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Abel: el primer mártir de la fe genuina

La historia de Caín y Abel nos proporciona muchas novedades en la historia de la humanidad: la primera rivalidad entre hermanos, el primer asesinato, el primer relato de la religión verdadera y falsa y, por supuesto, el primer ejemplo de un héroe de la fe.
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Introducción

Yo no se usted, pero encuentro fascinante que el primer ser humano que se menciona en el capítulo 11 de Hebreos sea un hombre que sufrió como consecuencia de haber demostrado su fe.

Su nombre es Abel… y no solo sufrió, él incluso murió a causa de ello.

Si abre su biblia en Hebreos capítulo 11, casi de inmediato se dará cuenta de que Dios no está interesado en seguir las pautas comunes para una campaña publicitaria.

¿Quiere que la gente se apunte para ser cristiana? Prométales que una vida de fe garantiza un vida larga, saludable, feliz y próspera.

Como el éxito de ventas de Joel Osteen, que le da 31 promesas que puede declarar sobre su vida. Envuelto en un vocabulario cristiano, este falso pastor anima a millones de personas a que hagan estas 31 declaraciones. Aquí está la primera declaración (No me di el trabajo de leer las otras 30): “Yo declaro las increíbles bendiciones de Dios sobre mi vida. Veré una explosión de la bondad de Dios, un aumento amplio y repentino. Experimentaré la sobreabundante grandeza del favor de Dios, que me elevará a un nivel más alto del que soñé. (Oh si que elevó a Abel, directo al cielo.) Osteen dice – simplemente declare esto –”Explosivas bendiciones están llegando a mi camino”.[i]

Me pregunto cómo estos héroes de la fe definirían “bendiciones explosivas”.

Como verá, cuando abre este compendio de testimonios de fe viva y verdadera, la primera persona que aparece es asesinada por causa de su fe.

¿Cuántos libros cree que Abel vendería?

¿Cuántas personas cree que pasarían al frente o levantarían la mano afirmando haber hecho una decisión por Cristo después de que Abel diera su testimonio personal?

Querido oyente, mientras exploramos la vida de Abel en nuestro estudio, me gustaría recordarle que el capítulo 11 de Hebreos no busca generar decisiones, sino discípulos.

Es fácil tomar decisiones, es mucho más difícil hacer discípulos.

Las decisiones se toman en un momento, el discipulado toma toda la vida.

Uno de mis platos favoritos para desayunar es panqueques con jarabe de arce. Ahora, si alguna vez ha desayunado panqueques, sabrá que hay dos tipos de almíbar o jarabe que les puede poner. El artificial y el natural. El artificial es obviamente mucho más barato, pero su calidad deja mucho que desear comparado con el natural – y eso se debe al tiempo que lleva hacer el jarabe de arce puro.

El método tradicional de elaboración de este almíbar o sirope requiere que los trabajadores se adentren en los bosques de arces denominados “chozas de azúcar”. Utilizan taladros manuales para hacer pequeños agujeros en los troncos.

Luego, introducen cuidadosamente un tubo de metal en cada agujero y cuelgan un balde debajo de ellos. La savia gotea, una gota a la vez, en esas cubetas.

He leído que, en un buen día, 50 árboles pueden producir 150 litros de savia, una sustancia clara y líquida con un toque de dulzura.

Pero luego, los contenedores se vierten en grandes hervidores que se colocan sobre el fuego. La savia llega a un hervor lento y, a medida que hierve, el contenido de agua se reduce y los azúcares se concentran.

Horas más tarde, logra desarrollar su rico sabor y su bello color café dorado. Luego se filtra varias veces para eliminar las impurezas y luego se vuelve a calentar.

Se necesitan 150 litros de savia de arce para producir solo 3.5 litros de jarabe de arce puro. Por eso es tan caro.[ii]

No hay nada como unos panqueques con jarabe de arce puro.

¿A cuántos les gustaría unos panqueques ahora mismo?

