Introducción
El verano pasado, mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de conocer el monumento que celebra el primer vuelo de la humanidad en lo que se conocería como el avión.
Dos niños de un pastor protestante habían solucionado el problema del vuelo, configurando un sistema que manipulaba los bordes de las alas, usando el viento para elevar el avión o descender; girar o volar en línea recta.
El 17 de diciembre de 1903, Orville Wright subió a bordo de su invento, creado en su tienda de bicicletas. El avión se deslizó por el banco de arena sobre un riel de madera y luego se elevó en el aire durante 12 segundos. Había viajado 36 metros.
Mientras estábamos allí, compré la biografía de 500 páginas de Orville y Wilbur Wright y la terminé hace poco. Cuenta la historia de la invención de estos dos ingenieros creativos, así como los años que pasaron en los tribunales defendiendo sus patentes.
Ahora, en una colina de 30 metros se encuentra un monumento de 20 metros de altura en memoria de los hermanos Wright, y su invento que, en muchos aspectos, cambió nuestro mundo para siempre.
Personalmente, creo que es una gran idea construir monumentos conmemorativos. Es bueno apartar días y estaciones para recordar y regocijarse por eventos significativos. Estos días especiales y hermosos monumentos le dan a nuestro pasado la importancia adecuada y, por lo tanto, brindan una mejor perspectiva de nuestro presente.
Hay momentos que vale la pena recordar.
La Fiesta de Purim
Los últimos párrafos del libro de Ester son ni más ni menos que el establecimiento de una gran celebración judía.
Ester y Mardoqueo no estaban dispuestos a dejar que la salvación del pueblo judío pasara desapercibida para las generaciones futuras.
Y escuche esto: lo que establecieron casi 500 años antes del nacimiento de Cristo todavía se observa hasta el día de hoy.
Se llama la Fiesta de Purim.
Si regresa al libro de Ester y mira el capítulo 9, notará que la conmemoración comenzó, en realidad, como una celebración espontánea. El versículo 17 del capítulo 9 de Ester nos dice que después de que terminó la lucha y el pueblo judío se salvó de una muerte segura en todo el reino, comenzó la fiesta.
Note la última parte del versículo 17. Los judíos hicieron día de banquete y de alegría.
La guerra había terminado… todos estaban vivos. Fue literalmente una celebración espontánea.
Al igual que la celebración que hubo en las calles después de que se difundiera la noticia de que la Segunda Guerra Mundial acababa de terminar, la gente bailó, rió y se abrazaron unos a otros… completos desconocidos, no importaba.
Francamente, uno no puede imaginar la euforia del final de la guerra a menos que lo haya vivido.
Mardoqueo define lo que se convertirá en una tradición festiva en el versículo 21, ordenándoles que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, (que corresponde al mes de marzo)… v. 22. Porque los judíos tuvieron paz de sus enemigos, y de tristeza se les cambió en alegría, y de luto en día bueno; debían hacerse días de banquete y de gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres.
Este fue como el Día de Acción de Gracias y la Navidad combinada en una sola celebración.
En realidad, fueron dos días de celebración: el 14 de Adar para los que vivían en todo el reino, y el 15 para los que vivían en ciudades amuralladas, que habrían incluido a Jerusalén.[i]
El Libro de Ester se convertiría en un monumento nacional a la liberación judía, y la Fiesta de Purim se convertiría en una fiesta nacional.
Me pareció interesante que durante la Segunda Guerra Mundial los nazis odiaban cualquier mención del Libro de Ester, por razones obvias.
De hecho, un historiador registró el pequeño comentario que, si un judío llegaba a uno de los campos de concentración en posesión del Libro de Ester, ese judío era muerto inmediatamente.[ii]
Los nazis no querían que se mencionara ningún mensaje de esperanza o liberación dentro de los campos de exterminio.
