Introducción
En su comentario de 1 Samuel, William Bellshaw contó la antigua leyenda acerca de un joven que había sido contratado por un sabio y famoso fabricante de violines. Una mañana, este viejo fabricante de violines llevó a su joven asistente al bosque, para así buscar madera para construir sus violines. Salieron caminando entonces, y caminaron hasta atravesar un valle donde los árboles eran altos y derechos. Descansando sobre su bastón, el anciano apunto con su dedo hacia delante y dijo, “necesitas escalar la ladera de esa montaña… ¿ves ese árbol delgado entre esas rocas? Córtalo y tráelo a la casa para tallarlo.
Cuando llegaron a la casa, el joven le preguntó a su mentor, “¿porque no escogió los troncos grandes y rectos del valle? – ¿porque caminar tanto para traer un arbolito, flaco y torcido? “Ah” dijo el viejo lutier, “la madera que crece rápida y fácilmente bajo la protección del bosque se rompe fácilmente bajo la presión que le aplicamos para formar al violín; pero la madera de la montaña es diferente. Esos árboles, han sido azotados y doblados por el viento y la lluvia. Gracias a ello, estos árboles son mucho más fuertes y flexibles que los otros – esta es la madera que produce las melodías más dulces de todas.[i]
La última vez que vimos a David, él estaba recién empezando a perder la comodidad de vivir bajo la protección del bosque.
Los vientos estaban empezando a soplar más fuerte… y las nubes negras habían empezado a juntarse sobre él.
En unos pocos días, David lo había perdido todo prácticamente.
Él había perdido su trabajo y su posición en el palacio. Él, que había surgido del anonimato a un estatus de héroe nacional por vencer a Goliat, y ganar cada enfrentamiento contra los filisteos. Él, que no había conocido lo que era la derrota por años; ahora, por los celos del Rey lo había perdido todo.
Él pierde a su mejor amigo, Jonatán, quien debe permanecer leal a su padre y al reino.
Él pierde a su esposa, Mical, hija de Saúl, quien lo ayuda a escapar de su padre, pero que luego lo acusa de haberla amenazado de muerte para dejarlo escapar y así quedar de buenas con su padre.
Después, David pierde a su amigo y líder espiritual, el anciano profeta Samuel.
David no tiene refugio, comida, compañía, armas, dirección, dinero, ni una promesa de un futuro mejor.[ii]
Él es ahora el enemigo número 1; el fugitivo más buscado de Israel. Su corazón está roto y su mente está dando vueltas en confusión.
Desafortunadamente, mientras David continúa huyendo, él va perdiendo gradualmente esa fe y esa valentía que había demostrado una y otra vez en el pasado.
Y ya que Dios no está interesado en pintarle una aureola a David sobre su cabeza, Él nos da algunos detalles de las cosas que David hizo mal en 1 Samuel capítulo 21.
Allí es que vamos a continuar nuestro estudio el día de hoy.
Si transformáramos esta historia en una obra de teatro, podríamos dividirla en 3 escenas principales.
A la primera escena, la podríamos titular…
Escena Uno: Mintiendo en el Monte Nob
David va a engañar al Sumo Sacerdote, mintiéndole varias veces y trayendo trágicas consecuencias.
Note el versículo 1 de 1 Samuel 21. Vino David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y se sorprendió Ahimelec de su encuentro, y le dijo: ¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo? Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado; y yo he citado a los jóvenes a cierto lugar.”
En otras palabras, “querido sacerdote, el Rey me ha enviado en una misión secreta. Así que no le puede contar a nadie… esta es información confidencial.”
“A todo esto, tengo hambre… ¿no tiene algo de comer por aquí?”
El sacerdote le informa a David en el versículo 6 que acaban de reemplazar el pan que presentaban delante del Señor con pan fresco. Así que el sacerdote le da a David los panes viejos.
A todo esto, el sacerdote no está haciendo nada malo – de hecho, Jesús va a usarlo como ejemplo de que las necesidades humanas tienen prioridad sobre las ceremonias y las restricciones Sabáticas.[iii]
Sin duda, Ahimelec sospecha que algo raro está pasando – ¿cómo es que David está en una misión secreta de parte del rey, y no trajo nada para comer?
