Introducción
Si viajara en el tiempo al año 1665, encontraría que el mundo estaba viviendo una pesadilla. La gran plaga bubónica estaba arrasando con ciudades enteras; es más, países enteros. Seis mil personas estaban muriendo cada día a causa de esta plaga.
En el apogeo de la plaga bubónica, en ciudades modernas, como Londres, las personas apenas salían de sus casas. De hecho, se creía que la enfermedad se esparcía con las ráfagas frescas de viento. Nadie sabía aún que la causa de esta plaga eran unos organismos microscópicos, esparcidos por las pulgas, que a su vez eran esparcidas por los ratones, ratas, perros y gatos.
Ya que las personas creían que el enemigo era el aire fresco, todos se encerraban en sus casas y quemaban algunos aceites y hierbas para eliminar el aire fresco. La Universidad de Doctores aún recomendó que la población disparara sus armas y cañones al aire, creyendo que así podrían disipar el aire mortal.
Mientras tanto, la población tapaba sus chimeneas, y se encerraba en habitaciones que se ponían grises con todo el humo de los aceites y hierbas. El humo obviamente provocó picazón de ojos y congestión pulmonar entre otras cosas. Pero ellos estaban convencidos, o al menos esperaban, que estuvieran fuera del alcance de esta plaga.
Tristemente, millones de personas murieron ya que la plaga entraba sin problemas en sus casas fuertemente selladas.
Esto ilustra bastante bien el corazón pecaminoso e incrédulo de la humanidad con respecto al juicio venidero.
El mundo piensa, “quizás, si me protejo con alguna religión, si quemo un par de velas, y digo un par de oraciones, o doy un poco de dinero; si aparezco en la iglesia de vez en cuando o trato de ser lo más sincero posible, voy a poder escapar del juicio de Dios.”[i]
Querido oyente, no hay forma de escaparse del plan de Dios, no solo para el planeta sino para cada individuo.
Para cuando llegamos a Apocalipsis 10, el tiempo se está acabando para los habitantes de la Tierra. Al final de los primeros 6 juicios de trompeta, la mitad de la población mundial ha sido arrasada.[ii]
Es casi tiempo para la séptima y última trompeta. Contenida en esta séptima trompeta hay siete copas que van a derramar el juicio final, una batalla final, y la segunda venida de Cristo.
Ya estamos dentro de los últimos 3 años y medio de tribulación. Sin embargo, antes de que el séptimo ángel toque la trompeta, se produce una pausa.
El Ángel Fuerte
Continuemos nuestro estudio de Apocalipsis en el capítulo 10, versículo 1. La primera parte de este versículo dice.
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte…
Ya hemos reconocido el hecho de que los ángeles juegan un rol prominente en Apocalipsis. Ellos están involucrados en servir, adorar, dar mensajes, desatar juicios, pronunciar condenación, y más.[iii]
De hecho, hay un ángel que tendrá el privilegio de arrojar a Satanás al abismo. Satanás estará confinado en ese lugar por mil años, mientras Cristo reina sobre la tierra en su reino milenial.
Estudiando Apocalipsis, me ha quedado la impresión de que los ángeles han estado esperando estos días con mucha anticipación, ansiosos de participar en el juicio de aquellos que se han burlado de su Creador y de los ángeles caídos que lo traicionaron y se han opuesto a Él y Su pueblo por miles de años.
En este versículo, Juan nos presenta a otro ángel que tiene una misión especial.
Ahora, hay algunos que creen que este ángel fuerte no es otro sino Jesucristo. Ciertamente, en el Antiguo Testamente, Cristo apareció frecuentemente como “el ángel del Señor,” en lo que los teólogos llaman Cristofanías – apariciones del Cristo pre-encarnado. Sin embargo, después de su encarnación, no hay registro de Cristo apareciéndose como un ángel nuevamente.
Agregue a esto el hecho de que el Señor nunca es mencionado como “un ángel” en el libro de Apocalipsis, o en todo el Nuevo Testamento.[iv]
Además, pronto veremos que el apóstol Juan no va a adorar a este ángel.
La primera razón para no creer que este ángel es Cristo, es la misma descripción del ángel. Juan escribe.
