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Si usted alguna vez ha sufrido tanto que lo único que ha querido es tirarse a la cama y morir - si alguna vez se ha preguntado cómo puede ser un cristiano y sentirse de esa forma - quizás usted tenga más en común con nuestros héroes de la fe de lo que alguna vez imaginó. En este programa encontramos a Job tocando fondo y sacaremos algunas aplicaciones a partir de sus palabras. 
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Introducción

            William Wilberforce fue un gran hombre. De hecho, se hizo una película hace no mucho tiempo atrás acerca de su vida.

            Él fue la persona que logró pasar un proyecto de ley por el parlamento que eventualmente terminó con la esclavitud en Gran Bretaña y las Antillas. En 1807, El parlamento aprobó su proyecto de ley y la película narra los detalles de sus esfuerzos para llegar a ese punto.

            William también era un creyente comprometido. Él llegó a Cristo siendo un joven adolescente y luego fue discipulado por John Newton, quien era un pastor y el autor del famoso himno “Sublime gracia.”

            Mientras que muchos conocen los heroicos esfuerzos de este hombre en el nombre de Cristo, no muchos conocen todo el sufrimiento que William experimentó en su vida. Tempranamente, los doctores le prescribieron pastillas de opio para uso diario, para ayudarle a soportar el increíble dolor de su colitis ulcerativa. Los efectos de los medicamentos lo debilitaron grandemente. Él tenía problemas de colon, dificultad de visión, problemas de pulmón, episodios muy dolorosos con sus ulceras, y además, durante su adultez sufrió con la curvatura de su columna vertebral que se degeneró a través del tiempo.

            Un autor escribió acerca de William, cuando tenía unos 40 años aproximadamente,

            Uno de sus hombros empezó a caérsele; y su cabeza cada año se le caía más hacia delante, hasta que reposaba sobre su pecho a menos que se esforzara en levantarla; él habría lucido horrible si no fuera por el encanto de su rostro y su gran sonrisa. Por veinte años, el usó una faja debajo de su ropa, de la cual la mayoría de la gente nunca tuvo la menor idea – era una faja de metal alrededor de su cintura, recubierta de cuero la cual sostenía su espalda y brazos.[i]

            La verdad es que la mayoría del tiempo, nos gustan los héroes que sufren un poco y luego triunfan, pero quedamos un poco tristes cuando descubrimos que sufrieron tanto.

            Sin embargo, lo que más nos inquieta es descubrir que nuestros héroes de la fe generalmente lucharon con la desesperanza e incluso la depresión.

            Cuando uno de los grandes teólogos del siglo 19 perdió dos de sus hijos en un mismo mes, él vivió un periodo en su vida que nunca había experimentado antes. El tocó fondo. Él escribió, “cuando Jimmy murió, el duelo fue dolorosamente agudo; pero el actuar en fe, el abrazar el consuelo, y las verdades alentadoras que me ministraron y confortaron me fueron igualmente vividas.”

            Este sería en lindo lugar para terminar, ¿cierto? Eso es lo que nos gusta escuchar. Un gran hombre de Dios toca fondo, pero se levanta rápidamente con una sonrisa.

            Sin embargo, él continua en la misma carta diciendo, “Pero cuando el golpe se repitió y por lo tanto aumento al doble, quedé como paralizado y aturdido. Sé que mi perdida es doble y sé también que las mismas palabras alentadoras aplican a la segunda situación como a la primera, pero continúo paralizado, abatido… sin esperanza ni interés.”[ii]

            Esa no es la forma en que se supone que debemos hablar, ¿o sí?

