Introducción
Una de las figuras más reconocibles de todos los tiempos es simplemente llamada La Muerte. Esta es típicamente caricaturizada como un esqueleto en una túnica negra. Su rostro se encuentra casi completamente escondido en su capucha, sus manos son solo huesos, y en una de ellas sostiene una hoz.
Desde el periodo medieval, el segador de la muerte ha sido caracterizado montando un caballo pálido o sobre un viejo carruaje tirado por caballos pálidos.
Los orígenes de este personaje pueden remontarse a la antigua Roma y aun antes a en la mitología griega. El dios Griego Cronos supuestamente era el personaje original para la muerte. Él recibió una hoz para pelear y así escapar de la tierra donde había estado cautivo por su padre. Con su hoz, él logró escapar y luego mató a su padre. Cronos luego empezó a desarrollar un gran temor a la muerte, así que empezó a usar su hoz con cualquiera que se le acercara.
El mito del “segador de la muerte” continuó desarrollándose a través de los siglos. Eventualmente llegó a creerse que él venía a llevarse a las personas cuando se les acababa su tiempo de vida. Él supuestamente tenía el poder de quitarle la vida a una persona con el mero toque de su hoz, y llevar sus espíritus al otro mundo.
En el mundo ocultista, el segador de la muerte es simplemente el símbolo de la muerte.
Este personaje es reconocido universalmente en alguna.
Un poeta escribió, “No importa si es el rey o el barrendero de la ciudad; todos bailarán finalmente con el segador de la Muerte.”[i]
Todo el mundo trata de mitigar el toque terminal de la Muerte.
Un artículo del diario de Wall Street reportaba los esfuerzos extravagantes que se hacen en distintas partes del mundo para evitar al segador de la muerte.
En el país de Madagascar, las personas ahorran dinero por años para desenterrar el cuerpo de un ser querido difunto, lo envuelven en una mortaja nueva, y hacen una fiesta con el difunto en medio del pueblo. La familia paga por la comida de los cientos de personas que vienen a la fiesta, y luego, al sonar de la música, ellos literalmente suben el cuerpo de su ser querido sobre sus hombros y danzan con el muerto.
Las personas que hacen esto creen que el ritual mantiene a sus familiares difuntos entre los vivos. Algunos dicen tener sueños en donde sus familiares difuntos se quejan de tener frío en la tumba, lo que los motiva a sacarlos y a hacer este escalofriante ritual llamado “Famadihana.”
Los líderes religiosos les aseguran a las personas que sus seres queridos difuntos pueden darles salud, dinero y felicidad. Sin embargo, si los dejan desatendidos y fríos en sus tumbas, como resultado sufrirán desempleo, enfermedad y miseria.
Los familiares vivos están convencidos de que sus muertos deben estar familiarizados con sus vidas para poder ayudarlos. Ellos caminan a través del pueblo llevando sus seres queridos sobre sus hombros, mostrándoles las cosas nuevas, y presentándoles a sus hijos.
En este artículo, entrevistaron a un cristiano que vive en esa cultura. Él había rehusado participar en esta práctica, porque ya no creía que los difuntos afectaban la vida de los vivos. Por su incredulidad, él y otros cristianos son generalmente desheredados.
Me pareció interesante que en el siglo 19, la reina de Madagascar ordenó a sus soldados a que arrojaran por un acantilado a todos los cristianos.
Hoy, gran parte de la población de este país vive esclava por su miedo a la muerte. Especialmente se tiene miedo a quedar solo en la tumba para siempre.
Este articulo agregó que las personas en este país tratan de vivir buenas vidas para que sus familias no los olviden cuando mueran. Ellos viven de tal manera para que, después de morir, los saquen de sus tumbas y puedan ir de fiesta con sus familias a la luz del día.[ii]
¡Que trágico! Sin embargo, esta es su forma de evitar de alguna forma el toque de la hoz de la muerte.
