Introducción
Cada tanto, el pastor de niños en nuestra iglesia dedica un domingo entero para responder preguntas. El me envió una lista de preguntas que los niños le hicieron este año. Estas son algunas de ellas.
- ¿Habría sido posible que Adán y Eva nunca pecaran en el jardín del Edén?
- ¿Que tiene que ver el pecado con los desastres naturales, el dolor y las enfermedades?
- ¿Puede abandonarte el Espíritu Santo?
- ¿Que le pasaron a las personas que murieron antes de que Cristo viniera a la Tierra?
- ¿Porque Dios hizo el cielo?
- ¿Se puede ver la Tierra desde el cielo?
- ¿Podemos comer en el cielo?
- ¿Podemos ver a nuestra familia desde el cielo?
- ¿Van a haber computadoras y televisión en el cielo?
- ¿Van a haber iglesias en el cielo?
- ¿Van a haber frapuccinos en el cielo?
- ¿Van a haber caballos en el cielo? (Sí, pero no van a haber…? Gatos. Gatos es la respuesta.)
- ¿Cuando las personas mueren, es así como se verán en el cielo? (¡Esperemos que no!)
- ¿Vamos a vivir en el Nuevo Cielo o en la Nueva Tierra?
- ¿Es necesario que la iglesia tenga un predicador? (me gustaría saber quién preguntó eso)
- ¿Porque la Biblia se llama Biblia?
- ¿Como sabemos que la Biblia es verdad?
- ¿La tribulación va a ocurrir antes del rapto?
- ¿Cuando es el rapto?
Estas son solo algunas de las preguntas hechas por los niños de 3º a 5º grado.
Quizás, mientras escuchaba algunas de las preguntas pensó, “¡yo también quiero saber la respuesta a esa pregunta!”
De hecho, estas preguntas también me llamaron la atención. Muchas de ellas tienen que ver los con eventos futuros que hemos estado estudiando, así que permítame responder algunas de ellas.
- ¿Porque Dios creo el cielo?
Dios creó el cielo para desplegar su gloria y gracia sobre sus amados por toda la eternidad.
- ¿Se puede ver la Tierra desde el Cielo?
Creo que sí. De hecho, La escritura parece insinuar de que los santos fallecidos, como los mártires de la tribulación, no solo saben lo que está pasando sobre la tierra, sino recuerdan que les pasó cuando estaban en la Tierra. Por eso los mártires oran, “Señor? cuando vas a vengar a nuestros enemigos?”
Ir al cielo, no necesariamente borra nuestra memoria, sino que nos devuelve nuestros recuerdos en una perspectiva glorificada. Nos da la perspectiva de un creyente maduro – como José, que le dijo a sus hermanos, “…no fueron ustedes los que me enviaron a Egipto sino Dios” (Génesis 45:8). Más adelante les dijo, “…ustedes quisieron hacerme mal, pero Dios lo encamino a bien.” (Génesis 50:20)
¿Había José olvidado lo que había pasado? No. Sin embargo, su perspectiva gobernó su recuerdo, por lo que él ya no tenía sino gozo en la providencia de Dios.
- ¿Vamos a comer en el cielo?
¡Por su puesto que sí! La Biblia nos dice que van a haber árboles que dan fruto todo el año para que disfrutemos. Y no vamos a subir de peso.
- ¿Van a haber computadoras en el cielo?
No dudo tampoco que las haya. En el nuevo cielo y la nueva tierra no vamos a ser omnipresentes, así que probablemente desarrollemos sistemas de comunicación aún más avanzados de lo que podemos imaginar. Recordemos que la inteligencia, las habilidades manuales, y la tecnología son todos regalos de Dios, que se pueden usar para glorificarlo. Por lo tanto, los dispositivos tecnológicos y los medios de comunicación no va más allá de los limites escriturales.
- ¿Van a haber iglesias en el cielo?
