Introducción
Un artículo en el periódico de Atenas, Grecia, contaba acerca de un prisionero de romania que estaba cumpliendo su sentencia en la cárcel, pero que estaba demandando a Dios. La televisión griega se interesó en la noticia e hizo un reporte acerca de este preso. Su nombre era Pavel. Él estaba sirviendo una sentencia de 20 años en la ciudad de Timisoara, Romania. El aparentemente estaba culpando a Dios por los problemas en su vida y quería demandar a Dios por haber fallado en cumplir su parte del trato. Él afirmaba que sus ofrendas no eran más que coimas y que a Dios lo deberían responsabilizar por sus actos. Pavel, el demandante, también afirmaba que cuando lo bautizaron, siendo un niño, el contrajo un contrato con Dios. Este contrato, según Pavel, tenía efectos legales y Dios estaba obligado a protegerlo del diablo, pero no lo había hecho. Siguiendo los conductos regulares, él presentó su demanda ante la corte. Sin embargo, la corte concluyó que era muy poco probable que el caso se llevara a cabo ya que es imposible citar a Dios a tribunales.[i]
También me encontré con una organización canadiense que defiende los derechos de las personas. Su misión es proveer protección legal para niños y adultos que son discriminados por su sobrepeso. Todo parece bien en un principio, pero al leer su declaración de principios institucionales, encontré que también hacían demandas contra Dios. Permítame leer su reclamo, “el mayor discriminador de personas con sobrepeso es Dios. Él les da enfermedades y ataques al corazón, alta presión, diabetes, cáncer, y problemas respiratorios… Demandamos a Dios… porque Dios discrimina.”
Luego, preguntan sarcásticamente, “¿Hey Dios, tú crees que los desfibriladores y la insulina es gratis?” Luego hay un espacio para firmar para, “…unirse a nuestra acción legal en contra de Dios por el peso que está colocando sobre el sistema de salud.”[ii]
Quizá diga, “Bueno, eso es Romania y eso es Canadá”
Sin embargo, una secretaria en California recientemente llevó a Dios a la corte. Un rayo cayó cerca de su hogar, creando un incendio y destruyendo sus cuatro casas. La demanda millonaria culpa a Dios de operar el universo “descuidada y negligentemente.” Esta dura acusación también incluía reclamos por mala administración del clima. Su abogado dijo que el trataría de recolectar el dinero al adjuntar una demanda a una iglesia cerca de su casa. Ella reclamaba que debía recibir el dinero si Dios no aparecía en la corte.[iii]
Afortunadamente para esta mujer, Dios probablemente no va a aparecer.
Si quisiera saber cómo se siente Job en este momento en la progresión del libro, estas personas en Romania, Canadá y California son una buena representación de Job. Job quiere llevar a Dios a juicio.
Podemos notar que Job empieza a usar vocabulario legal mientras comienza a desahogar su frustración, comunicando por qué cree que Dios está siendo injusto.
- La palabra para contender, en Job 9:3, significa entrar en litigio.
- La palabra para responder, en Job 9:15, es una referencia a testificar en la corte.
- La palabra para juez, en Job 9:15, se refiere a un oponente legal.
- En Job 9:19, Job literalmente habla de una citación a tribunales
- El árbitro a quien Job se refiere en el versículo 33, hace reverencia a un mediador judicial.
- Más adelante, en Job 13:3, Job habla de razonar, lo cual es la designación de un argumento presentado en un caso legal.
- En Job 13:18, Job habla de preparar su caso judicial
- El ruego de Job, en 13:19, es una referencia a una disputa en la corte.
Aun, Job lamenta en el capítulo 9:14-16, “Aun si lograra que Dios aparezca en la corte, ¿Que podría decirle para persuadirlo a que me escuche?”
