Introducción
Dios finalmente ha hablado a Job – y sus palabras nos han asombrado a todos. Aunque pensamos que su aparición traería algún tipo de respuesta o explicación divina, Dios ha aparecido no para responder preguntas sino para hacer preguntas – 77 en total.
Estas son preguntas que efectivamente tomaron a Job por un tour por el universo – desde la grandeza de las constelaciones hasta la pequeñez de una gota de lluvia. Luego, Dios llevó a Job por un paseo por el zoológico, donde le mostró una docena de animales – animales grandes, tímidos, extraños, fuertes, etc.
Al hacer eso, Dios le reveló a Job que tal como él está en control sobre el reino animal, él está en control sobre todas sus circunstancias. Si ninguna ave escapa de la soberana vista de Dios – desde un águila hasta un cuervo – Job no se ha escapado del radar de Dios tampoco.
Dios quizá esté haciendo preguntas, pero sus preguntas proveen respuestas profundas, y hermosas garantías de su providencia.
El creador, quien pronunció las primeras palabras en la historia de la humanidad, merece la última palabra en nuestros corazones. No es de sorprenderse entonces que, al final de esta serie de preguntas, Job termina con sus manos sobre su boca, en silencio y asombro, en humildad y sumisión… seguro, tranquilo y confiado en su Dios.
Antes de estudiar este libro junto con usted, no tenía idea de cómo la creación de Dios podía traer tal consuelo a nuestros corazones. Ahora puedo entender un poco mejor porque Pedro hizo la conexión entre el poder creativo de Dios y la esperanza que podemos experimentar en medio del sufrimiento, cuando escribió,
De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien (1 Pedro 4:19).
Nuestra esperanza en medio del sufrimiento está ligada estrechamente a la verdad de que Dios es el creador del cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos.
Esto es lo que Dios está haciendo con Job. Él está diciéndole, “Job, tu puedes confiar en mi en medio de todo tu sufrimiento, porque yo, el creador, voy a hacer lo correcto.”
Francamente, si está teniendo problemas con lo que Dios está haciendo en su vida, tome algún tiempo y note como Dios actúa en su creación. En otras palabras, quizá, lo mejor que usted puede hacer para renovarse espiritualmente es ir al campo, o a la montaña, o a un lago. Disfrute de la naturaleza. Cómase una buena fruta mientras aprecia la creación de Dios y alaba a Dios por su creatividad, inteligencia, y poder.
Siéntese a ver una puesta de sol. Salga a andar en bicicleta, o salga a caminar por el parque. Salga una noche a acampar. Mire a su alrededor, observe, escuche, y asómbrese – lo más probable es que termine adorando y agradeciendo a Dios con una nueva perspectiva.
David Atkinson nos desafío como creyentes cuando escribió en su comentario de Job, “A veces, es cuando disfrutamos de la creación que empezamos a sentir nuevamente el toque de la mano del creador.”[i]
Este es el desafío que Dios le hace a Job, “¿Has realmente pensado acerca de los copos de nieve y las gotas de lluvia, y el viento? ¿has considerado las corrientes del océano y las nubes que pasan sobre tu cabeza? ¿Sabes tú quien gobierna los planetas y dirige al rayo y el trueno? ¿Y que del león que se agacha en su guarida o el avestruz que esconde su cabeza en la arena? ¿Puedes tu entender las maravillas de mi creación? Yo hice todo lo que existe… Y te hice a ti – hasta tu más mínimo detalle. Si pensé, creé y diseñé aún al copo de nieve, imagina cuanta más atención y cuidado puse cuando te pensé, diseñe y cree a ti.
Si cuido de las aves, imagina cuanto más cuidado tengo sobre ti, que eres…
- Un Hijo de Dios, coheredero con Cristo (Juan 1:12; Gálatas 4:7)
- Nueva criatura (2 Corintios 5:17).
Me encantaría poder mostrarle, aunque sea la mitad de todo lo que he aprendido acerca del universo y el reino animal, al estar estudiando este libro y preparando los mensajes.
Mientras llegamos al final de esta sección en donde Dios habla con Job, Dios se enfoca en dos animales más. Estos animales son ilustraciones magnificas del poder y la providencia de Dios. Estos animales son el Behemot y el Leviatán.
El Behemot
Abramos nuestras Biblias en Job capítulo 40. En el versículo 15, Dios le dice a Job,
He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti;
Ahora, capaz esté pensando, “bueno, de mi última visita al zoológico, se un poco acerca del caballo, del avestruz, del asno, el león y el cuervo; pero no me acuerdo de haber escuchado del Behemot. ¿Qué es un Behemot?”