Y para hacerlo más sospechoso aún, David le hace una petición realmente extraña. Mire el versículo 8, ¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada ni mis armas, por cuanto la orden del rey era apremiante.
Mas mentiras.
Y note el colmo de las ironías en el versículo 9. La espada de Goliat el filisteo, al que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino ésa.
Ve cuan bajo está cayendo David. Años atrás, a David no le importaba las armas. La espada de Goliat no era nada para él. Él había corrido a enfrentarse con Goliat llevando una honda y cinco piedras; y antes de aventarle la piedra, él había gritado, “Goliat, tu vienes a mí con espada, lanza, y jabalina, pero yo vengo en el nombre Jehová de los ejércitos… yo te venceré y todos sabrán que Jehová no salva con espada y con lanza, porque de Jehová es la batalla.”
Pero ahora… David está entre la espada y la pared… ha estado huyendo por días… y Dios no parece estar presente… quizás una espada no tan mala idea.
Así que David dice al final del versículo 9, Ninguna como ella; dámela.
¿En serio? ¿Ninguna como ella? Esto nos hace ver que las victorias espirituales del pasado no garantizan automáticamente que viviremos en victoria en el futuro.
El haber actuado en fe en el pasado no significa que siempre va a actuar en fe en el futuro.
Es una tentación simplemente quedarnos de brazos cruzados, y hablar con nostalgia acerca de las victorias del pasado.
Aunque es bueno recordar la mano de Dios en nuestras vidas, es importante también vivir, obrar y actuar el día de hoy, esperando y anticipando que la mano de Dios continúe dándonos más y más victorias el día de hoy. Mi deseo es que los “buenos días” no sean simplemente los pasados, sino los presentes y los futuros.
¿Que estamos haciendo hoy para el Señor? – ¿qué estamos esperando que Dios haga hoy?
Nuestra confianza en el Señor es el motor que nos permite avanzar a través de las dificultades de la vida. Querido oyente, el paso más de fe más grande en su vida, siempre será el próximo paso – sea cual sea.
Esta semana se me pasó por la mente el gran impacto ha causado la invención del refrigerador en nuestras vidas. Hoy podemos guardar y preservar alimentos por semanas o aún más. Sin embargo, años atrás, uno tenía la comida para el mismo día, y nada más. Nos hemos acostumbrado a depender del Señor mensualmente, o por quincena, no diariamente.
Por lo tanto, Dios va a desarrollar nuestra fe – en esta cultura – en formas distintas. Pero su propósito es el mismo – que nosotros demostremos nuestra confianza en él – y que no nos apoyemos en nuestro propio entendimiento o prudencia, sino que siempre lo reconozcamos a Él en todos nuestros caminos. Esto significa que debemos darle a Él la prioridad, que primero confiemos en Él para que dirija nuestro camino.
Ahora la pregunta es, ¿qué está haciendo David confiando en la espada de Goliat? ¿Había logrado proteger a Goliat? No. Y tampoco lo protegería a David. Esa espada, en las manos del hombre más fuerte sobre la tierra había sido totalmente inútil, al enfrentarse a un David confiado en su Dios.
Y ese es el problema. David está confiando en sus victorias pasadas, no en el Dios de su victoria… y, por lo tanto, cada día siente más y más temor.
Y esto solo se pone peor. La escena uno la llamamos “mintiendo en el monte Nob,” pero la escena 2 podría titularse:
Escena 2: Actuando como Loco en las Puertas de Gat.
Va a ver a lo que me refiero en el versículo 10.
Levantándose David aquel día, huyó de la presencia de Saúl, y se fue a Aquis rey de Gat. Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿no es éste de quien cantaban en las danzas, diciendo: Hirió Saúl a sus miles y David a sus diez miles?
Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba
¿No le parece extraño? ¿David va a Gat?
Gat era la capital de los Filisteos.[iv]
David ha matado miles de filisteos en batalla – incluyendo a su guerrero más famoso, Goliat. De hecho, Gat era el pueblo donde Goliat había nacido.
