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Ya hemos estudiado acerca de los 144.000 valientes evangelistas judíos, las millones de personas que llegan a la fe en Cristo y están dispuestos a vivir por Él, y los millones de mártires que entregarán sus vidas por el evangelio en el periodo de la Tribulación. Ahora, conoceremos a dos de los testigos más espectaculares del libro de Apocalipsis y sacaremos algunos principios a partir este pasaje para aplicar a nuestras vidas.
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Introducción

            Cuan fácil es cantar, “Oh, que tuviera lenguas mil del Redentor cantar,” y, sin embargo, nunca usar nuestra lengua para compartir con otra persona que hemos sido redimidos.

            Si le preguntara toda la audiencia, “ha compartido el evangelio de Jesucristo con algún inconverso – en el trabajo, en el colegio, en su vecindario, en el negocio, donde sea – me pregunto cuántos responderían “Si, y no solo eso, sino que estoy decidido a seguir compartiendo el evangelio con las personas a mi alrededor.”

            Es más, me pregunto, cuantas personas le dejan saber a sus conocidos que van a la iglesia, y preguntan “hey, ¿le gustaría ir con mi familia a nuestra iglesia alguna vez? 

            Según una encuesta que leí recientemente, un 82% de las personas encuestadas que no iban a la iglesia dijeron que muy probablemente irían a una reunión si un amigo los invitara. Luego, encuestaron a las personas que iban a una iglesia, y descubrieron que típicamente, menos de un cuarto de los miembros de una iglesia ha invitado alguna vez a otra persona a la iglesia.[i]

            Harnack, un historiador alemán, escribió que al principio del cristianismo, su misión fue realizada por medio de misioneros informales.[ii]

            La frase, “misioneros informales” fue realmente acuñada por Justino, un líder de la iglesia en el siglo 2, un defensor del Cristianismo en Roma hasta que fue martirizado en el año 165 D.C. Él consideraba que cada creyente era un misionero informal.

            ¡Cuán distinta es la realidad el día de hoy!

            Otra encuesta descubrió que, de las personas que afirmaban ser nacidas de nuevo, casi el 60% dijo que no sentían que era su responsabilidad compartir el evangelio.[iii]

            Esto me hizo acordar a un comediante que le preguntaron acerca de su religión. Él respondió diciendo, “no me gusta hablar de eso.”

            “Bueno, entonces ¿que eres?

            El respondió, “soy un observador de Jehová.”

            “Oh, nunca he escuchado de tal cosa.”

            “Bueno, quizás no, pero estoy más cómodo siendo un observador que un testigo.”

            No estoy apoyando a los Testigos de Jehová, a todo esto, pero me inquieta cada día, más cristianos preferirían ser llamados, “observadores de Jehová” que “Testigos de Jehová.” Este no es una nueva secta, sino que es una condición espiritual.

            Podemos cantar con entusiasmo, “Oh, que tuviera lenguas mil del redentor cantar,” y al mismo tiempo, saber en nuestro corazón que esto significa que vamos a cantar acerca de Cristo dentro de la iglesia, pero que nunca vamos a hablar de Cristo fuera de ella. “Seré un testigo de su amor,” no es simplemente la letra de una canción – es un estilo de vida.

            Si ha estado estudiando junto con nosotros este último libro de la Biblia, recordará que estudiamos acerca de los 144.000 valientes evangelistas judíos, las millones de personas que llegan a la fe en Cristo y están dispuestos a vivir por Él, y los millones de mártires que dieron sus vidas por el evangelio. Estos son los últimos días del planeta. La palabra de Dios está siendo esparcida a través del testimonio fiel del pueblo de Dios.

            Ahora, dos de los testigos más espectaculares están a punto de hacer su aparición en Apocalipsis 11.

Las Medidas del Templo

            Sin embargo, antes de que estos particulares testigos sean presentados, Juan recibe la petición de ser parte del drama de esta revelación.

  1. La participación de Juan

            Note Apocalipsis 11:1.

Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios y el altar, y a los que adoran en él.

