Introducción
El titular de los periódicos de todo el país informaba que Colman Mockler Jr. había muerto inesperadamente a la edad de 61 años.
A pesar de que era un nombre muy conocido cuando murió hace unas décadas, probablemente usted nunca ha escuchado de él. Se graduó en Harvard y en 1965, se convirtió en el tesorero de una empresa fundada en 1901 que fabricaba cuchillas de afeitar. Esta es la ahora famosa Compañía Gillette.
El ascenso de Mockler en esta empresa fue asombroso. En solo dos años paso a ser vicepresidente, luego vicepresidente ejecutivo y luego, a 9 años de haber sido contratado ya era el presidente del consejo y el director general de la empresa.
Él logró que esta empresa tuviera una presencia mundial bajo su liderazgo. El valor de las acciones de Gillette se multiplicó por 50. El mundo de los negocios lo alabó. Lo consideraban como un gurú de la gestión empresarial. Llegó a ganar millones en sueldos y millones más en Wall Street.
A sus 61 años anunció que se iba a jubilar tempranamente. Iba a dar un paso al costado todavía mientras estaba en la cima. Tenía el resto de su vida para disfrutar de su éxito empresarial y financiero.
La revista Forbes puso su foto en la portada. Vi una copia de esa portada donde Colman sostiene una máquina de afeitar en la mano – su rostro irradiando confianza.
Esa edición de la revista iba a llegar a los quioscos en una semana, pero Forbes decidió enviarle una copia anticipada para que la disfrutara.
Cuando le entregaron la revista, sus empleados y todos los ejecutivos de la empresa se pusieron de pie, lo aplaudieron y silbaron mientras él caminaba hacia a su oficina para leerla. Por varias razones, este estaba siendo el mejor día de su vida.
No tenía ni idea de que iba a ser el último también.
Mientras sus empleados aplaudían, entró a su oficina, cerró la puerta, le dio un ataque fulminante al corazón, se desplomó en el suelo y murió.
Cuando los médicos llegaron para transportarlo, todavía tenía aferrada a su mano la revista. Una revista que, irónicamente, ahora parecía que se iba a publicar demasiado tarde.
Consejos Inspirados sobre la Vida y la Muerte
Ahora que Solomon ya es anciano y se acerca al final de su vida, nos entrega algunas de sus consejos inspirados más poderosos. Su jubilación está a la vuelta de la esquina, por así decirlo.
Y en el capítulo 9 del Eclesiastés, él comienza a reflexionar sobre dos de sus temas favoritos: la vida y la muerte.
Salomón básicamente dice:
Hablemos de sus obras – estas son un recordatorio de la autoridad de Dios.
Fíjese en Eclesiastés 9:1:
“Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos” Eclesiastés 9:1
En otras palabras, Salomón dice que Dios va a juzgar sus actos y determinar lo que fue encomiable y lo que fue inútil – lo que valió la pena y lo que no.
Lo que Salomón quiere hacer aquí, es recordarnos que todas nuestras acciones están en la mano de Dios.
Eso no significa que seamos unos títeres – elegimos nuestras acciones y nuestras obras, – pero Dios ha entretejido cada una de ellas en Su divino propósito, para que todo funcione de acuerdo con Su soberano plan divino. En otras palabras, Dios realmente tiene todo el mundo en Sus manos.
Y tenga en cuenta que sus manos tienen ahora las cicatrices de los clavos. El mundo que Él mismo creó lo crucificó. Pero no se equivoque, el soberano Señor que creó el mundo, que ama al mundo, y que fue rechazado por este mismo mundo, todavía está a cargo del mundo y está en absoluto control.
Esta es una buena noticia para el creyente. El Salvador que lo llamó a usted y lo redimió, es capaz de cuidarlo y nunca se lavará las manos en el asunto – Él nunca lo abandonará.
Salomón dice: Hablemos de sus obras – son un recordatorio de la autoridad de Dios.
Segundo, Salomón dice:
Hablemos de su muerte – esta nos recuerda de nuestra cita con Dios.