La Fe Genuina y la Artificial

Resulta que el jarabe de arce es una ilustración de la fe genuina… esta se trabaja y depura con el pasar de los años para eliminar las impurezas; se calienta sobre el fuego y luego se vuelve a calentar. De hecho, algunos nunca parecieran salir del fuego de la prueba.

Hebreos 11 nos mostrará la fe artificial y la fe pura; una se hace rápidamente y solo parece de verdad; la otra es costosa, pero es realmente genuina.

Hebreos 11:4 contrasta esa fe para nosotros y dice: Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

Este texto nos lleva inmediatamente a los primeros años de la historia de la humanidad. Y nos informa que ocurrieron algunas cosas bastante dramáticas.

Si analizamos el relato más completo del testimonio de Abel en el Libro del Génesis – y me gustaría que vaya allí conmigo, Génesis 3 – descubrirá que, si bien la Biblia registra muchos eventos, no los registra todos.

Pero lo que sí podemos descubrir son algunas pistas muy interesantes junto con algunas verdades importantes. Por ejemplo, mire el versículo 20 de Génesis 3. Esto ocurre justo después de que Dios expone el pecado de Adán y Eva y los confronta por haber comido del fruto prohibido.

Dios declara varias maldiciones sobre su perfecta creación. Él maldice a la serpiente – quien no es otro que Satanás – y le dice en el versículo 15. Y pondré enemistad entre ti y la mujer. Y entre tu simiente y la simiente suya. Esta – o sea, la simiente de la mujer – te herirá (literalmente, te aplastará) en la cabeza y tú le herirá en el calcañar.

En otras palabras, Satanás podrá causar daño y destrucción a los seguidores de este Redentor venidero, incluido al mismo Redentor, pero solo serán heridas temporales. Por el contrario, el Redentor, aplastará mortalmente la cabeza de Satanás y lo derrotará.

Luego, en este capítulo, Dios declara Su castigo sobre Adán y Eva. Él les informa que ahora están excluidos del Jardín del Edén – el Paraíso donde disfrutaban de una adoración y comunión íntima con Dios.

Pero justo antes de echarlos del jardín, note lo que dice el versículo 21: Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Este es el primer acto de expiación – esta es la primera muerte que cubrió efectivamente la culpa del pecado. Fue la primera imagen del Redentor venidero que se convertiría en el sacrificio final por el pecado.

Adán y Eva habían intentado cubrir su vergüenza con hojas de higuera. Ese fue el primer intento de religión falsa – un esfuerzo humano para ocultar una conciencia culpable.

El problema es que Dios puede ver a través de las hojas de higuera. Y el pecado permanece.

En cambio, Dios los cubrió con la piel de un animal inocente sacrificado, enseñándoles así a Adán y Eva que sin derramamiento de sangre no puede haber remisión.

Entonces, ¿cómo respondieron Adán y Eva?

Aunque avergonzados, maldecidos, caídos, abatidos y afligidos, ellos confiaron en la provisión de Dios y optaron por confiar en Él incluso después de ser expulsados ​​del jardín del Edén.

Y sabemos eso gracias al capítulo siguiente. Note Génesis 4:1. Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

En otras palabras, en lugar de rebelarse y rechazar enojada el plan de Dios, Eva mantiene su confianza en Dios y aquí, en la sala de partos por así decirlo, ella está alabando a Dios por el nacimiento de Caín.

Es más, ella nombra a su hijo, Caín, que significa “adquirir,” “conseguir algo” o, incluso, “él está aquí”. Muchos eruditos creen que, en realidad, ella estaba refiriéndose a la promesa de Dios de que un hijo de Eva vendría a redimirlos.[iii]

Y ella piensa: “¡Es él!” y celebra diciendo: “Alabado sea Dios, lo tengo”.

Desafortunadamente, Caín no será el Redentor de la humanidad. Él se convertirá en el primer asesino de la humanidad.

No dará vida. Él quitará una vida.

