Introducción
Un autor escribió:
La estructura genética de cada organismo viviente limita a ese organismo a lo que es: ni más ni menos…
Charles Darwin aceptó la teoría de mediados de 1800 que decía que las variaciones causadas por el ambiente podían traspasarse y heredarse. Darwin usó esta teoría para postular que una criatura podía cambiar de una especie a otra con el pasar del tiempo.[i]
Esta es la teoría que escuchamos una y otra vez en canales como National Geographic, Animal Planet y Disney Channel. Dicen que los animales hacen lo que hacen porque han heredado habilidades para sobrevivir a través de millones y millones de años. Ahora son mucho más inteligentes porque han heredado millones de años de conocimiento y comportamiento adquirido.
Este autor continúa escribiendo,
La genética moderna ha refutado esta hipótesis completamente. La estructura genética de cada organismo vivo limita a ese organismo a lo que es: ni más ni menos.[ii]
Esto hace que el creyente se maraville del ingenio creativo en la variedad de especies que Dios ha creado.
Es Dios quien creemos, basados en Génesis capítulo 1, que habló, y la tierra, los mares, y los cielos fueron creados y luego poblados con peces, aves, y todo tipo de criaturas, grandes y pequeñas. Todos estos animales se encontraban funcionando según el diseño que Dios tenía para cada uno de ellos según su especie.
Dios ya ha llevado a Job en un tour a través del espacio – las constelaciones, planetas, el universo. Ahora, Él cambia de tema y le da a Job un paseo por el zoológico.
Un paseo por el zoológico
Dios le confirma a este hombre sufriente que Él cuida y controla su creación desde la criatura más pequeña hasta la más grande. El mensaje implícito en esta conversación es que, si Él cuida de criaturas mortales, cuanto más va a cuidar del ser humano que va a vivir para siempre.
“Job, estás preguntándote si me preocupo acerca de ti y si tengo planes para lo que sea que pasa en tu vida. Te estás preguntando si he tomado nota de tu sufrimiento. Déjame responder tus preguntas llevándote al zoológico. Déjame mostrarte un animal tras otro. Déjame sorprenderte con mi diseño creativo y darte un nuevo entendimiento de mi cuidado y providencia sobre tu vida”
Así que, al final del capítulo 38 de Job, Dios va a presentarle unos animales.
El león
Dios comienza presentando un animal fuerte. Veamos que dice Job 38:39.
¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Saciarás el hambre de los leoncillos,
La verdad es que nunca nos acercaríamos a un león salvaje, ¿o sí? Especialmente si tiene hambre. De hecho, no nos estaríamos preocupando si come bien o no. Sin embargo, Dios se preocupa por el león.
El león promedio pesa hasta 270 kilos y, parado en cuatro patas, tiene una altura de 1 metro 20. Job no tenía la habilidad o el deseo de cuidar de estos temibles depredadores. Pero Dios era y es quien cuida de los leones.
El cuervo
Dios pasa de hablar de un animal fuerte a hablar de uno débil. Note Job 38:41.
¿Quién prepara al cuervo su alimento, cuando sus polluelos claman a Dios, y andan errantes por falta de comida?
De todas las aves que podríamos usar para llamar la atención de Job, no creo que habríamos escogido al cuervo. Estos grandes pájaros negros con su horrible chillido parecieran no beneficiar al ser humano de ninguna manera. Comen lo que sea, incluso carne en descomposición, y se sabe que están cerca de los lobos cuando cazan para comer lo que estos dejan.
No hay duda de que Job había visto cuervos comiendo los restos de animales muertos.
Es como si Dios quisiera que Job supiera que él se preocupa aún de los cuervos y sus crías. Dios oye cuando chillan por comida, como si estuvieran clamando a Él por provisión.
Dios cuida en su providencia aun de estos pájaros carroñeros, un tanto feos y desagradables que no estaríamos muy ansiosos de ayudar.
“Cuanto más voy a cuidar de ti Job.”
