Introducción
Unos de los desafíos más grandes en la vida es ser capaz de tomar buenas decisiones. Algunas decisiones son fáciles… otras difíciles.
Algunas decisiones son triviales… otras son trascendentales y marcan el curso de nuestra vida.
La vida involucra tomar muchas decisiones morales, y Dios nos ha dado una consciencia para ayudarnos a tomar esas decisiones – para que podamos mirar nuestras circunstancias y determinemos que es lo mejor.
El problema es que el corazón – el asiento de la consciencia – es engañoso y malvado como dice Jeremías 17:9 y no siempre nos indica cual es la mejor decisión por tomar.
Nuestra consciencia es como un termómetro que se encuentra en una zona urbana.
He escuchado que, si uno coloca un termómetro en la parte trasera de la casa, si la casa está cerca de alguna avenida o autopista, o si hay alguna plaza de estacionamiento, o algún edificio cerca – o incluso si la casa está pintada con algún color oscuro o hecha de ladrillo, el termómetro va a marcar de 3 a 5 grados más de lo que es la temperatura real. Y eso es por todos esos elementos que absorben y reflejan el calor.
Para obtener la temperatura exacta, el Servicio Nacional Meteorológico ha determinado unas pautas estrictas… Tom Skilling, un jefe de meteorología escribió que, “el termómetro debe ser colocado sobre el pasto en un albergue blanco y ventilado, aproximadamente a 1 metro y medio sobre el suelo, al menos a 30 metros de distancia de cualquier superficie pavimentada y al menos a 150 metros de distancia de cualquier edificio.
Él escribe – “a menos que cumpla con estos requisitos, usted no puede confiar lo que marca su termómetro”.
De la misma manera – este autor concluyó – “usted tampoco puede confiar necesariamente en lo que su conciencia o su corazón le dicen”.[i]
Estoy de acuerdo.
No solo es prácticamente imposible obtener la temperatura exacta en medio de la ciudad – rodeado de edificios, personas, y calles pavimentadas – también es prácticamente imposible tener el entendimiento correcto de cómo proceder, cuando estamos rodeados de varias influencias, personas e incluso nuestro propio corazón y mente que afectan la lectura de nuestro termómetro moral.
Lo que necesitamos es un termómetro espiritual que nos diga la verdad – y este, necesita estar en algún lugar fuera de nosotros mismos y fuera de nuestra cultura, en algún lugar donde la información no pueda ser distorsionada por influencias externas.
Eso es exactamente por lo cual el Apóstol Pablo se encuentra orando, mientras seguimos estudiando esta lista de oración en Filipenses capítulo 1.
Él quiere que podamos tener la lectura correcta de la vida; él no quiere que nos conformemos a las definiciones de nuestro mundo, él quiere que nos conformemos a las definiciones de vida reveladas en la Santa Palabra de Dios.
Ya hemos encontrado en la lista de oración de Pablo
- Una oración por nuestra pasión – para que nuestro amor agápe abunde.
- Una oración por nuestro progreso – para que nuestro amor sea definido, no por lo que creemos que es el amor, o como queramos expresar ese amor, sino que sea un amor según el conocimiento bíblico.
- Luego vimos a Pablo orar por nuestra práctica en la vida, que sea guiada por un correcto discernimiento de la Palabra.
Pasión, progreso y práctica
Características de un carácter cristiano que debemos desarrollar
1. Ahora Pablo continua el versículo 10 orando por nuestra parcialidad
Déjeme explicarle a que me refiero con esto… volvamos al versículo 9 para considerar el contexto. Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor.
En otras palabras, quiero que los creyentes se vuelvan parciales para lo que es excelente.
El verbo que Pablo usa para la palabra aprobar, en el original conlleva la idea de examinar o probar.[ii]
- Puede referirse a probar algo para determinar si es verdadero o falso
- Esta palabra también puede referirse a evaluar la diferencia entre cosas que son buenas y cosas que son mejores – en otras palabras, probar algo no solo para determinar si es bueno o malo, sino que para evaluar que es bueno, que es mejor, y que es lo mejor.