Cierto tiempo después del nacimiento de Caín, Eva da a luz a su segundo hijo, Abel.

El versículo 2 nos dice que los niños crecieron y uno de ellos decidió especializarse en la cría de animales y el otro decidió especializarse en agricultura.

Tenga en cuenta que ellos están creciendo fuera del Jardín, plenamente conscientes de la historia de sus padres, plenamente conscientes del sistema sacrificial ofrecido por Dios para expiación de sus pecados y plenamente conscientes de la promesa del Redentor.

Sabemos eso por lo que dice el versículo 3. Note: Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. La frase traducida “andando el tiempo” literalmente significa “al final de los días”. Muchos eruditos del Antiguo Testamento creen que esto se refiere a que este era un evento anual.[iv]

Este era un procedimiento común. A Caín y Abel no se les ocurrió esta idea de hacer un sacrificio. Adán y Eva les habían enseñado sobre eso. Ahora, no se nos detalla lo que Adán y Eva les enseñaron, pero las acciones de estos dos hijos evidencian que tenían conocimiento de lo que Dios requería en esta vida después de la expulsión del Jardín del Edén con respecto al sacrificio animal.

No fue idea del ser humano construir un altar. La expiación no fue un concepto creado por el hombre. No fue idea del ser humano amontonar algunas piedras, una encima de la otra, matar a un animal inocente y quemarlo en el altar.

Obviamente, Dios le había comunicado a la humanidad la forma adecuada de acercarse a Él, y esta era a través de la sangre.

Así que, este es, en resumen, el principio de la historia de la humanidad. Piénsalo de esta manera:

  • En Génesis capítulo 1 está la creación del hombre de manos de Dios;
  • En Génesis capítulo 2 está la comunión entre el hombre y Dios;
  • En Génesis capítulo 3 vemos la corrupción del hombre alejándolo de Dios;
  • Y en Génesis capítulo 4 encontramos la confesión que restaura la relación con Dios.

Y esa confesión era una declaración de fe que, en la misericordia de Dios, mediante un sacrificio de sangre, el inocente muere en lugar del culpable.

Ahora note el versículo 3 nuevamente; Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya.

Ahora, la mayoría de la gente cree que, lamentablemente, Caín se llevó la peor parte. Es decir, qué mala suerte ¿No? Él se dedica a la agricultura y su hermano a la ganadería e ¿imagina qué? Dios prefiere el ganado a las frutas y verduras.

Caín debe haber estado pensando, ¡qué mal! Elegí la carrera equivocada.

Pero ese no era el problema.

Basado en los eventos que encontramos en los primeros 5 capítulos de Génesis con respecto a la edad de Adán y las edades de sus hijos, Caín, Abel y Set, los eruditos del Antiguo Testamento estiman que Caín tenía más de 120 años cuando ocurrió la escena que encontramos aquí en Génesis 4.[v]

Piense en eso. Caín tenía al menos 120 años y Abel no se quedaba atrás.

Tenga en cuenta que antes del diluvio, las personas solían vivir​​ cientos de años; de hecho, Adán murió a sus 930 años.

Esas sí que son muchas velas que soplar.

Así que, Caín y Abel son hombres relativamente jóvenes con unos 100 años.

El punto es – y esto es importante – que Caín y Abel ya habían ofrecido sacrificios anteriormente. Si bien no podemos estar seguros de cuántas veces Caín y Abel aparecieron en el altar con sus sacrificios, podemos estar bastantes seguros de que esta no es la primera vez que lo hacen.

Este evento, registrado aquí, fue el momento en que Caín dijo efectivamente: “Estoy cansado de conseguir animales del rancho de mi hermano. Soy igual de importante para Dios. Estoy trabajando tan duro como él. ¿Cual es el problema?  Este año lo haré a mi manera”.

“Voy a traer todas mis mejores frutas y verduras y se las ofreceré a Dios en el altar”.

Querido oyente, la serpiente nunca se fue de vacaciones. Llevaba más de cien años usando su misma estrategia.

