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Jesucristo nos prometió que ha ido a preparar un lugar para nosotros en la casa del Padre. A partir de estos versículos, descubriremos cómo es que realmente luce esta grandiosa y tan esperada casa. Estudie con nosotros las dimensiones, el diseño y los detalles que Juan nos provee de nuestro futuro hogar celestial.
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Introducción

Cada año, alrededor de un millón de personas visitan un casona en Asheville, Carolina del Norte. Esta es, de hecho, la casa más visitada en Estados Unidos.

            Esta casa, conocida como la Casa Biltmore, fue diseñada para parecerse a un castillo francés. Tiene aproximadamente 16.250 metros cuadrados y unas 250 habitaciones.

            Este castillo millonario fue diseñado con tal detalle, elaboración y opulencia que parecía como un palacio de la realeza europea. Las sillas en el enorme comedor parecen tronos. Las habitaciones fueron hechas como para un rey. Entre otras cosas, la casa cuenta con una biblioteca de dos pisos y una piscina bajo techo – algo que era impensado para la mayoría en los 1.800. Los ambientes cuentan con alfombras y cuadros de artistas europeos. Es realmente muy impresionante.

            La mansión también cuenta con varias comodidades, como un ascensor, un sistema de intercomunicador, agua fría y caliente, una pista de bolos, y hasta unos establos con sistema interno de cañerías. La Casa Biltmore es un lugar donde uno camina con la boca abierta de asombro.

            Docenas de sirvientes operaban esta propiedad y los dueños hospedaban un retiro vacacional tras otro. De hecho, recibir una invitación a la casa Biltmore para las vacaciones era realmente algo especial.

            Ahora, en comparación con su casa y la mía, La Casa Biltmore de 16.000 metros cuadrados – es realmente grande.

            Pero hoy quiero hablar acerca de otra casa – nuestro futuro hogar. Esta es una casa que hace que la casa Biltmore y cualquier otra mansión sobre la tierra parezcan una pequeña choza. Esta casa no es como ninguna casa que hemos visto. El arquitecto y constructor de esta casa es el mismo Dios (Hebreos 11:10)

            Juan registra en su evangelio que Jesucristo le prometió a sus discípulos que iba a volver a la casa de su Padre y prepararía un lugar para todos aquellos que creen en Él. Él nos ha prometido que va a volver personalmente, y nosotros con Él, para ocupar la casa del Padre. A través del evangelio de Jesucristo, hemos recibido una invitación no solo para ir a un retiro veraniego, sino para a mudarnos como parte de la familia de Dios a su casa.        

            Le invito a que vayamos a Apocalipsis 21, para leer la descripción que se nos da de esta casa. Y debo decir desde ya que mucho seguirá siendo un misterio. Dios, el arquitecto y el constructor de esta casa, ha decidido que la mayoría de los detalles sean un secreto – o una sorpresa. Vamos a tener que esperar para ver lo que Dios nos tiene preparado.

Una Vista Aérea de la Casa del Padre.

            Si hoy quisiera comprar una casa, hay varias cosas que querría asegurarse de ver. Quizás, lo primero que querría ver es una vista aérea de la casa. Quizás buscaría un plano, o se metería al internet y buscaría la casa vía satélite, para tener un vistazo general de esta y su terreno aledaño.

            Esto es lo primero que ve el apóstol Juan de la casa del Padre. Leamos lo que dice en Apocalipsis 21:9.

      Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero.

            A todo esto, este es el mismo ángel que apareció en el capítulo 17 versículo 1, y le dijo a Juan,

      Ven; te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas;

            Este ángel describió a Babilonia como una ramera; como una mujer infiel, que le entregó su amor y su atención al falso Mesías, el anticristo.

            Ahora este ángel aparece nuevamente para mostrarle a Juan la ciudad de Dios, y él la describe como la fiel esposa del verdadero Mesías, el cordero de Dios, Jesucristo.

            Mire los versículos 10 al 11 del capítulo 21.

      Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, y tenía la gloria de Dios.

Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino.

            Mientras Juan ve la ciudad desde arriba, lo que le llama la atención es la gloria de la luz de Dios que brilla a través de la ciudad.

            Podemos entender la palabra griega traducida “jaspe” en el versículo 11, como una referencia a un diamante. Este es un diamante muy costoso también porque Juan lo describe como un diamante “cristalino.”