Aún así, muchos de los reclusos produjeron copias escritas del Libro de Ester, de memoria, y luego se juntaban y lo leían en silencio en secreto durante los días festivos de Purim.[iii]
Hubieron momentos para regocijarse – existieron días mejores para recordar… incluso dentro de un campo de concentración.
Qué poderoso es considerar un campo de concentración como el contexto para recordar y regocijarse, con tenaz esperanza y confianza en un Dios invisible.
A medida que he estudiado este Libro durante los últimos meses, he encontrado en el Libro de Ester maravillosas analogías e ilustraciones del evangelio.
Por eso llamaré a nuestro estudio de hoy, “El Evangelio según Ester”. Es una maravillosa ilustración del evangelio que nos lleva a pensar en nuestra liberación de la muerte eterna; un evangelio que nos lleva a regocijarnos en ese cambio final, eterno y venidero, cuando Dios corrija todos los males y haga todas las cosas nuevas.
Analogías del Evangelio
- Una plebeya se convierte en reina
Lo primero que me llamó la atención, al principio de este estudio, fue el hecho de que una plebeya podía convertirse en reina.
Por primera vez en la historia persa, el Rey ignora siglos de tradición y permite que la corona descanse sobre la cabeza de una campesina común.
Una huérfana, una extranjera, nada menos que una hija de los exiliados judíos se convierte en la novia del Rey.
¡genial! ¿cierto?
Nosotros, hijos caídos de Adán y Eva, pecadores comunes separados de Dios, nacemos de nuevo por la gracia de Dios (Efesios 2:8).
Somos adoptados como hijos e hijas en la familia de Dios, con plenos derechos y privilegios como si fuéramos de la misma familia biológica – adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. (Efesios 1:5)
Y luego, si puede imaginarlo, en el futuro seremos elevados y coronados como la novia de Cristo: nuestro destino futuro es reinar con Él en Su reino venidero (2 Timoteo 2:12) y reinar con Él por toda la eternidad (Apocalipsis 22:5).
Necesito recordarme a mí mismo, que no estoy enseñando hoy a plebeyos. Estoy predicando a la realeza. No estoy alentando a los campesinos, estoy exponiendo la palabra a príncipes y princesas, futuros reyes y reinas.
Lo que le pasó a Ester le pasará a cada uno de nosotros que hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús.
¡Viene un día de cambio y celebración!
- Un día cuando dejará a un lado las ropas comunes de la mortalidad y se pondrá las vestiduras reales de la inmortalidad;
- Un día cuando se mudará de su casa hecha con ladrillos y madera y yeso y plástico y se mudará a una casa hecha de joyas construida sobre oro reluciente;
- Un día cuando dejará sus cargas de fracaso y sus imperfecciones y recibirá un cuerpo glorificado sin pecado y perfeccionado en santidad;
- Un día cuando dejará de lado el dolor y la tristeza y entrará en Sus atrios con alabanza y nunca tendrá que irse;
- Se acerca un día podrá mirar directamente el rostro de nuestro Señor sin vacilación y con perfecto amor y confianza.
¿Por qué? Porque has sido elegido… un plebeyo… para casarse con el Rey.
- El irrevocable edicto de muerte
La segunda analogía que me sorprende de este Evangelio según Ester está ligada al edicto de muerte.
El rey ha permitido que el malvado Amán publique un decreto de muerte. Es un decreto irrevocable.
Así también, toda la humanidad está bajo un edicto irrevocable de muerte.
La Biblia dice: Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. (Hebreos 9:27)
Toda la humanidad está bajo este edicto de la muerte. El asesino y el hombre moral experimentarán lo mismo; la buena persona y la mala persona: los educados y los ricos están al mismo nivel que los analfabetos y los pobres.
Los cementerios son un testimonio silencioso de la imparcialidad de este edicto irrevocable.
La Biblia dice en Romanos 6:23 que “La paga del pecado es muerte”.