Y Caín finalmente cree la misma mentira que un siglo atrás, satanás le había susurrado a su madre: ¿De verdad Dios dijo eso? O sea, ¿realmente Dios quiere que hagas eso?

  • Quizás puedes comer esa fruta y a Dios no le importará
  • ¡Quizás puedas ofrecer tus vegetales como sacrificio y a Dios no le importará!

Vamos, no te estás tomando la palabra de Dios demasiado en serio ¿o si? ¿Por qué se molestaría de todas formas? Crees en Él, ¿no es así? Tienes un registro perfecto de asistencia. Solo por esta vez, hazlo a tu manera.

Y así, después de acercarse a Dios de la manera correcta quizás unas 100 veces antes, esta vez, Caín dice: “Me acercaré a Dios con la obra de mis propias manos. Qué importa que sea el fruto de la tierra que Dios maldijo. ¡Estoy seguro de que a Dios no le importará!”

Querido oyente, ¿sabe qué es lo que vemos aquí? ¡Aquí vemos el comienzo de la historia de las religiones del mundo!

Todo luce bien. Todo parece igual. Todo parece jarabe de arce. Difícilmente se nota la diferencia.

Piénselo. Aquí, en Génesis capítulo 4 y reiterado en Hebreos 11:4, vemos que;

  • Tanto Caín como Abel van al lugar indicado para el sacrificio.
  • Ambos parecen querer adorar a Dios
  • Ambos llegan a la hora indicada
  • Ambos vienen a usar el altar indicado
  • Ambos traen una ofrenda
  • Ambos demuestran fe en que un Dios invisible aceptará su ofrenda.[vi]

Pero uno de ellos es genuino y el otro es artificial.

Mire con más atención:

  • Abel es obediente al plan de Dios; Caín es desobediente.[vii]
  • Abel trae lo que Dios quería; Caín trae lo que él quiere.
  • Abel está siguiendo la revelación divina; Caín está siguiendo el razonamiento humano.[viii]

Judas 11 llama categóricamente a los sistemas religiosos como, “el camino de Caín”. Caín se convierte en el ejemplo a lo largo de la historia humana, no de una fe genuina, sino de un sistema religioso que dice que creer en un Dios; que está comprometido a hacer buenas obras y prácticas religiosas para acercarse a Él; pero que va a negar el sacrificio provisto por Dios – quien, en ultima instancia, es el Señor Jesucristo.

Este es el camino de Caín: Voy a acercarme a Dios a mi manera. No necesito que me hablen sobre el pecado, la culpa, el sacrificio y la necesidad de un Salvador “.

“Voy a ofrecerle a Dios lo que yo he producido con el sudor de mi frente”.

Escuche, Caín simplemente estaba ofreciéndole a Dios su versión de las hojas de higuera.

Acceso Restringido

El problema es que no se puede acercar a Dios a su manera. De hecho, desde que la humanidad cayó en pecado, a través de todo el Antiguo Testamento y hasta la cruz de Cristo, Dios ilustró claramente que el camino de regreso a Él estaba bajo llave. Y para volver a Él, debía tener la llave correcta.

Permítame explicarle lo que quiero decir.

Lo que vemos aquí, en Génesis 4, es que Caín y Abel vienen con su ofrenda. Interesantemente, no se menciona que ellos construyeron un altar, y eso se debe a que el altar ya existía. Lo habían estado usando durante más de 100 años.

Caín y Abel no solo tenían un tiempo indicado para adorar y confesar sus pecados (esto era anualmente); no solo tenían una manera indicada de acercarse a Dios (a través del sacrificio de animales); sino que, también tenían un lugar indicado para adorarlo.

Se nos dice que cuando Adán y Eva abandonaron el jardín, Dios asignó un par de querubines – unos ángeles guerreros – para proteger la entrada; y se nos dice específicamente en Génesis 3:24 que custodiaban el lado oriente del jardín, impidiendo que los humanos volvieran a entrar.

