Un escritor una vez dijo, en la vida familiar y en la iglesia siempre hay una enorme diferencia entre el mundo ideal y el mundo real.
Por ejemplo, cada otoño a mi familia le gusta ir a cosechar manzanas.
Este es el día ideal. Las hojas de los arboles están doradas, el cielo claro, y hay 20 grados al aire libre. Contentos nos metemos en el auto y empezamos a cantar y reír mientras manejamos felices las 3 horas hasta el huerto. Sorprendentemente, las personas en el huerto de manzanas nos dicen, “hoy las manzanas son gratis para las familias.”
Así que nuestros hijos toman jugo de manzana y se llenan con donas de manzana – y ni siquiera les afecta el azúcar. Finalmente, después de un día perfecto en el huerto, manejamos a casa mientras nuestros hijos dicen una y otra vez, “muchas gracias papá, muchas gracias mamá… son los mejores.”
Pero el día real frecuentemente es bastante distinto. Esto es lo que realmente pasó. Fue un desastre desde el comienzo. Salimos tarde de la casa y básicamente tuve que obligar a todos a que se metieran al auto. Llamé al huerto y me enteré que cerraba a las 5 de la tarde y nosotros no íbamos a poder llegar hasta después de las 4.
Porque íbamos tan tarde, no paramos para almorzar y por tres horas, todos estaban hambrientos e irritados. Incluso mi esposa empezó a discutir. Yo pensaba que la culpa era suya de que habíamos salido tarde; ella decía que era mi culpa… lo que insistí que no era cierto.
Discutimos acerca de eso hasta que los niños nos interrumpieron con su propia serie de discusiones. Yo me di vuelta, casi saliéndome de la calle mientras les grité, “ya córtenla… estoy discutiendo con su madre.”
Cuando llegamos al huerto de manzanas, terminamos con solo media hora para cosechar antes de que cerraran. El precio de la entrada era ridículamente alto por el poco tiempo que íbamos a estar – pero a los dueños no les importó.
Estacionamos y le dije a los niños, “¡Apúrense y salgan así pueden disfrutar un rato!”
Para entonces, todas las manzanas buenas habían sido cosechadas, los jugos de manzana para probar se habían agotado, y nada era gratis.
Después de lo que pareció no más de un par de minutos, tuvimos que meter a los niños devuelta al auto. Camino a casa paramos en un McDonald´s y compramos un pastel de manzana para cada uno. Eso fue la única manzana que pudimos disfrutar ese día.
Este padre – que también es un pastor – aplica este evento mientras escribe, “Desafortunadamente, la vida familiar y la vida de iglesia suelen ser parecidas; los eventos, sorpresas, y situaciones de la vida no suelen ser ideales. Es por eso que debemos practicar la gracia… gracia en medio de nuestra vida real, y nuestra comunidad real y entre gente real tal como nosotros.”[i]
Bien dicho. Gracia es definida como favor no merecido. Solemos pensar en la palabra gracia cuando pensamos en como Dios trata con nosotros – con un favor no merecido.
Pero la verdad es que gracia no es solo algo que recibimos de Dios, es algo que también debemos dar a otros.
La gracia es refrescante como la bruma de unas cataratas en un día caluroso; o un trago de agua fría en medio del desierto.
La palabra para gracia, usada en el Antiguo Testamento, describe un espíritu que se inclina frente a otros en humildad. La palabra usada en el Nuevo Testamento para gracia describe un favor dado a alguien que no lo merece.
Gracia es aplicada en el Nuevo Testamento en contexto de hablar con gracia y un espíritu amoroso; lleva la idea de aceptación y bienvenida.[ii]
Ahora, lo que debemos tener en mente es que nadie puede simplemente decir que es una persona llena de gracia a menos que realmente se incline humildemente en sus actitudes y acciones frente a otros.
La mayoría de los cristianos hablan acerca de la gracia y cantan acerca de la gracia… muy pocos realmente la practican.
