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Consejos para centrar nuestra vida en Cristo

¿Cómo se supone que vivamos vidas que apuntan más alto para la gloria de Dios? En estos versículos, el apóstol Pablo responde a esta pregunta al entregarnos cuatro instrucciones prácticas. 
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Introducción

Un escritor una vez contó acerca de un hombre, que una tarde que estaba manejando, pasó por el lado de una hermosa granja que tenía un enorme granero. Él notó algo bastante inusual. Había unas 6 flechas clavadas en una de las paredes del granero, y cada flecha estaba justo al medio de un blanco pintado con colores brillantes. 

Este viajero había empezado recientemente a usar arco y flecha para cazar, y estaba tan impresionado con la puntería del granjero que se metió a la granja para hablar con él.

Salió de su vehículo, apuntó con su dedo al granero, y dijo: “¿Es usted la persona que tiró esas flechas?” El granjero respondió humildemente, “sí señor, ese fui yo.” El visitante dijo, “usted tiene una puntería maravillosa. Cada flecha esta justo al medio de su respectivo blanco… ¿cuanto se tardó en desarrollar ese tipo de habilidad?”

El granjero sonrió y dijo, “Bueno, la verdad es que eso lo hice por diversión – como verá, primeramente, disparé las flechas hacia el granero y luego pinté los blancos alrededor.[i]

Francamente, esa es una gran ilustración de cómo muchas personas viven. Tiran en una dirección u otra, y luego asumen que le han dado al blanco o propósito de sus vidas 

Apuntan a las riquezas y luego pintan sus vidas alrededor de esta. Apuntan a la educación o el poder, o el estatus social o las posesiones y luego pintan el significado de sus vidas a su alrededor. De esa forma pueden decirles a todos, “miren, le di al blanco… mi vida está justo donde debe estar… nunca fallo.”

A través de la inspiración del Espíritu Santo, el apóstol Pablo les ha entregado a los creyentes en Filipos unas lecciones de puntería. Él nos enseña a apuntar en la dirección correcta… a apuntar más alto por así decirlo.

En nuestro último estudio, empezamos a explorar las actitudes esenciales para correr la carrera de la vida.

Una de estas actitudes era ser honesto. Pablo escribe en el versículo 12 de Filipenses 3, No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto. 

En otras palabras, Pablo escribe, no he llegado a la meta.

Sin embargo, continúo avanzando.  Pablo agrega rápidamente – sino que prosigo. Y como más adelante nos explica, él prosigue hacia el premio de vivir con Cristo.

Luego descubrimos que Pablo no era cerrado de mente, sino que tenía un solo enfoque – versículo 13, una cosa hago.

O sea, el animó a los Filipenses a estar enfocados. Pablo no incursionó en una docena de cosas, él se enfocó por completo en una cosa – lo cual era vivir por Cristo.

Luego él le informó a la iglesia que él estaba dejando el pasado atrás – en otras palabras, es una buena idea el dejar lo que pesa atrás – mas adelante en el versículo 13 dice, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante.

Si maneja y solo mira por el espejo retrovisor, inevitablemente va a tener un accidente tras otro. El parabrisas en frente suyo es por donde debe mirar. Y Pablo está diciendo que debemos mirar hacia delante – de hecho, debemos mirar hacia delante a aquel momento cuando Dios nos llame a casa para estar con nuestro Salvador.

Todo en nuestra vida debe ser enfocado en esta dirección. El blanco era ver a Cristo un día, y mientras tanto, vivir la vida de tal manera que Cristo sea honrado.

Mencioné en nuestro último estudio que a los atletas ganadores se le daban premios. Estos incluían dinero, comida, y asientos en primera fila en cualquier teatro o evento deportivo.

Esos serán lindos beneficios… pero no son el propósito de la vida… ese no es el blanco al cual usted debería apuntar en su vida.

Ahora con ese breve resumen, Pablo continúa dándonos algunas lecciones de puntería, enseñándonos hacia donde apuntar como creyentes.

