Introducción
Todos hemos crecido viendo cuentos de hadas en donde, en su mayoría, los buenos ganan y los malos pierden. En contra de todas las probabilidades, el príncipe rescata a la princesa y juntos cabalgan hacia la puesta de sol para vivir – ¿como? – felices para siempre. La bruja malvada muere y el rey avaro y egoísta termina con sus manos vacías. Así es como nos gusta que terminen los cuentos de hadas.
Sin embargo, todos sabemos que la vida no es un cuento de hadas. “Felices para siempre” necesita cederle el lugar a la realidad, los desafíos y las dificultades de la vida.
Un autor escribió, “¿Recuerda su primer hogar? – quizás usted lo construyó y lo llamó su hogar soñado. Poco después de mudarse, aparecieron unos problemas eléctricos, el techo empezó a gotear, y uno de los inodoros no dejaba de taparse.
¿Que tal acerca de su nuevo trabajo? Creía que iba a hacer que se levantara a la mañana con una sonrisa. Esperaba que lo llenara y confirmara su amor por esa carrera en particular. Pero muchas personas allí le hacían acordar demasiado a sus compañeros del otro trabajo, y el jefe no era tan perfecto como usted creía, y los beneficios tampoco eran tan grandiosos como decían.
¿Y que acerca de su nuevo auto? Tenía un olor fantástico y andaba perfecto – hasta ese lunes en la mañana donde no quiso arrancar. Luego, una tarde alguien se estacionó al lado suyo en el supermercado, abrió la puerta y le dejó una tremenda abolladura con la que tuvo pesadillas por unos cuantos días.
¿Que acerca de ese nuevo bebe? ¿Recuerda estar pensando cuan hermoso seria comenzar una familia y tener ese adorable terroncito de amor balbuceando feliz en su cuna? Todo estaba organizado, limpio y listo. Luego llegó él bebe – después de 36 horas de trabajo de parto. Él bebe no quiso tomar su leche y luego tenía unos cólicos tan fuertes que no paró de llorar por seis meses – y finalmente se durmió y despertó trece años más tarde como un adolecente cascarrabias.
“Adiós al cuento de hadas. Este es un mundo lleno de dificultades.”[i]
Sin embargo, usted pensará, “Job la tuvo difícil… pero, un momento – su vida terminó con un ‘felices para siempre’ ¿o no?”
A simple vista, si. Pero esta conclusión es superficial y deja de lado todo lo este hombre sufrió.
Pregúntele a alguien que ha perdido a un hijo si tener otro hijo llena el espacio vacío en su corazón que dejó el otro.
Pregúntele a alguien que ha sufrido de una enfermedad dolorosa o que ha sido víctima en un accidente si alguna vez olvidó completamente lo que le pasó.
Pregúntele a alguien que ha sido abandonado por amigos y familiares o víctima de crimen o abuso, si ahora que todo pasó, la vida es de la misma forma que solía ser antes.
No trivialicemos los problemas de Job ahora que hemos llegado a este último capítulo diciendo, “¡hey, él tuvo más hijos, sus enfermedades se fueron, y volvió a ser rico otra vez! Todo está bien.
Job nunca volverá a ver la vida de la misma forma – aun cuando su condición sea restaurada. Él va a tener una apreciación más profunda por su salud, como nunca la tuvo antes. Él va a ver el dinero y sus negocios y sus riquezas con una perspectiva totalmente distinta. Él va a abrazar a sus hijos y nietos un poco diferente a como lo hacía en el pasado. Y él va a vivir de manera distinta porque él sabe lo que es perderlo todo en 39 segundos – que es el tiempo aproximado que le tomó a los mensajeros en entregarle las noticias de que había perdido todo lo que tenía.
No es un felices para siempre absoluto. Sin embargo, muchas cosas maravillosas están ahora tomando lugar en Job capítulo 42.
Dios Habla de Parte de Job
Primero, Dios habla de parte de Job. Note Job 42:7
Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.
A través de este párrafo vamos a ver como Dios llama a Job cuatro veces “mi siervo.”
Note el versículo 8.
Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros…
¿Puede imaginarse esta escena? A todo esto, nadie sabe realmente a donde se fue Eliú – al parecer desapareció tan rápido como apareció en primer lugar – pero aquí están estos tres amigos – ¡o examigos! Estos tres han pasado horas dando un discurso insensible, indiferente, condescendiente y súper-espiritual tras otro – castigando a Job como si fuera un hombre rebelde y digno de juicio.
Estos hombres sí que supieron golpear a Job cuando estaba caído. Ellos multiplicaron los dolores y la angustia de Job.
Elifaz incluso inventó lo que él creía que tenían que ser los horribles pecados secretos que Job tenía que haber cometido para recibir tal juicio de parte de Dios. Elifaz y los otros habían insinuado que los pecados de Job eran la razón por la que sus hijos habían muerto y por la que había perdido su fortuna.
“No es así,” Dios le responde. “No es así, Job es mi siervo, ¡y tú, Elifaz, y tus dos amigos sabelotodo, cabeza hueca! Okey, esa parte la agregue yo – ¡Elifaz, tú tienes que ir a Job, quien es mi siervo, y él va a orar por ti!
Que tremenda forma de vindicar a Job.
¿Que cree que Job está haciendo? ¿Que habría hecho usted si hubiera estado en su lugar?
¿Esta Job saltando y bailando diciendo, “se los dije, na na na na na na?
No. Job ya se ha arrepentido de decir cosas que no debería.
Para aquellos que sufren, hay cosas más importantes que estar en lo correcto. Hay completa satisfacción en recibir la aprobación, el elogio, una sonrisa de parte de Dios. ¡Él lo ha llamado su siervo!
Yo puedo imaginarme lágrimas de alegría cayendo por las mejillas de Job mientras Dios lo llama “mi siervo.” Eso es suficiente.
Dios ha hablado de parte de Job.
Job Ora de parte de sus Amigos
En segundo lugar, Job ora de parte de sus amigos. Prueba de que Job no está gozándose en la reprensión de sus amigos es el hecho de que él ahora está orando por ellos. Note Job 42:10.
Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos…
A todo esto, no pase por alto lo que acaba de pasar. Job oró, no por sí mismo y no por su propia restauración. El oró por estos hombres quienes lo habían tratado mal. Él los había perdonado.[ii]
Job estaba orando para que Dios demuestre su perdón y misericordia en sus vidas también.
¿Como es que alguien puede hacer esto?
Job reconoció que él había difamado a Dios, y que Dios lo había perdonado. Por eso, ahora él puede perdonar a aquellos que lo habían difamado a él.[iii]
Nuestro problema para perdonar a otros es que hemos olvidado cuanto se nos ha perdonado a nosotros. Un pecador realmente arrepentido está totalmente dispuesto a perdonar a otros pecadores.
Dios Aumenta Todo lo que Job Tenia
Leemos más adelante en Job 42:10 que,
El Señor aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Vamos a ver exactamente cómo fue que Dios lo hizo.
- En primer lugar, Dios restaura el círculo familiar de Job y aun lo aumenta.
Note el versículo 11
Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él…
Esto llega como una sorpresa. No se usted, pero yo no sabía que Job tenia hermanos y hermanas.
¿Donde estaban ellos cuando Job estaba sufriendo? Realmente no lo sabemos. Quizás su familia estuvo allí apoyando y manteniendo a su esposa.
Tenemos todas las indicaciones, aunque no podemos estar seguros, de que la familia de Job los abandonaron y no quisieron tener nada que ver con ellos.
Francamente, creo que la familia de Job, tal como sus tres amigos, tenían miedo del juicio de Dios también. En otras palabras, si Job estaba siendo juzgado por Dios, entonces cualquier intento de ayudarle podría incurrir en un juicio similar de parte de Dios.
Así que mantuvieron su distancia. Esto significa que para que esta familia se reuniera, juntamente con los antiguos amigos de Job, con el nivel de comunión que se nos muestra aquí en el versículo 11, debieron haber muchas disculpas de parte de la familia y amigos de Job y mucho perdón demostrado de parte de él hacia cada uno de ellos.
“Job, lo sentimos – no sabíamos que hacer. Perdón por no ayudarte. Estábamos equivocados. No creíamos que eran inocentes y nosotros, como todos los demás creímos que estaban bajo el juicio de Dios. Deberíamos haber sabido mejor – nosotros sabíamos que ustedes amaban a Dios. ¡Por favor perdónennos!”
