Introducción
El Diario Estatal de Wisconsin entrevistó a los gerentes de personal de varias de las corporaciones más grandes del país. Una de las preguntas era ¿cuál ha sido la experiencia más extraña que ha tenido entrevistando a personas para un trabajo? Permítame leerle algunas de las respuestas que publicaron en este artículo.
En una ocasión, Un gerente recibió a un postulante que lo desafió a jugar una pulseada – como si esto tuviera algo que ver con el trabajo.
Otro postulante entró a la entrevista usando audífonos. Quien estaba entrevistándolo podía escuchar la música saliendo de sus audífonos. Cuando le pidió que se los quitara, el postulante le dijo que no se preocupara, porque él podía escucharlo perfectamente con los audífonos puestos.
Otro postulante que era calvo de pronto pidió permiso, salió de la habitación y unos minutos más tarde volvió usando una peluca.
Una postulante le dijo al gerente que no había tenido tiempo de almorzar, así que sacó una hamburguesa con papas fritas de su cartera y empezó a comer en la oficina del entrevistador.
Finalmente, a otro postulante, cuando le preguntaron qué tipo de educación tenia, empezó a contar que nunca logró terminar el colegio porque supuestamente lo habían secuestrado y lo habían llevado a México, donde lo habían tenido encerrado en un armario.
Obviamente ninguna de estas personas terminaron recibiendo el trabajo al que estaban postulando.[i]
Y es que, cuando se trata de postular para un trabajo, uno generalmente espera obtener lo que merece. Uno espera quedar en el trabajo si califica para el trabajo. Si hace las cosas bien, espera un aumento, algún reconocimiento, o al menos espera que no lo despidan.
Uno de los problemas comunes al leer el libro de Rut, es que solemos pasar por alto la belleza de la gracia en medio de esta dramática historia. Asumimos que todo lo que le pasa a Rut es algo que ella merece.
- Bueno, obvio que ella termina en los campos de Booz.
- Es obvio que Booz se va a enamorar de la bellísima Rut – aunque en ningún lugar de la Biblia se nos describe a Rut físicamente.
- Obvio que él se va a compadecer de ella.
- Obvio que él la va a tratar con amabilidad; ella se lo merece.
La verdad es que Rut no merece el favor que Booz está mostrándole. Ella es una extranjera, recién convertida de la idolatría, es una mujer pobre con nada que ofrecer sino gratitud.
Esta es la verdad de la gracia de Dios.
La gracia es un favor inmerecido. La gracia es Dios condescendiendo con nosotros, no porque lo merecíamos, sino porque Él es Bueno.
La gracia es Dios escogiéndonos, no porque éramos el mejor postulante para el trabajo, el mejor de la clase, o el que se destacaba sobre todos los demás. No. Como el apóstol Pablo escribió,
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo… para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Efesios 2:4-7)
Querido oyente, lo que estamos a punto de presenciar es nada más ni nada menos que las riquezas de la gracia demostradas en la gran amabilidad de Booz hacia alguien que ciertamente no la merecía.
Rut va a estar recogiendo espigas en los campos de la Gracia.
Principios de la Gracia
Ahora, vamos a ver seis principios. Cada uno de ellos va a describir una faceta de la gracia que vemos demostrada en carne y hueso entre Booz – quien es una ilustración de Cristo – y Rut – quien es una ilustración del creyente, la esposa de Cristo.
- Principio #1: La gracia toma la iniciativa, siempre toma el primer paso.
Note que, en el capítulo 2, versículos 8-9, es Booz quien habla primero con Rut. Con amabilidad él dice.
Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.
Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.
En esta cultura, es obvio que Booz está actuando con gracia hacia Rut – una extranjera; alguien de un estrato muy bajo en la sociedad.
Mi esposa y yo tuvimos el privilegio de visitar un par de años atrás algunos lugares turísticos a través de Londres y partes de Escocia. Por supuesto, vimos y visitamos algunos palacios reales. El guía nos dijo que donde fuera que la reina estuviera residiendo, su personal izaba su bandera. Decidimos visitar un palacio en particular, así que caminamos por la calle que nos llevaba hasta el palacio. Nos paramos frente al pórtico de entrada, el cual tenía un portón enorme que por su puesto estaba cerrado con llave, así que empezamos a mirar a través de las barras de metal. Sabíamos que la reina estaba adentro porque vimos su bandera ondeando sobre el techo del palacio.
Ahora, imagine si la Reina de Inglaterra fuera a salir del palacio, nos viniera a saludar al portón, y nos dijera, “he decidido salir aquí y conversar un rato con ustedes.”
