Introducción
El líder de niños de nuestra iglesia compiló preguntas que los niños le han hecho y las respuestas que otros han dado. Es bastante interesante. Permítame leerle algunas de las preguntas.
- ¿Celebra Dios los feriados?
- ¿Por qué la gente piensa que puede mentirle a Dios y salirse con las suyas?
- ¿Que significa que Dios no tiene comienzo? Tiene que tener un comienzo.
- ¿Para que hizo Dios la tierra si nos podía hacer a nosotros y ponernos directamente en el cielo?
- ¿Qué de malo tenía la plaga de ranas?
- ¿Que de malo tienen las ranas? Ese debe ser un niño fácil de criar.
- Si Dios sabe lo que vamos a pedir ¿para que oramos?
- ¿Cuántos años tiene Dios?
- ¿Puedo tener dudas y aun así ser creyente?
- ¿Los bebes que mueren van al cielo?
- ¿Cómo sabemos que la Biblia es verdad?
- ¿Mi gato estará en el cielo?
Estas preguntas son muy buenas, ¿no le parece? Me alegro que el hermano está respondiendo a estas preguntas.
Si uno pusiera en una lista los pasajes que han causado dudas sobre la veracidad de la Biblia, la historia de Jonás y el gran pez estaría en los primeros puestos.
Hace poco una señora en nuestra iglesia me dio su testimonio personal escrito en una hoja –me contaba cómo su lucha personal con la verdad concluyó con el libro de Jonás. Ella escribió lo siguiente:
Hace veinte años, siendo Católica e inconversa, estaba preparando una clase de escuela dominical –que en esa parroquia se llamaba ‘liturgia de la Palabra para Niños’. Ahora, el material que estaba usando decía que la historia de Jonás no era una historia real, sino que se trataba de un cuento utilizado por Dios para enseñarnos una lección en cuanto a la obediencia.”
A propósito, al leer esto, no pude dejar de pensar de qué se trataría la lección. ¿Si uno desobedece a Dios, debe mantenerse alejado del agua? Si ha pecado, ¿mejor que no vaya de pesca?
En fin, ella continúa diciendo:
Cuando les estaba explicando esto a los niños, mi esposo que justo iba pasando por el pasillo al escucharme dijo “Claro que esa historia es real.” El la creía. Desde ese momento, Dios puso una semilla de verdad en mi corazón que me inquietó tanto que me desesperé por buscar que era verdad y que no.
Ore y le pedí a Dios que me mostrara la verdad. Después de unos meses, escuché en la radio a un científico explicando cómo la geología defiende la veracidad del diluvio universal de Noé –otra verdad que me habían dicho que era solo un cuento. Mi espíritu fue inundado con la confirmación que la palabra de Dios es verdadera –en su totalidad.
Esta mujer me contó también que después de unos meses escuchó, también por medio de la radio, el mensaje del evangelio de una manera clara y aceptó a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Imagínese –Jonás y el gran pez fue la historia que se convirtió en un punto crítico que llevó a esta mujer a arrepentirse de sus pecados.
La verdad es que este gran pez está por traer a otra persona a un punto crítico que lo llevará al arrepentimiento. Estamos hablando del profeta Jonás.
La Verdad Acerca de Jonás
y el Gran Pez
En nuestro último programa vimos a Jonás hundiéndose en un mar mediterráneo calmo, y luego, de repente, se apagaron las luces –Jonás quedó en tinieblas.
Continuemos entonces adonde terminamos nuestro último estudio. Jonás capitulo 1, versículo 17,
“Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.”
Sin duda alguna, este es uno de los versículos mas criticados de toda la Biblia y este pez ha sido examinado más que cualquier otro pez en la historia de la humanidad. De hecho, he quedado impresionado con la imaginación que algunos muestran al intentar decir que Jonás no estuvo literalmente en el estómago de ese pez.
Un autor sugirió que, en realidad, otra embarcación, llamada “el Pez” apareció justo a tiempo para rescatar a Jonás antes de ahogarse.[i]
Otro autor sugirió que Jonás nadó a tierra firme y luego se quedó en una posada llamada “el Pez” donde se recuperó por tres días y tres noches.[ii]
Años atrás, los escépticos argumentaban que la garganta de la ballena era muy pequeña incluso para tragarse una naranja. Y eso es verdad para algunas ballenas.
Sin embargo, la examinación y observación de la típica ballena que anda por el mar Mediterráneo, conocida como el Cachalote, tiene una garganta grande, de aproximadamente 6 metros de largo, 5 metros alto y 3 metros de ancho.[iii]
Esto es lo suficientemente grande como para tragarse un camión entero.
