D. L. Moody, el evangelista de finales de 1800s y fundador del Instituto Bíblico Moody, una vez dijo, “Hay dos razones por las que creo que Satanás existe: primero, la Biblia lo declara y segundo, he tenido que lidiar con él.”[i]
Francamente, el cristiano promedio va a través de la vida sin pensar en de la guerra en la cual está metido.
Un autor escribió, “muchas personas se levantan, comen, van a trabajar, hacen llamadas telefónicas, cuidan de sus hijos, limpian la cocina, y se van a acostar sin pensar una sola vez en la existencia del mundo espiritual y el hecho de que la humanidad es el escenario de la batalla más grande que alguna vez haya tomado lugar.”[ii]
Ahora, las fuerzas del mal no están al mismo nivel que los poderes celestiales. No es una batalla entre dos fuerzas de igual poder, que nosotros solo contemplamos preguntándonos quien va a ganar. El poder de Dios es supremo y el conflicto ya ha sido ganado. Sin embargo, las fuerzas del mal todavía no han admitido su derrota.
La batalla ya ha sido ganada, pero, aun así, cada día hay enfrentamientos y contiendas. A Satanás, el general derrotado, se le ha permitido merodear por la tierra. Y en su merodear, él busca nuevos reclutas para que nieguen la gloria de Dios y su soberanía.
Su blanco favorito son los hijos de Dios. El silenciar la adoración y el agradecimiento de un creyente deleita mucho más a Satanás que maldecir a miles de no-creyentes. El odia que Dios sea adorado.
En el libro de Isaías vemos que era el trono de Dios lo que Satanás deseaba; era la gloria de Dios que él quería; era la adoración de la humanidad que el codiciaba, y por eso, Satanás fue juzgado. Un tercio de los ángeles lo siguieron en su rebelión y ahora le sirven como ángeles caídos, atacando la obra de Dios, los planes de Dios, y los siervos de Dios.
El Apóstol Pedro nos informa que el deseo de Satanás es “devorar,” lo que también podemos entender como “desacreditar” a alguien que dice conocer a Cristo como su salvador (1 Pedro 5:8).
Así que, ¡manténgase alerta! Él tiene su mirada puesta en usted.
La forma en que satanás puede atacar la gloria de Dios es a través de creyentes desobedientes, desleales, desagradecidos y apartados, que rehúsan glorificarle porque están pasando por pruebas, o tragedia, o se han vuelto apáticos, o están viviendo vidas en pecado. El callar la adoración de un creyente es su mayor objetivo, porque él sabe que el trono de Dios está fuera de su alcance, pero no es así con los hijos de Dios.
Charles Spurgeon, quien tuvo un enorme ministerio en Londres hace dos siglos atrás, sufrió de enfermedades físicas durante casi toda su vida. Él predicó casi cien sermones sobre el libro de Job durante su ministerio; y para él, esto no era un simple estudio bíblico. Spurgeon sabía lo que era sufrir. Él sufría de dolores continuos todos los días, lo que, a veces, lo obligaba a permanecer en cama. Esta difícil situación comenzó a sus veinte años – casi el mismo tiempo en que empezó a pastorear su iglesia.
La esposa de Spurgeon, Susana, también sufría en su salud y, a sus treinta años, ya tenía muchas limitaciones físicas. Rara vez podía asistir los domingos a la iglesia donde 10.000 personas se juntaban para adorar al Señor.
En uno de sus sermones que leí esta semana, Spurgeon dijo,
Satanás odia ver cristianos felices glorificando a Dios. Él sabe muy bien que los cristianos tristes generalmente deshonran la gloria de Dios al desconfiar de ella, y él piensa que, si nos puede hacer preocupar hasta que no creamos más en la constancia y la bondad del Señor, él le habrá robado a Dios de su gloria. Dios dijo, “El que me ofrece alabanzas, me glorifica,” así que Satanás coloca su hacha sobre la raíz de nuestra adoración, para que Dios deje de ser glorificado.[iii]
¿Es verdad esto? ¿Cómo podemos estar seguros de que el plan de Satanás es silenciar la adoración y destruir el testimonio de los creyentes?
- Simplemente escuche – mientras, por primera vez en la historia de la humanidad, el telón se abre en los cielos y podemos oír una conversación entre Dios y Satanás acerca de la vida de un fiel creyente llamado Job.
- Simplemente observe – mientras Dios toma la vida de este creyente y lo ofrece a la humanidad como la exhibición Nº1 en un museo, como evidencia de que hay al menos una persona sobre la tierra que adorará a Dios en medio del dolor y las pruebas.