La Iglesia va a estar en el cielo – nosotros somos la iglesia.
No se nos dice, pero no me es difícil imaginar grupos de creyentes reuniéndose en diferentes lugares alrededor de la nueva tierra – quizás aún el Domingo – para alabarle. Es posible que estemos conectados de alguna forma con todos los demás a través de la tecnología, quizás organicemos viajes para ofrecer a Dios nuestra alabanza.
No se nos dice como, pero sabemos que glorificar a Dios a través de canciones y alabanzas será un gran componente del cielo. Ciertamente se nos insinúa que no vamos a estar haciendo esto individualmente, sino grupalmente.
- ¿Van a haber frapuccinos en el cielo?
A este niño evidentemente lo llevan a Starbucks de vez en cuando. Nuevamente, no dudo que esa sea una posibilidad. Sabemos que va a haber comida y bebida en el cielo, y que vamos a disfrutar de todo esto. Ahora ¿Van a haber frapiccinos en el cielo? No sé.
Alguien tendría que cultivar el café; alguien tendría que tener la indumentaria necesaria – a menos que seamos capaces de hacerlo aparecer de la nada – lo cual dudo. El Señor hizo esto cuando invitó a sus discípulos a comer después de haber resucitado – él tenía el fuego listo, el pescado cocido, y el pan fresco (Juan 21). Pero él es Dios también.
Pedro salió del bote y caminó hacia Cristo sobre las aguas. Quizás tendremos esta habilidad en el milenio y en el cielo como inmortales glorificados.
Un frapuccino no suena muy difícil después de todo ¿o si?
- ¿Van a haber caballos en el cielo?
Absolutamente. Vamos a volver a la Tierra cabalgando en caballos blancos. (Apocalipsis 19:14)
- Cuando las personas mueren, ¿así es como se van a ver en el cielo?
¡Espero que no! Yo realmente espero conseguir varias mejoras en mi cuerpo.
Nuestros cuerpos glorificados serán perfeccionados, saludables, nunca van a envejecer; serán capaces de realizar las actividades del cielo. Nuestras articulaciones van a ser capaces de trabajar sin dolor; nuestros cuerpos no tendrán discapacidades o impedimentos – probablemente siendo revertidos al estado y la edad de Adán y Eva que, quizás, era similar a la edad que demostró Nuestro Señor glorificado, unos treinta, aunque no se nos dice.
Leí parte del libro de un persona que supuestamente murió, fue al cielo, y luego volvió a la vida para contar de experiencia. No pude sino reírme de las cosas que escribió, pero quede bastante desilusionado con la aprobación que recibió el libro de parte de la comunidad cristiana. Una de las cosas que decía este autor era que todas las personas que vio en el cielo lucían exactamente igual a como los recordaba. Su abuelo lucia tal como su abuelo, y pensé “Pobre abuelo – él no recibió su nuevo cuerpo glorificado.”
- ¿Vamos a vivir en el nuevo cielo o la nueva tierra?
Sí. Vamos a vivir en ambos. De hecho, como vamos a aprender juntos, la casa del Padre, de la que leemos cuando estudiamos el cielo, estará en la Nueva Tierra. Habrá un nuevo universo y una nueva tierra para explorar y descubrir por siempre.
- ¿Porque la Biblia se llama Biblia?
La palabra “Biblia” es simplemente la palabra griega “biblión,” que significa libro y es transliterada “biblia.” La palabra “Hagios” fue agregada tempranamente y significa “Santa o sagrada.” Como resultado, seguimos llamando a este santo libro, “La santa Biblia.”
- ¿Como sabemos que la Biblia es verdad?
Sabemos que la Biblia es verdad porque su autor es Dios (2 Timoteo 3:16-17). Y sabemos que Dios siempre dice la verdad.
- ¿La tribulación va a ocurrir antes del rapto?