Es decir, el cheque de pago por simplemente pertenecer a una raza humana caída es la muerte. Y evidentemente, la tasa de mortalidad últimamente es del 100%.
Otra analogía es el hecho de que bajo este edicto los judíos no podían defenderse. Estaban literalmente indefensos. No había esperanza.
Así también, el mundo ha recibido el edicto de muerte y no puede hacer nada para salvarse por si mismo.
No hay ninguna salida secreta, no hay ninguna cláusula de escape, el edicto de muerte se llevará a cabo.
La humanidad busca distraerse, entreteniéndose, comiendo, casándose, criando a los hijos, educando, trabajando, invirtiendo, planificando, todo el tiempo tratando de ahogar el edicto de lo inevitable.
Un artículo de una revista admitió recientemente que a la industria de la salud le apasiona una cosa, y no se trata solo de vivir una vida más saludable, sino de tratar de evitar la muerte.
La humanidad corre de un lado a otro… pero no logra escapar de cumplir su cita con la muerte.
Este es el veredicto del rey. No hay un tribunal superior para apelar, no hay un jurado para convencer, no hay un juez para influir.
- La intercesión de Ester
Pero entonces llega un rayo de esperanza.
Hay otra analogía en este Evangelio de Ester. Después de 3 días de soledad, de repente aparece Ester. De repente, la encontramos de pie ante la presencia del Rey, intercediendo en favor de su pueblo.
Ella voluntariamente arriesga su vida para salvar la vida de su propio pueblo.
Y nuestro Señor Jesucristo, después de tres días en la tumba, no solo habiendo arriesgado Su vida, sino literalmente dando Su vida, ahora está delante de Dios el Padre, intercediendo por nosotros.
Martín Lutero comentó acerca de esta misma analogía del evangelio, y cito: “Al tercer día después del juicio en la cruz, Jesucristo se levantó, garantizando seguridad para entrar en la presencia de Dios a todos los que se acerquen con fe a tocar el cetro que es en forma de cruz.”[iv]
Es verdad ¿no? El Padre recibe con alegría la petición del Hijo y de los que vienen a través de Él.
Jesús, el intercesor, dice en Juan 14:6: “Nadie viene al Padre sino por mí”.
- El edicto eterno de la vida
Hay otra analogía en el Evangelio según Ester: ¡es el edicto de vida!
El escritor de Hebreos dijo que Jesús es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, ya que Él, Cristo, vive siempre para interceder por ellos (Hebreos 7:25).
Como verá, anteriormente cité un versículo, pero cité solo la primera parte: porque la paga del pecado es muerte. Ese es el edicto irrevocable de la muerte. Pero el verso continúa, ¿no es así? Mas, pero, sin embargo…
Esa es una palabra importante, ¿no?
De hecho, si está hablando con alguien, lo que viene después de decir “pero” es lo que realmente importa.
Su jefe lo llama y le dice: “gran trabajo, pero…”
El maestro de su hijo lo llama por teléfono y le dice: “Realmente disfrutamos tener a su pequeño en nuestro salón de clases, pero…”.
O el consultorio del médico llama y dice: “Todo se ve bien, pero…”
Escuche, lo que viene después de esa pequeña palabra importa más que lo que viene antes, ¿verdad?
De hecho, hasta tiene la capacidad de anular lo primero que se dijo.
Bueno, aquí hay un caso bíblico donde esa pequeña palabra, ‘pero’, se convierte en una palabra importantísima sobre la cual depende la eternidad.
La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)
Que alegría ¿verdad? Muerte… pero… vida. Un edicto irrevocable de muerte – pero – una oportunidad de recibir un edicto de vida.
Por la obra de la intercesión de Jesucristo en nuestro favor, el edicto de muerte ha sido contrarrestado con otro edicto
Jesucristo dijo, Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11:25).
En otras palabras, por la fe en Jesucristo nuestro Mesías, podemos experimentar el edicto de la vida.
Con eso viene la paz: la batalla ha terminado.
