Introducción
Quizás, una de las celebridades más grandes del mundo científico a finales del siglo XX fue Carl Sagan. Él fue un astrónomo renombrado y un ateo que deseaba destruir toda creencia en Dios y la creación. Él se convirtió en el vocero del naturalismo – la perspectiva o cosmovisión de vida que dice que todo tiene una causa y una explicación natural.
Los seguidores de Sagan crecieron a través de los años. Hace poco escuché a un líder religioso tratar de explicar el milagro de Jesús caminando sobre las aguas diciendo que Cristo estaba caminando sobre bloques de hielo. Ridículo. En vez de estar caminando sobre las olas de la tormenta, Jesús aparentemente estaba surfeando sobre bloques de hielo en dirección al bote donde estaban los discípulos.
Eso es naturalismo. Es la hermana gemela de la evolución – todo supuestamente se puede explicar a través de los procesos naturales.
Sin embargo, estas creencias requieren fe – fe en el mismo universo. No es de sorprenderse entonces que Carl Sagan terminó creyendo que el universo tenia atributos divinos. Escuche las palabras que él solía repetir cada vez que salía en televisión en su programa titulado Cosmos. “El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue, y todo lo que será.”
Querido oyente, todos los científicos en el mundo, incluidos Carl Sagan, nunca podrían medir científicamente lo que fue, lo que es, y lo que será. Lo que vemos aquí es al naturalista tomando un paso de fe y atribuyéndole omnisciencia y omnipotencia al universo – a la madre naturaleza – ella es la que da vida, la que dirige la vida, la que creó todo lo que existe.
Esto no es nada más que la religión de la naturaleza. Es la divinización del universo. Realmente no se deshace de un ser omnisciente y eterno, solo lo reemplaza por el cosmos.
Sagan miró al universo y llegó a la conclusión de que nada era más grande de lo que veía.[i]
Si usted se hubiera quedado dormido hace 80 años atrás y hubiera despertado hoy – viendo las creencias actuales del origen del universo, la evolución del hombre y la divinización de la naturaleza, estaría convencido de que nuestra inteligencia no está avanzando, sino que está decayendo.
Es cierto – el apóstol Pablo dijo que una señal de la decadencia moral en cualquier cultura sería el poner a Dios a un lado y adorar la creación en su lugar. Así que hoy, que la gente crea que un árbol, un animal, o una piedra sea un pariente de la raza humana, es otro paso en su decadencia moral.
Leí hace poco un artículo que registraba los valores y creencias de varias personas.
Una mujer jubilada, que creció yendo a una iglesia cristiana escribió.
Estoy en la terraza de mi casa, sentada en mi silla mecedora, tejiendo y descansando mis piernas, compartiendo con una de mis hermanas espirituales – un viejo árbol con tantos años como yo. Las dos estamos al aire libre, tomando un poco de sol, haciendo lo que podemos para vivir tranquilamente en este mundo. Un día, en un futuro no muy distante, ella va a morir y fertilizar la tierra, y yo también. Esto me trae consuelo. He rechazado mis creencias de la juventud acerca del cielo y el infierno… hay algunos que quieren dale más importancia a mi vida que a la de mi hermana árbol, pero no les creo (olvidémonos de que ella está sentada en una silla mecedora de madera mientras escribe). Ellos piensan que hay un lugar especial para mí, en algún lugar por la eternidad, pero no les creo. Yo creo que mi árbol y todos los otros seres vivientes creen y sienten de formas distintas, pero que de cierta forma somos iguales.[ii]
Una poetisa y profesora en la Universidad de Nuevo México, escribe en su artículo,
Yo creo en el sol. En el enredo de los fracasos humanos, el miedo, la avaricia y el olvido, el sol me da claridad. El sol es nuestro pariente que ilumina nuestro camino en esta tierra. Los humanos son vulnerables y dependen de la bondad de la tierra y el sol.[iii]
Cuan trágico. Al eliminar a Dios como el creador, el ser humano se convierte en un simple animal – una forma de vida sin más dignidad y valor personal que un árbol.
Pablo escribió en Romanos 1:21, 25 que los no-creyentes,
…se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido… cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador…
Carl Sagan murió en 1996. Tres semanas antes de que muriera, lo entrevistaron en un popular programa de televisión. Sagan sabía que estaba muriendo y el entrevistador le preguntó, “Dr. Sagan, ¿tiene algunas palabras de sabiduría que le gustaría compartir con la raza humana?”