El telón se abre en Job capítulo 1, versículo 6.
Job – Escenas Uno y Dos
Si estuvo con nosotros en nuestro último estudio, recordará que vimos 6 palabras que describen a Job. Las obtuvimos a partir de los primeros 5 versículos de este libro. Job era
- Justo
- Genuino
- Reverente
- Resistente
- Adinerado
- Reconciliador
¡Que testimonio!
El tenía siete hijos y tres hijas – ¡que gran herencia!
Un autor dijo que, si se fuera a actuar esta historia, al final del versículo 5 debería haber una pausa. El telón debería caer. A la audiencia se le debería dar unos minutos para levantarse y estirarse; y luego, el telón se abriría y revelaría un escenario diferente, ahora representando el cielo.
La verdad es que Job se va a dormir al final de la primera escena y se despierta en la escena número dos, nunca imaginando lo que estaba a punto de ocurrir.[iv]
Job no tiene idea que mientras estaba dormido, Satanás estaba despierto. De hecho, él no tiene idea que mientras descansaba recostado sobre su cama aquella noche, Dios había elegido alterar radicalmente todo en su vida a partir del día siguiente.
La escena número 2 va a mostrar un contraste inmenso en comparación con la primera escena.
| La Primera Escena es: | La Segunda Escena es: |
| Calma | Caótica |
| Llena de bendiciones | Llena de tragedias |
| Exactamente lo que esperaríamos que le ocurrieran a alguien que vive una vida piadosa | Una inesperada serie de calamidades, muertes, y enfermedades. |
Esta no es la primera vez que algo así le pasa a alguien que ama a Dios
Quizás usted ha atravesado alguna situación similar. Mientras estaba viviendo una vida tranquila, Dios estaba preparando un plan que lo sorprendería, lo conmocionaría, e incluso lo quebrantaría – y ahora ve cómo Él está permitiendo que sucedan ciertas cosas que usted nunca había esperado.[v]
Usted quizás esperaba caer entre algodones, sin embargo, se encontró en medio del fuego de la aflicción.
Sin que Job tuviera la menor idea, Una conversación estaba tomando lugar más allá de las estrellas – una conversación que cambiará la vida de Job como nunca podría imaginarse.
Una Reunión con Dios
La escena número dos de la vida de Job comienza en los cielos. Leamos Job 1:6
Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.
La expresión, “hijos de Dios,” puede referirse a los ángeles, como ocurre más adelante en Job 38:7, donde las huestes angelicales se regocijan mientras observan a Dios crear y ordenar el universo.
Los ángeles están delante de Dios para rendir cuentas, y Satanás está con ellos.
Si alguna vez pensó que Satanás no puede estar en la presencia de Dios, porque Dios no puede estar en presencia del pecado, aquí vemos claramente que no es así. De hecho, no hay lugar en donde Dios no está. Él es omnipresente.
Vemos en Zacarías 3:1 que Satanás estuvo en la presencia de Dios y acusó al sumo sacerdote Josué.
En Apocalipsis se nos informa que Satanás acusa a los creyentes delante de Dios día y noche (Apocalipsis 12:10)
En Lucas, el Señor le dijo a Pedro que Satanás había venido y le había preguntado si podía “zarandearlo como trigo.” Luego el Señor le dijo a Pedro, “pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31-32).
Aun más interesante es el hecho que en griego, los verbos indican que estos hechos ya habían ocurrido. Satanás ya le había pedido permiso para probar a Pedro y Jesús ya había rogado por él, y en Hebreos vemos que Jesús intercede por nosotros.[vi]
¡Piense en esto! Jesús ya ha intercedido por la prueba que usted está pasando… ahora mismo.
Sin embargo, la verdad permanece – Satanás:
- Va delante de Dios y lo acusa a usted
- Y viene delante suyo y le miente acerca de Dios
- Le dice a Dios que no vale la pena el cuidarlo a usted
- Le dice a usted que no vale la pena seguir a Dios
- Le dice a Dios que usted es un pecador
- Le dice a usted que Dios no se preocupa por usted
- Le dice a Dios que usted le ha sido infiel
- Le dice a usted que Dios ha perdido interés en usted.
