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El concurso y la corona

Ester es el ejemplo supremo de una judía pródiga. Ella abandona a Dios para competir por los placeres fugaces de la fama y la fortuna... y gana. Pero en este estudio, veremos todo lo que ella pierde en el proceso... junto con la incansable gracia y la soberanía de Dios que nunca puede ser frustrada.
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Introducción

Me parece fascinante que, en casi todas las historias románticas, ya sea en películas, libros o en la vida real, algunos elementos son considerados casi universalmente como “románticos”. Flores, tarjetas, chocolates, caballerosidad, amabilidad… y, si, incluso un poco de perfume son solo algunos de ellos.

El romance es de lo que están hechos los cuentos de hadas.

Y es por eso que el libro de Ester tiene todos los elementos de un buen cuento de hadas. Hay una hermosa doncella, un rey solitario, un desfile en todo el reino y un palacio deslumbrante. Es una historia de Cenicienta en la vida real. Pero a medida que profundizamos en nuestro estudio de Ester, descubriremos que no es una historia de amor en absoluto, o al menos no entre un príncipe y una princesa.

El único amor en esta historia es entre Dios y una nación pródiga.

Después de que se cierra el telón al final del capítulo 1 de Ester, varios años pasan antes de que la historia se reanude. Durante ese tiempo, Asuero lidera el ejército Persa mas grande de la historia para lograr lo que su padre nunca pudo: conquistar Grecia. Una inscripción revela que también tenía la intención de conquistar toda Europa.

La civilización occidental está agradecida de que no haya salido victorioso. Los griegos derrotaron a su ejército y arrasaron con la mayor parte de su armada. Asuero finalmente abordó un barco y regresó a casa, malhumorado y desanimado.[i]

  1. El Rey Perdedor Regresa

Se levanta el telón en el capítulo 2 con el reflector iluminando sobre este rey derrotado. El versículo 1 dice:

Pasadas estas cosas (es decir, todo lo que vimos en nuestro estudio pasado, y aún la guerra de Persia), sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella. Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer… y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti.

Sabemos históricamente que los reyes tenían concubinas a las que consideraban como esposas de menor grado. También tenían esposas de rango superior que podían llevar la corona en cualquier momento dependiendo de los caprichos y deseos del Rey.

La historia nos dice que una de las esposas mas importantes de Asuero, Amestris, le había dado un hijo a quien eligió heredero al trono.[ii] Amestris había fallecido o ya no tenía el favor del rey durante este tiempo. La historia no nos dice cuál de las dos, pero sí nos dice que Vasti tomó su lugar.

Ahora que Vasti se ha ido, hay un vacío tanto en el palacio como en el corazón del Rey. Así que podemos entender por qué Asuero ahora se arrepiente de su decisión de desterrarla. La gramática hebrea de Ester 2:1 implica que Asuero ahora está culpando a sus siete consejeros por persuadirlo de desterrar a la reina.

No está de buen humor.

Sus tropas están mermadas junto con su riqueza; su credibilidad en todo el imperio ha disminuido; su título de “rey de reyes” se ha perdido, y ahora regresa a casa para enfrentar el desalentador recordatorio de que su esposa favorita se ha ido.

Así que sus siete consejeros se acercan a él con una propuesta intrigante: “Escucha, oh gran rey, ¿por qué no tenemos un concurso de belleza en todo el imperio y te buscamos otra reina?” ¿Qué dices?”

Puede que esto no nos parezca una petición tan extraña, pero para los persas habría sido inaudito. Según Heródoto, la costumbre persa requería que una reina fuera parienta de una de las siete familias nobles.[iii] Entonces, ¿en qué estaban pensando estos consejeros?

Bueno, estos consejeros saben que están en serios problemas si no encuentran una solución… y rápido. El Rey necesitaba un hermoso reemplazo para Vasti o, de lo contrario, iban a pagar las consecuencias. Y es por eso que van en contra de todas las costumbres y tradiciones persas, que normalmente defendían con tanto entusiasmo, al sugerir que la reina sea elegida entre la gente común del Imperio.

