Introducción
Pregúntele a cualquier persona en la calle, qué piensa acerca de los ángeles, y probablemente escuche alguna historia acerca de algún avistamientos, algún milagro, o algún mensaje.
Según una encuesta de la revista Time, el 69% de las personas entrevistadas creían en la existencia de los ángeles, y un 46% creía tener alguna conexión personal con al menos un ángel.
Hace un tiempo atrás, investigué que tipos de material existen acerca de los ángeles, y encontré que la mayoría estaba relacionada con el misticismo y las mitologías.
Un autor que encontré, prometía que las técnicas en su libro le permitirían al lector conectarse con ángeles guardianes, espíritus de la naturaleza y aun arcángeles.
Otro decía que todos tienen un espíritu guía, y que él podía ayudarlo a contactarlo con el suyo.
Otro autor prometía que su libro le enseñaría nueve formas específicas en las que usted puede ser protegido por ángeles, y como es que usted puede aprender el idioma del reino angelical.
Hay una organización en el norte de Estados Unidos que existe para monitorear apariciones angelicales. Tienen un periódico mensual y miles de suscriptores.
Tocado por un Ángel, fue un antiguo programa de televisión que influenció a una generación en su entendimiento de los ángeles. Programa tras programa los ángeles resolvían los problemas de la humanidad justo a tiempo.
Aun la revista Time entendió al corazón del problema cuando reportó, “Para aquellos que se incomodan muy fácilmente con Dios y sus reglas, los ángeles son una solución práctica. Los ángeles son como una aspirina – están disponibles para todos.”
Líderes protestantes están ocupados enseñándole a sus congregaciones a como atar demonios, y a orar por el vecindario para detener la influencia satánica. Eso obviamente es mucho más fácil que testificar a los vecinos, o aprender otro idioma e ir a otro país de misionero. Muchos protestantes están en la misma bolsa.
Los católicos han mezclado el misticismo y los ángeles por mucho tiempo. Los antiguos monjes como Borgia y Bernardo de Clairvaux impulsaron la devoción y la oración a los ángeles.
El nuevo catecismo de la iglesia católica incluye la siguiente frase: “Desde la niñez hasta la muerte, la vida humana está rodeada de la intercesión [angelical]… además cada creyente tiene un ángel como protector y pastor guiándolo en la vida.”
Si esto es verdad, entonces David se equivocó en el Salmo 23. Él debería haber escrito, “Mi ángel guardián es mi pastor, nada me faltará… aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque mi ángel está conmigo…”
Ahora, mi propósito en esta introducción no es ofender a los católicos o algunos protestantes; mi propósito es ofenderlos a todos.
Hay muchas cosas que no entendemos acerca del mundo de los ángeles y los demonios. Sin embargo, si dejamos que la Biblia sea nuestra guía – la que revela la verdad de Dios – una cosa que aprendemos al notar las descripciones de los ángeles, es que ellos son muy diferentes a lo que vemos en las pinturas clásicas. Una gran diferencia es que los ángeles no son bebes gorditos y desnudos con alitas y aureolas.
C. S. Lewis escribió, “los ángeles pintados por Fra Angélico tienen en su rostro y gestos la paz y la autoridad del cielo. Luego vienen los ángeles gorditos e infantiles de Rafael; finalmente están los ángeles suaves, delgados y afeminados del arte del siglo 19… en la Escritura, la apariencia de un ángel es siempre alarmante; [el ángel] tiene que empezar diciendo, “no temáis.” Los ángeles que se pintan hoy parecen como si fueran a decir, “Tranquilo, no pasa nada.”
Cuan cierto.
Mientras el Señor desciende sobre su caballo blanco y nosotros, la iglesia, junto con Él en nuestros propios caballos – un descenso majestuoso y estruendoso que pone a los ejércitos del mundo en alerta, y se unen para pelear contra nuestro Señor – podemos notar la presencia y la actividad angelical.
Podemos subrayar en las primeras líneas de la visión de Juan en el versículo 17, donde terminamos nuestro estudio pasado de Apocalipsis 19, unas palabras que ya nos hemos encontrado antes.