Fíjese en el versículo 2:
“Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos…” Eclesiastés 9:2-3a
Y sólo en el caso de que usted piense que no merece morir, Salomón añade en al final del versículo 3:
“…el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.” Eclesiastés 9:3b
Esto corresponde a la doctrina bíblica de la depravación total; nosotros somos pecadores; no somos básicamente buenos; somos pecadores y necesitamos de un Salvador.
La Biblia dice:
“No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10).
“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
Y sólo en el caso de que no esté convencido de que es un pecador, tenga en cuenta que la paga por el pecado es una cita con la muerte.
La Biblia anuncia: “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
¿Por qué? La Biblia responde: “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23).
La muerte es la paga, que prueba definitivamente que somos pecadores.
Salomón escribe aquí en su diario; he puesto estas cosas en mi corazón, he meditado sobre esto y lo he examinado; Estoy diciendo la verdad sobre esto: hay un evento que todos nosotros merecemos:
- la buena persona lo experimenta y la mala persona también;
- la persona religiosa y el ateo;
- el hombre que nunca insulta ni dice groserías y el que no puede dejar de hacerlo.
La moralidad no lo protege de la muerte.
La gente no quiere hablar de la muerte, ignora el tema para creer que nunca va a pasar, pero, querido oyente, la muerte es inevitable.
Ahora, Salomón agrega un par de elementos que revelan por qué el incrédulo no quiere pensar en esto.
Primero:
Ellos saben (muy en el fondo – ellos saben) que no están realmente seguros en cuanto a la vida más allá de la tumba.
Salomón escribe en el versículo 4:
“Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.” Eclesiastés 9:4
La palabra aquí para esperanza puede traducirse como confianza.
Si usted está vivo y sólo piensa en vivir sin nunca dejar que su mente se sumerja en el tema de la muerte, entonces usted tiene una falsa sensación de confianza. De hecho, todo el mundo sabe que es mejor ser un perro vivo que un león muerto.
Ahora bien, un perro en la antigüedad no era la mascota doméstica que conocemos hoy en día – solía ser un animal salvaje y carroñero.
De hecho, a través de la Biblia, vemos que se hace referencia a los perros de manera simbólica para describir a la persona pecadora, al impío, el malhechor. Aún en Apocalipsis 22, leemos que los perros no entrarán en el Cielo – y no se está refiriendo al animal.
Los perros a lo largo de las Escrituras se usan como una metáfora de la gente malvada. Pero el león se consideraba como una bestia noble – incluso hasta hoy se lo llama el “rey de la selva”.
El león se vincula al linaje real de la tribu de Judá en Génesis 49, y se convierte en el emblema del Mesías, el león de la tribu de Judá.
En otras palabras, Salomón dice aquí es que es mejor ser un despreciable pecador vivo que un noble rey muerto.
En lo que respecta al mundo, es mejor ser cualquier cosa menos un muerto. Porque no importa cuán confiados y seguros parezcan sobre el más allá, en sus corazones están preocupados porque realmente no tienen esperanza en cuanto a la vida más allá de la tumba.
Harán todo lo posible para evitar pensar en la muerte, mientras tratan de negar y suprimir la verdad que Dios implantó en sus corazones de que hay un Creador (Romanos 1:21).
Los incrédulos no sólo saben que no tienen confianza acerca de la vida más allá de la tumba, en segundo lugar;
Se dan cuenta de que no serán recordados después de que se vayan a la tumba.
Observe lo que Salomón escribe aquí en el versículo 5:
“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido” Eclesiastés 9:5
Esto es cierto. Ojos que no ven, corazón que no siente.
Su familia sin duda lo recordará. Pero ¿la sociedad en general? ¿El mundo en general? Salomón es el hombre más rico, famoso, y sabio del planeta y dice: “No cuenten con eso”.
Mire, al principio del estudio tuve que presentarle a un hombre que hace unas décadas era muy conocido – un gurú de la gestión empresarial. Un hombre que llevó a su compañía a tener reconocimiento a nivel mundial, elevó el precio de sus acciones 50 veces, su cara estaba en la portada de revista Forbes.
Una vez muerto, quien fue y lo que hizo, el mundo ya lo olvidó.