El nombre Satanás significa adversario/acusador y, en este versículo, tiene el articulo definido “el.” Podríamos leerlo entonces como “el Satanás,” lo que enfatiza su actividad como “el adversario.” Podría traducirse como “el acusador.” En el Nuevo Testamento, se dejó de usar el artículo definido y simplemente lo llaman Satanás. Es por eso que generalmente olvidamos que su objetivo principal es acusar.[vii]
Satanás no es un invento. Él no es una caricatura divertida en un traje rojo, un tridente en sus manos y una cola puntiaguda. Él no tiene cuernos tampoco.
Satanás fue creado como un querubín, una de las clases de seres angelicales que existen.
Cuando pensamos en un querubín, generalmente se nos viene a la mente la imagen de unos bebes gorditos volando con sus pequeñas alitas. Sin embargo, los querubines eran los ángeles que estaban más cerca del trono de Dios. De hecho, el arca del pacto tenía dos querubines esculpidos a cada extremo de la cubierta, que también se llama “el propiciatorio.” Sus alas se extendían por encima del arca.
Fueron querubines los que protegieron el jardín del Edén cuando Adán y Eva fueron expulsados (Génesis 3).
También se esculpieron imágenes de Querubines en el imponente templo de Salomón (1 Reyes 6).
Ezequiel describe a los querubines como criaturas con cuatro alas y cuatro caras, mirando hacia el norte, el sur, el este y el oeste. Criaturas capaces de volar en cualquier dirección sin necesidad de girar. Sus cuatro caras, según Ezequiel 1, eran de hombre, león, toro, y águila.
Otros pasajes nos informan que los ángeles (y los querubines están incluidos esta categoría) son capaces de cambiar su apariencia. Algunas personas vieron ángeles en Sodoma y Gomorra, pero creyeron que eran hombres (Génesis 19). Otros vieron criaturas brillantes con vestimentas blancas como la nieve y cuya apariencia era como la de un rayo.
Quizás las cuatro caras indicaban la maestría de los querubines para viajar y cambiar de apariencia física.
Sabemos que Satanás se describe en la Biblia como:
- Un querubín protector (Ezequiel 28) capaz de disfrazarse como un ángel de luz
- El príncipe de este mundo (Juan 12:31)
- El príncipe de la potestad del aire (Efesios 2:2), lo que también se puede traducir como, “el gobernador del imperio de la atmosfera.” Esto simplemente nos da la idea de que Satanás tiene el liderazgo sobre los ángeles caídos y el mundo en pecado.
- También se describe como el dios de este mundo (2 Corintios 4:4). Aquí la palabra “mundo” viene del griego “aion,” y se refiere al sistema de pensamiento del mundo y sus filosofías egocéntricas.
- Él es Beelzebú según Mateo 12, Marcos 3, y Lucas 11. Este es un término que se puede traducir como, “señor de las moscas,” y hace referencia a su tendencia y predilección hacia la corrupción.
- Él es Lucifer según Isaías 14:12, lo que habla de su increíble belleza y su aura de luz que lo rodea, haciéndolo aún más fascinante para los millones de ángeles que lo siguieron en su rebelión en contra de Dios.
- Él es el engañador y el acusador (Apocalipsis 12)
- El enemigo (Mateo 13)
- Un homicida y el padre de mentiras (Juan 8:44)
Así que, aquí nos encontramos presenciando esta reunión celestial entre Dios y las huestes espirituales, incluyendo al enemigo de Dios y los hombres, Satanás. Él es:
- Un ser creado que está presentándose ante su creador;
- El ángel que es ambos bello y malvado;
- El querubín caído que tiene un aura de luz, pero que es un representante de la oscuridad y la corrupción.
Leamos Job 1:7.
Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
A todo esto, Satanás no está haciéndose el listo. Él está rindiendo cuentas. Y Dios no le está preguntando esto a Satanás porque de alguna manera se le escapó de vista y le perdió el rastro.
Dios no está desinformado aquí… el no necesita que le den noticias de la ubicación de Satanás.[viii]
Esta pregunta es como la que Dios hizo en el jardín del Edén, “¿Adán, donde estás?” (Génesis 3:9)
Dios sabia dónde estaba Adán, pero le ofreció una oportunidad para confesar o revelar donde estaba.
Dios sabía exactamente donde Satanás había estado, pero Satanás no quería admitirlo. Dios sabía que Satanás había estado observando a Job, como el texto va a demostrarlo en un par de versículos.
De hecho, las palabras que Satanás usa para “rodear y andar por la tierra” hacen referencia a un cuidadoso escrutinio. Él ha estado observando. Él ha estado analizando cuidadosamente la vida de Job.
Luego el Señor le hace a Satanás una pregunta retórica – él ya sabe la respuesta. Note Job 1:8
…¿No has considerado a mi siervo Job?
