Introducción
El pastor puritano Henry Law escribió una vez: Ningun gorrión vuela ni ninguna hoja cae sin el consentimiento del soberano Dios. El azar es producto de la imaginación. El azar nunca ha existido y nunca lo hará. Por lo tanto, para el hijo de Dios no existen eventos triviales o insignificantes. Los momentos cruciales a menudo dependen de palabras rápidas, miradas repentinas, pasos involuntarios.[i]
A la luz de lo que estamos a punto de descubrir, debo añadir que los momentos cruciales también suelen depender de invitaciones inesperadas y de una noche de insomnio en el palacio del Rey.
Todo esto es nada menos que la obra de Dios, cuando prefiere permanecer en el anonimato, en las sombras, trabajando a través de eventos y decisiones, para llevar a cabo Sus planes y propósitos.
El momento de la verdad ha llegado. El edicto está circulando. Ester le ha prometido a Mardoqueo y al pueblo judío en general que arriesgará su vida y confrontará al Rey por la sentencia de muerte que él y Amán pusieron en marcha.
Ella le ha pedido a su pueblo que ayune, lo que también implica oración. El ayuno de tres días ha terminado.
Es hora de actuar. Volvamos a este drama y una vez hagamos nuestro mejor esfuerzo para adentrarnos a esta impresionante historia.
El Momento de la Verdad
Ester 5:1 comienza diciendo: Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento. Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos.
¡Eso fue demasiado fácil!
De hecho, desde hace varios siglos, los eruditos bíblicos han quedado desconcertados al ver la actitud del rey.
No había forma de que Asuero hubiera interrumpido sus asuntos y violado el protocolo persa y dijera: “Bienvenida, Ester, pasa. Dime, que te trae por aquí.”
Eso simplemente no sucedía.
Es exactamente por eso que Ester terminó su discurso 3 días antes diciendo: “Y si perezco, que perezca”. Eso era mucho más probable que sucediera
¡Uno no podía simplemente entrar a la presencia del rey insinuando efectivamente que su tiempo era más importante que el de él!
Unos eruditos judíos intentaron hacer la historia un poco más “creíble” agregando el siguiente párrafo; “El corazón de Ester latía con fuerza del miedo. Cuando ella había pasado a través de todas las puertas, se paró ante el rey. Él levantó su rostro enrojecido, y la miró con feroz rabia. La reina tropezó, palideció y se desmayó. Él saltó de su trono alarmado y la tomó en sus brazos hasta que ella revivió y la consoló con palabras tranquilizadoras”.[ii]
Suena más a La Bella Durmiente, ¿no?
El relato divinamente inspirado, no es tan colorido. Todo lo que se nos dice más adelante en el versículo 2, es que el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.
Extender el cetro hacia Ester era el protocolo indicando la aceptación del rey. Entonces, en lugar de morir, Ester podrá seguir viviendo.
Y en lugar de reprenderla o tratarla bruscamente por haberlo interrumpido, el rey le presta toda su atención y pone a un lado los asuntos reales.
Los arqueólogos han confirmado que de pie justo debajo del trono de este monarca persa habría un hombre sosteniendo un hacha en sus manos.
Escuche, aparte de la providencia de Dios, Ester habría perdido su cabeza esa tarde.
Pero en cambio, y estoy convencido que, para sorpresa de todos, el rey le dice en el versículo 3: “¿Qué tienes, reina Ester? ¿Y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará”.
Esta era una expresión que significaba que el rey estaba dispuesto a hacer cualquier cosa en su poder para satisfacer su solicitud.
Básicamente dice: “Estoy de humor para hacer todo lo que pueda por ti, solo dilo”.
Ester dice en el versículo 4: “Si place al rey, vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado para el rey“.
En otras palabras, quiero que vengas a mis aposentos después del trabajo y cenes conmigo. Ya preparé tu comida favorita como a ti te gusta. Ah, y trae al Primer Ministro contigo cuando vengas.
Eso fue un golpe de genialidad, por cierto. Al invitar a Amán, ella permitirá que su ego lo ciegue. Cualquier sospecha que hubiera tenido automáticamente quedaría neutralizada por completo.