La verdad es que la gracia es difícil, casi imposible. ¿por qué? Porque la vida es difícil… y las personas pueden ser imposibles ¿no es cierto? Las personas pueden ser imposibles.
Aprecio mucho la historia que contó Warren Wiersbe, el antiguo pastor de la iglesia Moody y un gran enseñador de la Palabra, el escribió, “un día mi hija salió del bus escolar mientras este paraba en frente de nuestra casa y entró corriendo por la puerta principal. Ella subió las escaleras y se metió a su cuarto y cerró la puerta de un golpe. Mientras tanto ella había estado murmurando, “personas, personas, personas” subí y toque su puerta, “¿puedo entrar?” ella dijo, “no” trate devuelta, “y ella dijo otra vez “no.” Pregunte, “¿porque no puedo entrar?” ella respondió, “porque tú eres una persona”[iii]
No es por nada que una persona creó un poema que dice algo como esto.
Vivir en el cielo con los santos que amamos
Oh, eso sí que será la gloria
Pero vivir en la tierra con los santos que conocemos
Bueno, eso es otra historia
No es siquiera necesario leer entre líneas para saber rápidamente que la iglesia en Filipos necesitaba una refrescante demostración de gracia.
Al comienzo de Filipenses capítulo 4, Pablo hace algo que el solo hace bajo momentos críticamente importantes – el menciona personas por nombre.
Continuemos nuestro estudio donde lo dejamos la vez pasada en el versículo 2 donde Pablo escribe, Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.
Ahora si alguien estaba quedándose dormido en la reunión mientras se leía esta carta, seguro que se habrían despertado. Y como podrá imaginarse, todos los ojos estaban puestos en estas dos mujeres sentadas en la asamblea.[iv]
Y Pablo diplomáticamente no da los detalles detrás de la discordia, pero algo obviamente esta no solamente mal, sino que algo peligroso estaba tomando lugar en medio de la asamblea.
De hecho, esta falta de unidad ha llegado a ser lo suficientemente serio como para viajar desde Filipos hasta Roma donde estaba Pablo escribiendo esta carta.[v]
Ahora lo que pareciera ser a simple vista un trato tajante o aun brusco, es realmente un ejemplo de confrontación con gracia.
Pablo hace dos cosas en un principio; primeramente, el usa este verbo rogar.
Este verbo puede ser traducido, suplico, apelo, solicito, o incluso, les animo. Pablo tenía todo el derecho de tirarles todo el peso de su apostolado y básicamente ordenarles a estas dos mujeres que arreglaran sus problemas.[vi]
Pero en vez de hacer eso, él las llama por nombre y luego personalmente les ruega que se reconcilien. Obviamente el problema de discordia era lo suficientemente grande como para nombrarlo en la carta. Pablo entendía que el peligro de falsos maestros, el cual señaló en el capítulo 3 era tan dañino como la discordia. Y es que, si la iglesia está firme doctrinalmente, la discordia le roba a la iglesia su poder y puede fácilmente destruir su testimonio.[vii]
Simplemente busque en internet “peleas en la iglesia” algún día y va a encontrar más videos y noticias de los que quisiera o tenga tiempo para ver.
Pablo sabia muy bien que la discordia, la falta de unidad y el conflicto podían devastar la integridad y el testimonio de la iglesia en Filipos.[viii]
Si, Pablo les llama la atención por nombre, pero él usa un método lleno de gracia al apelar a estas mujeres; luego él hace algo más. Note como Pablo rehúsa tomar una posición.
¿Se dio cuenta que Pablo no escribió, “ruego a Evodia que viva en armonía con Síntique”, o “ruego a Síntique que viva en armonía con Evodia”?
Al apelar a ambas, Pablo evita ponerse del lado de cualquiera de las dos.
Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.
Ustedes dos – vivan en armonía, sean de un mismo sentir – literalmente, tengan una misma mente – en el Señor
En otras palabras, vuelvan al punto que tienen en común en el Señor y decídanse a vivir en armonía por causa de lo que ustedes comparten en el Señor.