Muchos creen que en este lugar – ahí mismo, en presencia de esos querubines y su espada encendida – En ese lugar que marcaba su exilio; el lugar donde Dios pronunció la maldición junto con la promesa de un Redentor; en ese mismo el lugar Adán y Eva (y más tarde sus hijos) fueron a ofrecer los sacrificios señalados por Dios.

No creo que sea una coincidencia que, siglos después, los sacerdotes debían acercarse desde el lado oriente tanto del Tabernáculo como más tarde del Templo para adorar a Dios.

No se nos dice por cuánto tiempo estos querubines custodiaron el Jardín del Edén. Es muy posible que se hayan quedado hasta que el diluvio de Noé borró a la humanidad de la faz de la tierra y cambió la topografía de la tierra en ese evento catastrófico que causó la desaparición del Jardín (Génesis 7).

Pero escuche esto: Incluso después del diluvio, Dios mantuvo vivo el recuerdo de la caída del hombre, el exilio de la humanidad del Jardín y los querubines que le impedían la entrada al ser humano a la presencia de Dios. Él no quería que lo olvidaran.

Por eso, después del éxodo de Egipto, Dios le entregó a Moisés y al pueblo de Israel, instrucciones muy especificas para la construcción de un tabernáculo.

El tabernáculo era un lugar portable de reunión y en su centro estaba el Lugar Santísimo, donde descansaba el arca del pacto, una caja de oro que contenía las tablas de la ley que Dios le dio a Moisés. Era el lugar donde estaba la presencia de Dios.

Los sacerdotes podían entrar a la habitación justo afuera del Lugar Santísimo, una habitación llamada el Lugar Santo, donde realizaban una serie de deberes sagrados. Pero una pesada cortina separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Y Dios indicó en Éxodo 26 que las costureras israelitas debían bordar en esa cortina las figuras de querubines.

Los querubines seguían custodiando el acceso. En el mejor de los casos, las personas podían ofrecer un sacrificio a la distancia.

Más tarde se construyó el templo y, una vez más, se bordaron enormes querubines en la cortina para indicar que, una vez más, el acceso estaba restringido.

En el templo habían dos querubines de unos 5 metros de altura con sus alas extendidas. Estos querubines cubiertos de oro montaban guardia al interior del santuario (1 Reyes 6).

Eran enormes, imponentes – era algo impresionante. El mensaje entregado en el Jardín del seguía vigente. “No puedes entrar aquí. Pero puedes hacer tu sacrificio cerca.”

De hecho, solo un hombre podía entrar al Lugar Santísimo y ese era el Sumo Sacerdote quien entraría al Lugar Santísimo con temor y temblor, ¿y cuándo tenía permitido entrar? Una vez al año.

Él vendría con la sangre de un animal inocente. Atravesaría esa cortina bordada con esos ángeles guerreros y una vez dentro del Lugar Santísimo quedaría frente a frente al arca del pacto. Al levantar su mirada, quedaría asombrado por las imponentes figuras doradas de los dos querubines que se elevaban a ambos lados de esa caja dorada como si estuvieran flotando sobre ella, con sus alas diseñadas para que se extendieran hacia adelante y se tocaran entre sí (Éxodo 25).

Todavía estaban protegiendo la presencia de Dios, por así decirlo. La humanidad todavía tenía prohibido el acceso libre y abierto a Dios.

El sacerdote rociaría la sangre en la tapa de esa caja, lo que se llama el propiciatorio y, de esa forma, Dios quedaba temporalmente satisfecho y cubría los pecados de la nación.

¿Temporalmente? Si… porque todos esos sacrificios ilustraban y apuntaban a otro altar de madera sobre el cual el Cordero de Dios moriría para poner fin a todos los sacrificios para siempre.

Sobre esa cruz, justo antes de morir, nuestro Redentor clamó: “Consumado es”.

¿Y sabe qué pasó después?

