Introducción
Lea cualquier periódico y lo más probable es que se encuentre con un artículo o dos detallando algún escándalo que fue expuesto. Puede ser algún escándalo corporativo, un escándalo amoroso, un escándalo en el mundo de la fama, un escándalo en el gobierno… siempre hay algún escándalo que se descubre y luego aparece en el diario.
Hice una búsqueda en internet simplemente al poner “encubrimiento” en el buscador, y encontré un montón de resultados – escándalos y conspiraciones de hasta de 100 años atrás.
El diccionario define encubrimiento como: “un intento de esconder evidencia, errores, incompetencia u otra información escandalosa. En un encubrimiento pasivo, se usa engaño. Cuando un escándalo se hace público, el descubrir que se intentó encubrir la verdad es generalmente más condenable que el acto original.[i]
También encontré un sitio interesante que revelaba los pasos predecibles de un típico encubrimiento.
- Negación era el primer paso
- Luego era ganar tiempo – en otras palabras, el encubridor va a tratar de demorar alguna respuesta.
- El tercer paso era intimidar o engañar testigos o posibles delatores.
- Y finalmente, una vez que el asunto se vuelve público, controlar el daño.
Algunas cosas nunca cambian.
De hecho, tenga en mente estos pasos mientras estudiamos vida de David y su pecado con Betsabé – lo que empezamos a estudiar en nuestro programa anterior. Va a descubrir que David sigue el mismo patrón. Los resultados van a ser devastadores.
A todo esto, mientras volvemos a estudiar este pasaje, tenga en mente que David ahora tiene unos 50 años.
David, el cantante y rey ha compuesto quizás cientos de salmos – cantados por toda la nación. Él es reconocido por todos como el fiel siervo de Dios – un hombre conforme al corazón de Dios.
A la edad cuando David debería haber estado en su mejor momento para para guiar espiritualmente al pueblo y vivir una vida para la gloria de Dios, David no solo va a pecar, sino que va a estar involucrado en uno de los escándalos de encubrimiento más grandes de la historia.
De hecho, antes que nos adentremos en esta escena, permítame hacer dos observaciones.
Primero, madurez física no quita o disminuye la posibilidad de pecar.
En otras palabras, uno nunca es muy viejo para pecar… uno no crece lo suficiente como para superar al tentador… uno solo le da más tiempo para que lo conozca mejor – para que encuentre y toque sus puntos débiles.
Así que, nunca baje la guardia sin importar cuantos años tenga.
Nosotros no solo estamos a punto de estudiar el pecado de David con Betsabé, estamos a punto de enfrentar nuestro propio pecado… nuestra propia habilidad de encubrir nuestros pecados; ese pecado que quizás está ocultando bajo la alfombra. Quizás en este mismo momento, esto pueda ser una cuenta bancaria, un deseo de popularidad, una relación que sabe que esta fuera de los limites, un deseo de comodidad, poder o prestigio. Y uno nunca está muy viejo como para morder el anzuelo.
Hace varios años atrás me acuerdo estar llevando al Dr. John Walvoord al aeropuerto. Para ese entonces, él era el presidente del seminario teológico Dallas y un gran amigo – el oraba por nosotros cada día.
Estábamos conversábamos acerca de ministerio en general cuando de repente, el hizo un comentario inesperado – como si estuviera hablando consigo mismo – de hecho, lo mire por un segundo y lo vi mirando a través de la ventana mientras el repetía para sí mismo, “realmente quiero terminar en victoria… quiero terminar en victoria.” Y él tenía unos 80 años. Él entendía el peligro… entre más cerca llegaba a la línea de meta.
La madurez física no quita o disminuye la posibilidad de pecar.
Segundo, la madurez espiritual no quita o disminuye la posibilidad de cometer pecados escandalosos.
Mientras que todo pecado es malo… algunos pecados tienen consecuencias más grandes y profundas.
Como mencioné en nuestro último programa, el capítulo 11 de 2 Samuel, es el capítulo que hace la transición entre los triunfos y las tragedias de David.