Él debería haber estado pensando: ¿por qué la reina arriesgaría su vida para invitar al rey a cenar? Algo serio está pasando aquí. Será mejor que averigüe qué es.
En cambio, está tan enamorado de la invitación a cenar con el Rey y la Reina que ni siquiera se lo preguntó.
Simplemente corrió a la tintorería para que le plancharan el esmoquin.
Ah, y a todo esto, eso no era lo que Ester había planeado hacer originalmente. Anteriormente, le había dicho a Mardoqueo que después de tres días de ayuno, iría a la presencia del Rey y que, si moría, moría. Iba a preguntarle allí mismo.
Pero durante ese ayuno de tres días, la sabiduría de Dios obviamente estaba obrando en su mente y corazón.
Ella formuló un plan que haría que el rey y el conspirador, Amán, estuvieran a solas con ella – lejos de la prensa – lejos de la vergüenza pública que obviamente recaería sobre el Rey cuando descubra que su propia mano ha firmado la sentencia de muerte de su esposa favorita, la Reina.
Habrían sido dos reinas, una después de la otra, que habría perdido por sus propias decisiones apresuradas.
Entonces el rey y Amán llegan a cenar. Y cuando terminan de comer y el rey y Amán están bebiendo su vino, él dice: “Está bien, Ester, dímelo – versículo 6 “¿Cuál es tu petición, y te será otorgada?“
En otras palabras, ¿qué es tan importante para que arriesgaras tu vida para preguntarme?
Entonces Ester respondió, versículo 7, “Mi petición y mi demanda es esta: Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
¿Qué esta pasando aquí? Mi petición y solicitud es… bueno, quiero que vengas a cenar mañana por la noche y te lo diré.
Algunos comentaristas creen que Ester quedó paralizada del miedo. Ella simplemente no pudo decírselo… y, francamente, podemos entender por qué, ¿cierto?
El rey y Hitler están al otro lado de la mesa – satánico, terriblemente intimidante, el enemigo de su pueblo.
Ciertamente estaría aterrorizada durante toda la cena y habría luchado por aparentar que todo estaba bien.
Lo que creo que está sucediendo es que la providencia de Dios está impulsando a Ester a posponer su pedido.
Desde su perspectiva, de hecho, podría haber tenido demasiado miedo como para hablar, pero desde la perspectiva de Dios, era Su plan que ella no hiciera su petición hasta la noche siguiente.
Había muchas cosas que Dios iba a hacer en el transcurso de esa noche.
Sin que Ester lo sepa, Amán planeará matar a Mardoqueo a la mañana siguiente antes de que llegue para este segundo banquete.
En otras palabras, el plan de Ester de postergar su petición hasta el siguiente día habría condenado a Mardoqueo.
Recuerde, el Libro de Ester no es una revelación de cuan inteligente es la gente, es una demostración viva y dramática de lo inteligente que es Dios… cuán brillantemente sabio y soberano es Él en Su providencia.
A menos que Dios haga algo esa noche para cambiar el curso de los eventos, Mardoqueo está a menos de 24 horas de morir. Algo debe suceder para que Mardoqueo se gane el favor del rey… algo que Ester nunca podría haber manipulado.
Mardoqueo estará en peligro de muerte antes de que los sirvientes de Ester tengan la oportunidad de lavar los platos del banquete de esa noche.
Mire en el versículo 9. Y salió Amán aquel día contento y alegre de corazón; pero cuando vio a Mardoqueo a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra Mardoqueo.
Evidentemente, Mardoqueo sabía que Ester había tenido buen recibimiento de parte del rey. Mardoqueo ya no está fuera del edificio vestido de cilicio, ahora está adentro y sentado en su puesto de trabajo.
Y cuando Amán camina por el palacio para irse a casa, todos se inclinan ante él, pero Mardoqueo ni siquiera se levanta de donde está sentado. Mardoqueo insulta descaradamente al primer ministro frente a todos.
Esta fue la gota que rebalsó el vaso.
Pero se refrenó Amán, nos informa el versículo 10. En otras palabras, nadie va a estropear su fiesta. Lo acaban de invitar a cenar con el Rey y la Reina de Persia. De Mardoqueo se ocupará más tarde. Así que el versículo 10 nos dice que se fue a su casa. y mandó llamar a sus amigos y a Zeres, su esposa.