Francamente, los estudiosos del Antiguo Testamento están confundidos, tratando de entender porque David querría ir a Gat. Eso era una locura.
Algunos sugieren que David fue a Gat porque Saúl nunca pensaría en ir a buscarlo allí.[v]
Y obvio, sin duda Saúl que nunca pensaría que David haría algo tan alocado.
Algunos sugieren que David pensó que el rey de Gat, Aquis, habría querido tenerlo de su lado, gracias a su gran historial de victorias.[vi]
Otros sugieren que David pensó que no lo reconocerían, ya que seguramente él había crecido y madurado desde su enfrentamiento con Goliat.[vii]
Pero, si ese es el caso, no tiene mucho sentido que viniera cargando la enorme espada de Goliat. Algo así como que lo delataría un poco, ¿no cree?
Y aún hoy no sabemos con seguridad porque lo hizo… nadie puede entender esta locura – que es lo que tenía en la cabeza cuando pensó en ir a Gat – y déjeme decirle, que cualquiera que haya sido el plan que lo llevó a Gat, se desbarató en el momento que lo reconocieron.
David entra a Gat, y toda la gente lo reconoce.
Su instinto empieza a reaccionar y su mente empieza a buscar una salida… así que decide actuar como si estuviera loco, escribiendo con sus uñas sobre la puerta de la ciudad, babeando por todos lados.
Piénselo… este es David, el futuro Rey de Israel.
Aparentemente David, aparte de músico, es buen actor porque Aquis dice en el versículo 15, “acaso me faltan locos.” En otras palabras, “ya tengo suficiente gente loca alrededor mío…déjenlo ir.
¿Ahora, porque no lo mató?
La tradición judía dice que tanto la esposa como la hija del rey Aquis tenían problemas mentales… él las había visto sufrir… él había tenido que lidiar con eso por años, lo que produjo en él cierta compasión es esta área… así que deja libre a David.
Sea ese el caso o no, es finalmente, la voluntad y la providencia de Dios que permite que David continúe con vida.
David se va de Gat y comienza la siguiente escena, que podríamos titular:
Escena 3: Escondiéndose en la Cueva de Adulam.
Note el versículo 1 del capítulo 22, Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam.
Detengámonos allí por un momento y entremos a esta oscura y solitaria cueva.
David se encuentra solo…habiendo logrado escapar apenas de las manos de los filisteos. Él ha corrido unos 3 kilómetros hasta llegar al pueblo cananeo de Adulam, donde los cerros están llenos de cuevas como si fuera un gran panal de abejas.[viii]
Él encuentra una cueva grande y profunda, se esconde bien adentro y empieza a llorar.
David está aterrado… él se siente culpable de haberle mentido al Sumo Sacerdote del Señor… él fue humillado en Gat… él se siente avergonzado… derrotado… falto de fe… solo.
David siente que ha tocado fondo.
Y mientras se refugia en esta cueva, David comienza a escribir un Salmo. Es el salmo 142, y le invito a abrir su Biblia allí por unos minutos para ver qué es lo que David está sintiendo y pensando en ese momento.
David se quebranta delante del Señor y dice. Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia.
David está confesando su pecado… su falta de fe.
Su clamor y su lloro están haciendo eco en las paredes de la cueva de Adulam.
Luego él dice en el versículo 2, “Delante de él expondré mi queja”
Jajaja – “he confesado mis pecados, pero ahora tengo una lista de quejas y problemas que quiero presentarte Dios.” David es humano, y actúa como nosotros muchas veces también.
200 años atrás, uno de los líderes de la iglesia dijo, “¿no es de bendición saber que hay alguien en el cielo con quien podemos quejarnos?”[ix]
Y no es que es bueno quejarse con Dios… pero Él se goza en que vayamos a Él con nuestros problemas y que depositemos en Él nuestras cargas. Él nos escucha y nos entiende.
David continúa en el versículo 4 diciendo, Mira a la derecha, y ve, porque no hay quien me tome en cuenta.