En el capítulo 10, el último versículo, se describe a Mardoqueo en su nueva posición de influencia y poder. Se nos dice en la última parte del versículo tres que él procuraba el bienestar de su pueblo y hablaba paz para todo su linaje.
Qué gran manera de resumir el trabajo de intercesión de Ester y Mardoqueo a favor de su pueblo. Paz.
Escuche, no hay paz en ninguna parte del planeta excepto en un lugar: dentro del corazón de alguien que ha sido redimido por Cristo y reconciliado con Dios. No me refiero a un estado de éxtasis interminable, o una emoción feliz cada día que se levanta de la cama, quiero decir, paz.
Es la paz del corazón que ha sido reconciliado con Dios.
Hace varios días recibimos una carta de una oyente, una mujer que planeaba quitarse la vida. Era creyente, pero después de varios años de reveses financieros y físicos, incluidas 22 cirugías importantes y la reciente muerte de su madre, el único miembro de su familia que le quedaba, había decidido terminar con todo.
Ella se despertó en ese fatídico día, encendió la radio y escuchó. Nos escribió para informarnos que Dios usó el programa ese día para darle paz y esperanza y cambiar de opinión – para seguir adelante, para seguir rindiéndose a la voluntad de Dios para su vida, pase lo que pase.
Querido oyente, el evangelio redime y sostiene la vida.
Quiero señalar otra ilustración del evangelio que encontramos en el Libro de Ester.
- Un recordatorio perdurable de liberación
Note el versículo 26 del capítulo 9. Dice, en cuanto a las cartas escritas por Ester y Mardoqueo que instauraban la celebración de este día conmemorativo. Note el versículo 26. Por esto llamaron a estos días Purim, por el nombre Pur. Y debido a las palabras de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre esto, y lo que llevó a su conocimiento, 27los judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; 28y que estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, familias, provincias y ciudades; que estos días de Purim no dejarían de ser guardados por los judíos, y que su descendencia jamás dejaría de recordarlos.
En otras palabras, “asegurémonos de que nunca olvidemos este día”.
Construyamos un monumento para recordar la providencia de Dios en nuestra liberación.
Llamémoslo Purim. En estudios pasados comentamos que la palabra Pur significa dado o suerte. Purim, que es el plural de Pur, significa, entonces, dados o suertes.
Hacía referencia a las cosas asignadas por la tirada de los dados.
El salmista, David, usó la misma palabra que se encuentra aquí en Ester cuando escribió: “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.”
En otras palabras, David reconoció que su suerte en la vida estaba directamente relacionada con la obra providencial de Dios: todo estaba en las manos de Dios.
Incluso el lanzamiento de los dados está determinado por la soberanía de Dios. No existe tal cosa como el azar.
Y al ser parte del pueblo de Dios y saber que Dios está en control de nuestro destino encontramos nuestro mayor gozo.
Entonces, no es de sorprender que Purim fuera un día llena de gozo.
Y el pueblo judío se reúne, hasta el día de hoy, para escuchar la lectura del libro de Ester. Cuando llegan al capítulo 3, la audiencia estalla, escribió un autor. Cada vez que se menciona el nombre de Amán, el público se deleita en abuchear, silbar y zapatear.[v]
¡Qué celebración de la vida!
Aplicación
Permítame ahora concluir nuestro estudio de este maravilloso Libro con un par de verdades universales.
- Primero, la providencia de Dios refleja Su gracia y esta debe ser recordada.
Es nuestra tendencia el construir monumentos de cosas malas, malas decisiones, malas circunstancias. Y esos monumentos a menudo están hechos de granito.
Tómese el tiempo para apreciar y recordar las cosas buenas, las buenas decisiones, las buenas circunstancias, la buena mano de Dios sobre nuestra vida. Comience a escribirlas en un cuaderno, haga una lista, compártala con otros.
