Introducción
Hay una frase que usamos, que viene de la mitología griega, y describe un periodo de perfecta paz, harmonía, igualdad y prosperidad. Esta frase es “La era dorada.”
Francamente, esta ha sido la búsqueda de la humanidad desde los días del exilio de Adán y Eva del Jardín del Edén. Fue el gran deseo de Nimrod al construir Babilonia. Será el propósito del Anticristo mientras intenta dominar el planeta a través de un gobierno y una religión mundial.
Hay algo en el corazón del hombre que desea un mundo utópico, donde reina la paz y la justicia. Yo creo que esto no es nada menos que el rastro de una verdad divina escrita en el corazón de cada persona.
Dios también puso en el corazón del hombre una consciencia de juicio venidero y una creencia casi universal en algún tipo de desastre mundial futuro. Eventos recientes en el mundo – terremotos y catástrofes naturales – solo incrementan este sentimiento de que nuestro mundo terminará cayendo bajo una futuras serie de catástrofes naturales.
Las películas acerca del fin del mundo parecen nunca pasar de moda. ¿Se acuerda de la película llamada “2012”? El subtítulo de la película era “fuimos advertidos.” ¿Porque alguien querría ver una película que trata acerca del fin del planeta? Sin embargo fue éxito de taquilla.
Es interesante ¿o no? que miles de personas alrededor de todo el mundo quisieron ver algo que sigue alimentando su ansiedad, al ver gráficamente como el planeta se destruye en un evento cataclísmico.
Dos pensamientos contrastantes y hasta incompatibles se encuentran estampados en el corazón de cada ser humano; la creencia en algún tipo de desastre que acabe con el mundo, y el deseo y esperanza de vivir en mundo unido, donde reine la paz y la prosperidad.
Para el creyente, estas dos ideas no son imposibles. Solo la Biblia provee la información y los detalles de ambos eventos que tomarán lugar sobre el planeta Tierra.
La tribulación, como hemos visto en Apocalipsis 6 al 19, es una serie de eventos catastróficos, uno tras otro traído por la ira de Dios mientras el juzga a la humanidad y a todas las naciones del mundo. Al mismo tiempo, la tribulación prepara la nación escogida de Israel para recibir a su Mesías. Cuando la tribulación se acaba, la mayor parte de la humanidad está muerta, y una gran parte del planeta ha sido devastado.
La Biblia registra el último evento del periodo de la tribulación, cuando la mayoría de las naciones que quedan sobre la Tierra unen sus ejércitos para combatir contra Jesucristo, mientras Él desciende a Jerusalén y posa sus pies sobre el Monte de los Olivos. Este ejercito global es derrotado en la batalla de Armagedón por la palabra de Cristo, y el Rey Jesús establece su reino sobre el planeta tierra.
Esto trae un periodo de paz y prosperidad sobre la tierra. La era dorada se convertirá en realidad.
La idea de una era dorada esta estampada en el corazón de cada ser humano. Esto no es más que la verdad de Dios escrita en la consciencia de la humanidad.
Busqué por internet las palabras “la era dorada,” y termine mirando un video de un gurú, que hablaba acerca de un tiempo en el futuro que él llamaba, la era dorada de la corona.
Este hombre no sabe cuan cierto es lo que dice. Sin embargo, si le decimos que la corona le pertenece a Cristo, ahí se termina la conversación.
Las Naciones Unidas, ahora representada por más de 190 naciones, rechaza la verdad de Cristo y su reino venidero. Esta institución desprecia el concepto de un Dios creador que vino a la tierra y que murió sobre la cruz para pagar por los pecados del mundo. Ellos rechazan la noción de que todos los que colocan su fe en este Mesías sufriente un día reinaran con Él, cuando vuelva como el Rey de Reyes y Señor de Señores. Sin embargo, es trágicamente irónico que ellos desean una comunidad global, pacífica y unida – y lo desean en términos bíblicos.