- La palabra también puede referirse a determinar si algo es importante o no.[iii]
Así que, ¿dónde está el estándar por el cual juzgamos – evaluamos, probamos – todas estas cosas?
Lo que marcan los termómetros de las personas y la cultura a nuestro alrededor pueden estar errados por 3 o 5 grados o incluso más.
- ¿Quién decide cual tipo de actividad, hábito o práctica es correcta?
- ¿Quién decide cual creencia es verdad y cual está equivocada?
- ¿Quién decide que realmente importa en la vida y que no?
Es útil saber que esta palabra era usada para varios tipos de pruebas – lo cual nos ayuda a entender un poco mejor la intención de Pablo.
En la literatura clásica griega, este verbo “probar o aprobar” era usado al evaluar dinero para determinar si era falso o no.
Aún cientos de años antes de que Pablo escribiera esta carta, ya existía el dinero falsificado. Los falsificadores de dinero revestían monedas de cobre con una capa delgada de plata y las hacían pasar por monedas de plata.
La palabra era también usada en el ambiente político para probar o aprobar a un candidato político – para ver y determinar su posición en distintos temas de contingencia. Una buena práctica que continúa hasta el día de hoy.
La palabra incluso aparece en los escritos de Heródoto (500 B.C.) quien aludió a la práctica de probar los bueyes para determinar si eran aptos para el sacrificio.[iv]
De hecho, el Señor uso este verbo en Lucas 14 en la parábola de la gran cena, donde un hombre se excusó de participar en la cena porque había comprado cinco yuntas de bueyes y quería probarlos. Quería ver como se desempeñaban en su labor.
Usamos la misma palabra cuando vamos al concesionario de autos y encontramos un auto que nos gusta. Antes de aún pensar en comprarlo, ¿qué hacemos? Lo probamos, lo manejamos.
Necesitamos probar el auto antes de aun considerar comprarlo.
Hacemos lo mismo con la ropa – vamos al probador y vemos si nos queda bien.
Eso es lo que debemos hacer en asuntos espirituales también. Pablo en 1 Corintios 2:15 dice, el espiritual juzga todas las cosas.
Pone todas las cosas a prueba… se asegura de su decisión es excelente, no solo buena, sino la mejor para su vida.
Pruebe todas las cosas para asegurarse de tomar la mejor decisión – y esto no viene de leer las estadísticas, o conversar con los amigos – porque los termómetros de sus consciencias pueden estar marcando cifras equivocadas.
El termómetro por excelencia es la Palabra de Dios. Este siempre va a marcar el número exacto.
Pablo continúa en su lista para darnos un poco de ayuda para determinar qué es lo mejor.
El no solo ora para que aprendamos a desarrollar parcialidad,
2. El también ora para que desarrollemos pureza
Note el versículo 10, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros.
En otras palabras, probar y escoger lo mejor siempre nos guiará a la sinceridad, a la pureza y nos va a alejar de la impureza.
La palabra que Pablo usa aquí para sinceridad y también puede ser traducida pureza, se encuentra solo en este pasaje y en 2 Pedro 3:1.
La palabra deriva de las palabras griegas para luz solar y juicio.[v]
Pablo está diciendo “lleva tu situación afuera y júzgalo a la luz del día”
Pablo ora, quiero que vivan vidas que puedan ser juzgadas por la luz del día y sean halladas puras.
Dwight Pentecost, escribió acerca de esta palabra, “siempre que leo este pasaje, recuerdo mi niñez, aquellos días cuando mi madre hacia mermelada para que tuviéramos en el invierno. Siempre que mi madre terminaba una tanda de mermelada, agarraba uno de los frascos que acababa de llenar y lo llevaba al patio donde ella lo levantaba y lo examinaba a la luz del sol. Si la mermelada era clara, era aprobada; si el sol revelaba partes turbias u opacas, ella se decepcionaba porque algo había pasado en la preparación que había salido mal – no había pasado la prueba de ser examinado a la luz del sol.[vi]
- David escribió, “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105)
- La exposición de tus palabras alumbra (Salmo 119:130)
- Pablo en 2 Corintios 4:4 habló del evangelio como una luz que resplandece.
