Introducción
Un artículo reciente del diario incluía una entrevista con un hombre famoso y millonario. Este hombre es el mayor propietario de terrenos en Estados Unidos con más de 650 km2 en su patrimonio. Esta entrevista dejó en evidencia que, detrás de toda su riqueza y éxito, yace un deseo profundo por algo más.
Al final del artículo, este individuo respondió unas preguntas específicas acerca de sus creencias personales. Él dijo, “Casi todas las religiones hablan acerca de un salvador que vendrá en un futuro, pero ¿sabe qué? Cuando está frente al espejo en la mañana, cuando se está afeitando o poniendo maquillaje, está mirando al salvador. Nadie más va a salvarle sino usted mismo.[i]
En un principio uno podría preguntarse, “¿Como es que alguien podrá decir algo así?” “Tu eres tu propio salvador.”
Casi como que esperamos escuchar un trueno del desde el cielo y que caiga un rayo sobre la cabeza de este hombre.
Bueno, sus palabras podrán sonar bastante dramáticas, pero lo que este hombre dijo es realmente la creencia fundamental de casi toda religión sobre el planeta – tu eres tu propio salvador. Tu salvación depende de lo que hagas o no hagas.
Francamente, lo más que más me llama la atención acerca de los comentarios de este hombre, no es que él cree que es su propio salvador, sino que él piensa que él realmente califica para salvarse a sí mismo y que es capaz de hacerlo.
Esto significa obviamente que ya no necesita a Dios. Ya no necesita tener una relación personal con un salvador, porque él ya aplicado para el trabajo de Mesías y fue contratado. A final de cuentas, él supuestamente es el dueño de su destino.
Obviamente, él no es el único que piensa de esta manera. Por eso es que podemos leer o escuchar afirmaciones muy extrañas acerca del ámbito espiritual de personas totalmente sinceras. Una vez que han eliminado a Dios como autoridad, ellas son las que hacen las reglas. Piensan tal como ese millonario que dijo en la entrevista, “Yo simplemente hago lo que hago, porque yo creo que está bien.”[ii]
En otras palabras, “No necesito a Dios… o una iglesia… o nadie más que me diga que hacer.”
Una agencia de noticias, reveló que más de 100.000 personas en Gran Bretaña, recientemente han descargado del internet unos “certificados de des-bautismo,” como una forma de renunciar a su fe cristiana.
Esta iniciativa por internet fue lanzada por un grupo llamado la Sociedad Secular Nacional, que reporta que están produciendo (y los cito) “un certificado en pergamino a 3 libras esterlinas cada uno.”[iii]
Este movimiento se está propagando. Los certificados de des-bautismo se están poniendo en moda en áreas predominantemente Católica en Gran Bretaña, España, e Italia. Cada mes, más de mil personas que fueron bautizadas de niños están haciendo fila, pagando el monto, y sacando su certificado de des-bautismo.
En otras palabras, no quieren nada que ver con Dios, o la religión.
Aunque estas noticias suenan alarmantes, en realidad es solo una pequeña minoría quiere uno de estos certificados. La mayoría de la humanidad quiere agregar más cosas a su mezcla de “ayudas espirituales.” “Asegurémonos bien y cubramos todas las posibilidades. Bautismo, ¡vamos! Oraciones, ¿porque no? Una foto de la virgen, ¡ya! Un amuleto chino ¡listo! Un poco de sal y sahumerio para eliminar las malas vibras también.
No me va a creer lo que encontré una revista. Era un aviso publicitario que decía, “Para aquellos que no tienen tiempo para orar, pero que no están dispuesto a abandonar su religiosidad por completo, [existe una solución]. [Una organización protestante le da la opción de] escribir sus oraciones, para que los computadores de la compañía reciten sus oraciones varias veces al día, gracias a un programa de reconocimiento de texto. (Este programa al parecer es necesario porque evidentemente Dios puede escuchar pero no puede leer). El anuncio continua diciendo, “Los suscriptores protestantes pueden pagar $3.95 al mes para que un computador recite el Padre Nuestro cada día por ellos.”
Los católicos también pueden comprar un paquete completo para recitar el rosario por $50.” Ya que esta es una organización protestante, los católicos reciben un tarifa mayor. El sitio también tiene un paquete de oraciones para musulmanes, con la promesa de que van a apuntar sus parlantes hacia la Meca.”[iv]
Supongo que si alguien no está muy seguro, puede comprar los tres paquetes para cubrir todas las posibilidades.
