Introducción
En una ocasión, el famoso evangelista D.L. Moody invitó a Henry Moorhouse a predicar en su iglesia por una semana entera. Para sorpresa de todos, Moorhouse predicó siete sermones consecutivos en Juan 3:16. El hijo de D.L. Moody registró el impacto de estas predicaciones en la vida de su padre.
El escribió, “por seis noches, él predicó acerca de este texto. La séptima noche, él subió al pulpito. Todo ojo estaba clavado sobre él. Él dijo, “queridos amigos, he estado buscando todo el día un nuevo texto para predicar, pero no puedo encontrar ninguno tan bueno como este antiguo versículo; así que volvamos al tercer capítulo de Juan, versículo dieciséis; luego el agregó “por una semana entera he estado tratando de decirles cuanto Dios los ama, pero no lo puedo hacer con esta pobre y torpe lengua. Si pudiera usar la escalera que le apareció a Jacob en Génesis, y subir hasta el cielo… y llegando allí pudiera pedirle al ángel Gabriel quien se sienta en la presencia del Todopoderoso, ¿cuanto amor tiene el Padre por el mundo? todo lo que podría decir sería, “de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Moody confesó más tarde: hasta ese día, yo no sabía cómo es que Dios nos amó tanto. Mi corazón empezó a descongelarse – eran como noticias desde un país lejano: solo traté de asimilarlo – y lo mismo hizo la congregación. Moody después dijo que esa serie de mensajes cambio su vida.[i]
Y al parecer, Henry Moorhouse y el apóstol Juan tienen esto en común… su tema recurrente es el amor de Dios.
De hecho, por tercera vez en esta carta, el apóstol Juan vuelve a tocar el tema del amor. Desde el versículo 7 hasta el final del capítulo 4, Juan menciona el amor una y otra vez.
Podríamos subrayar la palabra amor 27 veces en solo estos últimos 14 versículos del capítulo 4 – 27 veces.
No es de sorprenderse que Agustín, un líder de la iglesia y teólogo del 4º siglo escribiría, “Juan ha dicho muchas palabras, pero casi todas ellas tienen que ver con el amor.”[ii]
Ahora, el hecho de que Juan subraya el tema del amor nuevamente no significa que ya no sabe que más escribir, así que necesita empezar a repetir lo que ya dijo para llenar la carta. No, lo que Juan va a hacer es enseñarnos con mayor profundidad acerca del amor.[iii]
Casi todo lo que Juan escribe en estos próximos 14 versículos ya han sido tratados anteriormente en la carta – pero lo que Juan hace aquí es agregar frases nuevas y pensamientos clave que desarrollan con más exactitud lo que él ya ha escrito – y vamos a enfocar nuestro tiempo en este estudio a esas nuevas frases y pensamientos.
Verdades Sobre el Amor de Dios
Permítame darle cuatro frases acerca del amor a partir de esta última porción de 1 Juan capítulo 4.
La primera frase es esta:
- Amor es la misma identidad de Dios.
Versículo 7, Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Todo el que ha nacido de nuevo – nacido de Dios – tiene la capacidad de reflejar el carácter y la naturaleza de Dios quien es amor. Juan nuevamente selecciona la palabra agápe, que traducimos amor.
Pausemos por un momento y consideremos el hecho de que Juan tenía varias palabras para escoger en el idioma griego. Él pudo haber usado la palabra storgue – que representaba devoción familiar, compromiso familiar, amor de familia. Puede que no vea a sus tíos y tías, abuelos y primos sino una o dos veces al año, pero cuando lo hace hay un lazo familiar. Quizá ni siquiera les caigan muy bien, pero los ama con esa lealtad familiar.
Juan pudo haber seleccionado la palabra popular filia – traducida “amor”. Filia es lo que llamamos amor fraternal. Filia es la palabra griega para afecto y amistad y era una de las palabras más populares para el amor en los días de Juan. Un erudito en el idioma griego escribió que filia es un tipo de amor basado en gustos e intereses comunes.[iv]
Este tipo de amor une a las personas afectivamente porque tienen estilos de vida, ocupaciones o actividades similares. Esto es lo que llamaríamos un amor por atracción mutua. El problema con filia es que este tipo de amor puede ser completamente egoísta.
Puede simplemente amar a alguien porque se ríe con los mismos chistes o le gusta el mismo deporte o restaurant o porque lo divierte estar con él.