            De hecho, esta es la única vez en el Nuevo Testamento que encontramos la palabra griega para “cristalino.”[i]

            La ciudad capital del cielo se describe en estos tres versículos como si fuera enorme diamante sin defecto, refractando y reflejando la brillante gloria de Dios.[ii]

            Saltémonos al versículo 18 donde leemos que,

      El material del muro era jaspe, pero la ciudad era de oro puro semejante al cristal puro.

            Lo que nos sorprende inmediatamente es el hecho que nunca hemos visto un material como este. Nunca hemos visto un oro tan puro que sea transparente.

            El oro agrega a la riqueza de la ciudad. Este será el material usado a través de la ciudad para magnificar y desplegar la gloria de Dios.

            La ciudad de oro estará destellando y brillando como un diamante, mientras exhibe la gloria de Dios en su mayor expresión. La gloriosa casa del Padre ahora desciende sobre la nueva tierra.

El Diseño de la Casa del Padre.

            Juan se acerca para ver la ciudad un poco mejor. Él inspecciona la parte exterior del frente de la casa del Padre en la primera parte del versículo 12, y dice,

      Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles…

            Así que, de verdad, hay puertas en el cielo – 12 de ellas – y hay ángeles en cada puerta.

            Note que Pedro no está de pie en ninguna de estas puertas. Pobre Pedro. Siempre lo han relegado a estar parado a la puerta con una lista.

            La realidad es que Dios ha asignado ángeles para que estén a las puertas del cielo como eternos anfitriones – no para prohibirnos la entrada, sino para saludarnos y darnos la bienvenida cuando pasamos por allí.

            Pedro no es el portero; él es un habitante del cielo.

            Note más adelante en el versículo 12 que Juan dice,

      …y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.

            Cada una de las 12 puertas tiene grabada el nombre de una de las 12 tribus de Israel.

            Saltémonos al versículo 14 y note que estos no son los únicos nombres grabados en la ciudad. Juan escribe.

      El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

            En las 12 puertas de la ciudad están los nombres de los 12 hijos de Israel, y en los 12 cimientos están los nombres de los 12 apóstoles.

            Quizás alguien se pregunte, “¿quien es el duodécimo apóstol?”

            Déjeme decirle que estoy absolutamente convencido que no soy yo. Más allá de eso, no sabría decir.

            Podría ser Matías. Él reunió las calificaciones para el apostolado y los creyentes lo seleccionaron en Hechos 1:26. O bien podría ser el apóstol a los gentiles, el apóstol Pablo.

            Si no es Pablo, estoy seguro no va a andar refunfuñando alrededor del cielo.

            Lo que verdaderamente importa es el hecho que Dios está haciendo una referencia y una distinción entre Israel de la iglesia.

            Los nombres de los 12 apóstoles grabados en los fundamentos, y los nombres de las 12 tribus de Israel grabadas en las puertas de la ciudad muestran una distinción eterna entre ellos.[iii]

            Dios quiere recordarles a los habitantes del cielo de su plan a través de la nación de Israel y luego a través de la iglesia nacida en pentecostés. Ninguna ha reemplazado a la otra.

            Me parece fascinante que Dios no graba versículos en los cimientos y las puertas sino nombre de personas.

            Ahora note que Juan nos informa en el versículo 13,

      …que había tres puertas al Este, tres puertas al Norte, tres puertas al Sur y tres puertas al Oeste.

            Hay doce puertas entonces. Las puertas a los cuatro lados de la ciudad no están solo por motivos de decoración, están diseñadas para entrar y salir. Hay muchas razones para creer que nuestro hogar estará en la casa del Padre, como el Señor lo prometió, pero que también seremos capaces de dejar la ciudad y disfrutar la nueva tierra. Aun, quizás podremos viajar a planetas o galaxias distantes a través del nuevo universo recreado por Dios.

            Los creyentes podrán entrar repetidamente a través de estas puertas para adorar delante del trono de Dios, y quizás para eventos especiales de adoración grupal, y luego salir nuevamente para cumplir alguna tarea o realizar un viaje.[iv]

Fundamento de la Casa del Padre.

            Si está interesado en comprar una casa, ciertamente buscaría una vista aérea o un plano, e inspeccionaría los materiales con los que se construyó. Pero luego, también querría que un inspector se asegure de que los fundamentos de la casa sean firmes y seguros. Esto es lo que Juan nos muestra en el versículo 14.

      El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

            Saltémonos a los versículos 19 y 20 para encontrar una descripción de cada cimiento.