No – ¡y no los quiero ver nunca más!
Si Job hubiera dicho eso, habríamos pensado “bien, lo tienen bien merecido.”
Pero Job dice, “si – vamos. Finalmente tengo apetito nuevamente – vamos a comer juntos y a hablar de todo lo que hemos aprendido. Los perdono a todos.
¡Wow!
No pasará mucho tiempo después de esto, que su esposa va a decir, “No vas a poder creerlo, pero estoy embarazada.”
Note Job 42:13
y tuvo siete hijos y tres hijas.
Este es el número exacto de hijos que habían tenido antes.
Pero un momento – ¿no había prometido Dios que iba a duplicar todo lo que Job tenía, incluido su familia? – Dios de hecho duplicó el número de sus ovejas, camellos, bueyes, y asnos (Job 42:12).
Sin embargo, Job solo recibe 10 hijos. ¿Sabe por qué? Esto significa que Job de hecho tuvo el doble de hijos– porque él no perdió por completo a sus primeros diez hijos. A diferencia de sus camellos y sus ovejas y sus bueyes, sus diez primeros hijos aun cuentan porque aún estaban vivos, en el cielo, y Job un día los volvería a ver.
Dios restaura el círculo familiar de Job y aun lo aumenta.
- En segundo lugar, Dios restaura el estado financiero de Job y aun lo aumenta.
Note la última parte de Job 42:11.
y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro.
El texto hebreo no nos indica un valor que podamos entender el día de hoy. Todo lo que sabemos es que todos le dieron a Job un regalo monetario y un anillo de oro.
Una pintura clásica de este evento muestra a Job limpio y vestido en ropa fina, sentado bajo un árbol en una silla, con una larga fila de personas listas para ofrecer disculpas y regalos.
A todo esto, esta es la forma en que Dios restauró la fortuna de Job. Esta es la forma en la que Job pudo comprar ganado y recuperar su situación financiera.
Sin embargo, no pase por alto el hecho que este fue un proceso lento y tedioso. Dios no restauró en una tarde todo lo que Job había perdido en 39 segundos.
La sanidad y la restauración de Job incluyó personas – una restauración en las relaciones que había perdido, lo cual Job ahora entiende en mayor profundidad que son más importantes que una simple restauración de sus riquezas.[iv]
¿Notó también que Job parece especialmente orgulloso de sus hijas? Sus nombres están registrados en Job 42:14.
Llamó el nombre de la primera, Jemima [que significa paloma], el de la segunda, Cesia [que significa perfume], y el de la tercera, Keren-hapuc [que significa cuerno de pintura de ojos].
¿Cuerno de pintura de ojos? ¿Que paso Job? ¿Porque estas castigando a tu hija con ese nombre?
La verdad es que esta frase se refería en aquellos tiempos a una botella de tintura que se usaba para pintar las pestañas, parpados y cejas.[v]
Para los que están buscando un versículo en contra del maquillaje, déjeme decirle: “Lo siento. El hombre más piadoso del oriente llamó a una de sus hijas, “sombra de ojos.”
Job 42:15 nos dice,
Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.
Continuemos leyendo versículo 16 y 17
Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días.
Esta es la forma hebrea de decir, “murió satisfecho con una vida plena.”
Si alguien calificaba para vivir feliz para siempre, este debería haber sido Job. Pero aun Job eventualmente se enfermaría nuevamente. El probablemente tendría que enterrar a otros seres queridos, y Job eventualmente moriría también.
Pero en ese momento Job aprendería la verdadera historia. El aprendería que su aflicción, tan grande como había sido, fue leve y momentánea – produciendo un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación (2 Corintios 4:17).
Conclusión
Antes de despedirnos de Job, saquemos algunas conclusiones acerca de su vida, que aún nos impacta después de unos 4000 años. Aún hay principios importantes y verdades cruciales que necesitamos aprender de su testimonio.