            Juan recibe un “kalamos” (kalamoj) – una caña larga y hueca que crecía en las regiones pantanosas del mediterráneo. Estas llegaban a medir tres metros y medio. Eran talladas para hacer plumas de escribir, bastones para caminar, como en el caso de Juan aquí, como una regla, o una caña de medir.[iv]

            Dios le dice a Juan que tome su caña de medir y mida el templo. La palabra griega para “templo” es “naos” (naoj). Esto se refiere al área interior del templo, compuesto por el lugar santo y el lugar santísimo – no todo el complejo del templo.

  • La observación de Juan

            Lo que tendemos a olvidar, en medio de todos los números y medidas, es lo que Juan tiene que medir.

            Recuerde, que no existía un templo en Jerusalén para cuando Juan escribió el libro de Apocalipsis. El templo había sido destruido unos 25 años antes.

            La historia del templo es una historia triste, que ilustra ciclos de fidelidad e infidelidad de parte del pueblo de Dios.

  • El primer templo fue construido por Salomón, siglos atrás, pero había sido destruido.
  • El segundo templo fue reconstruido por Zorobabel después del exilio, pero también este había sido destruido.
  • El tercer templo había sido construido por Herodes en los tiempos de Cristo; pero luego, tal como Cristo predijo en Mateo 24:2, ni una sola piedra había quedado sobre otra.

            Esta predicción se convirtió en realidad el año 70 D.C., cuando el general romano Tito, invadió Jerusalén y quemó el templó. La tradición nos informa que las llamas eran tan intensas que el oro y la plata que adornaban el templo se derritieron y se metieron entre las piedras. Para recuperar el oro, todas las piedras fueron removidas.

            Lo único quedó en pie de este templo es una porción del muro occidental, más conocida como el muro de los lamentos. Hasta el día de hoy, los judíos ortodoxos van allí, día tras días, especialmente el Sábado y oran, “que sea tu voluntad que el templo sea prontamente reconstruido en nuestro tiempo.”[v]

  • Un quinto templo será construido durante el glorioso reino milenial del cual vamos a hablar más adelante.

            Sin embargo, Juan ve un templo que fue construido después de que el templo de Herodes fue destruido en el año 70 D.C., y antes de que el quinto templo sea construido durante el reino milenial.

  • Así que este es cuarto templo será reconstruido en Jerusalén, quizás antes o durante la tribulación.

            El anticristo va a supervisar la construcción de este templo, pero luego va a profanarlo en un ataque de celos y blasfemia mientras más y más judíos vuelven a Jerusalén a adorar en el templo, lo que provoca que busquen al verdadero Mesías. De hecho, el apóstol Pablo claramente habla del deseo y la demanda del anticristo de ser adorado como Dios en este templo que ayudó a construir. Pablo escribe a los Tesalonicenses.

El hijo de perdición, se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

      (2 Tesalonicenses 2:3-4)

            Leemos entonces en Apocalipsis que a Juan se le pide que mida el cuarto templo – específicamente, el lugar santo, el “naos,” que incluía el lugar santísimo.

            Obviamente el medir el templo no significaba un esfuerzo en determinar sus dimensiones físicas, sino que un acto que simboliza pertenencia. Dios estaba marcando el templo y los judíos adorando adentro como Su propiedad.”[vi]

            Si alguien tiene dudas acerca de los límites de nuestra propiedad, podemos llamar a un inspector, quien va a medir la propiedad, y va a poner estacas en el suelo demarcando lo que nos pertenece legalmente. Gracias a esas medidas, sabemos dónde podemos plantar árboles, cortar el pasto, y poner una cerca.

            Estas eran noticias sorprendentes para Juan – ¡va a haber otro templo! Evidentemente Israel estará constituida como nación, y tendrá un templo literal que podrá ser medido literalmente con una caña de medir.

  • La omisión de Juan

            Ahora note lo que Juan omite en Apocalipsis 11:2.

Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses (tres años y medio).

            Este patio fuera del templo representaba el atrio de los gentiles – el patio al cual los gentiles tenían acceso. Dios le dice a Juan que no mida este patio; lo que simplemente significa que esta área está excluida de la propiedad y favor de Dios. Esta área queda abandonada por Dios para el uso del incrédulo.[vii]

            Esta omisión se ha vuelto aún más fascinante a la luz de los hallazgos arqueológicos de los últimos 20 años. Permítame explicar.