Usted ya sabe la respuesta – de hecho, hemos notado la ausencia de la iglesia durante la tribulación. Hemos estudiado también los propósitos de la tribulación, que no incluyen purificar la iglesia. La iglesia ya ha sido purificada por la sangre de Cristo, y no necesita experimentar la ira de Dios.
No creemos en alguna versión protestante del purgatorio – sin embargo he hablado con evangélicos que, sin saberlo, la apoyan. Ellos defienden la idea básica que el creyente realmente debería ser purificado a través del sufrimiento antes de que se le permita entrar al cielo.
La Biblia claramente nos dice que ya hemos sido purificados – justificados – completamente a través de la sangre de Jesucristo (Romanos 5:1) y que Dios nos ha prometido salvarnos de la ira venidera (Apocalipsis 3:10). Esta ira literalmente golpeará la Tierra y la humanidad a través de los juicios divinos, mientras Dios prepara la nación de Israel para la venida del Rey y su reino.
- ¿Cuando es el rapto?
La respuesta es – más pronto que nunca antes.
Estas son preguntas maravillosas hechas por niños de 3º a 5º grado. Ellos necesitan saber las respuestas. No son muy pequeños para saber la verdad.
Repaso de los Eventos Futuros
Mientras estudiamos lo que la Palabra de Dios nos dice acerca del reino milenial, recibí algunas sugerencias y preguntas acerca de nuestro estudio. Así que pensé que podríamos repasar rápidamente nuestra línea de tiempo de futuros eventos y responder algunas preguntas que han surgido.
Al comienzo de nuestro estudio de Apocalipsis tocamos el tema del rapto de la iglesia, que ocurre al final de la dispensación de la iglesia y antes de que comience el periodo de la tribulación.
Pablo escribe a los Tesalonicenses en 1 Tesalonicenses 4:13,
Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza.
Ahora, una pregunta puede surgir al leer la palabra “dormir,” la cual es una metáfora para muerte – el cuerpo parece estar durmiendo.
Pero note que Pablo deja en claro que, cuando un creyente muere, su cuerpo podrá estar quieto y sin vida, pero su alma está más viva que nunca.
El estar ausente al cuerpo es estar presente al Señor. (2 Corintios 5:8)
El alma o espíritu del creyente – nuestra parte inmaterial que vive dentro de nuestro cuerpo – inmediatamente va a estar con Cristo.
Por el otro lado, el alma del incrédulo va inmediatamente al Hades – un lugar de tormento – donde allí espera el juicio final. (Lucas 16:23)
Una vez más; al momento de morir, el alma del creyente es transportada inmediatamente a la presencia de Cristo.
Pablo dice en 1 Tesalonicenses 4:15,
Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
En otras palabras, cuando ocurra el rapto de la iglesia, los que estén vivos no van ascender antes que los que ya han muerto en Cristo.
Pablo explica en el versículo 16
Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
Cristo va a dar la orden. Probablemente será la misma orden que dio cuando interrumpió los funerales que asistió diciendo, “Levántate” y el cuerpo muerto volvió a la vida.
Así que Cristo va a ordenar a los cuerpos muertos de los creyentes a salir de sus tumbas, y ellos van a encontrarse con el Señor en el aire. Esto significa que sus cuerpos serán glorificados mientras suben – sus cuerpos serán reconstituidos, perfeccionados, y vueltos a habitar por sus almas que han estado con Cristo todo el tiempo que su cuerpo estuvo muerto. Esto tomará lugar en un instante.
Luego, Pablo escribe en versículos 17 al 18,
Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.
¿Estas palabras lo confortan o lo condenan? ¿lo animan o lo asustan? ¿Ya conoce a Cristo como Señor y Salvador? ¿Se siente preocupado o confiado al leer estas palabras?
Una de nuestras hermanas de la iglesia compartió su testimonio en la reunión de Navidad, y me sorprendió descubrir que, con su esposo, decidieron que en su lápida van a escribir su declaración de fe, “y vivieron felices para siempre.”