A esto, Sagan respondió tristemente, “vivimos en un pedazo de roca y metal dando vueltas alrededor de una de las 400 billones de estrellas que componen la vía láctea… esto es algo en lo que vale la pena meditar.”
¿Eso es todo?
Sí, porque la religión del naturalismo y la fe en la evolución e incluso el misticismo del panteísmo nos llevan finalmente a creer que la vida no tiene significado alguno. Esto a su vez nos lleva al desánimo. Todo lo que vamos a hacer es morir y fertilizar la tierra.
Note la desesperanza, la perdida completa de significado, y el sentimiento de pánico en un libro escrito por Carl Sagan al final de su vida. Estas fueron sus palabras, “Nuestro planeta es una mancha en la enorme oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta inmensidad, no hay ningún indicio de que alguna ayuda vendrá de algún lado a salvarnos de nosotros mismos.”[iv]
Si solo Carl Sagan hubiera leído Job.
¡Hay ayuda! ¡Hay esperanza!
Dios eventualmente habla con Job. El encuentro que tanto hemos esperado, ha llegado.
Lo maravilloso es que Dios comienza dándole a Job una lección acerca del creacionismo, no acerca del sufrimiento. En vez de responder sus preguntas (y las nuestras), de porque cosas malas le pasan a la gente buena, y cosas buenas le pasan a la gente mala, Dios revela su poder y providencia sobre todo lo que ha creado.
Evidentemente, Dios piensa que el hecho de entender que él es el creador de todo lo que existe, trae esperanza, una nueva perspectiva y una fe renovada al corazón del ser humano.
Tengo que aclarar que estos capítulos de Job son en particular para el creyente. No van a producir fe, ni probar la existencia de Dios para el ateo. Aun, es posible que produzcan mayor escepticismo e incredulidad en él. Sin embargo, para nosotros que creemos, este tour alrededor de la creación va a afirmar nuestra fe y va a renovar nuestro gozo mientras meditamos en la grandeza y la gloria de Dios. Y al meditar en esto, nuestro corazón se llenará de paz.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera… Isaías 26:13
Dios le pregunta a Job desde el torbellino, en Job 38:4-7
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?
¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba,
y se regocijaban todos los hijos de Dios?
¿Notó que Dios no comienza su respuesta tratando de demostrarle a Job que Él es quien creó el universo? El comienza en estos versículos recordándole a Job que no estaba allí cuando Él creó todo lo que existe.
Dios es el testigo ocular de la creación. Gracias a la revelación que tenemos– la palabra inspirada de Dios – tenemos el único testimonio verdadero acerca de los comienzos de la creación.
Fue Herbert Spencer, un filósofo y seguidor entusiasta de Darwin, quien categorizó los 5 conceptos científicos que componen todo lo que la ciencia puede investigar. Estas son:
- Tiempo
- Fuerza
- Acción
- Espacio
- Materia
Spencer creía que todo lo que se podía conocer o estudiar debía encajar en una de estas cinco categorías. Sin embargo, él tuvo que atribuirle eternidad a al menos una de estas categorías, ya que ningún proceso evolutivo puede explicar el origen de ninguna de ellas. Al menos una de estas categorías tenía que ser eterna para poder generar las otras, por así decirlo.
Aunque Spencer no pudo explicar el origen del tiempo, la fuerza, la acción, el espacio y la materia, él estaba en lo correcto cuando afirmó que esas cinco categorías abarcan todo lo que hay en el universo.
En las primeras palabras que aparecen en la Biblia, en Génesis 1:1, encontramos el origen de todas estas cinco categorías.
- “En el principio” – esto es tiempo
- “En el principio Dios” – esta es la fuerza
- “En el principio Dios creó” – esta es la acción
- “En el principio creó Dios los cielos” – este es el espacio
- “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” – esto es materia.
En estas pocas palabras, Dios revela el origen del universo.[v]
Tierra (Job 38:4-7)
Dios le pregunta a Job
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra…
…Ordenaba sus medidas… extendía sobre ella cordel… fundaba sus bases… ponía su piedra angular?
(Job 38:4-6)
Dios está hablando en el vocabulario de un arquitecto y un constructor. Él personalmente midió y estudió el lugar para la construcción. Él ya extendió el cordel de medir para asegurarse de que todo tuviera las medidas exactas. Él se aseguró de que las bases y la piedra angular se pusieran correctamente.