El mundo esté lleno de engañadores y estafadores religiosos.
Dios ha puesto en la consciencia de cada persona la intuición de que Él existe (Romanos 1). Sin embargo, una de las razones por la que existe tanta confusión y tantas personas buscan atajos, es porque las personas quieren asegurarse de estar protegidas espiritualmente, y a la misma vez no tener ninguna obligación o demanda espiritual.
Vemos esto aún entre los que dicen estar comprometidos con su fe. Más de la mitad de un grupo de personas entrevistadas algún tiempo atrás, dijeron que creían en Dios; pero, sin embargo, solo una pequeña fracción dijo que creía que la Biblia tiene algún tipo de autoridad sobre sus vidas.
Un porcentaje pequeño de las personas que van a la iglesia el fin de semana creen que Dios nos ha dado su palabra infalible y definitiva. Espero que usted este en ese porcentaje.
Ahora, ¿como es que la Biblia describe a una persona que realmente pertenece a Dios? ¿Cómo se describe al verdadero creyente?
Encontramos una de las descripciones más claras de cristianismo genuino en el libro de Apocalipsis, en medio del contexto de la tribulación. Un mensajero angelical aparece en el capítulo 14.
Tenga en mente que este ángel va a entregar este mensaje durante un tiempo cuando la mayor parte del mundo va a creer en un mismo dios. El problema es que este dios que estarán adorando es el anticristo.
El ángel no tiene nada bueno que decirles. Dios ya ha decidido que derramará su ira sobre que aquellos que adoren al anticristo y tomen su marca, demostrando su idolatría e incredulidad. Su sufrimiento será personal, terrible, doloroso y eterno.
Pero luego, el ángel anima a los creyentes genuinos y a la misma vez los describe en su mensaje.
Ángel Mensajero de la Exhortación de Dios a los Santos
Continuemos estudiando este mensaje en Apocalipsis 14:12-13.
Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: “Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor.” Sí–dice el Espíritu– para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos.
Permítame hacer unas observaciones acerca de esta última parte del mensaje angelical. Tres palabras pueden resumir su mensaje de ánimo y describen al creyente genuino.
- Perseverancia es la primera palabra.
Este ángel dice que aquellos que se rinden y adoran al anticristo serán condenados, pero que los santos, o sea, los verdaderos creyentes, van a perseverar.
Aquí está la perseverancia de los santos…
Esta frase revela la maravillosa verdad de que los creyentes genuinos nunca necesitan tener miedo de perder su salvación. Su salvación, si es genuina, no puede perderse.
Algunos dirían que la misma presencia de esta frase, “la perseverancia de los santos,” indica que es posible que algunos santos no perseveren. Sin embargo, esto no tiene que ser el caso. No lo es de hecho, y el resto de las Escrituras testifican que todo creyente genuino vence el mal, y persevera.
La “perseverancia de los santos” es una hermosa doctrina que nos conforta y nos trae paz. La encontramos de forma clara por todo el Nuevo Testamento. Desde los evangelios, como en Juan 18:9, cuando Jesús dice “De los que me diste, no perdí ninguno,” hasta este pasaje en Apocalipsis.
Desde la perspectiva de Dios, “la perseverancia de los santos,” significa que Dios no va a perder ninguno de sus hijos.
Desde la perspectiva del creyente, “la perseverancia de los santos,” significa que el creyente genuino va a perseverar en su relación con Cristo hasta el final.
Desde la perspectiva de Dios, Él no va a abandonar a sus hijos.
Desde la perspectiva del creyente, ellos no van a abandonar a Dios.
¿Que debemos pensar acerca de aquellos que se apartan?
Estos son aquellos que recibieron la semilla, y parecía que tenían raíz. Sin embargo,
cuando vino la tribulación o la persecución por causa de la palabra, tropezaron… (Marcos 4:16-17)
Hebreos 6 habla del mismo tema. Estas personas tenían apariencia de ser salvos. Parecían estar interesados y felices con el evangelio. Ellos probaron las cosas de Dios, pero, como Cristo que probó la muerte, fue solo algo temporal. Ellos aún quizás fueron activos en la iglesia y participaron en las cosas de Dios, pero luego abandonaron el evangelio y endurecieron sus corazones.