Por lo tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.
El Señor nos dice, a través del apóstol Pablo que los cuerpos de los creyentes del Nuevo Testamento van a resucitar de forma física, mientras Cristo se lleva a su novia en el rapto, para guardarla del tiempo de la tribulación, donde la ira de Dios será derramada sobre el planeta.
Ya hemos estudiado en profundidad este periodo de 7 años, según la profecía de Daniel.
Hemos visto que los primeros 3 años y medios son relativamente pacíficos. Una versión más pequeña y simple del templo es reconstruida en Jerusalén y los judíos que se han reunido van a tratar de reconstruir su sistema sacrificial.
Apenas van a lograr establecerlo cuando el anticristo llega a tener el suficiente poder y carisma como para afirmar que él es el Dios encarnado. Él coloca un ídolo de sí mismo en el lugar santo del templo y demanda la adoración del mundo (Apocalipsis 13).
La gran persecución de Israel comienza también junto con la persecución todo aquel que haya colocado su fe en Jesucristo como el único Dios verdadero.
Durante este tiempo, el Señor estará derramando su ira sobre la tierra a través de una catástrofe mundial tras otra. Aun así, la mayoría del mundo no se va a arrepentir, aunque sepan y reconozcan que estos desastres cósmicos y naturales vienen de la mano de Dios (Apocalipsis 16 y 17).
Eventualmente los ejércitos del mundo se unen y marchan contra el Mesías que desciende desde el cielo con las huestes celestiales, cabalgando sobre caballos blancos (Apocalipsis 19:11). Con una sola palabra, Cristo destruye la ciudad capital del anticristo, Babilonia, y la ciudad de Dios, la Jerusalén celestial, desciende.
Los ejércitos que marchan contra Cristo son aniquilados, y el anticristo junto al falso profeta son arrojados al infierno. Ellos se convierten en los primeros habitantes de este lago de fuego (Apocalipsis 19:20-21). Satanás es atado por mil años en el abismo (Apocalipsis 20).
La primera vez que Cristo aparece en el cielo, según 1 Tesalonicenses 4, él viene por su iglesia. La segunda vez que Cristo aparece en el cielo, según Apocalipsis 19, al final de la tribulación, Él viene con su iglesia, y establece su reino milenial sobre la Tierra
Estoy convencido que la mayoría de los cristianos, cuando piensan en su futuro solo piensan en el rapto, o muerte, y luego el cielo.
Pero en nuestro futuro también se encuentra una increíble época de gozo, gloria, desarrollo, economía, arte, industria, naturaleza y descubrimiento conocida como el reino milenial.
Mientras Cristo establece su reino, ocurre otra resurrección también – esta es la resurrección física de los creyentes del Antiguo Testamento, junto con la resurrección física de los mártires de la tribulación. Ellos no se quedan fuera del reino. Ellos recibirán cuerpos inmortales glorificados y reinaran Cristo tal como nosotros (Apocalipsis 20:4).
Nosotros, los inmortales, vamos a reinar sobre los mortales – ambos judíos y gentiles – que creyeron en el evangelio y sobrevivieron la tribulación. Ellos van a entrar al reino como súbditos sobre quien gobernaremos.
Una hermana de la iglesia se me acercó y me dijo, “Sabe pastor, esta idea de “reinar” no tiene ningún atractivo para mí, o mi esposo. De hecho, mi esposo preferiría irse de pescar que estar en un puesto gubernamental en el reino milenial.
Yo le respondí, “dígale que puede él sea la persona a cargo de la industria pesquera. Él puede ser la persona que prueba los nuevos equipos y determina las mejores estaciones para pescar en distintos lugares. Él puede que disfrute de ir a pescar con Pedro y Andrés. Ellos van a poder compartir sus historias de pesca – solo que ahora nunca van a exagerarlas.”
No tenemos idea que pueda significar prácticamente el reinar con Cristo, pero podemos estar seguros que lo vamos a disfrutar.