Justo al frente del edificio de las Naciones Unidas, en Nueva York, hay una plaza donde por los últimos 60 años se hacen protestas pacíficas, manifestaciones políticas, y convocaciones políticas por la unidad y la paz mundial. En esta plaza hay una pared, o monumento. Grabado en esta pared están las palabras del profeta Isaías hablando del reino milenial – cuando Cristo reina sobre la Tierra.
El texto en la pared dice.
Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaias
Así que, aunque la humanidad no quiere rendirse ante Jesucristo, el líder, esta realmente desea ver cumplida esta promesa bíblica de una era en la cual la guerra pasará al olvido y la unidad global traerá un maravilloso tiempo de paz y prosperidad.
A todo esto, en el monumento no pusieron la cita bíblica completa de Isaías. Solo está el nombre “Isaías,” sin capítulo o versículo. Quizás tienen miedo de que alguien vaya al pasaje – porque si lo hace, va a descubrir que el versículo en este monumento ha sido convenientemente cortado a la mitad. La porción grabada en la pared no dice nada acerca de Jesucristo.
Nuevamente, el texto en la pared dice.
Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaías
Este pasaje viene de Isaías 2:4, y el texto completo dice así.
Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.
Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
(Isaías 2:3-4)
En otras palabras, esta profecía de paz global está en directa relación con el reino literal de Jesucristo desde Jerusalén, donde Él será el líder de las naciones.
No podemos tener la última parte del versículo sin la primera parte. No podemos tener una era dorada hasta que Cristo vuelva y reine como Rey de Reyes y Señor de Señores (Apocalipsis 19:16). Nuestro mundo quiere un entorno pacifico, sin un salvador personal.
Nuestro mundo anhela la paz – pero no quiere al Príncipe de Paz.
El mundo realmente no quiere oír nada acerca de la segunda venida de Jesucristo para reinar sobre la Tierra. Por causa de su incredulidad, todos los que rehúsan las afirmaciones de Jesucristo un día van a ser excluidos de esta era dorada. Los incrédulos no solo van a perderse el cielo, sino que también van a perderse el glorioso preludio del cielo – el reino milenial de Cristo sobre la tierra.
¿Como será este tiempo cuando Cristo reine sobre la tierra?
Un autor escribió
Imagine un mundo [como ha sido descrito por los profetas a través del Antiguo Testamento] dominado por equidad y bondad, un mundo donde no hay injusticia, donde ninguna corte da un veredicto injusto, y donde todos son tratados justamente. Imagine a un mundo donde lo que es verdadero, correcto, y noble marca cada aspecto de la vida, incluyendo las relaciones interpersonales, el comercio, la educación, y el gobierno. Imagine un mundo donde la paz es total y permanente, donde el gozo abunda y la buena salud prevalece; tanto así que [la creciente población del mundo] vive por cientos de años. Imagine un mundo donde la maldición de Génesis ha sido removida, donde el medio ambiente es restaurado a la pureza que tenía en el Jardín del Edén, donde la paz reina aun en el reino animal, para que “el lobo pueda habitar con el cordero, y el leopardo pueda descansar junto al cabrito, y el ternero con el león…; y un pequeño niño los pueda guiar” (Isaías 11:6) [i]
- Hay alrededor de 330 profecías en el Antiguo Testamento acerca de la venida de Cristo.
- De estas profecías, 109 fueron cumplidas literalmente durante la primera venida de Cristo, dejando alrededor de 220 que aún deben ser cumplidas en su segunda venida.
- De los 46 profetas del Antiguo Testamento, menos de 10 hablaron de la primera venida de Cristo – su nacimiento, muerte, y resurrección – pero 36 de ellos hablaron de los eventos relacionados a su segunda venida.
- Hay alrededor de 1500 pasajes en el Antiguo Testamento que tratan acerca de la segunda venida del Mesías.
- En el Nuevo Testamento, 1 de cada 25 versículos trata directamente de la segunda venida de Jesucristo.
- Hay casi 2.000 referencias a la segunda venida del Rey de Reyes.
¿Como sabemos que el Rey venidero, el Mesías, es Jesús?
