Introducción
Una mujer de 27 años, en Florida, entró a un McDonalds para pedir el combo de 10 McNuggets. Después de esperar en la fila por un tiempo, finalmente llegó al mostrador y le dijo al empleado lo que quería ordenar. El empleado tomó su orden y recibió el dinero. Fue solo después de todo esto que el empleado se enteró que ya no quedaban McNuggets. El fue entonces a explicarle la situación a la mujer, y le dijo que ella necesitaba escoger algo distinto del menú. Ella no quiso y pidió que le devolvieran el dinero.
El empleado se disculpó con la mujer y le dijo que todas las ventas eran definitivas. Sin embargo, le dijo que ella podía pedir cualquier otra cosa del menú, aun si era más caro.
“No,” insistió la mujer, “deme mis McNuggets o devuélvame el dinero.” Ella no quiso el Big Mac, ni el “cuarto de libra con queso”. Según las noticias, ella estaba tan frustrada que sacó su teléfono y llamó a la policía. Aparentemente la policía no la tomó en serio porque tuvo que llamar tres veces.
¡Esta era una emergencia!
Esta mujer nunca recibió sus McNuggets, pero recibió una multa cuando llegó la policía por haber hecho uso indebido del número de emergencias.[i]
Cuando leí esto, pensé, ¿cuantas personas tratan a Dios como un empleado de McDonalds? Quiere algo, lo pide, y hace lo posible para tenerlo, pero Dios no responde como esperaba. Es más, tiene que esperar, preguntándose por qué su orden todavía no sale.
El cristiano tiene que esperar que Dios responda, aunque no tenga la menor indicación, ni la menor garantía de que él va a responder como queremos; y luego, tiene que aceptar lo que sea que Dios le da, sin importar lo que sea.
Esta es, querido oyente, una prueba clave en la vida del creyente, donde Dios busca que crezcamos en paciencia y sumisión a Su plan soberano.
Creo que podemos identificarnos mejor con las palabras de Margaret Thatcher, quien fue primer ministro de Inglaterra, y dijo una vez. “soy extremadamente paciente, dado que, al final, siempre consigo lo que quiero.”[ii]
Todos lo seriamos, ¿o no?
Permítame compartirle una oración que encontré en el libro llamado el Valle de la Visión. La escribió un puritano, líder de una iglesia, muchos años atrás. Admitió. El oró,
Cuando Tu [Dios]deseas guiarme
Controlo mi vida
Cuando deseas reinar en mi
Yo gobierno mi vida
Cuando debiera depender de Tu provisión
Busco proveer para mí mismo
Cuando debiera confiar en tu providencia
Sigo mi propia voluntad
Cuando debiera honrarte y confiar en Ti
Me sirvo a mí mismo
Señor, mi mayor deseo
es devolverte mi corazón.[iii]
Esta es la honesta confesión de un corazón que admite lo difícil que es esperar y someterse a Dios, cuando no hay garantía alguna de obtener lo que queremos.
Hoy continuamos con la historia de Rut, y la vemos en una situación similar. Ella se encuentra en un momento que requiere paciencia, y sumisión a la voluntad de Dios.
Hemos observado como Rut le expresó su amor a Booz, y él respondió diciendo que haría todo lo posible para convertirse en su pariente redentor. Según la ley del Antiguo Testamento, el pariente redentor era la persona que podía casarse con ella, redimir los bienes de su familia, y tomar a su suegra, Noemí, bajo su cuidado.
El problema es que hay otro pariente más cercano que Booz. Por lo tanto, tiene preferencia legal para comprar las tierras que le pertenecían al esposo de Noemí; él también tiene preferencia legal para casarse con Rut. Él podía redimir y casarse con Rut, con todo lo que eso implicaba, o podía decir que no, pero él tenía que escoger primero.
Como vimos en estudios pasados, ambos Rut y Booz, en una gran demostración de honestidad, demostraron que estaban dispuestos a someterse a la ley de Dios.
Booz va a ir a hablar con ese hombre para resolver el asunto, mientras Rut se queda con Noemí esperando. Sin duda, el día más largo de la vida de Rut está a punto de empezar.
Booz Hace una Promesa
Volvamos a Rut capítulo 3 y note la promesa que Booz le susurra a Rut aquella noche cuando declararon su amor uno por el otro. Mire el versículo 13. Booz le dijo a Rut,
Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere [este es el otro pariente], bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová.
Me encanta el ultimo comentario que revela la pasión y la emoción de Booz
Yo te redimiré, ¡vive Jehová!
Él dice literalmente, “te lo juro por Dios.”