            Nos ponemos un poco incomodos con las palabras de Charles Spurgeon, el gran predicador del siglo diecinueve, que una vez escribió, “Soy el objeto de depresión tan temible que espero que ninguno de ustedes alguna vez lleguen a tales extremos de miseria como la que yo atravieso.[iii]

            Steven Lawson, escribe en su comentario de Job, “Cada persona tiene un momento de quiebre; incluso creyentes genuinos tienen un punto en el cual se vuelven realmente desanimados e incluso deprimidos. Tal desesperanza puede causar que una persona quiera rendirse en la vida.”[iv]

            Querido oyente, si usted alguna vez ha experimentado desesperanza como esta y se ha preguntado cómo puede ser un cristiano y sentirse de esa forma; si usted se ha sentido tan herido que deseó simplemente morir e ir al cielo; si ha sufrido por tanto tiempo y ha estado tan cansado que lo único que ha querido es tirarse a la cama y morir; si alguna vez buscó algún escape en la vida – algún cartel de salida – algún alivio, quizá usted tenga más en común con nuestros héroes de la fe de lo que alguna vez imaginó.

            El heroico rey David tuvo momentos de gran depresión. Él escribió en el Salmo 88:6,

      Me has puesto en el hoyo profundo,

En tinieblas, en lugares profundos.

            En otras palabras, “no puedo caer más bajo de lo que estoy.”

            El profeta Elías llegó a estar tan deprimido que le pidió a Dios que le quitara la vida (1 Reyes 19)

            Juan el Bautista, quien predicó valientemente el evangelio del cordero de Dios, llegó a estar tan decepcionado y desilusionado que, mientras estaba sentado en su celda, a un par de horas de ser ejecutado por Herodes, él envió una delegación de sus discípulos para preguntarle a Jesús:

      …¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? (Mateo 11:3)

            Él había tocado fondo. Aun cuando él había bautizado a Jesús, oído la voz del cielo, visto al Espíritu descender como paloma, oído predicar al Salvador, y visto a Jesús realizar milagros que solo Dios podía hacer, Juan el bautista había llegado a su punto de quiebre en prisión. El preguntó, “Señor, ¿realmente eres el Mesías o deberíamos empacar nuestras cosas y buscar a alguien más?”

            Esta no es de la forma en que esperamos que hablen los héroes de la fe.

            Quizás esta es la razón por la que Job capítulo 3 nos pone bastante incómodos. Quizás esta es la razón por la que la mayoría de las personas estudian Job capítulos 1 y 2, y se maravillan del hombre que dijo,

      …sea el nombre de Jehová bendito” (1:21)

      …recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos? (2:10)

            Esta es la forma en que los héroes hablan cuando enfrentan el dolor.

            Luego, pasamos rápidamente por Job capítulo 3, donde Job toca fondo.

            Piénselo. ¿Ha conocido a alguien que haya memorizado algún versículo de Job capítulo 3? ¿Quien quiere memorizar Job 3:3 donde Job dice,

      “Perezca el día en que yo nací…”?

            ¿Que tal ese versículo para una dedicarlo en una tarjeta de cumpleaños?

            O el ultimo versículo, Job 3:26,

      No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación.

            ¿No son esos versículos de bendición para su vida? ¿Puede imaginarse este versículo en un cuadro colgado en la entrada de la iglesia, “No he tenido paz, ni estuve reposado”?

            Quizá ese versículo sea más apropiado en la guardería de la iglesia – de hecho, quizás sea el versículo lema de las maestras. Sin embargo, este versículo nunca logrará estar impreso en una camiseta o una taza como Romanos 8:28 o Jeremías 29:11.

            Así que apurémonos a llegar al final del libro donde Job es consolado por Dios y su salud es restaurada y tiene un nuevo comenzar con su familia.

            ¡No tan rápido! ¿Que hay acerca de Job capítulo 3?

