Introducción
¿Se ha dado cuenta que, cuando Dios quiso animar y desafiar a los creyentes a que puede haber gozo en medio del sufrimiento, contentamiento en el caos, y confianza en las pruebas, él no nos dio un documento teológico? Él nos dio una biografía – que hoy llamamos el libro de Job. Todo el libro está dedicado al sufrimiento de un hombre que vivía en la tierra de Uz.
Lo más probable es que el Señor haya colocado personas en su vida que han demostrado la perseverancia de Job; cuyas vidas son vivos ejemplos de la verdad de Dios. Ellos lo han inspirado, y ellos han dejado una huella en usted, y ahora ve la vida de forma diferente.
Uno de los testimonios que más me han impactado fue el de uno de los capellanes en el Seminario Teológico de Dallas. Su nombre es Bill Bryan y él todavía sirve como capellán en el Seminario. Recuerdo que le encantaba dirigir la música. También recuerdo su contagiosa risa y su espíritu jovial. Era imposible estar cerca de Bill Bryant sin recibir una palabra de ánimo y un fuerte apretón de manos.
A decir verdad, me sorprendí bastante cuando me enteré acerca de su pasado, al leer el comentario de Job, escrito por Chuck Swindoll. Swindoll era en ese tiempo el presidente del Seminario Teológico de Dallas. En su comentario, Swindoll contó acerca de la niñez de Bill. Uno no podría siquiera imaginarse que una persona con ese tremendo espíritu gozoso hubiera tenido un pasado tan triste.
Permítame leer un párrafo de la conversación entre Bill y Chuck Swindoll en donde Bill cuenta lo que pocas personas saben acerca de su pasado.
Bill comenzó su historia contando acerca de la depresión de su padre, la cual lo afectó mucho emocionalmente. En aquellos días, cualquier tipo de enfermedad emocional o mental era rara vez compartida con otras personas, y había muy poca información acerca de qué hacer con personas que sufrían de esta forma.
Bill dijo que recordaba ir semana tras semana al edificio de medicina en Missouri, donde tomaban el ascensor hasta el 6to piso. Él se sentaba y esperaba con su madre mientras que su padre tenía las sesiones de consejería con el personal médico.
Siendo un niño pequeño, él no entendía que estaba pasando. Él solo sabía que su papa tenía problemas y que su ánimo estaba sombrío y decaído.
En una ocasión, con solo cuatro años de edad, Bill recuerda a su padre saliendo de la oficina del doctor y sentándose al lado suyo, mientras el doctor le pedía a su madre que entrara a su oficina para hablar en privado. Ya que la depresión de su padre solo empeoraba, los doctores estaban planeando meterlo en lo que en aquel tiempo se llamaba un “manicomio.” Desafortunadamente, su conversación se podía escuchar en el pasillo y su padre escuchó todo. De hecho, uno de los doctores hizo el comentario de que, lo más probable, era que él nunca saliera del manicomio.
Bill dijo, “recuerdo que mientras mi madre salía de la oficina junto a varios doctores, mi papa me levantó en sus brazos, me abrazó con fuerza y me dijo, “Te amo hijo.” Luego me bajó, se dio la vuelta y corrió, saltando a través de la ventana mientras el vidrio se rompía, y así se lanzó desde el sexto piso y murió.”
Estos son los últimos recuerdos que Bill tuvo de su padre.
A partir de aquel día, Bill vivió principalmente con sus abuelos y su tía, mientras que su madre trataba de recuperarse de la horrible tragedia.
Swindoll escribe lo que sentí mientras leía la historia,
Ninguno de nosotros, que conocemos a este gozoso siervo de Dios, nos habríamos imaginado que un hombre como El capellán Bryan habría surgido de tal triste y doloroso pasado.[i]
Estoy totalmente de acuerdo. No puedo imaginarme como el gozo, contentamiento y fe podrían ser características distintivas en un hombre que experimentó tal sufrimiento.
Francamente, entre más aprendo acerca del sufrimiento de Job y entre más he estudiado las palabras de los consejeros de Job, más me asombro de la tenacidad y la perseverancia de Job; más me asombro de que él no se dio la vuelta y corrió. El hecho de que él no maldijo a Dios y el hecho de que él permaneció firme me llama muchísimo la atención.
Además de esto, Job está experimentando el silencio del cielo – Dios está en silencio; no hay una sola palabra desde arriba.
