Introducción
Hace poco encontré un artículo, titulado, “Cómo mantenerse a salvo en el mundo”. Ofrecía las siguientes pautas:
- Evite viajar en automóviles, aviones, botes o trenes porque son responsables del 36 por ciento de todos los accidentes fatales – en otras palabras, no use un avión, tren, bote o automóvil para ir a ningún lado;
- Pero tampoco camine porque el 14 por ciento de todos los accidentes fatales ocurren a peatones.
- Bueno, diría entonces, simplemente no iré a ningún lado. Pero no, tampoco se quede en casa porque el 17 por ciento de todos los accidentes fatales ocurren en el hogar;
- Entonces, ¿adónde puede ir? Bueno, no vaya al hospital. El 32 por ciento de todas las muertes ocurren allí;
- Todo eso suma 99 por ciento. Así que le queda un 1 por ciento. Lo bueno es que la investigación muestra que solo la mitad del uno por ciento de las muertes ocurren el domingo en la iglesia. Así que el lugar más seguro para estar es en la iglesia.
No estoy seguro de cuan cierta sea la investigación… me parece que un pastor probablemente la inventó.
Pero la verdad es evidente: La vida está llena de peligros, riesgos y lesiones, y una gran parte del problema es que dependemos de muchas otras personas y de una serie de condiciones para tantas cosas en la vida.
Tomé unos 2 minutos pensando y anotando algunos:
- Su educación está ligada a la diligencia de sus maestros y la precisión de sus libros de texto;
- Sus ingresos están ligados a las decisiones de unas pocas personas en el liderazgo;
- Su negocio está ligado a numerosos factores, incluidos otros negocios en el mercado;
- La buena inversión que espera estar haciendo en lo que compra depende de la precisión del fabricante;
- El agua que bebe y los alimentos que come están ligados a la integridad de esa planta de procesamiento y los empleados que supervisan su distribución – hasta la honestidad de su tienda de comestibles o ese chef en el restaurante;
- Su salud está ligada a la habilidad de ese cirujano o al cuidado de ese farmacéutico;
- Su seguridad está ligada a cuán alerta se encuentra el conductor del autobús y lo alerta que estén todos los demás conductores con los que se encuentra.
La vida misma es un riesgo calculado tras otro. La pregunta no es si debe o no subirse a un avión; la pregunta es si debe levantarse de la cama o no.
Gran parte de la vida requiere de confiar su vida en manos de criaturas mortales, falibles, distraídas y deshonestas. Y entonces, con todo eso en juego, se convirtió en cristiano, y la lista de repente se hizo más larga:
- La tentación y el pecado ahora son preocupaciones peligrosas, cuando antes, el pecado nunca lo molestaba;
- Ahora hay una cultura que se burla de sus valores y le pone presión en la escuela o el trabajo;
- Ahora, la posibilidad de sufrir algún tipo de problema a causa de su testimonio es una realidad;
- Ahora, que lo pasen por alto, lo ridiculizen, ignoren, degraden en el trabajo o que un maestro lo repruebe en la escuela, todo eso agrega una razón más para quedarse en la cama y esconderse debajo de las sábanas.
Pero recuerde, tampoco es perfectamente seguro allí.
Entonces, ¿cómo puede enfrentar al mundo?! ¿Y cómo puede vivir con confianza, seguridad, alegría y propósito?
Esa habría sido la pregunta del cristiano del primer siglo también. Ellos estaban padeciendo sufrimiento injusto, inseguridad financiera, maltrato, degradación, ridículo, y además de eso, un gobierno y una cultura en general que se estaba volviendo cada vez más hostil – rechazando los conceptos de verdad y justicia objetivas, los principios éticos y límites morales.
Es decir, ¿cómo responder? ¿cómo vivir? ¿dónde hallar orientación en última instancia?