Esto rompería todos los protocolos. Ni la reina, ni la familia real hablan con los campesinos. Quizás los saluden de lejos o sonrían, pero eso es todo.
Esto me recuerda de la senadora que recibió una llamada del presidente Obama, y ella le colgó. Él la volvió a llamar y ella volvió a colgarle. Ella pensaba que era una broma telefónica. La vi cuando la estaban entrevistando en la tele. Ella dijo, “¡nunca habría esperado que el presidente me llamara a mí!”
¿Quién esperaría que el presidente o la reina de Inglaterra lo llamara? a menos que haya hecho algo heroico, o extraordinario que lo haga digno de su tiempo.
Piense en este versículo de la Biblia
Dios…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo… (Hebreos 1:1-2)
Piénselo. ¿Cuántas veces pasamos por alto el hecho que el Dios del universo, nos ha hablado a través de Jesucristo? Esta es la gracia de Dios, que ha escogido comunicarse con personas indignas como nosotros. Esta es la gracia de Dios que vemos ilustrada siglos antes de la venida de Cristo a la tierra, a través del ejemplo Booz. Algo que ciertamente fue tan extraordinario como si hoy, la reina de Inglaterra decidiera conversar con nosotros en su palacio.
El segundo principio acerca de la gracia es.
- Principio #2: La gracia nos sorprende con su provisión y protección.
Note que después de que Booz le cuenta a Rut lo que él va a hacer por ella, las primeras palabras de Rut muestran sorpresa, emoción, y algo de incredulidad. Ella no puede creer la enorme bondad de este hombre. Ella no puede entender como él le está ofreciendo todo este cuidado. De hecho, no pase por alto la primera palabra que Rut le dice a Booz. Ella dice “por qué.”
¿Por qué? ¿Porque has hecho esto para mí?
La persona que recibe gracia siempre se sorprende, porque sabe que no la merece. Rut no dice, “sabía que iba a llamarte la atención… sabía que me echarías el ojo, y me tratarías bien.” No. Nada que ver.
Estoy convencido que, cuando lleguemos al cielo, y veamos el esplendor de todo lo que Cristo ha preparado para nosotros, y empecemos a entender todo lo que está pasando, nos vamos a arrodillar a los pies de nuestro Redentor, y la primera palabra que va a salir de nuestra boca va a ser, ¿por qué?
¿Porque harías todo esto por mí?
Este es el segundo principio de la gracia. Quien la recibe queda sin palabras cuando se da cuenta de lo que está pasando.
Sublime gracia del Señor, que a un infeliz salvó.
Fui ciego mas hoy miro yo, perdido y Él me halló.[ii]
- Principio #3: La gracia está dispuesta a ponerse el overol, y servir a quien no lo merece.
Permítame notar que hay pasa un tiempo entre la primera conversación entre Booz y Rut en el versículo 13 y su próxima conversación en el versículo 14.
Rut evidentemente trabaja el resto de la mañana recogiendo espigas en el campo. Ahora es tiempo de almorzar, y Rut, tal como Booz le ha dicho, se sienta con las criadas de Booz, y cerca de los segadores, como para tener agua para tomar. Quizás ella está masticando un grano de trigo crudo de la bolsa donde ha estado juntando lo que ha recogido – si es que ella tiene algo que comer.
Booz ha estado esperando y anticipando este momento. Este es el tiempo ideal para que aparezca en escena. Note la primera parte del versículo 14.
Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre.
Esto implica que Rut no tiene pan propio. Booz le pide que vaya a comer con él.
Podríamos decir que esta fue su primera cita. Él la conoció en la mañana y la invito a almorzar el mismo día.[iii]
Y bueno, reconozcamos que no son los únicos en la mesa, pero es un buen comienzo.
Rut está nuevamente sorprendida por esta acción, y nosotros también lo deberíamos estar. Ella estaba a un paso de ser andar mendigando en la calle; de hecho, todo el que trabajaba recogiendo espigas eran tan pobre que un almuerzo satisfactorio era una bendición inesperada.[iv]
El versículo 14 nos informa que Booz invitó a Rut a que comiera de su pan y lo mojara en una salsa a base de vinagre, lo cual era común en esa cultura. Pero luego se pone aún mejor. Note la última parte del versículo 14 cuidadosamente.
Y ella se sentó junto a los segadores, y él le sirvió grano tostado, y comió hasta que se sació, y le sobró.
Booz le sirvió grano tostado quizás de su propia satén. Él se arrodillo y según su costumbre, le sirvió algunos granos tostados, probablemente sobre su falda.