Este tipo de cosas nunca se habían hecho antes en la historia de Persia.

Es una verdadera historia de Cenicienta… y solo un Dios tan grande como el nuestro podría usar toda la intriga política, la manipulación y la corrupción para lograrlo.

Encontramos el plan de los consejeros en los versículos 3-4:

Ponga el rey personas en todas las provincias de su reino (recuerde… este reino abarca desde África hasta la India), que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos; y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así.

Para los ciudadanos de Persia, esta era una oportunidad única en la vida. ¡Cualquiera puede postularse! ¡Cualquiera puede convertirse en princesa! Esta la conversación en todos los pueblos y aldeas del imperio: “¿quién ganará la corona?” Las calles debieron llenarse de frenesí al escuchar esta noticia. Miles debieron de hacer fila mientras esperaban ansiosos la llegada del asistente del rey.

¡Las membresías para el gimnasio se deben haber triplicado por primera vez! Las mujeres mintieron sobre su edad probablemente más que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. ¿Y por qué no? El premio era la corona y la riqueza y los mayordomos y las sirvientas y el dinero y la comida y el ocio y la ropa. La ganadora lo conseguiría todo. Felices para siempre estaba a la vuelta de la esquina.

Pero antes de que se deje atrapar demasiado por lo que parece ser un cuento de hadas común y corriente, no pase por alto de qué se trata realmente este concurso. No hay forma de maquillar lo que sucederá en la siguiente escena de esta historia. Habrá un solo juez. Y las actuaciones serán privadas.

No se equivoque. Detrás de la máscara del lujo imperial y las circunstancias que rodean este concurso, está el rostro del libertinaje, la inmoralidad, el egoísmo y de todo menos amor.

Los eunucos del palacio recibieron la responsabilidad de supervisar el harén. Cuidaban de cerca a las mujeres debido a todo el drama, la competencia y las peleas que se habrían producido todos los días. La mayoría de estas mujeres nunca tendrán mas que una aventura de una noche con el Rey. Vivirán vidas olvidadas, secuestradas en el Palacio de Susa. Un comentarista llamó al harén de los reyes, una “lujosa desolación”.[iv]

  • Los Personajes Principales Aparecen

Continuemos con el versículo 5:

Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia.

Tan pronto como nos presentan a Mardoqueo en el versículo 5, descubrimos que provenía de una familia real. El linaje de Mardoqueo se remonta al rey Saúl.[v]

De hecho, él y su primo son descendientes de lo que solía ser la tribu real de Israel. Sin embargo, el nombre de Mardoqueo no se parece en nada a su linaje judío. Su nombre es simplemente la transliteración del nombre Marduk, el dios principal de Babilonia.[vi]

Así que esto nos produce algunas preguntas. Primero, ¿qué está haciendo un buen judío de la tribu de Benjamín en Susa de todos los lugares? En segundo lugar, ¿por qué no regresó a Jerusalén cuando terminó el cautiverio persa? Y, por último, ¿por qué lleva el nombre de un dios pagano?

La respuesta a todas estas preguntas se puede encontrar en la historia familiar de Mardoqueo.

Cientos de años antes, cuando el rey David corría por su vida huyendo de su hijo Absalón, Simei, el antepasado de Mardoqueo le tiró piedras a David y lo maldijo por quitarle el trono a Saúl. El hijo de David, Salomón, luego mató a Simei. Si Mardoqueo sabía todo esto, entonces quizás Jerusalén representaba un lugar de derrota para él. Era el lugar donde su familia había perdido su lucha por el poder.

No es de extrañar entonces que haya decidido quedarse en Persia.

Así como el padre de Mardoqueo se había adaptado a la cultura persa, lo que se ve en el hecho de que nombró a su hijo en honor a un dios pagano, Mardoqueo también se adaptó a la cultura.

En este punto de la historia, está tan asimilado a la cultura persa que incluso oculta su herencia judía como un secreto. Nadie sabe que es judío… y tiene la intención de que la situación no cambie.