            Si hoy fuera a visitar Jerusalén, en lugar del templo judío, encontraría uno de los sitios más sagrados del islam sobre el planeta; una mezquita conocida como el Domo de la Roca.

            Los musulmanes creen que este es el lugar donde Abraham casi sacrificó a su hijo, y – más importante aún para ellos – el lugar donde creen que su profeta Mahoma ascendió al cielo sin morir.[viii]

            Desde el año 691 D.C., este Domo de la Roca con su famosa cúpula dorada brillando bajo el sol de medio oriente, ha estado en Jerusalén – ocupando 35 acres de tierra donde una vez estuvo el templo de los judíos.

            Sin embargo, Juan ve el templo reconstruido en Jerusalén, obviamente en el mismo lugar donde estaba originalmente, porque si no perdería toda legitimidad.

            Si por 2000 años, los judíos, musulmanes y cristianos han muertos intentando controlar esta pequeña porción de tierra, ¿Como es que los judíos van a poder reconstruir el templo sin comenzar una Tercera Guerra Mundial?

            Con la ayuda de arqueólogos e inspectores, hay buenas razones para creer que el Domo de la Roca no está en el lugar exacto del “naos” – el santuario que contenía el lugar santísimo.

            Un ingeniero llamado Asher Kauffman y otros afirman que esta porción de tierra está realmente a unos 90 metros al norte del Domo. Me puse a investigar la semana pasada para ver lo que él y su equipo y otros equipos de arqueólogos e ingenieros han logrado descubrir.[ix]

            Encontré que hay numerosos hallazgos arqueológicos que levantan serias dudas al hecho de que el Domo de la Roca esta sobre el sitio original del lugar santísimo.

            Si esta investigación es correcta, podemos ver fácilmente que existe una forma de solucionar este problema en medio oriente. Los judíos podrían reconstruir su santuario sin tener que destruir el lugar sagrado de los musulmanes.[x]

            Sin embargo, al reconstruir el templo, los judíos se encontrarían con un problema interesante. Si el patio del templo fuera construido en su totalidad durante la tribulación, el patio que rodea el “naos,” – o santuario compuesto por el lugar santo y el lugar santísimo – rodearía el Domo de la Roca.

            Que interesante es que Juan, en Apocalipsis 11, recibe instrucciones de no medir el área fuera del santuario. Se le dice en el versículo 2  que,

ha sido entregado a los gentiles [o sea, a los gentiles incrédulos].

            Así que el templo durante la tribulación puede que consista únicamente del santuario – el lugar santo y el lugar santísimo – sin los atrios.

            Hoy, los judíos ortodoxos involucrados en organizaciones tales como el Instituto del Templo están ocupados haciendo las vestiduras sacerdotales. Hay joyeros y artesanos haciendo los utensilios de oro y plata para el día en que la adoración del templo sea reconstituida. Judíos están siendo entrenados en las ceremonias levíticas, para que sepan cómo llevar a cabo el sistemas sacrificial del Antiguo Testamento.[xi]

            Querido oyente, estamos viviendo en una generación donde los planes y las preparaciones para la reconstrucción del templo judío están ya en proceso. El pueblo judío esta meramente esperando el permiso del mundo de para construir. Sabemos a partir de la escritura que este permiso vendrá de parte un hombre que vendrá prometiendo paz – el anticristo. Él va a hacer que esto ocurra.

            Ahora, Juan ve el santuario del templo reconstruido, pero para el tiempo que lo ve, este ya ha sido profanado por el anticristo. Juan está observando los últimos 3 años y medio de la tribulación.

            En este periodo final de la tribulación, Dios coloca a dos testigos peculiares fuera delante del templo en Jerusalén. Estos dos testigos proclaman el evangelio y profetizan la futura condenación del anticristo y del mundo.

El Ministerio de los Dos Testigos

Echémosle un vistazo a estos dos testigos.

  1. Su identidad.

            Note Apocalipsis 11:3-4

      Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días [3,5 años] vestidos de cilicio.

      Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.

            Esta misma terminología simbólica aparece en Zacarías 4, donde dos olivos gotean su aceite en una lámpara como testimonio a Israel en los días de Zacarías.

            Consistentemente vemos a través de la Escritura que el aceite hace referencia al Espíritu de Dios. Tanto en Zacarías como en Apocalipsis vemos que el aceite está conectado directamente a las lámparas, lo que indica que al testimonio de estos testigos nunca le falta el poder del Espíritu, el aceite; y por lo tanto su luz es perpetua.[xii]

            De este pasaje es que sacamos el famoso versículo que citamos con frecuencia para hablar del poder del Espíritu Santo en y a través del testimonio de sus hijos. El texto dice,

      No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. (Zacarías 4:6)

            Este versículo será aplicado más claramente que nunca en las vidas de estos dos testigos indestructibles y llenos del Espíritu de Dios.

            La pregunta ahora es, ¿quienes son estos testigos?

            No se nos dan sus nombres, los que nos da el derecho de pasar horas especulando, ¿no?

            No hay necesidad de especular. Encontré un versículo que claramente nos dice sus nombres. Está en Ezequías capítulo 2. Así que lo invito a abrir su Biblia allí.

            La verdad es que no existe el libro de Ezequías, así que deje de buscar. Sinceramente, nadie sabe realmente quienes son estos hombres. Personalmente creo que podrían ser Elías y Moisés por lo que representan para el pueblo de Israel (la ley y los profetas), y por las características de su ministerio.

  • Su poder.

            Tal como Moisés, estos dos testigos tendrán el poder de convertir el agua en sangre y azotar la tierra con plagas. Tal como Elías, ellos tendrán el poder de hacer caer fuego sobre sus enemigos y detener la lluvia a placer.

            Note los versículos 5-6.

Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.

      Éstos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

            Apenas podemos imaginarnos lo mucho que estos testigos serán odiados por el anticristo y el resto del mundo.

            Estos dos testigos van a predicar la verdad de la palabra de Dios y la venida del Mesías sin miedo y con un poder sobrenatural.

            A todo esto, el enfoque en Israel, Jerusalén, y el templo es aún más evidencia de que la iglesia ya se ha ido. Este capítulo presenta bastantes problemas para aquellos que creen que la iglesia va a pasar por parte o por toda la tribulación – como los postribulacionistas y los premilenialistas históricos .

            Aquellos que no se apegan a una interpretación literal y dispensacional de la Biblia, ya se han encontrado con varios problemas tratando de entender y exponer Apocalipsis; pero al llegar a este capítulo, muchos admiten han quedado perplejos. ¿Porque? Porque simplemente es imposible meter a la iglesia en este capítulo sin cambiar todas las reglas de interpretación.

            Este es un templo literal que puede ser medido literalmente, y en donde hay judíos literales adorando. Dios ordena excluir el patio de los gentiles – lo que crea un gran problema para algunos porque la iglesia está compuesta de ambos gentiles y judíos.

            En estos  versículos, hemos visto a dos testigos literales de pie en Jerusalén, una ciudad literal, predicando con el mismo poder de los profetas del Antiguo Testamento, llamando a Israel al arrepentimiento.

            Si la iglesia fuera de alguna forma representada en este pasaje, ¿que simbolizaría Jerusalén? Y si los dos testigos simbolizan el ministerio de la iglesia durante la tribulación o en cualquier punto de la historia de la iglesia, ¿que están haciendo matando personas con fuego de sus bocas y con la bendición de Dios? La iglesia no ha sido llamada a hacer sufrir a las personas; la iglesia ha sido llamada a sufrir. Y si los testigos son asesinados – como veremos en un momento – y luego llevados al cielo, ¿acaso significa que todos los verdaderos cristianos deben ser martirizados, resucitados y arrebatados al cielo solo después de haber matado miles de personas con fuego y plagas?[xiii]

            Tome este texto literalmente – como lo podemos hacer con el resto de Apocalipsis. No necesitamos hacer algún tipo de interpretación complicada y extravagante si es que la iglesia ya ha sido arrebatada y el templo judío está siendo medido como propiedad especial de Dios.