¿Acaso hay dos Mesías?
Muchos eruditos judíos creen que deben haber dos Mesías – uno que sufriría y uno que reinaría. Si solo tuviéramos el Antiguo Testamento, quizás podríamos llegar a esta conclusión también, ya que los profetas no hicieron una clara distinción temporal entre la primera venida de Cristo y su segunda venida.[ii]
Al comparar los dos Testamentos, tenemos una imagen más clara, y vemos que no son dos hombres de los que se escribe, sino de uno, el Dios encarnado, Jesucristo.
Desde Génesis, la Biblia registra que el cetro, la vara del gobernante, por así decirlo, estaría en manos de un descendiente de Judá (Génesis 49:9-10). Lucas cuidadosamente rastrea la genealogía de Cristo a través y hasta la tribu de Judá (Lucas 3:23-38).
El profeta Miqueas reveló que el lugar donde el Mesías nacería, iba a ser Belén (Miqueas 5:2). Lucas reveló que Cristo nació en Belén (Lucas 2:4-7).
Isaías profetizó
… he aquí, una virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Que es, Dios con nosotros. (Isaías 7:14)
El ángel Gabriel se le apareció a una virgen llamada María y le dijo
…he aquí concebirás… y darás a luz un hijo… y será llamado hijo del Altísimo. (Lucas 1:27-35)
Isaías profetizó que el Mesías haría que
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. (Isaías 40:3-4)
Juan el Bautista aparece como el predecesor de Jesucristo y anuncia que a través de Jesús,
Todo valle será rellenado, y todo monte y collado rebajado; lo torcido se hará recto, y las sendas ásperas se volverán caminos llanos. (Lucas 3:2-5)
David profetizó del Mesías
… [ellos] me aborrecen sin causa. (Salmo 35:19)
El evangelio de Juan registra a Jesús diciendo
El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece…
Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. (Juan 15:23-25)
¿Es Jesucristo el Mesías reinante del Antiguo Testamento?
El profeta Zacarías dijo que el rey de Israel vendría a Jerusalén montado sobre un asno, y profetizó que las personas se regocijarían en su salvación (Zacarías 9:9). Jesucristo montó un asno de camino a Jerusalén, según el evangelio de Marcos y las personas gritaron, “Hosanna” al hijo de David. (Marcos 11:7-10)
Aún más específicamente, David profetizó que un amigo cercano del Mesías, con quien comía pan, levantaría contra él su calcañar (Salmo 41:9). En el evangelio de Juan, Judas Iscariote recibe pan de la mano de Jesús y luego sale de la habitación para planear su traición (Juan 13:21-30).
Zacarías aun profetizó que el precio de la traición serían 30 piezas de plata (Zacarías 11:13). Mateo registra el trágico evento cuando Judas, lleno de remordimiento, va donde están los sacerdotes y ancianos, después del arresto de Jesús y les confiesa que ha traicionado a un hombre inocente. Judas, luego arroja el dinero que le habían dado – 30 piezas de plata (Mateo 27:3).
David profetizó de la crucifixión del Mesías cuando escribió.
…me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies. (Salmo 22:16)
Juan registra que el Cristo resucitado le mostró a Tomas las marcas de los clavos en sus manos (Juan 20:27)
Pablo escribió,
Se humillo a si mismo… hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2:8)
David también escribió,
…reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes. (Salmo 22:18)
Mateo registra en su evangelio.
Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes; (Mateo 27:35)
¡Que más específico que eso!
¿Es el Mesías crucificado el Salvador que murió por los pecados del mundo?
Isaías registró,
Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros.
(Isaías 53:5-6)
El apóstol Pablo escribió,
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno.
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él.
(Romanos 5:6-9)
David también escribió acerca de la resurrección del Señor y como llevaría cautiva la cautividad. (Salmo 68:18)
Pablo escribe,
Subiendo a lo alto, [Cristo] llevó cautiva la cautividad. (Efesios 4:8)
¿Es el Señor, el Mesías sufriente del Antiguo Testamento, la misma persona que el Jesucristo resucitado del Nuevo Testamento?