Steven Runge escribió en su comentario lingüístico que el versículo 15 es una nueva sección donde Pablo empieza a responder la pregunta “¿ahora qué?”[ii]

En otras palabras, ¿cómo se supone que vivamos una vida que apunta más alto para la gloria de Dios?

Permítame darle cuatro instrucciones prácticas que resumen los siguientes versículos. La primera es:

Ajuste continuamente sus actitudes

Pablo escribe en el versículo 15.

Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos.

He escuchado que el 10% de a vida se compone de las cosas que nos pasan, y 90% de las actitudes con las que reaccionamos a lo que nos ocurre.

La vida no es tanto lo que nos ocurre, sino nuestra actitud después de lo que ocurre; así que la vida es un ajuste constate de actitudes en el constante flujo de eventos.

Y quizá se pregunte, “será que algún día se vuelva más fácil el tener la actitud correcta.”

Con esa pregunta en mente, no pase por alto como Pablo comienza aquí en el versículo 15. Él escribe, Así que, todos. Note esa palabra todos.

Runge escribe que Pablo está usando el equivalente en griego de “ahora hagamos esto.”[iii]

Cuan alentador… Pablo está diciendo, estamos todos juntos en esta. Pero él es el apóstol Pablo – él podría haber dicho fácilmente, “listo, todos ustedes Filipenses, empiecen a mejorar sus actitudes.”

En vez de esto, el insinúa, “soy mucho mayor en Cristo que la mayoría de ustedes, pero todavía necesito hacer lo mismo – cada día… ajustar mis actitudes. ¡Todavía estoy en este proceso de crecimiento espiritual! Ahora eso podría sonar contradictorio a lo que escribe justo después – note; Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos.

Quizá esté pensando ahora, ¡lo sabía! Ahora entiendo porque Pablo se incluye a sí mismo – él era perfecto después de todo – todos nosotros que somos perfectos tenemos esta actitud. Pero eso no puede ser lo que Pablo quiere decir; de hecho, volvamos al versículo 12 – No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto.

Pablo vuelve a usar la misma expresión perfecto. Ahora todos estamos confundidos. En el versículo 12 Pablo dice que no es perfecto y en el versículo 15 dice que lo es. ¿Qué está pasando? Déjeme sugerirle volver al versículo doce y subrayar la palabra perfecto. En el margen, escriba las palabras: completamente maduro

La palabra perfecto es teleios, lo que significa: total o completamente maduro. Es usada para contrastar a un niño con un adulto.[iv]

Ahora vaya hasta el versículo 15 y subraye la palabra perfecto nuevamente, pero en el margen escriba las palabras: evidenciando madurez. Pablo está queriendo decir, todos nosotros que estamos evidenciando madurez, sintamos esto, o tengamos esta actitud.

Y la evidencia de la madurez en la vida de un creyente es ¿que? Tener este mismo sentir. 

Pablo escribe en el versículo 15, esto mismo sintamos; literalmente – piensen continuamente de esta manera.[v]

Ahora que entendemos mejor la palabra que Pablo usa para perfecto, lo que en un principio parece una contradicción termina siendo una maravillosa afirmación de la forma en que los creyentes en este proceso de maduración piensan y hablan acerca de si mismos.

Pablo está diciendo, “estoy madurando, pero todavía no soy completamente maduro; estoy creciendo, pero aún no he crecido del todo. Estoy siendo perfeccionado en la imagen de Cristo, pero no soy perfecto.” 

Cuan alentador – especialmente viniendo de un cristiano mayor.

La verdad es que los creyentes que están madurando no dicen que ya son maduros. Aquellos que realmente están creciendo en Cristo nunca dirán que ya son perfectos. De hecho, todo cristiano adulto y maduro ha llegado a la conclusión de que la única persona que alguna vez alcanzó la perfección durante su vida fue el Señor Jesucristo.