En otras palabras, “Job, ¿estabas allí para corroborar mis planos? ¿Acaso te necesitaba a ti o a alguien más para asegurarse de que hiciera todo en la medida justa para sostener la vida?
Job ya había dicho en el capítulo 26:7
Él extiende el norte sobre vacío,
Cuelga la tierra sobre nada.
Dios no puso la tierra sobre una tortuga gigante; sobre un elefante; sobre los hombros de atlas – sino que sobre nada.
Job está revelando maravillosas verdades científicas.
Un científico cristiano escribe, “Job no solo nos está diciendo que la tierra está suspendida en el espacio, sino que también está rotando en su eje el cual se proyecta hacia el norte; también se mantiene en su órbita por una fuerza misteriosa que llamamos gravedad, la cual racionalmente también podríamos llamar nada – o mejor aún, la voluntad de Dios.”[vi]
Ya que ningún ser humano estaba allí para ver a Dios hacer todo esto, o creemos el registro de Dios o inventamos una teoría al respecto.
Es interesante ver como la teoría naturalista del Big-Bang aún no puede explicar el origen del universo.
En el libro de John MacArthur titulado, La Batalla por el Comienzo, él comenta acerca de la teoría del Big-Bang. Los científicos naturalistas que sostienen esta teoría tratan de explicar como un universo lleno de materia apareció de la nada en un instante. Un artículo en el diario de Los Ángeles reportaba:
La teoría del Big-Bang se ve más y más sobrenatural con el pasar del tiempo. Hace unos veinte años atrás, Carl Sagan había dicho que la ciencia, a través de la teoría del Big-Bang eventualmente demostraría que el universo no necesita un creador para haber sido formado. Desde ese entonces, el escenario ha cambiado bastante. Ahora hay una creciente teoría llamada “inflación cósmica,” la cual sostiene que todo el universo apareció desde un punto sin contenido ni dimensiones, y se expandió instantáneamente, llegando a su tamaño actual. Esta teoría ahora se está enseñando en Stanford, el Instituto de Tecnología de Massachusetts, y otras universidades prestigiosas. Esta explicación acerca del origen del universo tiene enormes similitudes con la noción teológica de la creación “a partir de la nada.”
Este artículo citaba a uno de los astrónomos famosos de aquellos días, Allan Sandage, del observatorio en Pasadena, California, quien propuso que el Big Bang solo puede entenderse como “un milagro,” en el cual alguna fuerza mayor debe haber participado activamente.[vii]
Me parece interesante que aun la ciencia hoy en día reconoce que “el Big Bang no elimina la necesidad de un ser superior, si no que revela la necesidad de una primera causa.”
Si queremos saber cómo empezó el universo, necesitamos obtener esa información de la única fuente que puede decirnos. Ningún ser humano observó el proceso, y ningún ser humano puede repetir el proceso.[viii]
Note que también hay otros testigos que observaron parte de la creación. Job 38:7 dice,
Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios.
En el capítulo 1 de Job, los “hijos de Dios” son una referencia a los ángeles que fueron a presentarse delante de Dios, y satanás estaba entre ellos.
Este es un paralelo poético – “las estrellas del alba” son los mismo que “los hijos de Dios.”
De hecho, según el registro de Génesis 1, las estrellas físicas que vemos en el cielo no fueron creadas hasta el cuarto día.
Éxodo 20 agrega al testimonio de Génesis 1 que todas las cosas fueron creadas durante los 6 días de la creación. Así que los ángeles no fueron creados antes de Génesis 1.
Para que los ángeles fueran capaces de regocijarse en la creación de la tierra en el tercer día, según Job 38, podemos asumir, aunque no se nos dice específicamente, que los ángeles fueron creados durante el primer día de la creación, juntamente con la luz.
Las huestes celestiales fueron creadas, completamente capaces y dispuestas a cantar de la gloria de su Creador. De la misma forma que Adán y Eva fueron creados ya adultos, capaces de comunicarse, adorar, y cumplir con las tareas dadas por Dios; los ángeles fueron creados listos para cantar y servir a su Creador.
John Hartley escribió en su comentario de Job, “en le antigüedad, el poner la piedra angular para un edificio público, como por ejemplo un templo, era una ocasión importante, y se celebraba con música y fiestas.
Dios le informa a Job en el capítulo 38 que cuando Él puso la piedra angular de la tierra, los ángeles se reunieron para cantarle alabanzas.”[ix]
Esto también significa que la caída de Satanás ocurrió en algún momento entre el día uno de la creación y la tentación de Eva en el jardín del Edén.
