Introducción
Una revista cristiana incluyó unos extractos de entrevistas con unas a unas personas muy mayores.
A una mujer le pidieron que mencionara algunos de los beneficios de vivir 102 años. Después de pensar por un momento, sonrió y dijo, “bueno, algo bueno es que ya no hay presión de grupo.”
Otra mujer entrevistada era Jeanne Calment, quien fue verificada como la persona con más edad en el mundo en ese entonces, con 120 años. Ella estaba llena de vida y humor también. Cuando le pidieron que describiera cómo veía su futuro, ella respondió, “muy corto.”
Francamente, para la mayoría de las personas, hablar acerca de la muerte no es cuestión de risa, ¿o sí?
A través de la historia, uno de los temas más ha inquietado a la humanidad es el de la vida después de la muerte.
La pregunta no es tanto, “¿vamos a vivir para siempre” sino, “¿Dónde vamos a vivir por siempre?”
Permítame colocarlo de esta manera, “¿qué pasará con usted después de que muera?
Para cuando su familia esté preparando su funeral, ¿qué estará experimentando usted?
Estas son las mismas preguntas que encontramos en el libro más antiguo de la Biblia. Job comienza a preguntar acerca de la vida y la muerte. Él se siente atraído a estas preguntas ya que obviamente pensaba que su vida iba a terminar pronto.
Hemos descubierto que los amigos de Job han estado arruinando los últimos días de su vida. Vayamos al capítulo 11 en el libro de Job, donde el último de los tres consejeros de Job se levanta para hablar.
Zofar: el tercer consejero de Job
Quiero ir rápidamente a través de su discurso antes de entrar en profundidad al tema de la vida después de la muerte.
Se asume que Zofar es el amigo más joven de Job porque es el último en hablar.
Note Job 11:1-2.
Respondió Zofar naamatita, y dijo: ¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?
Note el versículo 5.
Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo.
A Zofar obviamente le faltan los modales de Elifaz, que empezó hablando con un poco más de tacto que el resto. Pero él, por lo menos, no tiene la cobardía de Bildad que se escondió detrás de sus tradiciones.[i]
Zofar el Zelote es totalmente directo y ataca a Job de frente. Él no mide sus fuerzas ni la dureza de sus palabras. Él está convencido, como los demás, de que Job está sufriendo porque ha pecado contra Dios.
Es interesante notar que todos nosotros somos un poquito más como Zofar de lo que nos gustaría admitir.
Job era uno de los hombres más sabios y piadosos en el mundo, según las mismas palabras de Dios en Job 1. Dios fue el que dijo, “Job es perfecto… un hombre justo que odia el pecado.”
Nosotros somos como Zofar, Elifaz y Bildad – ya que sin importar cuán sabia y buena pueda haber sido una persona en el pasado, cuando aparecen las desgracias tendemos a preguntarnos si realmente todo eso está pasando por culpa de un pecado oculto; alguna mala decisión de su parte.[ii]
Asumimos naturalmente que algún tipo de error, o fracaso, o incluso pecado es la respuesta a cualquier sufrimiento que entra en la vida de alguien.
Zofar va directo al grano. Él incluso sugiere en Job 11:7 que Dios no ha castigado a Job por todos sus pecados. Él dice.
Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.
En otras palabras, “Job, la verdad es que la tienes más fácil de lo que deberías”
Luego Zofar le recuerda a Job que él no es competencia para Dios. En Job 11:7-11 Zofar entrega este discurso condescendiente acerca del hecho de que Dios es “más alto, más profundo, más extenso y ancho” que cualquier cosa que podemos imaginarnos. Note que él le recuerda a Job en el versículo 11,
Porque él conoce a los hombres vanos; Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
En otras palabras, “Job, Dios sabe que eres un hipócrita – ¡Él lo sabe!”
Luego Zofar insulta a Job. Note el versículo 12
El hombre vano se hará entendido, Cuando un pollino de asno montés nazca hombre.
La palabra en hebreo traducida “vano” se refiere a alguien que es inepto moralmente; vacío – un hombre sin razón o sentido. Permítame parafrasear el versículo para mostrarle la brutalidad y la insensibilidad con la que Zofar habla. “Job, un tonto cabeza hueca como tú nunca va a poder llegar a ser sabio, tal como un burro salvaje nunca va a poder dar a luz un bebé humano.”[iii]
O puesto de otra forma: Job, ¿crees que eres sabio y entendido? Eso no va a pasar hasta que las vacas vuelen y que llueva de abajo hacia arriba.