Este es un buen lugar para detenerse y considerar una aplicación personal. En la cultura que le rodea todos los días, en su trabajo, escuela, gimnasio o casa, ¿mantiene en secreto su relación con Jesucristo? ¿Alguien sabe que es cristiano?

No puedo decirle cuántas personas me han dicho a lo largo de los años algo como: “No soy muy bueno para hablar de Cristo, así que simplemente lo predico con mi vida”. Hay una palabra de tres sílabas para eso, ya la conoce… Es la palabra, “¡excusas!”

¿Se le ha pasado por la mente que nadie se salvará jamás con solo verle?

Claro que es importante vivir de una manera que refleje el mensaje del evangelio. Pero si las personas no saben por qué vive como de la forma en que lo hace, lo más probable es que le den el crédito a usted. La única forma en que pueden ver sus buenas obras y glorificar a su Padre celestial es si le da la gloria al Padre celestial.

Pablo dice en Romanos 10:17 que la fe viene por el oír la palabra de Dios. No viene mirando; no viene por la observación; viene al oír.

Se necesita un mensajero que esté dispuesto a entregar el mensaje de la Palabra de Dios para que alguien sea salvo. Así que no mantenga su cristianismo en secreto. No sea como Mardoqueo en Persia. La gente necesita escuchar el evangelio… y usted puede compartirlo con ellos.

Ahora volvamos a la historia.

Por primera vez en este estudio nos encontramos con el personaje que da nombre a este libro. Ester está a punto de subir al escenario.

Ester 2:7 dice: Mardoqueo había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.

Esta vez se nos da tanto el nombre hebreo como el babilonio de Ester. Hadasa, es su nombre hebreo y hace referencia a la flor de mirto, también conocida como flor de murta, o arrayán. Su nombre pagano, Ester, probablemente sea una transliteración de Istar, la diosa babilónica del amor.[vii]

Es evidente que Ester quedó huérfana durante su infancia, por lo que Mardoqueo, que era unos 15 años mayor que ella, la adoptó.

  • El Lujoso Concurso Comienza

Mardoqueo se entera del concurso. Ve la procesión en las calles. Oye los chismes de los transeúntes. Él sabe que Ester es increíblemente hermosa y lo más probable es que haya estado ahuyentando pretendientes durante los últimos años. Ahora finalmente tiene la oportunidad de sacar provecho de la buena apariencia de su sobrina. Puede usar su belleza para su propio beneficio.

Note el versículo 8:

Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres.

Puedo pensar en al menos 3 buenas razones por las que Ester no tenía posibilidades reales de ganar.

En primer lugar, es huérfana. Ella no tiene conexiones familiares. Ella es solo una campesina común: una don nadie a quien nadie conocía.

En segundo lugar, se enfrenta a una feroz competencia. Según Josefo, el historiador judío del primer siglo, este concurso había atraído a más de 1.000 mujeres jóvenes. El palacio estaba lleno de mujeres hermosas. Ester no fue la única joven que llamaba la atención.

Por último, ella era judía. Los judíos eran miembros de una nación derrotada. Eran forasteros que habían adoptado las costumbres persas pero que todavía no eran considerados persas. Si se filtraba la noticia de que era judía, cualquier pequeña posibilidad que tenía de ganar desaparecería.

Por eso leemos en el versículo 10 que “Ester no declaró cual era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase”.

Mardoqueo le está diciendo efectivamente a Ester: “Ester, Israel está en el pasado. Dios podrá haberte hecho judía, pero aquí eso no te servirá de nada. Aquí tienes que vivir de tu ingenio… tienes que arreglártelas por ti misma”.

Mardoqueo está insinuando que una vez que Ester llegue a la corte del Rey tendrá que valerse por si misma – que estará sola. Pero él no podría haber estado más equivocado.

Acabamos de mencionar tres razones por las que Ester entra en esta competencia con poca o ninguna posibilidad de ganar, pero estamos a punto de ver cómo Dios trabajará detrás de escena para asegurar que Ester no tenga ninguna posibilidad de perder.