- Y 1 Pedro 2:9 dice que Dios nos llamó de las tinieblas a su luz admirable
La prueba de su carácter no está determinada por el termómetro plantado en medio de su ciudad, universidad, oficina; lo que éste marca seguramente esta distorsionado.
La pureza en su vida no se mide por lo que la gente aprueba o por lo que aprueba el cuerpo estudiantil, sus vecinos, la gerencia, sino lo que la Palabra de Dios y lo que el Dios de la palabra aprueba.[vii]
Pablo está escribiendo, “Estoy orando por ustedes – porque sé que muchas de las cosas que creen que están bien, no lo están – y mucho de lo que les han enseñado que está mal, la verdad es que es bueno.”
Oro para que eleven constantemente sus actitudes, acciones, y hábitos, y deseos a la luz de Jesucristo – la luz del mundo… y los encuentren aprobados. Vea su vida a la luz de la Palabra de Dios. ¿ahora, que ve? ¿esta turbia u opaca? ¿se ha corrompido? ¿o está clara y limpia?
Hay otro aspecto en el contexto de esta palabra que es significativo.
En los días del apóstol Pablo, una de las industrias más grandes en el mundo era la industria de la alfarería. Y las vasijas y otros productos de alfarería variaban en calidad tal como los autos, los artículos electrónicos, y la ropa hoy en día. Las vasijas más baratas eran gruesas y sólidas, y no requerían mucha habilidad para hacerlas. Los arqueólogos han desenterrado enormes cantidades de este tipo de vasijas.
Pero las vasijas más finas eran delgadas y delicadas. Tenían un color claro y eran bastante costosas. La alfarería fina era frágil, tanto antes como después de ser horneada, donde frecuentemente las vasijas se partían o resquebrajaban.
Los vendedores deshonestos tomaban cera de color claro, y rellenaban las grietas y ranuras. La cera entonces se mezclaba con el color de la vasija y las grietas se volvían prácticamente indetectables, especialmente después de ser barnizadas o pintadas. Pero la cera se podía detectar inmediatamente cuando la vasija era vista a la luz del sol.
El idioma oficial del imperio era el latín, y los vendedores honestos estampaban en la base de sus productos el texto en latín, sine cera – lo que nos da la palabra sinceridad. Lo que significaba, sin cera.[viii]
Con esto en mente, Pablo no está diciendo que la pureza del cristiano debe ser impecable. Que un cristiano nunca va a tener grietas en su vida.
La verdad es que todos estamos resquebrajados, todos tenemos grietas y fisuras… usando este vocabulario, todos somos vasijas rotas.
Pero Pablo quiere reafirmar el concepto de honestidad y transparencia – no cubra sus defectos fingiendo ser porcelana fina… está bien si somos jarrones gruesos y resquebrajados. Simplemente no tratemos de aparentar ser algo que no somos.
Pablo podría estar implicando que el cristianismo genuino no se trata mantener una imagen pública.
Sea sincero, sea honesto. Un autor escribió, el evangelio no fluye muy bien de un cristiano cuya vida es una farsa.[ix]
De hecho, Pablo escribe a los Corintios – Pero tenemos este tesoro – el tesoro del evangelio – en vasos de barro (eso es lo que somos, ¿por qué?), para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. (2 Corintios 4:7)
Pablo dice, “oro para que puedan desarrollar un sentido de parcialidad por lo que es lo mejor – y sean genuinos y puros también.