Pasos Del Encubrimiento de David
Ahora continuemos nuestro estudio en 2 Samuel capítulo 11 y observe mientras David comienza uno de los encubrimientos más infames en el registro de la Escritura.
Solo para simplificar un poco todos los eventos que pasan más adelante, permítame agruparlos en 4 pasos. Estos son los 4 pasos en el trágico encubrimiento de David.
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Al paso uno lo llamaremos: Mantener la calma.
Empecemos con el versículo 3.
Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. (ella se había purificado ya de su inmundicia), y se volvió a su casa. Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy embarazada. Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David. Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra.
David es rápido e ingenioso… él está devastado por las noticias, pero no entra en pánico… él mantiene la calma y actúa como si todo estuviera bien
Urías puede haberse preguntado porque David quería que volviera de la batalla para darle un reporte; pero nuevamente, él había estado con David por más de 20 años – ellos tenían una larga relación de amistad, ellos habían estado juntos desde el principio, cuando David tenía solo unos pocos hombres en quienes podía confiar, mientras huía del rey Saúl.
Esta petición repentina habría sido considerada como un favor de parte del rey. Urías podría haber pensado, “David confía que le voy a contar toda la verdad de lo que está pasando en la batalla.”
David termina su tarde diciéndole a Urías, versículo 8, escucha amigo, porque no vas a tu casa y lavas tus pies.
Ahora, David no estaba sugiriendo que Urías tenia los pies hediondos y estaban apestando todo el palacio así que, ¡Urías, porque no vas a casa a lavarte los pies! No, esta era una forma de decir, “ve a tu casa, y relájate, y disfruta una buena tarde con tu esposa.”[ii]
Note la última parte del versículo 8 –
Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.
Él podía tener una linda cita romántica con su esposa, con la comida del palacio. Obviamente, David quiere que Urías pase la noche con su esposa – así Urías creería que el niño era suyo … si Betsabé se quedaba callada nadie se enteraría… y Betsabé evidentemente está dispuesta a quedarse callada.
Note el versículo 9.
Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.
¡David no lo puede creer! Su calma exterior empieza a derrumbarse.
La mitad del versículo 10 nos dice que David le dijo a Urías, ¿no has venido de camino? esta es una frase que hace referencia a una campaña militar.[iii]
Urías, tú has venido del frente de batalla –
¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa? Y Urías respondió a David: El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer?
No puedo hacer esto.
A todo esto, David debe haberse sentido amonestado con esto, sabiendo que ha estado cómodo, descansando todo el día en vez estar liderando sus tropas en batalla. Urías dice, “¿como puedo tomarme el día libre cuando de mis compañeros están en batalla, mientras ellos están arriesgando sus vidas por nosotros… nunca haría tal cosa.[iv]
¡Que nobleza!
Paso uno en este encubrimiento era mantenerse tranquilo… bueno, olvídelo, eso no funcionó.
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Al paso dos lo llamaremos: Aplicar presión.
Mire el versículo 12.
Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.
David va a hacer dos cosas – primero, él le da a Urías la misma oferta tentadora, y más tiempo. Quizás ahora Betsabé ha venido a verlo y lo ha invitado a casa.
No se nos dice, pero tenga en mente que David asume que Urías va a actuar como él actuaría. Voy a seguir moviendo la zanahoria en frente de su nariz por otras 24 horas a ver si cae.
Pero Urías no muerde el anzuelo.
Así que David usa la único que tiene a mano para tratar que Urías quede más inhibido y deje de lado sus convicciones.
Note el versículo 13.
Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa.
En otras palabras, él se queda en su uniforme y duerme a la puerta del palacio con los otros guardias.
¿Cuál es su problema? Que, ¿está hecho de hierro? Está borracho y aun así mantiene sus convicciones… no coopera con mi plan.[v]
Un autor escribió que Urías tuvo más carácter cuando estaba borracho que David cuando estaba sobrio.[vi]
Y ahora David entra completamente en pánico. Él sabe que se le agotaron las opciones.[vii]
Si él trataba de retener a Urías por más tiempo, levantaría más de una sospecha y pondría en riesgo que todo se descubriera.