Biólogos marinos también han determinado que un pez grande puede tener suficiente aire en su estomago como para que un ser humano respire, si bien la temperatura allí seria cercana a los 40 grados centígrados.
Investigando, encontré un artículo muy interesante en el periódico académico de Princeton del año 1927, que concluye de una vez por todas el debate de que si uno puede sobrevivir dentro de una ballena. El artículo reporta un caso verificado que sucedió en el año 1891 en el buque pesquero “Estrella del Este” cerca de las islas Malvinas. Los pescadores vieron una ballena y mandaron dos botes pequeños para cazarla. Uno de los botes logro lanzarle un arpón pero el otro se dio vuelta y un marinero se ahogó. El otro hombre en el bote, James Bartley, desapareció y no podían encontrarlo. Luego lograron cazar a esta ballena y la amarraron a un lado de la embarcación. Al otro día, comenzaron a cortar a la ballena en partes ya en la cubierta, y al abrir el estomago encontraron al hombre que se había extraviado –inconsciente, con la piel blanca y quemada, pero con vida.[iv]
La verdad es que Jonás no se subió a un barco llamado “el pez”.
Sin embargo, déjeme aclarar que no necesito leer el reporte de ese hombre que lo tragó una ballena y sobrevivió para que me ayude a creer en la historia de Jonás.
Todo lo que necesitamos es el texto bíblico, que sin explicaciones ni excusas nos dice:
“Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás;”
Esto es obra de Dios. El preparó al pez para esta labor.
La pregunta no debe ser ¿Existe un pez tan grande? Sino ¿Existe un Dios tan grande?
Si Dios es real, la parte del pez no es tan difícil de creer.
Note la frase,
“…Jehová tenía preparado…”
En este versículo tenemos la primera mención de un pez que recibe una misión.
Sin embargo no va a ser la última vez. Nuestro Señor mandó a un pez a que tragara una moneda pequeña.
Luego el Señor mandó a Pedro a que lanzara el anzuelo al agua y el primer pez que sacara tendría el dinero en la boca para pagar el impuesto que le pedían. Esto lo vemos en Mateo 17:27.
El Señor también mandó a unos cuervos a que le llevaran pan a Elías en 1 Reyes 17:6.
Los peces no llevan dinero en la boca y las aves no le dan pan a desconocidos – a menos que hayan sido mandados por Dios.
A través del libro de Jonás, Dios manda a su creación. La misma palabra traducida aquí como “preparado” en relación con el pez, aparece unas cinco veces en el libro de Jonás. Le invito a marcarlas en su Biblia.
- La primera es en este versículo, Jonás 1:17;
- La segunda es en el versículo 10 de Jonás 2, adonde leemos que Dios mandó que el mismo pez vomitara a Jonás en tierra.
- En tercer lugar, aparece en el capítulo 4, versículo 6, cuando Dios “preparó” una planta que creció para darle sombra a Jonás.
- La cuarta está en el capitulo 4, versículo 7, adonde leemos que Dios preparó un gusano para que destruyera la planta.
- Y finalmente, en Jonás 4:8, “Dios preparó un recio viento solano…”
La misma idea aparece en estas cinco ocasiones donde que Dios manda a su creación con un propósito. Todas estas creaciones recibieron órdenes de su creador ¿y que hicieron? Obedecieron el mandato de Dios. Hicieron lo que Dios les mandó.
¿Cree que Jonás va a entender el mensaje?
Regresando al capitulo 1, el pasaje nos dice,
“Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.”
Cuando Jonás entra al estómago del pez, sintiendo el calor y el horrible olor, se da cuenta de donde está, a pesar de que todo está oscuro, y se da cuenta que no tiene esperanza y que nadie puede ayudarlo.
Querido oyente, Dios esta permitiendo que Jonás experimente una pizca de lo que los Ninivitas van a experimentar en el juicio – Sin esperanza y sin ayuda.[v]
La Oración Subacuática de Jonás
El versículo 1 del capitulo 2 comienza con las siguientes palabras:
“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez…”
¿Cómo no lo iba a hacer, no?
Ahora, no sabemos exactamente cuando fue que Jonás oró. ¿Fue cuando apenas se lo tragó el pez? ¿Cuándo hubo pasado unos minutos o unas horas? No lo sabemos.
Sin embargo, algunos teólogos creen que Jonás no oro desde un comienzo. De hecho, algunos creen que Jonás recién oró en el tercer día. No podemos saberlo con seguridad.