Quizás no puedan estar de acuerdo en muchas cosas en la vida, pero ustedes pueden ponerse de acuerdo en las cosas que más importan en la vida – así que vuelvan a ese punto en común que tienen en Cristo.
Un comentarista lo escribió de la siguiente manera: Pablo sabía que, si ellas estaban bien con Dios, ellas podían estar bien entre ellas.[ix]
La siguiente cosa que Pablo hace es esto; en vez de tomar una posición y dar los detalles del problema y desparramarlos para que todos los supieran, en vez de amonestar a estas mujeres, Pablo empieza a elogiar a estas mujeres.
Note lo que dice en el versículo 3; éstas mujeres combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos.
Ellas participaron en las luchas de Pablo por el evangelio allí en Filipos.
Eso nos dice al menos tres cosas acerca de ellas.
- Primero, ellas eran miembros de la iglesia, no simplemente visitas.
- En segundo lugar, ellas eran miembros activos, no miembros ausentes o que simplemente calentaban la banca.
- En tercer lugar, ellas habían sido miembros por largo tiempo – habiendo compartido personalmente con Pablo en sus días difíciles en Filipos estableciendo la iglesia.
A todo esto, si repasa la historia de esta iglesia descubrirá que varias mujeres estuvieron profundamente involucradas en los comienzos de la congregación
- Cuando Pablo llegó, el primer grupo de personas a quien predicó fueron mujeres que estaban reunidas al borde de un río para orar.
- Y después de que Pablo predicó, una importante mujer de negocios llamada Lidia creyó en el evangelio y fue salva.
- Ella inmediatamente abrió su casa y esta se convirtió en la ubicación de esta nueva iglesia.
- No pasa mucho tiempo hasta que Pablo y Silas son arrojados a prisión por crear disturbios y a media noche Dios los libera milagrosamente y terminan guiando al carcelero a Cristo.
- Eventualmente, los oficiales de la ciudad le piden a Pablo y Silas que se vayan
- A través de todo esto, un número adicional de mujeres – probablemente de aquel grupo de oración – confían en Cristo y soportan los desafíos y dificultades de establecer una iglesia en la casa de Lidia.
Y repaso todo eso simplemente para proveer el trasfondo de porque Pablo elogia a estas dos mujeres – ellas habían arriesgado sus vidas. Ellas no estaban simplemente observando. Ellas estaban profundamente involucradas e invirtiendo sus vidas en la iglesia en Filipos.
Otra observación que vale la pena hacer aquí es que este tema divisivo no era un problema doctrinal. Si hubiera sido un error doctrinal, Pablo habría respondido como de costumbre, denunciando la falsa doctrina y reafirmando la doctrina correcta.
Pero eso no es lo que pasa aquí. Y es importante que notemos este punto porque los problemas que muchas veces nos distraen y nos dividen y traen discordia a la iglesia local típicamente no son problemas doctrinales.
Viaje alrededor del país y se va a encontrar con iglesias divididas y discutiendo no por problemas doctrinales, sino por decisiones de liderazgo, el presupuesto anual, el número de comités, el estilo de música, la delegación de autoridad y el color de la alfombra.
En la clase anual para personas que están queriendo unirse a nuestra iglesia como miembros, en cada sesión hablamos acerca de algunos temas controversiales.
Y les digo siempre lo mismo. El promedio de iglesias evangélicas en nuestro país no se va a dividir acerca de la doctrina de la deidad de Cristo, o la Trinidad; o la resurrección literal de Cristo. Creemos todo eso y no necesitamos siquiera gastar tiempo para discutirlo. Usted está en esta clase porque obviamente sabe qué creemos y está de acuerdo con todo eso.
Pero lo que va a dividir la iglesia son temas mucho menos importantes que la Trinidad y la resurrección de Cristo.
