Introducción
Por el tamaño de nuestra audiencia, sé que estoy hablando a un buen número de maestros de escuela y universidad, líderes de estudio bíblico, maestros de escuela dominical, e incluso pastores.
Puede que usted esté en el mundo empresarial o en las ventas, donde a menudo tiene que dar presentaciones o charlas a grupos de colegas o clientes.
Con el tiempo, uno se va acostumbrando a hablar en público.
Pero lo más probable, es que recuerde bien la primera vez que tuvo que ponerse de pie frente a un grupo de personas para hablar. Seguramente recuerde lo nervioso y temeroso que estaba. Estaba muy alerta, por no decir sensible a la reacciones de aquellos en su audiencia y probablemente se alegró cuando todo terminó y pudo sentarse otra vez.
Cuando era adolescente, en nuestra iglesia teníamos un domingo al año donde los jóvenes se encargaban de la reunión. El pastor de jóvenes tenía la tradición de elegir a un adolescente en su último año de secundaria para dar el sermón. En mi último año, él me pidió que lo hiciera.
Sin pensarlo bien, acepté. Pensé que podría ser divertido. Pero cuanto más se acercaba ese día, más aterrorizado me sentía. Finalmente, el día llegó, y me acuerdo que hablé del libro de Nehemías. El sermón duró alrededor de doce minutos.
No tengo idea de lo que dije, probablemente estaba inventando cosas. Después, un hombre mayor se me acercó – probablemente tenía unos 35 años – y me dijo: “Gracias, fue un buen sermón”.
La primera vez que uno abre la Palabra y se dirige a ese grupo de estudio bíblico, a ese grupo de adolescentes o a esa clase de la escuela dominical de niños es inolvidable.
Fue muy intimidante, incluso desalentador. Usted quería hacer un buen trabajo y probablemente sintió que no lo hizo muy bien. Se distraía muy fácilmente con los gestos y expresiones de la audiencia; mientras quería escoger las mejores palabras. Y después de todo, sólo una persona – si es que hubo una – le dijo algo sobre su mensaje.
Leí acerca de un joven, que había estado lejos de su ciudad durante algún tiempo después de entrar al ministerio, y cuando regresó a casa, lo invitaron a predicar y el lugar se llenó para escucharlo.
Pero lo que decidió predicar trajo tal convicción, fue tan desafiante, que cuando terminó su sermón, la congregación nunca más quiso volver a escucharlo y nunca lo hicieron.
Jesús vuelve a Nazaret
Déjeme mostrarle dónde sucedió: La historia se encuentra en el Evangelio de Lucas, capítulo 4. El predicador era Jesús; y él está a punto de predicar Su primer y último sermón en su pueblo, Nazaret.
Tenga en cuenta, que a estas alturas Jesús ya era bastante conocido. La noticia de Sus milagros había llegado a Nazaret y su nombre se estaba volviendo famoso a lo largo del país, observe el versículo 14:
Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. Lucas 4:14-15
El verbo glorificado está en tiempo presente. En otras palabras, todo el mundo está continuamente aclamando a Jesús.[i]
Estaba en los periódicos y en todas los vallas publicitarias; todos quieren conocerlo y escucharlo, todo el mundo está hablando de él: “Ya has visto a Jesús. Tienes que escucharlo explicar las escrituras y deberías ver los milagros que hace, no hay nadie como Él!”
Los otros evangelios nos informan que Jesús acababa de terminar una temporada con muchos milagros en Su ministerio por Capernaum a unos 32 kilómetros de distancia.
Y las noticias habían llegado hasta Nazaret con una velocidad asombrosa.
El versículo 16 nos dice que Jesús finalmente llega al pueblo donde creció, Nazaret
Arqueólogos han descubierto el pueblo de Nazaret, que se remonta a los días de Jesús. Tenía una población de unos 400 habitantes. Era tan pobre que ninguna de sus calles estaba pavimentada con piedra. No se ha encontrado ninguna estructura pública o artículos de cerámica fina. Solamente artículos comunes y corrientes.[ii]
Tan pequeña era Nazaret, que tenía la reputación de nunca producir algo significativo (Juan 1:46), y de repente pasa a ser el centro de atención. Esta es la ciudad de Jesús el hacedor de milagros. La gente quería venir y ver el pequeño taller y la casa donde Jesús creció. Podrían vender entradas si querían.