Tal como el grupo de doctores insensibles y faltos de tacto, cuyas palabras trajeron desesperanza y angustia al padre de Bill, Job está en la oficina del doctor, y un doctor tras otro viene a darle su diagnóstico.
El Dr. Elifaz fue el primero, y le vimos dejar a Job dolido y golpeado. Sus palabras insinuaban que Job tenia pecados que ocultaba. Sugerían que Job necesitaba arrepentirse y confesar sus pecados.
El segundo doctor ahora está listo para dar su diagnóstico. Si creyó que Elifaz el Elefante fue lo suficientemente aplastante, se va a sorprender con Bildad el Brutal. Esta es la mejor forma en que puedo describir como trató con Job.
Continuemos nuestro estudio en Job capítulo 8.
El Consejo de Bildad
El consejo de Bildad se puede dividir en cuatro secciones.
- Déjame decirte quien es Dios (Job 8:1-7)
Elversículo 1 de Job 8 dice,
Respondió Bildad suhita, y dijo:
Hasta cuándo hablarás tales cosas,
Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso?
La Nueva Traducción Viviente lo traduce,
Suenas como viento rugiente
Y la Reina Velera Contemporánea,
¿Cuánto tiempo vas a hablar así,
con palabras impetuosas como el viento?
Mientras Job le respondía a Elifaz, Bildad se llenaba de enojo y no podía esperar a que Job terminara de hablar para responderle.
Al menos Elifaz empezó con un poquito de tacto cuando dijo en Job 4:2
¿Podrías ser paciente y permitirme que te diga unas palabras?
Pero no fue así con Bildad.
Dos preguntas para Job
Bildad inmediatamente le hace dos preguntas a Job.
- La primera pregunta de Bildad es simplemente, “Cuando vas a cerrar la boca”
Con completa arrogancia y despreocupación por su paciente, Bildad efectivamente llama a Job un charlatán, al decirle, “Job, estas lleno de palabras huecas.”
Bildad está enojado porque Job no aceptó el diagnostico de Elifaz. Elifaz le ha dicho a Job que necesita confesar y arrepentirse de sus pecados ocultos. Job ha respondido diciendo, “Dios no parece ser justo y la vida parece vana.”
Bildad concluye que la perspectiva de Job en cuanto a Dios necesita corrección – ese es el problema.
- La segunda pregunta de Bildad se podría parafrasear, “cuando vas a parar de desprestigiar a Dios”
Note lo que dice Bildad en el versículo 3.
¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?
La palabra hebrea para “pervertir” significa “distorsionar o torcer”
En otras palabras, “Job, tienes que dejar de distorsionar y torcer el carácter de Dios. Dios siempre es justo, así que obviamente alguien ha pecado aquí.”
Note la brutalidad del consejo de Bildad hacia este hombre que esta agobiado por sus enfermedades y en duelo aún por sus hijos.
Mire el versículo 4
Si tus hijos pecaron contra él,
Él los echó en el lugar de su pecado.
En otras palabras, Bildad dice duramente, “si Elifaz está equivocado y tus hijos no murieron por tu pecado, entonces es obvio de que ellos murieron por un pecado que ellos cometieron.”
Recordará que esta era la gran preocupación de Job. En el capítulo 1, vimos que Job hacía sacrificios por si acaso sus hijos hubieran pecado durante sus fiestas y celebraciones. Job 1:5 nos dice que Job ofrecía sacrificios temprano en la mañana por los pecados involuntarios de sus hijos.
… y así hacia Job continuamente.
La gran preocupación de Job era que sus hijos e hijas caminaran con Dios.
Bildad insinúa aquí, “Ninguno de tus sacrificios sirvió. No lograste satisfacer a Dios con tus ofrendas y sacrificios. Evidentemente tus hijos eran tan pecadores que tuvieron que morir por culpa de sus transgresiones. Lo siento, Job, pero esa es la verdad.”
Esta es una puñalada directo al corazón de Job. Este es uno de los temores y los dolores más grandes que como padre puede tener – que sus hijos se alejen de Dios y luego vivan las terribles consecuencias de sus pecados. A cada padre piadoso le rompe el corazón el solo pensar que quizás lo que hizo por su hijo no fue lo suficiente.
Aun me asombra que Job no se para y se va de allí.
Bildad dice, “Escúchame Job, tú no puedes pervertir el juicio de Dios. Alguien está pagando por un montón de pecado encubierto.”