            A todo esto, al investigar este tema, me encontré con una tradición judía que me pareció interesante.

            Por varios siglos ya, cuando los judíos ortodoxos celebran la pascua en sus casas, ellos siempre ponen una silla y un plato de más. ¿Sabe para quién es? Para Elías.[xiv]

            Parte de la tradición es pedirle a un niño que vaya a la puerta para ver si Elías ha llegado.

            ¿Porque es que hacen esto los judíos? Porque toman literalmente la profecía de Malaquías que dice que Elías vendría antes de la llegada de su Mesías (Malaquías 3 y 4).

            Algunos dicen que Juan el Bautista cumplió esta profecía. Sin embargo, no creo que sea el caso, porque cuando a Juan le preguntaron si él era Elías, él dijo que no (Juan 1:21).

            Juan el Bautista vino en el espíritu de Elías, preparando el camino para la primera venida del Mesías. Y sabemos a partir de los profetas que Elías va a venir literalmente, y va a predicar y va a profetizar antes de la segunda venida del Mesías, lo cual es otra de las razones por la que creo que uno de estos testigos es el profeta Elías.

            Volvamos a nuestro texto en Apocalipsis, donde descubrimos que Dios permite que el Anticristo mate a estos dos testigos –solo después de que estos hayan terminado su ministerio.

  • Su muerte.

            Leemos acerca de esto en el versículo 7.

Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia (el anticristo) que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará

            Vamos a tratar acerca del anticristo en un estudio futuro; por ahora, continuemos en el versículo 8.

Y sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.

            En otras palabras, Jerusalén recibirá sobrenombres espirituales – Sodoma, por su inmoralidad, y Egipto, por su opresión contra el pueblo de Dios.

            Note el versículo 9.

Y gente de todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean sepultados.

            El insulto más grande a una persona fallecida es no permitir su entierro, y dejarla tirada al aire libre para que su cuerpo empiece a descomponerse.

            Este texto dice que todo el mundo los va a ver. De hecho, el tiempo presente activo participio del verbo “estaban contemplando,” indica una acción continua.[xv]

            Años atrás, los escépticos se mofaban de esta profecía, diciendo que era imposible que fuera cumplida literalmente. Sin embargo, con la llegada del internet, y la televisión satelital, las burlas desaparecieron.

            Imágenes en vivo son transmitidas desde Jerusalén al resto del planeta, y todos se alegran y celebran la muerte de los dos testigos.

            Note el versículo 10

Y los que moran en la tierra se regocijarán por ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra (o sea, los incrédulos).

            Esta es la anti-navidad del Anticristo. Es una fiesta a nivel mundial. Toda la raza humana celebra, se envían regalos y tarjetas.

            De hecho, esta es el único registro de gozo y felicidad durante la tribulación en el libro de Apocalipsis. Este es el último carnaval del mundo.[xvi]

            Esta celebración revela la profunda incredulidad y odio en el corazón humano por Dios y su testigos.

  • Su resurrección y ascensión.

            Sin embargo, esta fiesta dura poco. Mientras las cámaras siguen enfocadas en los cadáveres de los testigos, de repente, su piel empieza a recuperar su color. Uno de los testigos mueve un dedo y luego estira una pierna.[xvii]

            Todos quedan en silencio, horrorizados. Boquiabiertos dejan caer sus regalos al suelo mientras ven una mano de los testigos empezar a moverse. Luego, un brazo se acomoda, Los dos testigos abren los ojos y los entrecierran por el brillo de las luces de las cámaras. Se sientan, y luego, se ponen en pie.

            Luego, versículo 12,

…oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.

            Y vaya si todos no estarán con la boca abierta. Este no es realmente un arrebatamiento como el de la iglesia, que desaparece en un abrir y cerrar de ojos – esto es más como la ascensión de Cristo.

            Note lo que sigue en el versículo 13.

En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.

            A todo esto, esta es la única referencia a un arrepentimiento tomando lugar después de un desastre natural durante la tribulación. Esta referencia a dar gloria a Dios nos indica que algunos se arrepintieron genuinamente y pusieron su fe en Cristo.[xviii]

            La mayoría del mundo aún va a rechazar su testimonio, pero algunos van a creer.

