Introducción
En una ocasión, un reportero le preguntó a Walt Disney cómo se sentía al ser tan famoso. Él respondió diciendo: “Bueno, me ayuda a conseguir buenas entradas para un partido de fútbol”. Pero agregó: “Sin embargo, no me ayuda a lograr que mi hija me obedezca, ni a impresionar a mi esposa, ni siquiera me ayuda a ser un mejor jugador de polo. De hecho, ser famoso ni siquiera parece ayudar a mantener a las pulgas alejadas de mi perro. Y, si ser famoso no me da una ventaja sobre un par de pulgas, supongo que no es tan valioso después de todo”.[i]
¿No es fantástico – y bastante inusual, a decir verdad – escuchar el realismo humilde de alguien famoso internacionalmente?
Pero la pregunta de ese periodista era interesante: “¿cómo se siente ser famoso?” La persona promedio en la calle está convencida de que las personas famosas simplemente se deben sentir mejor… deben vivir una vida mejor… tienen que saber algo más sobre la felicidad o la vida en general.
Leí que, a Henry Ford, el multimillonario fabricante de automóviles, lo acosaban los periodistas y reporteros pidiéndole consejos sobre todo – desde consejos económicos y políticos hasta consejos matrimoniales incluso. Consejos que él daba sin problemas, incluso, a pesar de que durante años le había estado siendo infiel a su esposa.
Estoy convencido de que el cristiano promedio cree, en el fondo, que el reino de Dios avanza a través de las personas famosas, esas personas realmente importantes, ya sabe, esas personas impresionantes, llenas de carisma y habilidades y un historial estelar.
Es por eso que la iglesia parece emocionarse tanto cuando alguien rico o famoso, o con buenos contactos llega a la fe; como si el ángel cantara un poco más fuerte en su conversión… como si la obra de Dios realmente pudiera dar un salto ahora que se han agregado.
La verdad es que nos sorprende cuando Dios usa a la gente normal… gente promedio, sin currículums estelares y conexiones impresionantes. Ya sabe, gente común y corriente.
Puede que no lo admitamos, pero la iglesia se sorprende un poco cuando Dios tiene planes para alguien que ha fracasado miserablemente en el pasado.
Probablemente haya escuchado esta historia y se haya preguntado si realmente sucedió. Cuando el inventor Thomas Edison y su personal estaban desarrollando la bombilla incandescente, se necesitaron literalmente cientos de horas para fabricar una sola bombilla. Un día, después de terminar una bombilla, Edison se la entregó a un joven encargado de los recados y le pidió que la llevara al piso de arriba, a la sala de pruebas. Cuando el joven se dio la vuelta y comenzó a subir un tramo de las escaleras, tropezó, se cayó, y la bombilla se rompió. Edison le aseguró que todo estaría bien. Dicho eso se dirigió a sus atónitos compañeros de trabajo y simplemente les dijo que comenzaran de nuevo. Varios días después lograron terminar la nueva bombilla y, para sorpresa de su personal, Edison se acercó al mismo chico de los recados y le dijo: “Por favor, lleva esto arriba a la sala de pruebas”. Y esta vez lo hizo sin accidentes.[ii]
Amo esa historia.
Pero la parte sorprendente de la historia, al menos para mí, no es tanto que Edison confiara en ese chico de los recados la segunda vez, sino que confió en él en primer lugar.
O sea, ¿qué estaba haciendo, pasándole ese importante invento a un simple niño? Uno hubiera esperado que Edison mismo llevara esa preciosa bombilla por las escaleras, ¿verdad?
¿No es maravilloso considerar el hecho de que Dios usa a simples chicos también? Él usa a la gente común y corriente para llevar Su luz; Él usa gente normal para demostrar su poder a través de sus vidas comunes, poco espectaculares, y aún salpicadas de fracasos.
El cristiano promedio llega al capítulo 11 de Hebreos y comienza a leer la lista de grandes héroes de la fe y piensa:
- Abel – por supuesto que está en la lista;
- Enoc – se lo merecía;
- Noé – por supuesto;
- Abraham y Sara – absolutamente;
- Isaac, Jacob y José – obviamente;
- Moisés, no es de extrañar… estos son los más famosos de Israel.