Mar (Job 38:8-11, 16)
Dios cambia ahora de estar preguntando acerca del origen de la tierra, a preguntar acerca del mar.
Note lo que dice el versículo 8
¿Quién encerró con puertas el mar,
Cuando se derramaba saliéndose de su seno,
Existen varios mitos antiguos tratan de explicar el origen del mar, o el océano. La mayoría describen batallas épicas de dioses y diosas que logran conquistar el mar.[x]
A diferencia de estos mitos, Dios describe el mar en Job 38 como un bebe recién nacido (v8), al cual Dios puso un pañal de oscuridad y lo vistió de nubes (v9), y luego lo puso en un corralito con una puertita (v10). Él puso restricciones a las que el mar inmediatamente se sometió (v11), porque Dios dijo
Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,
Y ahí parará el orgullo de tus olas.[xi]
Sabemos que nuestro creador ha instituido todas las causas secundarias que mantienen los oleajes como el planeó, cuidando los ecosistemas de nuestro mundo.
La ciencia ha descubierto los maravillosos efectos de la luna sobre las marejadas.
Las marejadas ocurren debido a la gravedad de la luna. La luna gira alrededor de la tierra y completa su ciclo cada 27.3 días, viajando una distancia de más de 2 millones de kilómetros cada mes. Maneja más rápido que yo.
Mientras la luna orbita alrededor de la tierra, esta causa que la tierra se expanda un poco. La tierra de hecho se abulta hacia la luna, lo que afecta el nivel del mar. Mientras la tierra rota sobre su eje, estos bultos se mueven a través de la tierra creando dos mareas altas y dos mareas bajas cada día.
Esta característica es absolutamente esencial para mantener la vida sobre el planeta.
Los científicos han gastado casi 20 billones de dólares tratando de responder a la pregunta de cómo la luna evolucionó. El registro de las escrituras nos dice que fue creada por el poder de la palabra de Dios en el cuarto día.[xii]
Dios le recuerda a Job en 38:8-11 que el movimiento y los límites de los mares y los océanos están determinados y dirigidos por Él
Ahora Dios pasa de hacer preguntas acerca de la tierra (38:4-7) y el mar (38:8-11), a hacer preguntas acerca del cielo (38:12-15)
Cielo (Job 38:12-15)
Note las preguntas que Dios hace en Job 38:12
¿Has mandado tú a la mañana en tus días?
¿Has mostrado al alba su lugar?
Dios está preguntándole a Job, “¿puedes ordenar la existencia de la luz? ¿puedes crear un nuevo día?”
Por supuesto que la respuesta es no
Hoy entendemos que los cuerpos celestes – especialmente el sol – fueron creados por Dios en el cuarto día; y que Dios colocó la tierra en el ángulo preciso, y la distancia precisa para formar los días y las noches.
La impresionante creación de Dios es algo de lo que podemos seguir estudiando y asombrándonos cada día.
Hoy sabemos que la rotación de la tierra sobre su eje es lo que determina nuestros días de 24 horas. La orbita de la luna alrededor de la tierra determina nuestros meses. Y la rotación de la tierra alrededor del sol determina nuestros años.
Aun el ángulo preciso de la tierra es vital para mantener las estaciones del año. Un autor escribió.
Imagine cuan diferente seria la vida si la tierra de repente empezara a rotar a un tercio de su velocidad actual. Los días serían tres veces más largos. A veces tendríamos que ir a dormir a plena luz del día y permanecer despiertos largas horas en la oscuridad de la noche. La variación de la temperatura seria alterada dramáticamente. Aun el ritmo de nuestras vidas sería totalmente alterado. Pero la vida sobre la tierra está perfectamente diseñada para un día de 24 horas, y según la Escritura, eso es porque el mismo creador que hizo a todos los seres vivientes también determinó y fijó la duración de nuestros días.[xiii]
Charles Boyle, un pensador brillante y un cristiano devoto, estaba fascinado con los descubrimientos de Kepler y Newton acerca de los movimientos planetarios y el complejo diseño del universo. Boyle contrató a un relojero para que diseñara un modelo mecánico del sistema solar, que demostrara el movimiento de los planetas alrededor del sol. Todos los planetas se movían mecánicamente según el patrón de su órbita. Fue una increíble demostración de habilidad y precisión de parte del relojero. En una ocasión Boyle estaba mostrándole su modelo a un científico ateo que quedó muy impresionado. El ateo le dijo, “este es un modelo impresionante. ¿quién lo hizo?” Boyle respondió con una sonrisa, “Nadie lo hizo… simplemente apareció de la nada”[xiv]
Conclusión
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Él junta como montón las aguas del mar; Él pone en depósitos los abismos.
Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de él todos los habitantes del mundo.
Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió.
El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Salmo 33:6-11
La tierra, el mar y el cielo han sido creados por la palabra de Dios y el aliento de su boca.
Al pensar en esto, quedamos maravillados ante la grandeza, el poder, y la majestuosidad de nuestro creador.
En Él encontramos nuestra esperanza.
En Él encontramos nuestro gozo y paz.
En Él encontramos las respuestas a nuestras preguntas.
En Él encontramos seguridad para nuestro futuro.
Los ángeles que se regocijaron en la creación de la tierra, celebran la conversión de cada pecador que llega a la fe en Cristo. Ellos también cantarán alrededor del trono de Dios, junto con todos los redimidos, mientras adoramos a este Dios creador que nos ha amado y salvado por siempre.
¿Y el mundo que no cree? Continuará en su desesperación tratando de encontrar una respuesta para el origen del universo que no sea Dios.
Un físico brillante escribió un artículo en donde decía lo siguiente,
La última información recolectada por los satélites espaciales es indiscutible; el universo eventualmente va a morir. Mientras el universo se acelera, las temperaturas van a caer a través del universo. Billones de años más tarde, las estrellas habrán acabado su combustible nuclear, los océanos se habrán congelado, y el cielo se habrá oscurecido por completo. El universo va a consistir en estrellas muertas, agujeros negros y desechos nucleares. Pareciera como que las leyes de la física nos han entregado un certificado de defunción. Pero aún hay una esperanza. Abandonar este universo. ¿Nos permitirán las leyes de la física crear agujeros en la galaxia que conecten nuestro universo con uno más joven y habitable? ¿Podremos crear un camino para conectar nuestro universo con otro? En 2021, se va a realizar un nuevo sondeo espacial para poder probar o refutar estas conjeturas. Pero la realidad es que no hay elección. O nos vamos a otro universo, o morimos en este.[xv]
Algo de verdad tiene este hombre – necesitamos dejar este universo – el asunto es que está buscando la solución en el lugar equivocado.
El planeta tierra y el universo no van a durar para siempre.
Nuevamente, la revelación de Dios, que nos informa de los orígenes de este mundo, también nos informa acerca del fin de este mundo. Pedro escribe estas palabras que no solo concuerdan con los registros de Génesis y de Job, sino que también nos da más revelación acerca del futuro del universo,
… por la palabra de Dios los cielos fueron hechos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
…en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
(2 Pedro 3:5-7; 12-13)
Realmente necesitamos salir de este mundo – y ya existe un camino desde este mundo al próximo. Sin embargo, es un camino angosto y no mucha gente está dispuesta a caminar por él. Quizás usted ya camina por ese sendero angosto. Quizás usted hoy decida, por la gracia de Dios, tomar el camino angosto. Y cuando venga a Dios, en asombro por quién es Él y por lo que su Hijo hizo por usted en la cruz, usted tendrá la seguridad de que un día dejará esta tierra solo para heredar una nueva tierra y un nuevo cielo donde usted vivirá con todos los creyentes de todas las eras, y todas las huestes celestiales, y con nuestro maravilloso Dios creador por siempre.
[i] John MacArthur, The Battle for the Beginning (W Publishing, 2001), p. 12.
[ii] Ruth Kamps, National Public Radio, “Living Life With Grace and Elegant Treeness,” Aug. 15, 2005.
[iii] Joy Harjo, National Public Radio, “A Sacred Connection to the Sun,” July 8, 2007.
[iv] MacArthur, p. 14.
[v] MacArthur, p. 40.
[vi] Henry Morris, The Remarkable Record of Job (Master Books, 1988), p. 40.
[vii] MacArthur, p. 94.
[viii] Morris, p. 102.
[ix] John E. Hartley, The Book of Job (Eerdmans, 1988), p. 495.
[x] Ibid., p. 496.
[xi] Morris, p. 166.
[xii] MacArthur, p. 111.
[xiii] MacArthur, p. 114.
[xiv] Ibid., p. 114.
[xv] “Huddled up with LISA,” The Wall Street Journal Online (Jan. 20, 2005).