Alguien cuyo lazo con otra persona está basado en nada más que amor filia es alguien egoísta. De hecho, cuando esta persona dice, te amo, lo que realmente quieren decir es, “me amo a mi mismo, y tú me haces sentir bien; quiero mantenerte cerca mío porque me haces sentir feliz.
Solo escuche la música romántica – todo es acerca de los lindos sentimientos que la otra persona le hace sentir.
Ahora, filia tiene un lado positivo, porque es bueno sentir afecto, y mantener amistad con aquellos que comparten intereses comunes.
Pero ese no es el lazo más profundo que uno puede tener. La palabra que Juan usa una y otra vez es agápe. Este es amor en términos de amar a quien no es amable; habla de un compromiso y sacrificio – un lazo basado en la voluntad – la cual luego guía y dirige los afectos y las emociones.
Leí recientemente que, en la literatura griega, rara vez aparecía la palabra agápe. Eros – la palabra para la atracción sexual y el amor físico; epitumia – otra palabra para amor apasionado – junto con storgue y filia eran las palabras favoritas para amor – y aun lo son.
Sin embargo, en el Nuevo Testamento va a encontrar todo lo contrario. Eros nunca aparece en el Nuevo Testamento; storgue aparece un par de veces, filia un poco más de 50 veces, pero ágape aparece 320 veces.[v]
Juan escribe, Dios es amor, esa es su identidad. Dios es la misma definición e ilustración de amor comprometido, sacrificial, y fiel en todo el universo.
Juan efectivamente escribe, Dios es agápe. Dios es agápe personificado – el actúa de esa forma porque esa es su esencia.[vi]
Ahora, seamos cuidadosos aquí; esta es una maravillosa verdad para el creyente, pero probablemente es unas de las verdades más malinterpretadas y abusadas por los no-creyentes.
Cuando comparte el evangelio con alguien y habla acerca de la necesidad que tenemos de Cristo y el juicio venidero delante de Dios quien es santo y justo, lo más probable es que el no-creyente le diga, “pero Dios es amor,” eso dice la Biblia en algún lugar, ¿no? Dios es amor.
Dios nunca condenaría a nadie – no puede haber un infierno porque Dios es amor.
Bueno… Dios en verdad es amor.
Juan también escribió en el capítulo 1, versículo 5 de esta carta, Dios es luz (1 Juan 1:5) – otro aspecto de su naturaleza divina.
El escritor de Hebreos escribió, “Dios es fuego consumidor” – ese no es uno de los versículos más populares… Dios es fuego consumidor (Hebreos 12:29).
La mayoría de las personas creen que Dios es una vela aromática, no un fuego consumidor.
Cada secta o religión que usa la Biblia, en adición a su propia literatura o inventos tienen esto en común – ellos enfatizan una faceta de la naturaleza de Dios o un versículo clave de la escritura y luego básicamente ignoran todo lo demás.[vii]
Estudie las escrituras y descubra no solo las muchas facetas de la naturaleza y el carácter de Dios, sino que descubra también la relación entre ellas.
Y Juan específicamente quiere que entendamos la relación entre el amor de Dios y el evangelio de Dios – la relación entre quien es Dios y lo que Dios hizo.
Como vera, el amor no es solo la identidad de Dios, en segundo lugar;
- El amor es la razón por la cual Dios murió (9-11)
Note el versículo 9, En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
- Filia dice, te amo porque eres tan parecido a mí.
- Ágape dice, te amo, aunque no nos parezcamos en nada.
- Storgue dice, te amo porque perteneces a mi familia.
- Agápe dice, te amo y quiero hacerte un miembro de mi familia.
Note que Juan agregó varias palabras clave, que diferencian este pasaje de lo que él ha escrito anteriormente en esta carta. La primera que me gustaría notar es la palabra unigénito.
El versículo 9 dice que Dios el Padre – envió a su Hijo unigénito al mundo.
La palabra unigénito no significa que Jesús no existió hasta su nacimiento en Belén. Esta palabra viene del griego monogenes, y está compuesta por la palabra monos – que significa uno y genos que significa “tipo o categoría.” Cristo es único en su categoría. Unigénito se refiere al carácter único de Jesús, no a su origen.
Jesús fue único en su clase. Él es el unigénito Hijo de Dios – lo que significa que él no tiene comparación. Solo Él tiene las condiciones para revelar la esencia y la deidad de Dios en forma corporal (Colosenses 1).