Los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento concuerdan al unísono y sin contradicción. ¡Él es el mismo!
¿Reinará el Mesías sobre
todo el Mundo?
Permítame hacer otra pregunta. Si el Mesías del Antiguo Testamento es la misma persona que el Mesías del Nuevo Testamento, ¿Como sabemos que este mismo Mesías un día volverá a reinar sobre todo el mundo?
¿No es suficiente que Jesús murió por nosotros para perdonar nuestros pecados? ¿Como sabemos que él va a volver a reinar sobre el planeta Tierra?
Porque Él va a cumplir sus promesas y todas las profecías acerca suyo.
Las escrituras, y de hecho, el registro de la historia también, testifican de la primera venida de Cristo, junto con su muerte y resurrección. Ahora, este mismo libro inspirado nos dice que Él va a volver otra vez. No hay razón para no creer que Él cumpla lo que ha prometido tal como lo hizo la primera vez. Un día toda la historia va a culminar en la aparición de Jesucristo viniendo en gloria y en poder.
Jesús no va a volver para tocar el timbre del edificio de las Naciones Unidas, y pedirles si lo pueden incluir en sus planes. Él no va decirles, “¿Serían tan amables de dejarme entrar?”
No, los días de invitación se habrán acabado. Cristo va a venir a juzgar a las naciones y a establecer su trono invencible e indiscutido.
El Salmo 2 revela que el reino de Cristo será universal y absoluto. Escuche lo que dice David acerca Dios el Padre y Dios el Hijo en el Salmo 2:1-8.
¿Por qué se sublevan las naciones, y los pueblos traman cosas vanas?
Se levantan los reyes de la tierra, y los gobernantes traman unidos contra el Señor y contra su Ungido, diciendo:
¡Rompamos sus cadenas y echemos de nosotros sus cuerdas!
En otras palabras, “No vamos a rendirnos ante Dios y no vamos a dejar dominar por su ungido (esta palabra puede ser también traducida, “Mesías”)
Note los versículos 4 al 8.
El que se sienta como Rey en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos.
Luego les hablará en su ira, y en su furor los aterrará, diciendo:
Pero yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo monte.
Ciertamente anunciaré el decreto del Señor que me dijo: “Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.”
“Pídeme, y te daré las naciones como herencia tuya, y como posesión tuya los confines de la tierra.”
En otras palabras, ¡el Rey viene!
¿Como respondemos a esto? Mire los versículos 10 al 12 de este Salmo.
Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento; recibid amonestación, oh jueces de la tierra.
Adorad al Señor con reverencia, y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues puede inflamarse de repente su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!
¡Esto es lo mismo que vemos en Apocalipsis 20, versículos 6 al 19!
La ira de Dios es revelada contra las naciones del mundo en la tribulación. Después del regreso de Cristo, el Hijo de Dios va a instalarse como rey, y reina desde Jerusalén.
Así comienza la era dorada.
Jeremías, en el capítulo 30, profetizó que Israel sería redimida, y que volverían a tener posesión de la tierra prometida. Pablo hizo lo mismo en Romanos 11.
Los profetas Isaías, Jeremías, Miqueas, Sofonías, y otros más escriben que este reino global tendrá a Jerusalén como su ciudad capital.
Isaías, en el capítulo 9, versículos 1 al 7 registra que el reino milenial será un tiempo de paz, justicia y harmonía sin precedentes.[iii]
Miqueas repite la profecía de Isaías y dice que en el reino de nuestro Señor,
Él juzgará entre muchos pueblos, y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; entonces forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. (Miqueas 4:3)
La era dorada va a ocurrir literalmente.
Las países que forman las Naciones Unidas de nuestro mundo quieren lo correcto – solo que están buscándolo en la dirección equivocada.