Literalmente, “¿Has puesto tu corazón en mi siervo Job?
Como si estuviera diciendo, “¿No te gustaría sacarlo del camino? Sé que estas deseando una oportunidad para destruir el testimonio de este fiel hombre.”
Dios continúa hablando en Job 1:8
…no hay otro como él en la tierra
Dios luego describe a Job como
- Un varón perfecto y recto, (lo que significa que él es justo y genuino.)
- Temeroso de Dios (él es reverente)
- Apartado del mal (él es resistente a la tentación)
Dios le está diciendo a Satanás, “Yo sé dónde has estado merodeando. Job es un gran hombre, ¿no es así?”
Pausemos por un momento y consideremos las implicaciones de lo que está pasando.
Mientras Job dormía aquella noche, el adversario estaba merodeando por su propiedad. Él estaba rebuscando entre sus documentos; él estaba chequeando su historial en internet; él estaba revisando sus contactos. Él está mirando, buscando, investigando cual era el punto débil en la vida de Job.
Spurgeon escribió,
Como el obrero metalúrgico conoce que un metal debe ser trabajado a cierta temperatura y otro a una temperatura diferente; como aquellos que tienen que trabajar con químicos saben que a cierta temperatura un líquido llega al punto de ebullición, mientras que otro liquido no necesita tanta temperatura; de la misma manera Satanás conoce exactamente la temperatura a la cual trabajarnos para sus propósitos. Como el cazador tiene un arma para cazar aves, y otro tipo de arma para cazar venados, así mismo Satanás tiene una tentación distinta para cada tipo de persona. El enemigo, como un pescador experto, observa y adapta su carnada a su presa; y sabe en qué temporadas y estaciones los peces son más fáciles de atrapar.[ix]
El problema para Satanás aquí era que Job no iba a morder la carnada.
¿Iba Satanás entonces a sacudirlo y golpearlo? ¿Tomaría acaso sus posesiones y destruiría su vida para lograr su propósito?
Eso es lo que deseaba hacer, pero no podía. Él no podía tocar a Job. Él le pertenecía a Dios, y Satanás necesitaba su permiso para hacer algo al respecto.
Y lo mismo ocurre con nosotros – Satanás no puede tocarnos a menos que haya recibido permiso de parte de Dios.
Querido oyente, si usted ha puesto su fe en Cristo, usted nunca estará en las manos de Satanás, usted siempre estará en las manos de Dios. Su prueba ha sido permitida por Dios. ¿Sera capaz de alabar a Dios en medio del dolor y las dificultades?
Una Acusación delante de Dios
Dios dijo en Job 1:8
…¿has considerado a mi siervo Job?…
En otras palabras, “¿has estado observando a Job? Yo sé que si – ¡él es uno de mis mejores siervos!”
Satanás responde con una acusación en Job 1:9
¿Acaso teme Job a Dios de balde?
El pasa de una reunión con Dios a una acusación delante de Dios.
Satanás está acusando los motivos de Job. Él está diciendo, “la única razón por la que Job te adora es porque lo recompensas.”
En otras palabras, “obvio que es tu siervo, ¿quien no lo seria si le das todo lo que tiene? Míralo. Lo hace porque le conviene.”
Note Job 1:10
¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
Satanás está diciendo, “Mira todas las interminables bendiciones que le has dado a Job, esa es la razón por la que te ama y te adora”
¿Sera cierto? Vamos a ver.
Sin embargo, ¿que pasaría si Satanás y Dios estuvieran hablando acerca de nosotros?
Satanás diría, “la única razón por la que van a la iglesia es para estar de buenas contigo; para sobornarte así sigues bendiciéndolos; para mantenerte de su lado.”
Quizá usted diga, “Nada que ver, yo no soy así.”
Que pasa entonces cuando Dios no “cumple.” Que pasa cuando no nos va como queremos; cuando nuestra vida no es un sendero de rosas todo el tiempo.
¿Qué le pasa a su espíritu cuando tiene que ir al hospital? ¿qué le pasa a su vida de oración en la sala de emergencias?
¿Qué le pasa a su caminar con Dios cuando se encuentra desempleado, o en bancarrota, o frente a la tumba de un ser querido?
¿Sabe Satanás cual es nuestro límite?
La verdad es que Job no merece esa acusación. Él ha caminado con Dios por muchos años.
