Introducción
Hace unos años atrás se hizo una gran encuesta para determinar cuan satisfechas se encontraban las personas con el lugar en donde viven.
Los resultados mostraron que casi la mitad de los encuestados querían vivir en un estado o provincia distinta a la que se encontraban.
Cuando les preguntaron a las personas cual era la probabilidad que se mudara a otro estado, un 73% respondió que probablemente nunca.
En otras palabras – resumió el investigador– al parecer muchos de nosotros preferimos quejarnos acerca de donde vivimos en vez de mudarnos a otro lado.[i]
Obviamente el problema aquí no es que ninguno de los estados sea un buen lugar para vivir – el problema es el simple hecho de que, a causa de nuestra naturaleza pecaminosa, vivimos en el estado de insatisfacción – y nos gusta quejarnos al respecto.
Sam Gordon escribió, “El Señor creó el mundo en seis días, descansó en el séptimo y luego en el octavo empezó a recibir quejas.[ii]
Un autor escribió que nuestros corazones natural y fácilmente se deslizan hacia la insatisfacción como si fuera por fuerza de gravedad. Después de todo – él escribe – la queja pareciera ser una respuesta razonable a los eventos insatisfactorios. Uno nunca necesita darle una tarjeta de invitación a la queja para que aparezca. Llega como una visita que no has invitado, se mete a su habitación de huéspedes, desempaca su equipaje y empieza a lavar su ropa sucia. Incluso cuando trata de sacar la queja de su casa – tira su equipaje a la calle y cambia las cerraduras de su puerta – esta se mete a través de la ventana. La queja se resiste al desalojo.[iii]
Bien dicho.
La insatisfacción es como una corriente marina… está constantemente tratando de arrastrar nuestro gozo hacia el medio del mar – donde trata de ahogarlo. Y un espíritu quejumbroso tiene una forma particular de arrastrar a aquellos alrededor suyo… ahogando sus gozos igualmente
El Apóstol Pablo acaba de ordenarle a la iglesia en Filipos a que se ocupe de su salvación – que la pongan en práctica, por así decirlo.
Él no solamente está hablando a individuos, sino que también a toda la iglesia. Y él sabe que una de las cosas más difíciles de tratar mientras nos ocupamos en nuestra salvación – ya sea individualmente o como iglesia – es tratar con este visitante no deseado, llamado queja, cuando se instala en nuestra vida; es ignorar por un momento el peligro de esta corriente marina que arrastra y ahoga nuestro gozo y el de los que nos rodea.
Vayamos al segundo capítulo de Filipenses, versículo 14.
Ahora, mientras estudiamos los siguientes versículos, me gustaría darle 4 ordenanzas que Pablo está dando para mantener a esta iglesia en el camino correcto.
La primera ordenanza es:
No se queje en esta vida
Note el versículo 14:
Haced todo sin murmuraciones y contiendas.
Este es su primer desafío – Que le parece esa primera aplicación de cómo demostrar su salvación.
Obviamente hay una palabra critica en este texto que necesita ser entendida; es traducida en mi Biblia como “todo” – Haced todo sin murmuraciones.
Esta frase traducida literalmente dice – “Haced todo sin murmuraciones.”
En mi versión de la Biblia con la cual me siento mucho más cómodo dice, “Haced algunas cosas sin murmuraciones;” eso es más fácil… o, “Tratad de hacer tanto como podáis sin murmurar.”
Lamentablemente esa traducción no existe.
Pablo escribe literalmente, “Haced todo.”
Alguien podría decir. “pero el quejarme es parte de mí.” Howard Hendricks solía decir, “hay algunas personas que simplemente nacen en el verbo acusativo.”
Está Pablo diciendo de verdad – todo – ¿todas las cosas?
¿Significa eso que debemos cortar el pasto sin quejarnos? Lavar la ropa… arreglar la casa… hacer las tareas… hacer ese viaje… tratar con esas personas en el trabajo que le hacen la vida imposible… ¿todo sin quejarse?