Detengámonos por un momento y reflexionemos en esta escena. Póngase en el lugar de Job, sentado sobre las cenizas en el basurero del pueblo. Usted lo ha perdido prácticamente todo. No ha podido dormir o comer en días. En su piel tiene una comezón incontrolable y además tiene una fiebre altísima. Está devastado y casi delirando por la muerte de sus hijos – su familia. Su medio de trabajo y todo su dinero se han esfumado, y ahora sus amigos más cercanos le han dado la espalda.
Warren Wiersbe escribe, “Cuán triste es cuando las personas que deberían ministrar y animar terminan creando miseria.”[iv]
Zofar dice en Job 11:13-14, “Arrepiéntete Job, confiesa tu pecado. Si lo haces, tu vida va a volver a la normalidad.”
“Y si no,” termina advirtiéndole a Job en el versículo 20,
Los malos serán cegados; no tendrán escapatoria; su única esperanza es la muerte.
Con estas palabras, Zofar simplemente destruye el espíritu de Job. Él lo condena a morir, a menos que siga su consejo y se arrepienta de sus pecados ocultos.
Este tiene que ser el punto más bajo en la vida de Job.
La respuesta de Job
Job responde a sus tres consejeros con sus propias palabras llenas de sarcasmo y amargura en el capítulo 12. Note lo que dice en el versículo 2.
Ciertamente vosotros sois el pueblo, Y con vosotros morirá la sabiduría.
En otras palabras, “ustedes evidentemente tienen toda la sabiduría del mundo, y cuando mueran, ya no va a haber más sabiduría en la tierra.”
Luego Job contraataca. Note el versículo 3.
También tengo yo entendimiento como vosotros; no soy yo menos que vosotros.
Job dice en efecto, “yo sé tanto acerca de Dios como ustedes.”
Luego, comienza a dar su propia descripción del carácter y el poder de Dios en Job 12:13-22
Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia. Si él derriba, no hay quien edifique; Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
Si él detiene las aguas, todo se seca; Si las envía, destruyen la tierra. Con él está el poder y la sabiduría; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
Él hace andar despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces. Él rompe las cadenas de los tiranos, Y les ata una soga a sus lomos.
Job dice, “ya se todo esto”. En Job 13:1, él dice,
Todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído y entendido mis oídos.
Esto no es nada nuevo.
En el versículo 4, Job los llama a todos,
… médicos inútiles…
En otras palabras, están usando un tratamiento que no ayuda en lo absoluto. Están prescribiendo medicinas para el alma que solo empeoran las cosas. Pero sin importar cuán terrible se ponga el asunto, sin importar que haga Dios conmigo – De hecho, si Dios fuera a quitarme la vida – aun lo reconocería como mi Dios y aún esperaría en Él.”
Esta es la increíble declaración de Job en el capítulo 13, versículo 15.
He aquí, aunque él me matare, en él esperaré…
Este es el versículo que muchos recuerdan cuando piensan en la perseverancia de Job.
Habiendo ya estudiado juntos los primeros 12 capítulos del libro de Job, estoy ahora aún más sorprendido por su respuesta.
Si. Job ha pasado la prueba. Él clama, “Aún si Dios me matare, mi esperanza está en él.
En su punto más bajo, Job rehúsa maldecir a Dios.
¡Nosotros también podemos pasar la prueba!
- Puede haber confianza incondicional en Dios
- Puede haber obediencia sin garantías
- Puede haber fe sin sanidad o prosperidad
- Es posible, aunque no es fácil, confiar en medio de las mayores dificultades.
Las preguntas de Job
Entendamos que, aunque Job pasa esta prueba, él aún está agobiado y abrumado con el pensamiento de que su vida va a terminar pronto. Aunque Job va a declarar más adelante su fe en su Redentor, para este punto, en Job capítulo 14, en su dolor, Job está profundamente angustiado y de sus labios salen unas preguntas importantes. Él francamente, no sabe si Dios va a terminar con su vida.
En este capítulo, Job va a hacer dos preguntas profundas que la humanidad ha estado preguntándose desde entonces. Son preguntasacerca de la vida después de la muerte.
¿A dónde van las personas después de morir?
Note la pregunta de Job en el capítulo 14:10.
Más el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
Job quiere saber dónde va a estar el día después de que muera. No está muy preocupado por la transición, él quiere conocer su destino.