Entré a la página web de la compañía Gillette porque tenía una sospecha y confirmé que era cierto. Busqué el nombre de este hombre y no apareció nada. Recorrí el sitio web y tampoco encontré nada; no había siquiera una mención de su antiguo director general. Y tan sólo han pasado unas décadas.
Olvidado.
Leí una encuesta que concluía que la persona promedio será recordada no sólo por sus familiares, sino por la comunidad, el país o el mundo en general – dependiendo de lo que haya hecho – entre 5 a 30 años como mucho.
La persona común no será recordada más allá de su generación: unos 30 años
Ahora podría esperar que después de decirnos esto, Salomón nos diga que nos vayamos a algún lugar tranquilo para vivir, hacer lo menos posible y sentarnos allí para esperar la muerte. Pero no lo hace. En cambio, nos dice que nos preparemos para vivir.
Hablemos de nuestras acciones – están bajo la autoridad de Dios.
Hablemos de nuestra muerte – es nuestra inevitable cita con Dios.
Ahora:
Hablemos de nuestra dirección – es un recordatorio de la aprobación de Dios.
El siguiente versículo comienza una serie de verbos imperativos – de órdenes – y comienza con la palabra, ¡Anda! Se podría traducir: ¡Dale, en marcha, vámonos!
Y esto es lo que significa el primer imperativo de Salomón en forma de principio:
Vayan y disfruten de las cosas simples de la vida.
Leamos el versículo 7:
“Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios” Eclesiastés 9:7
Si es creyente, usted no está viviendo bajo condenación. Es libre para vivir y disfrutar de los dones sencillos de la vida.
Y me encanta el hecho, de que Salomón no dice aquí que, para disfrutar la vida, necesita un palacio, mucho oro, caballos veloces o muchas propiedades. Él dice aquí que lo que necesita en la vida es disfrutar de una buena comida.
Sólo pan y vino – así de sencillo.
El pan obviamente era la comida más común, y el vino igualmente común, pero con la connotación de ser una bebida más festiva.
Salomón añade a las cosas sencillas de la vida un comentario sobre su vestimenta en el versículo 8.
“En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza” Eclesiastés 9:8
La ropa blanca se usaban para las bodas, fiestas y reuniones. Representaba alegría.
De hecho, se nos dice que un día estaremos vestidos de blanco en el cielo (Apocalipsis 19:8).
Eso no quiere decir, que usted no vaya a tener ropa de otros colores – vestimentas reales con colores azul y rojo, amarillo, púrpura y oro – es simplemente, un recordatorio de que, entre otras cosas, el creyente vivirá en perpetuo e interminable gozo.
Mientras tanto, ¡Anda! Y esto es una orden: vaya y disfrute las cosas simples de la vida.
En segundo lugar:
¡Vaya y disfrute de sus relaciones en la vida!
Leamos el versículo 9:
“Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol” Eclesiastés 9:9
Una de las cosas positivas de la pandemia fue que pude pasar mucho más tiempo en casa. Especialmente en los primeros meses. Pude pasar más tiempo con mi esposa del que quizás ella hubiera querido.
Salomón no escribe aquí, viva con tu esposa, aguante a su mujer. Él está diciendo algo mucho más profundo: “Disfrute de la vida con su mujer”.
Usted no la está usando para disfrutar de la vida, está disfrutando de la vida con ella.
Y no le parece interesante, que un hombre que tuvo 700 esposas llegue al final de su vida y escriba este inspirado consejo en singular y no en plural. Es decir, él no dice: disfrute de la vida con todas sus mujeres como yo. Él dice: disfrute de la vida con su mujer – singular. Una.
Él había perdido el gozo de tener un amor fiel, una relación con una esposa por tener múltiples esposas y concubinas.
Sin embargo, habiendo llegado a anciano, Salomón admite finalmente que conoce algo mejor.
El principio que encontramos en este consejo también puede aplicarse al resto de la familia y aún amigos. Puede incluir a sus hijos, padres, abuelos y familia extendida.
En otras palabras: así es como se disfruta de la vida, aprovechando las relaciones al máximo.