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte…
En otras palabras, este ángel es como los otros de los arcángeles que han aparecido para tocar sus trompetas.
La apariencia de este ángel, de hecho, encaja bastante bien con la descripción del ángel Gabriel en Daniel 12. Lo más probable es que este ángel fuerte es otro arcángel – un ángel especial de alto mando, usado por Dios para entregar mensajes a la humanidad.
Así que, antes de que la séptima trompeta sea tocada, este ángel baja para entregar un anuncio.
La Apariencia del Ángel
Note las seis características que Juan escribe acerca de este ángel.
- Primero, en el versículo 1, leemos que el ángel estaba envuelto en una nube.
Las nubes son frecuentemente los vehículos sobre los cuales los seres celestiales ascienden o descienden del cielo. Sin embargo, según este versículo, las nubes parecen ser su ropa – lo más probable es que esta nube cubre gran parte de su cuerpo.
- Segundo, también en el versículo 1, leemos que el ángel tenía un arcoíris sobre su cabeza.
La palabra griega para “arcoíris” es “iris” (irij), lo cual se refiere a un circulo de color. Los griegos la usaban para referirse a los círculos de colores en la cola de un pavo real. También, se sigue usando hoy en día para referirse al círculo de color en el ojo de una persona.
Los griegos habían creado en su panteón una diosa llamada iris –la misma palabra – que personificaba el arcoíris y servía como una mensajera para los dioses.[v]
Aunque esa diosa no tiene nada que ver con la Biblia, vemos algo de verdad inculcado en esa creencia. Sabemos a partir de la Escritura que el arcoíris fue un dado como mensaje de parte de Dios – un mensaje que ha dura hasta el día de hoy. Dios le dio a Noé la señal del arcoíris, la cual significaba que nunca más habría otro diluvio mundial (Génesis 9:11-17).
La cabeza de este ángel está rodeada con maravillosos colores. La misma palabra es usada para el arcoíris en este versículo, es la que vimos anteriormente en Apocalipsis 4, donde se describió el arcoíris que estaba en el trono de Dios. Esto nos revela que este ángel es un representante de la autoridad y el trono de Dios. Su mensaje viene de Dios.
- Tercero, leemos que el rostro de este ángel era como el sol.
Este ángel era simplemente brillante. Él es como los ángeles que aparecieron en la tumba de Cristo para anunciar su resurrección – ellos brillaron con sus vestiduras resplandecientes. (Lucas 24:4)
- Cuarto, en el versículo 1, también leemos que los pies del ángel eran como columnas de fuego.
Esto sugiere que el anuncio del ángel tendrá algo que ver con los juicios de Dios sobre la tierra.
- Quinto, y más importante, versículo 2, el ángel tenía un pequeño libro abierto en su mano.
La palabra usada para “librito” es tan rara que esta es la única vez que la encontramos en el Nuevo Testamento.
Este no es el mismo rollo que Cristo ya ha abierto en los capítulos 5 y 6. Sin embargo, sería correcto asumir que este librito contiene una pequeña porción de los juicios que están aún por venir.
Este es un “biblaridion” (biblaridion) que simplemente significa; “un libro muy pequeño.”[vi]
Este era un folleto, por así decirlo, de la revelación de Dios para Juan.
A todo esto, la raíz de esta palabra nos da nuestra palabra “Biblia” también, que simplemente significa, “el libro.” Nosotros agregamos la palabra “santa,” y la llamamos Santa Biblia porque el apóstol Pablo se refirió a esta como la palabra santa (2 Timoteo 3:15). Santo, significa apartado, distinto. La Santa Biblia es un libro distinto a cualquier otro libro que haya sido escrito.
¿Porque esto es cierto acerca de la Biblia? Porque su autor es Dios. Se nos dice que, “toda la escritura es inspirada por Dios” o literalmente, “exhalada por Dios.” (2 Timoteo 3:16)
Este ángel está sosteniendo en su mano un pequeño “biblaridion.” No la Biblia, sino, simplemente un librito.
- La sexta y última descripción acerca de este ángel es acerca de su tamaño.
En el versículo 2 se nos dice,
Puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra
Al parecer, este ángel es enorme ya que sus pies abarcan grandes distancias – un pie está sobre el mar y el otro sobre la tierra.
