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Advertencias de Jesús para la humanidad

Escuchamos advertencias por todas partes. Nos advierten sobre el colapso de la economía, cambios climáticos devastadores y aún de la llegada del fin del mundo. Es posible volverse insensible ante las advertencias especialmente cuando tantas terminan siendo una falsa alarma. En esta lección, vemos que Jesús entrega cuatro advertencias severas que debemos escuchar porque estas son reales, y se cumplirán inevitablemente.
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Introducción

Recientemente leí un artículo sobre unas maniobras algo turbias que han hecho los funcionarios del Parque Nacional Glaciar de Montana. Han estado quitando o alterando secretamente las alertas que predecían que muchos de los glaciares del parque se derretirían para el 2020. 

El Servicio Nacional de Parques había estado repartiendo folletos, promocionando películas y poniendo carteles por los últimos 20 años anunciando que los glaciares se estaban derritiendo rápidamente y desaparecerían para el 2020.

En la exhibición principal del centro de información para visitantes, hay una maqueta tridimensional que muestra pequeñas luces que representan glaciares individuales. Los visitantes pueden presionar un botón para ver la maqueta del parque iluminada que representa el año 1850. Luego las luces comienzan a apagarse mientras usted pasa al siglo XX y finalmente, como lo predicen los letreros, las luces se apagan y los glaciares “desaparecen para el 2020”.

El problema es que, por supuesto, el público puede verlo por sí mismo. Uno de los glaciares que se puede ver desde la carretera hoy es más grande que hace 10 años.

Entonces, el Servicio Nacional de Parques aprovechó que Centro de Visitantes se tuvo que cerrar por la pandemia, y comenzó a quitar las señales o cambiarlas para dar un nuevo mensaje. Ahora las señales de advertencia dicen algo como: estos glaciares se van a derretir “en las generaciones futuras.”

Por supuesto, las fuentes de noticias internacionales han guardado silencio sobre estas fallidas predicciones. Esto se debe a que la noticia no encaja en su narrativa naturalista donde no existe un Dios Creador que hizo todo para Sus propósitos y controla todo según Su divino calendario; por lo tanto, creen que depende solo de nosotros mantener el planeta tierra en funcionamiento. De hecho, el mundo en general hoy está aterrorizado ante la posibilidad de que la vida será insostenible en tierra. 

Permítame animarlo, querido oyente. Este miedo viene de rechazar el folleto de Dios, las señales y predicciones de Dios para nosotros acerca de planeta Tierra.

Por ejemplo, el apóstol Pedro habla acerca del primer juicio por agua – el diluvio universal – y un juicio futuro. Él escribe esto:

…el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 2 Pedro 3:6b-7

Pedro se refiere al juicio final del mundo incrédulo, seguido de un fuego que Dios mismo va a encender y quemará este universo.

Supongo que puede decir que el calentamiento global está en camino.

Según la Biblia, después de este evento devastador con fuego, un nuevo cielo (universo) y una nueva tierra serán creados y existirán para siempre.

¿Cómo lo sabemos? El apóstol Juan escribe sobre ese juicio final al que alude Pedro, y lo llama el Juicio del Gran Trono Blanco. Mientras describe esta sentencia final y completa de los incrédulos, Juan escribe:

Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apocalipsis 20:15

Inmediatamente después de este texto de juicio, Juan escribe en el siguiente versículo:

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.Apocalipsis 21:1a

Recuerde que el apóstol Pedro nos explica cómo pasó: a través de un juicio con fuego. Pero Pedro también nos da la promesa de Dios sobre el planeta Tierra. 2 Pedro 3:7 continúa diciendo:

…pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio. 2 Pedro 3:7

La palabra griega traducida guardado da la idea de “tener algo almacenado, resguardar algo en un lugar seguro”.

¿Quién mantiene el universo funcionando? ¿Quién mantiene al sol brillando a la temperatura indicada, la luna orbitando a la distancia perfecta? ¿quién mantiene la Tierra en buenas condiciones por así decirlo? ¡Dios lo hace!