Job le recuerda al orgulloso Bildad, su mal consejero, que el hombre no es competencia para Dios; que incluso cuando el hombre piensa que está en lo correcto, Dios hace lo que le place – ya sea castigar o confortar. Y no pareciera cuestión de que si el hombre es justo o no.
Job esta frustrado con el hecho de que Dios no se presentará en la corte ni le dará una oportunidad de presentar su caso. Él dice a Bildad:
- Dios es invencible (Job 9:10)
- Dios es invisible (Job 9:11)
Note las palabras de Job en 9:11
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; pasará, y no lo entenderé.
En otras palabras, “¿Como puedo presentar mi caso contra alguien que no puedo ver?”
Dios es invencible. Dios es invisible
- Dios no rinde cuentas a nadie (Job 9:12)
Note Job 9:12,
He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?
¿Quién le dirá: Qué haces?
En otras palabras, “No sería capaz de presentar mi caso delante de este Dios invencible, invisible, que no rinde cuentas a nadie”
Además, Job casi ha llegado a concluir que
- Dios no es misericordioso (Job 9:22-24)
En Job 9:22-24, Job dice, “Esta es mi conclusión acerca de cómo Dios trata con la humanidad.”
Al perfecto y al impío él los consume.
Se ríe del sufrimiento de los inocentes.
La tierra es entregada en manos de los impíos,
Y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?
El dolor de Job está convirtiéndose en enojo. Satanás no ha logrado que Job blasfeme a Dios, pero si ha logrado distorsionar su perspectiva acerca de Dios. Él ha logrado convertir a Dios, a los ojos de Job, en su enemigo.
Las personas en intenso dolor generalmente llegan a esta misma conclusión. Piensan, “Dios no me ama… Dios no debe preocuparse por mi… Dios debe estar en mi contra.”
En el capítulo 10, Job se convence de tres cosas:
- Dios lo sabe todo, pero rehúsa compartir su conocimiento (Job 10:1-7)
- Dios lo creó, pero ya no se preocupa por él (Job 10:8-17)
- Dios le dio vida, pero no le ofrece esperanza en su vida (Job 10:18-22)
Y a pesar de su enojo y angustia, sus palabras están llenas de verdad. De hecho, Job, sin darse cuenta, entrega los puntos principales del evangelio de forma profética.
Para nosotros que vivimos con la revelación completa, podemos ver la angustia de Job y oír sus demandas de justicia y leer en sus quejas las promesas futuras del evangelio de Cristo.
Cuando Jesucristo estaba en aquel camino a Emaús con esos dos discípulos desilusionados, Él les explicó lo que decía el Antiguo Testamento acerca del evangelio, empezando con Moisés y los profetas.
Habiendo estudiado los capítulos 9 y 10 de Job, estoy bastante convencido de que Jesús pudo haber usado y explicado las mismas palabras de Job en su conversación en el camino a Emaús. Job aquí hace algunas afirmaciones que encuentran su cumplimiento en Cristo.
Este es “el evangelio según Job.”
El Evangelio Según Job
Es fácil ver el dilema de toda la humanidad, resumido en las primeras palabras de Job en su respuesta a Bildad.
Job 9:2 dice, ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?
Algunos dicen que Job no está hablando de salvación aquí sino de vindicación. La verdad es que no importa, porque en ambos casos, la pregunta es la misma, “¿que podría darle a un ser humano el derecho de ser aceptado por un Dios santo y justo?
Esta es la pregunta que ha estado acechándonos por toda la historia de la humanidad. Esta es la pregunta más importante que usted tendrá que responder – ¿que es lo que usted cree que le da el derecho de entrar en la presencia de Dios y ser acepto?
Nuestro mundo hoy nos dice que prácticamente cualquier cosa que queramos creer eventualmente nos va a llevar al cielo.
Eso es tan ridículo como ir al aeropuerto y decir, “Quiero un pasaje para ir a visitar a mis primos… cualquier avión me viene bien, con tal que el piloto sea sincero y con tal que me sienta bien en el avión y realmente sienta que ese es el avión para mí.”