Esto me recuerda de la terrible realidad de la vida después de la muerte para aquellos que no conocen a Cristo. Me recuerda al hombre en Lucas 16, que terminó en el Hades, y desde allí levantó sus ojos y rogó por solo una gota de agua. Él también rogó para que alguien fuera a advertirle a su familia acerca de ese lugar de tormento.
Si estos esqueletos envueltos en sudarios pudieran conversar con sus familiares durante estas fiestas, ellos no estarían prometiéndoles dinero y salud, estarían advirtiéndoles acerca de la realidad de la muerte eterna.
El segador de la muerte no es un personaje para celebrar – una vez que la muerte ha tocado la vida de una persona, y la lleva al estado eterno, ya no hay vuelta atrás.
El creyente, tiene la promesa de que,
… el estar ausente al cuerpo es estar presente al Señor. (2 Corintios 5:8)
Nuestro espíritu es trasladado inmediatamente al cielo; y, una vez allí, esperamos la resurrección de nuestros cuerpos, lo cuales serán recreados instantáneamente, glorificados y reunidos con nuestros espíritus para que vivamos por siempre con el Señor. (1 Corintios 15:50-57)
Ahora, ¿cómo es que a la toda humanidad tiene la idea de que existe tal personaje como el segador de la muerte?
Esta verdad realmente viene de Dios. Él ha escrito en el corazón de cada ser humano (Romanos 2:5) que,
… ha sido establecido que muramos una vez y después el juicio (Hebreos 9:27)
La humanidad crea religiones para que les traigan algún tipo de consuelo.
“Quizás podemos sacar los restos de nuestros seres queridos para llevarlos a una fiesta. Quizás eso nos va a proteger.”
“Quizás podemos enterrar a nuestros seres queridos en el cementerio de una iglesia. ¡Eso es! Eso va a ayudar a comprar una entrada al cielo.”
“O mejor, quizás podemos enterrar a nuestros seres queridos dentro de una iglesia.”
Hoy, las catedrales de Europa no son nada más que cementerios techados para los ricos y poderosos. Los pobres eran enterrados afuera, o sus huesos eran puestos en bóvedas bajo tierra – al menos estaban cerca de la iglesia.
He caminado a través de los pasillos debajo de la catedral de san Esteban en Viena, Austria, donde yacen los restos de muchos líderes religiosos. Estuve frente a los ataúdes de varios líderes religiosos cuyas fechas de entierro corresponden a los tiempos de Martin Lutero. La reforma de Lutero armó un gran alboroto en Austria y en la iglesia.
He estado frente al féretro de un obispo que ministró durante los tiempos de Martin Lutero. Me pregunté cómo es que habrá respondido al evangelio de Lutero, que afirmaba que según las Escrituras, la salvación es solo por fe, solo en Cristo. Espero que ese obispo haya sido uno de los que creyó.
Me quedé un tiempo mirando los huesos metidos dentro de estas bóvedas subterráneas – muchos de estos eran de personas que murieron durante la plaga bubónica de 1735. Ellos habrían considerado que este era un lugar maravilloso para ser enterrado. Ellos fueron enterrados dentro de la iglesia – en el sótano, pero ¡que importa! ¡Es dentro de la iglesia! ¡debe ser más seguro que estar enterrado afuera!
Sin embargo, el ser sepultado en el piso de la catedral cerca del altar, era aún más seguro.
Así que dentro de la iglesia de San Esteban están las tumbas de reyes, príncipes y miembros de dinastías reales.
La humanidad lucha a través de la vida con el pensamiento de la muerte. La humanidad teme la hoz del segador de la muerte.
Varios años atrás, se lanzó la famosa película Antes de Partir, o Ahora o Nunca en otros países. Leí que se trata de dos hombres con enfermedades terminales –Jack Nicholson y Morgan Freeman. Estos hombres se van juntos de viaje para hacer las cosas que siempre dijeron que iban a hacer antes de morir. Nicholson fue entrevistado por una revista antes de que la película fuera estrenada, y le hicieron unas preguntas acerca de sus propias creencias personales.