Todo esto estaba corriendo por la mente de los primeros cristianos cuando el Apóstol Pedro escribió esta carta y la envió a estos creyentes dispersos por todo el Imperio Romano.
Y Pedro nos ha estado informando que debemos mirar mucho más allá de la tierra. Debemos mirar más allá de toda la política y el gobierno, los planes y los consejos de este mundo; tiene que ver por encima de todo eso… si quiere enfrentar su mundo con confianza, seguridad, alegría y propósito.
Reconociendo Quiénes Éramos Antes de Cristo
Estamos llegando al final de esta serie sobre el cristiano y el gobierno. Le invito a abrir su Biblia conmigo en el capítulo 2 de 1 de Pedro.
No me sorprende que Pedro termine sus pensamientos sobre la respuesta de los creyentes al gobierno, la cultura, los amos injustos y las condiciones incontrolables – No me sorprende que Pedro termine este tema con el capítulo 2 y el versículo 25, que dice así: Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
Pedro, primeramente, nos recuerda quiénes éramos nosotros y luego nos recuerda quién es Dios,
Note cómo nos describe – nosotros éramos como ovejas descarriadas. Puede entenderlo también como, estábamos continuamente descarriándonos como ovejas.
Pedro está citando Isaías 53 donde el profeta escribe en el versículo 6, todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino.
A lo largo de la Biblia, a los cristianos se los describe frecuentemente como ovejas… y por una buena razón.
No son las criaturas más brillantes del planeta: necesitan la atención constante de los pastores; y, lo que Pedro destaca aquí, es su tendencia natural a descarriarse. Y aunque no son muy inteligentes, parecen estar constantemente determinadas a alejarse tomando su propio camino.
Un artículo que encontré informaba sobre este tema. Decía: “durante siglos, los pastores han tratado de evitar que las ovejas se descarríen, han tratado varios métodos, desde emplear más personas hasta utilizar perros entrenados. En la actualidad, los pastores han recurrido a métodos más sofisticados. Un método es usar una rejilla de metal, de 2.5 metros de ancho, colocada en el suelo alrededor del borde de un pastizal. Las ovejas no pueden cruzarlo sin que sus pezuñas se resbalen a través de la rejilla. Sin embargo, en un pueblo, una de las ovejas descubrió que podía acostarse y rodar sobre la rejilla. Lo hizo y todas las otras ovejas en el rebaño la miraron y luego rodaron sobre la rejilla también y todas se fueron corriendo.[i]
Ahora, parte del problema más grande es que las ovejas, a diferencia de un perro o un gato normal, no pueden encontrar el camino a casa.[ii]
Entonces, que una oveja se descarríe es lo mismo que decir que una oveja se perdió y seguirá estando perdida.
Pedro hace ese tipo de analogía cuando describe nuestras vidas antes de nuestra conversión. Note nuevamente cómo era esa vida: Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto.
Ahora, a primera vista, pareciera que las ovejas volvieron solas.
Este verbo traducido “habéis vuelto” es una palabra que se refiere a la salvación o conversión de alguien.
Podría traducirlo, “han dado la vuelta”.[iii]
Esto no significa que las ovejas una vez caminaron con Cristo y luego se desviaron, pero ahora han regresado a Él.
Eso puede suceder también, por cierto, pero esa no es la analogía que Pedro está haciendo aquí. Pedro no está describiendo la vida de un creyente desobediente, está describiendo la vida de un incrédulo.
¿Y cómo es su vida? Como ovejas que se extravían continuamente, lo que equivale a decir que vagan continuamente por la vida sin propósito ni significado.
Esa es una descripción del mundo al que se va a enfrentar mañana.
Cuando Jesús vio una gran multitud de personas que venían a él, Marcos escribió en su Evangelio cual fue la perspectiva de Jesús y dijo que Jesús se conmovió, ¿por qué? – porque eran como ovejas sin pastor (Marcos 6:34).