La vida en el reino va a tener cierta continuidad con la vida que conocemos hoy. Aún van a haber colegios, deportes, conciertos, y negocios. Los granjeros aun van a plantar sus productos, van a manejar sus tractores, van a ordeñar las vacas, y mandar sus productos alrededor del mundo. Se seguirán construyendo casas, caminos, puentes y botes.
Los mortales sobre quien gobernemos van a ser personas normales tal como usted y yo; aunque ellos van poder vivir por más tiempo.
De hecho, alguien me pregunto la semana pasada ¿A donde van a ir los mortales que mueran en el reino?
No hay ningún versículo en la Biblia que nos diga que alguno va a morir. Las condiciones van a ser revertidas a los de los primeros días de la creación, y ellos van a tener la expectativa de vida de Adán y Matusalén que vivieron más de 900 años.
Y aunque sus cuerpos serán mejorados bastante y serán sanados por completo al principio del reino milenial, como aprendemos en las profecías de Isaías, ellos aún tendrán una naturaleza pecaminosa y tendrán que batallar contra sus tentaciones. Por haber creído en Cristo durante la tribulación, tal como nosotros, ellos tendrán seguridad de salvación, pero aún tendrán que desarrollar sus disciplinas espirituales y resistir sus impulsos carnales.
Las condiciones para florecer espiritualmente serán mucho mejores, eso sí. El pecado será reprimido y la verdad será exaltada. Satanás estará atado y su influencia habrá sido anulada. Además, Cristo estará físicamente y visiblemente sobre su trono. (Apocalipsis 20:4)
El Espíritu de Dios estará globalmente e inusualmente activo entre las naciones, como aprendemos en Joel capítulo 2. Las visiones y las profecías van a suplementar el ministerio del evangelio como nunca antes durante esta era del reino. La obra del Espíritu, que fue parcialmente revelada en pentecostés (Hechos 2), tendrá un lugar central en el reino, como nos dice Ezequiel 36.
Otra cosa que motivará y ayudará a los creyentes mortales a crecer espiritualmente será el templo milenial recién construido.
Las profecías de Ezequiel nos informan que la gloria del Señor va a llenar el templo (Ezequiel 43:5). Todos los que vengan a observar los sacrificios van a quedar asombrados con la gloria de Cristo y la gracia del evangelio.
La adoración estará concentrada en Jerusalén (Isaías 1, Jeremías 3; Miqueas 5, y Zacarías 8).
Los levitas van a ministrar nuevamente en el templo (Ezequiel 44). Los sábados y las fiestas judías serán observadas nuevamente como testimonio de lo que Jesucristo ha cumplido.
Alguien me hizo esta buena pregunta. ¿No violaría eso la obra completa y definitiva de Cristo?
Esta pregunta surge principalmente de leer Hebreos 10:10, que nos dice que Cristo se ofreció a sí mismo una vez por todas. El versículo 18 dice.
Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.
Y eso es absolutamente cierto. Ya no se hacen más sacrificios por el pecado. Hebreos 10 nos dice que el sacrificio de Cristo fu suficiente, completo, y final. Ya no se necesitan y no se deben hacer más sacrificios por el pecado. Cristo es suficiente.
El sacrificio de Cristo en la cruz fue necesario para la salvación, y solo a través de Él podemos recibir el perdón, la resurrección de vida, el reino milenial, y el estado eterno en el cielo.
Lo que estos sacrificios van a hacer, es representar y recordar el sacrificio de Cristo.
Millones de mortales aún necesitarán oír el mensaje de salvación, y una de las formas de enseñar y recordar el mensaje del evangelio será a través de estos sacrificios, que ilustrarán como el Cordero de Dios fue sacrificado en nuestro lugar para el perdón de nuestros pecados.