Esa cortina en el templo se rasgó de arriba hacia abajo, significando que ni Dios ni los querubines seguirían obstaculizando el acceso para que usted y yo tengamos comunión, confesión y una relación personal con el Señor.

Ahora puede pasar por en medio de los querubines; de hecho, a diferencia del Sumo Sacerdote, puede ir más allá de los querubines hasta el mismo trono de Dios.

E incluso ahora, cada creyente puede caminar de nuevo con Dios, al aire del día.

Horacio Bonar escribió un poema que lo expresa muy bien. Dice:

No lo que han hecho mis manos, pueden mi alma culpable salvar

No lo que mi carne trabajada ha soportado puede hacer completo mi espíritu

Ni lo que sienta o haga pueden darme con Dios la paz

Ni todas las oraciones, suspiros o lágrimas pueden mi terrible carga soportar

Solo tu obra, oh Cristo, puede aliviar este peso de pecado

Solo tu sangre, oh Cordero de Dios, puede darme paz interior

Ninguna obra sino la tuya, ni otra sangre lo hará

Ninguna fuerza sino la que es divina me puede de forma segura guardar[ix]

El Veredicto Divino

Ahora permítame mostrarle algo más del testimonio de Abel. Génesis 4:6 nos dice que Dios miró con agrado la ofrenda de Abel, pero no así con Caín ni su ofrenda.

El escritor de Hebreos lo puso de esta manera: “Dios dio testimonio de sus ofrendas”.

En otras palabras, Dios dejó en evidencia que aceptó la ofrenda de Abel y no la ofrenda de Caín.

¿Qué hizo Dios exactamente para testificar públicamente su agrado?

No se nos dice específicamente, pero al comparar el registro de las Escrituras, creo que podemos determinar que sucedió algo dramático.

Fue algo que Dios hizo a lo largo del Antiguo Testamento para demostrar la autenticidad tanto de la ofrenda como del oferente.

  • Cuando Dios aceptó el sacrificio de Aarón en Levítico 9, envió fuego desde el cielo y consumió el holocausto sobre el altar.
  • Gedeón vio como el fuego del ángel del Señor descendió sobre su sacrificio en Jueces 6.
  • Cuando Elías y los sacerdotes de Baal pusieron a prueba su fe, Dios testificó de la autenticidad de la fe de Elías en el Dios vivo y verdadero al enviar fuego desde el cielo para consumir la ofrenda (1 Reyes 18).
  • Cuando el rey David ofreció un sacrificio solemne a Dios, leemos en 1 Crónicas 21:26 que Dios le respondió desde el cielo enviando fuego sobre el altar.
  • Cuando Salomón ofreció sacrificios de alabanza a Dios en la dedicación del Templo, 2 Crónicas 7 nos dice que fuego descendió del cielo y consumió todo el sacrificio.

El fuego del cielo era testimonio de aceptación de Dios.

Es muy posible que año tras año, cuando Adán y Eva llegaban al borde del jardín, junto con sus hijos, y colocaban sus ofrendas sobre ese altar, a la vista de los querubines que custodiaban todo lo que habían perdido, el Señor, en su gracia, testificaba de su fe enviando fuego desde el cielo, consumiendo sus ofrendas.

Solo que este año fue diferente. Caín había traído un animal cientos de veces. Pero esta vez, evidentemente pensó: “Dios dará testimonio de la obra de mis manos”, mientras que Abel trajo un sacrificio inocente que no podía crear con sus manos, por eso su ofrenda fue superior.

Y ahí se presentaron… y el fuego cayó. La ofrenda de Abel fue consumida y los productos de Caín permanecieron intactos.

Fue una humillación completa. Fue una vergüenza pública… y la serpiente susurró: Esto es inaceptable. Eso es favoritismo. Es injusto. Tu eres tan bueno como él.

Y la envidia comenzó a arder en el corazón de Caín hasta que, antes del fin de ese año, Caín se convirtió en el primer asesino y su hermano menor se convirtió en el primero en sufrir un crimen violento – el primer mártir – el primer creyente en morir porque declaró y demostró una fe verdadera.