“Espera a que se enteren de lo que me ha pasado hoy. ¡Este ha sido el mejor día de mi vida y mañana será aún mejor!”
El Narcisismo Personificado
Mírelo hablar y hablar acerca de él. Versículo 11, les refirió Amán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que el rey le había engrandecido, y con que le había honrado sobre los príncipes y siervos del rey… bla, bla, bla bla bla. Eso también está en el texto hebreo.
Estaba cautivado por su propio reflejo. Él era su objeto de devoción favorito.
Todo giraba a su alrededor. ¿Trabaja usted con alguien así?
- Si los invitan a algún lugar, va a tener que escuchar lo que pasó;
- Si obtienen un ascenso, va a escuchar todas las razones por las que se lo merecen;
- Compran algo nuevo y se lo van a mostrar;
- Vuelven de un viaje y todos en la oficina tienen que soportar el interminable recuento.
- y todas las fotos – mira ese soy yo aquí – ese soy yo allá – ese soy yo parado allí.
Aquí está Zeres y toda la familia de Amán y los vecinos, ya lo han escuchado todo antes… sobre sus hijos, su trabajo, su dinero, cuánto lo admira el Rey, cómo Persia no sería lo mismo sin él.
Amán es egoísta, un narcisista, absorto en sí mismo.
Pero, ¿se dio cuenta que, incluso mientras habla y habla de lo grandiosa que es su vida y lo maravillosa que es, en el centro de su ser, sigue siendo infeliz? Note el versículo 13. Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
Así es la naturaleza humana. Tengo 99 cosas, pero quiero 100.
Esa única cosa fuera de mi alcance me impide disfrutar de todo lo que está a mi alcance.
Tengo en mis manos dos monedas de 25 centavos. Son bastante pequeñas; de hecho, puedo sostenerlas y ver bien a mi alrededor. Pero si las acerco mucho a mis ojos, no puedo ver nada más.
Piense en eso. ¡Puedo cegarme con solo 50 centavos!
¿Hay algo que bloquee su visión? ¿Hay algo que no tiene y que ha acercado tanto a su corazón que no puede ver nada más que eso?
La verdad es que nos parecemos mucho más a Amán de lo que nos gustaría admitir. Nuestra persona favorita para complacer somos nosotros mismos. Nuestro tema de conversación favorito es quiénes somos, cómo nos sentimos y qué queremos. Nuestra mayor lucha en el crecimiento cristiano somos nosotros mismos ¿verdad?
Oh, que podamos anhelar que Dios quite de nuestros ojos esas cosas que oscurecen nuestra visión, para que podamos vernos unos a otros… y verlo a Él… para que podamos estimarnos los unos a los otros como superiores a nosotros mismos (Filipenses 2:3) para que nuestro Señor se convierta en el objeto más grande y preciado de nuestra devoción (Salmo 73:25).
El anhelo de Amán por una cosa más será su perdición.
Su esposa y amigos ahora le dan un consejo impío – versículo 14 – y todos dijeron: “Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.
La palabra “horca” en la cultura persa no se refería a una soga que se ata alrededor del cuello de la víctima. Se refería a un palo afilado en el que la víctima era empalada y exhibida públicamente.[iii]
Habría una plataforma elevada o ladera que sostendría el poste.
Zeres le dice a Amán: asegúrate de que tenga al menos unos 20 metros de altura. No querrás que nadie se pierda la exhibición pública de tu poder sobre la vida y la muerte.
En este punto del drama, las cosas se ven peor que nunca.
Mardoqueo es hombre muerto, a menos que Dios haga algo durante la noche.
Y vaya si Dios no hace algo. Como dice proverbios 21, el corazón del rey está en la mano de Jehová. A todo lo que quiere lo inclina.
Dios cumplirá sus planes y promesas.
Insomnio Inspirado
La siguiente escena comienza con un caso grave de insomnio ordenado por Dios. Se abre el telón en el capítulo 6:1. Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.
Me encanta esta escena. Aquí está el rey sobre su cama, y no puede conciliar el sueño. Ha leído el periódico… ha intentado contar ovejas, pero nada funciona.