Así no es como voy a llegar a la casa de mis primos.
Necesito un vuelo especifico… un número específico… un pasaje especifico… Incluso, necesito el tiempo de despegue y arribo. Ni siquiera necesito conocer al piloto o sentirme bien en el avión – rara vez es el caso.[iv]
Por qué es que cuando se trata de viajar de la tierra a la eternidad, cualquier avión viene bien; cualquier camino basta; y cualquier pasaje es suficiente con tal de que sienta que esa es la religión para mí.
- El evangelio informa a la humanidad como estar bien con Dios.
- El evangelio no pide disculpas por su afirmación de que es solo a través de Cristo. Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6)
- El evangelio dice, Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1)
- Pedro predicó, Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12)
- Pablo escribió a la iglesia en Galacia, Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos (Gálatas 1:3-4)
- Judas puso un signo de exclamación a su respuesta a la pregunta de Job, la cual ha intrigado el corazón de la humanidad, “¿Como puedo presentarme delante de Dios? Él escribe,
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén (Judas 1:24-25)
Este es el evangelio. Y este evangelio responde a la pregunta de Job – Somos ambos justificados y vindicados en la presencia de un Dios santo por la defensa y la redención de Dios el Hijo.
El evangelio nos informa como estar bien con Dios. Veamos otro principio en el evangelio de Job.
- El evangelio deja en silencio a la humanidad que se auto-justifica.
Job dice en Job 9:3,
Si quisiere contender con él,
No le podrá responder a una cosa entre mil.
En otras palabras, si realmente lograra traer a Dios a tribunales, ¿que cree exactamente que sería capaz de decir para convencer a Dios de que él está equivocado y que usted está en lo correcto?
El evangelio silencia al pecador. La persona ya no tiene cómo justificarse.
Pablo escribe que todo el mundo quedará en silencio cuando tenga que rendir cuentas ante Dios (Romanos 3:19). Note estas palabras.
Toda boca se cerrará y todo el mundo quedará bajo el juicio de Dios.
Lo que el mundo tanto resiste; lo que el mundo odia siquiera pensar, un día va a pasar, y esto es que todo el mundo un día va a rendir cuentas delante de Dios.
Abbott-Smith define, “bajo juicio” como, “alguien que es traído a tribunales”
El apóstol Pablo está diciendo que todo el mundo será traído a tribunales, delante de Dios; y aun ahora mismo, el mundo está bajo el juicio de Dios, culpable delante suyo.
Note que Pablo no dice que todos van a tener una oportunidad de defenderse. Romanos 3:19 nos dice que toda boca se cerrará…
Pablo aquí está describiendo el juicio venidero sobre toda la humanidad, la cual no tiene a Jesucristo como defensor, y estará de pie delante de Dios en el gran trono blanco.
Ante este gran trono blanco, descrito por Juan en Apocalipsis capítulo 20, no va a haber defensa; no van a haber pretextos ni excusas; ninguna negociación o apelación; solo silencio.
No hay circunstancias atenuantes para el pecado, Dios es un testigo ocular de todo lo que se ha dicho, hecho, o pensado.
El evangelio declara que la multitud de no-creyentes estará de pie, en silencio. Será muy tarde ya para orar. Pablo declara que la humanidad sin Cristo esta sin abogado, sin defensor, condenada al tormento eterno.
Job dice, “Imagine que la humanidad pudiera tener una audiencia con Dios. No tendríamos respuesta o excusas. Incluso si tuviéramos miles de oportunidades para hablar, nunca alcanzaría.
El evangelio le informa a la humanidad como es que puede estar bien con Dios
El evangelio silencia a la humanidad que se auto-justifica.
- El evangelio según Job nos advierte de la brevedad de la vida.
Note lo que dice Job en el capítulo 9:25-26,
Mis días han sido más ligeros que un corredor; huyeron, y no vieron el bien.