Nicholson dijo, “Solía vivir la vida tan libremente. Siempre decía, “hey, ten las reglas que quieras – yo voy a tener las mías. Voy a aceptar mi propia culpa. Voy a pagar el cheque. Voy a hacer el tiempo que tenga que hacer. Voy a escoger mi propio camino. Pero con el pasar de los años, he tenido que ajustarme. Todos queremos vivir por siempre, ¿no es así? Tenemos miedo a lo desconocido. Todos llegan frente a la pared de la muerte, pero nadie sabe lo que hay del otro lado.”[iii]
Nada podría estar más lejos de la verdad. Dios nos ha dicho exactamente qué es lo que hay del otro lado de la muerte.
Me pareció fascinante descubrir que este personaje casi universal del segador de muerte se encuentra en las Escrituras también. De hecho, va a llegar un día cuando La Muerte se quitará la capucha, y pondrá a un lado su túnica negra para que la humanidad se dé cuenta, que la muerte, en realidad no es otro que el mismo Jesucristo.
En Apocalipsis 14, Juan nos da una vista previa de lo que pasa a través del resto del periodo de la tribulación. Él habla de la venida de Cristo, de dos cosechas distintas y de sus segadores.
Dos metáforas diferentes son usadas para describir la siega del juicio de Dios sobre la Tierra. Una es la siega de grano, en los versículos 14 al 16, y la otra siega es la cosecha de uvas, en los versículos 17 al 20.
- La cosecha de grano es un resumen de los juicios venideros, representados en las copas de la ira de Dios, que están a punto de ser derramadas sobre la tierra. Esto traerá una última serie de eventos cataclísmicos.
- La cosecha de uvas es un resumen de la batalla de Armagedón, donde se pelea la batalla final. Allí, Cristo vuelve a establecer su reino terrenal por mil años.
Ambas cosechas involucran una hoz y una siega.[iv]
Los recuentos detallados de ambas cosechas serán reveladas en Apocalipsis 15 al 19. Vamos a llegar a estos capítulos eventualmente
La Cosecha de Trigo
Echémosle un vistazo a la primera cosecha.
Note Apocalipsis 14:14.
Y miré, y he aquí una nube blanca, y sentado en la nube estaba uno semejante a hijo de hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz afilada.
Aquí está La Muerte. Aquí viene el terror de la humanidad en vivo y en alta definición. Esta no es una caricatura o una broma. Esta es la muerte. Este es Jesucristo.
Se nos dice en este versículo que el viene en una nube. Esta no es una nube suave y esponjosa, o si quiera una nube oscura. La palabra nube aquí es un término que a través de la Escritura ha estado relacionado con la presencia y la gloria de Dios.
Donald Grey Barnhouse observó que una nube sigue al Señor Jesucristo de eternidad a eternidad. Esta es la nube de la gloria de Dios, la gloria Shékina.[v]
- Esta es la nube de la presencia de Dios que guio a los hijos de Israel a través del desierto en Éxodo 13.
- Es la misma nube que apareció cuando Moisés recibió la ley en el monte Sinaí en Éxodo 19.
- Esta es la nube que cubrió al Señor cuando vino a hablar con Moisés después de que los 70 ancianos fueran escogidos en Números 11.
- Esta es la nube que llenó la gloria del templo de Salomón. La Biblia dice “… la nube llenó la casa de Jehová, tanto así que los sacerdotes no pudieron permanecer ministrando por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.” (1 Reyes 8:10-11)
- María fue cubierta por la sombra del Espíritu Santo, y así pudo concebir por el poder de Dios. A.T. Robertson, un erudito en griego, dice que estas palabras sugieren que la nube de la gloria de Dios cubrió a María en Lucas 1.[vi]
- Esta es la misma nube en la que Cristo ascendió a los cielos después de su resurrección en Hechos 1.
- Esta es la gloria Shekina que arrojó a Saulo de Tarso de su caballo mientras iba camino a Damasco para perseguir a los cristianos en Hechos 9.