Como Judas, estas personas estuvieron asociadas con Cristo, pero no creyeron en Cristo como su Señor y Salvador. Judas, como recordará, los sorprendió a todos cuando. Cuando Jesús anunció en el aposento alto que uno de ellos lo iba a traicionar, los discípulos no miraron a Judas y dijeron, “¡lo sabíamos!” No. Todos dijeron,
…¿Seré yo Señor? (Mateo 26:22)
Charles Templeton, un antiguo predicador, compañero de Billy Graham, quien, de hecho, fue cofundador de la misión Juventud para Cristo, se alejó de Dios años atrás. Templeton básicamente dijo, “Ya no creo más en esto.” Su último libro publicado llegó causó revuelo por su título, Adiós a Dios, mis razones para rechazar la fe cristiana.
¿Significa esto que Templeton perdió su salvación? No, significa que nunca la tuvo.
Piense en la aterradora escena en Mateo 7:22 cuando,
Muchos le dirán [al Señor] en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Podríamos agregar… “publique libros, y canté para Ti…” continuemos en el versículo 23,
Y entonces [el Señor] les declarará: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Note, Jesús no dice, “Solía conocerlos, pero ya no más. Solíamos tener una relación, pero no después de que te mandaste ese numerito. Solías ser parte de la familia de Dios, hasta que tuviste ese tiempo de rebeldía y nunca volviste a mí, ni rogaste por tu salvación nuevamente. Mala suerte.”
No, Jesús dijo,
… nunca os conocí…
En su Teología Sistemática, Wayne Grudem escribió estas profundas palabras, “El propósito [de la frase, “la perseverancia de los santos”] no es hacer que aquellos que confían en Cristo se preocupen de que, en algún momento en el futuro, puedan alejarse. Por el contrario, [la idea es] advertir a aquellos que están pensando en alejarse de que, si lo hacen, es una gran indicación de que nunca fueron salvos en primer lugar.”[v]
Ahora, tenga cuidado. No saque su reloj y diga, “Oh, fulano se salió del ministerio de escuela dominical… les voy a dar tres horas para arrepentirse.” “Oh, faltaron las últimas tres actividades de la iglesia…”
“Que mengano hizo qué? ¿qué fulana dijo que? Oh, seguro que no son salvos para empezar.”
Querido oyente, no recibimos nuestra salvación por nunca no haber pecado nunca, y tampoco la podemos perder por pecar.
Cuando Pablo predicó la doctrina de gracia, muchas personas se le opusieron diciendo, “vas a animar a las personas a pecar si sigues enseñando eso.”
No. Esa no es la idea. La gracia en la vida de un creyente genuino no produce pecado – produce gratitud.
De hecho, usted va a seguir pecando después de ser salvo. ¿Ya se dio cuenta? ¿Ha estudiado la batalla personal del Pablo con el pecado en Romanos 7?
Aún así, algunos piensan que necesitamos ser salvos otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez.
Querido oyente, no se deje llevar por sus sentimientos, sino por la verdad de la escritura.
Por ejemplo, estudie lo que dijo el apóstol Juan en 1 Juan 2:1.
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis…
En otras palabras, “estoy enseñándoles a que aprendan a decir no al pecado y crezcan en semejanza a Cristo.” Luego, él agrega,
y si alguno peca, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
“Y si alguno peca” – recuerde que tiene a Jesucristo que nunca peca, de abogado. Él está defendiéndolo, porque Él ya pagó por usted.
Querido oyente, “la perseverancia de los santos” es, a final de cuentas, la perseverancia de nuestra Salvador.
Pablo, después de contar sus luchas en Romanos 7, escribe en Romanos 8
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Jesucristo – Él nos guarda; Él intercede por nosotros; Él nos guía; Él nos sostiene firme en su mano; Él nos instruye; Él nos da poder; Él nos disciplina; Él nos dirige; y luego,
Él nos perfeccionará hasta el día que le veamos. (Filipenses 1:6 parafraseado)
La perseverancia de los santos no es nuestro gran esfuerzo; la perseverancia de los santos es la pasión perseverante del Salvador para con sus hijos.
Hay otra palabra que describe al creyente genuino en Apocalipsis 14:12.
- Obediencia es la segunda palabra.
Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios.
En otras palabras, el creyente genuino guarda los mandamientos de Dios.
Ahora, hay algunos que agregarían al final de esta frase, “sin fallar.”
Estas palabras no están en el texto. De hecho, este es un presente activo participio del verbo “tereo” (threw) que significa “observar.”[vi]
Esto quiere decir que sus mandamientos son nuestro deseo; que queremos obedecerle y nos molesta cuando no lo hacemos.