Como veremos, Nazaret quería esta atención especial. Eran los vecinos, amigos y clientes de Jesús, este es Su pueblo. Aquí viene la única superestrella de Nazaret.
El primer sermón de Jesús en Nazaret
Por cierto, este sería el primer sermón que Jesús predica en su pueblo. Y es fácil imaginar que unas 400 personas estaban dentro y alrededor de la sinagoga para escuchar a Jesús predicar.
Continuemos leyendo el versículo 16:
Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Lucas 4:16-20
Como era habitual, el lector se ponía de pie para leer el texto hebreo, normalmente no más de tres versículos. Luego, los versículos se traducirían al griego o arameo para el beneficio de la audiencia.[iii]
Después de la lectura, alguien hablaría y obviamente en este caso, Jesús tomó el asiento del maestro.
Por cierto, Lucas no nos da Su sermón. Sólo nos da el texto bíblico y su tema principal en versículo 21:
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca… Lucas 4:21-22a
Jesús debe haber dado una exposición maravillosa sobre esta profecía de Isaías. Evidentemente, a todos les encantó mire el resultado: ¡y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca!
Todos se miraban y susurraban: “¡vaya, qué sermón!”. Todo mundo está tomando nota, están sentados en el borde de sus asientos y nadie está durmiendo – me pregunto cómo se sentirá eso.
Ahora, al pueblo judío le encantaba esta de Isaías profecía en particular y por una buena razón. Basta con mirar todas las cosas que el Mesías iba a hacer: terminar con la pobreza, liberar a todos de la opresión, dar vista a los ciegos.
Cuando llegue el ungido – esta es una expresión Mesiánica –todos en la nación de Israel tendrán una vida mejor.
Y Jesús hace el impresionante anuncio de que Él era aquel de quien Isaías estaba hablando. Versículo 21 de nuevo:
Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Lucas 4:21b
Podríamos traducir esto como: “Esta Escritura se está cumpliendo mientras la están escuchando”.[iv]
“Yo soy este ungido, yo soy el Mesías del que Isaías profetizó que vendría; Yo estoy aquí ahora“.
Y Nazaret inmediatamente piensa: “somos su ciudad, somos su pueblo; seguramente nos va a tocar lo mejor de lo que está ofreciendo. Estaremos en primera fila.”
Pero el problema es que esta profecía habla de algo espiritual antes que haya algo físico.
El Mesías llega primero para salvar y luego para establecer Su glorioso Reino en los últimos días. A propósito, han pasado más de dos mil años y todavía no ha llegado.
Pero, en ese momento, Jesús dice que está proclamando buenas nuevas a los pobres. La palabra traducida pobre aquí, es la misma palabra que usó en el sermón del monte, en referencia a la pobreza espiritual; aquellos que reconocen su pobreza espiritual, que están en bancarrota y listos para recibir el tesoro del Evangelio.
Jesús proclama también la libertad de los cautivos. Esto es mucho más que liberar personas de la esclavitud o de la cárcel; esta es la liberación de la esclavitud del pecado y del reino de las tinieblas.
Dar la vista a los ciegos es algo más que físico. Jesús les dirá a los líderes religiosos que son ciegos guiando a otros ciegos (Mateo 15:14). Los ciegos son aquellos que están espiritualmente perdidos y necesitan abrir sus ojos a la gloriosa luz del Evangelio (Hechos 26:18; 2 Corintios 4:4).
¡Pero espere un segundo! Volviendo al tema principal ¿Jesús es el Mesías? Alguien interrumpe en el versículo 22 y dice: “Espera un momento, ¿no eres tú el hijo de José?”
Las implicaciones del mensaje de Jesús
El evangelio de Marcos, describiendo este mismo evento añade que María estaba entre la audiencia, así como los medios hermanos y hermanas de Jesús, nacidas de José y María después del nacimiento virginal de Jesús.
Recuerde, que hay personas en esta sinagoga que crecieron con Jesús; ellos conocían a sus padres. Más de alguno habría empleado la ayuda de José y Jesús para reparar su casa.
Un autor lo expresó de esta manera: Uno simplemente puede imaginar a una mujer parada atrás pensando: “Espera un segundo, recuerdo que solías trepar al olivo de mi jardín y te dije que bajaras de ese árbol antes de que te rompieras el cuello. Sí, no creo que seas el Mesías. Mientras tanto, otro hombre sentado allí pensaba: “Recuerdo que solíamos jugar cuando éramos niños al borde del barranco, tirando piedras hacia abajo, podía lanzar piedras más lejos que tú – no creo que seas el Mesías”.[v]
Les encantó su sermón, pero de a poco se ponen a pensar en las implicaciones del punto principal.