- Estas son las nubes de la gloria Shekina que envuelven la iglesia cuando es arrebatada para recibir al Señor en el aire – en las nubes – esto es, en la misma presencia de la gloria de Dios (1 Tesalonicenses 4:17)
- Estas son las nubes en la visión de Daniel, en la cual, Daniel vio a uno como un Hijo de Hombre (lo cual es una referencia al Mesías) viniendo con las nubes del cielo (Daniel 7:13). En otras palabras, él va a volver un día a la Tierra en una brillante demostración de su gloria divina.
- Jesucristo dijo de sí mismo en Lucas 21:27, “…verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con poder y gran gloria.”
Esto es exactamente lo que vemos en Apocalipsis 14:14. Este es el cumplimiento de la profecía de Cristo. ¡Aquí viene!
Esto también significa que nosotros, la iglesia, vamos a volver con él para establecer su reino sobre la Tierra. Pero no estamos flotando en nubes blancas y esponjosas. Esta es una referencia al hecho de que, cuando volvemos con Cristo para establecer su reino, estaremos rodeados por la luz brillante y el increíble esplendor de la gloria de Dios.
Quizás se está preguntado porque Juan escribe, “uno semejante a hijo de hombre,” en vez de decir, “el hijo de hombre,” en el versículo 14. Creo que lo más probable es que Juan quiere que veamos la conexión con la profecía de Daniel, en donde Daniel usó este mismo término. Juan esta diciéndonos que la llegada de Cristo es el cumplimiento de la visión de Daniel.
Juan usó esta misma frase en Apocalipsis capítulo 1 y ahí no hay duda acerca de quien se está refiriendo.
Es más, note la siguiente frase en el versículo 14.
… [este] hijo de hombre tenía en la cabeza una corona de oro…
Esta corona es un stéfanos (stefanoj) la cual es una corona que se le da a los conquistadores; a aquellos que son victoriosos. Más adelante, en el capítulo 19, Juan va a cambiar la palabra de stefanos a diadema (diadhma), la cual es la corona de un rey.[vii]
Así que Cristo viene anunciando su victoria sobre sus enemigo, y más tarde se sienta sobre el trono de David como el Rey de Reyes y Señor de Señores.
A todo esto, en Apocalipsis 14:14, leemos por última vez el título preferido de Jesucristo, “Hijo de hombre.”
El Señor usó este título frecuentemente para enfatizar su humanidad, y, a la misma vez, su completa deidad como el cumplimiento de la escritura profética. Sin embargo, en Apocalipsis 14:14 escuchamos este título por última vez.
Creo que es interesante que la primera vez que nos encontramos con este título en el Nuevo Testamento es en Mateo 8, cuando leemos que “el Hijo de Hombre no tenía lugar donde reposar su cabeza.” (Mateo 8:20)
En otras palabras, Jesús no tenía nada.
Ahora, la última vez que encontramos este título en el Nuevo Testamento, el Hijo de Hombre viene como un rey victorioso para reclamar su autoridad sobre todo el mundo. Él es dueño de todo.
La primera vez el vino en pobreza. La segunda vez, el viene en poder.[viii]
La primera vez que el hijo del hombre vino a la tierra, Él vino como un sembrador; cuando él regrese, Él vendrá como el segador.[ix]
Jesús estará rodeado por la gloria shekina de su divino resplandor.
Tal como hemos visto en el resto de este libro, un ángel anuncia e inicia un nuevo juicio divino sobre la Tierra. Note los versículos 15 al 16.
Entonces salió del templo otro ángel clamando a gran voz al que estaba sentado en la nube: Mete tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Y el que estaba sentado en la nube blandió su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.
Estoy de acuerdo con un autor que escribió que esta frase, “la tierra fue segada,” es una de las frases más trágicas y serias de toda la Escritura. Esta frase registra de forma simple, y concisa la ejecución del juicio divino sobre la humanidad.[x]
Los detalles de esta siega serán desarrollados en el capítulo 16 a través de los juicios de las copas de la ira de Dios.
- Veremos que los seguidores del anticristo se llenaran de llagas dolorosas – versículo 2.