Es más… estas son las leyendas de la nación que seguramente nacieron con algún tipo ventaja sobre los demás en cuanto a la fe. No nos sorprende en absoluto encontrar a estos hombres y mujeres famosos incluidos en este legado de fe.
Y luego el cristiano piensa para sí mismo: “La verdad es que yo nunca podría entrar en esta lista… yo no.”
Bueno, siga leyendo.
Estamos a punto de descubrir dos testimonios de personas que la mayoría no pensaría en incluir en esta lista.
Si, fueron famosos, pero no por ser fieles, sino infieles. Incluso hay una mujer en esta lista de héroes de la fe, que es conocida, no por ser un gran ejemplo, sino por haber sido una pecadora infame.
Como verá, Dios está a punto de informarnos que la fe puede provenir de las vidas de las personas más inverosímiles.
Le invito a que abra su Biblia en el capítulo 11 de Hebreos, y estudiemos los testimonios de los israelitas y Rahab.
El Pueblo de Israel
Mar Rojo se Divide
En el versículo 29, leemos del pueblo de Israel – note – Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
Ochenta versículos en el Libro del Éxodo están condensados en este versículo.
Algo importante a considerar – y que resalta lo que leemos aquí en Hebreos 11:29, es que los israelitas salen de Egipto y todo va muy bien, hasta que se enteran de que el ejército de Faraón los persigue y están atrapados entre los soldados por detrás y el Mar Rojo frente a ellos.
Así que le dicen a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto (Éxodo 14:11-12).
¡Eso no me suena a fe! Regresaremos a su respuesta en un momento, pero primero…
Los liberales y críticos de la Biblia se apresuran a señalar que el Mar Rojo se puede traducir como Mar de Juncos. Entonces, concluyen que esta debe haber sido una tierra pantanosa poco profunda que llega hasta las rodillas… no era un gran cuerpo de agua y no habría sido milagroso que lo pudieran cruzar.
Bueno, ¿no sería un poco vergonzoso que el ejército egipcio se ahogue en un pantano donde el agua solo llega hasta las rodillas?
Este Mar Rojo era lo suficientemente profundo como para hacer que los hijos de Israel asumieran que estaban atrapados y no había salida… y lo suficientemente profundo como para ahogar a todo el ejército egipcio.
Y me encanta lo que le dice Moisés al pueblo amedrentado – que los transformó en un pueblo de fe. Él dijo: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos (Éxodo 14:13-14).
Por cierto, hay un mandamiento que se repite en ambos eventos aquí en Hebreos 11 – en el Mar Rojo y en la Ciudad de Jericó – se le dice a la gente que permanezca tranquila – en silencio, en su lugar. O sea, que no hagan nada.
Solo quédense quietos y observen. En otras palabras, Dios les pide que hagan algo, pero solo les pide que hagan lo único que pueden hacer como un acto de fe: quedarse quietos.
Aquí encontramos un principio clave de la fe: la fe es la voluntad de obedecer a Dios, incluso cuando parece que no hay salida.
Se nos dice en el recuento más completo del evento que Dios hizo que llegara un viento oriental. Dios dividió las aguas del mar en dos… ese viento poderoso secó el lecho del río para que en pocas horas cerca de 3 millones de israelitas arriesgaran sus vidas y por fe caminaran entre dos muros de agua.
Ahora, en este punto, puede que tenga la siguiente imagen mental. Ahí esta Moisés, con cabello largo y blanco y una barba blanca. Y frente a él está este estrecho pasillo en medio de las paredes de agua a través del cual los israelitas caminan de a 2 o 3 personas.
No exactamente.
¿Qué habría sido necesario para que millones de personas cruzaran rápidamente este cuerpo de agua antes del amanecer? Ciertos estudiosos de la Biblia que evidentemente disfrutan de las matemáticas han estimado que la porción seca debería tener cientos de metros de ancho – incluso unos 1600 metros. Y la fila de personas, carros y ganado también podría haberse extendido por casi un kilómetro y medio.
Y eso requirió fe.
Éxodo registra que las aguas se levantaron como un muro… imagine esa vista.
No se nos dice si el Señor hizo que el agua siguiera fluyendo río abajo. Si ese fuera el caso, el muro de agua hacia un lado habría seguido creciendo más y más y más alto.