            Juan escribe en el versículo 19,

Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas…

            Ahora, en contexto, puede que cada cimiento esté simplemente adornado por un tipo de piedra, o que esté compuesto por un tipo de piedra preciosa porque…

  • Leemos en el versículo 19 que el primer cimiento era de jaspe.

            La descripción “cristalina” no se agrega esta vez como en el versículo 11, así que esta piedra de jaspe puede ser la gema rojiza que conocemos hoy.

            Para darnos una idea de la magnitud de estas piedras en la casa del padre, piense que, cuando Herodes reconstruyó el templo en Jerusalén, los cimientos eran de 21 metros de largo, 2 metros y medio de alto, y 3 metros de ancho.[v]

            Y el templo era una estructura relativamente pequeña comparada con la casa del Padre.   

            Como veremos en un momento, los muros de la ciudad celestial van a requerir cimientos gigantescos. Sin embargo, tenga en mente que estas enormes gemas creadas por Dios, no solo servirán para sostener las paredes de la ciudad, sino que también para reflejar luz en, a través, y alrededor de ellas en esta imponente muestra de belleza.

            Quizás quiera escribir en el margen de su Biblia los diferentes colores que están representados en esta lista.

            La primera piedra es jaspe – una piedra clara según la descripción de Juan.

  • El segundo cimiento que Juan menciona en el versículo 19 es de zafiro – una piedra azul profundo.
  • La tercer cimiento es de ágata – una gema que puede tener varios colores, entre otros un azul verdoso.[vi]
  • El cuarto cimiento es de esmeralda – su color es verde profundo.
  • La siguiente piedra que Juan menciona en el versículo 20 es el ónice o sardónice, que es una piedra banca con vetas marrón rojizo.
  • La sexta piedra es el sardio o cornalina, que es una piedra roja.
  • La séptima gema es el crisólito, que es una gema color dorado o verde.
  • La octava gema es berilo, que es una palabra que solo aparece en este versículo en el Nuevo Testamento, y se refiere a una piedra que tiene un color azul verdoso claro.
  • El noveno cimiento es topacio, que puede tomar distintos colores. Probablemente aquí se refiere a un topacio amarillento.
  • La siguiente gema es in crisopraso, que es una gema verde pálido.
  • El ultimo cimiento es de amatista que es de un color violeta.

            ¡Vaya diseño interior! Piense en esta lista. No solo lea, y piense, “qué bueno.”

            La brillante luz de la gloria de Dios va a pasar a través de estas gemas de diferentes colores y nos quitará el aliento. [vii]

            Dios revela que va a tomar las gemas más preciosas y maravillosas de este mundo – las que solo podemos comprar en pequeñas chispas – y va a usarlas en abundancia para decorar con belleza y color el hogar eterno de sus amados.

            ¡Vaya casa que es esta, la casa del padre!

Las Dimensiones de la Casa del Padre

            Otra pregunta clave cuando está interesado en comprar una casa es, “¿cuantos mide?”

            El ángel anticipa esta pregunta, así que mide la casa del Padre en los versículo 15 al 16.

Y el que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

      Y la ciudad está asentada en forma de cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara, doce mil estadios; y su longitud, anchura y altura son iguales.

            Ya que Juan escribe que “la longitud es igual a la anchura y la altura,” podríamos pensar que esta ciudad tiene forma de cubo. Sin embargo, esto no es lo que está diciendo.

            Juan simplemente nos dice que la ciudad tiene las mismas dimensiones en tres direcciones: altura anchura, y longitud. En otras palabras, es tan larga como, es ancha, como es alta.

            Esto podría ser un cubo, pero también podría ser alguna estructura piramidal.

            Ya hemos estudiado esto en nuestra exposición de la casa del padre en el reino milenial – esta misma estructura aterriza sobre la nueva tierra, y Cristo reina sobre el piso más alto de la estructura.

            Hay algunos expositores que creen que durante el reino milenial, esta ciudad va a flotar sobre Jerusalén, y que luego bajará y se posará sobre la nueva tierra.

            Puede que este sea el caso, como también puede que la ciudad descanse sobre la tierra durante el milenio, sea levantada mientras la tierra es destruida, y luego descienda nuevamente – esta vez con todos los redimidos de todos los tiempos, incluyendo aquellos  que confiaron en Cristo como su Salvador durante el reino milenial.

            Cualquiera sea el caso, una estructura piramidal encaja perfectamente, no solo con la terminología de Juan, sino también con lo que hemos visto a través de la historia. El ser humano ha tratado de destronar a Dios y ha construido torres piramidales para adorar a la creación.

