado al futuro y no hay ninguno que pueda traer la redención final a la tierra. No hay nadie que pueda administrar la voluntad del Padre; no hay nadie entre las billones de personas que han vivido sobre la tierra – nadie digno para reclamar el universo.
Nadie capaz de vencer el mal. Nadie digno de reinar sobre el universo. Nadie capaz vestir a los mortales de inmortalidad. Nadie capaz de manipular, dirigir, ordenar, y declarar al universo para que haga su voluntad.
Nadie… excepto uno.
El Cordero es Digno de Abrir el Libro
Mire Apocalipsis 5:5
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá. la raíz de David ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
El león de la tribu de Judá. La raíz de David. Estos son títulos mesiánicos – estas son claras señales de que Israel va a volver al centro del escenario durante el período de la tribulación.[ix]
¿Quien es este que es digno de abrir el rollo? Se nos dan cinco pistas.
- Primero, Aquel que es digno lleva el título de León.
Esto habla de su majestad. Él es el león majestuoso y temible, cuyo rugido derrite de miedo los corazones de la humanidad.
C.S. Lewis, usó esta analogía en su libro, Las Crónicas de Narnia: El León, la bruja y el ropero. En una parte de la historia, los castores están le describiendo el mundo de Narnia a los hijos de Adán y las hijas de Eva – el título que reciben los cuatro niños. Mientras los castores empiezan a contarles acerca de su líder, el león Aslan, quien representa a Cristo, Susan les pregunta,
¿Se puede confiar en él? Creo que
me sentiré bastante nerviosa al conocer a un León.
—Así será, queridita —dijo la señora Castora—. Eso es lo normal. Si hay alguien que pueda
presentarse ante Aslan sin que le tiemblen las rodillas, o es más valiente que nadie en el mundo, o
es, simplemente, un tonto.
—Entonces, es peligroso —dijo Lucy.
—¿Peligroso? —dijo el Castor—. ¿No oyeron lo que les dijo la señora Castora? ¿Quién ha dicho
algo sobre peligro? ¡Por supuesto que es peligroso! Pero es bueno, se los aseguro.
El león es el único digno de tomar el rollo.
- Segundo, Aquel que es digno es de una tribu.
Él es el león – lo que habla de su majestad.
Sin embargo, él también es miembro de una tribu – lo que habla de su humanidad.
Aquel León nació en la tierra como un hombre. Es 100% humano – y un miembro de una tribu de personas. Él tuvo medios hermanos y medias hermanas, como nos informa Mateo 13:55-56. Él pertenecía a una tribu, y un grupo familiar.
De hecho, él parecía tan común que, cuando anuncio quien era, todos dijeron, “Tu – ¿Dios encarnado, el Mesías? ¡Imposible!”
Es más, en una ocasión, cuando afirmó ser el hijo de Dios, sus medios-hermanos vinieron a llevárselo pensando que estaba loco (Marcos 3:21).
- Tercero, Aquel que es digno es específicamente de la tribu de Judá.
Esto nos habla de su nacionalidad. El término “Judío,” es un derivado de la palabra “Judá.” En Génesis 49:10 se profetizó que el Mesías vendría de la tribu de Judá – y lo hizo.
- Cuarto, Aquel que es digno también lleva el título, la raíz de David.
Esto habla de su realeza. Él es descendiente del rey David y la genealogías lo prueban. De esa forma él puede reclamar su derecho a sentarse en el trono de David, su padre. Es por eso que Mateo, escribiendo a una audiencia mayormente judía, comienza el evangelio con la genealogía de Cristo – probando que Jesús es el rey del linaje de David.
El titulo “Hijo de David” es un título mesiánico usado frecuentemente en los evangelios.
Juan escucha las descripciones que revelan.
- La majestuosidad
- Humanidad
- Nacionalidad
- Realeza
- Y finalmente, la deidad de Aquel que es digno de abrir los sellos.
“La raíz de David” puede comunicar dos verdades: que Él es descendiente de David y que Él es un antecesor de David.
- Él vino después de David como el Hijo de David.
- Pero Él también fue antes que David existiera como la raíz de David.
Piénselo de esta forma: En cuanto a su humanidad, Jesús tuvo sus raíces en David, pero en cuanto a su deidad, Él es la raíz de David.[x]
Ambos conceptos son enfatizados al final de Apocalipsis cuando Cristo dice de sí mismo,
Yo soy la raíz y el linaje de David… (Apocalipsis 22:16).
La única persona que fue ambos, 100% Dios y 100% hombre; que nació en la tribu de Judá, y fue del linaje de David; mientras que, al mismo tiempo existía antes que David naciese, es Aquel que dijo delante de su nación, Israel,
…antes que Abraham fuese, yo soy (Juan 8:58).
Aquel que es digno, y está apunto de enjugar las lágrimas del apóstol Juan, es nada más y nada menos que Jesucristo.
Cuatro Observaciones acerca del Cordero
Juan, luego, observa cuatro cosas más acerca de Jesucristo, Él león de la tribu de Judá y la raíz de David. Note Apocalipsis 5:6-7.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos. los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
- La Primera observación de Juan, en el versículo 6, es que el Cordero está de pie.