En tercer lugar, el ora por
3. Su prudencia
Note el versículo 10. Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles…
Un erudito ingles escribió que pureza y sinceridad se refiere al interior de la persona y ser irreprensible se refiere al comportamiento externo de la persona.[x]
La palabra irreprensible en el original significa “sin tropiezo.”[xi]
Ser prudente en conducta. Prudencia simplemente significa cautela y discreción. Significa ser cuidadoso.
Pablo está orando fervientemente por estos creyentes para que vivan vidas puras, transparentes moralmente, libres de tropiezo porque son cuidadosos en su caminar cristiano.[xii]
Entre más envejece el cuerpo, más cuidadoso es uno cuando camina. Tengo esta teoría de que nuestro piloto automático empieza a desgastarse mientras uno envejece. Solía manejar por kilómetros – y de pronto darme cuenta que estaba totalmente distraído, pero aún estaba en mí mismo carril, todo estaba bien. Ahora que estoy más viejo, si me distraigo, cambio de carril. Si miro a la izquierda, me desvío hacia la derecha. Tengo que ser mucho más cuidadoso.
Es lo mismo en lo espiritual. Entre más uno avanza en años en el Señor, más cuidadoso tiene que ser uno… las batallas no se vuelven más fáciles; se vuelven más engañosas y peligrosas con el tiempo.
Ahora, existe una controversia entre si Pablo está usando este verbo en su forma activa o pasiva.
En otras palabras, Pablo o nos está diciendo que caminemos cuidadosamente para que nosotros no tropecemos – eso es si el verbo es pasivo – o nos está diciendo que caminemos de tal forma que no causemos que alguien más tropiece – eso es si el verbo es activo.[xiii]
Ya sea que este verbo sea pasivo o activo, la verdad es no influye en la interpretación de este pasaje, simplemente porque ambas interpretaciones están conectadas. Una lleva a la otra. Si uno camina de forma prudente, no solamente va a estar menos propenso a tropezar, sino que tampoco será motivo de tropiezo a aquellos que sigan su ejemplo.
Pablo vivía de esta manera… él no vivía solo para sí mismo – sino que vivía para aquellos que lo rodeaban, para beneficiarlos, animarlos y protegerlos con su ejemplo.
Una de las marcas de un creyente maduro es que éste busca ser una plataforma de avance para los demás y no un obstáculo.[xiv]
Aquí hay dos preguntas que creo que Pablo esta insinuando en este texto:
- Si alguien más lo estuviera imitando, ¿se preocuparía?
- Si Jesucristo lo estuviera observando, ¿le daría avergüenza?
Pablo finalmente concluye esta lista de oración con el siguiente pensamiento en el versículo 10. A fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.
Su cuarto motivo de oración es por:
4. Su perspectiva
Aquí encontramos la segunda alusión de Pablo al día de Jesucristo – aquel día en que todo creyente va a ser recompensado por su servicio y será asignado un puesto en el reino terrenal de Cristo.
Es como si Pablo estuviera diciendo “vivan hoy, con aquel día en mente.” “Vivan, tomen decisiones, y actúen hoy, en base a aquel día.” – un día en el cual seremos evaluados (1 Corintios 5) – un día en el cual estaremos de pie frente a Dios – un día en el cual daremos cuanta del talento que nos fue dado – o los 5 talentos o los 10 talentos – un día cuando seremos recompensados y asignados un puesto real en su reino.
Vivamos anticipando aquel día.
Todo lo que hacemos para la gloria de Cristo en la Tierra es solo un preludio, un anticipo del privilegio de servirle a Él durante su reino venidero.
Pablo aquí busca elevar nuestra perspectiva.
Para Pablo, el día de Cristo no era un tipo de obsesión profética, era una forma de pensar y decidir, y de vivir.[xv]
Así que Pablo está diciendo – oro para que, en vista de nuestro reencuentro con Cristo, estemos aprobando lo que es mejor.
El siguiente motivo de oración natural y lógicamente es por
5. Su productividad
Oro para que sean – versículo 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo.
Este es un buen recordatorio que todo lo que hacemos por Cristo, es Cristo produciendo en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13).