¿Cuánto tiempo seguirá la Tierra funcionando? ¿Por cuánto tiempo podrá sustentar la vida tal como la conocemos hoy? Dios dijo en su palabra que así permanecerá – está guardada – hasta el día del juicio.

¿Pero cómo sabe usted que no vamos a congelarnos o a freírnos en el camino? Ciertamente, puede haber variaciones de temperatura a través de la historia. Eso es verdad. Basado en los estimados más liberales, la Tierra está aproximadamente un grado más caliente en promedio de lo que estaba 130 años atrás.

Alguien dirá: Pero ¿cómo sabemos que estas variaciones no convertirán al planeta tierra en un vasto desierto, sin estaciones de invierno y verano y sin la capacidad para producir cultivos y proveer alimento para la humanidad? ¿Cómo sabemos que eso no sucederá? 

Lo sabemos gracias a una promesa de Dios hecha hace más de 4.300 años. Dios le hizo esta promesa al hombre que soportó el primer juicio del mundo por agua. Su nombre era Noé.

Cuando Noé finalmente desembarcó del arca con su familia, había pasado un poco más de un año desde que había pisado tierra firme. La mayoría piensa que sólo estuvieron en el arca por 40 días y 40 noches, pero no. Ese fue sólo el tiempo que llovió. En Génesis 8 vemos que Noé y su familia estuvieron en el arca por unos 375 días. 150 días de inundación y 225 días para que descendieran las aguas.

Ahora bien, si le hiciera un examen sorpresa y le preguntara cuál fue la promesa de Dios a Noé, la mayoría diría: “Bueno, tiene algo que ver con al arco iris”. Y estaría en lo cierto.

Dios le prometió a Noé que convertiría el arco iris en señal. Es decir, cada vez que Noé viera un arcoíris, este debía recordarle de la promesa que Dios le hizo de nunca más inundar la tierra con un diluvio global (Génesis 9:13).

Un punto importante para destacar es que la promesa de Dios en una prueba contundente de que el diluvio fue universal. Este fue un juicio a nivel global. Si el diluvio hubiera sido local como algunos afirman, y Dios aquí le promete a Noé que no enviaría otro diluvio como el que había enviado, se convertiría en un mentiroso porque hay inundaciones locales en todo el planeta cada año.

Pero nunca ha habido otro diluvio global como juicio de Dios. Lo que Dios predice siempre se cumple. Él habla en serio. Él siempre cumple su palabra. Él no tiene que andar cambiando los folletos o los carteles.

Pero hay otra promesa que Dios le hizo a Noé y esta también se hará realidad. De hecho, esta promesa debería hacer que los humanos durmieran mejor por la noche si solo leyeran la palabra de Dios.

Esto es lo que Dios también le dijo a Noé en Génesis capítulo 8, versículo 22: “Mientras la tierra permanezca…” Es decir, Dios le promete a Noé que esta será la realidad durante el tiempo que la tierra permanezca.

¿Cuánto tiempo permanecerá la tierra? Noé no lo sabía y nosotros tampoco. Lo que sabemos gracias a la revelación de Dios a través del apóstol Pedro y Juan es que: la tierra permanecerá hasta que sea destruida por el fuego. Luego Dios hará un nuevo universo y una nueva tierra al final de la historia humana.

Entonces, ¿qué le sucederá a la Tierra entre el diluvio de Noé y el juicio final?

Dios le dijo a Noé:

Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Génesis 8:22

En otras palabras, de aquí hasta el juicio final, la tierra producirá cosechas que requieren sol y lluvia; la tierra experimentará frío y calor, verano e invierno, por lo que las estaciones continuarán cada año. El día y la noche no cesarán, así que la tierra seguirá girando sobre su eje. Nada de esto cesará hasta el día en que Dios traiga su juicio final y destruya la tierra con fuego.