Hay otra palabra interesante con relación a la deidad de Cristo – es esta frase – Dios envío a Jesús. Esto habla de su pre-existencia.[viii]
Los bebes no son enviados mágicamente por Dios – tampoco los trae la cigüeña – espero que no lo haya metido en problemas si está escuchando el estudio con sus hijos.
Los bebés no existen antes de la concepción – ellos son regalos de Dios, pero no son enviados por Dios. Jesús fue ambos, enviado y nacido. El pre-existía desde la eternidad pasada – Y al nacer él también fue enviado.
Y él fue enviado por un propósito. Juan escribe en el versículo 10 que fue para demostrar el amor de Dios por el mundo.
El sacrificio voluntario de Cristo había sido ilustrado proféticamente en el evento donde Abraham y su único hijo Isaac subieron el monte Moriá. Dios le había dicho Abraham que sacrificara a Isaac – el hijo de la promesa a través de quien nacería el pueblo de Dios – Isaac obedientemente fue con su padre para cumplir la voluntad de Dios.
La mayoría de nosotros pasamos por alto lo glorioso de este evento porque nos imaginamos a Abraham y a su pequeño hijo caminando solos. El pequeño Isaac va contento de la vida sin saber que le espera, y le pregunta a su papá un millón de veces “dónde está el animal papi… dónde está el animal.”
Y en algún momento, cuando Abraham ya se cansa de escuchar la misma pregunta le dice “tú serás el sacrificio.” Agarra a su pequeño hijo y lo pone sobre el altar ¿cierto?
Si en algún momento quisiera leer toda la narrativa, se encuentra en Génesis 21 hasta el capítulo 22 donde Isaac está sobre el altar.
Lo que generalmente olvidamos o ignoramos es la disposición de Isaac de morir. Y eso es porque el típico currículum de la escuela dominical omite el hecho de que transcurren más de 20 años entre Génesis capítulo 21 y Génesis capitulo 22.
Isaac no era un pequeño niño – lo más probable es que Isaac tenía unos 30 años – y personalmente creo, aunque es imposible estar seguro, que Isaac tenía la misma edad de Jesús cuando murió. Dios estaba ilustrando lo que sucedería. Jesús también se ofrecería voluntariamente sobre un altar de madera, cumpliendo así la profecía de que Dios proveería un cordero.
Esa fue la razón por la que Jesús fue enviado – para entregar su vida voluntariamente por nosotros. La muerte de Jesús no fue un accidente, fue un sacrificio planeado desde la eternidad.[ix]
El no murió como un mártir cuyos planes se derrumbaron. El murió justo al tiempo que había planeado.
Pedro predicó en el día de pentecostés que Jesús fue crucificado por el plan predeterminado de Dios (Hechos 2:23)
También se nos dice más específicamente aquí, en la última parte del versículo 10, que Jesús fue enviado para ser la propiciación por nuestros pecados. Esa palabra, propiciación, es la palabra hilasmos en griego. Básicamente significa satisfacción, o teológicamente, la expiación completa por el pecado.[x]
Dios el Hijo, satisfizo las demandas de la santa justicia de Dios, al servir nuestra sentencia de muerte – tomando nuestro lugar como pecadores.
Ahora, ningún tipo de ilustración va a lograr representar el sacrificio del hijo de Dios en toda su magnitud, pero permítame darle una que quizás por lo menos nos ayude a entender mejor el significado de la propiciación.
Nunca voy a olvidar estar leyendo acerca de un incendio que arrasó con toda una pradera, devastando plantaciones, casas, y cualquier otra cosa que se interpusiera en su camino. Una familia en particular vio el humo a la distancia – no pasó mucho tiempo antes de que se dieron cuenta de que no podían escapar – no había adonde correr o donde esconderse. El padre decidió hacer algo al respecto – el corrió hacia la chimenea y agarró una brasa; luego, salió de la casa e incendio su propio terreno – él sabía que iba a quemarse pronto de todas formas – le prendió fuego a todo lo que pudo quemando varios cientos de metros alrededor suyo. Luego, él y su familia manejaron en su auto hasta el medio de su ahora quemada propiedad. Ellos esperaron – en unos minutos, la pared de fuego llegó hasta el borde de su propiedad. Sin poder encontrar material para consumir, el incendio pasó por alrededor de la propiedad del granjero que ya había sido quemada y siguió su rumbo.