A todo esto, Jesús hizo una declaración muy similar en Lucas 12:6 cuando dijo,
¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Y, sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios.
En otras palabras, ni siquiera estos pájaros que se usan para los sacrificios en el templo escapan de la providencia de Dios. Luego, Jesús concluyó diciendo, más valéis vosotros que muchos pajarillos (Lucas 12:7).
Este es un mensaje que se ha perdido en nuestra cultura, lo que es de esperarse. Mientras que la humanidad rechaza al Creador, esta eleva a los animales y los otros seres vivos al mismo nivel del ser humano.
Hoy uno no puede romper un huevo de águila sin una pena severa, pero uno puede romper el embrión de un ser humano, matarlo, abortarlo sin consecuencias. Eso es un cambio trágico, radical y negativo de los derechos humanos.
Escuche lo que sería un mensaje radical el día de hoy viniendo de los labios de Jesucristo, tal como se registra en Mateo 6:26,
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
En otras palabras, Dios se preocupa y cuida de las aves. Pero luego Jesús continúa diciendo,
¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
El punto que Jesús quería hacer es que el cuidado del Padre por el mundo animal es una ilustración del maravilloso cuidado del Padre por su creación más especial: la humanidad.
Las cabras y ciervas
Dios pasa de hablar de un animal fuerte y uno débil a un animal tímido. Note lo que dice Job 39:1-2.
¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo? ¿Contaste tú los meses de su preñez, y sabes el tiempo cuando han de parir?
La obvia respuesta es, “No,” a todo lo anterior. Estos animales están escondidos durante el día. Sólo salen durante la noche.
Dios le dice a “Job, yo los veo en todo tiempo. Nada de lo que hacen escapa a mi conocimiento.”
El asno
Dios pasa de hablar de un animal tímido a un animal terco. Job 39:5-7 dice:
¿Quién dejó en libertad al asno montés? ¿Y quién soltó las ataduras del asno veloz, al cual di por hogar el desierto, y por morada la tierra salada? Se burla del tumulto de la ciudad, no escucha los gritos del arriero. Explora los montes buscando su pasto, y anda tras toda hierba verde.
“Job, ¿alguna vez te pidió permiso un asno para comer pasto? ¿Le has dicho donde tiene que vivir?[iii]
No, la verdad es que es casi imposible hacer que un asno le obedezca, ¿o no? “No escuche los gritos del arriero.”
Pero el creador ha determinado su hábitat y ha delineado los límites de dónde debe vivir. Qué gran lección para Job que Dios no sóloasignó el hábitat para el asno montés, sino que él también asigna el hábitat para sus hijos.[iv]
Dios no solo lo creó y le dio vida, sino que también creó y designó el lugar, el hábitat para que usted viva plenamente. Si Dios tiene la última palabra acerca del lugar donde un asno común va a vivir, él también tiene la última palabra acerca del lugar donde usted y yo vivimos.
El uro
Dios pasa de mencionar a un animal terco a uno robusto. Job 39:9-12 dice:
¿Querrá el búfalo servirte a ti, o quedar en tu pesebre? ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti? ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza, y le fiarás tu labor? ¿Fiarás de él para que recoja tu semilla, y la junte en tu era?
Se cree que este animal no es el típico búfalo del cual pensamos hoy en día. La mayoría de los eruditos del Antiguo Testamento creen que este animal ya se encuentra extinto y que era un animal conocido como el “Uro” que habitaba en el Medio Oriente.
Los uros llegaban a medir dos metros de altura y tenían unos cuernos largos que apuntaban hacia delante. Imagine un toro del tamaño de un rinoceronte. El Uro era algo así.
Extinto desde 1627, este enorme animal era considerado la más poderosa de todas las bestias con pezuñas. Fue cazado por los Asirios.[v]
Estos no eran bueyes domesticables que Job podía usar en sus campos. Estos eran animales salvajes que podían matar a una persona muy fácilmente.