Al enemigo de nuestra alma le encanta burlarse de nosotros con fracasos pasados, errores pasados, decepciones pasadas, desastres y calamidades, convirtiendo nuestras vidas en un túnel largo y oscuro, sin una luz al final.[vi]
Se me pasó por la mente que nunca se construyeron monumentos en los lugares en los que los hermanos Wright no pudieron volar… los lugares donde se estrellaron o nunca despegaron. No, el monumento se encuentra donde lograron volar, y todo lo demás, en su mayor parte, ha quedado en el olvido.
Esto es parte de lo que quiso decir el Apóstol Pablo cuando escribió, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta… (Filipenses 3:13-14)
- En segundo lugar, la providencia de Dios se discierne espiritualmente, pero es ignorada en gran parte.
El último capítulo del Libro de Ester muestra al Rey imponiendo un tributo sobre su reino. ese es otra manera de decir, «las cosas volvieron a la normalidad para él». Nada cambió en su vida. No hay conversión al Dios de Ester y Mardoqueo, no se menciona un avivamiento en el palacio.
Sabemos por la historia que Asuero hizo poco más que seguir aumentando su harén y ampliar sus palacios antes de ser asesinado en su dormitorio unos años después.
La verdad desafiante para todos los que decimos que el Dios de Ester es nuestro Señor es que podemos vivir la vida como de costumbre, perdiéndonos un evento tras otro donde la mano de Dios está obrando.
Esta es una llamada de atención para estar conscientes y alerta: no se conforme con la actitud del mundo que cree que hay cosas que suceden por puras coincidencias… que ocurren al azar.
¡No!
Ya sea que lo veamos o no, hay un significado en cada evento, cada decisión, sin importar cuán cotidiana sea. Cada día, cada paso, sin importar cuán difícil sea, tiene significado a medida que Dios continúa moviéndonos a todos hacia Su propósito final y supremo.
Ester no tenía idea cuando ganó la corona que había un asunto mucho más grande detrás.
Ella tampoco tenía idea de la gran influencia que tendría aún después de la muerte de su esposo.
Fue durante el reinado de un hijo de Asuero que Nehemías se presentó un día con el rostro muy triste.
Influido, sin duda, por la mujer sentada junto a él en el trono, la Reina, según nos informa Nehemías en el capítulo 2, el rey le concedió la petición a Nehemías de ir a Jerusalén para ayudar a su pueblo a reconstruir la ciudad.
Que la reina estuviera sentada junto al rey en la corte habría sido una práctica muy inusual como aprendimos en el Libro de Ester. La Reina no se sentaba en un trono cerca del Rey; lo que ha llevado a varios, incluyéndome a mí, a concluir que esta es una referencia a la reina madre, la esposa de su padre, quien no habría sido otra que la reina Ester.
Entonces, la influencia de Ester continuaría 21 años después cuando Nehemías recibió permiso para ir y reconstruir Jerusalén.
El último principio que encontramos aquí, al final de nuestro estudio es simplemente este:
- La providencia de Dios es físicamente invisible, pero en última instancia invencible.
Al final del Libro, vemos que Dios es el héroe. Solo Él merece toda nuestra alabanza: Su providencia ha revelado que Él cumple Sus promesas, y podemos confiar que Él cumplirá todas sus promesas que aún faltan por cumplir.
[i] Karen H. Jobes, NIV Application Commentary: Esther (Zondervan, 1999), p. 214
[ii] Jobes, p. 220
[iii] W. H. Griffith Thomas Memorial Lectures, November 6-9, 1979 (Bibliotheca Sacra, Dallas Theological Seminary, April-June 1980), p. 112
[iv] Jobes, p. 146
[v] Knute Larson & Kathy Dahlen, Holman Old Testament Commentary: Ezra, Nehemiah, Esther (Holman, 2005), p. 375
[vi] Charles R. Swindoll, Esther: A Woman of Strength & Dignity (Word Publishing, 1997), p. 175