El Lamento de Job

            El primer discurso de Job está dividido en tres estrofas:

  1. Job maldice el día en que nació

La primera sección podría tener por título, “Job maldice el día que nació” y abarca desde el versículo 3 al 10. Al mirar rápidamente la primera sección, podemos ver varias palabras que expresan deseos. Job dice:

  • Desearía que nunca habría llegado el día en que nací. (versículo 3)
  • Desearía que la noche cuando fui concebido nunca hubiera ocurrido. (v. 3)
  • Desearía que el día cuando nací hubiera sido oscuro. (v. 4)
  • Desearía que Dios no se hubiera preocupado por el día en que nací y que Él hubiera prohibido que la luz hubiera llegado a aquel día. (v. 4)
  • Desearía que las tinieblas de la noche y la sombra de muerte hubieran arruinado ese día. (v. 5)
  • Desearía que nadie celebre mi cumpleaños porque desearía que nunca hubiera nacido. (v. 6)

            Y Job sigue diciendo cosas así.

            ¿Por qué Job diría todas esas cosas? Porque está deprimido. Él ha tocado fondo y no quiere saber más nada con su vida.[v]

            No es de sorprenderse que un teólogo escribió, “El tercer capítulo de Job debe ser uno de los capítulos más deprimentes en la Biblia; pocos sermones se predican a partir de este capítulo… este es muy probablemente el punto más bajo del libro.[vi]

La verdad es que Job ha llegado al punto en que

  • Él no puede ver ninguna buena razón o explicación para sus pruebas.
  • Él no tiene la menor idea de que hacer .
  • Él no puede ver cómo va a terminar su sufrimiento.
  • Él asume que Dios lo ha abandonado sin razón.
  • Él no puede ver ninguna salida de su sufrimiento y dolor.

            En la primera sección del lamento de Job, también podemos encontrar repetidamente las palabras para “oscuridad.”

  • Sombrío (v4)
  • Tinieblas y sombra (v5)
  • Oscuridad (v6)
  • Oscurézcanse las estrellas (v9)

            Escuché las historias de dos personas que sufrieron grandemente, y me pareció interesante que ambos querían que los dejaran solos en la oscuridad.

            Una era la historia de Joni Erickson Tada, quien, después de quedar paralizada desde el cuello hacia abajo, se encontraba recostada en una camilla de hospital. Cada tres horas la cambiaban de posición para aliviar su dolor. Las enfermeras la ataban a la camilla, la daban vuelta, y luego ella colgaba suspendida, rostro a tierra, mirando directamente a las baldosas del piso del hospital – por tres horas cada vez. Ella finalmente demandó que todos se fueran y que apagaran las luces – ella quería estar sola en la oscuridad.

            Esto es lo que hacemos cuando tocamos fondo.

  • Job desea haber muerto cuando nació.

La segunda sección del lamento de Job no es más esperanzadora que la primera. Job, de hecho, dice, “Bueno, ya que no puedo volver atrás y no haber nacido, entonces deseo al menos haber muerto al nacer”

            Mire Job 3:11-12

      ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas?

            En otras palabras “Porque no pude simplemente haber muerto y así evitarme toda esta miseria.”

            Uno de los temas principales en esta segunda sección es el deseo de Job de descansar. Él está literalmente exhausto física, emocional, intelectual y espiritualmente.

            Note Job 3:13

       Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso.

            Según Job 3:17-18, al morir,

      los impíos dejan de perturbar,

Y allí descansan los de agotadas fuerzas.

      Allí también reposan los cautivos;

No oyen la voz del capataz.

            “Estoy cansado. Solo quiero descansar de todo este problema. Necesito alivio de todas mis penas. Necesito que alguien me rescate – sea quien sea.”

  • Job ansia morir pronto

            La tercera sección que empieza en el versículo 20 se podría titular, “Solo quiero morirme ahora.”

            Note Job 3:20-21.

      Por qué se da luz al trabajado,

Y vida a los de ánimo amargado, que esperan la muerte, y ella no llega, aunque la buscan más que tesoros.

            En otras palabras, un féretro sería mejor que

encontrar el cofre de un tesoro escondido.

            A todo esto, aquí no encontramos una actitud desafiante en contra de Dios –simplemente vemos un clamor de angustia.[vii]

            Job no está dudando de la existencia de Dios; de hecho, él habla acerca de Dios varias veces y asume que es Dios quien lo ha puesto en esa situación.