En otras palabras, estos incrédulos inconversos eran como ovejas descarriadas sin pastor.
Entonces, la idea de volver aquí hace referencia a un momento decisivo en el pasado de una persona.[iv]
De hecho, Pedro usa el mismo verbo en Hechos 3:19 donde predica: “Así que, arrepentíos y convertíos (es el mismo verbo) – así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados”.
El mismo verbo aparece de nuevo en Hechos 9:35 donde la gente vio a Pedro sanar a un paralítico — y leemos que todos los que lo vieron, se convirtieron (ahí está la misma palabra en griego) se convirtieron al Señor.
Pablo usó el mismo verbo para describir la conversión de los creyentes tesalonicenses. Él escribe de cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero (1 Tesalonicenses 1:9)
Pedro está diciendo: permítame recordarle que esto es lo que usted era como incrédulo. Andaba errante como una oveja descarriada, pero ahora se ha dado la vuelta y se ha convertido en un seguidor de Jesús.
Tomando Consuelo en Quien es Dios
Y Pedro ahora escribe: No solo quiero recordarle quién era usted, déjeme recordarle también quién es Él.
Fíjense nuevamente, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
Él es nuestro Pastor ¡y vaya si no necesitamos uno! Con mucha razón la biblia no describe al creyente como un león o un caballo, sino como una oveja.
Aunque hemos sido regenerados solo por la fe en Cristo, todavía somos, por naturaleza, como ovejas.
- Las ovejas son anatómicamente débiles e incapaces de llevar cargas – por eso el Pastor lleva sus cargas;
- Las ovejas son demasiado tímidas para beber aguas turbulentas, por eso David dijo que el Señor lo lleva a aguas tranquilas – o de reposo;
- Las ovejas no pueden conseguir su propia comida, por lo que David elogió a su Pastor por llevarlo a lugares de delicados pastos y preparar la mesa;
- ¡Sin un pastor, las ovejas están en serios problemas!
David comenzó ese famoso poema que conocemos como el Salmo 23 diciendo: Jehová es mi pastor, nada me faltará. David está diciendo: “Miren todos, este es mi Pastor – es Jehová – y porque Jehová es mi Pastor, estoy satisfecho en la vida”.
Escuche, quien está guiando su vida hace toda la diferencia en el mundo.
David nos dice que Jehová es el único que puede hacer todas las cosas que describe en el Salmo 23. Él es el único que puede guiarnos a través de la vida y finalmente llevarnos a salvo a casa.
Jehová es – tiempo presente – no, Jehová era; Jehová solía ser, o podría ser un día. No, ¡Jehová es!
Jehová es mi Pastor – pronombre posesivo – Él es mío; no, Jehová es el pastor de mi madre o mi padre; el Señor es el pastor de mi abuelo; el Señor es el pastor de mi buen amigo; sino, Jehová es mi Pastor.
Desde el primer siglo hasta el siglo XXI, el problema del mundo se puede resumir en una frase: están siguiendo al pastor equivocado.
Y como resultado, nuestro mundo vaga continuamente y necesita desesperadamente dirección.
Simplemente mire las noticias y va a ver:
- Agresión de Rusia;
- Amenazas de Corea del Norte;
- Negociaciones de paz fallidas en el Medio Oriente;
- Crisis económicas en varios países;
- Sistemas educativos deficientes;
- Carteles de droga y trata de personas.
Y eso solo en los últimos meses.
El mundo también está deambulando moralmente, tambaleándose en más y más confusión. Si busca la consistencia moral y ética en los líderes con posiciones más altos en el país; descubrirá que los pedestales están casi completamente vacíos.
Francamente, nuestro mundo necesita desesperadamente el Pastor correcto.