En su arrogante consejo, Bildad efectivamente condena a los hijos de Job diciendo – ellos murieron en pecado y por haber pecado.
Él luego continua en su arrogancia a hablar de parte de Dios. Note los versículos 5-6
Si tú de mañana buscares a Dios,
Y rogares al Todopoderoso;
Si fueres limpio y recto,
Ciertamente luego se despertará por ti,
Y hará próspera la morada de tu justicia.
En otras palabras, “Job, yo sé todo lo que se puede saber acerca de Dios. Créeme, yo sé que es lo que Dios va a hacer si solo sigues mi consejo”
Así que primero, Bildad dice, “Déjame decirte quien es Dios.”
En la segunda sección de su consejo, Bildad busca dar pruebas de que él sabe de qué está hablando.
- Escucha, esto es lo que nuestros antepasados creían (Job 8:8-10)
Note que dice Job 8:8
Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas, y disponte para inquirir a los padres de ellas;
Saltémonos al versículo 10.
¿No te enseñarán ellos, te hablarán, y de su corazón sacarán palabras?
Bildad está insinuando que todos los antepasados estarían de acuerdo con los consejeros de Job al testificar que los justos no sufren y que Dios solo castiga a los paganos.
Aparte, dice Bildad en el versículo 9,
Nosotros nacimos ayer, y no sabemos nada; y, además, la vida es muy corta como para saber algo.
En otras palabras, “nadie ha vivido lo suficiente como para estar preparado para la vida.”
De cierta forma, esto es verdad. Para cuando aprendemos lo suficiente acerca de ser padres como para hacer un buen trabajo, nuestros hijos ya son mayores. Es por eso que no podemos esperar a ser abuelos – tenemos experiencia y ahora podemos compensar por nuestros errores.
Escuché este dicho hace un tiempo atrás, “La experiencia es el peine que recibimos después de que perdimos todo el pelo.”
Alguien escribió, “la experiencia es lo que uno necesita para reconocer el error la segunda vez que uno se equivoca.”
Otra persona escribió, “El problema de aprender por experiencia es que cobra mucho por las clases.”
Bildad está diciendo, “Job, ¿tú crees que sabes algo acerca de Dios, la vida, el sufrimiento, y los problemas? Tú no sabes absolutamente nada. ¿Tú crees que eres el único que ha pasado por esto? Tus padres lo saben y tus antepasados antes de ellos lo sabían – este juicio es resultado de tu pecado.
Toda la experiencia a través de los años lo prueba – alguien aquí pecó.
¡Déjame decirte quien es Dios!
¡Escucha, esto es lo que tus antepasados creían!
Bildad continúa diciendo “¿quieres más evidencia?”
- Observa y aprende de la naturaleza (Job 8:11-19)
Esta tercera sección del consejo de Bildad comienza en Job 8:11 con tres ilustraciones a partir de la naturaleza.
¿Crece el junco sin lodo?
¿Crece el prado sin agua?
Obviamente la respuesta es, no, mientras Bildad continúa en Job 8:12-13 diciendo, “porque sin agua, se seca. Y tu Job, eres como ese junco. Por un tiempo te veías bien, pero ahora el agua se ha secado. Job, estas secándote y muriendo porque te has olvidado de Dios.”
“Además” continúa diciendo Bildad en Job 8:14, “La telaraña podrá verse muy esplendida, pero trata de apoyarte sobre ella y veras como colapsas. Nosotros pensamos que eras alguien, pero te has derrumbado porque te apoyabas en una débil telaraña.”
“Y mira las plantas verdes” dice Bildad en Job 8:16 y 18, “crecen al sol y sus raíces se esparcen por todo el jardín… pero cuando se arranca una planta, el jardín la niega, diciendo “nunca te vi.”
En otras palabras, la planta y sus raíces se van a descomponer, sin dejar evidencia que alguna vez estuvo en el jardín.
“Aquí tienes tres parábolas para ti Job. Escúchame cuidadosamente.”
- Se te ha acabado el agua y te estas secando
- Estas apoyándote sobre una tela de araña y estas colapsando
- Tu eres la planta que Dios ha arrancado y toda la evidencia de que alguna vez exististe se está descomponiendo.
Mira lo que la naturaleza nos enseña acerca de la justicia de Dios y de tu pecaminosidad, Job.
Gracias Bildad.