Esto es lo que Dios ha prometido, y lo que Dios promete, lo cumple. Este universo es Su universo, y Él lo controla. Esta tierra le pertenece y Él tiene planes y propósitos con ella que cumplirá a la perfección porque Él es el Creador omnipotente y soberano. 

Durante los últimos 4.000 años, desde los tiempos de Noé hasta hoy, Dios no ha tenido que cambiar las señales. No ha tenido que eliminar secretamente ninguna de sus predicciones. Todas lo que Dios anuncia se convierte en realidad.

Repaso

Tal vez ahora se esté preguntando si se equivocó de programa porque estábamos estudiando el Evangelio de Lucas. Y sí. Continuamos estudiando Lucas. Esto es sólo una introducción.

Como verá, lo que sucede es que me impactó escuchar a Jesús predicar aquí en Lucas capítulo 6 – donde le invito a que abra su Biblia ahora. Jesús está haciendo algunas predicciones, y Él no está cambiando ninguna de las señales de advertencia, Él las está enfatizando. Él está destacando estas advertencias.

Él está prediciendo algunas cosas que en última instancia se harán realidad. Estas señales son advertencias para Su audiencia de varios miles de personas que le escucharon predicar en aquel altiplano – en ese lugar llano del monte.

Ahora bien, anteriormente en nuestro estudio vimos que Jesús predicó sobre obtener un estado de bendición (felicidad) delante de Dios. El individuo feliz y bendecido era:

  • Espiritualmente dependiente del Rey.
  • Arrepentido de su pecado.
  • Fiel a pesar del rechazo, eligiendo permanecer del lado del Rey Jesús.

Esta es la forma de permanecer en un estado de perpetua bendición delante de Dios.

Ahora Jesús hace un giro inesperado y básicamente comienza a decir: “Les advierto, para los que no deciden depender de mí, así es cómo pueden estar en un perpetuo estado de peligro delante de Dios”.

Voy a advertirles del grave peligro en el que se encuentran.

Y Jesús entrega sus advertencias pronunciando cuatro “ayes”. Un “ay” es una advertencia que se entrega para proclamar un juicio divino.[i]

No es una declaración airada, el resultado de un enojo o falta de compasión. Es una palabra de advertencia sobre algo que va mal, algo que necesita desesperadamente un cambio, algo malo que está por suceder.

Isaías usó esta palabra cuando se vio a sí mismo en comparación con la santidad de Dios; él dijo: “Ay de mí, porque soy muerto” (Isaías 6:5).

Es decir, al entender la santidad de Dios y su propia pecaminosidad, pensó: En mi condición, solo me espera juicio. Soy hombre muerto. Ay de mí. 

Cuando me portaba mal y mi madre me decía: “Solo espera a que llegue tu padre”; ¿qué pensaba? “Ay de mí, soy hombre muerto”.

Algo debía suceder.

Algo debía cambiar.

Las cuatro advertencias de Jesús

Ahora Jesús presenta aquí cuatro ayes, que son cuatro advertencias. En otras palabras, todavía hay tiempo para arrepentirse y cambiar, pero el día final del juicio está en camino.

A los autosuficientes

Aquí está la primera advertencia. Leamos Lucas, 6, versículo 24.

Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. Lucas 6:24

Ahora bien, no asuma que todo el que tenga dinero está excluido del reino de los cielos. ¿Está diciendo Jesús que usted nunca debió tener éxito en los negocios? ¿Está insinuando que nunca debió trabajar duro para mejorar su situación económica?

No. Fíjese que estos cuatro ayes contrastan con las cuatro bendiciones previas.

En el versículo 20, el Señor dijo:

 Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Lucas 6:20b

El Evangelio de Mateo nos da más detalles sobre este sermón y escribe que Jesús dijo, Bienaventurados los pobres en espíritu”.

Esta es una persona pobre espiritualmente y depende completamente del Rey para entrar en el Reino.

En contraste, los ricos aquí en el versículo 24 son aquellos que no necesitan al Señor. Según ellos, tienen todo lo que necesitan y pueden depender de ellos mismos. No necesitan a Jesús.

