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El ministerio de la presencia

Comúnmente escuchamos acerca de lo terrible que fueron los amigos de Job en su consejo. Sin embargo, en este programa descubriremos qué fue lo que los amigos de Job hicieron bien.  
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Introducción

            Erma Bombeck fue una de las columnistas más exitosas entre los años 1950 y 1990. Ella escribía una columna semanal acerca de cosas cotidianas – siendo una madre y ama de casa. Ella usaba su sentido de realismo y humor para animar a las mujeres de su época – en un tiempo cuando a las mujeres no les era permitido decir lo que pensaban.

            Aunque Erma era una madre y esposa fiel, su sentido de humor y realismo hacia levantar más de un par de cejas. Su libro titulado, Familias que Juegan Juntas se Irritan Luego ganó la atención de muchos. Su libro titulado, El Césped Siempre es más Verde Sobre el Estanque Séptico la hizo famosa.

            Erma Bombeck murió de cáncer en 1996. Cuando se enteró de que estaba muriendo, ella escribió una columna que alguien me mostró hace unas semanas atrás. La columna es titulada, “Si tuviera que vivir mi vida otra vez.” Ella escribió,

  • Habría escuchado más y hablado menos.
  • Habría encendido la vela con forma de rosa antes de que se derritiera sola.
  • Habría tomado el tiempo para escuchar a mi abuelo hablar acerca de su niñez.
  • Habría compartido más las responsabilidades de mi esposo.
  • Nunca habría insistido en mantener las ventanillas cerradas en el auto durante los meses de verano porque acababa de arreglarme el pelo.
  • Me habría sentado en el patio con mis hijos sin preocuparme tanto de las plantas.
  • Cuando mis hijos venían a abrazarme. impetuosamente, nunca les habría dicho, “más tarde. Ahora anda a prepararte para la cena.”
  • Habrían habido muchos más “te amos” y muchos más “lo sientos.”
  • Habría aprovechado cada minuto – solo tenemos una vida y luego se termina.
  • Habría gastado más tiempo pensando acerca de lo que Dios me ha dado y no de lo que no tengo.

            ¿No es interesante que algunas de las mejores lecciones acerca de la vida se aprenden cuando enfrentamos la muerte?

            La semana pasada, mencioné en mi iglesia que me encantaría escuchar sus historias de 39 segundos, refiriéndome al tiempo que le tomó a Job escuchar a los mensajeros que vinieron uno tras otro para contarle que lo había perdido todo y casi todos.

            Me gustaría pedirle a usted también, querido oyente, a que nos envié su historia de 39 segundos – y algunas de las lecciones acerca de la vida que aprendió a través de su propia tragedia. Solo envíenos un correo titulado “mi historia de 39 segundos.”

            Mi comentario de la semana pasada motivó a varias personas a escribir. Una mujer escribió que su esposo había sido asesinado por unos ladrones. Un hombre escribió que luchaba emocionalmente con la muerte de su padre.

            Un joven de nuestra iglesia nos contó que, él y su amigo habían ido de viaje a los bosques inhabitados de Alaska en avioneta, para cazar alces. Ellos eran cazadores experimentados y tenían todo el equipo que podrían necesitar para la caza, incluyendo un teléfono satelital que decidieron rentar y traer a último momento. En su último día de caza, él vio a un gran alce y le disparó. El alce no cayó, sino que empezó a correr hacia él. Recargó su arma y disparó, y luego sintió un dolor intenso. Miró hacia abajo y notó que su arma se había partido a la mitad – una mitad lo había golpeado en la cara, lacerando su rostro severamente y aplastando uno de sus ojos, del cual aún hoy no puede ver.