Todas las características del ángel son literales, pero, a la misma vez, contienen un simbolismo. Podemos fácilmente reconocer que la postura del ángel simboliza que su autoridad y mensaje de parte de Dios es universal.
Note el versículo 3.
y clamó a gran voz, como ruge un león.
Ahora, esto no significa que él no está comunicando palabras, solo significa que su voz reverberaba como el rugido de un león.
Juan escribe,
…él clamo a gran voz…
Esta frase viene del original “fone megale” (fonh megalh) que al ponerlas revés creamos la palabra “megáfono.” El ángel está hablando a un volumen muy alto.
Continuemos leyendo los versículos 3 y 4.
…cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas
Tomemos un momento para entender que está pasando.
Este ángel desciende en una nube, pone un pie sobre el mar y otro sobre la tierra, y luego grita algo tan fuerte que reverbera alrededor del planeta. Después, hay siete truenos.
El trueno, a través del libro de Apocalipsis, es una referencia a la voz de juicio de Dios. El rey David cantó acerca del Dios de gloria que truena (Salmo 29:3). Job también dijo que de la voz de Dios truena maravillosamente. (Job 37:5)
Siete truenos simplemente implican la completa revelación de todos los detalles de los juicios que aún están por ocurrir.
Estos no son simplemente siete sonidos estruendosos porque Juan está a punto de escribir lo que dicen los truenos. Note nuevamente , en el versículo 4, Juan dice, “estaba a punto de escribirlo, pero Dios dijo que sellara esas cosas y no las escribiera.
En otras palabras, Dios dijo, “Juan, no reveles a nadie lo que acabas de escuchar. Es un secreto.”
Este es uno de los textos más claros que he encontrado que revela la verdad de que la revelación de Dios no es exhaustiva, sino que es suficiente. En otras palabras, lo que se nos dice en esta Santa Biblion no es todo lo que nos gustaría saber, pero es todo lo que necesitamos saber.
Juan escribió en su evangelio acerca de la vida de Cristo,
Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. (Juan 21:25)
En otras palabras, no tenemos ni una fracción de lo que Jesucristo enseño e hizo mientras estuvo en la Tierra.
¿No le habría gustado tener un poquito más de información? Un versículo más: algo acerca de su niñez; otro milagro; otro sermón; quizás la respuesta a una pregunta que ha estado haciéndose por años.
No tenemos un registro exhaustivo, pero es un registro suficiente. No sabemos todo lo que nos gustaría saber, pero se nos ha dado todo lo que necesitamos saber.
¿Puede vivir con eso? ¿puede vivir con el hecho que Dios has escogido dejar algunas cosas en secreto; que hay cosas secretas que le pertenecen solo a Él; que Él ha escogido retener información y no revelárnosla? ¿Puede vivir con eso?
Decir, “solo Dios sabe la respuesta,” no es necesariamente lavarse las manos en el asunto. Puede que sea su mayor afirmación de fe. Sin embargo, asegúrese que no está usando esa frase para esconder una falta de interés en el asunto.
No use esta frase como el estudiante de seminario del cual leí. Él estaba tomando su examen de final de semestre. No había estudiado lo suficiente, y cuando vio la prueba supo que estaba en problemas. Él no sabía ninguna de las respuesta; así que, decidió probar la misericordia de su profesor y escribió en la parte superior de su examen, “solo Dios sabe las respuestas a todas estas preguntas.” Él entregó su examen y se fue a casa. Durante las vacaciones, él recibió su examen por correo. Su profesor había escrito en letras grandes, “en ese caso, Dios aprueba y tu repruebas el examen. Feliz navidad.”
No evite los desafíos de la vida al levantar los hombros y decir, “Dios sabe.” Sin embargo, entendamos que a veces, esa es la única respuesta que existe; y simplemente debemos confiar en Él.
Quizás está pasando por un momento en que siente que no tiene respuestas; no hay explicación. Dios sabe, y podemos confiar en Él en esos momentos también.
“Juan, mantén esto como un secreto. Nadie va debe saberlo hasta que yo lo explique más tarde. Solo necesitan continuar confiando que he revelado lo que necesitan saber.”