            Job no está hablando tampoco aquí de suicidarse – él quiere que Dios le ponga fin a su vida. Hay una enorme diferencia entre estos dos deseos. Ambos deseos quieren terminar con la vida propia, pero una descansa en Dios y la otra toma el asunto en sus manos.

            Quizás ahora está escuchando este estudio y está pensando, “wow, y yo que pensaba que la estaba pasando mal; y yo que pensaba que estaba sufriendo y que estaba en depresión, ¡Pero no después de leer Job capítulo 3! ¡Creo que estoy mejor de lo que pensaba!”

            Quizás está escuchando y pensando, “Se exactamente de lo que está hablando Job; creo que sé cómo se siente. No se supone que los héroes de la fe hablen de esa manera así que había estado en silencio, pero Job acaba de expresar lo que siento.”

            La verdad es que si alguien con el carácter, la integridad, y la fe de Job pudo haber tocado fondo, creo que nosotros también podemos llegar a eso – y probablemente ya hemos tocado fondo en algún punto u otro en nuestra vida.

            No hay duda entonces de porque tantas personas a través de la historia han abierto sus Biblias en Job cuando sienten que han tocado fondo.

            Joni Erickson Tada escribió, “Mientras yacía inmovilizada en el hospital, mi mente se llenaba de preguntas. Cuando supe que mi parálisis iba a ser permanente, estaba desesperada para obtener respuestas. Uno de los primeros lugares a donde fui después de mi accidente fue al libro de Job.[viii]

Aplicación

            Saquemos entonces algunas aplicaciones del discurso de uno de nuestros héroes de la fe que atravesó el valle de la angustia.

Momentos que incluso el creyente más fuerte va a experimentar

  1. Habrán momentos cuando creerá que está destinado a sufrir

            En Job 3:23, Job dice que Dios lo ha encerrado. Esta es la misma palabra que usó Satanás en Job 1:10 cuando le dijo a Dios que él había encerrado o rodeado a Job para que nunca nada malo le pasara. Ahora Job dice que Dios lo ha encerrado para que no pueda escaparse de las cosas malas.

            Dicho de otra manera, el cartel en la puerta de su vida dice, “sin escapatoria.”

  • Habrán momentos cuando preferirá la soledad antes que la comunión.

            Ahora, no estoy defendiendo ni sugiriendo que haga esto. De hecho, al aislarse, puede que tome mucho más tiempo en superar la depresión y la angustia. Pero este va a ser el camino que muy probablemente tome mientras lucha con el hecho de que la voluntad de Dios a veces duele.

  • Habrán momentos cuando el enojo reemplace la adoración
  • Habrán momentos cuando el resentimiento se anteponga a su confianza
  • Habrán momentos cuando la depresión reemplace la esperanza.

            Un autor escribió, “el verdadero creyente no siempre se levanta después de orar, lleno de ánimo y nuevas esperanzas. Hay momentos cuando quizás permanezca caído, aunque haya orado de la mejor manera”[ix]

Soluciones para aquellos en la oscuridad de la desesperanza

            ¿Hay alguna solución? ¿Hay alguna forma de resurgir después de haber tocado fondo?

            Permítame darle varias soluciones, para ayudarle a pensar de forma bíblica.

  1. Acepte solo los pensamientos acerca de Dios que son Bíblicos.

      Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…

            Escribió Pablo en 2 Corintios 10:5

            Tome cautivo cada uno de sus pensamientos – pase cada uno de sus pensamientos a través de su escáner bíblico – para asegurarse de que su equipaje no está trayendo a su mente ningún elemento peligroso. Su mente es donde la batalla se lleva a cabo, así que protéjala bien.