Es decir, una cosa es que haga milagros y otra es que afirme ser el Mesías.
Y Jesús sabe lo que todos están pensando. Por eso les dice – versículo 23:
Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo… Lucas 4:23a
“Médico, cúrate a ti mismo” era una expresión común en los días de Jesús. Se encuentra tanto en escritos judíos como griegos. Simplemente significa: “Demuestra tu valor como médico.” Pero en este contexto, Jesús expone el orgullo del pueblo; así que, con ese contexto en mente, puede estar diciendo: Médico, cura a tu propia gente en vez enfocarte en la gente de Capernaum”.[vi]
Continuemos leyendo el versículo 23:
…de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. Lucas 4:23b-24
En otras palabras: “No van a creerme. No van a creer que lo que les digo sobre mi identidad es verdad. Solo quieren ver el espectáculo”.
Como verá, estos aldeanos quieren que Jesús muestre lo que tiene. “Queremos ver tus milagros. ¡Haz algo espectacular!
El relato de Marcos sobre este mismo evento menciona que Jesús no hizo obras poderosas en Nazaret a causa de su incredulidad (Marcos 6:5-6).
En otras palabras, Él no estaba dispuesto a hacer un espectáculo sólo para impresionar al público de su pueblo.
Jesús confronta el corazón de su pueblo
En cambio, Jesús decide hablar de la rebelión de su pueblo ante la Palabra de Dios, su falta de voluntad para escuchar a un profeta de Dios y mucho menos al Mesías.
Versículo 25:
Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Lucas 4:25-26
Lo que Jesús hace ahora es hablar de la historia de Israel. Él le recuerda al pueblo de una época de oscura incredulidad – con dos ilustraciones.
Y esta primera ilustración nos lleva de regreso a 1 Reyes 17, cuando un rey malvado llamado Acab y su reina Jezabel, gobernaban este mismo territorio donde se encontraba Nazaret. Eran crueles, corruptos y llevaron a los israelitas a adorar a Baal. De hecho, Jezabel era la patrocinadora de la adoración a Baal; ella pagaba personalmente y con el tesoro real los salarios de los 450 profetas de Baal.
Baal supuestamente estaba en control del clima. También se suponía que era el dios de las tormentas. Pero, Dios hizo que no lloviera durante tres años provocando una sequía y una hambruna de inmensas proporciones. Luego, envió a un profeta llamado Elías para confrontar a Acab y la idolatría de la nación de Israel.
Durante esta sequía, mientras los israelitas estaban a punto de morirse de hambre, Dios envió a Elías para ayudar a una viuda gentil que vivía en Sidón, la ciudad natal de Jezabel.
Así que, de entre todos los lugares que podía ir, el profeta de Dios va al menos pensado y conversa con una de las personas que nadie creería que recibiría la palabra del profeta de Dios.
Cuando Elías la encuentra, ella está a punto de usar el último poco de harina y aceite que le quedaba para hornear una pequeña torta de pan para ella y su hijo. Luego de esto se quedarían sin comida y sólo esperarían morir.
Elías se presenta, le dice quién es y la anima a que confíe en su palabra – la palabra del Señor a través suyo. Le pide que le prepare la torta de pan a él primero y le promete que no le va a faltar harina ni aceite durante el resto de esta hambruna.
Pero escuche esto, ella tiene que confiar en su palabra sin haber visto ningún milagro. El milagro viene después de creer en su palabra.
¡Y esta viuda gentil cree y se salva!
Jesús en esencia le dice al pueblo judío de Nazaret que llenaba la sinagoga, que ni siquiera tenían la fe de la viuda gentil que vivía en el antiguo pueblo pagano de Jezabel.
Ella le creyó al profeta de Dios, pero ellos no lo harán.
Puede imaginar las miradas, los codazos y susurros que ahora están empezando a escucharse alrededor de la sinagoga.
Esto es un insulto. Él nos dice que somos pecadores con necesidad de salvación como cualquier idólatra gentil. ¿Qué clase de mensaje es este? ¿Quién se cree que es para juzgarnos así?
Este es el corazón de la humanidad incrédula, sean religiosos o no, desde el primer siglo hasta el día de hoy.