Uno de los incidentes más extraños que he oído es el arresto, juicio, y encarcelamiento de un soldado estadounidense en la Segunda Guerra Mundial. No fue que ayudó al enemigo; Tampoco fue desleal a su país; el simplemente se acobardó y fue una influencia negativa en un momento crítico de la batalla. El destino de su tropa estaba en balanza, pero durante la noche, él pasaba por entre medio de los otros soldados y decía palabras de desánimo. “No lo vamos a lograr…nos van a matar a todos… ya no vale la pena pelear esta guerra, y cosas como esas.” La corte marcial consideró que era un crimen hablar palabras de desánimo en momentos tan críticos como aquellos. Él fue sentenciado a un año en la prisión militar.[ii]
¡A Bildad lo deberían haber metido a prisión también!
En el momento más crítico de la vida de Job – en el corazón de la batalla – Bildad llega solo para traer palabras de desánimo. Él ha acusado a Job de ser un charlatán, pero déjeme decirle que Bildad es el que está lleno de palabras huecas, no Job.
El es como una persona con una viga en su ojo acusando a la otra de tener una paja en su ojo.
Eso es hipocresía ciega.
Bildad es el charlatán y no Job. Es Bildad quien se ha equivocado una y otra vez.
- Déjame decirte quien es Dios
- Escucha, esto es lo que tus antepasados creían.
- Observa y aprende de la naturaleza
Finalmente, Bildad llega a la cuarta sección de su consejo.
- Piensa en lo que se viene (Job 8:20-22)
Vayamos a Job 8:20
He aquí, Dios no aborrece al perfecto,
Ni apoya la mano de los malignos.
Nuevamente, esta es la matemática de Bildad – junto con la de Elifaz y los otros. Pecado es igual a sufrimiento.
“Job, porque estas sufriendo, estas en pecado.”
“¿Como lo sé?”
…Dios no aborrece al perfecto…
Así es simplemente como funcionan las cosas. Así que confesa, Job. Y si lo haces, mira lo que se viene.
Bildad continúa diciendo en el versículo 21,
Aún llenará tu boca de risa,
Y tus labios de júbilo.
En otras palabras, “Créeme, Job. Haz lo que te digo y estarás sonriendo nuevamente en un abrir y cerrar de ojos”
¡Que arrogante! ¡Que falta de tacto! La risa es lo último en lo que Job piensa. De hecho, Job esta probablemente convencido de que nunca va a ser capaz a reír otra vez.
Bildad es como un doctor diciéndole a un hombre con apendicitis aguda que debería tratar de no sentir tanto el dolor.[iii]
Me sorprende que Job aún no se pone de pie y se va de allí.
Para aquellos que quieren analizar el mal consejo de este hombre, aquí hay un par de observaciones:
- La arrogancia de Bildad lo guio a acercarse a Job de forma incomprensiva.
- Su falta de compasión, causó una tremenda falta de perspectiva.
- Su completa seguridad en su consejo, no dio lugar a una corrección amable.
Análisis del Consejo de Bildad
Analicemos varios de los dichos de Bildad para así aprender algunas lecciones. Tal como Elifaz, bastante de lo que Bildad dijo era verdad – pero sus dichos eran medias-verdades. Las verdades incompletas pueden sonar inteligentes, pero llevan al error.
Comencemos con uno de los dichos falsos de Bildad.
- La vida es muy corta para llegar a ser sabio.
Bildad propuso en Job 8:9, “la vida es tan corta (y eso es cierto), que no hay suficiente tiempo como para obtener sabiduría – especialmente a tan temprana edad (y eso es falso).”
Salomón, otro hombre sabio del Este, inspirado por la sabiduría de Dios, aconsejó con estas palabras,
Hijo mío, si recibieres mis palabras,
Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
…Jehová [te dará] sabiduría…
… [y] la sabiduría [entrará] en tu corazón… (Proverbios 2:1,6,10)
No necesitamos llegar a viejos para llegar a ser sabios.
Pablo pudo decirle a Timoteo con confianza que él no debía avergonzarse de su juventud, sino que debía ser, ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. (1 Timoteo 4:12)
En otras palabras, el joven Timoteo podía demostrar sabiduría – la cual es la aplicación de la verdad a la vida.
No necesitamos llegar a viejos, para ser sabios.
Veamos otro dicho falso de Bildad.
- Solo los perfectos pueden acercarse a Dios.
Bildad desafía a Job a obtener la atención de Dios al purificarse antes de acercarse a Dios (Job 8:6).