Kent Hughes escribió, “aquellos que son realmente maduros rehúsan incluso mirar hacia sus logros espirituales pasados con satisfacción – ellos corren la carrera en vez de imaginarse que la han terminado.”[vi]

¡Como necesitamos reflejar esta actitud de humildad! Estoy creciendo… pero no he llegado aún.

Recuerdo un autor que escribió acerca de un grupo de turistas que estaban visitando un pueblo pintoresco en Inglaterra una tarde, y mientras caminaban pasaron junto a un anciano que estaba sentado junto a una cerca. Un turista le preguntó, “¿usted sabe si han nacido grandes hombres en este pueblo?” y el anciano respondió, “no… solo bebes.”[vii]

Esa es la misma intención que Pablo tiene aquí. Él busca animar a los cristianos de todas las edades espirituales – como si dijera, “miren, yo no soy completamente maduro, pero sigo avanzando para ser más maduro… porque no me acompañan y avanzamos juntos.”

Cuan alentador es cuando alguien mayor en la fe llega y nos dice, “podemos hacer esto. Apuntemos más alto, juntos.”

Esto mismo sintamos. La palabra que Pablo selecciona para sintamos es la misma palabra que el usó en el capítulo 2 cuando escribió en el versículo 5 haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús – donde Pablo describió la enorme humildad de Cristo.

Así que el creyente que está evidenciando madurez debe estar ajustando continuamente sus actitudes para reflejar cada día una mayor humildad.

Andrew Murray escribió, “las cosas insignificantes del diario vivir son las que prueban nuestro carácter. Es en nuestros momentos de debilidad y descuido que mostramos quienes somos realmente; para saber cuan humildemente se comporta una persona, uno solamente necesita observarla durante el curso normal de su vida ¿qué significa esto prácticamente? Significa ceder la próxima vez que tenga un desacuerdo con su pareja; estar dispuesto a tomar la culpa por sus errores; buscar reconciliación con otros rápidamente.”[viii]

 Darle al blanco en su caminar cristiano no solo significa ajustar sus actitudes continuamente; en segundo lugar, significa

Mantenerse siempre enseñable

Note la última parte del versículo 15.

Y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.

Lo que Pablo está haciendo aquí es dejarle a Dios la responsabilidad final de ajustar nuestros pensamientos.

En otras palabras, si tenemos defectos en alguna área de nuestra mente, Pablo está seguro de que el Espíritu de Dios tomará su verdad y nos traerá convicción. Él nos va a desafiar, y finalmente nos cambiará.

Pablo está diciendo, “los estoy dejando en las manos más confiables, la del Espíritu de Dios quien es el mejor maestro”

Lo cual me hace preguntarme – y quizás a usted también – ¿cómo puedo saber cuándo el Espíritu de Dios me está enseñando?

¿Cómo saber si el Espíritu de Dios le está guiando? Permítame darle 6 indicaciones de su guía:

  • El Espíritu de Dios siempre será consistente con lo que la Palabra de Dios revela (Juan 16:13).
  • El Espíritu de Dios siempre lo guiará a actuar acorde al carácter de Dios – el cual es puro, honesto y amable (Romanos 1:4).
  • El Espíritu de Dios nunca lo guiará a rendirse o a vivir en temor (2 Timoteo 1:7).
  • El Espíritu de Dios siempre lo guiará a rechazar el pecado en vez de defenderlo u ocultarlo (Gálatas 5:17).
  • El Espíritu de Dios siempre buscará quitar su sentimiento de culpa y desesperación a través del arrepentimiento y el perdón y una esperanza renovada (Tito 3:5).
  • El Espíritu de Dios lo guiará a actuar en vez de vivir derrotado y finalmente rendirse (Efesios 6:18).

El Apóstol Pablo escribió casi todos los pasajes que acabo de citar – el sabía que un creyente que permite ser enseñado, tiene dentro de sí al maestro más grande de todos. Gracias a él, el hombre espiritual puede recibir las cosas del Espíritu de Dios (1 Corintios 2:14).