La derecha era el lugar donde se paraban los testigos o los abogados. David está diciéndole a Dios, “no tengo quien me represente o defienda legalmente.”[x]
“Me han declarado culpable de traición y no es verdad – desearía defender mi inocencia, pero no puedo.”
Volviendo al versículo 2, David dice, Delante de Jehová manifestaré mi angustia.
La palabra para angustia da la sensación de un lugar apretado, y angosto – hoy diríamos, “Estoy entre la espada y la pared. Estoy en problemas. No tengo más lugar más donde huir… estoy atrapado.”
Note el versículo 5. A ti he clamado, Señor; dije: Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes. Atiende a mi clamor, porque estoy muy abatido
Dios, estoy seguro de que lo has notado, pero no puedo caer más bajo… ya he tocado fondo.
¿Puede imaginarse la tristeza y la desesperanza que debe estar sintiendo David en esa oscura cueva? El siente que no hay escapatoria. No hay nada más que hacer.[xi]
No hay nadie más que lo pueda ayudar.
Todo lo que escucha son los ecos de su llanto rebotando en la cueva de Adulam.
Señor – versículo 6. líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre.
En otras palabras, “rescátame y prometo que nunca voy a dejar de decirle a las personas lo maravilloso que eres. Dame esperanza. Dame una razón para seguir viviendo.”
¿Ha estado en un momento tan difícil, donde el desafío más grande es simplemente, seguir respirando?
David está recordándose a sí mismo que necesita seguir respirando.
Pero note como David termina el Salmo, Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
David está comenzando a poner su fe y su confianza nuevamente en la gracia y la providencia de Dios.
No sabemos exactamente cuánto tiempo transcurrió… quizás un día o dos… pero, de repente, David escucha unos pasos cerca de la cueva. Hay gente conversando… alguien está llamándolo, “David, ¿estás aquí?”
Volvamos a 1 Samuel 22. No creo que David se habría imaginado lo que estaba a punto de ocurrir. Versículo 1, Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
Hasta este momento, la familia de David no había estado involucrada en el asunto. Es posible que a sus hermanos no les preocupaba mucho el futuro de David, quizás estaban celosos. Su padre le había mostrado poco interés. Es más, David no había visto a sus padres y hermanos por un buen tiempo ya.
Pero allí están ahora… ellos han oído lo que ha pasado… quizás algún pastorcito o algún peregrino lo había visto entrar a la cueva, o quizás había escuchado el llanto saliendo de lo profundo de la cueva… y la noticia se propaga.
La familia de David se entera de donde está y van a verlo. Que increíble reunión. El texto da a entender que hubo un tiempo de comunión en simpatía y unidad.
David abraza a su madre y a su padre y a sus hermanos – incluso Eliab ha tenido compasión de su hermanito…. Finalmente.
Y así, en esa oscura cueva, Dios trae una maravillosa reconciliación familiar.
Luego, se oyen más pisadas… mire el versículo 2.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
O sea, esta escena está empezando a parecerse bastante a la historia de Robin Hood ¿o no?
David, de cierta forma, se convierte en el primer Robin Hood. Solo échele un vistazo a este grupo de hombres que vienen a juntarse con David.
Samuel los describe en el versículo 2:
- Esos hombres estaban afligidos: la palabra hebrea significa “bajo presión, o bajo estrés.”
- Todo el que estaba endeudado: lo más probable es que esto es producto de los impuestos injustos del Rey Saúl.
- Y todo el que tenía amargura de espíritu – ellos se habían rendido.
Samuel había advertido al pueblo, “si escogen un rey, este les iba a pedir impuestos, les va a quitar a sus hijos para la guerra, y va a demandarles lo mejor de su producción.
Lo más probable es que estos hombres han sido víctimas de los abusos del Rey Saúl. Ellos han llegado al punto de la desesperación y van a David.
Y a todo esto, estos 400 hombres – que pronto van a llegar a ser 600 – van a convertirse en los hombres guerreros valientes de David – y más adelante, se convertirán en miembros de su gabinete cuando asuma el trono.[xii]
David había estado solo en esa cueva… y parte del plan de Dios para sacarlo de la desesperación fue mostrarle las vidas de otras personas desesperadas. Dios hizo que David dejara de enfocarse en su propia miseria y se preocupara – que animara, que abrazara – a alguien más.