Conclusión

Aunque el ministerio de estos dos testigos es diferente al nuestro, hay algunos principios a partir de este pasaje que podemos aplicar a nuestras vidas el día de hoy.

            Primero, manténgase firme por la causa de Cristo sin importar cuan rechazado, ignorado, ridiculizado y aun perseguido sea por ello. El mundo no va a estar de fiesta por mucho tiempo antes de que el Señor regrese.

            Segundo, dé a conocer a Cristo hoy. Usted conoce la verdad; usted tiene la respuesta; usted tiene la única esperanza para un mundo que está ahogando su dolor y temor con una fiesta, silenciando sus corazones que necesitan al Señor.

            Tal como en el caso de estos dos testigos, el tema no es cómo va a responder el mundo; el tema es si vamos a ser fieles y obedientes a la palabra de Dios o no.

            La verdad es que quizás, usted nunca sepa cuál ha sido el impacto de su testimonio en su universidad, en su trabajo, en su hogar hasta el día cuando sea recompensado por Cristo en el cielo por haber dicho, “Yo seré un testigo de mi Señor.”

            Varias décadas atrás, un pastor Inglés llamado Francis Dixon contó la historia de una persona que por años se comprometió a ser un testigo del Señor. Un pastor en Australia, me escribió hace poco, no solo confirmando que esta increíble historia era verdad, sino que me contó acerca de su amistad con este gran hombre de Dios.[xix]

            La historia comienza en una iglesia Bautista, al sur de Londres. Un hombre preguntó si podía dar su testimonio a la asamblea. El pastor dijo, “claro.” El hombre dijo, “Acabo de mudarme desde Sídney, Australia. Después de un par de meses de vivir aquí, fui a visitar algunos familiares en Sídney. Estaba caminando por la calle George, hasta que al pasar por el frente de un almacén, un hombre bajo y de pelo blanco me salió al encuentro. Él me dio un tratado y me preguntó, “Si hoy muriera, ¿está seguro que iría al cielo?” Yo me alejé confundido. Nunca antes alguien me había hecho esa pregunta. Durante mi vuelo, quedé intrigado leyendo el pequeño tratado. Llame a un amigo que sabía que era cristiano y él me dijo como es que podía poner mi fe en Cristo. Solo quería compartir con ustedes que ahora soy un cristiano.” Por supuesto, la iglesia se emocionó al oír este testimonio, y el hombre se volvió parte de esa iglesia.

            Poco después, el pastor de esta iglesia en Londres viajó a Australia para dar una conferencia. Durante la serie de reuniones, una mujer se le acercó para pedirle consejo y él, por supuesto, quiso saber primero si ella era salva o no. Ella le respondió, “bueno, solía vivir en Sídney. Un par de meses atrás, estaba haciendo unas compras en la calle George…” y ella siguió contándole la misma historia acerca del hombre de pelo blanco; y luego dijo, “unos días después, vine a esta iglesia, conversé con el pastor, y él me llevó a Cristo.”

            Dos veces en un par de días, este pastor había encontrado a una persona que había sido impactada por un hombre bajo de pelo blanco en la calle George.

            Un par de semanas más tarde, este pastor voló a Australia nuevamente. Después de una de las reuniones, el anciano de la iglesia lo llevó a almorzar. Mientras estaban comiendo, este pastor le preguntó al anciano como es que había llegado a la fe. Él anciano respondió, “Yo crecí en esta iglesia, pero la verdad es que nunca realmente hice un compromiso o nada. Eventualmente llegue a estar en un lugar de influencia en la iglesia. Estaba en Sídney tres años atrás por cuestiones de negocios, cuando un hombre bajo de pelo blanco se me acercó con un tratado en la mano y me preguntó si era salvo y de camino al cielo. Traté de decirle que era un anciano en una iglesia bautista, pero al hombre no pareció importarle. Yo me enojé tanto por su reacción que cuando llegué de vuelta a la iglesia, le conté al pastor lo que había pasado. Mi pastor me dijo, “¿Sabes qué? Por años me he preguntado si realmente has nacido de nuevo.” Luego, mi pastor me guio a la fe en Cristo.”