Al ajustar nuestra actitud y permanecer enseñables, la flecha de nuestra vida estará apuntando más alto – yendo en dirección al blanco de ser como Cristo. 

En tercer lugar,  

Rehúse poner su marcha en neutro

Pablo escribe en el versículo 16, Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla.

La Biblia de las Américas lo traduce de una forma mas clara. Esta dice: sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado.

En otras palabras, no flaquee, no aminore el paso… si Pablo está pensando en términos militares, lo cual algunos lingüistas piensan que es el caso aquí, el habría estado diciéndonos que debemos mantener la marcha… no rompan filas.

Si él estuviera pensando en términos deportivos, el habría estado diciéndonos que nos mantengamos en la carrera – que nos mantengamos en nuestra pista.

Si lo cambiáramos a términos musicales, Pablo estaría diciéndonos que toquemos en un mismo compás.

Pablo sabía que cada creyente en la iglesia de Filipos estaba a un nivel distinto… él no les dijo a todos que caminaran al mismo ritmo, o que corrieran a la misma velocidad o que tocaran con la misma destreza…. Él está diciéndoles que no se queden atrás con lo que han aprendido hasta ahora.

¿Tomó lecciones de piano alguna vez? Si lo hizo, probablemente hoy es capaz de hacer un concierto, ¿o no? Lamentablemente la mayoría no podría, incluso si ha tomado clases de piano por varios años, y eso se debe a que no hemos retenido lo que aprendimos. Dejamos de esforzarnos, de gastar tiempo practicando y perdemos lo que habíamos progresado.

Mientras estaba en seminario, Marsha trabajaba a tiempo completo para ayudarme a pagar por mi educación. Yo trabaje también en una gran variedad de trabajos para poder hacer un poco de dinero – la mayoría lo terminaba gastando en libros. Lavé baños en un seminario; trabajé de mensajero en otro; también fui afinador de pianos por un bien tiempo, lo cual me dio más dinero que el resto de los trabajos y en menos tiempo. También di clases de piano. En un tiempo tenía media docena de estudiantes.

Frecuentemente, sus padres se enteraban en la iglesia que asistía que daba clases de Piano, y me decían que tenían hijo prodigio, una joven promesa del piano.

Así que me sentaba junto a los niños frente al piano y les daba lecciones. Típicamente les preguntaba si sabían tocar algo, a lo que la mayoría me respondían entusiasmados que sí… y empezaban a tocar una melodía simple con el dedo de una sola mano.

Esos niños no eran prodigios, eran proyectos. Eventualmente, me sentaba al lado de ellos y les empezaba a enseñar de a poco acerca de este increíble instrumento; un instrumento con 88 teclas, 52 blancas y 36 negras.

Partía presentándoles la primera tecla por su nombre – la nota fundamental en el piano, frente a la cual debían literalmente alinear su cuerpo al sentarse – el Do central. Les mostraba donde estaba y les decía que tocaran la tecla.

Les explicaba que necesitaban reconocer donde estaba el Do central en el piano, y luego les decía que pronto empezarían a aprender como tocar escalas empezando en el Do central.

Y luego les enseñaría acordes en la tonalidad de Do. Luego les enseñaría arpegios y finalmente canciones, típicamente en la tonalidad de Do.

Ahora, con esta metáfora en mente, es posible pensar en el apóstol Pablo como animando a la iglesia con el hecho de que todos nosotros somos capaces de tocar, aunque no todos estamos al mismo nivel. Algunos estamos recién aprendiendo y con dificultad podemos completar una escala. Otros ya pueden hacer acordes complejos y arpegios. Otros están tan avanzados que pueden tocar conciertos enteros.

Pero el punto es, no pierda lo que ha aprendido… no vuelva atrás. No se relaje. No ponga su vida espiritual en neutro. No afloje la marcha. No se aparte de lo que ha aprendido hasta ahora.