Esta advertencia para el rico es, en otras palabras, una advertencia para la persona autosuficiente.

Esta es la persona que cree que logró el éxito por su propio esfuerzo. No quiere nada de parte de Dios. Cree que no necesita nada de Él. Quiere hacerlo por si mismo.

Y observe nuevamente lo que Jesús le dice a esta persona autosuficiente: “Porque ya ustedes tienen su consuelo”.

“Consuelo” es el mismo término que puede traducirse comodidad. Es paraklesis en griego. De hecho, es la misma raíz de la palabra que se usa para referirse al Espíritu Santo. Él es nuestro consuelo, nuestro consolador.

Aún más sorprendente es el hecho de que Lucas usó este mismo término en el capítulo 2, cuando se refirió al Mesías como la consolación de Israel (Lucas 2:25).[ii]

Jesús efectivamente está diciendo aquí, que aquellos que pertenecen al Reino de Dios encontrarán su satisfacción en el Mesías, pero aquellos que no, encontrarán su satisfacción en sí mismos.

El creyente dice: “No soy feliz sin Dios”; el incrédulo dice: “no necesito a Dios para ser feliz”. 

A los autocomplacientes

Continuamos con la segunda advertencia. La encontramos en el versículo 25:

¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. Lucas 6:25a

De nuevo, esto contrasta con la bienaventuranza que el Señor entregó en el versículo 21:

Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Lucas 6:21a

Recordará que el evangelio de Mateo añade que este tipo de hambre está relacionada con ser justo o estar bien con Dios. El ciudadano del Reino de Cristo anhela estar bien con Dios y vivir rectamente delante de la humanidad.

Los ciudadanos de este mundo piensan que no necesitan a Dios y no tienen el deseo de ser justos delante de Él.[iii]

Ay de los saciados es una advertencia para los autocomplacientes.

Los que creen que están bien. Ya se creen lo suficientemente justos. Ellos saben cómo mantener las apariencias. Soberbios, están llenos de sí mismos.Y déjeme decirle, que cuando usted está lleno de sí mismo, no hay lugar para Dios. 

A los seguros de sí mismos

Ahora observe la tercera advertencia en la última parte de versículo 25:

¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. Lucas 6:25b

Ay de los que ríen, es una advertencia para los que son seguros de sí mismos.

La palabra traducida risa aquí, a menudo está ligada a gente jactanciosa y orgullosa que se ríe de manera burlona.[iv]

Jesús contrasta la risa burlona del mundo con el llanto del creyente en el versículo 21, donde dice: Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

Jesús promete que los creyentes que lloran y se lamentan por el pecado, después reirán de alegría y Dios luego limpiará cada lágrima de nuestro rostro en el cielo. (Apocalipsis 21:4).

Por el otro lado, los incrédulos no demuestran arrepentimiento. No hay tristeza. No lloran por su pecado. Ahora se ríen. Se burlan del Evangelio. Se ríen del Rey y los ciudadanos de su Reino.

Pero Jesús pone aquí una señal de advertencia, firmada y sellada con su nombre, y no podrá cambiarse. Él cumplirá su palabra. Él promete que los que se ríen del Rey y se burlan de su advertencia, algún día se darán cuenta que negaron al verdadero Rey y su llanto nunca terminará (Mateo 8:12).

Aquí está la predicción que se hará realidad para todos los que rechazan el mensaje de este Rey. Esto no es asunto de risa. 

A los codiciados

Encontramos una advertencia más en el versículo 26.

¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.Lucas 6:26

Esto hace referencia a los que son populares. Es una advertencia para los codiciados.

La palabra clave aquí es todos. “Hay de vosotros cuando todos los hombres hablen bien de vosotros”.

Jesús no lo anima a hacer enemigos o ser antisocial. No le está diciendo que nunca debe importarle lo que piensen los demás. Tampoco está diciendo que los cristianos nunca obtendrán un reconocimiento en el trabajo, o que los vecinos nunca hablarán bien de usted porque es amable y generoso con ellos. Ojalá ese no sea el caso.