Dios hace la pregunta, “Job, ¿crees que puedes domar a un uro? La respuesta obviamente es no. Dios está insinuando, “Job, si puedo domar al asno y al uro y a cualquier otro animal en mi creación, entonces, créeme cuando te digo que puedo controlar el caos que ha llegado a tu vida.”
Para aquellos que no creen que Dios estaba respondiendo a las preguntas de Job: oh, sí que lo estaba haciendo con vivas analogías sacadas de su maravillosa creación.
El avestruz
Dios ahora pasa de hablar de este animal robusto a un animal extraño. Dios deja de hacer preguntas por un momento y simplemente entrega afirmaciones. Él dice en Job 39:13-17.
Baten alegres las alas del avestruz, Porque abandona sus huevos en la tierra, y sobre el polvo los calienta; se olvida de que algún pie los puede aplastar, o una bestia salvaje los puede pisotear.
Trata a sus hijos con crueldad, como si no fueran suyos; aunque su trabajo sea en vano, le es indiferente; porque Dios le ha hecho olvidar la sabiduría, y no le ha dado su porción de inteligencia.
En otras palabras, Dios hizo a este animal con poco cerebro.
Qué pájaro más raro. De hecho, el avestruz es el pájaro no extinto más grande del mundo, pesando hasta 135 kilos y midiendo hasta 2.5 metros. Es el único pájaro con pestañas. Tiene alas, pero no puede volar; por lo tanto, la hembra construye su nido en la arena.
El comentario en el versículo 16 de que el avestruz “trata a sus hijos con crueldad como si no fueran suyos” es una referencia al hecho de que, antes de enterrar a sus huevos en un hoyo poco profundo, comúnmente cavado por el macho, el avestruz hembra deja unos huevos fuera del nido para usarlos como comida para los polluelos que nacen.
La ignorancia, y falta de inteligencia del avestruz siempre han sido famosas, especialmente en el medio oriente. De hecho, Plinio, un escritor romano de primer siglo, fue uno de los primeros en escribir que el avestruz esconde su cabeza en los matorrales, pensando que está segura ya que no puede ver el peligro. De ahí que tenemos las famosas caricaturas de los avestruces que entierran la cabeza en la arena.
Pero note, sin embargo, que, aunque el avestruz es ignorante y aun un poco tonta, esta se distingue por su increíble capacidad para correr. Job 39:18 dice:
Pero cuando se levanta en alto [mejor traducido, cuando corre], se burla del caballo y de su jinete.
En otras palabras, una de las cosas que el avestruz puede hacer mejor que la mayoría de los animales es correr. Solo unos pocos animales sobre el planeta pueden correr más rápido que un avestruz. Alzando su cabeza, extendiendo sus pequeñas alas para balancearse, el avestruz sale corriendo y llega a su máxima velocidad de 65 kph. tomando zancadas enormes de hasta 4 metros y medio mientras corre.
Encuentro fascinante que Dios le quiso mostrar a Job un avestruz. El avestruz es una de las formas de Dios de decir, “yo puedo crear cosas que ni serías capaz de imaginarte.”
Cuando vamos al zoológico y vemos un avestruz salimos con una sonrisa y riendo disimuladamente. Lo pensamos solamente, porque nunca lo diríamos en voz alta, “¿En qué estaba pensando Dios cuando creó eso?”
Hay veces cuando terminamos pensando lo mismo acerca de nuestras propias vidas y tenemos miedo de decir esas palabras en voz alta, pero estamos confundidos y nos preguntamos secretamente en nuestros corazones, “¿Señor en qué estabas pensando? Lo que has creado en mi vida ¡no tiene sentido!
Hay creaciones que caen bajo la categoría de “extrañas” y reconocemos la verdad que dijo el Señor en Isaías, cuando declaró:
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos… (Isaías 55:8)
El caballo
Dios cambia ahora de la rareza del avestruz a describir la nobleza del caballo. Job 39:19-25 dice:
¿Diste tú al caballo la fuerza? ¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes? ¿Le intimidarás tú como a langosta?