Sería como haber logrado tocar al nivel de un concertista, pero después, por falta de practica y por relajo, volver a necesitar aprender las escalas básicas. Francamente, una cosa es olvidar como tocar piano, y otra muy distinta olvidar el propósito en la vida.

Cristo es nuestro Do central. Cristo es el centro de nuestra vida – Cristo es fundamental para todo lo que aprenderemos acerca del cristianismo y de cómo agradar al Señor. Él es la nota clave para todos los eventos y todos los acordes que entran en juego en nuestra vida. Cristo es nuestro Do central.

Así que centre todo en su vida en Cristo. Busque a Cristo en cada cosa y no afloje la marcha.

Un autor escribió comentando este versículo en Filipenses “si después de año de vida cristiana, piensa que el tiempo ha llegado donde su conocimiento de Cristo ha avanzado lo suficiente y que ahora puede relajarse, está equivocado. Debemos seguir a Cristo y su carácter y sus actitudes y su gloria en primavera, verano, otoño y en medio del invierno.”[ix]

No permita que su vida sea puesta en neutro, de deslizarse de donde esté y de lo que sabe hacia abajo. Cuando pone su auto en neutro, este siempre irá hacia abajo, nunca hacia arriba – sino que bajará la montaña que estado subiendo.

Y no estoy hablando acerca de la salvación – estoy hablando acerca de fortaleza y crecimiento espiritual

Recuerde a Salomón, el hijo del Rey David; un hombre con habilidades y discernimiento increíbles – hábil tanto en poesía como en botánica; en ingeniería como en arquitectura.

Él era realmente un niño prodigio. Su padre David lo planeó, pero Salomón fue el escogido por Dios para construirlo – esta fue de una de las maravillas del mundo antiguo – una arquitectura sensacional, con un diseño brillante, impresionante aun en sus más mínimos detalles – mucho de este estaba cubierto en oro puro – Fue el logro más grande de Salmon – estamos hablando del templo de Dios

Encuentro trágicamente irónico que al final de su vida, en una especie de diario personal que hoy llamamos el libro de Eclesiastés, Salomón reflexiona acerca de cuanto él había descendido espiritualmente. Y él cuenta acerca de sus logros, de todas sus habilidades, de todos sus proyectos… pero interesantemente, en este diario, Salomón nunca menciona el templo, ni una sola vez. ¿por qué?

Quizás por la vergüenza de haber permitido la idolatría en su misma casa… quizá porque ya ni le importaba el templo. Así de lejos del camino había llegado a estar… a ese nivel se había olvidado de tocar el piano.    

Pablo dice, “tomemos lo que tenemos y sabemos y sigamos avanzando… sigamos aprendiendo… no pongamos nuestra marcha en neutro.

Finalmente, a partir de este pasaje, la instrucción de Pablo es:

Imite personas dignas de seguir.

Pablo escribe:

hermanos, sed imitadores de mi (versículo 17)

Sigan mi ejemplo. La palabra imitadores aquí da la idea de un plano de construcción que hay que seguir para edificar una vida digna de ser vivida.[x]

Pablo obviamente cuenta con su privilegio apostólico. Él agrega en otra de sus cartas, sed imitadores de mí, como yo de Cristo. (1 Corintios 11:1).

Y en vez de llevar todo el peso sobre si mismo, note como él incluye a otros creyentes como potenciales ejemplos – él escribe más adelante en el versículo 17 – y mirad – del griego skopew – de donde sacamos nuestra palabra telescopio y microscopio – mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.

Estos creyentes seguramente conocían bien a Timoteo y Epafrodito. Pablo incluso abre las puertas de la iglesia en Filipos y dice que entre ellos hay personas cuyo ejemplo es digno de seguir, personas cuyas vidas piadosas sirven de modelo para todos. 

Es parte de la naturaleza humana el ser seguidores. Somos por naturaleza imitadores.

Los fabricantes de autos y los diseñadores de ropa y cualquier otro tipo de vendedor viven contando con eso.