Se nos dice en forma poética que las aguas se amontonaron y se cuajaron; la palabra hace referencia a una sustancia sólida.[iii]
Moisés escribe, “Los abismos se cuajaron en medio del mar” (Éxodo 15:8). Incluso el estado del agua ahora era parte del milagro.
Y los israelitas pasaron… bastante rápido, supongo. ¿No lo habría hecho usted? No creo que el pueblo se detuviera a mirar los peces atrapados en las paredes de agua o tomar fotografías.
El teólogo Arthur Pink escribió en su comentario de este pasaje que hay tres grados de fe:
- El primero es una fe que recibe. Como mendigos con las manos vacías – recibimos a Cristo.
- El segundo es una fe que cuenta. Es decir, cuenta con que Dios cumplirá Su promesa, hagamos algo o no.
- La tercera es una fe que arriesga. Es decir, cree en las promesas de Dios y también se atreve a hacer algo por el Señor.[iv]
Esta es la fe de David quien corrió para enfrentarse a Goliat. Esta es la fe de Elías que desafió a los profetas de Baal en la cima del Monte Carmelo; esta es fe audaz de los apóstoles que continuaron predicando el evangelio de Cristo aún después de ser amenazados por las autoridades.
Y esta es la fe de los israelitas también.
Conocemos la historia y por eso nos sentimos tentados a pensar: oh sí, las aguas se dividieron y caminaron entre ellas, obvio.
Escuche, ellos no solo deben creer la promesa. No solo deben recibir la promesa. Ellos tienen que arriesgarlo todo y caminar por las orillas del Mar Rojo y luego caminar entre las imponentes paredes de agua que tapan la luz del sol y podrían caer sobre ellos en cualquier momento.
Esta es una fe que lo arriesga todo; este es uno de los mayores actos grupales de fe en la historia de Israel… ellos arriesgaron sus vidas sin ninguna garantía excepto la promesa de Dios.
Hebreos 11 nos informa que los egipcios vinieron tras ellos y Dios hizo que el lecho seco del río comenzara a absorber humedad de inmediato y las ruedas de sus carros comenzaron a atascarse y luego esas dos paredes de agua se precipitaron hacia ellos con una fuerza increíble y todos murieron.
Los historiadores registran que pasaría casi una generación entera antes de que los egipcios se aventuraran de nuevo cerca del Mar Rojo.
Este es uno de los mayores actos de fe nacionales en toda la historia de Israel.
Las Paredes de Jericó Caen
Continuemos ahora con el versículo 30. Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
Es importante comprender que hay una brecha de 40 años entre el versículo 29 y el versículo 30.
Los israelitas que cruzaron el Mar Rojo no son los mismos que cruzaron el Jordán y ahora están frente a la ciudad de Jericó.
Esta historia en particular toma lugar una generación más tarde y la encontramos en el Libro de Josué.
El escritor de Hebreos condensa 83 versículos en estos dos versículos.
En el libro de Josué encontramos la historia completa. Los israelitas acaban de cruzar el río Jordán. Dios de nuevo dividió milagrosamente el agua y el pueblo cruzó por tierra seca.
Solo que esta vez, ellos confiaban en que Dios los guiaría en su camino a medida que avanzaban hacia la tierra prometida.
Y su primer obstáculo es la fortaleza amurallada de Jericó.
De niños, muchos de nosotros aprendimos la cancioncita en la escuela dominical que dice: “Josué peleó batalla en Jericó y los muros cayeron, si.”
¡No tan rápido!
Jericó era una enorme ciudad fortificada que se interponía en su camino. Esta ciudad amurallada estaba fuertemente protegida y armada hasta los dientes.[v]
Y aquí están los israelitas, que tienen poco y nada de entrenamiento militar.
Recuerde que esta habría sido la ciudad de la que los espías informaron en Deuteronomio 1. El informe incluía estas palabras – escuche esto – Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo (Deuteronomio 1:28).
Ese informe había provocado tal pánico en Israel que pasaron los siguientes 40 años deambulando en el desierto como castigo por su incredulidad en la promesa y el poder de Dios.
Dos de los espías habían dicho: “¡Vamos, podemos hacerlo! ¡Dios lo prometió!” Pero no los escucharon.