Este consejo puede ser devastador para alguien que está tratando de entender desesperadamente por qué Dios parece no estar escuchándolo.
Este consejo es lo que llevó a cosas como el monasterio, el ascetismo, el auto-flagelarse, la penitencia, el purgatorio – y miles de otros errores.
“Tú necesitas estar en perfectas condiciones antes de acercarte a Dios” es una falsa enseñanza.
No buscamos la perfección para ganarnos una audiencia con Dios.
Jesús dijo en Mateo 9:12, “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”
Si necesitamos una hora con el Gran Medico, lo único que necesitamos entender es que estamos enfermos y necesitados.
Veamos otro dicho falso de Bildad.
- Las cosas siempre serán iguales.
En otras palabras, “Job, el pasado dicta el presente.”
Bildad dice, “vamos Job, solo sigue el ejemplo de las generaciones pasadas.”
“Si a ellos le funcionaba, entonces a nosotros también.” Este es el mismo dicho que desanima a las iglesias e impide su progreso.
Esta es la persona que dice, “nunca lo hemos hecho de esa forma antes” como si fuera un pecado probar algo por primera vez.
Warren Wiersbe escribió, “Dios nunca pretendió que el pasado se convirtiera en un estacionamiento. Dios quiere que el pasado se convierta en la línea de partida.”
La verdad es que hay algunas cosas en el pasado que deberíamos olvidar.
El apóstol Pablo evidentemente pensaba de esa forma ya que escribió
…Olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14)
Veamos un dicho más de este arrogante, presumido, soberbio y denigrante Bildad.
- Siempre recibimos lo que merecemos.
Note lo que dice Bildad en Job 8:20
He aquí, Dios no aborrece al perfecto,
Ni apoya la mano de los malignos.
Según Bildad, no hay excepciones a la regla.
Es cierto que hay un principio general de que cosechamos lo que sembramos. Sin embargo, hay grandes excepciones a la regla.
Nosotros somos la excepción, por la gracia de Dios. Nosotros somos la excepción porque merecemos el infierno. Sin embargo, Cristo nos redimió; y Él mismo, fue una excepción también ya que recibió en su cuerpo el castigo por nuestros pecados. Como leemos en 1 Pedro 2:24
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, vivamos a la justicia.
El recibió lo que no merecía para que nosotros pudiéramos obtener lo que no merecemos
Bildad dice
…Dios no aborrece al perfecto…
Oh, pero él lo hizo – porque a Cristo lo abandonó por su propio Padre. Y él lo hizo para que nosotros pudiéramos ser perdonados.
Bildad, la gracia ha abierto una eternidad de excepciones.
Nosotros somos unas de esas excepciones. Y cada persona que pone su fe en Cristo pasa a ser una de las excepciones también.
Un hombre en Escocia, a finales de 1800 estuvo postrado en cama por 40 años, debido a que se había quebrado el cuello en una caída a sus 15 años. Sin embargo, su espíritu se mantuvo inquebrantable, y en su ánimo y valentía inspiró tanto a la gente que él tenía un constante flujo de visitas.
Un día una visita le preguntó, “¿no te tienta a veces el diablo a dudar de Dios?”
“Oh si” respondió el hombre, “él trata de tentarme. Estoy aquí recostado y miro a mis antiguos compañeros de colegio manejando sus carruajes, y satanás susurra, “si Dios es tan bueno, ¿porque él te ha mantenido aquí por todos estos años? ¿Porque permitió que te quebraras el cuello?”
El visitante preguntó, “¿Que haces cuando satanás te susurra esas cosas?
“ah” respondió él, “lo llevo a la cruz y le muestro a Cristo, y le dijo, “ves, Él de verdad se preocupa por mí.”[iv]
Bildad, estas equivocado – gracias a Dios.
- No necesitamos ser perfectos para poder acercarnos a Dios
- No necesitamos ser viejos para ser sabios
- Las cosas no necesitan ser siempre como eran antes
Un día, nosotros que creemos por fe en Cristo, recibiremos todo lo que no merecemos – su gracia.
[i] Charles R. Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 56.
[ii] J. Allen Blair, Living Patiently (Loizeaux Brothers, 1966), p. 54.
[iii] Mike Mason, The Gospel According to Job (Crossway Books, 1994), p. 89.
[iv] Robert J. Morgan, Nelson’s Complete Book of Illustrations (Thomas Nelson, 2000), p. 170.