Introducción
Continuamos con nuestro estudio a través del libro de Apocalipsis. Hasta ahora hemos abordado todos menos el último tema de este gran libro – el tema del cielo.
Empezamos hace un tiempo ya estudiando las primeras páginas de esta revelación, en la cual aprendimos acerca de, “la soberanía de Cristo en su iglesia.” esto nos llevó desde el capítulo 1 hasta el capítulo 5.
Primero leímos las cartas de Cristo a 7 iglesias del primer siglo. En estas cartas encontramos principios y aplicaciones que nos desafiaron y animaron.
Luego, la iglesia fue arrebatada al cielo y escuchamos lo que titulamos como “los primeros himnos del cielo.” Cientos de millones de ángeles y redimidos cantaron delante del trono de Dios.
Continuamos en los capítulos 6 al 15, donde estudiamos “la severidad de Cristo en su castigo.” Allí observamos mientras comenzaba el terrible período de la tribulación.
Mientras que la iglesia está en el cielo, el mundo experimenta un periodo de 7 años de desastres catastróficos a nivel global, donde Dios derrama su ira sobre la humanidad.
Vimos también que este es un tiempo donde habrá un número conversiones sin precedente. Millones de personas rechazarán la marca de la bestia y valientemente marcharán a su ejecución en manos del anticristo y su gobierno.
Luego observamos que Babilonia será reconstruida como la ciudad capital del Anticristo, el cual seduce y domina a las naciones del mundo. El anticristo logra por primera vez en la historia de la humanidad, crear un gobierno mundial, y una religión mundial.
Luego vimos cómo Cristo vuelve visiblemente con sus santos. Llamamos a esta sección de nuestro estudio de Apocalipsis, “La supremacía de Cristo en su regreso.”
Cristo derrota al anticristo y a su ejército mundial, y Satanás es arrojado al abismo por mil años.
Durante este periodo de mil años Cristo reina sobre toda la Tierra de forma física y literal desde el trono de David en Jerusalén. Este será un maravilloso tiempo en el que el mundo volverá a las condiciones del Jardín del Edén.
Sin embargo, al final del reino milenial, observamos que los incrédulos tratarán de destronar a Cristo otra vez.
Millones marcharán hacia Jerusalén en contra de Cristo. Estos millones son personas que nacieron y crecieron en el milenio.
- Aunque sus padres y abuelos serán creyentes que sobrevivieron la tribulación y entraron al reino; creyentes mortales que se casaron y tuvieron hijos durante esta era dorada sobre la tierra;
- Aunque estas generaciones habían tenido una herencia piadosa;
- Aunque ellos experimentaron las bendiciones de un clima maravilloso, buena salud, una larga vida, y justicia sobre la Tierra.
- Aunque pudieron ver a Cristo reinar desde Jerusalén con sus propios ojos.
- Aunque ellos estaban bajo la guía de los santos glorificados que los lideraban con gracia, sabiduría, y sin pecado,
Ellos se rebelan contra Dios y su reino.
Cuando Satanás es liberado desde el abismo al final de este periodo milenial, él es capaz de reclutar a un ejército tan numeroso como la arena del mar. Este ejército marchará en contra de Jesucristo. Sin embargo, observamos que Dios eliminará a todos estos enemigos con fuego consumidor, y en ese momento comenzará el juicio final de los impíos en el gran trono blanco.
En nuestros programas, entonces, ya hemos estudiado:
- La soberanía de Cristo en su iglesia (Capítulos 1-5).
- La severidad de Cristo en su castigo (Capítulos 6-15).
- La supremacía de Cristo en su segunda venida (Capítulos 16-20).
Ahora comenzamos nuestro estudio de lo que llamaremos
- La satisfacción de Cristo en su nueva creación (Capítulos 21-22)
Finalmente hemos llegado a estos últimos capítulos acerca del cielo. ¡Lo logramos!
Permítame decirle desde el comienzo que, cuando terminemos, vamos a tener más preguntas acerca del cielo que cuando empezamos. Espero que este estudio provoque un deseo en usted de estudiar más acerca del cielo.
Ahora, casi todo lo que sabemos acerca del cielo viene de la revelación del apóstol Juan, específicamente en estos últimos dos capítulos de Apocalipsis.
Quizás no podamos responder a todas nuestras preguntas cuando hayamos terminado nuestro estudio, pero si tendremos una mejor perspectiva bíblica del cielo – parecido a lo que nos pasó cuando estudiamos el reino.