Ahora, esos dos jóvenes espías tienen cuarenta años más.
¡Josué y Caleb estaban de vuelta en Canaán!
¿Así que, cuál es el plan?
Josué registra que Dios le dio esta inusual estrategia.
Una vez al día, los soldados, sacerdotes y el resto del pueblo debían caminar alrededor de la ciudad de Jericó. Los sacerdotes al frente de la procesión debían llevar el Arca del Pacto y siete de ellos debían tocar continuamente sus trompetas hechas de cuernos de carnero. Una vuelta alrededor de la ciudad, una vez al día, durante seis días. Luego, en el séptimo día, debían caminar alrededor de la ciudad 7 veces. Y luego, después de un largo toque de trompeta, la gente gritaría a todo pulmón y los muros se derrumbarían.
¿Existe un plan B?
No. Ese es el plan.
Imagine a los soldados mirando esta extraña procesión desde las torres y los puestos de guardia por sobre los muros de la ciudad. ¿Se puede imaginar a algunos de ellos gritando:
–”¿Qué creen que están haciendo?”
–”¿Estamos conquistando su ciudad?”
–”¿Cómo es eso?”
–”Vamos a caminar alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días “.
–”Uhh, que miedo… ¿y luego que?”
–”Luego vamos a caminar alrededor de la ciudad siete veces en el séptimo día”.
–”Que aterrador… ¿y después que?”
–“Entonces nuestros sacerdotes van a tocar sus trompetas y vamos a gritar a todo pulmón”.
–”Oh no, que vamos a hacer… ¿y después?”
–”Entonces las paredes van a derrumbarse”.
Por cierto, esta conversación no pudo haber ocurrido simplemente porque parte del mandato de Dios era que todo el pueblo debía permanecer en absoluto silencio durante su marcha alrededor de la ciudad; lo que resultó ser un mandato importante y sabio del Señor. ¿Puede imaginarse las posibles quejas después del día 4? “Oye, ni una piedra de este muro se ha movido. Deberíamos estar construyendo escaleras o cavando túneles en lugar de seguir caminando.”
Un autor escribió: “Cuánto daño puede crear la gente que habla constantemente de las dificultades en la tarea que enfrentamos. Todo servicio cristiano está plagado de dificultades; Satanás se encargará de eso.”[vi]
Hudson Taylor, el famoso misionero en China, dijo que hay tres etapas en la voluntad de Dios: Imposible… difícil… hecho.[vii]
Imposible. . . difícil . . . hecho.
Siempre habrá dificultades, desafíos y decepciones. Resulta que somos pecadores trabajando con otros pecadores tratando de alcanzar a más pecadores para Cristo.
¡¿Qué tan difícil puede ser eso?!
Es por eso que no existe tal cosa como una oportunidad sin la misma cantidad de oposición: De hecho, cuanto mas grande es la oportunidad, más grande es la oposición.
En la biografía de Adoniram Judson, leí que cuando él tuvo la bendición de bautizar a uno de los lideres en Birmania – donde había ido de misionero, una gran multitud llegó, se puso a mirar y, tan pronto como el hombre salió del agua, la multitud comenzó a burlarse.[viii]
Qué tonto… que ritual mas loco… ¡y se rieron de él!
Aquí en nuestra iglesia cuando alguien se bautiza, aplaudimos. Imagine que, al bautizarse, la gente venga a reirse y burlarse.
¿Se imagina a los soldados mirando por encima de ese muro riéndose y burlándose?
Qué prueba de fe que fue esta.
Este es el principio clave: la fe no solo es la voluntad de obedecer a Dios, incluso cuando parece que no hay salida.En segundo lugar, la fe es la voluntad de seguir a Dios, incluso cuando parece ridículo.
“Hemos caminado alrededor de estas paredes 12 veces y ni un ruido… ni una piedrita suelta… el enemigo se ha burlado de nosotros durante 6 días seguidos.
¿Qué tipo de estrategia militar es esta? ¡Hemos llegado tan lejos por nada!
Pero voy a dar otra vuelta a la ciudad de nuevo, una vez más, la vuelta número 13. Y luego, en obediencia, alzaré mi voz en un grito de triunfo, dirigido a esta ciudad fortificada.
Lo haré… y la nación entera lo hizo al unísono.