            Después del accidente y del rescate más bien impresionante de parte de unos soldados de la armada que vinieron en helicóptero – gracias a ese teléfono satelital – mientras atravesaba las cirugías y su recuperación, aun preguntándose si volvería a ver, o si el accidente lo dejaría invalido para siempre, él escribió la siguiente lista de preguntas:

  • ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
  • ¿Hacia dónde se dirige mi vida?
  • ¿Qué quiere Dios que yo haga?
  • ¿Cuál es el plan de Dios para mi vida?
  • ¿Qué debería hacer con las bendiciones de Dios?
  • ¿Qué debería hacer con las pruebas de parte de Dios?
  • ¿Me volveré una persona resentida?

            Este joven agregó casi al final, “Mi única esperanza está en la bondad de Jesucristo… mis fuerzas son pocas… Señor, por favor ayúdame!

            Querido oyente:

  • ¿Cómo le responde a alguien que hace esas preguntas tan profundas?
  • ¿Cómo empieza a convertirse en parte de la solución de Dios en la vida de alguien rodeado por tristeza?
  • ¿Cómo puede ministrar a alguien que ha sido recientemente diagnosticado con una enfermedad terminal y le encantaría tener una segunda oportunidad en la vida?

            Me gustaría animarle desde ya, porque estoy convencido de que cada persona en el cuerpo de Cristo es capaz de ayudar a la persona que esta sufriendo.

            Usted no necesita ser brillante, persuasivo, experimentado, o un experto en consejería. Usted puede estar involucrado en lo que llamaré, “El ministerio de la Presencia.”

            A través del ministerio de la presencia, usted podrá tener un tremendo ministerio en la vida de personas que están sufriendo – sin necesitar un certificado o ser ordenado como ministro. Usted no necesita nada más para ser un maravilloso instrumento en las manos de Dios – que estar dispuesto.

            Esto me recuerda de un dicho que mis padres me hicieron memorizar cuando era niño, “La aptitud más importante es la disposición.”

            Observemos cómo esto tomar lugar en la vida de Job cuando él estaba rodeado de tristeza y dolor. Los últimos versículos de Job capítulo 2 nos muestran cuando los consejeros de Job hicieron lo correcto.

Los Consejeros de Job

            Primero veamos quienes eran los consejeros de Job. Note Job 2:11.

      Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.

            ¿No es esto por sí mismo un gran ejemplo para nosotros? Estos amigos dejaron todo, se contactaron unos con otros y dijeron “vamos a ver a nuestro amigo que está en necesidad y consolémosle. ”

Elifaz

            El primer amigo mencionado en el texto es Elifaz. Lo más probable es que es mencionado primero porque era el mayor.

            En cada una de las rondas de conversaciones, Elifaz es el que habla primero.

            Él se describe a sí mismo en Job 15 como un hombre canoso, lleno de días y mucho mayor que el padre de Job. Si Job tenia cerca de 50 años, con 10 hijos adultos, Elifaz puede haber tenido fácilmente entre 75 y 80 años.[i]

            Además de esto, se nos dice en Job 2:11 que Elifaz era un temanita. Teman era famosa por sus hombres sabios y sus profundos dichos. El profeta Jeremías escribió,

      Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría? (Jeremías 49:7)

            Abdías 1:8 menciona a los hombres sabios de Teman.

            El nombre de Elifaz significa, “Dios es oro fino” y lo más probable es que él era un hombre poderoso y de muchos recursos en esta área del sur de Arabia.[ii]

            Lo suficientemente adinerado como para viajar. El era un hombre respetado, reverenciado y un buen amigo de Job.

            Elifaz no solo va a ser siempre el primero en hablar, sino que también va a ser el que de los discursos más largos. Dios, eventualmente va a describirlo, en Job 42, como el representante de los otros consejeros.[iii]

            Podemos imaginarnos a este hombre canoso, lleno de experiencia, dignidad y recursos llamado Elifaz, llegando a donde estaba su amigo en sufrimiento.

Bildad

            El siguiente amigo de Job es Bildad. Job 2:11 nos dice que él era Suhita.