El resoplido de su nariz es formidable. Escarba la tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas; hace burla del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada.
Job, tú serás capaz de entrenar a un caballo de batalla, pero ¿quién le dio su valentía para pelear? ¿Quién lo hace correr hacia el enemigo? ¿Quién permitió que huela la batalla y salga corriendo para llegar allí primero?
La majestuosidad, la fuerza, la energía del caballo; su impaciencia para ir a la batalla y su espíritu de valentía son pruebas de la grandeza de aquel que lo hizo.[vi]
Un autor escribió: “La implicación es que Dios también puede darle a Job la valentía para enfrentar sus pruebas devastadoras.”
“Le he dado al caballo todo lo que necesita para enfrentar la batalla. Si puedo hacer eso con un caballo, Job, yo puedo fortalecerte para que puedas resistir las pruebas y las batallas de la vida.”
Dios nos ha revelado esto mismo. La Palabra de Dios nos dice que:
- Podemos estar completamente preparados para toda buena obra (2 Timoteo 3:17)
- Dios nos ha dado la armadura completa de Dios para que seamos capaces de resistir el día malo y habiendo acabado todo estar firmes (Efesios 6:13)
- Dios nos ha concedido, mediante el poder de Su poder todo cuanto concierne a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3)
Dios nos ha preparado, equipado, y facultado para la vida. Si Dios se preocupó de equipar a un caballo para la batalla, ¿cuánto más nos va a equipar a nosotros que somos hijos e hijas del Rey?
Este paseo por el zoológico está a punto de terminar, pero Dios tiene una parada más que hacer con Job.
El gavilán y el águila
Dios ahora señala unas aves bastante impresionantes: el gavilán, con su sistema migratorio, y el águila, con su capacidad de vuelo y su gran visión. Veamos por un momento lo que dice Dios acerca del águila en Job 39:27-29.
¿Se remonta el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido? Ella habita y mora en la peña, en la cumbre del peñasco y de la roca. Desde allí acecha la presa; sus ojos observan de muy lejos.
He leído que la cantidad de células visuales por centímetro cúbico en el ojo de un águila es ocho veces mayor que la del ojo humano. No tengo idea de lo que eso significa, pero suena a que es mucho.
Lo sí puedo entender es que el águila, volando a 180 metros de altura, puede ver una araña caminando sobre una pared. Un águila puede ver a un pez del tamaño de una mano saltando en un lago a 8 kilómetros de distancia.
Dios diseñó al avestruz para que pusiera sus huevos en la arena. Dios diseñó al águila para que pusiera sus huevos en la ladera de la montaña.
La humilde respuesta de Job
La diversidad que vemos en la creación demuestra la creatividad y el poder de Dios.
Pero más que eso, la capacidad creativa de Dios indica la autoridad de Dios sobre todas las cosas. Aun en este pasaje, Dios termina este paseo por el zoológico demostrando su autoridad. Note lo que dice Job 40:1-2.
Además, respondió Jehová a Job, y dijo: ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.
Varias veces en los capítulos anteriores, Job quería una audiencia con Dios. Él quería presentar su caso. Él quería contender con su adversario en la corte suprema de justicia.
“Está bien, Job, este es tu día en la corte” ¿Qué es lo que tienes que decir ahora?
Veamos que dice Job 40:3-4.
Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
Esta es una expresión de reverencia. En otras palabras, “Pensé que tenía algo que discutir contigo, pero la verdad es que no tengo nada que decir.”
Me encontré con esta interesante historia de un abogado que pensó que había encontrado una forma ingeniosa de salirse con las suyas.
El artículo dice lo siguiente: Un abogado de Charlotte, Carolina del Norte, compró una caja de cigarros caros y extremadamente raros, y luego los aseguró contra incendios, entre otras cosas. Dentro de un mes, habiendo fumado ya toda su caja de 24 cigarrillos, el abogado presentó un reclamo en contra de la compañía de seguros. En su reclamo, el abogado afirmó que perdió los cigarros “en una serie de pequeños incendios.”