O está Pablo refiriéndose a no quejarse cuando estamos en la iglesia.
La verdad es que el hecho de que Pablo nunca clarifica o siquiera describe el objeto de la murmuración, evidencia que la ordenanza comprende absolutamente todo.
En otras palabras, esta ordenanza no deja lugar para ninguna excepción.
Todo significa todo.
Y tenga en mente que, lo más obvio, es que este tipo de ordenanza se refiere a las cosas desagradables de la vida.
¿Por qué?
- Porque no va a tener este problema cuando le tragan el desayuno a la cama.
- No se va a quejar si se encuentra en el jacuzzi de un lujoso Spa.
- O si está mirando el atardecer en la playa.
- O si está comiendo en su restaurante preferido.
Esos tipos de circunstancias no necesitan de la advertencia de no murmurar.
La palabra que Pablo usa aquí en el versículo 14 para murmuración viene del griego goggusmos (γογγυσμος) que significa refunfuñar o susurrar en voz baja para expresar insatisfacción.[iv]
Prácticamente todos los eruditos en el Nuevo Testamento que leí al estudiar este pasaje señalaban que esta es la misma palabra usada para la nación de Israel en el desierto.
La Septuaginta – que es la traducción al griego del Antiguo Testamento hebreo – usa esta palabra frecuentemente para referirse a los Israelitas. De hecho, Pablo va a tomar esta palabra descriptiva del pueblo de Israel para señalar su mal ejemplo.
Ellos se quejaron porque estaban en Egipto y luego se quejaron cuando estaban libres. Se quejaron porque no tenían nada para comer y luego se quejaron porque todo lo que tenían para comer era maná. Se quejaron acerca del liderazgo del pueblo. Se quejaron de Dios. Se quejaron por cuarenta años.[v]
Dios dice de ellos en Números 14:27, ¿Hasta cuando oiré esta depravada multitud que murmura contra mí?
El salmista, de hecho, también resume la biografía de los Israelitas en el desierto con esta descripción – Antes murmuraron en sus tiendas y no oyeron la voz de Jehová (Salmo 106:25).
Si hay algo que necesitamos entender, es que la murmuración es algo más que una simple queja. La murmuración es un problema espiritual; y es por eso que Pablo habla acerca de la murmuración justo después de hablar acerca del trabajo que Dios hace en la vida del creyente en su santificación.
La murmuración es el resultado de una falta de humildad y obediencia – es realmente una declaración de orgullo en contra de Dios.
Viene de una noción egoísta de que estamos obteniendo algo que no merecemos, o que no estamos recibiendo algo que merecemos.[vi]
Algo en la vida no está funcionando como debería… así que es tiempo de demostrar un poco de insatisfacción… es tiempo de comenzar a murmurar.
Pero, tal como un huésped no invitado… su corta estadía puede convertirse en un permanente espíritu de murmuración.
Hay una canción que vino a mi mente mientras preparaba este mensaje – finalmente la busqué en internet y encontré las palabras. Dice algo como esto:
Se quejan en la ciudad
Se quejan en el rancho
Se quejan de la vecindad
Y piensan que a nadie hacen daño
Se quejan si llueve
Se quejan si hace calor
Se quejan todo el año
Si, se quejan hasta ya no late su corazón
Se quejan el lunes
Martes, miércoles
Se quejan el jueves también
Se quejan el viernes
Sábado y domingo
A lo largo de toda la semana hablan con desdén.
Se quejan de sus esposos
Se quejan de sus esposas
Se quejan de sus hijos
Se quejan de sus padres
Se quejan de su pastor – Ok, eso lo invente
Se quejan de sus colegios
Se quejan de sus profesores
Y se quejan de las reglas
Porque es su forma de ser.
Para ser sincero, este parece ser el himno nacional del mundo en pecado.
