Introducción
Por varias semanas me he estado reuniendo con dos hombres que han aceptado a Cristo. Nos juntamos en una cafetería. Allí leemos, oramos y hablamos en cuanto a la vida cristiana. Uno de ellos es un genio de la informática, mientras que el otro es un contador. Si bien sus profesiones son muy diferentes, han descubierto algo que tienen en común – ambos andan en motocicleta y los dos me dijeron que es su meta lograr que me suba. Aparentemente no conocen a mi esposa. Uno de ellos me trajo un artículo la última vez que nos vimos para motivarme en cuanto a las motocicletas.
El siguiente artículo fue escrito por un pastor motociclista en Nueva Jersey.
La vida cristiana es un viaje lleno de aventuras y desafíos; es muy similar a andar en motocicleta.
Ambas están llenas de sorpresas y la gente a veces te mira con cara extraña por andar en ella. Uno llama la atención; hay riesgos, pero te sientes vivo. Uno tiene que mantener su máquina y llevar el equipamiento adecuado. Hay lugares más seguros donde estar. Es una aventura, es un desafío pero es un viaje maravilloso.
Creo que algunas de estas frases son muy buenas. “La gente te mira con cara extraña por andar en ella… hay sorpresas…hay lugares más seguros adonde estar.”
Hasta ahora, nuestro estudio de Esdras ha descrito un viaje seguro de los Israelitas. Hasta ahora, ha sido un viaje tranquilo.
Eran cautivos en la tierra de reyes extranjeros. Por setenta años pagaron las consecuencias de su desobediencia a Dios. Pero Esdras comienza su libro con la narración de un milagro –Dios obró en el corazón del rey Ciro, el cual proclama que el pueblo de Israel puede regresar a Jerusalén y comenzar a reconstruir el Templo y su amada ciudad. Así que, cincuenta mil personas se embarcan en la aventura de fe de ir y restaurar el templo y la adoración para la gloria de Dios.
Todo marcha bien. En el capítulo 3, ellos reconstruyen el altar y vuelven a hacer sacrificios, comienzan con el proceso de restauración del Templo, que había sido destruido, y hasta llegan a poner los cimientos. En ese momento se desata una celebración de júbilo en la que gritan ‘Aleluya’ a Dios a toda voz, de manera que se escucha desde muy lejos.
Evidentemente, el ruido de la celebración llega a los oídos de sus enemigos. El pueblo de Israel está por experimentar los primeros dolores de cabeza. El viaje placentero se está acabando.
La Amenaza de Alianzas Impías
Veamos que pasó después, en el capítulo 4, versículos 1 y 2.
“Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, 2vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.”
Esto suena genial ¿No le parece? ¡Aparecieron voluntarios! ¡Y adoran a Dios también! Eso es lo primero que nos vendría a la mente, si Esdras no nos hubiera dicho en el primer versículo que esta gente no tenía buenas intenciones. De hecho, eran enemigos de Dios.
Continuando con el versículo 3, leemos,
“Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.”
¡Infiltrados!
Es importante entender que este ofrecimiento no era nada menos que un intento de infiltrarse. Y, además, hubiera requerido una alianza impía.
Pero espere un momento, los samaritanos dijeron en el versículo 2,
“…buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios…”
Permítame leerle una historia verídica de lo que ellos estuvieron haciendo. En 2 Reyes 17:27-33 leemos:
“Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá, y vaya y habite allí, y les enseñe la ley del Dios del país. 28Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová.
29Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba. 30Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima. 31Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim. 32Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. 33Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.”
¿No es esa una buena descripción de lo que vemos en nuestro mundo hoy también?
“…Temían a Jehová, y honraban a sus dioses…”
Servían Dios de los labios hacia fuera. Mostraban cierto nivel de respeto para con Dios o decían creer en Dios, pero no estaban comprometidos exclusivamente con Dios. Vivian para otras cosas y adoraban a otros dioses también.
¿Síntomas de un problema moderno?
Voy a darle una breve lista que describe los síntomas de la infiltración.
- Uno de los síntomas es que el anonimato es aceptable.
Para ponerlo de otra manera, “venga a la iglesia y lo dejaremos en paz. No hace falta que cambie, que se arrepienta o crezca. Solo queremos que venga lo más seguido que pueda.”
Parece que el eslogan de esta iglesia infiltrada es, “Si usted viene, nosotros no lo ofendemos.”
- El segundo síntoma es que la adoración sucede una sola vez a la semana.
No es una práctica, una disciplina, una pasión o un estilo de vida, es una hora para Dios y las ciento sesenta y siete restantes para mí.
- Otro síntoma es que la iglesia pasa a ser un edificio.