Los sacerdotes tocaron la trompeta y entonces y toda la gente comenzó a gritar.
Y, creo que, incluso para su propio asombro, las paredes se derrumbaron.
Imposible… difícil… ¡hecho!
Rahab la Ramera
Y la historia se pone aún mejor.
Note el ejemplo personal de fe escondido en este asombroso evento de fe nacional – versículo 31: Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes (o incrédulos), habiendo recibido a los espías en paz.
Aquí hay una frase increíble: Por la fe, Rahab la ramera.
Ella era famosa… por todas las razones equivocadas.
Ella tenía conexiones… y todas eran malas.
Ella es una de las últimas personas que alguna vez pensaría que se convertiría a la fe en el Dios viviente.
Oh, pero ella había escuchado las historias. El libro de Josué nos dice que ella les contó a los espías: “he oído sobre su Dios… Incluso he escuchado de cómo cruzaron el mar… que Jehová hizo secar las aguas del mar Rojo” Josué 2:10.
No el río Jordán, que acababan de cruzar. No, no, he oído hablar de cómo cruzaron el Mar Rojo hace 40 años, y nuestros corazones se desmayaron – se derritieron dentro de nosotros.
No pase esto por alto. Hace 40 años, cuando los espías regresaron y dieron su reporte desalentador – cuando dijeron que habían gigantes en la tierra prometida y ciudades con muros que llegaban al cielo, una referencia a Jericó… todos entraron en pánico y dudaron de Dios. Pero ahora nos enteramos de que los corazones de los cananeos ya se habían derretido de miedo.
Israel tenía la ventaja ya que los pueblos estaban aterrorizados por el poder del Dios más poderoso del que habían oído en sus vidas.
Y escuchamos el testimonio de una prostituta que tenía más fe que toda la generación de israelitas que murió en el desierto. Ella dijo: “Cuando escuché eso, supe que el Señor les había dado la tierra y que su Dios es el Dios del cielo y de la tierra”. Josué 2:11.
“Entonces . . . ¿Puedo unirme a ustedes? ¿Aceptaría su Dios a alguien como yo?
¿Puedo ser su primer convertido en la tierra de Canaán? Y ellos dijeron: “Sí”.
Algunos han tratado de suavizar o eliminar las controversias en esta historia diciendo que la palabra hebrea para ramera se puede traducir como posadera… a menudo formaban parte de la misma industria.
El problema con eso es que la traducción griega de la Biblia hebrea, traducida 200 años antes del nacimiento de Cristo, usa una palabra griega que claramente significa prostituta para traducir esa palabra.[ix]
Más importante aún, la palabra usada por el escritor de Hebreos aquí en el capítulo 11, así como Santiago en su carta cuando menciona a Rahab, es la palabra griega, porne ( πορνη) de donde sacamos la palabra pornografía, traducida fornicador.[x]
Ella no era la dueña de un lindo hotel, ella estaba a cargo de un burdel. ¿Por qué suavizar la historia? ¡Este es el punto de esta gloriosa historia! Dios demostró Su gracia para con la persona que nadie en la ciudad esperaría que cambiara para convertirse en una demostración viva de fe en Dios.
Ella pondrá todo su futuro en las manos de Dios esperando por fe en el poder de Dios y su gracia para aceptarla.
La fe es nuestra disposición a olvidar los fracasos de nuestro pasado y arriesgarlo todo – nuestro presente y futuro – al seguir obedientemente a nuestro Dios.
Conclusión
Permítame concluir nuestro estudio al destacar dos verdades que podemos aprender de estas historias de fe sorprendente.
Primero, sus debilidades no obstaculizan el desempeño de Dios en su vida.
El pastor Griffith Thomas que, entre otras cosas, ayudó en la formación del famoso Seminario Teológico de Dallas a principios de 1900, escribió en su pequeño comentario de Hebreos 11 que la fe está convencida de que Dios existe; que Dios es capaz; que Dios está siempre presente; que Dios puede hacer lo que quiere; que Dios ha probado ser quien dice ser y, sin embargo, volverá a demostrar que es fiel.