Para los santos del Antiguo Testamento, la muerte era algo sombrío y la tumba era preocupante, inquietante. Job no tenía el registro de las Escrituras como lo tenemos nosotros hoy. Él no podía abrir la concordancia en su Biblia y buscar los versículos que hablan de la muerte y la eternidad. Tampoco podía abrir un comentario Bíblico exegético que le explicara que decía la Biblia sobre este tema, y mucho menos podía abrir un Diccionario Bíblico y encontrar las respuestas que buscaba.
Hoy, no solo tenemos el registro completo de la Palabra de Dios, tenemos además muchísimos libros que explican en detalle lo que dicen las Escrituras.
En los días de Job, había más preguntas que respuestas. Así que Job pregunta con toda sinceridad en el capítulo 14:10, “Cuando alguien muere, ¿a dónde va?”[v]
¿A dónde van las personas después de morir?
Job mismo menciona un lugar llamado “Seol” en Job 14:13. Quizás la pregunta de Job tiene menos que ver con su destino que con los detalles acerca de su destino. ¿Qué es el Seol? ¿Cómo es el Seol?
Esta palabra hebrea, “Seol,” aparece casi 70 veces en el Antiguo Testamento. Existe mucha confusión acerca de esta palabra ya que, a veces, se traduce como “infierno” y otras veces se traduce como “la tumba.”
El Seol no es el infierno. El Seol era el lugar donde iban los espíritus de los fallecidos.
Necesitamos entender un par de cosas acerca del Seol.
En primer lugar, debemos entender que el Seol y la tumba son dos lugares distintos. La tumba es el lugar donde se coloca el cuerpo del fallecido, pero el Seol es el lugar donde el espíritu del fallecido vive.
En el Antiguo Testamento, es evidente que ambos justos e impíos iban al Seol después de morir.
El rey David, de hecho, bajo inspiración divina escribió,
Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, (Esto es, a los impíos) Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada. Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo (Salmo 49:14-15).
En otras palabras, David esperaba ir al Seol cuando muriera, pero no esperaba estar allí para siempre.
Antes de que Jesús naciera en este mundo como un bebé, el Antiguo Testamento hebreo se había traducido al idioma griego. Esa traducción la conocemos como la Septuaginta. El Señor mismo citó de esta traducción y los apóstoles también. Siempre que la palabra Seol aparecía se traducía con la palabra griega Hades. El Hades y el Seol son el mismo lugar. De hecho, es la traducción griega de la palabra Seol.
El misterio del Seol y el Hades se aclara un poco en la predicación de Jesucristo. El reveló un evento real en las vidas de dos hombres fallecidos cuyos espíritus fueron al Hades. El evangelio de Lucas registra las muertes de estos dos hombres – un incrédulo rico y un creyente pobre.
Veamos lo que dijo Jesús en Lucas 16:22- 26.
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Ahora, no me malentienda. El hombre rico no terminó en el Hades porque era rico, sino porque no había seguido a Dios. Y Lázaro no terminó en la región de consuelo – llamado el seno de Abraham (o la presencia de Abraham) – porque era pobre, sino porque él evidentemente había confiado en el Dios de Abraham.
Ahora permítame hacer unas breves observaciones.
- En este pasaje claramente vemos que el Hades está compuesto por dos secciones.
Una sección es un lugar de sufrimiento, y el otro es un lugar de consuelo.
- Este pasaje enseña también que el Hades es un lugar donde todos los sentidos de la persona están en funcionamiento
El hombre rico clama, “Solo quiero una gota de agua, …estoy atormentado en esta llama… (Lucas 16:24)
- Este pasaje indica que aquellos que están en el Hades saben que merecen estar allí.
Un autor comentó que el hombre que está sufriendo en el Hades nunca se quejó ni reclamó que su situación era injusta. Él nunca dijo, ¡no debería estar aquí! Él se queja del dolor, nunca de una injusticia.[vi]
- El Hades es un lugar en donde hay memoria y emociones.
Este hombre, de hecho, va a demostrar compasión por los perdidos.
Note lo que dice Lucas 16:27-30.
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
¿Puede creerlo? ¡Este hombre está repentinamente preocupado por las misiones y el evangelismo! Este hombre tiene más pasión por los perdidos que muchos cristianos con vida. Quizás es porque él ahora sabe con toda seguridad la quinta observación.
- El Hades no es un lugar imaginario
Cada incrédulo que muere va al Hades, y luego después del juicio final, será confinado al lago de fuego por siempre. Según Apocalipsis 20, el Hades va a vaciar sus habitantes delante del gran trono blanco de Dios donde serán condenados y enviados al lago de fuego que conocemos como el infierno.
Es destino de los incrédulos
Por ahora, las almas de aquellos que mueren sin Cristo van al Hades donde sufren tormento y esperan su juicio final.