Y vi a un ángel
El capítulo 20 comienza con la misma frase.
Y vi a un ángel…
Si le preguntáramos, “¿Como eran, Juan? ¿Eran bebés gorditos con aureolas?
Él nos diría, “Todo lo contrario. Ellos eran guerreros fuertes y determinados, con una voz firme, llena de la santa autoridad de Dios.”
Antes de que nos adentremos al versículo 17, tenga en mente que la batalla de Armagedón es el escenario principal de este pasaje.
Ya que “Har” significa “monte,” y “Megido” es el nombre de una fortaleza cananea en la planicie de Jezreel, esto nos permite entender que Armagedón es una referencia a la región de las colinas de Megido.[i]
Allí se encuentra el valle donde Israel conquistó a sus enemigos, como leemos en Josué 12 y Jueces 5. Aquí fue donde el rey Josías fue derrotado en 2 Crónicas 35. Zacarías mencionó a esta región en conexión con la batalla final de Armagedón (Zacarías 12). Los ejércitos que vienen a esta zona desde el Este tienen que cruzar el rio Éufrates – un río del que ya hemos aprendido será secado sobrenaturalmente. Este es un campo de batalla renombrado en el Antiguo Testamento– una región que cubría unos 320 km de largo.
Nabucodonosor peleó en esta región y también lo hizo Ramsés. Tito, el general romano, peleó aquí, como también lo hizo Pompeya, Ricardo corazón de león, y Napoleón, quien personalmente llamó a esta región, “el mejor campo de batalla natural del mundo.”[ii]
Ninguno de estos antiguos guerreros vio una batalla como la batalla de Armagedón. Dios traerá todo el mundo a la batalla. El mundo ha estado deseando pelear contra Dios desde los días de Babel, y ahora el tiempo ha llegado.
Cristo y su novia están descendiendo para ganar esta batalla sobre el anticristo, mientras que los ejércitos del mundo reciben fuerza y dirección del mismo Satanás.
La Invitación de un Ángel
Antes de que comience la batalla, un ángel aparece. Note los versículos 17 y 18 de Apocalipsis 19.
Y vi a un ángel que estaba de pie en el sol. Y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, congregaos para la gran cena de Dios,
para que comáis carne de reyes, carne de comandantes y carne de poderosos, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos los hombres , libres y esclavos, pequeños y grandes.
John Phillips describió este enfrentamiento final con estas palabras:
Imagine a los ejércitos marchando a través de las planicies de Galilea desplegándose sobre los campos fértiles de Meguido. La enorme cantidad de equipamiento militar está apilada en los montes. Las flotas llegan a las orillas del Mar Rojo, el Golfo Pérsico y junto a las orillas del Mar Mediterráneo! La tierra se sacude con el marchar de las tropas… El anticristo le entrega nuevas armas, a sus hombres, y todos toman sus lugares. El falso profeta hace milagros y prodigios para animar a las tropas. [iii]
Pero luego, aparece un ángel en el cielo extendiendo una invitación de parte Dios – y esta invitación es para las aves.
“Vengan al banquete provisto por su Creador.”
¿Donde está la comida? Está llegando de todo el mundo. Este es un buffet internacional.
¡Que irónico! Por un lado vemos las cenas del Cordero, y por el otro lado está la gran cena de Dios.
Aquellos que van a las cenas del Cordero – los creyentes – van a disfrutar de un gran banquete: aquellos que marchen en contra de Cristo en el Armagedón van a ser el banquete en la gran cena de Dios.[iv]
Esta información no es necesariamente lo que vemos en las revistas o en los programas de televisión acerca de los ángeles.
Ezequiel nos informa que, aun después de que las aves se harten de la carne de los millones de soldados caídos, tomará casi un año en enterrar a todos los restos de las personas que morirán en la batalla. (Ezequiel 39:12)
Quiero que note cuando es que el ángel hace esta invitación.
Él hace esta invitación para que las aves se junten, antes de que empiece la batalla. En otras palabras, el ángel declara la victoria de Jesucristo antes de que la batalla aun comience.[v]
Antes de que los ejércitos de la tierra hagan su primer movimiento, el ángel anuncia su derrota.