La palabra Behemot es realmente solo una transliteración de la palabra hebrea Behemot. De hecho, es realmente la forma en plural de la palabra que normalmente traduciríamos “bestias.”
Porque esta palabra esta en plural, algunos creen que Dios solo está hablando en general acerca de animales grandes. Sin embargo, Él describe específicamente a un animal en este capítulo y en el capítulo 41, Dios va a describir a otro animal en específico que vamos a estudiar en un momento.
Eruditos del Antiguo Testamento han debatido por bastante tiempo acerca de la identidad de este animal. De hecho, varios escritores evangélicos han sugerido que este es un hipopótamo o un elefante o un búfalo.
El problema es que la descripción no encaja completamente con estos animales. Note que dice Job 40:16-17
He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre.
Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus muslos están entretejidos.
Las colas de los hipopótamos y los elefantes son pequeñas y no parecen un árbol de cedro. Continuemos con los versículos 18-19.
Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro.
Él es el principio de los caminos de Dios…
En otras palabras, este animal terrestre, que también disfruta del agua, es el primero en su categoría – no cronológicamente, sino en tamaño y fuerza.[ii]
De hecho, si el rio Jordán arremetiera contra el Behemot, este ni se movería (Job 40:23). Y nadie puede atraparlo (Job 40:24).
Yo concuerdo con los eruditos que creen que este animal era un tipo de dinosaurio. Este dinosaurio tenía una cola como un árbol de cedro, y sin embargo comía hierba como el buey (Job 40:15). En estos versículos se nos da la imagen del animal terrestre más grande que la humanidad haya conocido.
Quizás piense, “Pero nunca he visto la palabra dinosaurio en la Biblia.”
Eso es cierto. Lo que pasa es que no fue hasta 1842 que la palabra dinosaurio fue inventada por Sir Richard Owen, un famoso anatomista quien dirigía el museo británico. El originó la palabra para estas criaturas gigantescas que estaban siendo descubiertas en excavaciones. La palabra “dino” significa “terrible” y la palabra “sauros” significa “lagarto.” así que él inventó la palabra dinosaurio para describir a estos “lagartos terribles.” Después de ver los huesos del Iguanodon y el Megalosaurio, él se dio cuenta que estaba examinando los restos de un grupo particular de reptiles que no habían sido clasificados antes.
Podríamos traducir Behemot como “bestia grande” o “dinosaurio.”
No sabemos con seguridad a cuál dinosaurio Dios se estaba refiriendo aquí. Un autor siguiere que posiblemente este es un Braquiosaurio, que pesaba unos 40.000 kilos y media unos 23 metros de largo y más de 12 metros de alto.
El problema en general es que, después de un siglo de teorías evolucionistas, nos han condicionado para creer que los dinosaurios se extinguieron al menos unos 10 millones de años antes de que apareciera el ser humano.
Los huesos de dinosaurio se datan usando métodos que han probado ser inestables e inconsistentes. Sin embargo, según el registro Bíblico de la creación, Adán y Eva fueron creados en el mismo día que las bestias de la tierra. Así que muchos buscan deshacerse de los 6 días literales de la creación y cambiarlos por millones de años – por eras evolutivas – para así tener suficiente tiempo entre la creación de los dinosaurios y los seres humanos. Se busca alegorizar los días de la creación para que el universo tenga tantos años como aparenta tener; para hacer concordar los fósiles que supuestamente datan de millones de años.
Según Génesis capítulo 1, el mundo y el universo fueron creados con apariencia de edad para nuestro beneficio. Los árboles estaban produciendo fruto inmediatamente después de la creación. La luz del sol, la luna y las estrellas estaban inmediatamente sobre la superficie de la tierra. Un hombre y una mujer estaban inmediatamente caminando y hablando – primero fue la gallina y luego el huevo.
Aun los huesos que parecen ser de millones de años son producto de una fosilización rápida gracias a la cantidad correcta de presión, sedimento y agua – un proceso que solo se puede explicar con un diluvio universal. Esto explica como se han podido encontrar criaturas marinas fosilizadas en desiertos y montañas.
Querido oyente, el cristiano no interpreta las Escrituras a la luz del universo; interpretamos el universo a la luz de las Escrituras.
Permítame leerle un artículo que seguramente no va a encontrar en el libro de ciencias de su hijo. Claramente indica que los huesos de dinosaurios no son tan antiguos como dicen los evolucionistas.