No es de sorprenderse que este hombre quiere que sus 5 hermanos escapen de lo que él está viviendo. El Hades no es un lugar imaginario; es real. Y este hombre sigue allí.
Entendamos que este lugar de tormento – el Hades ahora y eventualmente el infierno – no es algo que la iglesia inventó para tratar de asustar a la gente para que se porten bien. Es parte del registro inspirado de las Escrituras.
El infierno, como el Hades, es un lugar literal. Hoy por hoy, el Hades es el lugar que retiene a aquellos que esperan el juicio. El infierno es el lugar final y definitivo de juicio y tormento.
Pedro escribió que:
…El Señor… mantiene castigados a los perversos hasta el día del juicio final (2 Pedro 2:9)
El infierno no es vivir en pobreza. No es el tráfico en la hora punta. No es una mala relación o un trabajo difícil. El infierno no es una enfermedad. Querido oyente, no hay tal cosa como “infierno en la tierra.” Sin importar cuán horrible pueda ser la situación en la tierra, nunca se va a comparar a este lugar de eterno tormento.
¿Dónde estará usted el día después de que muera?
El destino de los creyentes
El apóstol Pablo dijo de aquellos que creen el evangelio, que:
Confiamos… que estar ausentes del cuerpo, es estar presentes al Señor (2 Corintios 5:8).
Después de morir podremos disfrutar de la presencia de Cristo.
Ahora, ¿qué les ocurrió a aquellos quienes, junto con Lázaro fueron al Hades – a la sección de consuelo? ¿Cómo es que aquellos que ahora mueren, van al cielo y no al Hades?
Juan escribe en Apocalipsis 20 que los habitantes del Hades serán arrojados al infierno después del juicio final – así que no puede haber creyentes del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento allí. ¿qué es lo que pasó con ellos?
Pablo escribe que,
…cuando Cristo subió a lo alto, el llevó cautiva la cautividad (Efesios 4:8).
En otras palabras, Cristo llevó a estos creyentes desde el Hades al cielo.
Pablo continúa diciendo en Efesios 5:9-10
Ahora esta expresión “el subió” ¿qué significa sino que Él también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
Colosenses 2 alude a este evento histórico cuando Cristo descendió al Hades, no para sufrir en algún tipo de infierno, sino con el propósito de entregar las noticias de su triunfo sobre Satanás y para:
…exhibirlo públicamente a través de su triunfo en la Cruz (Colosenses 2:15).
El Hades ya no es el lugar donde están los creyentes, ellos están en el cielo y cada uno que muere en Cristo va al cielo igualmente.
Cuando alguien muere, ¿vivirá otra vez?
Job hace una segunda pregunta importante en Job 14:14,
Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?
La respuesta es, “Si, para siempre.” Jesucristo nos dio la respuesta a esta pregunta que ha estado ligada al corazón de la humanidad cuando dijo,
… yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto vivirá. (Juan 11:25)
Aquellos que ponen su fe en Jesucristo van a tener este futuro – vida eterna en un Cielo nuevo y una Tierra nueva como su eterno hogar.
La pregunta de verdad no es, “¿Vamos a vivir para siempre?” La pregunta es realmente “¿Dónde vamos a vivir para siempre?”
Hay vida después de la muerte. Job lo sabía intuitivamente, y nosotros también. Esta no es una especulación filosófica, este no es un mito religioso; este no es un invento para hacer que la gente se sienta mejor. Esta es la respuesta de parte de Dios. Esta es la palabra del Creador, y Su palabra es totalmente confiable, completamente creíble, y eternamente verdadera.[vii]
Conclusión
¿Dónde estará usted el día después de su muerte? Usted estará totalmente consciente; usted será usted, más vivo que nunca, ya sea sufriendo en el Hades esperando el juicio final, o disfrutando de la presencia y el gozo y la adoración y el servicio a Cristo.Para aquellos que creen en el evangelio – el día después que muera, usted estará experimentando el fin de todos sus problemas. Usted será libre – porque después de la muerte usted estará con vida.
[i] David McKenna, Mastering the Old Testament: Job (Word Publishing, 1986), p. 99.
[ii] Mike Mason, The Gospel According to Job (Crossway, 1994), p. 141.
[iii] David J. A. Clines, Word Biblical Commentary: Job 1-20 (Word, 1989), p. 266.
[iv] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (Word, 2004), p. 111.
[v] Ibid., p. 122.
[vi] Ibid., p. 38.
[vii] Sam Gordon, Hope and Glory: I & II Thessalonians, p. 161.