            Desde México, a China y Egipto, desde la torre de Babel y el origen del zodiaco en Génesis 11, el ser humano rebelde ha tratado de construir una estructura para representar su propia gloria y la adoración a las estrellas. Desde las pirámides de los faraones hasta los zigurats de los mayas, la humanidad ha buscado conectarse con las estrellas y el universo, y al mismo tiempo ignorar al Dios creador.

            ¿Será posible que Adán, y luego Abraham recibieron la información suficiente acerca de esta ciudad – se nos dice que Abraham esperó la ciudad cuyo constructor y arquitecto es Dios (Hebreos 11:10) – y que luego compartieron esta información con sus contemporáneos, hasta que se convirtió en conocimiento general; y así, aquellos que se rebelaron contra Dios, como Nimrod, trataron de replicar el hogar del Dios todopoderoso?

            Estoy bastante seguro de que eso es exactamente lo que pasó.

            Para nuestro estudio de hoy, nada de esto realmente hace mucha diferencia, solo que ahora Juan nos da las dimensiones de la casa del Padre.

            El ángel mide los muros en el versículo 16, y las medidas son iguales. El ángel mide 12.000 estadios, en el idioma griego.

            Estudios recientes indican que un “estadio” era alrededor de 185 metros, lo que nos diría que la altura y  longitud de los muros serían unos 2.200 kilómetros.[viii]

            Hay un debate acerca de la descripción de Juan de esta ciudad. Una posición argumenta que Juan está dando el largo de cada lado; el otro dice que Juan está dando un combinado total de la longitud y la altura.

            Y si miramos más detenidamente el versículo 16, podemos notar que Juan no nos dice que cada lado es tiene 2.500 kms., sino que el largo, el ancho y la altura son iguales. Note el versículo nuevamente.

Y la ciudad está asentada en forma de cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara, doce mil estadios; y su longitud, anchura y altura son iguales.

            En otras palabras, Juan está dándonos una medida en tres dimensiones. Esto significa que 2.200 kilómetros es una medida cubica.

            13 por 13 por 13 da aproximadamente 2.200.

            Dicho de otra manera, el ángel mide el largo de un muro y este mide 13 kilómetros. Luego, da vuelta a la esquina y mide otro muro y este mide 13 kilómetros de largo. Luego él dice que el alto es igual al largo y que la medida total son 12.000 estadios, o unos 2.200 kms.

            Me cuesta creer que la ciudad tenga 2.200 kms de largo y alto, no porque me cueste creer que Dios lo pueda hacer. Obviamente, Dios puede hacer esto con las manos atadas y una venda en los ojos. Pero, simplemente no creo que esto es lo que Juan está diciendo.

            Permítame tratar de describir cuán grande es esta casa de unos 13 kms de alto, largo, y ancho.

            Unos de los edificios más altos de la tierra es la torre Burj Khalifa en Dubái. Tiene 829 metros de altura y costó un par de billones de dólares. Sin embargo, no está ni cerca de la altura de la casa del padre.

            La montaña más alta en el mundo es el monte Everest. Tiene unos 8.8 km de altura en toda su magnificencia. Aun así no se acerca a los impresionantes 13 km  de altura de la casa de oro del padre.

            Si comparáramos estas tres estructuras – uno de los rascacielos más altos del mundo, la montaña más alta que la humanidad ha escalado, y la casa del Padre – el rascacielos y la montaña se ven diminutos.

            A todo esto, la casa Biltmore ni podría verse al lado de la casa del Padre

            La ciudad de Dios se eleva 13 km hacia el cielo. La atmosfera varia alrededor de 10 y 17 km sobre la tierra, y luego empieza la estratosfera.

            Es como si Dios levantara su casa hasta el último nivel de la troposfera (la capa de la atmosfera en contacto con la superficie terrestre), comunicar así que solo Él es el Dios vivo y verdadero de la Tierra, y que el príncipe de la potestad del aire ya no reina en rebelión en contra suyo. Él es el Dios de la tierra, el aire, y todo lo demás.

Las Puertas de la Casa del Padre

            Si fuera a comprar una casa, usted querría ver una imagen completa de esta, querría asegurarse de que los materiales sean buenos, y que el cimiento sea firme. También estaría interesando en el diseño interior – aun le interesaría ver los colores de las paredes ¿o no? Usted también querría salir para tener una buena vista del frontis de la casa.