Para muchos de nosotros, fue totalmente nuevo el hecho de que no solo vamos a vivir y morir sobre la Tierra y luego ir al cielo; sino que, de hecho, va a haber un maravilloso periodo de 1.000 años durante el cual vemos a reinar juntamente con Cristo sobre la Tierra.
Y mientras estudiamos Apocalipsis y los profetas, vimos que hay muchos detalles acerca del milenio que la Biblia no nos aclara, pero al final de nuestro estudio quedamos con un deseo y una anticipación mayor de conocer y vivir en el reino milenial.
De la misma forma, tampoco vamos a poder responder a todas nuestras preguntas acerca del cielo. Pero Dios nos ha revelado todo lo que necesitamos saber, y lo suficiente como para que podamos soñar y anticipar nuestro futuro hogar.
Ahora, antes de comenzar, voy a hacer una afirmación que puede que lo sorprenda. De hecho, Puede que al principio piense que estoy inventando una nueva doctrina. Ese no es el caso, como veremos más adelante. Aquí esta, “Nuestro futuro hogar celestial en realidad estará Sobre la Tierra.”
De hecho, he titulado esta serie, “Cielo en la Tierra.”
Un Nuevo Cielo y Una Nueva Tierra
La verdad es que el cristiano promedio piensa en el cielo como si fuera un lugar allá arriba en algún lugar donde deberían estar felices porque vamos a cantar mucho.
La mayoría de los creyentes nunca consideran las implicaciones de lo que significa cuando se nos dice en Apocalipsis que habrá un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra, que la nueva Jerusalén va a descender del cielo – trayendo al cielo con esta – y que la Nueva Jerusalén va a descender sobre una nueva … ¿que? Tierra. ¡Dios va a crear un nuevo cielo y una nueva tierra!
Escuche los últimos versículos de Apocalipsis 21 como si fuera la primera vez que los escucha. Comencemos con el versículo 1.
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva…
Aquí, cielo se refiere al cielo visible, el universo, no a la residencia de Dios. Dios creará un nuevo universo con una nueva Tierra. Vamos a hablar acerca de los que significa “nuevo” en un momento.
Juan escribe en los versículos 1 al 4,
…El primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.
El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado
¿Donde están tomando lugar estas cosas? ¡Sobre la tierra!
¿A donde llega la nueva Jerusalén? ¡A la tierra!
No podemos hablar de un cielo eterno sin hablar de una tierra eterna. No son la misma cosa, pero estarán unidas para siempre en el mismo lugar.
Más sorprendente aún es que no solo vamos a experimentar la gloria de nuestro creador en la Jerusalén celestial – la ciudad del trono de Dios – sino que vamos a experimentar la gloria de Su creación en una nueva tierra y un nuevo universo para siempre.
Vayamos nuevamente a Apocalipsis 21:1
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva.
Él está diciendo efectivamente, “vi un nuevo universo.”
Esta frase en particular, “y vi,” se usa a través de Apocalipsis para indicar una progresión de tiempo.[i]
Lo que esto quiere decir es que no hay miles o incluso millones de años entre estos eventos. Estos son eventos consecutivos – uno después de otro.
O sea, no pasan millones o billones de años para que Juan finalmente vea un nuevo universo completo.
Apocalipsis 21 y Génesis 1 son similares de esta forma.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
(Génesis 1:1)
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva.
(Apocalipsis 21:1)
Dios no necesitó billones de años para que todo evolucionara sobre la tierra, y Él no va a necesitar billones de años para crear una nueva tierra y un nuevo cielo por segunda vez.
Si tiene problemas con Génesis 1:1 entonces va a tener problemas con Apocalipsis 21:1.
Sin embargo, si cree que Dios creó el primer universo de la nada, ciertamente puede creer que Dios puede tomar los elementos del universo anterior y crear a partir de ellos un nuevo cielo y nueva tierra.
Ahora, quizás pueda preguntarse ¿porque Dios no se quedó con el primer universo? ¿Que le va a pasar a la primera Tierra – en la que estamos viviendo ahora?
Si abre su Biblia en 2 Pedro, va a descubrir que nuestro universo va a ser destruido por fuego.
Note 2 Pedro 3, versículo 3.
Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones.
La palabra “burlador” se usa para describir a un niño jugando con un juguete.
En otras palabras, los incrédulos van a burlarse de aquellos que creen en el juicio venidero de Dios. El mundo va a decirnos, “Vamos, ¿cómo puedes creer todo eso acerca de un Dios que creó todo de la nada, y que se viene el fin del mundo? ¡No puedes estar hablando en serio! Solo mira a tu alrededor – todo sigue igual que siempre.