Lo primero que Dios hace es darle el favor de todos en el Palacio. El versículo 9 nos dice que Ester “agradó” a Hegai, quien, si recuerda, era el administrador principal de este concurso. El versículo termina diciendo: “Ella halló gracia delante de él”.

Esa palabra, “gracia”, es la palabra hebrea hesed, que es el mismo término que se usa para referirse al pacto de gracia y bondad de Dios hacia su pueblo. Vemos esa palabra nuevamente en el versículo 15, cuando dice: “Ester ganaba el favor de todos los que la veían”.

No hay otra explicación para esto que no sea el hecho de que Dios está detrás de todo esto. Lo que deberíamos estar leyendo aquí es que Ester halló envidia en los ojos de todos los que la vieron… o celos… u odio. Después de todo, esta es una competencia. Todas las mujeres presentes están determinadas a ganar.

Sin embargo, leemos que ella ganaba el favor de todos. ¿Como puede ser?

Querido oyente, no pase por alto esto. Dios puede ser invisible, pero todavía está involucrado. Su mano es invisible, pero Su plan es invencible.

Mire lo que sucede en el versículo 9:

…por lo que Hegai hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.

En cuestión de horas, Ester tiene su propia suite privada, siete sirvientas y mucho para comer y beber. No se puede decir lo mismo del pobre Mardoqueo. El versículo 11 nos dice que “cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.”

Él se está mordiendo las uñas. Probablemente esté pensando: “¿Qué he hecho? Ella está ahí con más de 1.400 concursantes. Ella es ingenua. Ella nunca guardará su secreto. ¡Ella no tiene ninguna posibilidad! Tiene que haber algo que pueda hacer para que esto funcione a su favor”.

Lo que no sabe es que Dios ya está resolviendo las cosas a su favor, sin la ayuda de Mardoqueo.

Mardoqueo tiene que aprender que él no es soberano sobre la vida de Ester. Dios lo es.

Mientras camina ansiosamente alrededor del edificio, no tiene idea de cómo miman a Ester. Todavía no es una reina, pero la están tratando como tal. Mire el versículo 12:

Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres.

Y usted que pensaba que su esposa se tarda mucho en prepararse ¡Intente esperar 12 meses!

Pero ¿para qué era todo esto?

El aceite de mirra se utilizaba para suavizar y aclarar la piel. Dado que la mayoría de estas mujeres trabajaban al aire libre, el sol les había oscurecido y endurecido la piel. Para los persas, la piel clara era un signo de belleza. Por lo tanto, se necesitarían alrededor de 12 meses de terapia de mensajes y la falta de luz solar para suavizar y aclarar la tez de estas mujeres.[viii]

En cuanto a la mirra y otros cosméticos, eran formas de maquillaje completamente desarrolladas. Pero los persas no solo usaban maquillaje por el bien de la belleza… lo usaban para la santificación.

Los sacerdotes de esta región fueron los que desarrollaron y protegieron la ciencia de la cosmética. Debido a que veían lo físico como una mera entrada a lo espiritual, ¡realmente creían que la limpieza estaba al mismo nivel que la piedad!

Las mujeres se bañaban en piscinas llenas de especias, ya que el olfato estaba relacionado con la aceptación divina. Las mujeres usaban maquillaje alrededor de sus ojos y brazaletes alrededor de sus brazos, cuello y pies para protegerse de los malos espíritus. Les daban maquillaje para el rostro, todos los tonos de lápiz labial y delineador de ojos y esmalte de uñas, porque la belleza las acercaba a los dioses. Y en cuestión de meses las llevarían delante de un descendiente de los mismos dioses… El rey.

Junto con este proceso de embellecimiento, las mujeres también eran educadas en las costumbres de la corte y la etiqueta real. Como señaló un erudito, estaban aprendiendo qué decir y cómo decirlo.[ix]

Estas mujeres habían venido directamente del campo y muchas de ellas no tenían educación, eran analfabetas y no sabían como interactuar en la vida del palacio. Pero eran hermosas. Y en 12 meses, una de ellas se sentaría en el trono como reina.