Si ha ido a algún campamento cristiano cuando era joven – o en alguna salida de la iglesia, o algo parecido – seguramente ha cantado durante el tiempo de competencias el famoso estribillo, “Ya ganamos, ya ganamos” (¡Cante conmigo!) “Ya ganamos, ya ganamos.”
Antes que crea que me volví loco, déjeme explicarle porque digo esto.
¿Cuándo es que cantamos ese estribillo? “No durante una predicación en la radio,” estará pensando.
Cantamos esto mientras se sigue jugando el partido – pero nuestro equipo lleva la delantera y estamos confiados de que el juego ya se acabó para el otro equipo.
Esta batalla aún no ha comenzado, pero el ángel está diciendo efectivamente, “¡Ya ganamos! ¡esto se terminó para ustedes!”
Note el versículo 19.
Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército.
Mientras ellos se juntan, van a notar que el cielo se oscurece más y más. El sol se ve eclipsado por las millones de aves que han venido por invitación divina.
En algún lugar entre el versículo 19 y el versículo 20 se encuentra el comienzo y el final de la batalla – ocurre así de rápido.
Se nos dice en el versículo 15 que la palabra de Cristo salió de su boca como una espada afilada – la misma analogía que vemos en el resto de las Escrituras.
La Biblia es comparada con una espada afilada en Hebreos 4:12
El creyente es desafiado a
…tomar… la espada del espíritu, la cual es la palabra de Dios. (Efesios 6:17)
Jesucristo cabalga desde el cielo y derrota a este enorme ejercito con su palabra. Mire el versículo 21.
Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de sus carnes.
Una palabra de Cristo, y la tierra es derrotada. ¡Oh, el poder de la palabra de Dios!
En Marcos 4:39, él se paró sobre la barca que estaba siendo golpeada por las olas y el viento, y dijo, “Calma,” e inmediatamente todo se calmó. ¿No desearía tener esta habilidad con sus hijos?
Jesucristo se acercó a un hombre paralizado, y le dijo, “levántate,” y el hombre se levantó y se fue a casa. (Lucas 5:24)
Cristo se paró frente a la tumba de Lázaro y gritó, “Lázaro, sal fuera,” y Lázaro resucitó. (Juan 11:43)
Jesús fue a ver a la pequeña niña, rodeada de amigos y familiares llorando que habían venido a su funeral. Él dijo, “Levántate,” y ella respiró, abrió sus ojos, y miró el rostro de Aquel quien es la resurrección y la vida. (Marcos 5:41)
Jesucristo interrumpió cada funeral al que fue. Él perturbó cada cementerio que visitó porque Él es vida, y la puede dar con una sola palabra.
Sin embargo, para estos ejércitos de la tierra, él será la muerte, y en Isaías 11:4b leemos que el Mesías…
Herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío.
¡Todos los hombres y demonios más poderosos juntos no serán lo suficientemente fuertes como para soportar una sola palabra de Cristo! Una palabra y los ejércitos del mundo se convierten en comida de pájaros, y así comienza la gran cena de Dios.
Según este pasaje, todos mueren excepto dos personas.
La Condenación del Anticristo
y el Falso Profeta
Note el versículo 20.
Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que hacía señales en su presencia, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen; los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre.
Solo dos personas son llevadas cautivas, por así decirlo. Todos los demás están muertos, lo que significa que sus espíritus en este momento se encuentran en el Hades – el lugar temporal de tormento donde van a esperar su juicio final. (Lucas 16:23)
Pero Dios hace algo distinto y drástico para estos dos hombres diabólicos. Ellos son condenados públicamente.
Juan dice en el versículo 20…
Estos dos fueron arrojados vivos al lago de fuego…
La frase, “lago de fuego,” es una referencia al lugar final de tormento eterno. Jesucristo y otros escritores bíblicos lo describieron de esta forma, pero esta es la primera vez que leemos el título, “el lago de fuego.”