La causa de frutos en nuestras vidas es la obra de Cristo en nosotros. Es el Espíritu Santo quien trabaja internamente en nosotros, y cuando nos sometemos a su dirección, demostramos externamente el fruto del Espíritu.
El fruto de justicia es simplemente el fruto de una buena relación con Dios.[xvi]
El Apóstol Pablo se atreve a asumir que usted y yo no solamente hemos sido perdonados, sino que también debemos ser fructíferos.
Y a todo esto, un fruto no es producido porque la rama se esfuerza en producir fruta para el verano. La fruta finalmente cuelga de la rama en el verano porque la rama está conectada un árbol.
Déjeme cambiar la analogía para explicarme mejor.
Cuando Lawrence de Arabia estaba en Paris después de la Primera Guerra Mundial, él tomó a algunos de sus amigos de Medio Oriente quienes nunca habían visto el mundo moderno. Visitaron los lugares turísticos y se asombraron con las maravillas modernas de Paris. Pero lo que más le llamo la atención fueron los grifos de agua y los lavamanos en los baños – simplemente no podían creer lo fácil que era para tener agua – solo tenían que mover una perilla.
Cuando llego el día en que tenían que empacar y volver a Arabia, Lawrence encontró a sus amigos en el baño, tratando de quitar los grifos de agua. Todavía no habían logrado sacarlos, así que le rogaron que les ayudara a sacarlos diciendo, “Arabia es tan seco, necesitamos estos grifos para tener toda el agua que necesitamos.”
Lawrence tuvo que detenerlos y les trató de explicar que la efectividad de los grifos no estaba en esa pieza de metal, sino en las tuberías y la represa a la cual estaban conectados.[xvii]
Un grifo por sí mismo nunca va a producir agua.
Jesucristo dijo, El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva. (Juan 7:38).
Jesús dijo a sus discípulos, El que permanece en mí – el que está conectado a mi – este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer (Juan 15:5).
De otro modo, uno es simplemente un grifo en una caja, una rama en el suelo.
Como verá, Pablo no ora simplemente para que llevemos fruto, él ora para que entendamos que debemos permanecer en comunión y sumisión con aquel que produce el fruto.
Con eso Pablo ahora concluye sus comentarios introductorios a estos ciudadanos del cielo, quienes están temporalmente en la ciudad de Filipos, los cuales pertenecen y sirven en la embajada de Dios, la iglesia local.
El ora diligentemente por:
- Su pasión – en amor
- Su progreso – en el conocimiento de la Palabra de Dios
- Su práctica – en discernimiento
- Su parcialidad – para la excelencia
- Su pureza – con integridad
- Su prudencia – con cuidado
- Su perspectiva – en anticipación del día de Cristo
- Su productividad – en una vida fructífera
Y ahora, Pablo termina esta lista de oración agregando un motivo final.
Finalmente, Pablo ora por:
6. Su prioridad – en agradecimiento
El termina este párrafo, versículo 11. Llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo para gloria y alabanza de Dios.
Pablo está diciéndoles a estos ciudadanos del cielo, “quiero que ustedes tengan un cajón lleno de fruto espiritual – y déjeme decirle cual es el fruto de mejor calidad.
Ese ese es el fruto que da gloria y alabanza a Dios.
El escritor de Hebreos toma el mismo enfoque de Pablo cuando escribe, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre (Hebreos 13:15).
Recuerdo un vivo ejemplo de esto en una situación que me pasó con uno de mis hijos – que para ese entonces tenía solo unos 5 años. Él se encontraba muy enfermo. Era obvio para Marsha y para mí que este era un nuevo caso de faringitis. Marsha se quedó en casa con los niños y yo lo llevé al doctor.
No exactamente mi lugar favorito en el mundo – especialmente al final de un largo día.
Nuestro pequeño hijo estaba sintiéndose muy mal como podrá imaginarse – su carita estaba roja por la fiebre… se veía muy apagado, sin energía.