Encontré esto en el periódico local un tiempo atrás. A un pastor le preguntaron: “Qué les diría a aquellos que están pensando en visitar su iglesia?” Él dijo: “Le diría que son bienvenidos independientemente de sus creencias. No tratamos de convertir a nadie”. El reportero le preguntó: “Bueno, ¿por qué lo conocen? Es decir, ¿Qué clase de mensaje le da usted a la gente? Y él respondió: “Tenemos un mensaje espiritual positivo para que podamos sentirnos mejor cuando salimos que cuando entramos”.
¡No pude evitar pensar que él nunca invitaría a Jesús para predicar!
Él nos dice que nuestra única esperanza está en la conversión, que nuestra única esperanza está en la redención, que nuestra única esperanza está en que alguien nos diga la verdad sobre quiénes somos, que somos unos pecadores perdidos y que hay salvación solo en nuestro amoroso Señor.
Jesús no ha terminado todavía. En el versículo 27 continúa diciendo:
Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. Lucas 4:27
Esta vez, Jesús adelanta la historia hasta 2 Reyes 5. Esta es la escena en la que un guerrero gentil de Siria – un enemigo de Israel – tiene la audacia de conducir su carro junto con algunos soldados al interior de su Israel en busca del gran profeta Eliseo para pedir que lo sane de su lepra.
¿No sabe acaso que la lepra era una señal de pecado y juicio, y que no debería esperar nada de Dios más que juicio por su pecado?
O sea, ¿quién se cree que es este gentil? Él no tiene derecho al poder milagroso de Dios.
Pero en lugar de rechazarlo, Eliseo le envía un mensaje para que vaya a lavarse al río Jordán, sumergiéndose siete veces.
El comandante, al principio rechaza la humillante tarea. Él esperaba que Eliseo agitara su mano en el aire y dijera algunas palabras mágicas. Entienda esto: Eliseo quería que confiara en su palabra, en la Palabra del Señor a través de su profeta.
Pero finalmente Naamán lo hizo: se sumergió en el Jordán y salió completamente sano.
Ahora la palabra clave aquí que usa Jesús es limpio. “Naamán fue limpiado”. Jesús no dice que fue “curado”. Curado solo se refiere a algo físico, pero “limpiado” hace referencia a la limpieza del pecado y a estar bien con Dios.
Y note que Jesús dice en el versículo 27, que ninguno de los leprosos en Israel experimentó una limpieza, sino sólo este pagano enemigo de Israel, que estuvo dispuesto a creer en la palabra del profeta de Dios.
Y el punto que la gente en Nazaret entendió inmediatamente es este: Jesús es el profeta al que se niegan a creer, lo que significa que son peores que los gentiles paganos. Jesús les dice a estos judíos encargados de la sinagoga que son impuros mientras que los gentiles que crean en Él serán limpiados.[vii]
Y aún más específicamente, Jesús se atrevió a sugerir que los gentiles son más dignos de su ministerio de enseñanza y sanación que los nazarenos.[viii]
Y esa fue la gota que rebalsó el vaso. Esto fue como una bomba en esta sinagoga.
Ni siquiera esperaron la típica bendición final y el amén.[ix]
El violento rechazo del pueblo hacia Jesús
Explotaron con furia – versículo 29:
..y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. Lucas 4:29
¡Lo iban a matar! ¡No importa si no había primero un juicio! No lo necesitaban. Iban a actuar según lo que dice Deuteronomio 13, donde se permitía la pena de muerte de un falso profeta sin juicio previo.[x]
Pero Jesús no es un falso profeta, todo lo que hizo fue entregar su primer sermón en Nazaret que los acusaba con la verdad.
Agustín, escribió hace 1600 años lo que sigue siendo la verdad del corazón humano: Nosotros amamos la verdad cuando nos exalta, pero la odiamos cuando nos acusa.[xi]
Y se lanzaron furiosos para matarlo. ¿Qué este primer sermón?
Imagine que usted le da la primera lección a sus tres primeros alumnos y, antes de que termine, quieren arrojarlo por un precipicio. Probablemente se ponga a buscar otro tipo de trabajo.
¿Pero qué hace Jesús ahora?
Se nos dice en el siguiente versículo:
Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. Lucas 4:30
Cuando lo ridiculizan por su fe, cuando lo rechazan por seguir a Cristo, cuando padece injusticia y degradación, así es como puede responder como Cristo.