Booz está haciendo un juramento, un voto, una promesa de que él va a redimirla a cualquier costo, y que ella puede creer en su promesa con la misma confianza con que ella puede creer en la existencia de Jehová.[iv]
Quizás cuando era niño dijo algo como, “te lo prometo, sino que me parta un rayo y me pise un tren.”
Un adultos puede decir, “lo juro por mi madre,” o por algo extremadamente valioso.
Booz está haciendo la promesa más solemne que existe al decir, “Tan cierto como Dios vive, es que voy a cumplir mi promesa.” En otras palabras, “Rut, si el otro pariente no te redime, te juro por Dios, que yo te voy a redimir.”
Booz Entrega Provisiones
Booz no solo hace una promesa, sino que también entrega provisiones para Rut. La mañana siguiente, Él le da suficiente alimento como para cubrir todas sus necesidades y las de Noemí por al menos dos semanas.
Booz fue precavido. Era posible que su pariente no estuviera en la ciudad y que se tardara en encontrarlo. Booz no quiere que Rut quede sin provisiones y se vea forzada ir a buscar dinero en otro lado, así que él la llena de alimentos.
Temprano, la mañana siguiente, Rut camina devuelta a su hogar, mientras Booz va a la entrada de la ciudad donde va a ejecutar su plan.
La Pregunta de Noemí
Ahora note lo que pasa cuando Rut llega a casa en el versículo 16,
Cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta dijo: ¿Cómo te fue, hija mía?
En hebreo literalmente leemos, “¿quién eres?”
Esto suena extraño, pero no significa que Noemí no reconoció a Rut cuando entró a la casa. La idea de esta frase es, “bueno, ¿de quién eres ahora?”
En otras palabras, “ahora que ya hablaste con Booz en la era y le contaste de tu deseo, estoy hablando con la futura esposa de Booz ¿o no? ¿Quién eres ahora?
Distintas versiones tratan de traducir esta frase de forma de que entendamos mejor a lo que Noemí se quería referir, al decir eso. Mi versión de la Biblia dice, “¿como te fue?” Otras dicen “¿que hay?” o, “¿que sucedió?”
Noemí básicamente pregunta, “¿dijo que sí?”
Ella está lista para la boda. Noemí ya está pensando en los arreglos florales y el vestido de novia.
Continúe en el versículo 16
Y le contó todo lo que el hombre había hecho por ella.
En otras palabras, Rut le explicó que Booz había prometido redimirla si el otro pariente no lo hacía.
El Consejo de Noemí
Luego, Noemí le dijo a Rut en el versículo 18.
Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.
“Espérate”, quizás su traducción diga, “ten paciencia.”
¿Es broma? ¿Ten paciencia?
No tengo la menor duda de que este debe haber sido el día más largo en la vida de Rut.[v]
Debe haber sido el día más largo para Noemí también. Ella y Rut probablemente anduvieron nerviosas todo el día – mirando por la ventana; dando vueltas en casa; saliendo cada vez que escuchaban que alguien pasaba por la calle; sentándose con la puerta abierta para ver si algún mensajero venía a darle las noticias.
“Espérate”
Rut no podía hacer nada. Ella es incapaz de redimirse, o de ayudar en su redención. La ley solo revela la condición en que está, ella se encuentra en completa dependencia de su redentor.[vi]
Qué ilustración más bella para el creyente – quien es la novia de Cristo.
Como Rut, todo lo que hacemos es decirle a Cristo que lo amamos y que queremos estar bajo su autoridad y cuidado; queremos estar bajo sus alas. Cuando lo hacemos, descubrimos que Cristo nos amó primero e hizo todo lo necesario para redimirnos.
Solo Cristo es capaz de cumplir las condiciones de la ley. Solo Él puede pagar el precio de nuestra redención – asumir y pagar nuestra deuda – e incorporarnos en su familia como su novia. Nosotros, incapaces de hacer nada más, simplemente dependemos en Él y lo que Él hizo por nosotros.
Así que espera Rut, ten paciencia.
Ahora, ¿a alguien le gusta esperar pacientemente por algo importante? ¿Hay alguna persona paciente escuchando el programa? No lo creo.
Por ejemplo, a mí me frustra esperar por el ascensor. De hecho, he notado que cada vez que me subo al ascensor, inmediatamente apreto el botón para cerrar las puertas. Si alguien viene detrás, pues mala suerte. Necesitan aprender paciencia.
Cuando era niño, siempre temblaba cuando mis padres recibían mi boletín de notas. En el boletín había dos columnas. En una estaban las notas, y en la otra había comentarios de parte del profesor, evaluando mi conducta. Mis padres tomaban esta sección más seriamente que la sección de notas. Siempre, los comentarios decían cosas como “Stevie no se queda quieto en su silla; Stevie habla mucho en clase; Stevie hace desorden en clases.