De hecho, hay algunos comentaristas creen que, para ahora, Urías habría sospechado que algo raro estaba pasando.
La verdad es que no nos dice que es lo que Urías está pensando acerca de esta extraña visita y esta lluvia de atención y las repetidas insistencias de que vaya a casa a ver a su esposa – pero es muy posible que, en este punto, David asume en su paranoia, que Urías está descubriendo el asunto.
En cualquier caso, David no va a tomar ningún riesgo.[viii]
Él se mantuvo tranquilo… aplicó presión, y ahora va a tomar el tercer paso en este encubrimiento.
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El paso tres es simplemente: Conspirar la muerte de Urías.
Mire el versículo 14.
Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías. Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera
Mire cuán lejos ha llegado David para ocultar su pecado. Él está usando al mismo Urías para entregar su propia orden de ejecución a su comandante, Joab.
Y no pase por alto el hecho de que el éxito de la misión depende de la integridad de Urías, y que resista la tentación de abrir la carta y leerla por sí mismo.
Y así es exactamente como Urías permanece… leal a su país y a su rey. Él es una víctima inocente de la crueldad de un rey que busca desesperadamente encubrir su pecado.
Aprovecho a destacar otro principio que encontramos aquí en este pasaje, y es que, la persona que busca encubrir su pecado, rara vez se detiene a pensar que el pecado termina hiriendo mucho más a aquellos que son cercanos.
David ha enviado a uno de sus amigos más fieles, con la orden de que lo maten y que hagan que todo parezca un accidente.
Ahora Joab se da cuenta que el plan de David tiene un montón de errores. Poner a Urías al frente de batalla y luego dejarlo solo sería muy obvio. Así que el versículo 16 nos muestra que Joab arregla un poco el plan. Lo que hace es mandar a Urías a donde se encuentran los mejores soldados enemigos. Y note que Joab mismo está peleando junto a él.
Versículo 16:
Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes. Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.
Note que Urías no es el único que muere. Para encubrir mejor el asesinato y para hacerlo ver como un accidente, Joab deja morir a varios hombres. Betsabé no es la única viuda por culpa de pecado y el encubrimiento de David.
La respuesta de Joab implica que él sabía exactamente lo que David estaba tratando de encubrir. Él conocía a Urías y lo más probable es que él conocía a su hermosa esposa, Betsabé, la nieta del consejero en jefe de David.
En un principio, Joab debe haberse preguntado, porque David llamó a Urías a Jerusalén. Probablemente escuchó como David había agasajado a Urías y le había recomendado que pasara un par de noches en casa con su esposa.
Ahora Urías vuelve al campo de batalla, llevando una carta de parte del rey.
Un autor escribió, “Este general duro y despiadado abrió la carta, y sin siquiera pestañar en incredulidad, sin mostrar emoción alguna, sin vacilar por un momento, volvió a guardar la carta y ordenó a algunos hombres, incluyendo a Urías, a que lo acompañaran al frente de batalla.[ix]
F.B. Meyer, un conocido pastor británico, escribió unos 100 años atrás un pensamiento interesante. Esto es lo que comentó acerca de este texto: “Joab debe haberse reído por dentro cuando el leyó la carta, “David, David… quien lo diría, cantando salmos en público y pidiéndome que haga su trabajo sucio para mantener apariencias. Lo voy a ayudar esta vez… pero voy a usar este secretito en el futuro para salirme con las mías.[x]
Y él lo va a hacer… Joab no va a rendirle cuentas a nadie. Él va a volver a matar nuevamente, con sus propias manos y sin el permiso de David. En un futuro, Joab también va a desobedecer las órdenes directas del Rey y va a matar a Absalón, el hijo del rey.
David le ha pedido un favor un hombre impío – y va a vivir pagando las consecuencias de su terrible decisión.
Joab va a chantajearlo por el resto de su vida.[xi]
Joab lleva a cabo sus órdenes sin titubear y eventualmente le entrega las noticias a David, versículo 24, que Urías ha muerto.