Ellos estaban a salvo, ¿por qué? Porque estaban parados sobre un terreno que ya había sido quemado. Ese terreno donde estaban parados era su propiciación. Ellos ya habían sufrido el fuego, habían satisfecho sus demandas, por lo tanto, no podía ser quemado otra vez.
¿Sabe usted porque nunca tendrá que enfrentar la ira de Dios en su juicio? Porque usted está en Cristo quien es su propiciación – la santa justicia ya ha sido consumada una vez por todas en su sacrificio por el pecado – Dios el Padre está satisfecho con la obra de Cristo en la cruz, y porque usted está por fe en Cristo, Dios está satisfecho con usted también.
¿Porque haría eso Jesús por usted y por mí? Porque él lo ama… porque Dios es ágape.
- Amor no es sólo la identidad de Dios
- Amor no es sólo la razón por la cual Dios murió – en tercer lugar,
- Amor es lo que Dios produce (12-16)
Dios nos dicho que nos ama – Dios nos ha demostrado que nos ama – y además, Dios quiere reproducir su amor a través nuestro.[xi]
Note el versículo 12. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Lo más probable es que Juan está refutando las enseñanzas de algunos falsos maestros en su generación que decían que habían visto a Dios a través de visiones.[xii]
Juan efectivamente dice que estos falsos maestros están mintiendo para ganar adeptos.
Hasta el día de hoy, muchas sectas, falsas religiones, y falsos maestros dicen haber oído y visto cosas que los apóstoles – quienes escribieron la palabra inspirada de Dios – nunca oyeron ni vieron.
Juan dice, “no, no, … nadie ha visto a Dios, ni en el pasado ni en el presente.
Incluso Moisés, Isaías y Ezequiel vieron a Dios a través de lo que los teólogos llaman una teofanía, un tipo de manifestación física de una porción de la gloria de Dios.[xiii]
Dios el Padre y Dios el Espíritu han escogido rebelarse a sí mismos a través de la persona de Jesucristo – Dios el hijo.
Él es la manifestación de la deidad – la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15).
Esto es lo que Juan está queriendo decir aquí – ya que nadie ha visto a Dios el Padre, nunca, y ya que Jesús no puede ser visto en este momento, nadie va a ser capaz de ver el amor de Dios a menos que nosotros lo demostremos a través nuestro.[xiv]
De hecho, Juan escribe aquí, en el versículo 12, que el amor de Dios se perfecciona en nosotros.
Esto no significa que nosotros somos perfectos – al menos no todavía – significa que el amor de Dios es perfeccionado en y a través nuestro – El amor de Dios es completado, es demostrado en y a través nuestro.
Un autor lo puso de esta forma, “el amor de Dios se hace real, tangible y concreto en y a través del creyente, cuando él demuestra el amor de Dios con otros creyentes.”[xv]
Y ciertamente con el resto del mundo también.
Siempre que un cristiano rechaza la definición de amor del mundo – la cual es egoísta, donde todo se trata acerca de mis necesidades, mis planes y mis deseos – siempre que el cristiano rechaza eso y demuestra el amor ágape, el cual es sacrificado y humilde y comprometido – el mundo intuitivamente sabe que acaba de ver una demostración de amor de otro planeta – un amor sobrenatural – el amor que solo viene de Dios.
De hecho, note lo que dice al final del versículo 17, pues como Él es, así somos nosotros en este mundo.
Dios está trabajando en el mundo a través nuestro.
No puede ver el viento – pero puede ver el efecto de la presencia del viento. No puede ver a Dios, pero puede ver el efecto de la presencia de Dios – eso es llamado ágape.[xvi]
- Amor no es solo la identidad de Dios
- Amor no es solo la razón por la que Dios murió
- Amor no es solo lo que Dios produce… permítame ir un poco más allá – en cuarto lugar.
- Amor es lo que Dios demanda (19-21)
Note el versículo 19. Nosotros amamos, porque él nos amó primero.
Dios espera que amemos porque él nos amó primero. A todo esto, esta frase revela el misterio de la elección. Nosotros amamos porque él nos amó.