Así que llama a un criado para que le lea lo que sea de, literalmente, las “palabras de los días”.[iv]
Este es el equivalente persa del Registro del Congreso. Eso ciertamente lo pone a dormir a cualquiera.
Y de todos los miles de elementos registrados cada año en el libro oficial de registros – y los persas eran mundialmente conocidos por su cuidado administrativo en el mantenimiento de registros – de todos los lugares que el sirviente podría haber elegido para leer, comenzó a leer los eventos de una conspiración contra el Rey donde Mardoqueo se enteró del complot y le informó a Ester quien informó al Rey.
La lectura de este evento de cinco años de antigüedad hizo varias cosas: le recordó al Rey la lealtad de su esposa Ester y un miembro del personal de su gobierno llamado Mardoqueo.
También reveló algo bastante vergonzoso.
El rey le pregunta al sirviente, en el versículo 3. ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto?“
En otras palabras, ¿qué muestra el registro que hice por él por salvarme la vida? Y el sirviente miró los siguientes párrafos y luego respondió: “No se ha hecho nada por él”.
Eso no era normal. Él ya había recompensado a unos almirantes fieles con tierras; había nombrado a otro hombre gobernador de Cilicia por salvar la vida del hermano del rey,
El padre y el abuelo de Asuero habían recompensado a los ciudadanos fieles con joyas y vestidos. Su tatarabuelo, Ciro, le había regalado a un general leal un caballo con una brida de oro y una daga de oro macizo y una hermosa túnica persa.[v]
Estas personas incluso recibían un título especial: eran conocidos como los Benefactores del Rey.[vi]
El rey no había cumplido con esta importante tradición real. Y note esto: ahora descubre también que Mardoqueo es judío.
Eso crea un gran dilema, ¿no es así? ¿Cómo puede promover a alguien a quien ha condenado a muerte?
O ignoró en su distracción la conexión entre el linaje de Mardoqueo y el edicto que había firmado unas semanas antes; o más que probablemente, Amán nunca identificó a las personas que quería ver borradas de la faz de la tierra.[vii]
De hecho, cuando volví a estudiar el capítulo 3, me di cuenta de que Amán mismo había escrito el edicto. Fue Amán quien usó el anillo del rey para sellarlo.
En su insensibilidad ¡A Asuero ni siquiera le importó descubrir quiénes eran las personas a las que había dado permiso a Amán para destruir!
Y justo cuando el sirviente le informa al rey que su leal súbdito Mardoqueo, que nunca ha sido recompensado, era judío, adivinen quién se presenta en la corte del rey: ¡Amán, el narcisista!
Acaba de terminar de construir la horca. Está demasiado emocionado para dormir, así que va temprano al trabajo. Hoy es el día que va a deshacerse de Mardoqueo. Además, tiene una cena privada con el Rey y la Reina más tarde. ¡Este será el mejor día de su vida!
Note el versículo 6. Entonces entró Amán y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey?
Evidentemente, Amán cree que el Rey está hablando de él. Entonces él responde, versículo 7. Para el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza.
Es obvio que Amán ya había pensado en cómo le gustaría ser honrado por el Rey. ¡Ya tenía impresa su lista de Navidad!
A pesar de que tiene tanto, hay una cosa que Amán no tiene: el papel del Rey. Tiene mucho dinero, poder, prestigio, pero no es el rey… así que básicamente lo que le está pidiendo al rey es que honre a un hombre dejándolo actuar y ser tratado como un rey por un día.
Amán había pensado en todos los detalles y ahora, al parecer, sus sueños se van a hacer realidad.
¡Este será realmente el mejor día de su vida!
Un Giro Inesperado
Lo que sucede a continuación es lo que llamaremos un gran giro inesperado.
Versículo 10. Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho
Este es un golpe aplastante.
La gramática hebrea indica que Amán mismo vestirá a Mardoqueo con la túnica del Rey y lo colocará en el caballo del Rey y luego conducirá ese caballo a través de la plaza de la ciudad declarando que Mardoqueo está siendo honrado por el deseo del Rey. Mardoqueo ha pasado del cilicio y el dolor al esplendor, mientras que Amán ha pasado del esplendor al dolor.