Él se ha levantado para tomar el rollo y abrirlo.
- Su segunda observación es que el Cordero ha sufrido
Juan escribe en Apocalipsis 5:6 que el parecía,
Como inmolado…
Esta es una referencia al hecho de que Cristo aún conservaba las cicatrices de su crucifixión – quizás más que las cicatrices en sus manos, pies, costado, y cabeza.
Cuando Cristo resucitó y se apareció delante de sus discípulos, Él permitió misericordiosamente que Tomás resolviera sus dudas al invitarlo a tocar sus cicatrices. Después de verlas, Tomás cayó a los pies de Cristo y dijo.
Mi Señor y mi Dios (Juan 20:28).
Ahora, Juan ve a Cristo de pie, a la diestra del Padre, luciendo como el Cordero que fue inmolado.
Un profesor de escuela dominical una vez le pregunto a sus niños lo que ella pensó que iba a ser una pregunta capciosa. Ella preguntó, “niños, ¿va a haber algo hecho por hombres en el cielo?” Para su sorpresa uno de los niños levantó la mano y dijo, “si señorita, si lo hay.” Ella se rió y le preguntó que era; a lo que el niño respondió, “Las marcas de los clavos en las manos de Jesús.” [xi]
Este es el Cordero que fue inmolado para salvarnos.
- La tercera observación de Juan, es que el Cordero es soberano.
Juan observa que el Cordero tiene
… siete cuernos…
Esto simboliza un poder perfecto y completo – los cuernos simbolizando el poder, y el número siete simbolizando perfección y plenitud.
En el período de 400 años que transcurrió entre el final del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo Testamento, un grupo de Israelitas, llamados Macabeos, pelearon para liberarse del reino de Antíoco Epífanes. Su estandarte de guerra tenía la imagen de cordero con cuernos.[xii]
Este cordero finalmente va a liberar a su pueblo. Él ha sufrido, el está en pie, él es soberano.
- La cuarta observación de Juan, es que el Cordero es omnisciente.
Juan dice que el cordero tiene
Siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios…
Él lo ve todo a través de Su Espíritu.
Ahora, note el clímax de esta escena en Apocalipsis 5:7.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
El verbo “tomar” está en una forma verbal que enfatiza la permanencia de su agarre. Este es Su libro y es su posesión permanente.[xiii]
Se han encontrado muchas paredes y piedras engravadas que muestran a los emperadores romanos sosteniendo rollos de pergamino, simbolizando su poder y autoridad. Cuando Dios el Padre le entrega el rollo al cordero, Él está demostrando que ha transferido su autoridad y su poder a Dios el Hijo para que revele el futuro del universo y desate su ira sobre la tierra.[xiv]
Cuando eso ocurre, los redimidos y las huestes celestiales comienzan a cantar uno de los grandes himnos del cielo, que dice,
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.
En nuestro próximo programa vamos a estudiar este himno en más detalle.
Conclusión
Pero mientras tanto, Juan seca sus lágrimas porque se ha hallado a alguien que es digno de abrir el libro. El Cordero es digno. Nuestro Señor y salvador. El Señor Jesucristo.
Él no es una fuerza ni un poder místico. Él es una persona que lleva para siempre las cicatrices de la cruz – recordándonos de su gran amor y gracia.
Hace poco estaba manejando y vi que el vehículo al frente mío tenía una calcomanía que decía, “diosa al volante.” Hace un par de décadas atrás todos entenderían que es un chiste. Hoy, esa mujer probablemente lo dice enserio. Querido oyente. No hay nada más liberador que saber que no somos dioses. No hay nada más liberador que escuchar la verdad de que somos seres humanos pecadores en necesidad de un Salvador, que es Cristo el Señor – porque la verdad nos hará libres. Tristemente, todo aquel que en su autosuficiencia crea ser un dios, un día se verá forzado a reconocer su propia insuficiencia, cuando se encuentre de pie frente al verdadero Dios, el Cordero inmolado, el León de Judá, y la raíz de David. El Salvador del mundo que está dispuesto a convertirse en su salvador
[i] David Jeremiah, Escape the Coming Night (W Publishing, 1990), p. 85.
[ii] Servant Issue, Number 79, (2007), p. 7.
[iii] William Barclay, Revelation: Volume 1 (Westminster Press, 1976), p. 165.
[iv] Robert Thomas, Revelation: Volume 1 (Moody Press, 1992), p. 377.
[v] Steven Lawson, Heaven Help Us! (NavPress, 1995), p. 70.
[vi] Sam Gordon, Worthy Is the Lamb (Ambassador, 2000), p. 129.
[vii] John Phillips, Exploring Revelation (Loizeaux Brothers, 1991), p. 88.
[viii] John MacArthur, Revelation: Volume 1 (Moody Press, 1999), p. 165.
[ix] Ray Stedman, God’s Final Word (Discovery House, 1991), p. 131.
[x] Gordon, p. 135.
[xi] Lawson, p. 77.
[xii] Barclay, p. 171.
[xiii] Thomas, p. 394.
[xiv] Kendell H. Easley, Holman New Testament Commentary: Revelation (Holman, 1998), p. 90.