Jesucristo envía la invitación a su mundo a través de usted y yo, sus ovejas satisfechas, bien alimentadas y guiadas;
Philipp Keller escribió sobre sus experiencias como pastor de ovejas en el este de África. Él contó sobre el terreno al lado de su campo que había sido arrendado a un pastor que realmente no cuidaba muy bien a sus ovejas. El no había mantenido su campo adecuadamente así que no había suficiente pasto; sus ovejas estaban flacas, enfermas, llenas de parásitos y, a menudo, las atacaban los animales salvajes. Keller escribe que puede recordar cómo las ovejas de su vecino se alineaban en la cerca y miraban fijamente en dirección a su pasto verde y a sus ovejas sanas y bien alimentadas, casi como si anhelaran ser liberadas de su pastor abusivo. Parecían anhelar dejar su campo y pertenecerle a él.[v]
Para el creyente, especialmente aquellos que fueron salvos más tarde en la vida, usted comprende el hambre de tratar de alimentarse con ese pasto árido y escaso; sabe lo que es tener la enfermedad de la conciencia culpable y los parásitos del pecado que lo agobian; conoce el anhelo en su corazón por una vida nueva y un corazón limpio, hasta que escuchó a ese Pastor que le dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Ese es vocabulario de pastor. Él es quien sabe cómo guiarle a través de la vida y Él es quien conoce el camino al Cielo. Por eso es verdaderamente el Buen Pastor.
Y le recomiendo a este Buen Pastor, que da Su vida por Sus ovejas (Juan 10:11). ¡Sígalo!
Pedro escribe a continuación en el versículo 25 la verdad de que Jehová no es solo un Pastor, Él es, note, el Obispo de sus almas.
La palabra en griego es episkopos, y la forma verbal de esta palabra significa supervisar, cuidar”.[vi]
Él es nuestro cuidador, nuestro guardián.
Una vez más, la analogía con el creyente es perfecta. Cuando se hayan en peligro, las ovejas no tienen otro recurso sino correr; no tienen armas o mecanismos de defensa incorporadas para pelear; están indefensas sin un Pastor.
Timothy Laniak, un hombre que pasó varios años viviendo entre pastores del Medio Oriente, escribió en su diario cuán propensas a los problemas eran las ovejas y cuán desesperadamente necesitaban un pastor atento. Él escribe:
incluso las ovejas resistentes de las montañas son susceptibles a fiebre, problemas de riñón, neumonía, pasteurella, hipotermia en el invierno, sarna y tembladera. Ellas empujan sus cabezas a través de las cercas y se cortan o se atascan; trepan a los árboles para comer las hojas y terminan colgadas de las patas; se caen por barrancos; las muerden las serpientes y las pican las avispas. Se caen en estanques y no pueden salir; se llenan de hojas caídas, luego ruedan sobre sus espaldas y se hinchan como globos; se envenenan con hierbas y flores; se mueren de hambre, se congelan y se enferman, pero cada aflicción que enfrentan puede ser contrarrestada por un buen pastor.[vii]
Escuche, querido oyente, Pedro le está recordando al creyente que ha sido rescatado de un mundo que anda descarriado, tambaleando, vagando, sediento, hambriento y profundamente asustado.
En ese famoso poema de alabanza, David escribe en el Salmo 23, versículo 5 – Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
No pase por alto lo que David acaba de insinuar cuando dice: “en presencia de mis angustiadores”. En otras palabras, las ovejas que siguen al Señor pueden terminar rodeadas de enemigos.
Seguir al Señor no garantiza la ausencia de peligro, dificultad y sufrimiento, pero sí garantiza la presencia del Salvador.
Timothy Laniak vuelve a escribir en su diario:
Mientras los pastores vigilan sus rebaños por la noche, también lo hacen los lobos. Es un partido nocturno de observación, paciencia e inteligencia. He visto a pastores del Medio Oriente pasar toda la noche gritando, silbando, arrojando piedras en la oscuridad en todas direcciones con sus hondas. Ellos saben que los lobos están ahí afuera.[viii]
Pedro les escribe a estos creyentes que no tienen dónde correr ni dónde esconderse: Él es el Pastor y el Guardián de su alma.