David recupera su confianza en Dios, y esto es evidente en el versículo 3. Le recomiendo que destaque o subraye este pasaje.
David lleva a sus padres con rey de Moab para que los proteja. Recuerde que David tiene sangre Moabita – su bisabuela Rut, había sido una Moabita que había decidido seguir al Dios de Israel. Y David da un maravilloso testimonio delante de este rey cuando dice, Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de mí.David esta nuevamente en pie. Él reconoce y confía que su vida, su destino están en las manos de Dios. ¿Que cambió? Bueno, él ahora está rodeado por hombres tristes y sin esperanza, que buscan su dirección; él se ha reunido con sus padres y hermanos, que ahora tienen necesidad de protección; David no tiene idea de cuáles son los planes de Dios para su futuro; el Rey Saúl lo sigue odiando y persiguiendo.
Pero David está dispuesto a esperar en la voluntad de Dios, sabiendo que Él está en control.
Conclusión
El 22 de junio de 2007, un hombre cristiano llamado Daniel sufrió de un accidente. Un conductor lo atropelló y luego se echó a la fuga, dejándolo paralizado de la cintura hacia abajo. Daniel dijo que, desde ese día, él ha aprendido a orar como David lo hizo en los salmos.
De hecho, él ha escrito algunas propias oraciones. Permítame compartirle una que escribió alrededor de un año después de su accidente.
¡Oh Señor, mi Dios! ¿Qué esperas para obrar?
Clamé a Ti cuando los problemas me golpearon
Rogué por Tu restauración
Sé que tú me has escuchado. Sé que tú has respondido
Sin embargo, nada – nada significativo ha ocurrido el día de hoy – otra vez.
Esta historia continua día a día sin acabar.
¿Será que ya me has olvidado?
¿Será que hay cosas más importantes que han capturado tu atención?
Mi esperanza se oscurece.
¿Cuánto tiempo más?
¿Cuánto más debo esperar aquí en el medio?
Entre el cielo y el horror de esta condición
¿Quién soy yo para que Dios se acuerde de mí?
Mi única esperanza está en que Él cumpla su palabra
Él es fiel para con nosotros porque Él es fiel a sí mismo.
Un día, porque Él lo ha prometido, me pondré en pie,
restaurado, mientras Él cumple su palabra.
El Señor convertirá esta pesadilla en un vago recuerdo,
y alabaré su nombre por siempre.[xiii]
Suena a que él supo lo que es estar en la cueva de Adulan… pero él, tal como David, ahora está dispuesto a esperar en Dios y su voluntad.
Querido oyente, esta es la misma actitud que necesitamos tener el día de hoy. Es mi oración que usted pueda decir en su corazón, con completa convicción, que su vida está en las manos de Dios y que su confianza está en Él día a día, mientras espera ver como Él obra en su vida.
—
[i] William G. Bellshaw, The Book of 1 Samuel: Better Than Sacrifice (Regular Baptist Press, 1976), p. 80
[ii] Adapted from Charles R. Swindoll, David: A Man of Passion & Destiny (Word Publishing, 1997), p.
[iii] Expositor’s Bible Commentary: Volume 3, ed. Frank E. Gaebelein (Zondervan, 1992), p.728
[iv] Swindoll, p. 65
[v] Bellshaw, p. 86
[vi] Dale Ralph Davis, Expositions of the Book of 1 Samuel: Volume 2 (Baker Books, 1994), p. 76
[vii] F.B. Meyer, David: Shepherd, Psalmist, King (Christian Literature Crusade, 1973), p. 65
[viii] Meyer, p. 70
[ix] G.A.F. Knight, Psalms: Volume 2 (Westminster Press, 1983), p. 334
[x] Expositor’s, p. 850
[xi] Swindoll, p. 72
[xii] Adapted from C.F. Keil & F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament: Volume II (Eerdmans Publishing, 1991), p. 223
[xiii] “Partially Paralyzed Man offers a Modern-day Lament” @ http://www.preachingtoday.com/illustrations/2010/july/1071210.html