Ahora note lo que el ángel hace después en los versículos 5-6.
Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
y juró por el que vive por los siglos de los siglos
Este ángel está jurando decir la verdad sobre la autoridad y la persona de Dios.
A todo esto, este es el origen de la costumbre de colocar una mano sobre la Biblia y levantar la otra y jurar decir, “la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad.”
Este mismo texto fue la base hacer el juramento para tomar el oficio.[vii]
Cuando George Washington juró como el primer presidente de Estados Unidos, él colocó su mano izquierda sobre una Biblia, levantó su mano derecha y dijo, “yo juro solemnemente que cumpliré fielmente el oficio de Presidente de los Estados Unidos y haré lo mejor que pueda para preservar, proteger y defender la constitución de los Estados Unidos.” Él, luego, se salió del libreto, besó la Biblia, y espontáneamente agregó las palabras, “así que ayúdame Dios.”
En su libro, Historia de América y el Nacimiento del Mundo Civilizado, Jay Winick registró que en ese momento la multitud empezó a aplaudir y algunos hasta se pusieron a llorar.[viii]
Fue un momento solemne en la historia de los Estados Unidos.
Esta escena que Juan registra es un momento extremadamente solemne en la historia del mundo entero.
Imagine a este ángel – en su mano izquierda tiene la revelación de Dios. Su mano derecha esta levantada hacia el cielo, jurando que sus palabras son verdad. y, según el versículo 6, él jura
por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él.
En otras palabras, el ángel jura por el Dios que creó todo lo que existe.
Mire cuán importante es creer en el creacionismo. Querido oyente, el creacionismo justifica el juicio de Dios. Ya que Él es el Creador de todas las cosas, Él tiene el derecho de destruir todas las cosas y reemplazarlas con su nueva creación a placer.[ix]
Sin embargo, si Dios no creó todas las cosas, Él debería pedirle permiso a alguien más para poder destruirlas – sino sería bastante grosero de su parte.
Pero Dios es el Dios de la creación. Juan, en este versículo, divide la creación en sus tres partes clásicas: los cielos, la tierra, y el mar. Luego, él repite tres veces para enfatizar, y no dejar duda alguna, las palabras.
… Y las cosas que están en él… y las cosas que están en ella… y las cosas que están en él.
Estaba almorzando con los profesores de nuestro seminario, cuando uno hizo el comentario de que, un seminario en particular, que solía ser conocido por ser su buena doctrina, recientemente adoptó la posición de que los primeros 11 capítulos de Génesis no son literales. En otras palabras, esta institución ha negado la creación, a favor de alguna forma de evolucionismo.
El problema que este seminario acaba de crear para sí mismo, es que ahora, cualquier otro pasaje de la Biblia que apoya el creacionismo tiene que ser tirado a la basura también. De hecho, si la historicidad de los primeros 11 capítulos de la Biblia es negado, entonces, también debería negarse la historicidad de los últimos 11 capítulos de la Biblia, porque estos capítulos reafirman la verdad de la creación.
Este ángel está jurando sobre la verdad de que Dios creó de todo lo que hay en los cielos, en la tierra y en los mares según su poder, sabiduría y creatividad.
Me parece interesante que las religiones más grandes del mundo, adoptan alguna forma de evolucionismo. El hinduismo, el budismo, el taoísmo, el sintoísmo, el animismo, el islam, el catolicismo, y el protestantismo liberal permite alguna forma de evolución.
Cuando el apóstol Pablo estaba predicando el evangelio, el Budismo ya había llegado al mundo mediterráneo. Así que, ¿que predicó Pablo mientras entregaba el evangelio? Él dijo,
Nosotros… os anunciamos el evangelio para que os volváis de estas cosas vanas a un Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. (Hechos 14:15)
Esto suena tal como el ángel de Apocalipsis 10.
La verdad del evangelio no es la verdad sin un Dios creador.
Este libro de Apocalipsis no es la verdad sin un Dios creador tampoco, porque vemos en el capítulo 10 una referencia a una creación literal. Y vamos a ver en el capítulo 21 una nueva creación literal.