¿Y notó que dice claramente que el Señor es el guardián del alma? Eso se refiere a su interior.
Pedro está insinuando que estos creyentes del primer siglo y hasta el día de hoy en todo el mundo en el siglo XXI – los creyentes pueden ser gobernados por tiranos, pueden estar sufriendo maltrato y abuso físico. Pero Pedro les recuerda que su ser interior, esa parte inmaterial que es inmortal y redimida y de camino al cielo – su ser real está siendo sostenido y protegido por el Señor.
Nadie puede arrebatar a un creyente de Su mano. Nadie puede quitarlo de Su rebaño. Está eternamente seguro sin importar lo que venga.
Conclusión
Así es como enfrenta este mundo, lleno de riesgos, peligros, accidentes y problemas – así es como lo enfrenta con alegría, confianza y seguridad – porque ve más allá de la tierra.
Ves más allá de todo lo que te rodea, la política y los gobiernos de este mundo, ves más allá de todo eso cuando fija sus ojos en Jesús, su Buen Pastor y el Fiel Guardián de su alma – Aquel que le guía a través de la vida y finalmente le traerá sano y salvo a casa.
Escuche, querido oyente, hay muchas más personas que quieren que se escriba su lápida “El Señor es mi pastor” pero no tienen el menor deseo de que se escriba en su vida.[ix]
Pedro nos está recomendando que lo escribamos con valentía en nuestras vidas, para decirle a todos en su mundo: “Escuchen, ¿saben cuál es el verdadero problema? Necesitan un Pastor, déjenme presentarles al mío, Él es el Señor Jesucristo”.
¡Y viva con este tipo de perspectiva y actitud! No se desanime porque no recibió un trato justo.
Y escuche, el mundo lo va a estar mirando… pero Su Guardián lo está cuidando. Sólo continúe siguiéndolo.
Y ninguna de sus ovejas faltará. Todas llegarán sanas y salvas a casa… y mientras tanto, usted será Pastoreado a través de la vida de acuerdo con Su plan y propósito divino.
Querida oveja, su Pastor divino tiene cuidado de usted.
Concluyo con la letra de una canción que me vino a la mente mientras estudiaba este pasaje. Dice lo siguiente:
Cuando alarmado por la furia del agitado mar,
y las imponentes olas que ante ti se rompen,
Al final de las dudas y el peligro está la eternidad. Aunque el miedo y los conflictos se apoderen de su alma. Solo piense en llegar a la orilla y encontrar que es el cielo;…en tocar una mano, y encontrar que es la de Dios,
…en respirar un aire nuevo, y encontrar que es el aire celestial,
en despertar en Gloria, y encontrar que es su hogar.¿Puede ver un poco más adelante? Allí, en Sus tiempos que son perfectos, este fiel Pastor y el Guardián de su alma le hará llegar, sin accidentes, sin salirte del camino.
Llegará sano y salvo a casa.
—
[i] Jason Bellows, The Great Sheep Escape, BBC online, (1-30-06)
[ii] John Phillips, Exploring the Epistles of Peter (Kregel, 2005), p. 128
[iii] D. Edmond Hiebert, 1 Peter (BMH, 1984), p. 190
[iv] Daniel G. Powers, 1 & 2 Peter, Jude (Beacon Hill Press, 2010), p. 103
[v] Philip Keller, A Shepherd Looks at Psalm Twenty-Three
[vi] Hiebert, p. 190
[vii] Timothy Laniak, While Shepherds Watch Their Flocks (ShepherdLeader Publications, 2007), p. 65
[viii] Tim Laniak, While Shepherds Watch Their Flocks (ShepherdLeader Publications, 2007)
[ix] Dallas Willard, The Divine Conspiracy: www.preachingtoday.com/illustrations/2008/february/4020408.html