La verdad es que el edificio de la iglesia es una base de operaciones –la iglesia somos nosotros. Mañana, la iglesia va a estar en miles de lugares diferentes. Una de las cosas que me molestan de los letreros de las iglesias es que dan a entender que es solo un lugar geográfico, cuando la iglesia no lo es. La iglesia solo se reúne allí.
- Otro síntoma de la infiltración es el pensamiento que otro puede servir.
No me pidan que yo sirva. Otro lo puede hacer.
- Otro es que dar una propina los domingos puede reemplazar la buena administración de su dinero.
- Un sexto síntoma es que la edificación se enfoca en mis necesidades en vez de los mandamientos de Dios.
Para el cristiano promedio, la palabra ‘edificación’ se refiere a como se siente uno. Si uno se siente bien después de la reunión, dice, “hoy fui edificado.”
Querido oyente, ser edificado no tiene nada que ver con cómo se siente uno; tiene que ver con cómo vive. De hecho, una reunión edificante puede hacerlo sentir miserable –al darse cuenta de su pecado y llevarlo al arrepentimiento.
La edificación se lleva a cabo cuando conformamos nuestra voluntad a la de Dios.
Piense en lo que cantamos. Cantamos algunas canciones donde prometemos una entrega total a Dios. ¿Escuchamos lo que cantamos?
El presidente Roosevelt estaba cansado de las conversaciones superficiales y triviales en la casa blanca. Preguntándose si a alguien realmente le interesaba lo que los otros decían, decidió llevar a cabo un experimento. En la próxima reunión de dignatarios al darles la mano, les decía en voz baja, “Maté a mi abuela hoy.”
La gente le devolvía la sonrisa y le decían “Usted está haciendo una gran labor.” O incluso “Que bueno.”
Solo un invitado lo escuchó –un diplomático extranjero, que le respondió, “Seguro que se lo merecía.”
¿Estamos escuchando nosotros la Palabra de Dios?
- Otro de los síntomas de la infiltración es que la experiencia importa más que la teología.
En otras palabras, La Biblia tiene buenos consejos, pero no le haga caso. No se lo tome tan a pecho. Haga lo que haga, crea lo que crea, lo que haya experimentado, eso es lo correcto.
Uno casi puede escuchar a los Samaritanos en Esdras 4:2 diciendo, “Escuchen, relájense un poco, nosotros le ayudaremos a construir, ¿Cómo que no tenemos nada en común? Agregamos a Jehová a nuestra lista de dioses. No sean tan intolerantes de nuestra religión. Para nosotros funciona.
Zorobabel y los demás lideres conocían la verdad –la única verdad, que Dios demanda una adoración exclusiva. Él no podía agregarse a ninguna lista de dioses, Él era la lista completa.
Zorobabel y los demás sabían que esta era una batalla de doctrina. Dios les había dicho,
“No te harás otros dioses delante de mi.”
Ese era el mandamiento de Dios. Punto.
Aquellos que dicen adorar a Dios, solo pueden adorar a Dios.
En esta batalla de teología, los Israelitas ganaron. Ellos no iban a ceder sus principios y convicciones y crear una alianza impía.
Los Israelitas evitaron un desastre, ya que no cedieron a la tentación de una alianza impía. Si tan solo la iglesia hoy aprendiera que nosotros tampoco debemos hacer la obra de Dios con la ayuda de personas que no le conocen.
Sea cuidadoso. Use del discernimiento.
La Amenaza de Acusaciones Injustas
Ahora fíjese lo que los enemigos hacen a continuación en los versículos 4 y 5.
¡Intimidación!
“Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara. 5Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.”
En otras palabras, la construcción cesó. Cesó por unos quince años.
Zorobabel y los líderes fueron exitosos en contra de la infiltración, pero fueron intimidados y se rindieron a las acusaciones injustas y constantes. Es decir, ellos manejaron bien los problemas de doctrina y fueron victoriosos, pero no pudieron salir airosos de los problemas emocionales.
¿Se dio cuenta que el enemigo ataca por lo general de esa manera?
Para algunos, la doctrina impura es su ruina. No conocen la Escritura –son llevado donde quiera por todo viento de doctrina; son vulnerables a los falsos maestros. Nunca crecen y no son capaces de pensar críticamente, doctrinalmente o teológicamente. Para otros, la doctrina es su punto fuerte, pero sus emociones pasan a ser su destrucción. Incapaces de soportar el dolor del rechazo, el desánimo, el aislamiento, las pruebas y las desilusiones, se esconden y mantienen la fe en secreto.
A propósito, Nehemías era así. El resistió sin problemas las tentaciones a aliarse con los impíos. Él era fuerte doctrinalmente, pero cuando fue acusado personalmente de tener malos motivos, se puso de rodillas y le pidió fuerzas a Dios para continuar.