            Bueno, Juan ahora nos muestra varias puertas frontales de la casa del Padre. Ya hemos notado que hay 12 de ellas – tres puertas a cada lado; sin embargo, Juan agrega un detalle. Note la primera parte del versículo 21.

Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla…

            En el versículo 17 se nos da el grosor del muro, que es unos 144 codos, lo que equivale a unos 75 metros.

            Juan nos dice que hay puertas de perla sólida que obviamente corresponden con el grosor de la pared. Esto nos permite dimensionar lo sorprendente que es esta ciudad de 13 km. de a altura.

            Basado en el lenguaje de este versículo y el ancho del muro, cada perla debería tener un diámetro de 76 metros.[ix]

            Ahora, para ayudarle a dimensionar de qué estamos hablando, cada puerta sería del tamaño de una cancha de futbol profesional, y a eso le agregamos la altura de la puerta.

            Esto nos da una idea de cuan grandes son estas puertas. Estas puertas son enormes. Esta es una gran casa.

            ¿Porque se usan perlas como las puertas de la ciudad capital del cielo?

            De todas las gemas preciosas, la perla es la única gema mencionada que es producida por un ser vivo. Cuando a la ostra entra alguna partícula que la irrita o hiere, esta recubre la partícula una y otra vez con una sustancia especial, hasta que construye una perla.[x]

            Una perla habla de la belleza nacida del dolor.[xi]

            Podríamos decir que una perla es la respuesta de la ostra al sufrimiento. El cielo es la respuesta de Dios, en Cristo. Él tuvo que sufrir. Él fue crucificado, y cargó así la irritación más grande de pecado y vergüenza sobre sí mismo.

            John Phillips escribió,

      Mientras los creyentes entren y salgan a través de las puertas del cielo, ellos verán un recordatorio de que el acceso a la casa de Dios solo es posible gracias al calvario. Piense en la tamaño de esas puertas. Que sufrimiento más grande que simbolizan estas puertas de perla. A través de siglos sin fin, Recordaremos gracias a esas puertas de perla la inmensidad de los sufrimientos de Cristo. Esas perlas, colocadas eternamente en las rutas de acceso a la gloria, nos recordaran para siempre de Aquél que fue colocado en una cruz y cuya respuesta hacia aquellos que lo hirieron fue invitarlos a compartir su hogar para siempre. [xii]

Conclusión

         Así que. ¿Que revela la descripción de esta casa acerca de Dios? ¿Que podemos concluir de estas imágenes de nuestro hogar eterno?

            Que nuestro Dios es un Dios

  • De luz y gloria.
  • Que abunda en riqueza y realeza.
  • Que nuestro Dios es accesible.
  • Que mide cuidadosamente y diseña detalladamente.
  • Que demuestra verdades con objetos de valor sentimental.
  • Que no olvida nombres.
  • Que Él es un Dios de poder y extravagancia inimaginable.
  • Que es generoso y se preocupa en recordarnos de su amor.
  • Que es un Dios de esplendor, creatividad, y detalles coloridos.
  • Un Dios de seguridad, poder, y opulencia.
  • Que sacrificó todo por nosotros y nos da todo
  • Que es sobre todo, un Dios de gracia.

            ¡Gracias a Jesucristo, estas puertas estarán abiertas para nosotros; y por su gracia, seremos capaces de entrar a esta ciudad celestial y vivir por siempre en la casa del Padre!


[i] Stewart Custer, Revelation: From Patmos to Paradise (BJU Press, 2004), p. 243.

[ii] John MacArthur, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 2000), p. 279.

[iii] Robert L. Thomas, Revelation: Volume 2 (Moody Press, 1995), p. 465.

[iv] Stephen J. Lawson, Heaven Help Us (Navpress, 1995), p. 124.

[v] William Barclay, Revelation: Volume 2 (Westminster, 1976), p. 213.

[vi] Warren Wiersbe, Revelation: Be Victorious (Victor Books, 1987), p. 150.

[vii] Daymond R. Duck and Larry Richards, The Book of Revelation: Smart Guide to the Bible Series (Thomas Nelson, 2006), p. 324.

[viii] MacArthur, p. 281.


[ix] Grant R. Osborne, Baker Exegetical Commentary: Revelation (Baker, 2002), p. 758.

[x] John Phillips, Exploring Revelation (Loizeaux Brothers, 1991), p. 254.


[xi] Ray Stedman, Revelation: God’s Final Word (Discovery House, 1991), p. 344.

[xii] Phillips, p. 254.

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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