            Cuando C. S. Lewis estaba perdiendo a su esposa debido al cáncer, él escribió “No estoy en peligro de dejar de creer en Dios. El verdadero peligro es creer cosas terribles acerca de Dios. La conclusión que temo no es, “así que Dios no existe después de todo”, sino “así que así es como Dios es realmente.”[x]

  • Rechace el consejo de otros, incluso sus propios sentimientos, que dudan del plan soberano de Dios.

            Cualquier sentimiento que le arrastre más hacia la desesperanza; cualquier consejo que crea dudas acerca del control soberano de Dios en su pasado, presente y futuro, es un mal consejo.

  • Cultive un amor y deseo más profundo por las cosas de Dios.
  • Quizá sea la iglesia – cuando toca fondo, va a estar tentado a evitarla
  • Quizá sean las escrituras – cuando toca fondo, quizá este tentado a dejar de leerlas.
  • Quizás sea esa amistad con otro creyente – cuando toque fondo, va a estar tentado a ponerla a un lado.

            Usted tendrá una tendencia a desarrollar hábitos y gustos por cosas que no son saludables para su vida y solo aumentaran su miseria.

            Quizá usted está mirando programas de televisión que solo aumentan su miseria.

            Si usted está luchando con problemas financieros – no se siente a ver el torneo internacional de Póker – como si hubiera un buen tiempo para mirarlo de todas formas – o los documentales acerca de los hombres más ricos del planeta.

            Si está luchando con problemas en su matrimonio, no entre a leer los testimonios de personas que encontraron su pareja perfecta por internet, o peor aún, no siga viendo esa famosa telenovela que continúa alimentando sus emociones.

            Esta es una idea radical. Si está luchando con los problemas de la vida, deje de escuchar música secular – escuche música cristiana. Mientras estaba en la universidad tome la decisión de no escuchar o comprar música secular, que no fuera música instrumental. Esa es una decisión de la cual nunca me he arrepentido.

            Las melodías que generalmente llenan mi mente, tienen letras espirituales. Esas melodías ofrecen un buen consejo y cantan de Cristo y la esperanza que encontramos en Él.

            Cultive un amor y un gusto más profundo por las cosas de Dios, incluso antes de que toque fondo, para que cuando se encuentre allí, ya tenga algunos recursos de los cuales apoyarse.

  • Recuerde que usted no es el primer creyente que sufre de tal manera que quiere estar solo

            Anímese, usted no es el único en caminar a través de un dolor tan profundo que solo quiere que apaguen las luces y lo dejen solo.

  • Entregue la poca energía que tiene a algo que ofrezca ayuda y esperanza a otros.

            Ya mencioné a Joni Erickson Tada previamente. Parte de su historia está registrada en el libro editado por John Piper y Justin Taylor, titulado, El Sufrimiento y la Soberanía de Dios.

            Joni, en el capítulo 9 de este libro, escribió:

            Atada y mirando al suelo hora tras hora, mis pensamientos cada vez eran más oscuros y sin esperanza. Todo lo que podía pensar era: “Dios, he orado por un caminar más cercano contigo, y si esta es tu forma de contestar mi oración, no voy a pedirte nada más en oración otra vez. No puedo creer que tengo que estar recostada, mirando al suelo, sin nada más que hacer que contar las baldosas en este lugar. Odio mi vida. Le pedí al personal del hospital que apagaran las luces, cerraran las cortinas y cerraran la puerta.”

            Ella escribe que una amiga vino y la escuchó hablar, quejarse y llorar. Luego, puso una Biblia sobre un pequeño taburete en frente de ella y la abrió en el salmos 18, que en el versículo 6 dice,

      En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios…

            Ahora, años después, Joni está determinada a proveer aproximadamente 18 millones de sillas de ruedas a las personas discapacitadas alrededor del mundo, además de presentarles el evangelio.