¿Como puede uno esperar pacientemente cuando sabe que viene el recreo o la hora de almuerzo o la clase de gimnasia, o las vacaciones? Son cosas emocionantes.
Lo frustrante es que realmente no he mejorado. Bueno, un poco – pero no le pregunte a mi esposa.
Francamente, este es un desafío constante en mi vida, y quizás en la suya también.
Esperar, ser paciente – mientras nuestro redentor va a trabajar.
La forma imperativa del verbo hebreo “sebi,” espérate, también da la idea de “quédate” o incluso “cálmate.”[vii]
Ahora eso sí que es complicado.
Un granjero tiene que aplicar este verbo constantemente mientras espera que sus cultivos crezcan. En otras palabras, ¿que gana con caminar en círculos por el campo? Todo está en las manos de Dios.
Así que todo esto se reduce a un tema de confianza – a someterse a lo que Dios, en Su soberanía, decida entregarnos. Y en este sometimiento se encuentra la fortaleza para esperar pacientemente.
Note la razón que Noemí le da a Rut para que espere con paciencia. Las últimas palabras del versículo 18 dicen,
Booz no va a descansar hasta que concluya el asunto hoy
Rut puede descansar porque Booz no lo va a hacer
Rut puede esperar porque Booz no lo va a hacer.
Rut puede sentarse y esperar pacientemente porque Booz va a estar moviéndose y obrando para redimir a su novia.
Esta semana fui a través de la Biblia buscando frases a similares, que incluían esta palabra en hebreo que aquí traducimos “espérate” o “ten paciencia.”[viii]
Encontré algunos usos interesantes. Quizás recuerde la fascinante escena cuando los israelitas salen de Egipto después de la plaga de los primogénitos. Faraón, enojado deja salir al pueblo, e Israel toma sus cosas y se marcha rápidamente. Sin embargo, Faraón cambia de opinión, y en un arranque de ira, ordena que todo carruaje y soldado disponible en la tierra de Egipto salga persiguiendo a Israel.
Israel, para ese entonces, estaba acampando en las orillas del mar Rojo. Los israelitas entran en pánico porque saben que están atrapados.
Luego, Dios dice a su pueblo a través de Moisés,
No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy (Éxodo 14:13).
Encontramos una frase parecida en Job 37 cuando Dios le dice a Job,
Presta atención a esto. ¡detente y considera los maravillosos milagros de Dios! (Job 37:14)
Job está profundamente desanimado, y desesperadamente enfermo, sin embargo, Dios le dice que se someta pacientemente a Su voluntad. Y, mientras él está quieto, debe considerar la gloria de la creación de Dios.
Paciencia.
Cuando Israel había caído en convicción por sus pecados como nación, durante el avivamiento de Nehemías, los levitas calmaron al pueblo diciendo,
Callad, porque el día es santo, no os entristezcáis (Nehemías 8:11)
Cuando somos tentado a pecar, el Salmista David aconseja al creyente,
Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. (Salmo 4:4)
Cuando estamos preocupados por la corrupción en el mundo y el aparente retraso de Dios para hacer algo al respecto, David escribe,
Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino (Salmo 37:7)
Obviamente, el famoso pasaje en el cual seguramente habrá pensado es Salmo 46:10, cuando David escribe el consejo de parte de Dios, quien dice,
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. (Salmo 46:10)
En otras palabras, la provisión, el poder y la gloria de Dios no se han acabado. Lo mejor está por venir.
Me encanta lo que David dice en el Salmo 83:1
Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Este es la misma idea que Noemí tiene en mente.
El creyente puede estar quieto, callado, y en silencio porque su Redentor no lo está, sino que se encuentra obrando incansablemente.
- Intercediendo por el creyente (Hebreos 7:25).
- Obrando en el creyente (Filipenses 2:13).
- Obrando en todas las cosas para realizar su buen propósito en el creyente (Romanos 8:28).
Este quieto, descansando en silencio, porque Dios no lo está.
“Rut, espera… descansa…confía – tu redentor está obrando.”
Un autor escribió acerca de cuando era niño y se acurrucaba en el asiento trasero del auto mientras su papa manejaba de noche. Él dijo, “me sentía tan seguro allí, con mi papa conduciendo.”
Sin embargo, a veces su abuela viajaba con ellos. Ella siempre se sentaba al borde del asiento de copiloto, dando nerviosas instrucciones cada cinco minutos. Cada vez que un auto venía de frente, ella decía, “cuidado… no tan cerca del otro carril… no tan rápido.”
Quizás está pensando, “bueno, eso sí que suena familiar.”
Este autor continuó escribiendo, “Estoy convencido de que mi abuela nunca disfrutó viajar con nosotros. ¿Por qué? Porque ella no confiaba a mi padre. Y ya que ella no confiaba en su habilidad para manejar, ella no podía descansar en el viaje.”