¿No demanda una de la otra? En otras palabras, si Dios no fue capaz de crear el primer universo, ¿como es que va a poder crear uno nuevo?
Usted está esperando por una resurrección, ¿o no? Usted espera llegar al hogar que Dios ha preparado en el cielo para usted, ¿cierto?
Si Dios no es capaz de crear, Él tampoco va a ser capaz de recrear, y Él ciertamente no va a ser capaz de resucitar a nadie.
Todo lo que creemos descansa en la realidad de que nuestro Dios es el creador de todo lo que existe.
El Anuncio del Ángel
Ahora, note el anuncio del ángel. Escuche el contenido del mensaje del ángel en Apocalipsis 10:6-7.
…ya no habrá [más tiempo, o] dilación,
sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando esté para tocar la trompeta, entonces el misterio de Dios será consumado, como Él lo anunció a sus siervos los profetas.
En otras palabras, no habrán más retrasos mientras Dios acelera su programa de traer su Reino a la tierra. El séptimo ángel está a punto de tocar su trompeta y todos los juicios revelados por los profetas acerca del día del Señor – este tiempo de gran juicio – serán cumplidos.
La palabra “misterio” aparece frecuentemente en la Escritura. Esta es una palabra que se refiere a una verdad, que en su tiempo estuvo escondida, pero que ahora ha sido divinamente revelada, una verdad tan profunda que aún permanece un aura de misterio sobre esta.[x]
En el Nuevo Testamento leemos acerca del:
- Misterio del reino – Marcos 4.
- El misterio de la ceguera de Israel – Romanos 11.
- El misterio del rapto – 1 Corintios 15.
- El misterio de Cristo y la iglesia – Efesios 5.
- El misterio de la encarnación – 1 Timoteo 3.
- El misterio del juicio de Dios – Apocalipsis 10:7.
Un autor escribió, “Para aquellos que han creído en Cristo durante la tribulación – viviendo en el mundo ahora invadido por demonios, asesinato, inmoralidad, drogas, robos, y desastres naturales sin comparación – la promesa en este versículo de que el glorioso plan de Dios está a tiempo va a traerles gran consuelo y esperanza en medio de todos los juicios sobre la Tierra.[xi]
Ahora, algo extraño ocurre, y quiero tratar con esto brevemente. Hemos visto la apariencia del ángel, escuchamos el anuncio del ángel, pero ahora notemos la aplicación del apóstol.
La Aplicación del Apóstol
Note Apocalipsis 10:8-10
La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre
Es fascinante que Juan se convierte ahora en una ayuda visual para entender este mensaje.
Cada palabra de Dios es dulce; de hecho, dulce como la miel. Sin embargo, cuando su verdad es entendida o digerida, puede traer lágrimas de tristeza, inquietud.
Juan está comiendo literalmente la revelación del futuro juicio de Dios. Las palabras de Dios son dulces para él, pero la verdad le trae también una amarga tristeza.
Esta idea también fue demostrada por Ezequiel cuando comió una porción de la revelación de Dios y luego entregó su mensaje al pueblo de Israel. Ezequiel registro que,
El rollo… fue dulce como la miel en su boca (Ezequiel 3:3).
Entienda que este concepto no era tan extraño en el mundo antiguo como lo es para nosotros hoy.
En la antigüedad, un joven judío aprendería el alfabeto, motivado por el hecho que él escribiría las letras con una mezcla de miel y harina hecha en casa. Cuando él pronunciaba las letras correctamente, las cuales el habían sido escritas sobre una tabla pequeña, él podía lamer las letras de la tabla como premio.[xii]
Hasta el día de hoy hablamos de “devorar” un libro; o de “digerir” alguna verdad.
Juan está literalmente comiendo este rollo, el cual luego se convertirá en una ilustración de la verdad agridulce del juicio de Dios
- Es dulce porque es la palabra de Dios
- Es amargo porque habla del juicio de Dios
Una persona se me acercó recientemente con lágrimas en sus ojos, diciéndome que su padre recientemente había muerto sin aceptar a Cristo. Sus lágrimas no eran porque él creía que Dios era cruel, o que la palabra de Dios no era verdad, sino porque estaba triste porque sabía lo que la palabra de Dios revela acerca de la condición eterna de su padre.