Vamos a estudiar acerca de este lugar más adelante, cuando lleguemos al final de Apocalipsis 20. El lago de fuego será mencionado 4 veces más mientras Apocalipsis llega a su conclusión.[vi]
Sin embargo, por ahora, se nos dice que los primeros habitantes del infierno son el Anticristo y el Falso Profeta – este dúo que llegó a engañar a la mayor parte de la humanidad. Ellos se convierten en un preludio horroroso de la ira eterna de Dios al ser arrojados vivos al lago de fuego.
El punto al hacer esto, o uno de ellos, es demostrar que los incrédulos que influencian a otros en su incredulidad van a recibir una condenación más grande. Aquellos que guían a otros a pecar, acarrean una mayor responsabilidad delante de Dios por sus obras, y serán sujetos a un castigo más severo. Sí, hay niveles de sufrimiento en el infierno como vamos a estudiar más adelante.
El anticristo y su Falso Profeta van a ser los primeros seres humanos que entrarán al infierno.
Este pasaje entrega una gran advertencia.
El profesor de universidad que se deleita en condenar las Escrituras, y ayuda a confirmar la incredulidad de sus estudiantes, un día recibirá una condena más grande.
El hombre o mujer avaro que luce sus riquezas, fomentando la envidia y la codicia alrededor suyo, va a tener en un juicio más grande.
El hombre que se jacta de su inmoralidad y aun publique su inmoralidad, causando que otro incrédulo desee y practica inmoralidad, un día va a servir una sentencia más terrible.
Una cosa es pecar y no arrepentirse; otra cosa es aplaudir, apoyar, defender, presentar y animar a otros a pecar.
El fin de los tiempos se acerca, y finalmente estamos viendo como Dios empieza a tomar acciones definitivas. Dios está sacando su balanza, está midiendo su condenación sobre el mundo incrédulo.
Para el horror del mundo, el no está tratando a todos por igual. Entre más grande el pecado, y entre más grande la influencia de su pecaminosidad, más grande la condenación.
Hay un evento más que vamos a observar con nuestros propios ojos.
Hemos oído la invitación del ángel.
Hemos visto la condenación del Anticristo y el Falso Profeta.
Ahora note…
El Encarcelamiento del Adversario
Mire los versículos 1 y 2 del capítulo 20.
Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano.
Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años
Que emoción es leer esto. Un día lo veremos con nuestros propios ojos.
Un ángel viene volando desde el cielo con una tarea.
Se nos dice que este ángel tiene dos cosas en su mano,
- Primero, este ángel tiene las llaves del abismo.
El abismo ya ha aparecido en el libro de Apocalipsis. Es el lugar temporal donde ciertos ángeles caídos o demonios se encuentran encarcelados.[vii]
La palabra “abismo” viene del griego “abusos” (abussoj) y se refiere a la inhabilidad del hombre de imaginar su profundidad.[viii]
El apóstol Juan lo describe como una caverna profunda. Este abismo parece tener una entrada, la cual está cerrada con llave. El dueño de la llave es nuestro soberano Dios.[ix]
2 Pedro 2:4 y Judas 6 nos informan que algunos demonios ya han sido enviados al abismo para esperar su juicio final.
Quizás recuerde cuando Dios le permitió a Satanás abrir la tapa del abismo, en Apocalipsis 9, y liberar millones de demonios para atormentar la tierra por un periodo de determinado durante la tribulación.
Ahora se nos dice que la llave de esta caverna profunda está en la mano de un ángel.
- Segundo, este ángel sostiene una gran cadena en su mano.
Obviamente un ser espiritual no puede ser atado con una cadena de metal comprada en la tienda de la esquina. Esto no significa que Dios no puede crear algún tipo de cadena para atar a Satanás. Esto es aparentemente lo que pasa.
El versículo 3 nos dice que después de que este ángel vino y ató a Satanás…
lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años…
Tengo un libro en mi escritorio titulado, Desearía Haber Estado Allí, en el cual el autor relata momentos importantes en la historia del mundo que él habría deseado observar personalmente. Ninguno de estos eventos históricos se compara con esta escena.
Cristo desciende en toda su gloria, los ejércitos del mundo son derrotados, la iglesia resplandeciente viene con Cristo vertida de blancos y montada sobre caballos blancos de victoria, el anticristo y el falso profeta son juzgados, y luego en este momento culminante, Satanás, la serpiente antigua es agarrada. El león rugiente es amordazado. El acusador es silenciado. El enemigo de la iglesia es encadenado.