Sin embargo, Pedro señala un hecho interesante en la historia – el diluvio. Mire los versículo 5 al 6 de 2 Pedro 3.
Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de Dios, por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado con agua;
Dios interrumpió el curso normal de la naturaleza desatando un diluvio universal. Él, de hecho, ahogó a la humanidad en su juicio. Los únicos que sobrevivieron fueron aquellos que subieron al arca (Génesis 7).
Dios advierte, a través de la carta del apóstol Pedro, “Tal como intervine en al planeta que creé con un diluvio, un día voy a intervenir nuevamente con mi juicio final.
De hecho, el siguiente versículo revela cual será este juicio. Continuemos en el versículo 7.
Pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.
Saltémonos al versículo 10.
Los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
Así que, de la misma forma que Dios permitió que el agua colapsara sobre la tierra, y las reservas de agua de debajo de la tierra erupcionarán, ahogando a los habitantes de la tierra, Él ya ha construido en el planeta tierra el fuego que va usar para destruirla.
Piense en esto. La tierra en que vivimos tiene unos 40.000 km en circunferencia y 12.700 km de diámetro. La tierra está diseñada como una pelota hueca, con una corteza externa y un núcleo líquido hirviendo en el centro. Se estima que la temperatura llega a unos Co 6.000, lo que se acerca a la misma temperatura de la superficie del sol.
En algunos lugares de la corteza terrestre, los elementos derretidos y calientes se encuentran tan cerca de la superficie, que la presión se vuelve tan grande que de repente un pedazo de corteza explota. Esto generalmente ocurre en alguna montaña, a la cual nos referimos como un volcán. De repente, millones de toneladas de roca hirviendo salen disparadas al cielo, arrojando llamas por el aire, emitiendo un flujo de lava brillante, y dispersando cenizas que cubren kilómetros a la redonda.[ii]
Hemos visto noticias acerca de volcanes haciendo erupción en Islandia, Ecuador, Chile, Nicaragua, Indonesia, etc. Quizás usted lo ha visto con sus propios ojos, o tiene familiares que lo han hecho. Sabemos lo destructivos que pueden ser. Solo una erupción volcánica puede afectar miles de personas alrededor del mundo.
Querido oyente, la Tierra es una bomba de tiempo. La humanidad ignora las advertencias de un planeta lleno a terremotos, tsunamis, y erupciones volcánicas.
Piense en esto. La humanidad camina sobre una fina corteza terrestre. Sobre esta trabaja, construye su hogar, conduce sus negocios, toma sus vacaciones, y hace sus planes; mientras tanto, por debajo hay un mar de fuego y lava que Dios ha diseñado para que un día literalmente destruya y queme el planeta entero.[iii]
Pablo escribió en Romanos 8:18,
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
La creación gime y sufre para ser redimida. (Romanos 8:22)
El volcán de Islandia, el volcán de Ecuador, el volcán de Chile, todos estos son gemidos de la creación y una advertencia de Dios. Esta Tierra no ha sido diseñada para durar para siempre.
Pedro dice que un día va a quemarse en un gran estruendo.
Juan escribe en Apocalipsis 21:1.
…el primer cielo y la primera tierra pasaron.
Antes de que se deprima con este tema, mire lo que Dios dijo en el libro de Isaías,
¡Miren! Estoy creando cielos nuevos y una tierra nueva, y nadie volverá siquiera a pensar en los anteriores.
Alégrense; regocíjense para siempre en mi creación.
(Isaías 65:17 NTV)
Cuando Juan escribe en Apocalipsis 21:1 que él “vio un nuevo cielo y una nueva tierra,” él está refiriéndose a esto mismo.
Ahora, no sabemos cómo será la nueva Tierra, pero hay indicaciones de que se va a parecer a la que vivimos hoy pero completamente perfeccionada. Para empezar, la palabra traducida nuevo no da la idea de que ser completamente distinto. Simplemente habla de algo que nunca ha sido usado antes, algo que acaba de ser creado. Así que, porque sea nuevo, no necesariamente significa que va a ser totalmente diferente.
Segundo, cuando Dios creó el universo y todo lo que hay en este, Él dijo que era muy bueno. Lo que arruinó su creación es el pecado. Por eso, lo más probable es que, tal como nosotros tendremos un nuevo cuerpo, perfeccionados y sin pecado, pero seguiremos siendo nosotros; la nueva Tierra y el nuevo universo seguirá pareciéndose a este (con árboles, ríos, estrellas, planetas, etc.), pero será perfeccionado y sin pecado.