Así que este proceso de 12 meses fue un curso intensivo sobre cómo lucir como una reina, hablar como una reina, comer como una reina, oler como una reina y actuar como una reina.

Y en este punto de la historia, Ester no parece estar protestando. A diferencia de Daniel antes que ella, ella no se niega a comer la carne o beber el vino ofrecido a los ídolos.[x]

Ella es un personaje sin mucho carácter piadoso. Y mantendrá su secreto a toda costa.

4. La Humilde Reina es Coronada

Por mucho que a los teólogos y pastores les gustaría embellecer la siguiente escena, es imposible. Este concurso se convertiría en nada menos que una sucia competencia sexual.

Ester perderá su virginidad con un pagano junto con las otras mil jóvenes competidoras. Él solo elegirá a una.

Un rabino judío intentó maquillar este capítulo agregando más de cien versículos al texto original, que se pueden encontrar en la Septuaginta, la traducción griega de las escrituras hebreas.

Algunas de sus adiciones intentaron reconciliar el carácter de Ester al afirmar que ella nunca violó las leyes de los hebreos. En un versículo, de hecho, la describen orando lo siguiente: “Tú, oh, Dios, lo sabes todo; y sabes que aborrezco el esplendor de los impíos, y el lecho de los incircuncisos y de cualquier extranjero”.[xi]

Estos son obvios intentos de santificar las acciones de Ester y mantenerla en su pedestal de heroína.

Algunos autores evangélicos han adoptado un enfoque diferente para exonerar a Ester de la culpa. Ellos argumentan que cuando el versículo 16 dice que Ester fue “llevada al rey Asuero“, el verbo “llevada” implica que fue en contra de su voluntad.

Uno de los problemas con esta interpretación es que el mismo verbo se encuentra en el versículo 15, donde se nos dice que “Mardoqueo la había tomado por hija“. Esta interpretación simplemente no es cierta. Tan desafortunado como suena, Ester no fue llevada a la fuerza. Ella fue de buena gana.

Ella tiene puesto su mejor atuendo. Su rostro está cubierto de maquillaje. Su cuerpo está empapado de perfume. Su mente está llena de los secretos que le dio el jefe de los eunucos que quiere verla ganar la corona.

Mire los versículos 16-17:

Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

Ganar la corona real suena superficial ahora, ¿no? Este es un momento muy anticlimático en la historia. Ester ahora es miss Persia, pero ¿hay algo por lo que estar emocionado? ¿Valió la pena perder su virginidad? ¿Valió la pena perder su integridad?

Espero que no.

Me pregunto cuántas jóvenes han sacrificado su virginidad para quedarse con ese novio que les dice: “Si me amas, lo vas a hacer”.

Me pregunto cuántos profesionales han mantenido su fe en secreto para que no obstaculice su ascenso en la empresa.

Me pregunto cuántos cristianos mantienen oculta su relación con Dios porque quieren llevarse bien con el mundo.

Ester pudo haber ganado el puesto de reina, pero no ganó un marido. El versículo 17 dice que el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, pero todavía amaba a las otras también. El texto nunca dice: “Y después de la coronación de Ester, el rey ordenó que dejaran libres a todas las jóvenes de su harén y también sus concubinas”.

Nada parecido.

Observe el versículo 19: “Cuando las vírgenes eran reunidas por segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey”.

¿Por qué hay una segunda vez? Ester ya ganó la corona. ¿No debería haber terminado el concurso ya?

Si, ya había terminado.

Esto no tiene nada que ver con el concurso. Tiene mucho que ver con que el rey estaba constantemente agrandando su harén.

Ester ocupará el lugar de Reina, pero no será la única ocupante de la cama del Rey. De hecho, su papel ni siquiera le permitirá un acceso libre a su dormitorio. Ester ganó la corona, pero no ganó una relación cercana y honesta.

Pero por muy feo que suene todo esto, habría sido mucho peor para ella si hubiera perdido. Los versículos 13-14 nos dicen lo que les sucedió a las perdedoras:

La doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre.