¿Cree que se vieron a los ojos mientras esto pasaba? ¿cree que Rut se habrá sonrojado al entender la obvia implicación de este gesto espontáneo de amabilidad?
¡Seguramente! Y los otros empleados de Booz están mirando todo lo que pasa, pensando probablemente, “quizás deberíamos dejarlos solos.”
Rut termina de comer, y el texto implica que ella se levantó para ir de vuelta a recoger grano mientras el resto de los empleados seguían sentados. Es posible que ella estaba un poco avergonzada con las miradas curiosas de los otros.
Nadie se ha perdido este momento. Booz, el príncipe, ha tratado a una chica pobre como si fuera un miembro de su círculo más cercano de amigos.
El príncipe ha tomado el rol de siervo y ha provisto para las necesidades de una mujer pobre. Cuanta gracia.
- Principio #4: La gracia opera detrás de escenas para proveer para el amado.
Tan pronto como Rut se levanta y se va, Booz deja aún más boquiabiertos a sus amigos y empleados, note los versículos 15-16
Luego Rut se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis
y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis.
Es obvio que esta no es una petición normal. “Booz, estas diciéndonos que quieres que tiremos grano en su camino?[v]
“Si”
“Ya hombre, pídele que se case contigo, y termina con todo el espectáculo.”
Y Booz les dice, “oh no, todavía hay dos capítulos en el libro – tranquilos.”
Ahora imagínese a Rut mientras continúa trabajando, sin saber de todas las provisiones especiales y todas las instrucciones específicas que Booz ha dado para ella. Ella trabaja sin tener la menor idea de lo que está pasando.
Nosotros también, frecuentemente vivimos inconscientes todo lo que Dios está haciendo por nosotros detrás de escenas. Cada cierto tiempo, podemos ver una pista o dos, pero frecuentemente, trabajamos sin saber que Su mano está manejando todo detrás de escenas.
Permítanme agregar otro principio rápidamente.
- Principio #5: La gracia no elimina la necesidad de responder con diligencia y disciplina.
Dios obra en nosotros tanto el querer como el hacer su buena voluntad (Filipenses 2:13), Dios obra las cosas para nuestro bien (Romanos 8:28), pero Dios también colabora en la obra con nosotros, como dice Marcos 16:20, “Ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos.” Dios trabaja en nosotros, por nosotros, y con nosotros.[vi]
Note los versículo 17-18
Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.
Y lo tomó, y se fue a la ciudad…
Entendamos lo siguiente – ella no le pidió a Booz que la llevara a la ciudad a caballo, ella no les pidió a los sirvientes que desgranaran lo que había recogido, y ella no le pidió a alguien que cargara lo que habrían sido unos 11 kilos de cebada hasta la ciudad.
En su comentario de Rut, Warren Wiersbe citó el proverbio latín que dice, “La providencia no asiste al ocioso.”[vii]
Otro autor escribió, “aun Dios no va a dirigir a un auto estacionado.”
Este es el principio de la colaboración. Rut fue y trabajó, mientras tanto Booz estaba arreglando todas las cosas detrás de escenas.
De muchas formas, esto ilustra el trabajo de la iglesia – la novia de Cristo. Nosotros trabajamos para el avance del evangelio y para hacer discípulos.
Jesucristo dijo,
…La mies es mucha, más los obreros son pocos (Mateo 9:37)
- Vernon McGee comentó este texto diciendo, “muchos cristianos cantan con todas sus fuerzas, anhelo trabajar por el Señor, y luego se van y no hacen nada.”[viii]
Esto me hace acordar un coro antiguo, en donde el Señor dice, “mi casa está llena y mis campos vacíos, ¿quien irá a trabajar para mi hoy?
Rut necesita ayuda de parte de Dios, pero ella no se queda de brazos cruzados. Ella está dispuesta a trabajar mientras Dios se lo permita.
Ahora, después de un largo día, Rut llega a casa agotada, pero satisfecha.
Quizás, últimamente se ha podido identificar con Rut. Quizás ha estado trabajando duro en un ministerio; quizás esta balanceando el tiempo entre dos trabajos; enfrentando desafíos en la universidad, esforzándose para hacer su trabajo con excelencia y glorificar a Cristo; quizás está pasando por pruebas difíciles; quizás está criando a sus hijos a amar a Dios, y apoya su cabeza sobre la almohada a la noche agotado, pero satisfecho. O quizás esta solo agotado y no muy satisfecho porque todavía hay tanto que hacer.
Ha notado que generalmente los cristianos con los que sabe que puede contar para lo que sea, son los mismos que parecen estar metidos ya en un montón de responsabilidades.