La compañía de seguros se rehusó a pagar, entregando la razón obvia: el hombre había consumido sus propios cigarros – un seguro contra incendios, decían ellos, no comprende los daños hechos por el fuego con el cual el demandante había consumido sus cigarros. Pero la corte se puso del lado del abogado demandante que finalmente ganó su querella.
Al entregar su veredicto, el juez admitió que el reclamo era frívolo e intrascendente tal como lo afirmaba la compañía de seguros; pero, sin embargo, que el abogado tenía una póliza de parte de la compañía que afirmaba que los cigarros estaban asegurados contra fuego e incendios, pero que no se especificaba o aclaraba si había tal cosa como un fuego o incendio no aceptable, así que fueron obligados a pagar lo demandado.
[Para sorpresa de todos], la compañía aseguradora aceptó el veredicto y pagó $15.000 al abogado por la pérdida de sus 24 cigarros en los “incendios.” El abogado estaba orgulloso de sí mismo por su movida ingeniosa.
(Ahora viene la mejor parte)
Después de que el abogado hubiera cobrado su cheque, la aseguradora hizo que lo arrestaran por haber cometido 24 incendios premeditados. Usaron su propio testimonio en su contra, y lo acusaron de incendiar propiedad asegurada 24 veces. Al abogado lo sentenciaron a dos años de cárcel y una multa de $24.000.[vii]
Atraparon a este abogado con sus mismas palabras. Y Job lo han atrapado con su mismo testimonio también. Él había estado bastante orgulloso, demandando una audiencia con Dios. Él había dicho en Job 31:35:
…que el Omnipotente me responda.
“Estoy esperando. Que responda a los cargos que he presentado contra él.” Estas fueron palabras impetuosas: “Que Dios me dé una explicación.”
Dios apareció y Job prontamente se dio cuenta que había cometido un error. Él dice en Job 40:5.
Una vez hablé, mas no responderé; Aun dos veces, más no volveré a hablar.
En otras palabras, “ya dije demasiado. No tengo nada más que decir.”
Quizás es mejor poner nuestras manos sobre nuestra boca y dejar de hablar. No nos atrevamos más a discutir con Dios. Simplemente estemos en silencio y sumisión reconociendo que Él es Dios.
Conclusión
Permítame concluir haciendo dos observaciones de este capítulo, en este paseo por el zoológico.
En su mayoría, el reino animal va más allá de nuestro entendimiento, pero no va más allá del conocimiento de Dios
Desde el más fuerte al más noble, Dios los conoce y los entiende a todos. Desde el más débil al más extraño, Dios ha diseñado cada hebra de su ADN con un propósito y diseño especial, para su gloria.
En su mayoría, el reino animal escapa a nuestro control, pero no al de Dios
Querido oyente, tal como el reino animal no escapa la comprensión de Dios y tampoco escapa a su control, nosotros tampoco escapamos a su conocimiento y control.
Él no nos ha perdido el rastro. Dios nos ve si estamos sobre una montaña o si tenemos nuestra cabeza metida en la arena. Nada llega a nuestro hábitat que Él no haya permitido.Este paseo por el zoológico debería dejarnos como a Job: con nuestras manos sobre nuestra boca, en silencio y en sumisión a Dios.
[i] John MacArthur, The Battle for the Beginning (W Publishing, 2001), p. 134.
[ii] Ibid., p. 134.
[iii] John C. L. Gibson, Daily Study Bible: Job (Westminster Press, 1985), p. 233.
[iv] Steve Lawson, Holman Old Testament Commentary: Job (Holman, 2004), p. 340.
[v] Roy Zuck, Job (Moody Press, 1978), p. 171.
[vi] Albert Barnes, Notes on the Book of Job, quoted by Zuck, p. 174.
[vii] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 281.