Tengo en mi biblioteca 25 sermones predicados por Charles Spurgeon acerca de la vida de Job. Quería ver que tenía que decir este famoso predicador de los 1800s en su último sermón de Job. El libro que contiene estas predicaciones es titulado, El Sufrimiento y la Soberanía de Dios. En este sermón, Spurgeon dijo:
Pareciera que esta es una observación muy trivial, común y conocida por todos; pero queridos, las mismas cosas que todos saben son las que necesitamos escuchar… aquellas antiguas cosas de las que no nos preocupamos en nuestra prosperidad son las más valiosas cuando estamos desanimados por los terribles golpes de la tribulación.[vi]
Cuando la leí, esta frase me hizo pensar y preguntarme donde estaba usted, querido oyente, cuando empezamos este estudio a través del libro de Job.
Quizás para usted, estas verdades no le impactaron mucho porque el sufrimiento estaba muy lejos de su hogar – pero ahora no. Quizás ahora, Job tiene más que decirle que nunca antes.
Quizás recuerde que este libro comenzó con Job haciendo sacrificios de parte de sus hijos en caso de que ellos hubieran hecho algo indebido. Sus hijos ya estaban viviendo por su cuenta, tenían sus propias familias y hogares. Pero Job era un pastor. Él se preocupaba por sus hijos – no solo físicamente, sino espiritualmente.
El libro empezó presentándonos al mejor representante del propósito de Dios para el hombre sobre la tierra. Esto es lo que Dios desea para el hombre – desde lo más profundo de su corazón.
No había pregunta alguna de que si Job era un hombre piadoso.
Esto nos llevó a la inquietante observación de que los hijos de Dios no son inmunes al sufrimiento. Los cristianos no reciben una vacuna en contra de las dificultades. No hay tal garantía.
Quizás usted dijo dentro de sí mismo, “si, si… yo creo que los hijos de Dios pueden sufrir grandes pruebas, pero no sus hijos piadosos. La gente buena está protegida por Dios de la maldad y el sufrimiento.”
No teníamos idea de que la gente buena realmente atrae el sufrimiento, aun de parte de ángeles caídos que odian a Dios y sus hijos.
Sin embargo, el acusador fue tras Job. Si él solo pudiera lograr que Job se alejara de Dios, el ganaría el placer de haberle robado a Dios de su adoración – lo cual es el máximo objetivo de Satanás.
Satanás se presenta delante de Dios y acusa a Job. Luego Satanás acusa a Dios delante de Job.
El hace lo mismo con nosotros también. Satanás es llamado en el libro de Apocalipsis, “el acusador de los hermanos”
Es su misión decirle a Dios que no valemos la pena y luego decirnos que no vale la pena seguir a Dios. Satanás le recuerda a Dios que somos pecadores y a nosotros nos dice que Dios está ausente. El susurra en el oído de Dios que le somos infieles y luego, susurra en nuestro oído que Dios no se interesa por nosotros.
Sin embargo, Job cantará de la fidelidad de Dios en esos primeros días
… yo sé que mi redentor vive… (Job 19:25)
Martin Lutero, escribió himnos acerca de la victoria de Cristo sobre satanás y dijo a su congregación, “vamos a escupir al diablo al cantar alabanzas a Dios.”[vii]
Imagine a Lutero componiendo estas palabras en días de gran dificultad y persecución, y mientras estaba bajo amenaza de muerte. El escribió,
Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo.
Con su poder nos librará
En todo trance agudo.
Con furia y con afán
Acósanos satán:
Por armas deja ver
Astucia y gran poder;
Cual él no hay en la tierra.
Este gran himno no es solo acerca del poder de Cristo, sino acerca del acusador y enemigo del creyente que no ha dejado de atacar desde los días de Job.
Lutero escribió;
Y si demonios mil están
Prontos a devorarnos,
No temeremos, porque Dios
Sabrá cómo ampararnos.
¡Que muestre su vigor
Satán, y su furor!
Dañarnos no podrá,
Pues condenado es ya
Por la Palabra Santa.
Esa palabra del Señor,
Que el mundo no apetece,
Por el Espíritu de Dios
Muy firme permanece.
Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir.
Mas siempre ha de existir
De Dios el Reino eterno.[viii]
Sin importar lo que diga el acusador; sin importar lo que nos entregue la vida; sin importar que pruebas enfrentemos; sin importar que podamos encontrarnos lamentando como el rey David en el Salmo 88, “estoy en el hoyo más profundo y la oscuridad es mi amigo más cercano.” Existen cinco verdades valiosas que pueden sostenernos en esos momentos de dificultad. Veamos cuales son.