Me encanta la forma que este autor termina su historia. “La abuela y yo llegamos a nuestro destino al mismo tiempo. Pero uno de nosotros llegó allí nervioso y cansado, mientras que el otro llegó feliz y descansado. La única diferencia fue que yo estaba aprendiendo a descansar en el cuidado de mi padre.”
Noemí no le dio este consejo a Rut porque era fácil de aplicar u obedecer.
La verdad es que este consejo nunca es fácil de seguir, pero no es imposible. Es posible permanecer quieto, en silencio, y con paciencia. La forma en que respondemos a nuestras circunstancias está directamente relacionado a la profundidad de nuestra confianza en Dios y su obrar en nuestra vida.
Nada de lo que está bajo su control alguna vez puede salirse de control.[ix]
¿Como es usted para esperar? – por esa llamada; por esa carta de aceptación; por ese reporte del doctor; por esa invitación; por ese contrato; por esa entrega; por esa cirugía; por esa resolución?
Necesitamos entender y apreciar el enorme cuidado, preocupación, dirección y ministerio que nuestro redentor realiza sin nuestra ayuda.
Obviamente, esto no significa que no hacemos nada. Hay cosas que Él quizás quiere que hagamos, pero hay cosas que solo él puede hacer – y la forma de saber la diferencia es cuando llegamos al punto en que no podemos hacer nada. Allí es cuando debemos guardar silencio, ser pacientes, esperar quietos, y saber que Él es Dios.
Pensando, me di cuenta de que cada cristiano va a llegar al nuevo Cielo y la nueva Tierra al mismo tiempo. Incluso aquellos que manejan más rápido no van a llegar más rápido. Me pregunto cuántos van a haber disfrutado del viaje; cuantos habrán vivido descansando en el poder y los tiempos de Dios.
Así que tomemos una silla y sentémonos junto a Rut. Quizás para usted, el versículo que más impactante en todo este libro sea este – capítulo 3, versículo 18
Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto;
Descanse con la seguridad de que nuestro redentor está obrando hoy en su vida.
Para mí, la gran lección detrás de todo esto, es que necesitamos confiar más en el poder y el carácter de nuestro redentor.
Recuerde…
Estad quietos – está relacionado con – saber que yo soy Dios
Él sabe qué hacer, como hacerlo, y cuando hacerlo mucho mejor que nosotros. Él es Dios, así que no se estrese por cosas que están fuera de su control. Él va a dar el mejor resultado, el cual será según Su soberana voluntad.
El tiempo que Rut tuvo que esperar – y el tiempo que nosotros tengamos que esperar – solo crea una mayor anticipación y gozo cuando el redentor finalmente llega y nos lleva a casa, o trae la resolución a los problemas, o provee una respuesta.
Permítame concluir con las palabras de un bello himno,
Oh, Dios de mi alma, ¡sé tú mi visión!
nada te aparte de mi corazón.
Día y noche pienso en ti,
y tu presencia es luz para mí.
Sabiduría sé tú de mi ser,
quiero a tu lado mi senda correr,
del alma amparo, mi torreón;
a las alturas condúceme, Dios.
Riquezas vanas no anhelo, mi Dios,
ni el hueco halago de la adulación;
tú eres mi herencia, tú mi porción,
Rey de los cielos, tesoro mejor.[x]
Que Dios nos de esta visión, y nos llene de esta confianza para que podamos esperar – para que podamos permanecer quietos, en silencio, sabiendo con gozo y paz que Él es Dios.
—
[i] http://news.yahoo.com/s/ap/20090303/ap_on_fe_st/odd_mcnuggets911, Associated Press. “Florida Woman Calls 911 3 Times Over McNuggets,” 3/3/09,
[ii] Robert J. Morgan, Nelson’s Complete Book of Illustrations (Thomas Nelson, 2000), p. 600.
[iii] The Valley of Vision, quoted by Charles Swindoll in Intimacy With the Almighty (Word Publishing, 1996), p. 70.
[iv] Robert L. Hubbard, Jr., The New International Commentary on the Old Testament: Ruth (Eerdmans, 1988), p. 219.
[v] Stanley Collins, Courage and Submission: A Study of Ruth & Esther (Regal Books, 1975), p. 33.
[vi] M. R. DeHaan, The Romance of Redemption (Zondervan, 1958), p. 119.
[vii] Hubbard, p. 227.
[viii] Warren W. Wiersbe, Be Committed (Victor Books, 1993), p. 49.
[ix] Swindoll, p. 72.
[x] Anonymous Irish hymn, c. 8 century, “Be Thou My Vision,” translated by Mary E. Byrne (1880-1931).