Los cristianos liberales no ayudan mucho tampoco – ellos son guías ciegos guiando a los ciegos. Ellos dirían que Jesús no va a volver literalmente y físicamente – el solo viene a nuestras vidas. Esto es espiritualizar la segunda venida de Cristo, y muchas personas lo hacen, aunque es completamente ridículo. La razón por la que es ridículo, es porque cada una de las profecías relacionadas con la primera venida de Jesucristo fueron cumplidas literalmente.[iv]
Si las profecías en el Antiguo Testamento relacionadas con la primera venida de Cristo realmente ocurrieron literalmente, ¿porque entonces las profecías acerca de su segunda venida serian alegóricas, espirituales, místicas, o cualquier cosa menos literales? Si una profecía dice que Jesús va a nacer en Belén y la tomamos literalmente, ¿porque tomaríamos las profecías acerca de que Jesús va a reinar en Jerusalén con sus redimidos espiritualmente?
No podemos crear una hermenéutica doble – una doble interpretación de la profecía. No podemos decir, “Esto es literal, esto es espiritual, esto es literal, esto es espiritual; esto va a ocurrir, esto no…”
Ningún interprete de profecía tiene la autoridad o el derecho de tomar a Belén literalmente y Jerusalén espiritualmente.
Tenemos todas las razones como para creer que el planeta Tierra, durante el reino milenial, va a experimentar las condiciones del Jardín del Edén. La comida va a ser abundante y el reino animal va a ser domado como para que un bebe pueda jugar con una cobra. Isaías escribe que la vaca y la osa van a pacer juntas, y que el lobo morará con el cordero (Isaías 11:6-7).
Isaías también dice, en el capítulo 65, versículo 20, que los creyentes que conocieron a Cristo durante la tribulación y llegan vivos al reino, van a tener una expectativa de vida como la de Adán y los primeros habitantes de la tierra. Una persona de 100 años será considerada joven.
¿No es fantástico? A los 100 años necesitamos que nos reemplacen todas las piezas. Pero en el reino, una persona recién va a estar comenzando la vida.
Alguien podría decir, “Vamos, ¿como es que crees que eso puede pasar? ¡Eso no puede ser literal!
¿Que es más difícil de creer – personas que tienen cuerpos capaces de vivir por cientos de años en el reino milenial, o usted y yo recibiendo cuerpos capaces de vivir para siempre? Piense en lo que eso significa, para siempre.
¿Volverá Cristo físicamente?
Jesucristo sabía que habrían preguntas en el futuro acerca de la naturaleza literal de su regreso, así que Él se aseguró que los ángeles anunciaran su segunda venida tal como anunciaron su primera venida.
Vayamos a Hechos capítulo 1. El Señor está a punto de ascender y es rodeado por sus discípulos. Él los desafía y les da una última promesa en el versículo 8.
Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra
Ahora mire lo que pasa en los versículos 9 al 11.
Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos.
Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas,
que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
¿Acaso Jesús ascendió espiritualmente? Estaban los discípulos teniendo meramente un tipo de experiencia mística, que vieron con sus ojos de fe?
No. Los discípulos vieron a Jesús ascender hasta que lo perdieron de vista en las nubes. Los ángeles luego dijeron, “Él va a volver de la misma forma.” No de forma místico, ni espiritual, ni meramente observado a través de ojos de fe, sino de forma literal y física.
La era dorada va a llegar un día, y el Príncipe de Paz va a volver físicamente a la Tierra para reinar. Este Príncipe de Paz no será otro que Jesucristo, nuestro Señor.
¿Cuanto Tiempo va a Durar
el Reino del Mesías?
Ahora vayamos a Apocalipsis 20 para responder a la pregunta, ¿Cuanto tiempo va a durar el reinado de Cristo desde Jerusalén?
Note los versículos 4 al 6.
También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años.
Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección.
Voy a explicar quiénes son “los demás muertos” en nuestro próximo estudio.
Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.
Ahora, ¿cuanto tiempo va a durar el reino de Cristo sobre la tierra? Seis veces en siete versículos se nos dice, “mil años.” No hay razón para que alguien diga que Dios esta simplemente usando un numero simbólico. Nada en este texto indica algo así. Dios no repite algo porque no sabe que más decir.