Pasaron cual naves veloces; como el águila que se arroja sobre la presa.
Job ha observado los pequeños botes hechos de juncos y madera ligera deslizándose sobre el agua. Estos eran las lanchas veloces del mundo antiguo.
Él ha observado un águila arrojándose sobre su presa. La muerte pareció llegar de la nada – y llegó tan rápido.
Estaba parado en un semáforo hace un tiempo atrás, cuando un halcón de repente voló en frente de mi parabrisas. El halcón agarró del otro lado de la calle lo que parecía ser un ratón y siguió volando con el ratón en sus garras.
Ese ratón nunca se lo vio venir. Ese pájaro simplemente bajó volando y…. Su vida se había terminado.
Job dice, “así es mi vida – así de rápido se está yendo – está volando.”
Este fue el mensaje de Santiago a los creyentes judíos de la dispersión. “su vida es como neblina; una poco de humo; vapor que sale de la tetera – está aquí por un momento, y luego se desvanece.[v]
Tengo una gran deuda de gratitud por dos hombres que fueron de gran influencia en mi vida. Ambos grandes líderes cristianos y educadores – Lee Roberson, el fundador de la universidad Tennessee Temple, y Jerry Falwell, el fundador de la Universidad de Liberty.
Siendo estudiante de Liberty por un año, antes de transferirme a Tenessee Temple, recuerdo estar sentado en la iglesia escuchando al Dr. Roberson predicar. En uno de sus mensajes, el hizo este comentario para los que se estaban preparando para el ministerio: “Cuando terminen su educación, no oren para que Dios les dé un pulpito, oren para que Dios les dé una ciudad.”
Rápidamente olvidé su comentario, pero 10 años más tarde, mientras terminaba el seminario y me preguntaba dónde íbamos a servir a Cristo con mi esposa, esta frase regresó a mi mente y eventualmente nos guio a donde estamos ahora.
Al Dr. Roberson lo encontraron en el escritorio de su oficina – muerto. Este gran hombre de Dios estaba en sus 90 años. Su cuerpo simplemente dejó de funcionar de un momento a otro. El presidente de la universidad me contó que el hijo del Dr. Roberson le había dicho a su padre que eventualmente tenían que planear su funeral. Él le había respondido “Sabes que, estoy decepcionado – pensé que tendría un par de años más para predicar.”
A sus 90 años, el Dr. Roberson había predicado casi todas las semanas por 70 años. Sin embargo, para él, había sido como estar en un bote deslizándose por el agua; como un águila bajando repentinamente de la nada y llevándoselo sin previo aviso.
Es lo mismo con nosotros.
Esto es parte del evangelio. No tenemos mucho tiempo.
Así que, ¿como esta su relación con Dios?
El evangelio nos informa como estar bien con Dios. El evangelio silencia a la humanidad que se auto-justifica. El evangelio nos advierte de la brevedad de la vida.
- El evangelio declara la encarnación de Dios el Hijo.
Observe este maravilloso texto, empezando en Job 9:32.
Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio.
Job lamenta, “Dios no es un hombre como yo. Él no puede comunicarse conmigo. No puedo verle o hablarle o responderle. No puedo llevarlo a tribunales y presentar mi caso.”
Dios es distante, trascendente, y, evidentemente, no muy preocupado de la humanidad.
Sin embargo, Dios, a través de Cristo, se convirtió en un hombre, tal como nosotros.
Como el apóstol Pablo escribió,
Él se humilló a si mismo tomando forma de siervo y fue hecho en la semejanza de los hombres (Filipenses 2:7)
Para que Boaz pudiera redimir a Rut, la ley judía requería tres cosas.
- El redentor tenía que estar dispuesto a redimir a su novia
- El redentor tenía que tener el dinero para pagar el precio de la redención
- El redentor tenía que tener parentesco con la familia de la novia.