Es nuestra naturaleza. Y eso puede ser bueno como también puede ser malo. Todo padre está consciente de esto y por eso trata de reenfocar la atención de sus hijos en la gente correcta. 

Se dio cuenta alguna vez que el Espíritu de Dios a través de Pablo nunca nos dice que debemos dejar de seguir a las personas – sino que nos dice que debemos asegurarnos de seguir a la gente correcta.

Encuentre personas piadosas e imítelas. Siga su ejemplo.

Sin duda alguna, el mundo está mirando alrededor. Todos están siguiendo el ejemplo de alguien más.

Quede tan decepcionado una vez al ver un partido de futbol y ver como un jugador famoso se alejaba de su equipo enojado como un niño consentido – mostrándole a toda una generación de jóvenes como se pierde sin dignidad.

Un jugador dijo un par de veces después de haber ganado unos juegos importantes que planeaba volver a casa, besar a su esposa e hijos y luego emborracharse – efectivamente enseñándole a toda una generación de niños que lo idolatran que la forma de celebrar una gran victoria como un verdadero hombre es besar a su esposa e hijos y luego salir a embriagarse.

Luego este jugador agregó – lo que fue peor aún– “después voy a ofrecerle una oración al de arriba”

Y sé que de algunas personas uno no puede esperar mucho, pero a lo que voy es que, no pude sino pensar en todos los niños y jóvenes que observan a estos héroes deportivos y son influenciados negativamente con su forma de vivir y hablar, y finalmente terminan imitándolos.

Pero el tema más importante para nosotros, los creyentes, es que su mundo nos está observando.

¿En qué tipo de persona se convertiría un cristiano si él o ella lo imitara?[xi]

¿Tendría la otra persona la esperanza de progresar en su vida espiritual? Si algún creyente joven escogiera copiar su forma de vivir, ¿hay algo que usted preferiría que no viera o supiera de usted? 

Esto finalmente nos toca a cada uno de nosotros… esta no es solo una exhortación para que nosotros encontremos a alguien digno de imitación, es para que nosotros mismos nos convirtamos en personas dignas de ser imitadas.

Así que ayudémonos unos a otros… ayudemos a nuestro mundo… seamos un buen ejemplo para que otros también puedan encontrar el Do central… y unirse a nosotros mientras centramos nuestras vidas en Cristo.

Juntos, apuntemos más alto. Asegurémonos de que estamos apuntando al blanco correcto, viviendo vidas dignas de imitación.

Hagamos de Cristo nuestro Do central. ¿Cómo?

  • Ajustando nuestra actitud.
  • Escogiendo ser enseñables.
  • Rehusando poner nuestra marcha en neutro.
  • Imitando personas dignas de imitar y convirtiéndonos en personas dignas de ser imitadas.

Para la honra y gloria – no de nosotros mismos – sino de Jesucristo, quien es el centro de nuestras vidas – nuestro Señor y Salvador.


[i] Adapted from Anthony Evans, Our God is Awesome (Moody Press, 1994), p. 21



[ii] Adapted from Steven E. Runge, Philippians: A Visual and Textual Guide (Lexham Press, 2014), p. 89 


[iii] Runge, p. 89

[iv] William Barclay, The Letters to the Philippians, Colossians, and Thessalonians (Westminster Press, 1975), p. 65

[v] John MacArthur, Philippians (Moody Publishers, 2001), p. 249

[vi] R. Kent Hughes, Philippians (Crossway, 2007), p. 150

[vii] Leonard Ravenhill, Last Days Newsletter (1/09/2006)

[viii] Revive, Volume 46; Issue 2, Cultivating Humility (Life Action Ministries, 2015), p. 17

[ix] Adapted from Hughes, p. 150

[x] Life Application Bible Commentary: Philippians, Colossians & Philemon, Grant Osborne, General Editor (Tyndale House, 1995), p. 98

[xi] Adapted from Life Application Bible Commentary: Philippians, Colossians & Philemon, p. 99

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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