Lo que van a dividir la iglesia son valores principales – la filosofía de ministerio; el propósito de las reuniones; el uso del dinero y las instalaciones; la organización estructural; las posiciones acerca del bautismo o el divorcio y el casarse por segunda vez; su posición en el rol de la mujer en la predicación; su posición en cuanto a hablar en lenguas, etc, etc, etc. ¿No es cierto?
Esos temas son realmente divisivos – y la iglesia necesita saber cuál es su posición y donde la Biblia defiende su posición. Sería divisivo y potencialmente peligroso sostener ciertas posiciones – aunque no sean doctrinas determinantes en lo que se refiere a la salvación.
He escuchado de personas dejando la iglesia porque no les gustaba la música; he escuchado de personas dejando la iglesia porque las predicaciones son muy cortas o muy largas.
Querido oyente, permítame animarle – este no es un problema nuevo.
El problema más grande de la iglesia en Filipos no era su posición respecto a la deidad de Cristo o Su resurrección – era la falta de armonía entre dos fieles miembros; y la iglesia había empezado a tomar posiciones – un grupo está aliándose con Evodia y otro grupo con Síntique – y un tercer grupo está tratando simplemente de alejarse del problema.
Y el enemigo de la iglesia mientras tanto sonreía.
He escuchado decir que, en toda discordia en la iglesia, el Diablo no tiene una posición favorita – el simplemente provee a ambos lados de la controversia con municiones.
Y esto se ha convertido en una peligrosa amenaza con la que Pablo necesita lidiar directamente.
Permítame darle tres principios que vienen de lo que hemos sido capaces de descubrir hasta el momento en este versículo.
- En primer lugar, los desacuerdos y las diferencias de opinión son inevitables en la iglesia.
Lo puede ver en su propia familia, tratando de decidir qué o donde comer para el almuerzo, o qué hacer el fin de semana. Y la iglesia esta compuestas por familias – solteros y casados, jóvenes y ancianos – y el potencial para miles de desacuerdos es constante.
Tengo una pequeña placa que por varios años ha estado colgada sobre la puerta de mi oficina aquí en la iglesia. Dice lo siguiente; donde hayan 2 o 3 reunidos en mi nombre, habrá desacuerdo acerca de lo que la Biblia enseña.
Una vez, nuestra iglesia creció a más de 2 personas (mi esposa y yo en aquellos primeros días) el potencial para desacuerdos era inevitable. Incluso con solo nosotros dos, el voto no era siempre unánime.
Desacuerdos son inevitables
- En segundo lugar, cristianos maduros no siempre tratan sus diferencias de la mejor manera.
Usted está viendo aquí en este pasaje a dos mujeres quienes eran creyentes veteranas por así decirlo – no eran nuevos creyentes.
Pero algo había pasado… lo más probable, basado en los temas de orgullo y peleas de poder que Pablo había estado mencionando en el capítulo 2, la mayoría de los comentaristas del Nuevo Testamento creen que estas mujeres estaban, ya sea compitiendo por la misma posición o queriendo asegurar una posición de autoridad – quizás para sus propios esposos – y ninguna de ellas parecía tomar ventaja sobre la otra.
Discusiones y debates; insultos ya habían empezado a ser lanzados de un grupo hacia el otro. Las palabras volaban… el ambiente se estaba calentando… la discordia estaba propagándose.
- Aquí está el tercer principio; si los desacuerdos entre unos pocos no son controlados, pueden dañar a muchos.
Imagine, esto empezó con un desacuerdo entre dos fieles mujeres de la iglesia – y ahora se había convertido en el gran problema que amenazaba la unidad de la iglesia entera.
Todo eso porque a las discusiones personales no les gusta permanecer anónimas. El chisme no tiene interés en quedarse callado… tanto las discusiones como los chismes aman tener una gran audiencia.
La mayoría de los eruditos del Nuevo Testamento que he leído creen que Pablo aludió a este problema 3 o 4 veces en esta carta antes de mencionar lo que todos sabían que era el problema de fondo.