No tomemos la gracia por sentada. De hecho, no esperemos la gracia mientras estamos sentados – de brazos cruzados. El apóstol Pablo nos anima en Romanos 12:11 diciendo,
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
Trabajemos de tal manera que, cuando el Señor vuelva por nosotros, nos encuentre necesitando un descanso.
- La gracia toma la iniciativa y toma el primer paso
- La gracia nos sorprende con su provisión y protección
- La gracia se pone el overol y sirve a quien no lo merece.
- La gracia generalmente trabaja detrás de escenas para proveer para el amado.
- La gracia no elimina la necesidad de responder con diligencia y disciplina.
Permítame darle un principio más que podemos recoger de los campos de Booz
- Principio #6: La gracia que obra en la vida de una persona suele extenderse en la vida de otros a su alrededor.
Note, en el versículo 17, que Rut tiene su efa de cebada; la cual, a todo esto, es una cantidad suficiente como para vivir por al menos un mes. Ahora note el versículo 18.
Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio a Noemí.
Esto se refiere a la comida que le había sobrado a en el almuerzo. Noemí ni siquiera necesita cocinar. Ella puede sentarse tranquila y comer como no lo ha podido hacer hace tiempo. Continúe en los versículos 19-20.
Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.
Créame, él va a ser bendecido.
Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.
Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.
Noemí le echa un vistazo a los 10 kg de cebada, mira a Rut, y empieza a sonar la marcha nupcial en su cabeza. Y a todo esto, esta es la primera vez en el libro de Rut que vemos que Noemí alaba a Dios.
La gracia de Dios llenó la vida de Rut hasta rebalsar sobre la vida de Noemí.
Ahora, no malentienda lo que está pasando. El gozo no Noemí no está basado en la vida, el testimonio o la experiencia de Rut. De la misma manera, nuestro gozo y esperanza no basa en el testimonio o la experiencia de otra persona.
Lo que debemos observar es que Noemí tiene esperanza en Booz, en lo que Booz había prometido, y en lo que Booz tenía la capacidad de hacer aún.
¡Esta es la misma fórmula para el gozo del cristiano! Nuestra esperanza no se encuentra en nada ni nadie sino en Jesucristo. Confiamos en Cristo porque sabemos quién es Él; porque sabemos lo que Él ha hecho por nosotros, y porque sabemos que Él va a cumplir todo lo que nos ha prometido.
Así que Rut vuelve el siguiente día a los campos de Booz – que, a decir verdad, se han convertido en los campos de la gracia. El versículo 23 nos cuenta que ella
Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo
Esto habrían sido alrededor de 7 semanas.
¿Cree que Booz habrá invitado a Rut a almorzar de nuevo? Seguramente. No se nos dice en la Biblia, pero no sería difícil imaginarlo.
Al final del tiempo de la cosecha, Rut y Booz están completamente enamorados.
Conclusión
Antes de dejar esta escena por ahora, permítame dejarle dos verdades más acerca de la gracia.
- Primero, la gracia no obra esporádicamente en nuestras vidas, sino que obra continuamente.
Ya sea que la notemos o no, la gracia está obrando en nosotros en este mismo momento.
- Segundo, nosotros no entramos y salimos de la presencia de la gracia dependiendo el momento – nosotros vivimos bajo la gracia.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra (2 Corintios 9:8)
Querido oyente, estamos rodeados de gracia. ¡Si nuestros ojos la vieran, si nuestros corazones la sintieran y nuestras mentes apreciaran la gracia de Dios que obra en todo momento en nuestras vidas!
Pidámosle a nuestro Redentor que nos ayude a ver y sentir su amor y provisión para con nosotros, sus amados, mientras continuamos un nuevo día con nuevas presiones, nuevos desafíos y nuevas demandas.
Pidámosle a El que nos ayude a apreciar y entender que también nosotros, como Rut, estamos recogiendo espigas en los campos de la gracia.
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[i] The Wisconsin State Journal, “Parade” ed., http://preachingtoday.com.
[ii] John Newton, “Amazing Grace,” (1760).
[iii] J. Vernon McGee, Ruth: The Romance of Redemption (Thomas Nelson, 1981), p. 81.
[iv] Robert L. Hubbard, The Book of Ruth (Eerdmans, 1988), p. 175.
[v] A. Boyd Luter, God Behind the Seen (Baker Books, 1995), p. 52.
[vi] Warren W. Wiersbe, Be Committed (Victor Books, 1993), p. 30.
[vii] Ibid., p. 29.
[viii] McGee, p. 82.