Sin embargo, esa no fue la última palabra en el asunto. Hebreos 11:4 nos enseña que Abel, estando muerto, aún nos habla hasta el día de hoy.

¿Y que esta diciendo? Él nos dice que:

  • Cuando vivimos en obediencia a la palabra de Dios, es posible que la vida no se vuelva más fácil. Podría volverse más difícil.
  • Su fe puede guiarlo directamente al valle de sombra de muerte.

Piénselo:

  • Abel hizo lo correcto y fue odiado por ello
  • Adoraba a Dios correctamente y fue perseguido por ello.
  • Obedeció a Dios y fue asesinado por ello

Él estando muerto aún habla. ¿Qué más podría estar diciendo?

  • Solo hay un camino a Dios.
  • Solo hay un fundamento para la fe genuina.
  • Sin derramamiento de sangre no hay remisión del pecado.

Y la cortina permanece cerrada y el acceso restringido.

Abel solo sabía una fracción del plan de Dios… solo tenía la promesa del Salvador. Hoy, el Salvador ha venido… y a través de su sacrificio, Él pagó por nuestro pecado de una vez por todas.

Todo lo demás son hojas de higuera… religiones vacías… el camino de Caín. Puede que tenga el color indicado, sea dulce, tenga una etiqueta y se vea bastante genuino, pero es artificial.

Jesucristo y la fe solo en Él es la dulzura genuina de la fe pura.

Conclusión

Allí está Abel, de pie delante del altar, ¿puede imaginárselo, con esos dos querubines con espadas de fuego centelleantes frente a él cerrando la puerta al paraíso?

Abel reconoce el derecho de Dios a exiliarlo también; también está reconociendo que es un pecador; está admitiendo su propia necesidad de perdón y expiación; él ofrece su sacrificio y el fuego cae, testificando no solo del agrado de Dios, sino testificando la esencia del evangelio… que la simiente de la mujer – el Redentor presentaría el sacrificio perfecto que volvería a abrir las puertas del paraíso – su sacrificio nos daría acceso al trono de Dios.

Ya no hay querubines que se interpongan en el camino.

Y Abel, el primer héroe humano de la fe, comenzaría el legado que completaría el Señor Jesucristo.

  • El sacrificio de Abel fue un cordero para salvar a una persona;
  • Más tarde vino la Pascua: un cordero para salvar una familia;
  • Más tarde vino el sacrificio anual en el Día de la Expiación: un cordero para salvar a una nación;
  • Luego vino el Mesías, la simiente de la mujer. Él fue el Cordero para salvar a todo el mundo.[x]

¿Qué nos dice hoy Abel, este héroe de la fe? Con mucho gusto cantaría él con nosotros el himno que dice:Mi fe descansa en buen lugar
No en una religión
Confío en el viviente Rey
Pues él murió por mí
Y no preciso discutir
Ni un argumento más
Me basta que Cristo murió
Y que él murió por mí.


[i] Joel Olsteen, I Declare (Faith Words; Hachette Book Group, 2012), p. 1

[ii] Adapted from preachingtoday.com/the-art-of-maple-sugaring (Christianity Today, 2012)

[iii] John MacArthur, Hebrews (Moody, 1983), p. 296

[iv] Thomas Manton, By Faith: Sermons on Hebrews 11 (The Banner of Truth Trust, 2000), p. 115

[v] Hughes, p. 252

[vi] Manton, p. 122

[vii] MacArthur, p. 299

[viii] Kenneth S. Wuest, Hebrews in the Greek New Testament (Eerdmans, 1969), p. 197

[ix] Phillips, p. 411

[x] MacArthur, p. 300

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

Pies de nota han sido provistos para citar las fuentes correspondientes cuando el texto lo ha requerido. En caso de haber omisiones no intencionales, futuras revisiones incluirán las anotaciones apropiadas.

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