            Después de almorzar, este pastor voló devuelta a Inglaterra. Mientras hablaba en una conferencia, él compartió estos tres testimonios a su audiencia. Después de la reunión, tres pastores, que no se conocían entre sí, se acercaron a este pastor y le dijeron que ellos habían llegado a la fe en Cristo – unos 30-35 años atrás – después de recibir un tratado de parte del mismo hombre en la calle George.

            Este pastor estaba absolutamente atónito.

            La semana siguiente, el pastor voló a una convención en el Caribe para hablar con un grupo de misioneros que se había juntado. Él estaba tan emocionado acerca del testimonio de ese misterioso hombre que se la contó también a este grupo de misioneros. Al final de su charla, tres misioneros se le acercaron y le dijeron que ellos también habían sido salvos unos 15 a 20 años atrás, gracias al testimonio inicial de este hombre en la calle George.

            Al final de esta reunión, el pastor voló de vuelta a Inglaterra, pero tomó una escala en Georgia, USA, para hablar en una convención de Capellanes de la Naval. Él pasó tres días hablándole a unos 1.000 capellanes acerca de ser un testigo de Cristo. Al final de la conferencia, el capellán general lo llevó a almorzar y el pastor le preguntó cómo es que había llegado a la fe. El Capellán general dijo, “bueno, fue bastante milagroso. Estaba en la naval, viviendo una vida inmoral y libertina. Una vez que estábamos haciendo ejercicios de combate en el pacifico, terminamos teniendo un descanso en Sídney. Estaba de fiesta en el centro de Sídney esa noche, cuando tome el autobús equivocado, que me llevó a la calle George. Mientras me bajaba del autobús, un hombre anciano, de pelo blanco, de repente apareció. Al principio pensé que era un fantasma. Él me dijo, “marinero, ¿es usted salvo; y si muere hoy, sabe con seguridad que va a ir al cielo? Esa confrontación me sorprendió tanto que cuando volví al buque, busque a mi capellán, y él me llevó a Cristo. Pronto empecé a prepararme para el ministerio bajo la guía de mi capellán; y ahora, aquí estoy, a cargo de estos 1.000 capellanes para compartir de Cristo con otros.”

            El mismo pastor, seis meses más tarde, voló a India para predicar en una convención para 5.000 misioneros. Al final de la reunión, un misionero lo invitó a comer a su casa. El pastor le preguntó, ¿Como es que usted, siendo hindú, llegó a la fe en Cristo? El misionero respondió, “Yo solía tener en una posición muy privilegiada. Trabajaba para el gobierno de India como diplomático. Mi trabajo requería que viajara por el mundo. En uno de mis viajes, tuve que ir a Sídney. Una noche estaba haciendo unas compras de último minuto en la calle George, cuando un hombre bastante amable se me acercó y me pregunto…” – el misionero siguió contando una historia similar acerca del hombre de cabello blanco. El continuó, “le agradecí por el folleto, y me aleje. Sin embargo, ese encuentro me dejó con bastante inquietud. Busque a mi sacerdote hindú, quien no tuvo respuesta a mis preguntas, pero me sugirió que fuera al centro misionero si quería saber más acerca de Cristo, y lo hice. Allí, un misionero me llevó a los pies de Cristo. Deje el hinduismo y empecé a prepararme para el ministerio. Ahora, soy parte del centro misionero y estamos viendo como miles de hindús llegan a la fe en Cristo.

            Ocho meses más tarde, este pastor, cuyo calendario de viajes no me gustaría tener, a todo esto, viajó a Sídney para tomar un par de reuniones. Estando allí, le le preguntó al pastor, “por casualidad, ¿usted conoce al hombre de pelo blanco que entrega tratados en la calle George?” El pastor dijo, “claro – él lo ha hecho por años. Su nombre es Don Jenner, pero no creo que lo siga haciendo. Él está bastante entrado en años ya y su salud es muy frágil.” El pastor visitante le dijo, “tengo que conocer a ese hombre,” y su colega le dijo, “No hay problema, yo sé dónde vive.”