- Los océanos serán convertidos en sangre y cada criatura marina morirá – versículo 3.
- Los ríos y las fuentes de agua también se convertirán en sangre – versículo 4.
- El calor del sol se intensificará – versículo 8.
- El mundo del anticristo será sumergido en oscuridad – versículo 10.
- El río Éufrates se secará para preparar el terreno para un ataque masivo a Israel – versículo 12.
El segador macabro y sombrío de la mitologías conocido como La Muerte, ni se compara con el segador divino que viene en juicio.
La advertencia es clara para todos nosotros hoy – crea en el evangelio de gracia por la fe en este Hijo de Hombre, quien es 100% hombre, y 100% Dios. Venga humildemente y ponga su fe en Jesucristo mientras él puede ser su redentor. Así, nunca temerá el tener que enfrentarlo como el Segador de La Muerte.
Para aquel que ha creído en Cristo, no hay por qué tener miedo. Es más, nosotros estaremos en el versículo 14 y 17 volviendo con Él a la Tierra en este evento de juicio, victoria y gloria.
Las Uvas de Ira
Juan continua con una vista previa de la Batalla de Armagedón – un evento que acompaña el regreso de Cristo. Esta es la batalla en contra del anticristo y sus fuerzas, lo que traerá el periodo de la tribulación a su fin.
Esta no es realmente una batalla. Los ejércitos invasores ni siquiera tienen tiempo de disparar sus armas antes de ser masacrados por las huestes celestiales.
Note el resumen de Juan de esta batalla. Mire los versículos 17 al 18.
Salió otro ángel del templo que está en el cielo, que también tenía una hoz afilada.
Y otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, salió del altar; y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras.
Jesucristo es la vid verdadera (Juan 15:1) y todos los que le pertenecen están seguros. En contraste están los de la vid de la tierra. Estos pertenecen al anticristo.[xi]
El comentario acerca de que este ángel tiene autoridad sobre el fuego busca hacer referencia al capítulo 8, donde un ángel tomo el incensario lleno de fuego y lo arrojó a la tierra iniciando uno de los juicios. Este es ese mismo ángel.
Ya que este ángel viene del altar (versículo 18), podemos asociarlo especialmente con las oraciones de los mártires que han estado clamando bajo el altar, delante del trono de Dios,
¿Hasta cuándo, oh Señor… esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra? (Apocalipsis 6:10)
La oración de estos mártires está a punto de ser respondida.
Este ángel se pone en acción, desatando en efecto, el poder de Dios sobre los ejércitos enemigos que ahora están marchando para destruir Jerusalén. Note el versículo 19.
El ángel blandió su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios.
¿Puede imaginarse lo que esto realmente significa?
A todo esto, la función de los ángeles como castigadores de los incrédulos es un tema que vemos a través del Nuevo Testamento.[xii]
Juan insinúa en el capítulo 20 que, después del juicio final, todo el mundo incrédulo será arrojado al lago de fuego, quizás por los mismos ángeles.
En esta batalla, vemos la venganza de Dios desatada contra los enemigos de su pueblo.
La justicia de Dios lo demanda. Su santa ira demanda el pago completo de aquellos que han atormentado a sus hijos e hijas, y maltrataron a sus santos sin misericordia.
El contexto inmediato de este versículo es la vindicación de los mártires de la tribulación. El contexto más amplio será la vindicación de cada mártir que ha vivido, desde Abel que fue asesinado por su obediencia a Dios por su humano Caín. El primer asesinato en la historia de la humanidad fue un martirio.
He leído acerca de una colección de Biblias del siglo 16, del periodo de la reforma, cuando muchos creyentes fueron torturados y martirizados por creer en Sola Gracia, Sola Escritura, Solo Fe, Solo Cristo, y Gloria solo a Dios (las 5 solas de la reforma). Estas biblias fueron literalmente manchadas con sangre. Pruebas forenses han sido hechas en estas Biblias y han confirmado que las manchas oscuras en sus páginas de son manchas de sangre humana. ¿La sangre de quién?