De la misma forma:
- Nuestro redentor estuvo dispuesto para redimir a su novia: Jesucristo vino para buscar lo que se había perdido – él estuvo dispuesto a redimir a su iglesia.
- Segundo, nuestro redentor fue capaz de pagar el precio de la redención: Jesucristo, siendo Dios, pagó con su vida y muerte la pena eterna de nuestro pecado.
- Tercero, nuestro redentor, Jesucristo, era 100% Dios, pero también 100% humano – al nacer en la raza humana, él se convirtió en un pariente de la humanidad y, por lo tanto, estaba calificado para redimir a su novia.
Job aquí expresa su deseo de que Dios se convirtiera en hombre para que pudieran comunicarse y tener comunión.
El evangelio declara la encarnación de Dios el Hijo.
Veamos el último principio del evangelio según Job.
- El evangelio anuncia la abogacía de Jesucristo.
En los próximos versículos, Job 9:33-34, Job continúa lamentando,
No hay entre nosotros árbitro
Que ponga su mano sobre nosotros dos.
Que quite de sobre mí su vara,
Para que su terror ya no me espante.
Job clama, “Necesito que alguien sea un mediador entre Dios y yo; alguien que quite la vara de su juicio y me salve del terror de su santidad. ¿No hay acaso algún árbitro para que ponga su mano sobre nosotros dos?
Job está refiriéndose aquí a la costumbre de las cortes antiguas, donde se usaba a un intermediario entre los individuos para negociar un acuerdo. Era la costumbre del mediador que pusiera sus manos sobre las cabezas de los dos individuos en disputa para recordarles que él era el que tenía la autoridad para resolver el asunto.[vi]
“¿Hay alguien que pueda mediar entre Dios y yo, y que pueda negociar algún tipo de acuerdo?
Con un anhelo profético, Job hace la pregunta que el apóstol Pablo va a responder mientras el evangelio es completado en la venida de Jesucristo.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos (1 Timoteo 2:5-6)
¿Hay acaso alguien que pueda defender mi causa?
Si, Jesucristo, nuestro redentor.
¿Hay alguien que pueda remover la vara de Dios y el terror de su juicio?
Si, Jesucristo, nuestro Salvador.
La esperanza de Job no estaba puesta en una razón, sino en una relación – estaba puesta en resolver y reconciliar su situación con Dios.
Nosotros sabemos lo que Job no sabía. El mediador el cual Job tanto deseaba no solamente vive, sino que está listo y dispuesto a interceder por nosotros.[vii]
Este mediador es capaz de poner sus manos sobre nosotros y el Padre.
- Siendo el Hijo de Dios, él está totalmente consciente de los reclamos de Dios;
- Siendo el Hijo de hombre, el simpatiza con las necesidades de la humanidad
Él ha cubierto la brecha; él es capaz de proveer un acuerdo eterno.
Conclusión
Este es el evangelio según Job:
- El evangelio nos informa como estar bien con Dios
- El evangelio silencia nuestras defensas y excusas
- El evangelio nos advierte de la brevedad de la vida
- El evangelio declara la encarnación de Dios el Hijo
- El evangelio anuncia la abogacía de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
No necesitamos traer a Dios a tribunales – podemos traerlo a nuestra vida para que la llene con su presencia.
Nosotros no podemos demandar a Dios – pero podemos arreglar nuestras cuentas con Dios a través de la fe en Jesucristo, quien es el Mediador entre Dios y los hombres.
[i] “Romanian Prisoner Sues God,” RIA Novosti – World (Oct. 18, 2005).
[ii] http://www.angryandrew.com/lawsuit.html.
[iii] Steven Lawson, Holman Old Testament Commentary: Job (Holman Reference, 2004), p. 83.
[iv] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 104.
[v] Fritz Rienecker and Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 738.
[vi] Warren Wiersbe, Job: Be Patient (Victor Books, 1991), p. 44.
[vii] Swindoll, p. 106.