Empezó con Adán. De hecho, después de pecar, el primer ser humano fue registrado como el primero en quejarse con Dios; es la mujer que tú me diste.
Adán fue el primer murmurador de toda la historia de la humanidad.[vii]
Uno de los resultados inmediatos del pecado original.
Y esta canción fue parte Israel y parece que también se infiltró en la iglesia.
Y Pablo les advierte a los filipenses… él no da espacio para reinterpretaciones. Él dice, haced todo sin murmuraciones.
Lo cual nos recuerda que un espíritu murmurador no solo afecta al que murmura, sino que también afecta a todo el que esté lo suficientemente cerca como para escuchar al murmurador.
El espíritu de murmuración ama la compañía.
Un autor escribió acerca de su deseo de entrar en un medio-triatlón. Las distancias eran acortadas a la mitad. Este escritor era un pastor que quería completar el desafío; y aparte, necesitaba un poco ejercicio. Él escribió, después de 2 km. de nado y de 90 km. en bicicleta, no me quedaba mucha energía para los 20 km. de trote. Tampoco el competidor al lado mío que ya había empezado a caminar. Le pregunté cómo estaba y rápidamente me arrepentí de haberle preguntado. Él me respondió, “esto es terrible… esta carrera es la decisión más ridícula que he tomado en mi vida.” Se quejaba más que un hombre a la hora de pagar los impuestos. Supe que si me quedaba al lado suyo por más tiempo iba a empezar a consentir con lo que estaba diciendo, así que empecé a trotar más rápido. Eventualmente alcance a una abuela de 66 años. Su tono era totalmente distinto. “hace calor, pero por lo menos no está lloviendo… asegúrese de tomar suficiente agua para mantenerse hidratado… no baje el ritmo… usted puede hacerlo,” me animaba. Corrí junto a ella hasta que no pude mantenerle ya más el ritmo… ella se despidió desde lejos y siguió corriendo.[viii]
Cuanta diferencia en su espíritu.
Ahora note, Pablo agrega también, Haced todo sin murmuraciones y contiendas.
La palabra que el selecciona bajo la inspiración del Espíritu Santo para contiendas, es una palabra que se refiere a discutir o reñir.
Es la palabra que traducimos dialogar – pero con un sentido negativo.
Un escritor definió esta palabra como, discusiones innecesarias y malintencionadas.[ix]
Disputas y altercados divisivos.[x]
Un autor hizo la distinción de que murmuración parece ser emocional y contiendas es esencialmente intelectual.[xi]
Sin embargo, ambos emanan de un corazón de orgullo e insatisfacción. Así que ambas son contraproducentes… desalentadoras y divisivas.
¿Podrían ser estas actitudes una amenaza para la iglesia en Filipos?
¿No esta Pablo escribiendo esta carta a una de las iglesias más efectivas, encantadoras, fructíferas, y visionarias del primer siglo?
Absolutamente… porque es nuestra naturaleza el quedarnos atrapados en la corriente de un espíritu contencioso y murmurador.
Un espíritu que le roba el gozo a todo el resto.
Me encontré con una historia bastante graciosa acerca de una pareja ya mayor que vivían juntos en un hogar para ancianos. Ellos habían estado casados por 60 años y su relación estaba llena de murmuraciones acerca de todo – incluso murmuraban uno del otro y discutían frecuentemente. La situación se puso tan mala que el hogar de ancianos los amenazó echarlos si no cambiaban de actitud. Pero aun en esa situación, la pareja no se ponía de acuerdo en quien debía cambiar primero, o quien debía ceder más. Finalmente, la esposa le dijo a su marido, “Mira, te diré que vamos a hacer; vamos a orar para que uno de nosotros muera. Y después que termine el funeral, me voy a ir a vivir con mi hermana.[xii]
No ponga eso en su lista de oración, aunque suene tentador.
La verdad es que a todos nos toca este pasaje.
Nadie que llega a este texto puede decir que no tiene nada que aplicar.