La historia responde esta pregunta. Cuando María Tudor, la hija del Rey Henrique Octavo, reinó sobre Inglaterra, ella recibió el apodo, María la Sanguinaria. Ella aterrorizó a los cristianos protestantes, asesinando a tantos como pudo. Sus soldados derramaban la sangre de los cristianos que no renunciaban a su fe, luego tomaban la biblia de ese creyente y la sumergían en el charco de su sangre, así manchando sus páginas con la misma sangre del cristiano martirizado.
Algunas de estas Biblias han sido preservadas y hoy son conocidas como las Biblias de los mártires.[xiii]
El reinado de María Tudor es un juego de niños comparado con el reino del anticristo y sus masacres en contra de los que llegan a la fe en Jesucristo. Dios finalmente responderá las oraciones de los mártires.
Esta batalla tomará lugar a unos 100 km al norte de Jerusalén, cerca del monte Meguido. Aun, se nos dice en el versículo 20 cuanta sangre será derramada por esta batalla. Note que es lo que dice.
Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre que subió hasta los frenos de los caballos por una distancia como de trescientos veinte kilómetros.
Esta terminología sugiere que un mar de sangre será el resultado directo de esta confrontación en el campo de batalla. La profundidad de la sangre y el área de tierra cubierta nos muestran la impresionante cantidad de sangre que será derramada. Millones de soldados que marcharán contra el remanente de Dios terminarán siendo parte de este rio de sangre.[xiv]
El anticristo y sus seguidores son también destruidos en esta batalla de Armagedón.
Ezequiel describe en su profecía que, después de esta batalla, van a pasar 7 años hasta que se puedan deshacer de todas las armas que quedaron en el lugar, y que tomará 7 meses enterrar a todos los muertos. (Ezequiel 39:8-16)
Es difícil de imaginar este tipo de devastación, ¿o no? Sin embargo, Josefo, el historiador judío del primer siglo, describió la destrucción de Jerusalén en manos del general Tito en el año 70 D.C. con estas palabras: “Los soldados romanos llenaron las calles con cadáveres e hicieron que toda la ciudad chorreara con sangre, a tal punto que aun los fuegos de muchas casas fueron extinguidos por el flujo de sangre.[xv]
Juan usa la metáfora de un lagar en el cual las uvas son aplastadas con pies, y el jugo de las uvas fluye hacia un contenedor. Millones de personas serán aplastadas, y Dios, en su ira divina, va a drenar la sangre de los enemigos para que fluyan hasta por 1 metro de altura, por unos 300 km.
Piense en de la ironía de esta escena. Estas personas han rechazado la sangre de Jesucristo, la cual fluyó por ellos cuando pagó por los pecados del mundo y sufrió la ira del Padre por nosotros. Ahora, porque han rechazado su sangre, su propia sangre fluirá mientras sufren físicamente la ira de Dios el Padre, y más adelante, sufrirán eternamente, cuando sean resucitados para juicio y condenados al infierno por siempre. Esta es la ira espantosa de Dios.
Esta es una imagen de desesperanza para aquellos que han escogido seguir al anticristo, y una imagen del juicio venidero para todos aquellos que rehúsan adorar al Dios vivo y verdadero.
Nosotros sabemos que hay del otro lado de la muerte. También sabemos algo acerca de la ira de Dios. No hay forma de escaparse del segador de La muerte y todos sus efectos aparte de la fe en Cristo.
Peter Marshal frecuentemente contaba una leyenda, donde un sirviente de medio oriente que fue al mercado para comprar comida para la casa de su amo. El sirviente dio vuelta a una esquina en el mercado y se encontró cara a cara con la Muerte. Mientras la muerte, con su túnica negra y su capucha sobre su cabeza, levantaba su huesuda mano y su hoz, el sirviente se dio la vuelta y corrió, aterrado que la muerte había venido por él. El corrió a su amo y le rogó que lo dejara tomar un caballo y huir por un par de días al pueblito de Samara donde vivían algunos de sus amigos. Su amo lo dejó.