            Bildad no aparece en ningún otro lugar en la Biblia, aunque otros documentos hablan acerca de Suhu, una ciudad localizada por el sector central del rio Éufrates, probablemente nombrada en honor al hijo menor de Abraham, Súa.

            Es posible que Bildad y Súa se conocieran; y, si así era el caso, Bildad pudo haber aprendido lecciones increíbles acerca del Dios de Abraham de parte de uno de los hijos de Abraham.

            Sabemos que Bildad era un amigo de Job y solo ese hecho nos dice bastante acerca del carácter de este hombre.

Zofar

            El tercer y último amigo de Job mencionado en el capítulo 2 es Zofar. Zofar significa “ave joven” y él era probablemente el miembro más joven de este trio de amigos.

            Zofar venia de Naamá, ciudad que fue nombrada probablemente en honor a la tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-nieta de Caín.

            Muchos creen que la casa de Zofar estaba entre lo que hoy conocemos como Beirut y Damasco.[iv]

            Los tres amigos de Job oyeron las noticias, lo cual tomó bastante tiempo en que les llegara. Luego, se contactaron unos con otros y se enviaron un par de mensajes, lo cual tomó aún más tiempo, y finalmente decidieron juntarse para animar a Job.

            Un autor dijo que si usted tiene un amigo capaz de dejar todo y venir corriendo para animarle – eso sería maravilloso, pero tener tres amigos así, es realmente fantástico.[v]

La Respuesta de los Consejeros de Job

            No sabemos cuánto tiempo les tomó a los tres amigos de Job encontrarlo. Quizás primero fueron a su casa y preguntaron por él. Quizás fue uno de los pocos sirvientes de las desoladas tierras de Job que apunta y les indica el camino hacia el basurero de la ciudad.

            Se insinúa en Job 2:12 que alguien debe haberles señalado donde estaba Job, porque el versículo dice que,

      alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos…

            Quizás fue la esposa de Job que los guio a donde Job estaba sentado, sobre las cenizas del basurero público.

            El texto indica que alguien debe haberles señalado dónde Job estaba, porque él estaba irreconocible.

  • “Allí esta – ese hombre sentado por allá”
  • “¡No, no puede ser! ¡Imposible!”

            El texto hebreo implica que no era tanto que estos hombres dudaban que el hombre sentado allí era Job, sino que simplemente ese hombre sentado sobre la pila de cenizas no lucia para nada como Job.

            “¿Como puede ser este el mismo hombre que vimos la última vez?”

            “Es verdad” debe haber dicho el guía, mientras lo apuntaba a la distancia, “ese hombre con piel resquebrajada y supurante; ese hombre rascándose incansablemente; ese hombre gimiendo de dolor, sufriendo de fiebre y nausea, cuya barba esta toda enredada y sucia. Cuyos ojos están hundidos y casi enceguecidos; ese hombre cuya ropa esta rasgada y cubierta de sangre y tierra, ese es Job, su amigo.”

            Los amigos de Job respondieron de cinco formas.

1. Primero, lloraron en duelo y asombro

            Mire lo que dice Job 2:12

            …y lloraron a gritos…

2. Segundo, rasgaron su ropa. El versículo continúa diciendo

            …y cada uno de ellos rasgó su manto…

            De la misma forma que Job había hecho antes para representar su corazón roto, estos amigos rasgan sus mantos según la costumbre de aquel tiempo, desde el cuello hasta sus corazones, diciendo que sus corazones están quebrantados también.

3. Tercero, ellos se ensucian

…y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

            Esta costumbre los identificaba con Job en su gran sufrimiento. Él no había podido bañarse y se encontraba muy sucio, así que ellos se identifican con él al ensuciar su pelo y sus ropas.

4. Cuarto, se sientan con él.

            Mire lo que dice el versículo 13

            Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches…

            Este era el tiempo común de duelo por un muerto. Ellos no solo están haciendo duelo por la condición de Job, sino que también están haciendo duelo por la muerte de sus hijos.