Dios, en su gracia nos permitirá explorar, disfrutar, cultivar, viajar y descubrir su nueva creación por toda la eternidad.
Este será un lugar de verdad – una universo bello y glorioso.
En el idioma griego, hay varias palabras que pueden traducirse como “Tierra” o “mundo.” Una es “cosmos” (kosmoj), que se refiere al sistema de nuestro mundo – generalmente hablando del sistema pecaminoso del mundo[iv]
Otra palabra es “aionos” (aiwnoj), que se refiere a una “era,” a una “época de tiempo.”
Y la tercera palabra es “ge” (gh). Esta es una palabra que se refiere a la tierra física en donde vivimos – el polvo, las rocas, y las montañas. La palabra “geografía” y “geología” vienen de esta palabra griega.
Esta es la palabra que el Juan usa en este pasaje. Juan escribe que vamos a tener un nuevo planeta físico, con nuevas piedras, nuevos árboles, nuevos ríos, nuevas montañas y todo nuevo.
Este es un lugar real con una ubicación real.
Jesús no prometió en Juan 14, “Voy a prepararles un estado mental.” No. Él prometió,
Voy pues a preparar lugar para vosotros
… para que donde yo estoy vosotros también estéis (Juan 14:2-3)
Frecuentemente, pensamos que vamos a estar en algún lugar inexplicable…por ahí, por allá. Sin embargo, en Apocalipsis 21, descubrimos que Cristo también va a preparar una Tierra nueva para nosotros. De hecho, según lo que Juan puede observar, la ciudad celestial va a descender sobre esta nueva Tierra, rodeada por un nuevo universo.
El cielo literalmente vendrá a la tierra.
Dios va a exhibir su gloria desde su ciudad eterna, que descansará sobre un planeta eterno, recreado, redimido y perfeccionado.
La naturaleza ya no va a gemir por redención, porqué ya habrá sido redimida, y desplegará una perfección, belleza y gloria inigualables.
El Cielo incluye la Tierra.
Esta es la primera sorpresa que encontramos mientras estudiamos este pasaje de Apocalipsis.
La típica idea del cielo es que va a ser una larga reunión y todo lo que vamos a hacer es estar de pie alrededor del trono de Dios cantando un himno tras otro. A decir verdad, el cristiano promedio secretamente se siente culpable de no ser lo suficientemente espiritual como para desear este tiempo.
Francamente, el cristiano promedio se pregunta qué va a hacer después del primer millón de años. ¿Que vamos a hacer después de haber cantado todo el himnario unas docenas de veces?
Gary Larson, representó el típico entendimiento del cielo en una caricatura. En su dibujo hay un hombre con alas de ángel y una aureola, sentado sobre una nube como si fuera un náufrago en una isla, con absolutamente nada que hacer por la eternidad sino tocar su arpa, de lo que ya se está cansando. La burbuja de pensamiento sobre él dice, “debería haber traído una revista.”[v]
La verdad es que el cielo será un nuevo mundo que no podemos ni empezar a imaginar. Juan va a tratar de pintar imágenes y proveer algunas escenas para nosotros usando palabras que aun desafían nuestra imaginación.
Sabemos que Dios va a estar allí también, aunque es difícil imaginarnos como será nuestra comunión con Él, como va a funcionar todo esto.
Sabemos que millones de creyentes también van a estar allí, aunque no estamos seguros de cómo va a ser nuestra comunión y nuestra interacción eterna con ellos. ¿Será con todos ellos? ¿con unos pocos? ¿o vamos a rotar a través de amistades con los redimidos a través de la eternidad?
Hay muchas cosas que se nos dicen acerca del cielo, y estoy deseoso de estudiarlas con usted. Sin embargo, no se nos dice todo lo que nos gustaría saber. Personalmente, creo que el Señor no nos da todos los detalles – o aun toda la información que nos gustaría – porque va más allá de lo que podemos entender.
Describir cielo para el ser humano debe ser como describirle la emoción de manejar un auto de carreras a una jirafa. Simplemente no lo va a poder entender.
Describir la gloria de la nueva tierra debe ser como tratar de describirle un hotel de cinco estrellas a una hormiga. Es prácticamente imposible.
Lo que si sabemos acerca del nuevo cielo y la nueva tierra es esto:
- Este es el lugar de donde nosotros somos ciudadanos; este es nuestro hogar (Filipenses 3:20).
- Este es el lugar donde nuestros nombres han sido registrados (Apocalipsis 20:12).