A veces, la palabra de Dios se convierte en un peso grande. Requiere obediencia de nuestra parte, lo que es difícil. Habla acerca de las pruebas y dificultades de la vida, las cuales nunca son dulces, sino dolorosas.
Por fe aceptamos la miel y lo amargo; lo agrio y lo dulce; los aspectos placenteros y los dolorosos de todo lo que la palabra de Dios demanda.[xiii]
La iglesia es frecuentemente representada por pastores y enseñadores que no quieren entregar las noticias amargas del juicio de Dios. Aparecen en la televisión y rehúsan decir algo acerca del juicio venidero, el infierno eterno, o aun acerca de este tiempo de tribulación que hemos estudiado.
Dios sabe que para nosotros, existe la tentación resistirnos a anunciar lo amargo; la naturaleza ofensiva del evangelio; la verdad acerca del cielo y el infierno.
Así que, en el último versículo de Apocalipsis 10, Dios habla directamente con el apóstol Juan,
Y él me dijo:
Esta es una referencia, a la voz de trueno de Dios en el versículo 4.[xiv]
Note el versículo 11.
Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
En otras palabras, “Juan, tú debes entregar la verdad.”
“No te refrenes – no va a ayudarte y ciertamente no va a ayudar a la raza humana si te callas. Di la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. Es una verdad agridulce, pero entrégala toda. Obedécela toda – las partes fáciles y las partes difíciles también.”
En 1955, Billy Graham estaba predicando la verdad del cielo y el infierno; el evangelio de Cristo literalmente alrededor del mundo, y con solo 35 años, su reputación era reconocida internacionalmente. Él estaba en Londres ese año, llevando a cabo una campaña evangelística en el Estadio Wembley, cuando recibió una invitación para ir a Downing Street, la residencia del primer ministro de Inglaterra, Winston Churchill. Este era el último año de Churchill como primer ministro después de una larga e ilustre carrera. Masticando su cigarro sin encender, Churchill miró al joven Graham con unos ojos penetrantes y luego dijo, “Joven, he escuchado mucho acerca de estas campañas tuyas en Wembley. Ahora, quiero hacerte una pregunta. Tu sabes lo mal que se ve el mundo. Personalmente, no creo que al mundo le quede mucho tiempo.” Él hizo una pausa con algo de indecisión y luego dijo, “¿Puedes decirme algo esperanzador?”
“A Graham le pareció que Churchill no solo estaba buscando una esperanza para el mundo en problemas, sino para él mismo, un hombre anciano y lleno de problemas. Así que Graham sacó un Nuevo Testamento de su bolsillo, y le mostro al Primer Ministro que la Biblia no solo ofrece esperanza para el mundo, sino que una esperanza personal a través del plan de salvación. Si Churchill alguna vez tomo una decisión, Billy Graham nunca lo supo.[xv]
Nueve años después de esta conversación, Winston Churchill murió. Querido oyente, no hay esperanza fuera de Jesucristo. La pregunta ahora es, ¿ha puesto su fe en el para salvación? Si no ¿qué está esperando?
[i] John Phillips, Exploring Revelation (Loizeaux Brothers, 1991), p. 126.
[ii] Edward Hindson, Revelation: Unlocking the Future (AMG Publishers, 2002), p. 113.
[iii] Ibid., p. 114.
[iv] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 60.
[v] John MacArthur, Revelation: Volume 1 (Moody Press, 1999), p. 280.
[vi] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 834.
[vii] Ray C. Stedman, Revelation: God’s Final Word (Discovery House, 1991), p. 203.
[viii] Jay Winik, The Great Upheaval: America and the Birth of the Modern World, 1788-1800 (HarperCollins, 2007), p. 151.
[ix] Thomas, p. 67.
[x] Stewart Custer, From Patmos to Paradise (BJU Press, 2004), p. 116.
[xi] MacArthur, p. 286.
[xii] William Barclay, The Revelation of John, Volume 2 (Westminster Press, 1976), p. 57.
[xiii] Kendell H. Easley, Holman New Testament Commentary: Revelation (Holman, 1998), p. 179.
[xiv] Thomas, p. 74.
[xv] Stedman, p. 199.