Hace 17 años atrás, científicos de la universidad de Montana encontraron huesos de un Tiranosaurio Rex que no habían quedado fosilizado por completo. A estos huesos los consideraron como huesos frescos. Si estos huesos realmente tuvieran millones de años, entonces las células sanguíneas ya se habrían desintegrado. Sin embargo, uno de estos científicos reportó, “el laboratorio estaba lleno de murmullos y emoción porque me había enfocado en algo que nadie había notado antes: unos pequeños objetos redondos, de color rojo translucido y con un centro negro… células rojas. Las células sanguíneas se conforman mayormente por agua y no podrían haber sobrevivido en un dinosaurio de 65 millones de años. Estos eran innegablemente fragmentos de hemoglobina.”[iii]
Aún hay otros que han sugerido que el Behemot en Job 40 y el leviatán en el capítulo 41 son simplemente invenciones poéticas para hablar del poder de Dios. O sea, no deberíamos tomarlos literalmente.
Bueno, yo si lo hago.
- En primer lugar, porque todos los animales que Dios le ha presentado a Job hasta ahora son reales. El único que no hemos visto vivo es el Uro – el toro salvaje que se encuentra extinto.
- En segundo lugar, porque la descripción detallada de la anatomía de estos dos animales sugiere que son animales de verdad.
- En tercer lugar, porque ambos animales son mencionados en otras partes de la Escritura, y no en un contexto mitológico: Salmo 104:26 habla del leviatán jugando en el océano y Joel 1 habla del Behemot necesitando la provisión de Dios.
- En cuarto lugar, porque Dios dijo en Job 40, “yo cree al Behemot como te cree a ti.”
Para mí eso es suficiente.
Y aun Dios insinúa que Job ya conoce acerca del Behemot. Veamos nuevamente Job 40:15 que dice, “he aquí ahora el Behemot” o “mira ahora al Behemot” este enorme animal era conocido en los tiempos de Job.
Job estaba probablemente agradecido de que Dios diseñó el Behemot para que comiera hierba.
Este enorme animal que ahora se encuentra extinto no estaba extinto en los tiempos de Job.
Me parece interesante que los hallazgos arqueológicos de hace varios miles de años atrás que muestran personas cazando mamuts y antílopes terminan en libros de texto del colegio; pero no es así con los tallados de animales gigantes que lucen muy parecidos a los dinosaurios.
Necesito advertirle que si está teniendo problemas para creer que Dios pudo crear a los dinosaurios para que caminaran sobre la tierra al mismo tiempo que los seres humanos, entonces va a tener bastantes problemas con el ultimo animal que Dios le describe a Job.
El Leviatán
Dios va a describir a una criatura marina que no es nada más ni nada menos que un dragón escupe-fuego. Es llamado Leviatán. Note el versículo 1 de Job capítulo 41.
¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?
A todo esto, esta es la descripción más larga y detallada de algún animal en toda la Biblia.
Continuemos en el versículo 2
¿Pondrás tú soga en sus narices, y horadarás con garfio su quijada?
Saltémonos al versículo 8
¿Cortarás tú con cuchillo su piel, o con arpón de pescadores su cabeza?
Pon tu mano sobre él; te acordarás de la batalla, y nunca más volverás.
Versículo 10
Nadie hay tan osado que lo despierte;
¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?
Este es el punto, Job. Versículo 11
¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.
En otras palabras, “yo, el creador del Leviatán, soy quien lo controla. Tu no lo puedes controlar, pero yo sí.”
El Señor continua en el versículo 13 diciendo
¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura?
¿Quién se acercará a él con su freno doble?
¿Quién abrirá las puertas de su rostro?
Las hileras de sus dientes espantan.
La gloria de su vestido son escudos fuertes,
Cerrados entre sí estrechamente.
El uno se junta con el otro,
Que viento no entra entre ellos.
Ahora prepárese para lo que viene en el versículo 18.
Con sus estornudos enciende lumbre,
Y sus ojos son como los párpados del alba.
De su boca salen antorchas de fuego;
Centellas de fuego proceden.
De sus narices sale humo,
Como de una olla o caldero que hierve.
Este no es nada menos que una criatura que escupe fuego.
Quizá está pensando, “Esto no puede ser.”
Bueno, dígale eso al escarabajo bombardero que ataca a sus enemigos con bombas hechas de poderosos químicos que guarda y mezcla al interior de su cuerpo.[iv]
Explíqueme como una luciérnaga puede tener una reacción química y convertir energía química en energía luminosa sin quemarse el abdomen. Y lo hace con une eficiencia del 90% mientras que una lámpara incandescente común brilla con solo un 10% de eficiencia.[v]
Sabemos que algunos huesos de dinosaurios muestran una rara protuberancia con una cavidad interna en la parte superior de la cabeza. Se ha especulado que servía como un lugar para mezclar gases combustibles que podían inflamarse cuando el dinosaurio los exhalaba y entraban en contacto con el oxígeno al exterior de su cuerpo.[vi]
Ahora, note Job 41:21.