            Dos días más tarde, fueron al pequeño apartamento de Don Jenner y tocaron a la puerta. Un hombre bajo, frágil, y de pelo blanco abrió la puerta. Él los invito a entrar, y les ofreció una taza de té – sirviéndoles aun cuando sus manos le temblaban por su edad.

            Mientras se sentaban, este pastor de Londres le contó a Don Jenner acerca de todos los encuentros que había tenido en los últimos 3 años. Él le contó acerca de todos los cristianos que había encontrado en Inglaterra, Australia, India, Estados unidos, etc., que habían llegado Cristo gracias a su testimonio evangelístico en la calle George.

            Este pequeño hombre se sentó mientras lágrimas empezaban a correr sobre sus mejillas. Él dijo, “Muchos años atrás, hice un compromiso de que intentaría compartir a el evangelio con una persona cada día –y hasta 10 cada día – si es que podía. A veces no podía hacerlo – estaba enfermo o algo así– no era paranoico acerca de eso, solo era un deseo que tenía en mi corazón.”

            Don Jenner continuó, “Cuando me jubilé, decidí que iba a dedicar mi tiempo a evangelizar. Por las ultimas décadas de mi vida, he estado en un solo lugar. A mi parecer, el mejor lugar para repartir tratados en Sídney era la transitada calle George. Por cuarenta años, entregué tratados en esa calle. Tuve muchos rechazos y malas experiencias, pero también hubieron varias personas que fueron amables y aceptaron mis tratados.”

            “Sin embargo, debo decirle” me dijo con lágrimas corriendo por su rostro, “hasta el día de hoy, nunca vi o escuché a de una persona que haya aceptado a Cristo por medio de mi testimonio.”

            Este pastor hizo una estimación, y llegó a la conclusión que al menos 146.000 personas habían sido influenciadas gracias al testimonio consistente de este hombre. Y, seguramente, eso era solo la punta del iceberg.

            Don Jenner murió dos semanas después de que estos pastores fueran a visitarlo.

            Imagínelo. Solo un par de cristianos en Sídney sabían acerca de Don Jenner. Sin embargo, en el cielo lo conocían muy bien. Y no puedo imaginarme la gran celebración que recibió este hombre cuando llegó a casa.

            Querido oyente, no se usted, pero un testimonio como este me desafía grandemente.

            ¿Quién será un testigo del Señor? Que podamos responder de corazón, “yo seré un testigo. Aquí estoy Señor. Heme aquí, envíame a mí.”


[i] “The Potential Harvest is Plentiful,” http://www.preachingtoday.com/illustrations/weekly/07-12-03/1120307.html.

[ii] James Montgomery Boice, Romans: Volume 4 (Baker Books, 1995), p. 1875.

[iii] George Barna, What Americans Believe (Regal Books, 1991).

[iv] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Zondervan: Regency, 1976), p. 836.

[v] Sam Gordon, Worthy is the Lamb (Ambassador, 2000), p. 235.

[vi] John MacArthur, Revelation: Volume 1 (Moody Press, 1999), p. 293.

[vii] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 83.

[viii] MacArthur, p. 294.

[ix] www.templemount.org.

[x] Ray Stedman, Revelation: God’s Final Word (Discovery House, 1991), p. 214.

[xi] Adrian Rogers, Unveiling the End Times in Our Time (Broadman, 2004), p. 134.

[xii] Thomas, p. 89.


[xiii] Edward Hindson, Revelation: Unlocking the Future (AMG Publishers, 2002), p. 122.


[xiv] David Jeremiah, Escape the Coming Night Study Guide: Volume 2 (Turning Point, 1994), p. 122.

[xv] Stewart Custer, From Patmos to Paradise (BJU Press, 2004), p. 126.


[xvi] Thomas Constable, Notes on Revelation, p. 103, http://www.soniclight.com.

[xvii] Rogers, p 139.

[xviii] MacArthur, p. 305.

[xix] Personal email from Pastor Steve Grose, Pastor of Newcastle Baptist Tabernacle in New South Wales, Australia, to Pastor Stephen Davey, Dec. 2008.

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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