Esto había afectado a todos… y finalmente estaba sobre la mesa; lo que es la razón por la que Pablo ahora provee una recomendación para ponerle fin.
Note nuevamente el versículo 3. Asimismo, te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio.
Ahora Pablo no nombra a su compañero fiel aquí – el sustantivo puede ser también traducido, camarada, compañero.
Pero Pablo está claramente reclutando a un líder de la iglesia para ayudar a estas mujeres y la iglesia evidentemente sabia quién era este hombre.
He leído una docena de diferentes puntos de vista en quien era esta persona; algunos creen que era Timoteo; él era ciertamente el compañero fiel de Pablo. Otros sugieren que era Silas, el compañero de viajes de y evangelismo de Pablo. Algunos creen que el término era una metáfora para toda la iglesia de Filipos; algunos creen que debería ser traducido como un nombre propio – Suzuge (suzuge) – un nombre que significa traer unidad. Otros han sugerido que este término se refiere a la esposa de Pablo ya que el término compañero puede referirse a una esposa.[x]
Hay muchísimas opiniones distintas. Personalmente diría que aquí se está hablando probablemente de Epafrodito. Él fue llamado colaborador y compañero de milicia en el capítulo 2 – él era el que estaba llevando esta carta a la iglesia en Filipos, y él era probablemente el hombre que habría estado leyendo la carta a la asamblea.
Pero realmente no sabemos… y no nos vamos a poner a pelear por esto. Al final, quien era la persona no es tan importante como que era lo que se suponía que tenía que hacer.
Te pido que ayudes a estas mujeres. El significado de este verbo, ayudar, conlleva un fuerte sentido de acción física; aferrar o agarrar.[xi]
- Este verbo es el mismo que fue usado para describir la escena en el jardín de Getsemaní donde los soldados vinieron y arrestaron a Jesús (Mateo 26:55)
- Este es el mismo verbo usado para referirse a los discípulos atrapando los peces en Lucas 5:9
Por la primera y última vez, Pablo usa este verbo en su urgente petición a este compañero para que tomara acciones decisivas, y que personalmente buscara unir a estas dos mujeres.[xii]
Ellas evidentemente habían alejado sus corazones tan lejos una de la otra que él debía traerlas urgentemente y aun físicamente a un mismo lugar y tratar de buscar reconciliación.
Permítame detenerme aquí nuevamente para ofrecer algunas observaciones:
- En primer lugar, los conflictos a veces se resuelven con la ayuda de personas no involucradas en el problema.
Muchas veces, las personas involucradas en un conflicto serian beneficiadas de que alguien venga y ofrezca una perspectiva fresca; si esta persona es buena escuchando, y no está involucrada emocionalmente – puede proveer una evaluación honesta que vaya más allá de los detalles de lo que él dijo y lo que ella dijo.[xiii]
Personas ajenas al problema pueden discernir cual es el problema de fondo y ayudar a traer claridad al asunto.
- En segundo lugar, cuando surge algún conflicto, la iglesia no ha sido llamada a tomar posiciones sino a desenredar el problema.
En otras palabras, donde hay problemas divisivos en la iglesia – esto va a sonar raro – pero Pablo esta recomendando que usted se meta en el medio del problema… no para tomar posiciones, sino para desarmar el conflicto.
No se siente en la banca y simplemente mire como el conflicto crece y se vuelve más grande y feo. Métase… y ayude
Creo que esto es lo que Pablo está pensando cuando escribe a los Corintios, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados – o maduros (1 Corintios 11:19).
En otras palabras, cuando la temperatura empieza a subir… busque personas con la cabeza fría… y con corazones sabios para que se metan.
Ellos serán capaces de animar a ambas partes a que se detengan… y que se inclinen en humildad para poder servir unos a otros generosamente y llenos de gracia.