La relación de amor que tenemos con Dios empezó de su parte. Nosotros no tuvimos nada que ver en un principio. ¿Cómo podríamos? – estábamos muertos en delitos y pecados. (Efesios 2:1)
- ¿Puede una persona muerta amar? No
- ¿Puede una persona muerta beber del agua viva? No
- ¿Puede una persona muerta responder al pan de vida? No
Toma la iniciativa de Dios el Padre quien nos da gracia y misericordia. Nuestros ojos son abiertos a través del regalo de la fe y nosotros, luego, reconocemos nuestro pecado y nuestra necesidad de un salvador – nosotros respondemos voluntariamente y decimos “sí” a Jesús.
Este es el misterio de la elección divina. Si alguno la puede entender, que por favor escriba un libro… se haría millonario… por más de 2000 años, teólogos han debatido y estudiado esta doctrina y sigue siendo un misterio que probablemente no entendamos hasta llegar al cielo.
He tenido personas que me preguntan, “si es que la elección es verdad, ¿como puedo saber si soy escogido? ¡Eso es fácil! – ¿le dijo “sí” a Jesucristo? ¿Ha confiado en el hijo de Dios como la propiciación por sus pecados?
Bueno, excelente, usted es un escogido. Pablo escribe a los Corintos, nadie puede llamar a Jesús “Señor” sino por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:3).
Es solamente por la obra del espíritu Santo que alguien puede realmente encontrar satisfacción en la obra de Cristo.
Mucha gente no está satisfecha en Cristo para su salvación – sienten que tiene que haber o tienen que hacer algo más.
Pero aquellos quienes están satisfechos en Cristo, Juan escribe aquí en el versículo 19, no tienen necesidad de temer el juicio de Dios.
¿Por qué? Juan escribe en el versículo 19, porque están en el amado – usted es ambos, amado por Dios y usted ama a Dios también.
No podemos entender la redención desde la perspectiva de Dios, pero si podemos entender nuestra parte en la ecuación.
“Si alguno quiere venir en pos de mi” dice Marcos 8:34 – y esa fue la invitación a responder a su llamado usted aceptó por la gracia y el amor de Dios.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37)
- L. Moody lo simplificó bastante bien cuando dijo que el mundo está dividido en dos – los que quieren ir en pos de Cristo y los que no.
¿En cuál está usted?
Para aquellos que pueden decir, “nosotros por la gracia y en respuesta a su regalo de fe, creímos en Cristo para nuestra salvación y ahora pertenecemos a Dios” Juan efectivamente dice, “ahora actúen de esa manera … actúen como Dios es.”
Versículo 20. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él – en otras palabras, esto es lo que Dios demanda de nosotros – El que ama a Dios, ame también a su hermano.
Ágape no es una opción, es una obligación.[xvii]
El amor Storgue dice, te amo si perteneces a mi familia
El amor ágape dice, te amo y te voy a tratar como un miembro de mi familia.
Eros dice, te amo porque satisfaces mis necesidades y haces que mi corazón lata más rápido
Ágape dice, te amo y me comprometo a satisfacer tus necesidades hasta que mi corazón ya no lata.
- Este es el amor de Dios
- Esta es la naturaleza de Dios
- Esta es la gracia de Dios
- Este es el evangelio de Dios
- Ágape es la identidad de Dios
- Ágape es la razón por la que Dios murió por nosotros
- Ágape es lo que Dios produce en nosotros
- Ágape es lo que Dios demanda – de aquellos que dicen conocerlo como su Salvador y Señor
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[i] Adapted from Challie.com
[ii] Quoted in Sam Gordon, Living in the Light: 1,2, 3 John (Ambassador, 2001), p. 156
[iii] Adapted from Warren W. Wiersbe, First John: Be Real (David C Cook, 1972), p. 137
[iv] Adapted from Leon Morris, Testaments of Love (Eerdmans, 1981), p. 118
[v] Herschel H. Hobbs, The Epistles of John (Thomas Nelson, 1983), p. 107
[vi] Gordon, p. 155
[vii] Adapted from Hobbs, p. 109
[viii] Gordon, p. 159
[ix] Gordon, p. 161
[x] Hiebert, p. 203
[xi] Adapted from Gordon, p. 163
[xii] Bruce B. Barton, Life Application Bible: 1, 2 & 3 John (Tyndale, 1998), p. 94
[xiii] Roy L. Laurin, First John: Life At its Best (Kregel, 1987), p. 156
[xiv] Adapted from MacArthur, p,. 168
[xv] Hobbs, p. 112
[xvi] Adapted from John Phillips, Exploring the Epistles of John (Kregel, 2003), p. 143
[xvii] Laurin, p. 162