La diferencia entre un verdadero creyente y uno falso, no es que el verdadero creyente nunca peca y que el falso sí; la diferencia es que, aunque ambos pecan, el creyente genuino se inquieta cuando lo hace, se aflige por su pecaminosidad, le duele haber fracasado, lo entristece haber dañado su comunión con Dios su Padre y Cristo su Señor. El falso creyente no se preocupa por su pecado, solo por las posibles consecuencias que le traiga su pecado.
Así que, aunque la obediencia no es una condición para nuestra salvación, la obediencia es una evidencia de nuestra salvación.
Déjeme ponerlo de esta manera – si lo arrestaran por ser cristiano, ¿habría suficiente evidencia como para sentenciarlo en la corte?
Cualquiera que realmente no quiere obedecer a Dios y que realmente no le importa lo que Dios dice, es alguien necesita desesperadamente la advertencia de este ángel.
Estoy de acuerdo con un autor que escribió, “la obediencia y la fe genuina son mutuamente interpretables; la obediencia involucra fe y la fe involucra obediencia. La fe y la obediencia no están separadas por niveles de experiencia cristiana.[vii]
Pablo escribió a los efesios,
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:10)
Aunque la fe genuina no es el resultado de las obras, la fe genuina obra.
Escuche el lamento de William Carey – él me hace recordar a Pablo en Romanos 7. Él escribió en Agosto de 1793, “Lamento la esterilidad de mi espíritu. A veces me siendo muy desanimado, porque si estoy tan muerto por dentro, ¿como puedo esperar ser útil entre los [perdidos]?[viii]
El 22 de Enero de 1794, Carey escribió en su diario, “desearía tener más de Dios en mi alma, y así sentir más sumisión a su voluntad; esto me colocaría sobre todas las cosas.”[ix]
Él llegó estar tan enfermo que el personal de la misión pensó que iba a morir. Carey acababa de terminar su revisión de la traducción de la Biblia en Bengalí y todos asumieron que su trabajo en este mundo había terminado. Ese mismo año, él escribió, “Mi alma es una jungla, cuando debería ser un jardín; apenas puedo saber si tengo la gracia de Dios o no, ¿como puedo ayudar a India cuando tengo tanta poca piedad en mí?[x]
Varios años más tarde, él agonizó frente al Señor diciendo, “Mi crimen es mi estupidez espiritual. Yo soy quizás, la criatura más fría e inconsistente que alguna vez ha poseído la gracia de Cristo. No tengo amor. Oh Dios, ¡hazme un verdadero Cristiano! Si Dios es capaz de usarme, nadie más necesita desanimarse de que Dios no lo pueda usar.”[xi]
¿Puede imaginarse lo que pensaban sus pastores que lo apoyaban? ¡Hablar de esta manera no ayuda mucho a recaudar fondos para misiones!
Cuando peca, ¿se siente así? Cuando se aleja de la comunión con el Señor, ¿lucha consigo mismo y se pregunta cómo es que puede ser cristiano?
Espero que si – esa se convierte en una evidencia de que usted anhela la aprobación del Señor. Por eso se amonesta a usted mismo por su fracaso. Es como el apóstol Pablo que dijo,
¡Miserable de mí! Quien me librará de este cuerpo de muerte (Romanos 7:24)
¿Acaso necesita volver a ser salvo? No. De hecho, la agonía que siente debido de su caminar inconsistente y su pecado es una evidencia más de que usted es genuinamente salvo.
- Dependencia es la tercera palabra
Otra marca de un creyente genuino es que este depende solamente en el Salvador para su salvación. Juan escribe,
[Estos] santos… guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
En el contexto inmediato, esto significa que estos santos han rehusado poner su fe en el anticristo. Ellos reusaron poner su fe en sí mismos, como el billonario que mencioné anteriormente. Ellos no se consideraron a sí mismos como sus propios salvadores.
Esta fe, a todo esto, no es una creencia vaga, sino una lealtad activa.[xii]
He conocido personas que no tienen nada que ver con Jesucristo pero que creen que van a ir al cielo porque hicieron una oración años atrás, o pasaron al frente y se unieron a una iglesia, o se bautizaron. Esas cosas no le dan seguridad de salvación. Lo que le da seguridad de salvación es ver su perseverancia, obediencia, lealtad, y amor al Señor a través de los años.
La seguridad de salvación es bíblica. Es imposible que después de ser llamado por el Padre, nacido de nuevo, sellado por el Espíritu, perdonado de todo pecado – pasado, presente, y futuro – luego lo pierda todo, o, menos aún, pueda devolver su salvación. Todo aquel que quiere devolver su salvación, obviamente nunca la tuvo.