Además, como un autor escribió, Job es llamado el siervo de Dios. A Satanás no le importa en lo absoluto. Hazle saber cómo se siente sufrir la muerte de un hijo. Permite que el mundo se derrumbe sobre él y ahí vas a ver al verdadero Job.[x]
Imagine, Job no tiene la menor idea de que esta conversación estaba tomando lugar en el cielo.
Pero antes de continuar, no pase por alto que Satanás también está acusando a Dios.
Warren Wiersbe escribió estas sabias palabras,
La acusación de Satanás era realmente un ataque contra Dios, “la única razón por la que Job te teme es porque le pagas para que lo haga. Ustedes dos tienen un arreglo: tú lo proteges y el prospera mientras él te obedece y te adora. Tú no eres un Dios digno de adoración, tu tienes que pagarle a la gente para que te honre.”[xi]
Querido oyente, nunca olvide que cuando rehusamos adorar a Dios y someternos a Dios porque estamos atravesando pruebas en nuestras vidas, no solo estamos afirmando las acusaciones de Satanás en contra de nosotros – lo cual lo deleita – sino que también afirmamos su acusación en contra de nuestro Salvador.
“Ves, tú no eres digno de lealtad. Ves, tú no eres digno de amor. Quítale a Job su salud y su familia y sus posesiones y mira como su fe se derrumba.”
Ahora note Job 1:11-12
Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
Uno pensaría ahora, mira como Dios está arriesgando su gloria en la repuesta de Job. ¡Job no falles!
Pero nada podría estar más lejos de la realidad.
Contrario a lo que muchos predican y escriben hoy en día, Dios nunca arriesga nada. El nunca aprende nada nuevo. Él nunca es descuidado.
Dios no es un jugador cósmico de póker apostando todas sus fichas en la respuesta de Job. No que sepa jugar póker a todo esto.
Satanás no es omnisciente. Él no conoce el futuro como Dios lo conoce – con perfecta claridad.
Satanás no sabe lo que Job va a hacer. Dios sabía perfectamente que iba hacer Job antes de la fundación del mundo.
Dios va a jugar con Satanás como si fuera una marioneta para cumplir sus propósitos, no solo en la vida de Job, sino que también en su vida, querido oyente, mientras estudiamos el testimonio de Job.
¿Quiere hacer enojar a Satanás? Recuérdele la historia de Job. Él ha sido derrotado por un mero humano.[xii]
Conclusión
Antes de terminar nuestro estudio, permítame hacer algunas afirmaciones acerca de Satanás, a partir de lo que hemos observado en este texto. Varias cosas que hemos aprendido acerca de nuestro derrotado enemigo incluyen:
- Satanás está libre en la tierra, pero es responsable delante de Dios.
- Satanás es inteligente y astuto, pero no es omnisciente como Dios.
- Satanás no es capaz de tocar a los santos sin el permiso divino.
- La influencia de Satanás y su poder destructivo son limitados por la voluntad de Dios.
- La derrota definitiva de Satanás ocurre cuando el creyente continúa alabando a Dios aun en medio del dolor y las dificultades..
Dios dice, “aquí esta Job. Él va a ser la “Exhibición Nº1” de que el ser humano es capaz de adorarme aun cuando lo pierde todo.”
Martin Lutero, el reformador que escribió el himno, Castillo fuerte es nuestro Dios, una vez dijo, “Al cantar salmos a Dios, es como si le escupiéramos al diablo.”[xiii] Así que cantemos a Dios sin importar el sufrimiento, sin importar cuan débil esta nuestra fe. Porque Job nos ha revelado que al final, no estamos en las manos de Satanás, sino que estamos en las manos de Dios.
[i] Holman Old Testament Commentary: Job (Holman, 2004), p. 23.
[ii] Sitting With Job, ed. by Roy Zuck (Wipf & Stock Publishers, 1992), p. 145.
[iii] Charles Spurgeon, The Suffering of Man & the Sovereignty of God (Fox River Press, 2001), p. 7.
[iv] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing Group, 2004), p. 8.
[v] Ibid., p. 8.
[vi] J. Sidlow Baxter, Explore the Book (Zondervan, 1960), p. 36.
[vii] John C. L. Gibson, Job (Westminster Press, 1985), p. 10.
[viii] Gary Crandall, Gold Under Fire (BMH Books, 1992), p. 48.
[ix] Spurgeon, p. 10.
[x] Swindoll, p. 11.
[xi] Warren W. Wiersbe, Job: Be Patient (Victor Books, 1991), p. 16.
[xii] Spurgeon, p. 16.
[xiii] Spurgeon, p. 7.