Llama a un mensajero y le dice, “Ve al palacio y dile a David, “Misión cumplida.”[xii]
Así es que llegamos al cuarto paso de este encubrimiento.
- El primer paso era mantener la calma. No funcionó.
- El paso dos fue, aplicar presión. Eso tampoco funcionó.
- El tercer paso fue conspirar la muerte de Urías, y ese funcionó.
Ahora… a este paso final lo llamaremos:
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Paso cuatro: Mantener las Apariencias
El primer intento para mantener las apariencias es proponerle a Joab una respuesta diplomática para cuando tenga que hablar … David le envía al mensajero de vuelta con el siguiente mensaje – versículo 25.
“No tengas pesar por esto, porque la espada devora tanto a uno como al otro.”
En otras palabras, así es la guerra – a veces, buenas personas, personas inocentes mueren… lo hecho, hecho esta. Así es la vida.[xiii]
Joab y David van a mantener su secreto por casi un año, hasta que la verdad sea expuesta.
Pero hasta entonces va a haber un funeral… David va a dar sus pésames a las familias afectadas y va a decir algunas palabras acerca de la vida y carrera de su fiel camarada – uno de sus valientes guerreros – Urías.
Durante la Segunda Guerra Mundial, había un brillante comandante alemán que fue apodado el Zorro del Desierto. Con frecuencia él burlaba los intentos de captura del general estadounidense, Winston Churchill y seguía causando estragos en gran Bretaña y el resto de los países aliados. Él se ganó el respeto de ambos sus camaradas y sus enemigos.
Este comandante era conocido por ser un líder compasivo. Me pareció interesante que sus tropas nunca lo acusaron de participar en crímenes de guerra. Aún los soldados enemigos, capturados durante la campaña en África, reportaron haber sido tratados humanamente. De hecho, él ignoró las ordenes de matar a los soldados judíos y a los civiles que capturara.
A finales de la guerra, Este comandante fue acusado de participar en la conspiración de asesinar a Hitler. Era cierto.
Ya que este comandante se había convertido en un héroe a ojos del pueblo, Hitler sabía que matarlo afectaría su imagen y la moral alemana. Por eso, Hitler decidió ofrecerle la oportunidad de suicidarse. Todo lo que tenía que hacer era ir con otros dos generales y tomar un poco de cianuro. Si lo hacía, le prometieron que su familia recibiría una buena pensión de por vida. Él aceptó. Quince minutos más tarde, estaba muerto. A su esposa le informaron que había muerto en batalla. Es más, el mismo Hitler le escribió una carta que decía, “acepte mis sinceras condolencias por la enorme pérdida que ha sufrido.” El jefe de la fuerza aérea alemana, para ayudar a mantener las apariencias, también le escribió a la viuda diciendo, “Estoy profundamente conmovido por la heroica muerte de su esposo.”[xiv]
Podríamos esperar esa crueldad y engaño de parte de los Nazis… pero este es el rey David.[xv]
Oh, y a todo esto, no olvide que hay otra persona más involucrada en este encubrimiento. Note el versículo 26.
Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.
Tres veces se nos recuerda en una sola oración que ella estaba casada. El autor no quiere que lo olvide
Oyendo la mujer (o esposa) de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.
No hay duda de que ella derramó lagrimas genuinas de tristeza y angustia, pero seguramente estaban mezcladas con lágrimas de culpa y enojo por este secreto que no estaba dispuesta a confesar.
Y estoy de acuerdo con los que creen que ella sabe que es lo que le espera… Ella sabe que David va a proveer para su futuro si mantiene la boca cerrada.
Ella se sienta en silencio a través del funeral y escucha todos los discursos y condolencias, recibe todos los abrazos de amigos y familiares, y recibe los elogios no solo por haber estado casada con un fiel marido sino por ser una gran esposa… todo mientras tanto, en secreto, el bebé de David sigue creciendo dentro de su vientre… y en ningún momento ella susurra una sola palabra.