Pablo está esperando que los cristianos empiecen a demostrar humildad – y unidad – mientras seguimos el ejemplo de humildad de la única persona que tuvo buenas razones para quejarse, pero que nunca lo hizo. El Señor Jesucristo.
Así que no se queje en esta vida.
En segundo lugar,
No olvide que ha pasado de muerte a vida.
Note el versículo 15:
Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha.
Para así dar evidencia de que son irreprensibles. La palabra irreprensibles aquí se refiere a integridad.
No se está refiriendo a una vida completamente sin pecado. Esta refiriéndose a ser quien uno dice ser – hijo de Dios.
Esta palabra, en los días de Pablo, era usada para referirse a un vendedor de vino cuando alguien le preguntaba acerca de la calidad de su producto. Él decía, es irreprensible, o irreprochable; literalmente, es sin mezclar. No estoy tratando de venderle un mal producto. Esto es de buena calidad.
La Palabra era usada también por los joyeros en el tiempo de Pablo. Cuando alguien estaba interesado en un adorno de oro o plata – el joyero diría, “es irreprensible – en otras palabras, no he bañado una pieza de hierro en plata – es exactamente lo que se supone que debe ser.[xiii]
Pablo no está diciendo aquí, “así es como te conviertes en un hijo de Dios.” El está diciendo, “así es como un hijo de Dios debería vivir”
Note que Pablo continúa describiendo a los hijos de Dios con la palabra sencillos.
Irreprensibles se refiere a integridad, sencillos se refiere a pureza.
Pablo usó esta misma palabra cuando le dijo a los romanos “Pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.”
En otras palabras, no contaminen su vida – no mezclen su vida con maldad – no diluyan su testimonio al tranzar con el pecado.
Will Rogers, un escritor que vivió a principios del 1900’s dijo que deberíamos vivir de tal forma que no nos sentiríamos avergonzados o alarmados si es que vendieran al loro de la familia a un pueblo chismoso.
Debemos ser quienes decimos ser.
Note, Pablo agrega otra palabra más que describe la conducta de un hijo de Dios – sin mancha.
Todo esto hace referencia al contexto de la ordenanza de Pablo a mantener nuestras conversaciones y relaciones sin hipocresía, sin mezcla o tolerancia al pecado, sin conversaciones manchadas por la murmuración y la queja.[xiv]
¿Por qué? Porque son hijos de Dios… Pablo les está ordenando – ahora actúen como lo que son.
Es como si Pablo quisiera recordarnos que hemos pasado de muerte a vida – somos hijos redimidos de Dios. Le pertenecemos a Él. Es como si quisiera recordarnos que nuestras acciones deben reflejarle a él.
Un comentarista contó la historia de una joven cristiana había salido una noche con algunos amigos no creyentes y habían decidido ir a un lugar al cual ella sabía que no pertenecía. Ellos la molestaron y le dijeron “¿te da miedo que tu papá se entere? ¿si entras, crees que te lastimaría?” después de pensar por un momento, respondió, “no, no me lastimaría… pero si entrará, sé que lo lastimaría a él.”[xv]
Eso es exactamente a lo que va Pablo.
No se queje en la vida, no olvide que ha pasado de muerte a vida.
En tercer lugar:
No ignore quienes están observando su vida.
…para que seáis – o para que demuestren ser – irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha – ahora note – en medio de una generación maligna y perversa.
En otras palabras, están rodeados por una generación perversa.
Y Pablo no está diciendo, “miren, lo que necesitan hacer entonces, es comprar una porción de tierra y construir una comunidad o un monasterio e irse lo más lejos posible de esta generación maligna y perversa.”
No, él nos está informando que necesitamos demostrar humildad no solo en la iglesia – pero también allá – en medio de nuestra generación perversa.
Y note también que hay algo que nunca cambia. La generación de Pablo era maligna y perversa.
La palabra para maligna viene de la palabra skolios (σκολιος). Significa estar doblado o torcido.