¿Se dio cuenta de lo que está pasando? Las jóvenes entran como señoritas y salen como concubinas. Son relegadas a una vida de lujosa desolación, y nunca más serán llamadas a menos que el Rey recuerde sus nombres. El Rey, sin embargo, no tiene la costumbre de recordar nombres. Tiene la costumbre de agregar nombres.

Entonces Dios, en Su gracia, puso a Ester al frente de la fila. De todas las miles de mujeres que iban y venían del palacio, ella sería una de las que el Rey recordaría.

Esto nos revela la asombrosa verdad sobre el carácter de Dios que obra a través de personas fieles y a pesar de las personas infieles. Su providencia es imparable. Él derrama Su gracia sobre nosotros incluso cuando no la merecemos.

Esto no significa que podamos pecar todo lo que queramos, solo para que la gracia se acumule más y más. Cuando el apóstol Pablo dijo en Romanos 5:20, “mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia“, no nos estaba dando licencia para pecar, como algunas personas pensaban en ese momento. Simplemente estaba revelando cuán profundo es el amor de Dios. La asombrosa verdad es que incluso cuando desobedecemos a Dios, lo cual es diario, Él nunca nos deja ni nos abandona.

Eso es lo que Ester descubrirá a lo largo de su historia. Ella está inundada en algo más que mirra y especias aromáticas. Ella está inundada de la gracia de Dios. El aroma de Su bondad hacia ella impregna las páginas de su historia de principio a fin.

A pesar de su desobediencia… a pesar de que mantiene su nacionalidad en secreto… a pesar de su inmoralidad… Dios tocó el corazón de ese rey inmoral para que la eligiera para ser su reina. Dios fue quien colocó a Ester en el trono, no Asuero. No la eligió porque fuera más hermosa que los demás o porque fuera especial a sus ojos. La eligió porque la usaría para salvar a su pueblo.

Y piénsalo…

Fue Dios quien le dio a Ester su belleza en primer lugar. Fue Dios quien le dio una rica herencia judía. Fue Dios quien la colocó en Persia en un momento tan oportuno.

¿Por qué? Porque Él le había hecho una promesa al pueblo ​​de Israel de que haría de ellos una gran nación y que de ellos nacería el Salvador del mundo. Así que nada, ni siquiera el autoproclamado “rey del mundo”, podría interponerse en ese camino.

Lo que Ester aprenderá, junto con usted y yo, es que cuando Dios hace una promesa, la cumple.

Querido oyente, ¿Quiere vivir una vida satisfecha? Confíe en Dios.

¿Quiere ver a Dios obrar? Sírvale.

¿Quiere marcar la diferencia en el mundo? Sométase a la voluntad de Dios y hágale saber al mundo que le pertenece a Él.

No se concentre tanto en ganar un concurso y una corona que termine ignorando lo que Dios está haciendo en su vida y en la vida de los que le rodean. Dios está obrando incluso en este mismo momento… Y su historia esta bajo el cuidado y la dirección de su amoroso, soberano y todopoderoso Dios.


[i] Cyril J. Barber, Ezra and Esther (Wipf & Stock Publishers, 2007), p. 117

[ii] Adapted from Peter A. Steveson, Ezra Nehemiah and Esther (BJU Press, 2011), p. 206

[iii] A. Boyd Luter & Barry C. Davis, God Behind the Seen: Expositions of the Books of Ruth & Esther (Baker, 1995), p.

[iv] Jobes, p. 94

[v] Gary V. Smith, Cornerstone Biblical Commentary: Ezra-Nehemiah, Esther (Tyndale House, 2010), p. 238

[vi] Debra Reid, Tyndale Old Testament Commentaries: Esther (Tyndale House, 2008), p. 78

[vii] Steveson, p. 226

[viii] Anthony Tomasino, Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary: Volume 3 (Zondervan, 2009), p. 485

[ix] Smith, p. 239

[x] Luter & Davis, p. 155

[xi] John C. Whitcomb, Esther: Triumph of God’s Sovereignty (Moody Press, 1979), p. 50

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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