De nuevo, esta advertencia contrasta con la bienaventuranza para los ciudadanos del Reino de Dios en el versículo 22. Mire lo que dice allí:

Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Lucas 6:22

Escuche, cuando usted represente al Rey Jesús, como ciudadano del Cielo, el mundo lo odiará. Lo excluirán, lo difamarán. Pero observemos nuevamente el contraste con el versículo 26. Mire a los ciudadanos de la tierra. ¿Qué están buscando? ¿Qué es lo que más le interesa? Que todas las personas [estén] hablando bien de ellos.

Junto con sus falsos profetas que les dicen lo que quieren escuchar, los ciudadanos de la tierra reciben esta advertencia porque prefieren la aceptación y admiración de todos menos del Rey.

No van a ir en contra de lo que dice la sociedad. Van a querer complacer a los demás.[v]

Los falsos maestros y su público en general optan por buscar la aceptación de otros a expensas de la verdad.[vi]

Prefieren quedar bien con los hombres que estar bien con Dios.

“Simplemente cambiemos las señales de advertencia. Suavicemos la narrativa, sigamos la corriente, tratemos de encajar, no llamemos la atención.”

Dios está advirtiéndole a la persona que abraza los valores del mundo: se cree autosuficiente, autocomplaciente, segura de sí misma, incluso codiciada por otros – una persona influyente y amada por la sociedad – deja a todo el mundo impresionado. ¡Dios lo debe estar también! No.

Jesús dirá más adelante en el capítulo 8 de Mateo que:

“…serán echados a las tinieblas de afuera…

¿Cuándo? Cuando Jesús lo predijo. Cuando la Biblia lo reveló. En ese día, cuando su destino eterno será sellado ante ese trono aterrador donde toda la humanidad incrédula estará de pie, cuando las predicciones de Dios se hagan realidad miles de años después de haberlas entregado.

El apóstol Pedro escribió sobre esto, el apóstol Juan escribió sobre esto.

Justo antes de que Dios destruya la tierra y el universo en fuego, Él juzgará a la humanidad incrédula:

  • Esto no será motivo de risa en aquel entonces.
  • El aplauso del mundo no importará tampoco.
  • El estatus logrado por su propio esfuerzo será completamente irrelevante.
  • Los sentimientos de autocomplacencia no afectarán en nada.

La pregunta que realmente determina su destino eterno debe responderse ahora, mientras aún esta con vida. Jesús le ha dado muchas advertencias ¿Lo recibirá como su Rey y Señor? ¿Reconocerá hoy su completa necesidad de Él para su salvación? ¿Dependerá del Señor Jesucristo para que perdone sus pecados pasados, guie su presente y lo reciba en el futuro en el cielo?

¿Es usted un ciudadano de Su reino que nunca pasará, o es un ciudadano de los reinos de la tierra que algún día serán quemados y desaparecerán para siempre?

Esta es una señal de que el juicio viene en camino. No la ignore. Venga a Jesucristo quien ha pagado en la cruz por sus pecados. Pídale hoy que le perdone. Confíe en Él. Desee su justicia, gracia, y aprobación… y disfrute de la bendición de ser un ciudadano del reino de los cielos.


[i] Adaptado de John MacArthur, Mateo 16-23 (Moody Publications, 1988), p. 375

[ii] Adaptado de Charles R. Swindoll, Insights on Luke (Zondervan, 2012), pág. 156

[iii] Adaptado de Bruce B. Barton, Life Application Bible: Luke (Tyndale, 1997), p. 154

[iv] Darrell L. Bock, Luke: Volumen 1 (Baker Academic, 1994), p. 584

[v] Adaptado de David E. Garland, Comentario exegético sobre el Nuevo Testamento: Lucas (Zondervan, 2011), pág. 278

[vi] Bock, pág. 585

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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