Subraye las referencias a este periodo específico de tiempo en los primeros 7 versículos del capítulo 20.
- En la última parte del versículo 2 – “y lo ató por mil años
- Al medio del versículo 3 – para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años
- Última parte del versículo 4 – y reinaron con Cristo por mil años.
- Versículo 5, la primera parte – Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años
- Versículo 6 – la última parte – reinarán con Él por mil años.
- Versículo 7, la primera parte – Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión.
Alguien que dice, “No creo que Dios quiere decir 1.000 años,” no tiene justificación aparte de sus propia opinión personal. Dios no podría ser más claro.
Imagine que le dijera a su hijo,
- Métete al auto porque te voy a llevar a McDonald´s por una hora.
- Hijo, vamos, te voy a llevar a McDonald’s por una hora.
- Metete al auto, para que te pueda llevar a McDonald´s por una hora.
- Hijo, quiero llevarte a McDonald’s por una hora.
- Hey, vamos, te voy a llevar a McDonald´s por una hora.
- Vamos, entra al auto; voy a llevarte a McDonald´s por una hora.
Qué pasaría si su hijo no se mueve, y luego dice, “ah no creía que hablabas en serio.”
¿Cuantas veces tiene que decirnos Dios en tres versículos de Apocalipsis, a través de los profetas y apóstoles, a través de las mismas palabras del Señor, y de la boca de ángeles que Él va a volver físicamente reinar sobre la tierra por 1.000 años para que le creamos?
La era dorada de la humanidad finalmente llegará, porque el Hijo de Dios va a venir a la Tierra.
La era dorada es una realidad. Y también está escrito en los corazones de las personas como una verdad intuitiva y un deseo profundo, “Seguramente este mundo debe ser capaz de llevarse bien. Seguramente un día podría unirse. Seguramente un día lograremos tener paz sobre la Tierra.
¡Lo habrá! Querido oyente. Va a haber paz, y prosperidad, unidad y gozo sin precedentes sobre la Tierra, pero solo después de que el Príncipe de paz haya venido a la Tierra, trayéndonos a nosotros, sus redimidos, junto con Él.
En nuestro próximo programa, vamos a hablar en detalle acerca del reino de este Príncipe de Paz – su clima, su topografía, su geografía, su reino animal, su expectativa de vida, su nuevo templo y su ciudad capital, Jerusalén. El reino será increíblemente grandioso.
Pero quería comenzar primero hablando acerca de su Rey. Él es de quien hablaron Moisés y los profetas; Él es el hijo de Dios – nacido de una virgen, sacrificado por nuestros pecados en una cruz, resucitado, ascendido al cielo y quien pronto volverá.
Empezamos con Él porque
- No puede haber paz sin este Príncipe.
- No se puede volver a las condiciones del Jardín del Edén sin este, su Creador.
- No puede haber reino sin un Rey.
El mismo que ascendió al cielo… va a volver a la Tierra otra vez.
Me encantan las palabras de un coro que dice, “No vi a Jesús cuando subió, pero cuando baje, lo veré yo.”
Más que eso, la verdad es que no estábamos con Él cuando subió, ¡pero estaremos con Él cuando descienda del cielo! No estábamos con Jesús cuando se fue, pero estaremos con Él cuando regrese. Nosotros estaremos allí. Nosotros quienes reconocemos a Jesucristo como el Mesías, Dios con nosotros, el Salvador humilde que murió, resucitó, y ascendió a los cielos, pero que un día va a volver como el Rey de Reyes y Señor de Señores.
[i] John MacArthur, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 2000), p. 228.
[ii] Got Questions Ministries, http://www.gotquestions.org/second-comin-Jesus-Christ.html.
[iii] Sam Smith, What the Bible Says about the Future (unpublished notes), p. 48.
[iv] John MacArthur, “Why Jesus Must Return to Earth, Part One,” http://www.gty.org/Resources.