Los versículos 6 al 23 no están en orden cronológico. Esdras resume décadas de desilusión. El resume quince años de una nación vencida, desanimada. Esta es una de las armas más poderosas del diablo.
Continuemos en el versículo 6,
“Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.”
Este versículo, no nos da los detalles. Simplemente dice que se escribió una carta acusando a los judíos de cosas injustas. A propósito, Asuero fue el rey que se casó con Ester.
En el versículo 7 encontramos otra ilustración,
“También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo.”
Ahora Esdras nos va a dar el contenido de esta carta en particular, quizás porque resume lo que las demás cartas expresaban. Fíjese en los versículos 11 al 12.
“Y esta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te saludan. 12Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos.”
Cuatro acusaciones en contra de los judíos:
En esta carta vamos a ver cuatro razones por las que los enemigos de Israel le sugieren al rey que detenga la construcción de Jerusalén.
- Acabamos de leerla primera razón: Jerusalén es una ciudad rebelde, llena de gente mala.
Continuamos con el versículo 13,
“Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado.”
- Esta es la segunda razón – “la ciudad no va a pagarte impuestos. Rey vas a perder dinero.”
Versículo 14,
“Siendo que nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey,”
- Ahora la tercera razón que dan para cesar la construcción es – Tu, oh rey, estas por perder la imagen, el honor entre las naciones.”
Versículos 15 al 16,
“para que se busque en el libro de las memorias de tus padres. Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones, por lo que esta ciudad fue destruida. 16Hacemos saber al rey que si esta ciudad fuere reedificada, y levantados sus muros, la región de más allá del río no será tuya.”
- Esta es la cuarta razón –“Vas a perder poder; no vas a poder controlar nada más allá del Éufrates.”
¿Qué piensa que un rey va a hacer después de escuchar que va a perder dinero, honor y poder? “No hay problema. Los impuestos son muy altos y la verdad que tengo ganas de repartir propiedades, es tiempo de devolverle algo al pueblo.”
¡Jamás! Un rey jamás haría algo así.
Bueno, Artajerjes busca en los archivos para corroborar y después promulga un edicto que indica que la obra debe cesar. El versículo 24 nos da un resumen de esto,
“Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.”
El rey ordenó que la obra cesara. De hecho, es muy probable que los persas hayan derribado lo que los judíos habían construido. Luego, cuando Nehemías recibe el reporte de sus hermanos, leemos lo que los persas les hicieron a los muros.
Todo iba tan bien y, de repente, todo pasa a estar mal.
Aplicación
¿Qué podemos aprender del ánimo y luego desanimo de Zorobabel?
- Primero vemos que el progreso atrae atención.
Usted avanza un centímetro en su vida espiritual y alguien se va a dar cuenta. El enemigo lo nota: “Ese creyente acaba de comprometerse a algo, saquen la artillería.”
- En segundo lugar, no debemos asombrarnos por la oposición, es de esperar.
Pablo le escribió a su joven hijo en la fe las siguientes palabras,
“Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.” (2 Timoteo 3:12)
Es decir, todos los que se comprometen a vivir una vida piadosa se convierten en un blanco. Lo que me llama la atención de este versículo es que no dice, ‘todos los que viven vidas piadosas van a ser perseguidos,” sino, “todos los que quieren vivir piadosamente…” Si usted quiere vivir para Cristo, se va a meter en problemas.
Fíjese en estos creyentes que lo experimentaron miles de años atrás. Fueron amenazados, perseguidos ¡y acusados falsamente! Y, honestamente, funcionó, el progreso cesó.
- En tercer lugar, sin Dios, el fracaso está garantizado.
¿Qué va a suceder quince años después que permita reanudar la obra? ¿Qué va a animar a los desanimados y a Zorobabel a tomar nuevamente las herramientas?
Entre otras cosas la predicación del profeta Zacarías.
Probablemente haya escuchado este mensaje de Zacarías, aunque que no muchos conocen su contexto histórico que acabamos de estudiar –Zacarías 4:6, dice,
“…Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Que Dios tan misericordioso. “Zacarías, ve y dile al desanimado Zorobabel que no es por tu poder, técnica o talento. Lo que se construya para el reino de Dios nunca se construye con fuerzas o poder humano, sino con mi Espíritu, dice el Señor.”
Hudson Taylor, misionero a la China, describió una vida cristiana exitosa de esta manera:
“No una lucha para tener fe – sino poner la mirada en Dios que es Fiel.”
Pablo lo expresó de esta manera en 2 Timoteo 2:3,
“Si fuéremos infieles, él permanece fiel;”
Y en 1 Tesalonicenses 5:24 leemos:
“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
Entonces, querido oyente, cuando llegue la dificultad, permanezca en pie sabiendo que Dios es fiel y Él le dará la fuerza para vivir, crecer, progresar y permanecer firme.
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”