Usted no ignora la realidad de la muerte. No está tratando de evitar la realidad de la muerte. Usted está efectivamente danzando frente a la muerte.
Usted está en mentalidad de fiesta, aprovechando la vida que Dios le da reconociendo que todo lo que tiene es un regalo de Dios. Disfrutamos los simples placeres de la vida y las personas que el Señor ha puesto en nuestro camino con la actitud con la que el Nuevo Testamento también nos anima diciendo: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: Regocijaos! (Filipenses 4:4).
Esto no significa que ignora o niega que hay dificultades en la vida, pero escoge tener una mentalidad positiva, que se enfoca en que Dios está en control y es el dador de todas las cosas para que las disfrutemos. Siempre que sea posible y apropiado, se pone las ropas blancas con mentalidad de fiesta y aprovecha al máximo.
Vaya y disfrute de las cosas sencillas de la de la vida.
Vaya y disfrute de las relaciones que tiene en la vida.
Una más:
Vaya y disfrute de cada aspecto de la vida.
Salomón escribe en el versículo 10:
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.” Eclesiastés 9:10
Ahora, Salomón no está negando la vida después de la muerte. Simplemente enfatiza la importancia de maximizar el potencial de esta vida.
Y me encanta esa frase, ¡lo que sea! ¡Todo lo que te viniere a la mano para hacer!
Sin importar lo que encuentre a mano para hacer, hágalo con todas sus fuerzas. De todo de sí. De lo mejor.
Cuando Dios creó todas las cosas, fue creativo. Hizo tantas cosas bellas con tanta imaginación y destreza y gloria. Él dijo en Génesis 1:31: “…y he aquí que era bueno en gran manera”.
Siempre y cuando “todo lo que su mano encuentre para hacer” no viole los mandamientos y carácter de Dios, ¡disfrute de lo que puede hacer! Adelante.
Uno de mis comentaristas dijo: ¿Sabe usted lo que eso puede significar? Puede significar:
“Disfrute de un paseo en bicicleta, vaya de vacaciones o salga de excursión, disfrute de la naturaleza, aprenda a tocar un instrumento musical, visite a los enfermos, cocine una comida para el que está pasando por necesidad; lea un libro, ría con sus amigos; haga ejercicio, llame a sus padres; escriba una carta, juegue con sus hijos, y mucho más”.
- L. Moody, captó correctamente el sentido de lo que dice Salomón cuando escribió: “Creo que la religión de Cristo [involucra] a toda la persona. ¿Por qué un cristiano no debería jugar béisbol o tenis? No se imagine que tiene que ir a vivir en una cueva para estar consagrado. Lo que sea que haga, hágalo de todo corazón”.
Conclusión
Querido oyente, ¿Qué actividades puede hacer hoy que le recuerdan la bondad de Dios? ¿Qué placeres y alegrías puede disfrutar? ¿Qué cosas le ha dado Dios que no ha estado aprovechando?
Escuche, una comida sencilla, el gozo de vivir con su cónyuge, la alegría del hogar, la familia y disfrutar de alguna actividad y de hacer una tarea con excelencia: todo esto nos da un pequeño vistazo – un pequeño anticipo de lo que será nuestra vida más allá de la maldición del pecado, la vida más allá de la tumba:
- donde vamos a celebrar la cena de las bodas del Cordero;
- donde vamos a disfrutar de relaciones perfectas con toda la familia de Dios al máximo;
- donde serviremos con todo nuestro corazón a nuestro Redentor
- donde viviremos en un gozo y triunfo, gloria y gracia inimaginables.
Así es como usted puede tener una prueba, un gustito, un anticipo de todo ello aquí debajo del sol. Aprenda a danzar frente a la muerte.
Empiece a practicar su vida futura saboreando, amando y sirviendo – aprovechando y disfrutando al máximo todo lo que Dios le ha dado hoy.
Y luego – a la hora de su cita con Dios – volará hacia la Ciudad Celestial: donde el gozo, la fiesta, el canto, el servicio, el amor, el agradecimiento, la alegría y la adoración seguirán por toda la eternidad.