¿Quién hace todo esto? Un ángel común y corriente.
Este no es un arcángel. No es Gabriel o Miguel; no es uno de los 4 ángeles que están de pie delante del trono de Dios.
Este es solo un ángel, común y corriente; un ángel anónimo que resulta ser más poderoso que Satanás y hace la voluntad de Dios.
¡Al igual que nosotros!
Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)
Aunque aún batallamos en la vida y aun debemos resistir al enemigo, ya hemos ganado.
“ya ganamos, ya ganamos.”
Si, todavía esperamos que Satanás sea vencido, pero el resultado ya está decidido – Satanás va a perder. De hecho, él no solo va a perder, sino que su derrota será aplastante. Jesucristo y sus santos ganan. Y no solo ganamos, sino que conquistamos.
Nosotros ya hemos vencido. En Cristo, ya hemos sido sellados, perdonados, y sentados con Cristo; ya somos invariablemente y eternamente aceptos en Cristo.
La semana pasada mi esposa entró a mi oficina me y dijo, “tienes que leer esto.”
A ella le encanta leer los devocionales de Spurgeon. Él fue un gran predicador en Londres, Inglaterra, a finales de 1800. Voy a terminar con un párrafo de sus comentarios.
[Pablo escribe en Efesios 1:6, ustedes son] “Aceptos en el Amado” ¡Que estado privilegiado! Aunque incluye nuestra santificación delante de Dios, el término “aceptos,” en el griego, significa más que eso. Significa que nosotros somos objetos del… deleite divino. ¡Cuan maravilloso es que nosotros, pecadores, mortales somos el objeto de amor divino! Pero es solo porque estamos “en el amado.” Algunos cristianos [se sienten] aceptados según su propia experiencia…. Cuando están animados y esperanzados, ¡piensan que Dios los acepta, porque se sienten tan felices, y elevados! Pero cuando sus almas [colapsan] en el polvo, caen víctimas del miedo y ya no se sienten aceptados. Si ellos solo pudieran ver que todos sus gozos no los exaltan, y que todos sus desalientos no los disminuyen a los ojos del Padre, sino que son aceptos en Aquel que nunca cambia, en Aquel que es siempre… perfecto, siempre sin mancha ni arruga, ni ninguna cosa así. ¡Cuanto más feliz serían, y cuanto más honrarían al Salvador! Regocíjese entonces, creyente, en esto: [Usted es] acepto “en el amado.” Usted mira hacia adentro y dice, “no hay nada aceptable aquí.” Pero mira a Cristo y ve que Él es completamente aceptable. [Sus] pecados lo aquejan; pero Dios ha arrojado sus pecados en Su espalda; y usted es acepto en Jesucristo. Usted tiene que pelear con la corrupción, y batallar con la tentación, pero ya es acepto en Aquel que ha vencido a los poderes del mal. El diablo lo tienta; pero alégrese, él no puede destruirlo, porque usted ya es acepto en Cristo… [x] Querido oyente, permita que la Palabra de Dios, a través de Apocalipsis 19 y la verdad de su posición en Cristo lo motive a vivir, a pensar y a sentir a la luz de su relación con Él – a la luz de su perdón, a la luz de su aceptación y su victoria en Cristo.
[i] Robert Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 270.
[ii] Adrian Rogers, Unveiling the End Times in Our Time (Broadman and Holman, 2004), p. 222.
[iii] John Phillips, Exploring Revelation (Loizeaux Brothers, 1991), p. 236.
[iv] Daymond R. Duck and Larry Richards, The Smart Guide to the Bible: Revelation (Thomas Nelson, 2006), p. 292.
[v] John MacArthur, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 2000), p. 221.
[vi] Kendell H. Easley, Holman New Testament Commentary: Revelation (Holman, 1998), p. 357.
[vii] Thomas, p. 398.
[viii] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 832.
[ix] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 28.
[x] Charles H. Spurgeon, Morning and Evening (Hendrickson Publishers, 1991), p. 534.