Él añadió que cada creyente debe recordar estas 5 simples realidades de la fe: Dios es… Dios tiene… Dios hace… Dios puede… y Dios lo hará.[xi]
Estas son verdades poderosas en manos de personas comunes y corrientes. Y Dios puede hacer grandes cosas con aquellos que descansan completamente en estas verdades… y a final de cuentas, Dios recibe todo el crédito ya que queda más que claro que Él es quien obra a través de sus siervos frágiles, comunes y corrientes.
Al famoso misionero Hudson Taylor le preguntaron una vez: “¿No te sorprende ver todo lo que has logrado en tu obra misionera en China?” A lo que Hudson Taylor respondió: “Creo que Dios debe haber estado buscando a alguien lo suficientemente pequeño… para que toda la gloria fuera Suya, y Él me encontró a mi”.[xii]
Me encanta cuando los grandes hombres y mujeres de fe hablan así… ellos son genuinos… verdaderos héroes de la fe. ¡Todos deberíamos hablar de esa manera!
Querido oyente, su debilidad no obstaculiza la obra de Dios a lo largo de su vida.
En segundo lugar, su pasado no obstaculiza los planes de Dios para su vida.
Mira a Israel… que pasado… y que futuro.
Mire a Rahab. ¿Tiene usted un pasado oscuro? Dudo que esté más contaminado que el de Rahab.
Permíteme animarle a dejar su reputación en las manos de Dios y simplemente preocuparse de vivir para Él.
Mire el pasado de Rahab… Pero mire su futuro.
Dios la rescata a ella y su familia de la destrucción de Jericó. Y no pasa mucho tiempo antes de que un hombre israelita piadoso la conoce y se conmueve tanto por su pasado, su historia de cómo había creído y lo que había arriesgado que él dice, “esta es la mujer que estaba esperando para que fuera mi esposa.”
Él le propone matrimonio y ella acepta. Y escuche esto – resulta que él es uno de los príncipes de Judá. Él es miembro de la línea genealógica del Mesías.
Ellos pronto tienen un bebé y lo llaman Booz.
Booz crece escuchando el testimonio de la fe de su madre – él crece viendo a su fiel padre judío y a su fiel madre gentil… y su pequeño corazón está dispuesto a hacer lo mismo, porque se casará con una mujer gentil que dejó atrás su nación idólatra para poner su fe en el Dios de Israel.
Y un par de generaciones después, su tataranieto se llamará David – si, el mismísimo rey David – y del linaje de David eventualmente llegó el Señor Jesucristo… quien vino a rescatar a pecadores perdidos – personas con un pasado en pecado, para darles un futuro glorioso, perdonado, gracias a su obra de salvación por nosotros.
Querido oyente, mire su pasado… pero piense en su futuro ahora que ha creído y ha recibido la salvación de parte del Señor – el perdón de pecados. Que glorioso futuro.
Y mientras tanto, recuerde que su debilidad no obstaculiza el poder de Dios; y su pasado no obstaculiza los planes de Dios.
Por el contrario, la fe demostrada a través de personas comunes y corrientes – como usted y yo – esa fe es la voluntad de olvidar el fracaso de nuestro pasado y poner nuestro futuro en las manos de Dios mientras caminamos gozosa y obedientemente con nuestro fiel y amoroso Señor.
[i] Michael P. Green, ed; 1500 Illustrations for Biblical Preaching (Baker Books, 1989), p. 145
[ii] Ken Sande, The Peacemaker (Baker Books, 1997)
[iii] C. F. Keil and F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament: Volume 1 (Eerdmans, 1991), p. 53
[iv] Arthur W. Pink, An Exposition of Hebrews: Volume II (Baker Book House, 1963), p. 834
[v] John Phillips, Exploring Hebrews (Loizeaux Brothers, 1988), p. 164
[vi] Pink, p. 836
[vii] Dr. and Mrs. Howard Taylor, Hudson Taylor and the China Inland Mission: Volume 2 (OMF International, 1996), p. 276
[viii] Jesse Clement, The Life of Rev. Adoniram Judson (University of Michigan Library reprint)
[ix] G. Campbell Morgan, The Triumphs of Faith: Expositions of Hebrews 11 (Baker Book House, 1980), p. 149
[x] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 731
[xi] W.H. Griffith Thomas, Hebrews: A Devotional Commentary (Eerdmans, 1982), p. 154
[xii] Taylor, p. 265