Tristemente, he notado que varias iglesias, al tratar de afirmar la seguridad de salvación de una persona, terminan diciéndole que si ha hecho esa famosa oración, y fue realmente sincero, o si se bautizó, es salvo, sin importar como viven después.
Querido oyente, hay una enorme diferencia entre decir que una persona no puede perder su salvación porque peca, y decir que una persona que vive pecando sin arrepentirse, que no se interesa por las cosas de Dios, por su palabra, por su iglesia, o por su voluntad no tiene por qué dudar de su salvación, porque “Recuerda, hiciste una oración en frente de la iglesia y luego te bautizaron.”
Una fe verdadera es una lealtad activa a la obra de la cruz y el sacrificio de Cristo.
Aquellos que se alejan de Cristo y siguen viviendo igual a como vivían antes de venir a Cristo, no pueden tener seguridad de salvación. Quizás alguno sea salvo y vuelva al redil, pero no puede estar seguro. De hecho, en más probable que esté engañado acerca de su salvación.[xiii]
Es por eso que el apóstol Pablo le dijo a los corintios que se examinaran a si mismos para ver si estaban en la fe (2 Corintios 13:5)
Esto no significa que un cristiano no puede deslizarse, desobedecer al Señor, o aun alejarse del Señor por un tiempo – aun los discípulos hicieron eso. Sin embargo, el individuo que dice que solía ser cristiano, pero que ahora está felizmente en el mundo, nunca llegó a Cristo para comenzar. El que dice, “solía creer en Cristo, pero ahora ya no creo más en Él,” nunca fue un creyente genuino.
Nunca voy a olvidar cuando vi por primera vez una ilustración de esto con mis propios ojos. Yo estaba en mi primer año de universidad. Estaba caminando por el pueblo cuando vi a un hombre vestido con ropas viejas y gastadas. Él me salió encuentro y me dijo, “Amigo, me darías una moneda?”
Yo le respondí, “Soy estudiante de universidad – lo que era otra forma de decir, no tengo plata.”
“¿Estas seguro que no tienes una moneda?” Insistió.
“Mire,” le dije “no tengo ni un centavo ahora, pero tengo algo que le va a durar mucho más que un par de monedas.”
Él pareció interesado, así que continué. Después de compartir el evangelio con el hombre, le pregunte si quería orar para entregarle su vida a Jesucristo y recibir el perdón de Dios y la vida eterna. Lágrimas llenaron sus ojos y para mi sorpresa, él dijo, “Seguro que sí.”
Ahí mismo, en esa vereda, nos arrodillamos y él oró una gloriosa oración de salvación. Apenas podía esperar a volver a mi dormitorio para compartir las noticias de que próximo Gran Avivamiento estaba por empezar. El hombre literalmente se secó las lágrimas de los ojos y me dijo, “¿tienes alguna moneda que me puedas dar?”
“En serio, no tengo nada,” le dije “pero déjeme llevarlo a la Misión donde van a darle comida y un lugar donde quedarse por un tiempo mientras comienza su nueva vida.”
Su rostro cambió inmediatamente, y me dijo, “¿me estás diciendo que de verdad no tienes plata?”
“Mire, caballero, como le dije antes, no tengo ni un centavo conmigo.”
El hombre empezó a insultarme y a usar todas las palabras que no se encuentran en el diccionario. Él se fue enojado, gritándome mientras se iba.
Estaba atónito. Aparentemente no iba a haber ningún gran avivamiento después de todo.
Nunca había visto a alguien abandonar a Cristo tan rápido como en ese día. Sin embargo, he visto tristemente como muchas otras personas han hecho lo mismo, solo que después de esperar un par de años más.
Cuantos han venido a la iglesia por un tiempo y se dejado llevar por las emociones, pero al final, fue evidente que estaban en la iglesia solo para conseguir clientes, o buscar afirmación, o ser servidos, o para buscar pareja. Vinieron porque querían aparentar como que habían cambiado algún mal hábito. Vinieron porque los haría ver bien, pero una vez que encontraron lo que querían (o se dieron cuenta que no podían encontrar lo que querían), rápidamente abandonaron su amor a la religión.
¿Que hay de Jesucristo? Él nunca fue la atracción; Ellos lo “usaron” solo para conseguir lo que realmente querían.