- Este es el lugar donde se encuentra nuestro tesoro (Mateo 19:21).[vi]
- Este es el lugar donde serviremos a Cristo de maneras que aún no podemos imaginarnos (Hebreos 12:28).
Ahora, quizás haya notado una característica bastante especial de la nueva tierra que aparece en Apocalipsis 21:1.
Juan escribe al final del versículo 1 estas palabras
y el mar ya no existe.
La palabra mar es equivalente a nuestra palabra o idea de océano.
¿Porque pasaría esto? No se nos dice, pero permítame ofrecer un par de sugerencias.
A partir de lo que he leído, el planeta Tierra hoy está cubierto por océanos. De hecho, el 70% de la superficie de nuestro planeta está cubierta por agua salada. La profundidad promedio del océano es alrededor de 3.900 mts.[vii]
La tierra se baña en lo que podría llamarse la gran solución antiséptica de Dios, compuesta por un 96% de agua, 3.5% de sal, y un 0.5% de una combinación de cloro, magnesio y calcio.
Dios diseño los océanos para purgar, limpiar, y preservar, haciendo que nuestro mundo sea apto para la vida.
Un autor escribió, “muchos contaminantes y desechos que producimos terminan en ríos. Los ríos llevan estos materiales al océano donde este absorbe, restriega y desintegra estos contaminantes. El sol calienta el océano, causando que solo el vapor de agua pura se eleve al cielo, formando nubes que traen de vuelta el agua a la tierra – un ciclo continuo de limpieza y renuevo. Pero en la nueva tierra, no habrá más contaminación, no más deterioro, y no más necesidad de limpieza. [viii]
Agregue a esto el hecho de que el Dios ha usado el océano para dividir naciones, dificultando las guerras y las invasiones.
Donald Grey Barnhouse también comentó que el océano es la metáfora de Dios a través de la Escritura para el mal, y para las naciones gentiles que no están en pacto con Dios.[ix]
En la nueva tierra, Dios remueve las barreras de los continentes cambiando la topografía del planeta y quitando aquello que representaba división y rebelión.
Sin embargo tenga en cuenta, como Warren Wiersbe señaló en su comentario, que, “el que no haya más mar, no significa que no va a haber más agua… o cuerpos de agua.”[x]
El trono de Dios se sienta sobre un mar de vidrio (Apocalipsis 4:6), desde el trono fluye un rio (Apocalipsis 22:1), y este rio, después de bajar en cascada desde el trono de Dios, va a fluir a través de la ciudad dorada y finalmente va a desembocar a algún lado.
Tenemos varios motivos como para anticipar un planeta lleno de cuerpos de agua. Puede que hayan lagos tan grandes que no podamos ver el otro lado.
Un autor postuló que grandes lagos podrían en efecto, actuar como océanos de agua dulce, teniendo en ellos animales adaptados para vivir en agua dulce.[xi]
Sin embargo, el símbolo de maldad y separación se habrá ido, junto con el sistema de limpieza de los océanos salados, ya que estos no serán necesarios en la nueva tierra.
Este será un universo nuevo y especial.
Frecuentemente hablamos del cielo como nuestra bendita esperanza (Tito 2:13). Estamos esperando deseosos nuestra bendita esperanza – la vida eterna con Jesucristo.
Pero, tendemos a enfocarnos tan rápidamente en la palabra esperanza, que pasamos por alto la palabra “bendita,” que puede ser traducida “feliz, jubiloso, glorioso.”
El nuevo cielo y la nueva tierra son nuestro glorioso futuro, y la realidad de este, nuestro eterno hogar, nos debe causar gran gozo.
Dios nos tiene planeado un lugar grandioso y maravilloso, un lugar que habitaremos y exploraremos por toda la eternidad; un nuevo cielo, una nueva Tierra, ¡un nuevo mundo!
[i] John MacArthur, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 2000), p. 262.
[ii] M. R. De Haan, Revelation (Zondervan, 1946), p. 285.
[iii] De Haan, p. 285.
[iv] Stephen J. Lawson, Heaven Help Us! (Navpress, 1995), p. 105.
[v] Randy Alcorn, Heaven (Tyndale, 2004), p. 6.
[vi] MacArthur, p. 260.
[vii] Ray C. Stedman, God’s Final Word (Discovery House, 1991), p. 336.
[viii] Ibid.
[ix] Donald Grey Barnhouse, Revelation (Zondervan, 1971), p. 400.
[x] Warren W. Wiersbe, Revelation: Be Victorious (Victor Books, 1987), p. 146.
[xi] Alcorn, p. 266.