- Siempre que concluyamos que Dios no está presente; la verdad es que Él siempre está con nosotros.
Dios dice,
Nunca te dejare ni te desampararé”
(Hebreos 13:5)
Job estaba convencido de que Dios estaba ausente. Pero Dios está siempre con nosotros. El no solo estaba o solo estará, él está presente con nosotros.
- Siempre que nos sintamos que no hay esperanza en la vida, si la hay.
Tengo planes para ti…”
Dios dice, “… no porque lo merezcas, sino porque te lo he prometido – y yo guardo mis promesas.”
“he prometido darte un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 parafraseado)
Cuando concluyamos que Dios no está presente, él lo está.
Cuando sintamos que en la vida no hay esperanza, si la hay.
- Siempre que el enemigo de nuestra alma nos susurre en el oído que Dios no se preocupa por nosotros, Él si lo hace.
Echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de vosotros.
Literalmente, Dios continuamente, constantemente, sin parar, cuida y se preocupa de nuestras vidas (1 Pedro 5:7)
- Siempre que creamos que Dios no ha oído nuestro llanto, él lo ha hecho.
Con mi voz clamé a Jehová,
Y él me respondió desde su monte santo (Salmo 3:4)
A Jehová clamé estando en angustia,
Y él me respondió. (Salmo 120:1)
Quizá se pregunte, “¿pero que acerca de los creyentes apartados?”
Jonás, quien se encontraba huyendo de la presencia de Dios dijo,
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste.
(Jonás 2:2)
- Siempre que el acusador susurra en nuestro corazón que Dios ya no nos ama, sepamos que es una mentira – La verdad es que Él nos ama por siempre.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:38-39)
Pablo estaba convencido de esto, no por los azotes y golpes que había soportado; no por el apedreamiento que había recibido; no por las tormentas y los naufragios de los cuales Dios pudo haberlo librado; no por el abandono de parte de las iglesias que plantó y los creyentes que discipuló. Él no estaba convencido por ninguna de estas cosas, porque, ¿qué garantías nos puede ofrecer la vida? Pablo estaba convencido gracias a la verdad revelada por Dios hacia él.
Porque nuestras pruebas un día parecerán leves – y momentáneas – produciendo un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación (2 Corintios 4:17).
Pedro escribió,
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
(1 Pedro 5:10-11)
“Y vivieron felices para siempre” no es ni será el resumen de nuestra vida sobre esta tierra. Eso no va a ocurrir hasta que Dios haga un cielo nuevo y una nueva Tierra, sin rastros del pecado, donde nosotros, junto con todos los redimidos, en nuestras túnicas blancas y limpias, estemos de cara a la eternidad al lado de nuestro soberano Señor quien ha escogido mantener sus heridas en su cuerpo glorificado para sanar todas las nuestras y recordarnos de aquello.
Querido oyente, Job capítulo 42 no fue el final de la historia de Job. Y nuestro final tampoco está pronto a escribirse. Esto es, para todos lo que seguimos a Cristo, ya que tendremos un final que no podemos imaginarnos. Va a ser mejor que el final de los cuentos de hadas, porque va a ser real.
El Príncipe de Paz un día vendrá. Va a haber un palacio y un trono y un reino – en donde las calles serán hechas de oro.
Nuestro Príncipe va a hacer todo perfecto… y luego, nosotros viviremos felices para siempre. Así que, no solo en aquel entonces, sino que también ahora mismo digamos, “A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amen.”
[i] Charles Swindoll, Job: A Man of Heroic Endurance (W Publishing, 2004), p. 308.
[ii] Ibid., p. 305.
[iii] Roy Zuck, Job (Moody, 1978), p. 187.
[iv] Mike Mason, The Gospel According to Job (Crossway, 1994), p. 437.
[v] Zuck, p. 188.
[vi] Charles Spurgeon, Suffering and the Sovereignty of God (Fox River Press, 2001), p. 370.
[vii] Spurgeon, p. 7.
[viii] Martin Luther, translated by Frederick H. Hedge (composed ~ 1527-1529).