            Podemos ver este periodo de duelo en otros pasajes de la Biblia cuando leemos que

  • Los hombres de Galaad lloraron la muerte del Rey Saúl por siete días (1 Samuel 31:12-13).
  • José lloró la muerte de su padre Jacob por siete días. (Génesis 50:10)

            Aunque los siete días de duelo por la muerte de la familia de Job y sus sirvientes había terminado ya hacía mucho tiempo, estos amigos, en gran respeto por este hombre, en cierto sentido hacen ahora otro funeral privado en condolecía por la gran tristeza de Job.

5. La quinta respuesta es destacable – ellos permanecieron en silencio.

            Note Job 2:13

      ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

Cuando los Consejeros de Job

Estuvieron en lo Correcto

Permítame mostrarle qué cosas hicieron bien los consejeros de Job.

  1. Primero, se identificaron con su dolor

            Los amigos de Job pensaron, “si el cabello y la ropa de Job está sucia, nosotros nos vamos a ensuciar también. Si él está sentado en las cenizas del basurero, nosotros nos vamos a sentar allí con él también. No nos vamos a preocupar acerca de las miradas o de quienes estén alrededor.”

  • Segundo, se unieron en su duelo.

En Job 2:11, se nos dijo que estos amigos vinieron a condolerse con él.

            La palabra hebrea significa mucho más que un pequeño abrazo. “El condolerse, o simpatizar,” en este contexto significa literalmente “agitar la cabeza, o mecer el cuerpo repetidamente como señal de dolor compartido.”[vi]

            Quizá eso es lo que usted hizo, cuando escuchó las noticias de 39 segundos de dolor de otra persona. Todo lo que pudo hacer es cubrirse la boca con sus manos y sacudir su cabeza en negación y mecerse repetidamente en silencio, sorpresa y dolor.

            Esto es lo que estos amigos hicieron con Job. Ya no era solo Job llorando en soledad – ahora habían cuatro hombres llorando juntos en el basurero del pueblo.

  • Otra palabra clave en Job 2:11 es la palabra “consuelo,” lo que era otro de sus motivos de visitar a Job.

            Alguien que consuela es alguien que busca compartir el dolor y darle una mano de ayuda al que sufre.

            Isaías usó esta palabra para referirse a una madre encargándose de las necesidades de sus hijos indefensos para confortarlos.  (Isaías 66:13)

            Esta palabra se usa para describir el trabajo de una persona que se preocupa cariñosamente por las necesidades de alguien que está sufriendo. Ya sea atendiendo algunas heridas físicas, o cocinando, o limpiando una casa, o cuidando a otro niño, o cortando el pasto, o ayudando a pagar la renta – eso es verdadero consuelo.

            Esa es la verdadera religión según Santiago. La religión falsa dice, “busca tu comodidad y satisfacción.” Bíblicamente, el verdadero consuelo se pone el overol, toma el martillo, escribe un cheque y cocina un almuerzo.

            En este texto podemos ver un consuelo verdadero, cuando estos tres amigos se sientan junto a Job en el basurero rodeados por pilas de basura.

            ¿Ha ido alguna vez al basurero? ¿Ha pasado alguna vez por un vertedero? Solo vaya, y huela. Yo he estado allí, y si el olor de la basura pudriéndose hace que uno quiera salir corriendo en unos minutos, no puedo imaginarme lo que puede ser estar 7 horas, y no puedo siquiera pensar en lo que sería estar 7 días allí. Además, nunca me he recostado y tratado de dormir en el basurero – eso ya va más allá de lo que podría imaginarme. Los amigos de Job lo hicieron – siete días y siete noches.

            Estos amigos se identificaron con el dolor de Job y se unieron en su duelo.

  • Tercero, ellos mostraron respeto por su duelo.

            Los amigos de Job están doliéndose con Job por la muerte de sus hijos y sirvientes. ¡Que tremenda demostración de amistad! Ellos aparecen y muestran respeto por su duelo.