- En tercer lugar, el ganar una discusión personal nunca es más importante que proteger la unidad de la iglesia
Mientras he reflexionado acerca de las implicaciones de estos dos versículos, me di cuenta que Pablo nunca le pidió a su compañero
- Que se deshiciera de las mujeres
- O que apoyara a una de las mujeres
- O que decidiera quien estaba en lo correcto
No… solo ve y construye un puente… y guíalas a la unidad.
No pude sino pensar en John Adams y Thomas Jefferson – dos hombres que se distanciaron por causa de la política y algunas discusiones personales.
La enemistad fue conocida en todo Washington cuando estos dos hombres abandonaron todo tipo de correspondencia y relación por varios años.
Pero en 1809 otro de los que firmaron la Declaración de Independencia, el Dr. Benjamín Rush, empezó a animar a estos hombres a que renovaran su amistad y empezaran a escribirse nuevamente.
Eventualmente, después de varios años de rogativas, Thomas Jefferson envió una carta muy corta a John Adams – y Adams respondió con una cauta respuesta.
Una carta guio a otra hasta que en una carta de John Adams a Jefferson el 15 de Julio de 1813 el escribió: “si escribo cuatro cartas y tu una; tu carta vale más que mis cuatro… tu y yo no deberíamos morir sin antes haber explicado nuestro problema y arreglarlo.”
John Adams y Thomas Jefferson, ambas personas que firmaron la Declaración de Independencia; ambos ex-presidentes de los Estados Unidos – ambos murieron el mismo día – el cuatro de Julio – mientras la nación celebraba lo que habían escrito juntos, 50 años antes.[xiv]
Hoy su división no es una historia tan grande como lo fue su reconciliación antes de que murieran. Y creo que algo como esto es lo que vemos en este párrafo mientras Pablo concluye su discusión acerca de este tema.
Note como el termina el versículo 3. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, Cuyos nombres están en el libro de la vida.
El nombra a Clemente – de quien no sabemos absolutamente nada; y otros colaboradores y estas dos mujeres y a su fiel compañero que permanece anónimo – pero note – todos ellos tienen sus nombres escritos en el libro de la vida.
Esta frase final es profundamente persuasiva. Es como si Pablo sutilmente nos recuerda, todos vamos a morir. Y luego – que será dicho de nosotros acerca de la unidad y la armonía de la iglesia.
Piense en esto – Evodia y Síntique han sido conocidas por más de 1900 años como las dos mujeres que no podían llevarse bien entre ellas.
Pero este es el punto – ¿que diría Pablo acerca de nosotros? Como se leería nuestro epitafio. ¿Que contribución a la armonía de la iglesia esta haciendo hoy? Pero esta frase final también es profundamente alentadora.
Nuestros nombres están escritos en el libro de la vida. Como para recordarnos – vamos a ir al cielo.
Podemos resolver nuestros problemas con gracia en el presente cuando recordamos que hemos sido dados eterna gracia.
Pablo dice, oigan, no olviden – todos ustedes – sus nombres han sido escritos en el libro de la vida.
Los discípulos volvieron regocijándose por lo que habían hecho en su tiempo de ministerio y Jesús les dijo, regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos (Lucas 10:20).
Daniel vio en su profecía la resurrección de todos cuyo nombre fue encontrado en el libro (Daniel 12)
Querido oyente, una forma de soportar con gracia y ofrecer vivir por gracia y tratar de demostrar gracia hacia otros es recordar que su futuro eterno está sumergido en gracia.
Demostramos el carácter único de nuestro Señor que se dignó a inclinarse en humildad para demostrar gracia… y si Él lo hizo… nosotros deberíamos también.
Termino con este artículo que cuenta acerca de una operadora de transporte público llamada Linda Wilson-Allen
Ella demuestra gracia a las personas que suben a su bus; ella los espera si llegan tarde y compensa el tiempo más tarde en su ruta. Ella trata de aprenderse los nombres de sus pasajeros también.