No se nos dice qué es lo que ella estaba pensando o sintiendo – pero si se nos dice en el versículo 27, que tan pronto terminó el tiempo tradicional de lamento, David envió por ella y ella se convirtió en su esposa.
Ellos no pierden tiempo… sinceramente no pueden esperar tampoco. Cualquiera puede contar 9 meses.
Y no pase esto por alto… ella no le dijo que no a David la primera vez, y ella tampoco le dice no ahora. Me imagino que ella debe haber estado tan enojada, tan devastada, tan amargada, tan resentida que lo último que quería hacer era ponerse un vestido de novia.
La triste verdad es que Betsabé va a hacer lo mismo que David: mantener las apariencias y esconder su secreto a todo costo. Esto van a seguir haciendo por casi todo un año.
Y escuche querido oyente, el que David se casara con Betsabé habría sido visto como un gesto de amabilidad para con la viuda de este fiel guerrero… “Qué bueno que es David, habrían dicho algunos, son una pareja perfecta.”
Conclusión
Aunque pareciera que esta historia está cerca de terminar, nada está más lejos de la verdad. Este drama solo está comenzando.
Leamos la última frase en este capítulo. Note –
Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.
Hasta ahora, Dios había estado en silencio; Él no había actuado; no había intervenido o declarado su veredicto. Pero aquí esta.[xvi]
Querido oyente, uno no puede encubrir nada de los ojos de Dios. El intentar encubrir algo de Dios es tan ridículo como cuando un avestruz que mete su cabeza en la arena para que nadie la vea.
Dios sabe todo lo que ha pasado y Él va a tener la última palabra en este asunto.
- El silencio de Dios no indica su ausencia.[xvii]
- La paciencia de Dios no significa su aprobación.
David está a punto de soportar las consecuencias de su pecado y su encubrimiento, lo que va a describir más tarde en uno de sus Salmos. Él va a empezar a perder peso, a sufrir ansiedad pensando en su culpabilidad. Él va a enfermarse culpa de su angustia … los recuerdos van a atormentarlo día a día, y no van a dejarlo dormir por la noche.[xviii]
En todo momento, David tenía dos opciones – encubrir o confesar.
Nosotros también
Aquí está la lección: no escoja encubrir… escoja confesar… pídale a Dios que le dé de su gracia y su bondad que guía al arrepentimiento.
Sin importar cuan vergonzoso… cuan doloroso… cuan escandaloso sea… no siga tomando el paso 2 o 3 o 4… deténgase… deténgase… y confiese lo que hay en su corazón.
Confiese su pecado – y llámelo por su nombre – y la sangre de Jesucristo va a perdonar sus pecados y limpiarlo de toda maldad.
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[i] http://en.wikipedia.org/wiki/Cover-Up
[ii] J. Carl Laney, First and Second Samuel (Moody Press, 1982), p.
[iii] Expositor’s Bible Commentary, Volume 3, general editor, Frank E. Gaebelein (Zondervan Publishing House, 1992), p. 933
[iv] Phillip Keller, David II (Word Books, 1982), p 89
[v] Adapted from Charles R. Swindoll, David: A Man of Passion & Integrity (Word Publishing, 1997), p. 191
[vi] Adapted from Kenneth L. Chafin, 1, 2 Samuel (Word Books, 1989), p. 302
[vii] Expositor’s, p. 935
[viii] Ibid
[ix] Keller, p. 92
[x] F.B. Meyer, David: Shepherd, Psalmist, King (Christian Literature Crusade, reprint, 1973), p. 160
[xi] Keller, p. 92
[xii] Swindoll, p. 192
[xiii] Adapted from Expositor’s, p. 937
[xiv] http://en.wikipedia.org/wiki/Erwin_Rommel; Dale Ralph Davis, 2 Samuel (Christian Focus, 1999), p. 144
[xv] Davis, p. 145
[xvi] Expositors, p. 938
[xvii] Davis, p. 146
[xviii] Adapted from Swindoll, p. 194