            Recientemente, ella recibió un correo de una mujer que le escribió,

            Querida Joni,

            Se acabaron mis esperanzas. Pero me pregunto si podrías ser capaz de ayudar a mi esposo, Ron, quien estuvo en un accidente el año pasado que lo dejó cuadripléjico. Él es pastor, y el continuó trabajando por un tiempo, pero ahora renuncio. Él ya no quiere salir de la cama. No quiere hablar. No quiere que le prenda la luz de la pieza o la televisión. No quiere vivir y ya no le importa más su familia. Todos estamos cayendo en la desesperanza también. Mi esposo se siente inútil y sin esperanza. Necesitamos ayuda.

            Joni escribió,

            “Busqué el teléfono de Ron y su familia y los llamé. Su esposa me atendió y después de compartir y orar con ella, le pregunte si podía hablar con Ron.

            Ella tocó la puerta de su dormitorio y él la dejó que colocara el teléfono debajo de su oreja. Aunque él no respondía, yo le hablé un poco acerca de la cuadriplejia.

            Quería cambiar pronto del tema y mover la conversación hacia temas espirituales. Así que empecé a compartir mis versículos favoritos que me habían sostenido a través de los momentos más difíciles, como Romanos 8:18, “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”

            Silencio del otro lado de la línea. Incluso le canté. Nada.

            Finalmente, hice lo único que pude pensar que no había intentado hasta el momento. Le pregunté a Ron si había visto alguna vez la película llamada, Sueños de Fuga.

            “Sí, por qué?” me dijo

            No podía creerlo – Ron había respondido.

            Bueno, ¿recuerdas cuando Red encontró la carta de Andy, recuerdas que decía?

            Creo que si… ehh, “La esperanza es algo bueno, quizás sea lo mejor. Y lo bueno nunca muere.”

            “Ron, hay otros diez mil cuadripléjicos como tú y yo en Estados Unidos… y todos ellos están recostados en sus camas preguntándose si deberían preocuparse de vivir o de morir. Ron, yo voy a escoger preocuparme de vivir. ¿quieres acompañarme en esa decisión?

            Él dijo, “Si, señora, creo que si.”

            Lo último que Joni escuchó de él fue que Ron estaba muy activo compartiendo su testimonio y predicando por todos lados.[xi]

            Él había tocado fondo, pero resurgió con esperanza. Ron había decidido preocuparse de vivir – y ayudar a otros a resurgir después de haber tocado fondo.

  • Acepte solo aquellos pensamientos acerca de Dios que son Bíblicos.
  • Rechace el consejo de otros, y aun sus propios pensamientos, que dudan de que Dios es soberano..
  • Cultive un amor y un gusto más profundo por las cosas de Dios
  • Recuerde que usted no es el primer creyente que sufre de tal manera que quiere estar solo.
  • Entregue la poca energía que tiene para hacer algo que traiga ayuda y esperanza a otros.

            Recuerde, Job pensó que Dios lo había olvidado. Él no tenía idea de que el no solo estaba presente en la mente de Dios, sino que él también seria recodado por millones de creyentes a través de la historia de la humanidad.

            Al recordar a Job, descubrimos a un verdadero héroe de la fe – y redefinimos heroísmo. Así que, le animo querido oyente a encontrar esperanza tal como Job, al descansar en su Dios en medio de sus luchas.


[i] John Piper, The Roots of Endurance (Crossway Books, 2002), p. 117.


[ii] John Piper and Justin Taylor, Suffering and the Sovereignty of God (Crossway Books, 2006), p. 179.

[iii] Steven Lawson, Holman Old Testament Commentary: Job (Holman Publishers, 2004), p. 33.

[iv] Ibid., p. 34.


[v] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing Group, 2004), p. 63.

[vi] Ibid., p. 61.

[vii] Roy Zuck, Job (Moody Press, 1978), p. 27.

[viii] Thomas, p. 64.

[ix] Mason, p. 56.

[x] Thomas, p. 67.


[xi] Piper and Taylor, p. 192.

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

Pies de nota han sido provistos para citar las fuentes correspondientes cuando el texto lo ha requerido. En caso de haber omisiones no intencionales, futuras revisiones incluirán las anotaciones apropiadas.

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