Aplicación
El Señor nos da un ejemplo de cómo responder ante rechazo.
Primero, no pierda el control.
Observe nuevamente, “más él pasó por en medio de ellos…”
No se nos dice si esto fue algo milagroso, no hay ninguna evidencia de que Él desapareció. El verbo simplemente significa que caminó entre la multitud.
Lo más probable es que haya mostrado una impresionante dignidad y control que los dejó callados – tal vez hasta avergonzados por su reacción desmedida.
Si yo fuera el Señor, en lugar de decir: “y pasó por en medio de ellos” la historia diría “y convirtió en polvo hasta el último de ellos”.
Así habría estado tentado a hacerlo.
Pero el Señor no perdió el control como ellos. Él no devolvió el golpe. Este es su ejemplo que debemos seguir: no pierda el control.
En segundo lugar, no se desanime.
Escuche, Jesús es 100% Dios, pero nunca olvide que era 100% humano también. Estos eran sus amigos, vecinos y familiares. Él había crecido con ellos. Recuerde que todo esto ocurre a plena vista de su madre, sus medios-hermanos y sus líderes religiosos de la sinagoga.
Sus antiguos amigos y colegas ahora están furiosos y no quieren más que matarlo.
¿Qué tal este primer sermón de regreso en su pueblo natal, en Nazaret?
Si le hubieran dicho más tarde a Jesús: “Escuché que predicaste en tu pueblo y la sinagoga estaba llena. ¿Cómo fue la respuesta?”. Imagino que habría dicho: “Sí, hubo una gran respuesta. Todos se acercaron; corrieron por el pasillo y me sacaron a la fuerza para matarme.”[xii]
Eso debió haberle dolido muchísimo. Pero es posible resultar herido y no desanimarse. Y lo sabemos porque Jesús va a seguir avanzando en obediencia a la voluntad del Padre.
Y esto me lleva a la respuesta final ante el rechazo:
En tercer lugar, no pierda el rumbo.
Observe de nuevo:
Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. Lucas 4:30
El verbo “se fue”, en contexto nos muestra que siguió el viaje que había comenzado; de hecho, el tiempo del verbo significa que simplemente siguió adelante.[xiii]
Sólo unos pocos versículos después, Jesús anunciará:
Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Lucas 4:43b
- Él no perdió el control
- Él no se desanimó
- Él no perdió el rumbo
Así es como Él respondió ante el rechazo.
Qué ejemplo tan importante para nosotros hoy, especialmente a la luz de la creciente hostilidad de nuestra cultura que cada vez rechaza más abiertamente la palabra de Dios.
Tal vez, usted está enfrentando el rechazo de sus compañeros de clase o colegas, o tiene un cónyuge que no aprecia su amor por Cristo; tal vez un miembro de su familia o un amigo se pone agresivo cada vez que menciona el nombre del Señor:
Asegurémonos de no perder control de nuestras propias emociones.
No nos desanimemos mientras amamos y seguimos a Aquel a quien el mundo ha rechazado hasta hoy.
No perdamos el rumbo, porque lo más importante que tenemos para ofrecerle a nuestro mundo es el Evangelio de Jesucristo. La verdad de que Él es el Mesías que puede perdonarlos, limpiarlos y hacerlos libres.
[i] David E. Garland, Exegetical Commentary on the New Testament: Luke (Zondervan, 2011), pág. 194
[ii] Adaptado de Garland, pág. 195
[iii] Ibídem. pag. 403
[iv] J. Reiling y J. L. Swellengrebel, A Translator’s Handbook on the Gospel of Luke (United Bible Societies, 1971), pág. 203
[v] Kevin Miller, Sermon Transcript (Church of the Savior, Wheaton, Illinois)
[vi] Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary: Mattew-Luke (Zondervan, 2002), pág. 363
[vii] Adaptado de Garland, pág. 205
[viii] Charles R. Swindoll, Insights on Luke (Zondervan, 2012), pág. 109
[ix] R. Kent Hughes, Luke: Volumen 1 (Crossway Books, 1998), pág. 145
[x] Darrell L. Bock, Luke: Volumen 1 (Baker Academic, 1994), pág. 419
[xi] Warren W. Wiersbe, Luke: Be Compassionate (Victor Books, 1989), pag. 46
[xii] Adaptado de Bruce B. Barton, Life Application Bible: Luke (Tyndale, 1997), pág. 98
[xiii] Adaptado de Swindoll, pág. 111