Su aliento enciende los carbones, y de su boca sale llama.
El profeta Isaías llama a este animal,
…El dragón que vive en el mar. (Isaías 27:1)
El leviatán fue un animal de verdad, hoy ya extinto. Pero indudablemente en los tiempos de Job, este era la bestia más grande y feroz de todas las que vivían en el agua.
Me parece interesante que Dios haya concluido su tour por el mundo animal con el dragón – un animal imparable, indomable, feroz y temible.
Podría ser – y no lo sabemos con certeza – que Dios termina con este animal, porque este es el animal usado a través de todas las escrituras para representar a la serpiente antigua – al dragón – satanás.
En Apocalipsis, Satanás es descrito como el “dragón escarlata” por su sed de sangre. Juan escribe en Apocalipsis 12 acerca del periodo de la tribulación,
Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.
Preste atención a esto:
…el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. (Apocalipsis 12:7-10)
El dragón es el acusador de los hermanos. Un día él será derrotado por el poder de Dios, pero por ahora, él sigue acusando a los hermanos.
Este es el mismo dragón que acusó a Job. Así es como comienza el libro.
Ahora este libro está llegando a su fin con la mención de la victoria y el poder de Dios sobre el dragón – “él está bajo su cielo y bajo su control” (Job 41:11).
No sabemos si este dragón hace referencia a Satanás; pero sí sabemos que el gran dragón que acusó a Job habría estado escuchando atentamente esta conversación… y él entendería que ningún dragón escapa del poder y la soberanía de Dios.
El dragón conoce su final – él sabe que su condenación es segura.
¿Porque escogería Dios hablar acerca de estos animales gigantes y feroces?
- Porque son intimidantes
- Incontrolables
- Indomables
- Parecieran que ellos dominaran todo lo que se pone delante de ellos.
Pero todos los poderes y las fuerzas y criaturas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra están bajo el control de Dios.
Este viaje a través del universo y este paseo por el zoológico cambió la actitud y el espíritu de Job.
Solo bastó una hora o dos en la presencia de Dios, para que Job entendiera lo único que necesitaba para sentirse seguro en medio de la tormenta era a su creador; porque el Soberano es quien controla los vientos y a la misma tormenta.
La Respuesta de Job que Debemos Imitar
Nuestra respuesta tiene que ser como la de Job.
- En primer lugar, su respuesta tiene una afirmación
Veamos Job 42:2
Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado.
En otras palabras, “Señor, cuando tu comienzas algo, nadie puede detenerte. Señor, cuando tu planeas algo, nadie puede interrumpirte.”
- En segundo lugar, su respuesta muestra asombro
Continuemos en el versículo 3
¿Quién es éste que oculta el consejo sin entendimiento? Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía.
- En tercer lugar, su respuesta muestra su atención.
Versículo 4
Escucha ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me instruirás.
- En cuarto lugar, vemos adoración
Versículo 5
He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven.
- Finalmente, encontramos una disculpa sincera.
Versículo 6
Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza.
Job finalmente vuelve a una buena relación con Dios. Él ha vuelto a casa.
Leí recientemente en uno de los comentarios del libro de Job acerca de una familia que pasó por una situación similar. Esta familia compuesta por una mamá, un papá y tres hijos, era amiga del escritor. El hijo mayor en esta familia era muy talentoso en lo musical e intelectual. Era un excelente estudiante y un espléndido violinista. En sus últimos años en el colegio, él ya le había estado dando problemas a su padre con su falta de sumisión. Pero como generalmente se trata a un niño prodigio – el padre le dio su espacio, y fue muy flexible y concesivo con él. Pronto su hijo se volvió muy orgulloso e independiente.
Después de graduarse del colegio, al chico lo aceptaron en una universidad muy prestigiosa que quedaba lejos de casa – la universidad era muy cara, pero era reconocida por sus altos estándares académicos. El padre pagó por todo el primer año de estudio, y el hijo empezó su carrera universitaria – lejos de su hogar. No pasó mucho tiempo hasta que se encontró rodeado de malas compañías. El continuó tocando el violín en la orquesta de la universidad y le fue muy bien académicamente. Pero mientras estaba allí, el cultivó un espíritu aún más rebelde.