Este es un gran giro inesperado.
Amán regresa a casa para cambiarse de ropa y prepararse para la cena en el palacio. Su estado de ánimo ha cambiado por completo. Su esposa y amigos se reúnen nuevamente y en lugar de consolarlo le dicen – en el versículo 13, “Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él.
Mientras aún discutían el tema, la limusina del rey estaciona frente a la casa y se llevan a Amán al segundo banquete.
Solo Dios puede sincronizar estos eventos de esta manera.
Un hermano de la iglesia me dijo el otro día: “Cuando mencionaste el otro domingo que las piezas del tablero de ajedrez le pertenecen a Dios, me di cuenta de que Dios puede mover un rey tan fácilmente como puede mover un peón. Puede mover una reina a su lugar tan fácilmente como puede mover un alfil… el juego le pertenece a Él”.
Las piezas se mueven con divina precisión.
- un rey que no puede dormir
- una reina que se demora en hacer su petición hasta el segundo banquete
- un sirviente que abre justo la página indicada del libro de las memorias del reino.
- un hombre que salva la vida del rey, pero no es recompensado hasta el día en que, sin saberlo, iba a ser ejecutado
- un hombre en la cima de su mundo que ahora conduce un caballo como un sirviente a través de la plaza pública en la que se sienta su enemigo mortal.
Solo Dios puede arreglar todos estos detalles para que se junten en una sola noche de insomnio.
Conclusión
Hay tres lecciones profundas en cuanto a la providencia de Dios que podemos aprender de este pasaje que hemos estudiado.
- Primero, Dios está obrando incluso cuando las circunstancias son incontrolables.
De hecho, si lo piensa por un momento, gran parte de nuestra vida esta completamente fuera de nuestro control… pero no el de Dios.
- En segundo lugar, Dios está obrando incluso cuando la vida es impredecible.
Piense en la montaña rusa en la que ha estado Mardoqueo.
- Él era un don nadie;
- Que luego es promovido para trabajar para el rey dentro del ala administrativa del palacio;
- luego es condenado a muerte por el edicto de Amán;
- luego se lamenta fuera del palacio en cilicio;
- luego el rey lo recompensa y lo visten con la túnica del rey.
Mardoqueo ya debería estar mareado.
Querido oyente, Dios está trabajando incluso cuando la vida parece impredecible
- Dios está obrando incluso cuando el pecado parece imparable.
El edicto no podía ser revocado. La horca tenía unos siete pisos de altura. Las cosas parecían ir de mal en peor… pero Dios estaba obrando.
Como escribió el salmista, “Dios nunca duerme ni se adormece” (Salmo 121:4). Por eso, cuando tiene problemas para dormir, Él está despierto junto a usted. Y cuando logra quedarse dormido, Él no lo hace, Él sigue trabajando.
Porque Dios nunca duerme, usted puede hacerlo. No tiene que tener el control de las situaciones, circunstancias o personas; Dios ya lo tiene.
Dios está obrando incluso cuando las circunstancias son incontrolables.
Dios está obrando incluso cuando la vida es impredecible.
Dios está obrando incluso cuando el pecado parece imparable.
Dios está obrando… y eso debe darnos paz.
[i] Illustrations taken from Robert J. Morgan, Nelson‟s Complete Book of Stories, Illustrations and Quotes, (Thomas Nelson, 2000), pp. 650-653
[ii] John C. Whitcomb, Esther: Triumph of God‟s Sovereignty (Moody Press, 1979), p. 83
[iii] Knute Larson & Kathy Dahlen, Holman Old Testament Commentary: Ezra, Nehemiah, Esther (Holman Publishers, 2005), p. 331
[iv] Peter A. Steveson, Ezra, Nehemiah and Esther (BJU Press, 2011), p. 250
[v] Adele Berlin, The JPS Torah Commentary: Esther (The Jewish Publication Society, 2001), p. 59
[vi] Karen H. Jobes, The NIV Application Commentary: Esther (Zondervan, 1999), p. 153
[vii] Colin D. Jones, Exploring Esther: Serving the Unseen God (Day One Publications, 2005), p. 86