            Aquellos que ejercitan el ministerio de la presencia hacen esto. ¿Ha notado que nunca se entregan invitaciones para los funerales? Nunca se mandan invitaciones por correo como para las bodas, aniversarios y otros eventos importantes.[vii]

            Los amigos hacen lo más que pueden para simplemente ir – y si no pueden ir, envían flores, notas, o tarjetas para comunicar a quien está de duelo, “Cuenta conmigo. Quiero demostrarte mi respeto y mis condolencias en tu duelo.”

  • En cuarto lugar, ellos permitieron que Job hablara primero.

            No pase esto por alto – subráyelo en su mente – Job habló primero.

            Warren Wiersbe aplicó este pasaje en Job al escribir “la mejor manera de ayudar a la persona que está sufriendo es visitarlo. Decir poco o nada… no trate de explicarlo todo; las explicaciones nunca sanan un corazón quebrantado.[viii]

            Por hacer todas estas cosas, los amigos de Job llegan

  • En quinto lugar, a ganarse el derecho de hablar.

            Para ejercitar el ministerio de la presencia, no necesita saber y entenderlo todo. Usted puede ser positivo e inspirador en su silencio, pero puede equivocarse cuando habla.

            Quizás haya oído el dicho, “Frecuentemente me he arrepentido de mis palabras, pero nunca de mi silencio.”

Aplicación

            Antes de abandonar esta profunda escena donde estos tres hombres eminentes, elegantes, adinerados, y reverenciados se encuentran sentados junto a Job, su golpeado, cansado y sufriente amigo, intentemos aprender algunas lecciones prácticas acerca de este ministerio de la presencia.

  1. Primero, rechace el pensamiento de que entregar un versículo bíblico va a eliminar el dolor.

            No me malentienda – la Biblia es poderosa y es útil para todas nuestras necesidades, pero Proverbios también habla de que hay momentos y momentos.

            Salomón dijo,

      Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene. (Proverbios 25:11)

             En Proverbios 15:23, él escribió,

      El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡Cuán buena es!

            No es cuestión de entrar a la presencia de Job y decir, “Hey, no te imaginas lo que leí esta mañana en mi tiempo devocional. Es el versículo perfecto para ti. Ah, y a todo esto, te traje una taza de café con una carita feliz de un lado y la figura de una cruz del otro.”

            La Biblia no es una curita. No vaya por todos lados pegando su versículo favorito en los creyentes que pasan por sufrimiento, creyendo que de alguna forma va a eliminar su dolor.

            La Escritura no es una aspirina para su amigo en sufrimiento. No diga. “tome dos de estas con una taza de té en su nueva taza feliz y llámeme en la mañana.”

            Las heridas físicas tardan en sanar – y es lo mismo con las heridas internas del corazón. Toman tiempo en sanar.

            Lo que la persona sufriendo necesita es la verdad de las Escrituras demostrada en y a través de su vida, mientras usted le ministra con su presencia.

  • En segundo lugar, conténgase de decir algo profundo.

            Quizá piense que tiene que decir algo para ayudar. Quizás crea que tiene que ser capaz de resumir el trabajo de Dios en una frase o dos.

            La verdad es que el sufrimiento frecuentemente nos expone al misterio de Dios no a las explicaciones de parte de Dios.

            Romanos 11:33 nos dice

      ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

            1 Corintios 2:16 dice,

      ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?

            Proverbios 25:2 nos dice,

      Gloria de Dios es encubrir un asunto;

            A veces nos desesperamos tratando de glorificar a Dios al explicar todas las cosas, cuando Él realmente quiere ser glorificado al encubrir las cosas.

            Déjeme decirle que aplicar esto como pastor es algo desafiante. Imagine que alguien me llama, contándome toda su historia de sufrimiento y luego me pide una explicación. Que tan bien me va a ir si solo le digo “la verdad es que no tengo la menor idea. Estoy totalmente perplejo.”