De allí sacamos nuestra palabra escoliosis – la curvatura anormal de la columna vertebral.
Pablo describe al primer siglo de la misma manera que podemos describir al siglo 21 – moralmente retorcido.[xvi]
El pensamiento de las personas está torcido – y confundido.
Un diario reportó hace no mucho tiempo atrás que un equipo grande de béisbol había sido demandado por dar regalos del día del Padre solo a hombres. Demandaban discriminación. El mismo reporte contaba acerca de un psíquico que ganó unos 986,000 dólares al demandar a su doctor que le hizo un escáner cerebral alegando que el examen había arruinado sus habilidades psíquicas.[xvii]
La escoliosis moral y la resistencia a la verdad bíblica está abriendo la puerta a toda clase de problemas y nuestra cultura se encuentra absolutamente incapaz de usar el sentido común.
Está torcida y confundida.
Pablo agrega la palabra, perversa.
Esta palabra, diastrefo (διαστρεφω) es similar – de hecho, simplemente agrega la idea de abandonar la línea recta – aludiendo a una plomada – el estándar para la virtud moral.[xviii]
En el primer sermón predicado en la dispensación de la gracia, Pedro termina diciendo, “Sed salvos de esta perversa generación” (Hechos 2:40).
Sean salvos de esta generación moralmente torcida. Pero esto no es nada nuevo para Pedro tampoco.
Salomón había hablado de esto siglos atrás – antes de convertirse parte de esa generación al volverse polígamo y al tolerar la idolatría en su propia casa.
Él escribe acerca de aquellos “que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; que se alegran haciendo el mal, que se huelgan en las perversidades del vicio; cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos (Proverbios 2:13-15).
Salomón, Pedro, y Pablo están de acuerdo, esto describe su generación y nosotros también podríamos afirmar que describe la nuestra.
Estamos viendo como nuestro mundo desafía la Escritura y al mismo tiempo se corrompe
- A través de la avaricia y la idolatría hacia las posesiones.
- A través de la indiferencia y un doble discurso, que diciendo querer salvar el planeta, al mismo tiempo defiende y aplaude el aborto.
- A través de una desafiante represión de la verdad de nuestro creador
- A través de la redefinición de lo que Dios definió como matrimonio
- A través de la adicción de millones al alcohol y las drogas.
- A través de la proliferación y la protección legal de la pornografía y el entretenimiento con contenido explícito.
- A través de la adoración del gobierno como si fuera Dios – aceptando todo lo que dice ser verdad y prohibiendo todo lo que dice que está mal.[xix]
Esta no es solo la generación de Pablo que se encuentra moralmente torcida – es la nuestra.
Y esta generación nos está observando. Dios nos ha dejado justo al medio de esta generación.
¿Así que, qué vamos a hacer al respecto?
Pablo va un paso más allá. Así que no solo recuerde que esta generación está observando su vida; en cuarto lugar,
No descuide a aquellos que necesitan vida
Note el versículo 15 nuevamente:
En medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida.
Cuando pensemos que nuestra situación es realmente mala viviendo en el estado de insatisfacción – recuerde que las personas a su alrededor están viviendo en el estado de oscuridad.
Literalmente, usted brilla como un luminar en este mundo.
La única forma ver la luz del cristiano brillando en el mundo es cuando el mundo está en oscuridad – lo cual es el punto de contraste de Pablo.
Pablo básicamente está diciéndole a la iglesia que su luz esta iluminando el camino a casa para esta generación confundida y torcida que está perdida en la oscuridad de este mundo.[xx]
Tenga en mente que el mundo alrededor suyo le dirá que usted está fuera de lugar… que usted es el que anda perdido… usted es el no puede ver las cosas bien. No le crea – eso es solo la oscuridad hablando.[xxi]
De hecho, hemos sido llamados de las tinieblas a Su luz admirable (1 Pedro 2:9).