Hoy, la iglesia también tiene sus propias ilustraciones del sacrificio y la expiación de Cristo. Una de ellas es el pan y la copa. No tomamos la santa cena porque Cristo necesita ser sacrificado nuevamente – eso por eso que no celebramos misa. Cristo no está siendo sacrificado nuevamente – el sacrificio fue hecho una vez por todas. Sin embargo, Jesús quiso que recordáramos su sacrificio al participar de esta ceremonia ilustrativa. Él le dijo a sus discípulos en Lucas 22, “haced esto en memoria de mí.” Llamamos esto, la ordenanza de la santa cena.
También, los cristianos nos sumergimos en agua para el bautismo – ojala con agua caliente, a menos que haga calor. Esto tampoco va es una afrenta a la suficiencia de Cristo, sino que es una ilustración de su muerte y sepultura cuando estamos bajo el agua, y de su resurrección cuando volvemos a salir. Cristo no muere y resucita para el perdón de pecados cada vez que una persona se bautiza, simplemente nos estamos identificando con la obra de Cristo.
Los sacrificios animales al estilo del Antiguo Testamento en el templo milenial, solo serán una representación, una ilustración gráfica del sacrificio de Jesucristo, el cordero de Dios sin mancha que dio su vida por nosotros. Este va a ser un poderoso instrumento para evangelizar a los perdidos y para incentivar a los creyentes a adorar.
Ya concluyendo con nuestra línea de tiempo, debemos notar que habrá una resurrección al final del milenio.
Esta será la resurrección de los cuerpos de todos los incrédulos que han muerto a través de toda la historia de la humanidad. Sus cuerpos serán inmortalizados y reunidos con sus almas, que han estado languideciendo en el Hades mientras esperan este terrible día del juicio final.
Ningún otro dios será capaz de salvar a los que estén de pie delante de lo que Juan llama en Apocalipsis 20, “el gran trono blanco.”
El mundo descubrirá, mientras es traído a esta terrible escena, que sin importar cuan religioso haya sido, si no ha sido redimido por Cristo, no hay salvación. Sus religiones no serán capaces de ayudarlo. El mundo descubrirán que todos los caminos no llevan al cielo.
Preguntas para Usted
¿Donde se encuentra usted en esta línea de tiempo?
Físicamente, usted está en la era de la iglesia. El rapto puede ocurrir en cualquier momento.
Sin embargo, si Dios así lo desea, la era de la iglesia podría continuar por otros 1.000 años – pero usted no estará aquí.
Así que la pregunta de verdad es, “¿donde esta espiritualmente?
¿Donde está en relación a la cruz de Cristo – lo que realmente marcará toda la diferencia en el mundo en su vida. Esto definirá donde estará cuando ocurra el rapto, la tribulación, la segunda venida, el reino milenial, y el juicio final.
Si usted no ha puesto su fe solamente en Cristo para su salvación, entonces no se va a ir con Cristo en el rapto, no va a venir con Él en la segunda venida, no reinará con Él en el reino milenial, y no entrará al Nuevo cielo y la Nueva tierra .
Si este es el caso, usted tiene que responder unas preguntas más importantes que si
- ¿Vamos a comer en el cielo?
- ¿Pueden las personas ver a sus familiares desde el cielo?
- ¿Hay caballos y computadoras en el cielo?
- ¿Porque peco Adán?
Todas estas son buenas preguntas, pero hay preguntas más importantes que usted debe considerar. Las preguntas que usted debe responder hoy son.
- ¿Soy yo un miembro de la familia de Dios?
- ¿He nacido de nuevo?
- ¿Esta mi fe genuinamente en la persona y obra de Cristo?
- ¿Pertenezco yo a Cristo?
Deseo de todo corazón que si hoy no puede responder estas preguntas de forma positiva, arregle sus cuantas con Dios, recibiendo por fe, el perdón que Cristo le ofrece a través de su obra en la Cruz. No espere más, e inclínese frente al Rey de Reyes para recibir su gracia y su perdón.