            Probablemente usted conozca cómo termina el libro de Job, pero déjeme recordarle que:

  • Mientras Job demandaba una respuesta, Dios respondió con Sus atributos.
  • Mientras Job quería una explicación, Dios revelaba su reputación.
  • Mientras Job quería una razón detrás de las acciones de Dios, Dios declaraba su poder detrás de sus acciones.

            Deseche el pensamiento que solo citar versículos va a eliminar la tristeza y absténgase de decir algo profundo. Permítame desarrollar este punto al ponerlo de otra manera.

  • En tercer lugar, no espere eliminar el dolor gracias a sus sabias palabras.

            Si no lo ha aprendido hasta ahora, apréndalo a partir de esta escena – usted no puede eliminar la tristeza, usted la comparte. Al compartirla, usted aliviana la carga de la otra persona.

            Deshágase de la idea de que los cristianos maduros nunca lloran o se duelen. Si eso fuera verdad, entonces Jesús no era muy espiritual que digamos. Cuando él llegó hasta la tumba de Lázaro, Juan 11:35 nos dice que Jesús lloró.

  • En cuarto lugar, resista la perspectiva de que usted debe hablar para expresar su amor.

            Cuando el Señor finalmente apareció en la tumba de Lázaro, Él pudo haber predicado un sermón acerca de su amor por Lázaro; él pudo haberse asegurado de que todos supieran cuanto él quería a su amigo. Sin embargo, todo lo que él hizo fue llorar. Los judíos lo vieron y sin escucharlo decir una sola palabra, dijeron,

            …mirad cuanto le amaba.” (Juan 11:36)

            No necesita decir nada. El hecho de haber viajado dos horas solo para estar allí y ejercitar el ministerio de la presencia dice más que mil palabras.

            En el comentario de Job de Chuck Swindoll, el citó un libro titulado De lo Último que Hablamos. Joe y su esposa María habían perdido tres de sus hijos. Ellos perdieron un hijo después de una cirugía cuando él tenía solo 18 días. El segundo murió a sus 5 añitos de leucemia. Perdieron a su tercer hijo cuando este tenía 18 años en un accidente. Él escribe,

            Estaba sentado, desgarrado por el dolor. Alguien vino y me habló de los tratos de Dios, de porque habían pasado estas cosas, de la esperanza después de la muerte. Él hablaba constantemente; él dijo cosas que ya sabía que eran verdad. No me ayudó para nada, solo quise que se fuera pronto. Finalmente lo hizo.

            Otra persona vino y se sentó al lado mío por una hora o incluso más; escuchó cuando decía algo, respondía brevemente, oró con simplicidad y se fue. Me sentí confortado. Me sentí consolado. Quise que nunca se hubiera ido.[ix]

            Esa persona había demostrado el poder de la presencia.             No necesitamos ser brillantes, o grandes eruditos en la Biblia – es verdad que la aptitud más importante es la disposición. Solo visite y ejercite el ministerio de la presencia.


[i] William Henry Green, Conflict and Triumph (The Banner of Truth Trust, 1999), p. 57.


[ii] John E. Hartley, New International Commentary on the Old Testament: Job (Eerdmans, 1988), p. 85.

[iii] Roy Zuck, Job (Moody Press, 1978), p. 20.

[iv] Hartley, p. 86.


[v] Mike Mason, The Gospel According to Job (Crossway Books, 1994), p. 49.

[vi] Hartley, p. 85.


[vii] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 50.

[viii] Warren Wiersbe, Job: Be Patient (Victor Books, 1991), p. 21.

[ix] Swindoll, p. 53.

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

Pies de nota han sido provistos para citar las fuentes correspondientes cuando el texto lo ha requerido. En caso de haber omisiones no intencionales, futuras revisiones incluirán las anotaciones apropiadas.

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