Eventualmente nos tocó entrar al cuarto donde lo iban a examinar.
Cuando la enfermera entró, le dije que suponía que mi hijo tenía faringitis – sin embargo, ella dijo, “necesito tomar una muestra del interior de la garganta. Ella dijo, “abre la boca” – el abrió grande su boca y ella metió un largo hisopo. Se fue la enfermera luego con el hisopo y mi hijo quedo allí sentado. Se veía muy mal, cansado. Le dije “ey, ven, sentémonos juntos” se levantó y se sentó al lado mío… allí estábamos los dos – por razones totalmente diferentes – completamente agotados.
Después de un rato me dijo, “ey papi, cantemos”
Eso no es algo que haga normalmente en la oficina del doctor.
Le pregunte, “¿qué quieres cantar?”
Él me dijo, “cantemos el coro, Aleluya”
En ese momento me dieron ganas de decirle, “mira hijo, estamos en la oficina del doctor, tienes fiebre, no es buen momento para cantar Aleluya.
Pero respondí, “bueno…” y cantamos Aleluya. La enfermera no había cerrado la puerta por completo y pensé en cerrarla para que nadie más nos escuchara en la sala de espera.
Y la verdad es que él no estaba controlando mucho el volumen… estaba cantando sin vergüenza ni preocupación.
Terminamos la canción… silencio nuevamente… y me dijo, “ey papi, cantemos otra canción” quise decirle “obviamente estás con fiebre, y te está afectando” sin embargo le pregunté, “¿qué canción quieres cantar ahora? Y me dijo, “cantemos, aleluya, amo a Cristo” y lo hicimos.
La verdad es que yo no voy a ser recompensado por eso… pero el sí. Él estaba ofreciendo el fruto de alabanza y yo apenas me le uní.
Conclusión
Si estuviéramos viendo lo que marcaba el termómetro en la oficina del doctor, nunca habríamos concluido naturalmente, “este es el lugar perfecto para cantar Aleluya”.
El termómetro en la ciudad de Filipos habría marcado lo mismo. Si Pablo estuviera mirando el termómetro de donde él estaba, encadenado a los guardias, bajo arresto domiciliario, el nunca habría concluido esta lista de oración de esta manera – con una nota triunfante de gozo.
Pero lo hizo… y al hacerlo, ejemplificó para nosotros este tipo de
- Pasión
- Progreso
- Práctica
- Parcialidad
- Pureza
- Prudencia
- Perspectiva
- Productividad
- Y prioridad
Y el cantó, para gloria y la alabanza de Dios
[i] Adapted from Craig Brian Larson, editor of PreachingToday.com; source: “Ask Tom Why,” Chicago Tribune (8-4-07), Sect. 4, p. 10
[ii] Fritz Rienecker & Cleon Rogers, The Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 545
[iii] Adapted from The Expositor’s Bible Commentary: Volume 12, Tremper Longman III & David E. Garland, editors (Zondervan, 2006), p. 195
[iv] James Montgomery Boice, Philippians (Baker, 2001), p. 46
[v] Rienecker/Rogers, p. 545
[vi] J. Dwight Pentecost, The Joy of Living: A Study of Philippians (Lamplight Books, 1973), p. 26
[vii] Ibid
[viii] Boice, p. 47
[ix] Ibid
[x] J.A. Motyer, The Message of Philippians (IVP Academic, 1984), p. 53
[xi] Rienecker/Rogers, p. 545
[xii] Adapted from Boice, p. 43
[xiii] Expositor’s, p. 196
[xiv] Adapted from Sam Gordon, An Odyssey of Joy: the Message of Philippians (Ambassador, 2004), p. 40
[xv] Adapted from R. Kent Hughes, Philippians: The Fellowship of the Gospel (Crossway, 2007), p. 43
[xvi] Life Application Bible Commentary, Philippians, Colossians & Philemon; editors; Grant Osborne & Philip W. Comfort (Tyndale, 1995), p. 30
[xvii] Gordon, p. 41