Lo que si sabemos es que uno puede quedar tan fascinado con lo que sucede con el pez, que deja de prestarle atención este profeta pródigo que finalmente ora.
Así que analicemos la única oración registrada en la historia que se oró bajo el agua. Vamos a descubrir tres ingredientes críticos de un arrepentimiento genuino en la oración de Jonás.
- El primer ingrediente en la oración de Jonás es admisión.
En el capitulo 2, versículo 2 leemos:
“y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.”
Ahora, note que Jonás admite que esta es la mano de Dios disciplinándole – versículo 3,
“Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.”
Hebreos capitulo 12 provee un contraste a este tipo de admisión. Según este pasaje tenemos varias opciones:
- Podemos despreciar la disciplina de Dios y rechazarla (versículo 5);
- Podemos desanimarnos y desmayar a causa de la disciplina (versículo 5);
- Podemos resistirla invitando así una disciplina aun mayor (versículo 6);
- O podemos someternos a Dios y crecer a causa de esa disciplina (versículo 7).[vi]
En este momento, Jonás ya no esta resistiendo la voluntad de Dios; ya no esta rechazando la palabra del Señor; él esta por reintegrarse a la obra de Dios.
Sin embargo, primero hay una admisión de su pecado y la justa disciplina de Dios. Ahora va rumbo a una restauración.
- El segundo ingrediente de la oración de arrepentimiento genuino de Jonás es restauración.
Note lo que dice el versículo 4.
“Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo.”
Hasta este punto, todo lo que vimos en Jonás iba en la dirección opuesta a la autoridad de Dios.
De hecho, un autor indica que cada acción de Jonás hasta este momento lo llevó mas abajo. En el idioma original, hebreo, vemos que:
- Jonás “descendió” a Jope –el puerto.
- Jonás pago el boleto y descendió a una embarcación.
- Luego, a Jonás lo traga un pez y desciende a su estomago.
- Jonás descendió a los cimientos de los montes; a la profundidad del mar.
Warren Wiersbe sacó esta gran aplicación para nuestras vidas y escribió: “Cuando uno huye de Dios, la única dirección a la que va es hacia abajo.”[vii]
Sin embargo, ahora Jonás esta admitiendo su pecado y regresando al templo de Dios –una declaración de un compromiso renovado con el Señor. De hecho, esa frase “aun veré tu santo templo” sale de la oración de Salomón cuando estaba dedicando el templo, una vez que su construcción había concluido. En 1 Reyes leemos la oración de Salomón en la dedicación, donde dijo:
“Toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);” –1 Reyes 8:38-39
Jonás se esta aferrando a esta promesa con fe y arrepentimiento.
Y Dios actúa. Fíjese lo que dicen los versículo 5 y 6,
“Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
En otras palabras: no había escapatoria. Jonás pensó que iba a morir.
Continuamos leyendo en el versículo 6,
“…Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.”
¿Ve esto? Jonás no iba a orar antes. Él quería alejarse de Dios; no quería ser vocero de Dios. Él ni siquiera iba a orar por esos marineros que temían ahogarse y perecer en la tormenta. Él no estaba en buenos términos con Dios. Pero ahora, Jonás dice,
“…Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.”
Y en el versículo 7 Jonás ora diciendo:
“Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.”
En otras palabras, “No tenia mas esperanza y ore a ti.”
Un autor escribió: ¿No es maravilloso que Dios tuvo misericordia de su siervo Jonás antes que Jonás fuera a predicar que Dios tendría misericordia de Nínive?[viii]
Por eso no es de sorprenderse que tengamos un tercer ingrediente del arrepentimiento, además de la admisión y la restauración.
- El tercer ingrediente de la oración de Jonás es apreciación.
Escuche a Jonás orar en el versículo 9. Él dice:
“Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.”
Tenga en mente que Jonás no ha recibido una promesa de que sería librado. Él no estaba agradecido porque se encontraba en tierra firme. No estaba agradeciéndole a Dios que no se ahogó. Él estaba agradecido porque Dios obró en su corazón rebelde y ahora podía acudir a Dios de nuevo. Jonás estaba agradecido por su salvación.[ix]
“La salvación pertenece a Jehová” No era una simple declaración teológica, era una confesión personal de fe y alabanza.
¿Se dio cuenta que Jonás dice que va a ofrecer sacrificios a Dios y pagar sus votos?
Este es el mismo vocabulario empleado por los marineros que se arrepintieron y dijeron que el Dios de Israel era ahora su Dios. Ellos ofrecieron sacrificios y prometieron servirle.
¿Que puede sacrificar Jonás? El no puede sacrificar un animal –ha sido tragado vivo por uno.