Ese tipo de personas no son diferentes a un borracho que dice aceptar a Cristo para que le den un poco de dinero – lo que cambia es que aparentan por un más de tiempo, vienen con ropa limpia, y están perfumados; pero son igual de falsos y deshonestos.
Su único deseo era conseguir algo, usando a Jesucristo como plataforma. Esta no es una lealtad al objeto de nuestra fe – el Señor Jesucristo.
Quizás el ángel está advirtiéndole a usted el día de hoy.
Juan también esta insinuando en este texto en Apocalipsis 14 que el creyente genuino no cambia su fe. Cristo permanece como el objeto de su fe para salvación hasta el final.
¿Puede imaginarse el desafío y ánimo que será para estos santos de la tribulación el escuchar esto? Ellos han aceptado a Cristo después del rapto y ahora están viviendo días terribles de persecución y martirio.
No va a ser ninguna ventajas ser cristiano durante esos días. Estos santos van a morir por su fe.[xiv]
Ellos demostraran que su fe es genuina porque no estarán dispuestos a abandonar a Cristo como su Señor y Salvador.
Ahora, lo que encontramos después en el mensaje angelical es una promesa celestial para ellos y para cada uno de nosotros.
El Amén del Espíritu
Esta promesa es doble. Los santos reciben la promesa de un descanso y una recompensa en Apocalipsis 14:13.
Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: “Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor.” Sí–dice el Espíritu– para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos.
- Se nos promete descanso.
Hay una promesa de descanso. La palabra griega es “kopon” (kopwn) y describe una labor difícil, dura y agotadora.
Esto se refiere a trabajar, no para ganarse una entrada al cielo, sino para darle gloria a Cristo.
A todo esto, descanso no es una palabra que significa el término de actividad. Nosotros vamos a servir a Cristo en el reino en posiciones determinadas por cómo usamos nuestros talentos hoy.
La palabra para descanso es usada para referirse a la irritación y los problemas que acompañan el trabajo. Vamos a descansar de las irritaciones y las molestias que nos aquejan mientras tratamos de servir a Cristo. Nuestra diaria lucha con nuestra carne indisciplinada cesará.
Los aspectos negativos del trabajo dejaran de existir para siempre mientras servimos a Cristo con cuerpos y mentes glorificadas, sin los impedimentos que hoy tenemos debido a nuestra naturaleza pecaminosa.
- Se nos promete una recompensa.
Juan escribe en el versículo 13,
“porque sus obras van con ellos”
Será recompensa suficiente estar en Su presencia; servir con Él en el reino; habitar un nuevo cielo y una nueva tierra; ¿Que más podríamos pedir?
Aun así el Señor nos promete una recompensa ¿Puede imaginarse la gracia de Dios en este versículo?
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos. (Hebreos 6:10)
¡Cuanta gracia!
La perseverancia de los santos es realmente la perseverancia del Salvador.
La recompensa para los santos es realmente la recompensa por la obra de nuestro salvador a través nuestro. No es de sorprenderse que le entregaremos todo lo que recibamos a sus pies.
Estoy convencido que en aquel día, simplemente vamos a llorar de emoción, mientras consideramos lo que está pasando– mientras entendemos la importancia eterna de que hemos sido salvos de la ira de Dios, de que hemos sido salvos para adorar y servir a Dios para siempre.
Que hemos sido salvos de un lugar horrible. Cuando hemos sido salvos por nuestro amado y perfecto Dios, quien nos ha preparado un glorioso hogar para gozar por toda la eternidad.
[i] Jill Lieber, “He Wants to Save the World,” USA Today (Feb. 17, 2000), pp. 1-2c.
[ii] Ibid.
[iii] “Following Atheist Trend, Britons Seek ‘De-baptism’,” (Mar. 29, 2009), http://www.breitbart.com/article.php?id=CNG.ae71a038e9b3b47af4f0e9eac9598fd8.2b1&show_article=1.
[iv] World Magazine (Apr. 25, 2009), p. 14.
[v] Wayne Grudem, Systematic Theology: An Introduction to Biblical Doctrine (Zondervan, 1994), p. 793.
[vi] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 845.
[vii] Douglas Moo, New International Commentary, Romans (Eerdmans Publishing, 1996), p. 52.
[viii] S. Pearce Cary, William Carey (The Wakeman Trust, 1923), p. 126.
[ix] Ibid., p. 138.
[x] Ibid., p. 149.
[xi] Ibid., p. 171.
[xii] Stewart Custer, From Patmos to Paradise (BJU Press, 2004), p. 162.
[xiii] Grudem, p. 806.
[xiv] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 215.