Solíamos pertenecer a las tinieblas, mas ahora somos luz en el Señor; y debemos andar como hijos de luz (Efesios 5:8).[xxii]
Jesucristo dijo que él era la luz del mundo (Juan 8:12), pero él también dijo que el cristiano era la luz del mundo (Mateo 5:14).
La luz es una ilustración desafiante para nosotros – porque la luz es algo que hace lo que tiene que hacer al ser lo que debería ser.[xxiii]
El propósito de la luz es disipar la oscuridad.
Esa es la idea aquí mientras Pablo escribe que debemos asirnos de la palabra de vida.
Asirnos, da la idea de aferrarnos tal como nos aferramos de un remedio para alguna enfermedad grande – como nos aferramos a alguna esperanza.
Los discípulos reconocieron la importancia de aferrarse a la palabra de vida.
Jesucristo les pregunto si es que querían irse también, tal como muchos que lo habían abandonado. Y Pedro responde por todos, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 8:12).
Aférrese a la luz del evangelio la cual es la palabra de vida.
Un lingüista escribió que este verbo implica que se ofreciendo algo – en este caso, la palabra de vida – ofreciéndola como comida y bebida a alguien que está hambriento y sediento.[xxiv]
Esta es la oferta de la luz al mundo que está perdido en la oscuridad – un mundo que está hambriento y sediento por vida.
Pero que vaga en la oscuridad… y cada vez está más oscuro.
Lo cual es otra forma de decir que las circunstancias se están volviendo mejores y mejores para ver la luz… brillando para mostrar el camino a casa por gracia a través de la fe en Cristo.
Hay una canción, cuya letra no podría ser más apropiada a lo que estamos aprendiendo. Dice así.
En densa oscuridad vagué
Perdido en el error
La senda vana del placer
A muerte me llevó
Siendo rebelde a tu voz
Quisiste amarme así
De no haber sido por tu amor
Aún huiría de ti
En rumbo a mi perdición indiferente aún
De mí tuviste compasión
Me guiaste a la cruz
Y contemplé tu gran bondad
Sufriste tú por mí
Al tú morir en mi lugar
Tu gracia recibí
¡Aleluya!
Mi vida es Cristo
¡Aleluya!
Jesús es mi todo
Ahora, señor, tuyo seré
Y viviré por ti tus mandamientos seguiré
Por tu poder en mí
Usa mi vida, oh Señor
Como lo quieras tú
Y que sea siempre mi canción
“Mi gloria eres tú”[xxv]
En resumen, déjeme darle tres principios a partir de este pasaje:
- Primero, cuando rehúsa murmurar acerca de la vida – está escogiendo someterse a los propósitos de Dios
- Segundo, cuando deja que su luz brille – está escogiendo demostrar el carácter de Dios
- Tercero, cuando deja que su luz brille – está escogiendo invitar a otros a la gracia de Dios
Deshágase de la murmuración y brille; nuestro mundo está perdido en la oscuridad – y nosotros tenemos la esperanza viviente de la gracia de Dios, la cual debemos compartir.
¿Y cómo es que empezamos a brillar como luminares en nuestro mundo?
Volvamos al principio de esta aplicación – debemos dejar de murmurar y quejarnos acerca de la vida y de otras personas. Nuestra generación nos está observando. ¿cuán distintos somos de ellos?
Conclusión
Termino con este testimonio de Chuck Colson.
Unos años atrás, Chuck Colson estaba parado en la fila en un aeropuerto de Indonesia. Él y unos colegas habían estado viajando toda la noche. Era para ese entonces temprano en la mañana. El terminal estaba muy caluroso y húmedo, y ellos estaban muy cansados.
Chuck relata, “Mi pasaporte estaba en mi pegajosa mano. No solo estaba exhausto, sino que también exasperado en esa larga e ineficiente fila. Y estaba preocupado de que podíamos perder nuestro vuelo… teníamos compañeros de ministerio esperándonos.