El sirviente salió rápidamente, y su amo fue al mercado para comprar la comida por sí mismo. En su camino al mercado, dio vuelta en la misma esquina y se encontró cara a cara con la Muerte. La Muerte no parecía interesado en él, así que le preguntó valientemente, “¿porque amenazaste a mi sirviente?”
–La muerte preguntó, “¿que quieres decir?”
–“Bueno,” dijo el amo, “tu levantaste tu hoz para matarlo así que el corrió por su vida.”
La muerte dijo, “ah, él. No, levanté mis manos sorprendido de que me lo encontrara en este pueblo. Como verá, tengo una cita con él esta noche en el pueblito de Samara.”
La mayoría de las personas que tratan de escapar de la Muerte no salen corriendo, o montan un caballo; sin embargo, la humanidad intenta de distintas formas escapar la realidad del pecado y la muerte.
Algunos piden que los entierren en una iglesia. Algunos piensan que es suficiente asistir a una.
Pero Dios no está interesado en donde lo entierren, o si asistimos a la iglesia, tanto como lo está en donde haya puesto nuestra fe.
Antes de que muriera, varios años atrás, en un momento de sorprendente sinceridad en televisión, Marghanita Laski, una famosa novelista y humanista secular– no muy amiga de los cristianos en general o el evangelio – dijo, “lo que más envidio de ustedes, cristianos, es su perdón; yo no tengo a nadie que me perdone.”[xvi]
Para aquellos que colocaron su fe, esperanza, y confianza en Jesucristo, no hay nada que temer. Usted ha sido, usted está presentemente, y usted estará por siempre perdonado.
[Dios] es fiel y justo para perdonarnos… y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9)
La sangre de Jesucristo limpia. El tiempo verbal en el que está escrito nos dice que Él “continuamente nos limpia.” Esto es importante porque continuamente estamos pecando, en hecho y pensamiento. Así que su sangre está continuamente, activamente, limpiando a aquellos que han admitido su pecado y vienen a la cruz por perdón. (1 Juan 1:7)
El texto en Apocalipsis no solo entrega una invitación a la cruz, sino que también una advertencia para aquellos que rehúsan ser limpiados por sangre de Cristo; aquellos que, por el contrario, tratan de limpiarse a sí mismos de otra forma.
Jesucristo, o es su Espléndido Redentor, o un día se convertirá en su Escalofriante Segador de la muerte.
…la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos 6:23)
Nosotros, los hemos creído, tenemos un salvador – tenemos en Él, a alguien que nos perdona, a alguien cuya sangre ha sido derramada en la cruz del calvario para pagar completamente por todos nuestros pecados. Nosotros que creemos tenemos un gran y glorioso Salvador.
[i] http://www.urbandictionary.com/define.php?term=Grim+Reaper.
[ii] “In Madagascar, Digging Up the Dead Divides Families,” The Wall Street Journal (Oct. 10, 2006).
[iii] Dotson Rader, “I Want to Go On Forever,” Parade Magazine (Dec. 9, 2007), pp. 6-8.
[iv] John MacArthur, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 2000), p. 111.
[v] Donald Grey Barnhouse, Romans: God’s Last Word (Zondervan, 1971), p. 274.
[vi] Ibid.
[vii] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 219.
[viii] John Phillips, Exploring Revelation (Loizeaux Brothers, 1991), p. 185.
[ix] Thomas, p. 108.
[x] MacArthur, p. 114.
[xi] Daymond R. Duck and Larry Richards, The Smart Guide to the Bible: Revelation (Thomas Nelson, 2006), p. 216.
[xii] Thomas, p. 221.
[xiii] John MacArthur, Truth Matters (Thomas Nelson, 2004), p. 10.
[xiv] Thomas, p. 224.
[xv] David Jeremiah, Escape the Coming Night: Volume 3 (Turning Point Study Guide, 1994), p. 86.
[xvi] John Stott, “The Contemporary Christian,” Christianity Today, vol. 38, no. 7.