Entonces, ¿que le puede sacrificar Jonás a Dios ahora? Él puede ofrecer lo mismo que podemos ofrecerle nosotros a Dios.
Cuando David se arrepintió de su pecado escribió el Salmo 51, un gran himno de arrepentimiento, y dijo, en el versículo 17,
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”
No importa cuan lejos haya huido usted de Dios; no importa en que lugar se encuentre en este momento. El enemigo le esta diciendo: “Has ido demasiado lejos. No tienes nada que ofrecerle a Dios. ¿Por qué Dios va a quererte? No puedes darle nada.”
Eso es una gran mentira. Usted puede ofrecerle a Dios el sacrificio que el ama – el sacrificio de un espíritu quebrantado, de un corazón humillado.
Y mientras Jonás le ofrece a Dios un espíritu quebrantado y un corazón contrito, Dios envía la indigestión mas grande que un pez jamás haya experimentado, y este pez vomita a Jonás a tierra. Mire el versículo 10,
“Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.”
Dios le dio a este pez el peor dolor de estómago que tuvo en su vida. Este obviamente no pudo digerir al profeta y lo terminó expulsando a tierra firme.
El profeta pródigo ha regresado a tierra firme, transportado por un pez.
Conclusión
En su libro, Luisa Krueger cuenta una anécdota de cuando su hijo Carlos tenía casi 5 años de edad. Luisa y su esposo habían tenido una semana frenética y su pequeño parecía meterse en mas y mas problemas. La madre lo mando al rincón, en penitencia, y después de unos minutos él exclamo: “Me voy a ir de casa.”
Luisa hizo una pausa y recordó los momentos de su niñez cuando ella se sintió así –siempre equivocándose y haciendo las cosas mal; hasta sintiéndose poco amada. Ella le respondió a su hijo con mucha sabiduría. Le dijo: “Muy bien, puedes hacerlo.”
El pequeño respondió ¿Puedo?
“Si, puedes. Vamos, haz tus maletas.”
Ella trajo la pequeña maleta del niño y la suya, y comenzó a escoger sus prendas. El pequeño, confundido, exclamo: “Mamá, ¿qué estas haciendo?”
Ella respondió: “Bueno, voy a necesitar mi abrigo, mi pijama y mis zapatos.”
Ella terminó de empacar y puso su maleta junto a la del pequeño en la puerta de entrada. Y le dijo: “Estas seguro que te quieres ir de casa?”
El chico exclamo, “Si, ¿pero adonde vas tu?
Ella respondió: “Bueno, si te vas a ir de casa, mamá se va a ir contigo, porque jamás quisiera que estés solo.”[x]
Que madre más sabia.
Pero que infinitamente sabio y lleno de gracia es nuestro Padre celestial. Jonás huyó, pero cuando estuvo listo para clamar a Dios, descubrió que Dios estaba listo para escucharlo.
Incluso en los momentos mas oscuros de desesperación y el abismo le decía “Jamás podrás salir de aquí; ya no hay vuelta atrás,” Jonás experimentó comunión con el Dios que había ofendido.
Jonás se arrepiente y es avivado, restaurado y reintegrado a su labor.
Sin importar por cuanto tiempo estemos en silencio, Dios va a escucharnos cuando estemos listos para hablar. Y en esos instantes de gracia, cuando hemos huido en rebelión, en pecado –imagine que –descubrimos que Él nos ha acompañado – Él nunca nos dejó solos.
El milagro mas maravilloso del capitulo dos de Jonás, no es que sobrevivió en el vientre del pez, sino que Dios restauró su corazón prodigo. Y estando en el vientre de un pez, el profeta pródigo regreso a casa. Jonás ha regresado a casa. El está bien con Dios –y eso es lo verdaderamente significa estar de vuelta en casa.
[i] William L. Banks, Jonah: The Reluctant Prophet (Moody Press, 1966), p. 44.
[ii] David J. Clark and Eugene A. Nida, A Handbook on the Books of Obadiah, Jonah, and Micah (United Bible Societies, 1978), p. 73.
[iii] James Montgomery Boice, The Minor Prophets (Baker Books, 1983), p. 282.
[iv] Ibid., p. 284.
[v] Warren W. Wiersbe, Be Amazed (Victor Books, 1996), p. 78.
[vi] Ibid., p. 78.
[vii] Ibid., p. 79.
[viii] Sinclair B. Ferguson, Man Overboard (Banner of Truth Trust, 1981), p. 30.
[ix] Boice, p. 288.
[x] Boice, p. 288.