Después de completar su primer año, este chico volvió a casa, trayendo consigo su espíritu orgulloso y egoísta. No pasó mucho tiempo hasta que su mamá, su papá, y sus dos hermanos menores se encontraron teniendo muchos problemas tratando con él. Los conflictos se intensificaron. Su actitud arrogante, terca, y ruda interrumpía la armonía familiar.
Una tarde, al padre ya se le había colmado la paciencia. Él llamó a su hijo al cuarto que usaba de oficina, cerró la puerta, apuntó al gran sillón de cuero con su dedo, y dijo firmemente, “siéntate.”
Luego le dio un discurso que nunca olvidaría. Él le dijo: “Todo lo que tienes es mío. Yo compre todo lo que llevas puesto y todo lo que tienes en tu armario. El auto que manejas es mío – yo lo pagué. El dinero en tus bolsillos vienen de mi cuenta bancaria.”
“Ahora quiero que vacíes tus bolsillos y tu billetera sobre mi escritorio. Deja todo lo que es mío en mi casa, y ándate. Deja toda tu ropa, dame las llaves del auto… ah, y también deja tu violín – yo también lo compré. Deja todo lo que has estado usando, porque ahora estoy reclamando todo lo que es mío. Puedes quedarte con la ropa y las zapatillas que estas usando ahora, pero nada más. Ahí está la puerta, puedes irte ahora.”
“A todo esto, si decides cambiar de actitud y volver a esta casa con un espíritu cooperativo y sometido, quiero que sepas que te vamos a aceptar y te vamos a recibir con los brazos abiertos, pero eso no va a pasar hasta que hayas cambiado de actitud. Te amo hijo, y siempre lo voy a hacer, pero tú no eres el hijo que criamos y no voy a soportar tu arrogancia ni un segundo más.”
El padre le contó a este escritor que su hijo se paró desafiante, puso todo su dinero sobre el escritorio, salió de la casa y dejó todo sin decir una sola palabra – ni un adiós. El caminó orgullosamente por la vereda del frente de la casa, dobló a la izquierda y caminó por tres cuadras… y luego se quedó parado, con sus manos en sus bolsillos vacíos. Empezó a pensar acerca de lo que había pasado mientras caía la noche. Él pensó acerca de todo lo que estaría enfrentando, la vida en la calle, algo de lo que no sabía nada, y todo lo que estaba dejando atrás. Sin dinero, sin auto, sin trabajo, sin comida, sin universidad, sin lugar ni forma de ir a algún lado. Después de que su papa había reclamado todo lo que era suyo, este joven se dio cuenta de que se había quedado sin nada.
Cuando ya era de noche, él se dio la vuelta, caminó de regreso a casa con su cabeza gacha y un corazón que estaba realmente arrepentido. El tocó a la puerta de casa. Su papá abrió la puerta, su mama estaba parada junto a sus dos hermanos menores que ya habían estado preguntando quien se iba a quedar con su cuarto.
Luego empezó a decir, “perdón… me di cuenta que realmente los necesito y los amo… he estado equivocado y quiero pedirles perdón por mi actitud.”
Lo abrazaron y le dieron la bienvenida a casa.[vii]
Aquí esta Job, tocando a la puerta, por así decirlo, con su cabeza gacha y su corazón arrepentido, ahora sometido completamente a Dios. Lo puedo escuchar diciendo, “Señor, estaba equivocado al demandar que vinieras a responderme. A pesar de todo mi sufrimiento, no tenía derecho a desafiarte o condenarte ni cuestionar tu justicia. Todo lo que tengo, todo lo que soy, tú me lo has dado. Tú me has creado.”
Querido oyente, nosotros, tal como Job, muchas veces creemos que la solución es una respuesta de parte de Dios. La respuesta de Dios es que nos sometamos a su soberanía; que nos sometamos a su palabra, a su espíritu, a sus planes y propósitos.
Termino con las palabras de un hermoso himno que dice lo siguiente,
Haz lo que quieras de mi Señor
Tú el alfarero, yo el barro soy
Dócil y humilde anhelo serCúmplase siempre en mí tu querer.
[i] David Atkinson, The Message of Job (InterVarsity Press, 1991), p. 147.
[ii] Roy Zuck, Job (Moody, 1978), p. 179.
[iii] Ken Ham, The Great Dinosaur Mystery Solved (Master Books, 2000), p. 18.
[iv] “Bombardier Beetle,” http://www.wikipedia.com.
[v] Ibid., “Firefly”.
[vi] Henry Morris, The Remarkable Record of Job (Master Books, 1988), p. 118.
[vii] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 293.