Chuck agrega, “Pero también estaba determinado a no dejar que la frustración se apoderara de mí. Así que me puse a conversar con mis amigos; pasamos el tiempo tratando de que la situación no nos afectara… incluso bromeamos acerca del tema y nos reímos de vez en cuando.”
Dos años más tarde, él recibió una carta de un hombre de negocios que vivía en Singapur. El hombre había sido un seguidor de Confucio, pero él había enviado a sus hijos a la escuela dominical de una iglesia Presbiteriana para que pudieran recibir algo de “formación moral.” Un domingo, mientras buscaba a sus hijos, escuchó la última parte de la predicación en esa iglesia. Un misionero estaba sosteniendo un libro escrito por Colson llamado, Nacido de nuevo. En la portada estaba la imagen de Chuck.
Unos meses más tarde, este hombre de negocios estaba en la misma larga, ineficiente, y exasperante fila en el caluroso aeropuerto de Indonesia. Mirando hacia atrás, noto el mismo rostro que había visto en la portada de ese libro cuyo título lo había intrigado – Nacido de nuevo. El escribió en esta carta, “estaba tan impresionado por su conducta y alegría que cuando volví a Singapur, compré su libro, lo leí, y le entregué mi vida a Jesucristo.[xxvi]
Mire, si cualquiera le preguntara, como podría ganar a un devoto seguidor de Confucio para el Señor… nunca habría imaginado que la forma sería el demostrar un espíritu de humildad y gozo – rechazando vivir en el estado de insatisfacción – en una larga fila de aeropuerto.
Le invito querido oyente, a que vayamos a impactar a nuestro mundo – un mundo que está en oscuridad. Brillemos, como hijos de Dios en medio de esta generación, en primer lugar, a través de nuestra conducta… y en segundo lugar a través de nuestras palabras, al compartir las palabras de vida del evangelio de Cristo.
[i] Citation: www.preachingtoday.com/illustrations/2014/may/7052614.huml
[ii] Sam Gordon, Philippians: An Odyssey of Joy (Ambassador, 2004), p. 91
[iii] Adapted from Jeff Manion, The Land Between (Zondervan, 2010)
[iv] Fritz Rienecker & Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 552
[v] Adapted from James Montgomery Boice, Philippians (Baker Books, 2000), p. 149
[vi] Adapted from John MacArthur, Philippians (Moody Publishers, 2001), p. 176
[vii] MacArthur, p. 176
[viii] Adapted from Max Lucado, Facing Your Giants (W Publishing Group, 2006), p. 65
[ix] William Barclay, The Letters to the Philippians, Colossians, and Thessalonians (Westminster Press, 1975), p. 43
[x] G. Walter Hansen, Pillar New Testament Commentary: The Letter to the Philippians (Apollos, 2009), p. 179
[xi] MacArthur, p. 180
[xii] www.preachigtoday.com/illustrations/2006/september/8091106.html
[xiii] Adapted examples from J. Dwight Pentecost, Philippians; The Joy of Living (Lamplighter Books, 1973), p. 95
[xiv] Adapted from Hansen, p. 183
[xv] Gordon, p. 92
[xvi] Hansen, p. 183
[xvii] Citation: www.preachingtoday.com/illustrations/2012/november/4111912.html
[xviii] Adapted from Hansen, p. 183
[xix] Adapted from Dennis E. Johnson, Philippians (P & R Publishing, 2013), p. 162
[xx] Hansen, p. 183
[xxi] Johnson, p. 162
[xxii] MacArthur, p. 185
[xxiii] J.A. Motyer, The Message of Philippians (IVP Academic, 1984), p. 133
[xxiv] Adapted from Rienecker & Rogers, p. 553
[xxv] “All I Have is Christ, ”Words and Music: Jordan Kauflin; © 2008 Sovereign Grace
[xxvi] Mark Earley, BreakPoint with Charles Colson (5-16-03)