Una mujer de unos ochenta años llamada Ivy tenía unas bolsas de supermercado bastante pesadas y estaba teniendo dificultad con ellas. Así que Linda salió de su asiento de chofer para ayudar a Ivy con sus bolsas para que pudiera subir más fácilmente. Ahora Ivy deja pasar otros buses para poder subirse al de Linda.
En otra ocasión, Linda notó a una persona nueva en el área – probablemente una mujer indigente en necesidad – Ella se presentó y descubrió que la mujer era nueva en el área y estaba perdida. Se acercaba el día de Acción de Gracias, así que Linda le dijo a Tanya, “Sé que estas sola y no tienes conocidos por acá. Ven a mi casa para Acción de Gracias así pasamos un lindo tiempo con mi familia.” Ahora son amigas – y Tanya encontró también la ayuda que necesitaba para instalarse en la zona.
El articulo siguió diciendo: Linda, la chofer de autobús ha construido tal comunidad de bendición que los pasajeros le ofrecen sus casas de veraneo para que las use cuando guste. A veces algún pasajero le trae una planta, flores, o una bufanda.
Eso no hace que su trabajo sea más fácil. De hecho, piense acerca de lo triste que puede ser este trabajo en nuestro mundo: pasajeros malhumorados, problemas mecánicos, ni hablar del tráfico y todos los riesgos de conducir por tantas horas, la suciedad que dejan muchos en el vehículo.
¿Como puede tener ella esta actitud llena de gracia Pregunto el autor del artículo? El reportero respondió: su actitud se forma a las 2:30 A.M. mientras ella se prepara para un nuevo día y un nuevo turno, ella gasta 30 minutos orando a su Señor y Salvador… como vera, Linda Winson-Allen es una cristiana.
Al final de su turno cada día, cuando ella llega al final de su línea, ella siempre grita a los pasajeros que quedan en el autobús, “los quiero mucho… cuídense” ¿ha escuchado a algún chofer decir eso?
Este articulo termina aplicando la siguiente enseñanza; si las personas alguna vez preguntan, ¿donde puedo encontrar el espíritu del Reino de Dios? – yo le diría – lo puede encontrar en el bus 45 que va a través de San Francisco. Si las personas quieren saber, “¿donde puedo ver la gracia de Dios? La respuesta es, “justo allí… detrás del volante de ese autobús”.[xv]
No pude sino pensar – si ese tipo de gracia puede funcionar en un autobús… seguramente puede funcionar en la iglesia.
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[i] Adapted from Stewart Ruch, from his sermon Shaping the World of Each Child (Church of the Resurrection, Wheaton, Illinois); citation:preachigntoday.com/illustrations/2011/october/3101011.html
[ii] Adapted from William E. Vine, Vine’s Expository Dictionary of Old and New Testament Words (Thomas Nelson, 1997), p. 500
[iii] Adapted from Sam Gordon, Philippians: An Odyssey of Joy (Ambassador, 2004), p. 148
[iv] R. Kent Hughes, Philippians: The Fellowship of the Gospel (Crossway Books, 2007), p. 164
[v] J. Dwight Pentecost, The Joy of Living: A Study of Philippians (Lamplighter Books, 1973), p. 173
[vi] Adapted from Dennis E. Johnson, Philippians (P & R Publishing, 2013), p. 252
[vii] John MacArthur, Philippians (Moody Publishers, 2001), p. 270
[viii] Ibid
[ix] Ibid, p. 271
[x] G. Walter Hansen, The Letter to the Philippians (Eerdmans, 2009), p. 284
[xi] Fritz Rienecker & Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 560
[xii] Adapted from Hansen, p. 285
[xiii] Adapted from Life Application Bible: Philippians, Colossians & Philemon (Tyndale, 1995), p. 107
[xiv] Fred Smith, Forgetting the Little that Divides, The Gathering blog (10-22-15)
[xv] Adapted from John Ortberg, All the Places to Go (Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, 2015), p. 70