Introducción
Hace varios años, estaba sentado en la antesala de una clínica médica en Togo, África.
Sentado a mi lado estaba un miembro de un equipo misionero que también había viajado para pasar un par de semanas ayudando en la misión. No lo había visto en años, pero lo había conocido cuando era un joven estudiante de seminario años atrás.
Mientras nos poníamos al día y hablábamos de la vida, él dijo algo que, hasta el día de hoy, me ha hecho pensado a menudo.
Él me dijo: “¿Sabes que? He sido desafiado por el hecho de que Dios no nos describe como Su ganado… sino como Sus ovejas. El ganado es arreado… las ovejas son guiadas.” Y luego dijo: “Estoy tratando de hacer un cambio en mi caminar cristiano de ser arreado… a ser guiado.”
El problema es que ser guiado solo funciona si el creyente está dispuesto a seguir al Pastor. Apenas hemos comenzado a estudiar la oda de David a su Pastor personal, maravilloso y cariñoso – el Señor vivo y verdadero – y notamos que él menciona el hecho de que él no siempre estuvo dispuesto a seguirlo.
En el Salmo 23:3, donde queremos retomar nuestro estudio, David escribe esta frase que solo tiene sentido dentro del contexto de una oveja descarriada.
David escribe: [Jehová] confortará mi alma.
El verbo hebreo traducido “confortará” da la idea de reparar o girar – como en, volver atrás; traer de vuelta.[i]
David está hablando del peligro de las ovejas que necesitan que las den vuelta y las vuelvan a poner de pie. Literalmente se refiere a las ovejas que se han caído – a veces traducido en los Salmos como estar derribado o abatido.
Phillip Keller, quien fue pastor de ovejas, escribe: Así es como sucede; una oveja pesada o de vellón largo se echa cómodamente en algún pequeño hueco o depresión en el suelo. Puede rodar ligeramente de costado para estirarse o relajarse. De repente, el centro de gravedad del cuerpo se desplaza de modo que gira sobre su espalda lo suficiente como para que sus patas ya no toquen el suelo. En ese momento sentirá una sensación de pánico y comenzar a patear [el aire], lo que solo empeora las cosas. Gira aún más y ahora es imposible que la oveja vuelva a ponerse de pie.[ii]
Keller continúa describiendo que las ovejas son como muchos insectos: todo lo que pueden hacer es mover las patas en el aire.
Sin embargo, el problema ahora es que gases empezarán a acumularse en el rumen – tuve que buscar lo que esto significa. El rumen es un compartimiento del estómago – la primera de las cuatro cavidades del estomago de las ovejas y otros animales rumiantes. Allí es donde los alimentos parcialmente digeridos fermentan y se descomponen en ácido.
En resumidas cuentas, ¡esto no es bueno!
Así que ahí están, boca arriba, agitando sus patas en el aire, incapaces de darse la vuelta y sintiéndose cada vez peor a medida que pasa el tiempo.
De hecho, Keller agrega, si el clima es cálido y soleado [el proceso se va a acelerar y], la oveja caída puede morir en solo unas pocas horas o incluso antes porque los animales salvajes hambrientos siempre están al acecho.[iii]
Los pastores notarán si hay buitres dando vueltas; ya que esto puede estar indicando el hecho de que hay una oveja caída, o atascada… está indefenso. No puede recuperar ponerse en pie.
Para esa oveja solo hay una solución: el pastor.
¿No es maravilloso recordar que tenemos un Pastor personal y omnisciente que sabe exactamente cuándo y dónde necesita ser restaurado?
La verdad es que las ovejas siempre se atascan – siempre se meten en problemas.
Timothy Laniak escribió en su diario sus experiencias mientras trabajaba con pastores de ovejas en Medio Oriente. Él comentó que incluso las ovejas mas fuertes que viven en las montañas meten sus cabezas entre las vallas y se cortan o se atascan; tratan de trepan a los arbustos para comer sus hojas, pero terminan colgando de sus cuernos; caen por barrancos, las muerden las serpientes y las pican las avispas. Se caen al agua y comen cosas que no les convienen. Ruedan sobre sus espaldas y se hinchan como globos… pero – escuche esto – cada problema y aflicción que enfrenten puede ser solucionado por un buen pastor.[iv]
Querido oyente, quien es su pastor hace toda la diferencia en el mundo. David está diciendo: “Resulta que tengo a Jehová como mi pastor, y Él está siempre listo y disponible, una y otra vez, cuando me meto en problemas o me he quedado atascado o enredado… y me pone de nuevo en pie.”
Esta es una de las áreas en las que generalmente malentendemos al Señor.
Tenemos la idea de que cuando un cristiano se cae – cuando se queda atrapado en un hueco, valle o trampa, Dios se siente frustrado, disgustado y harto de nosotros. “¡Esa es la octava vez esta semana que vengo a sacarte y ponerte en pie!”
Ese no es el corazón de nuestro Pastor.
Él está constantemente observando… listo y dispuesto a ir a buscar a la oveja caída.
Piénselo: ¿alguna vez fue a Cristo y confesó su pecado solo para descubrir que Él no estaba de humor; así que tuvo que convencerlo de que lo escuchara?
¿Alguna el Señor le ha dado la espalda? ¡Nunca!
Jehová, el Buen Pastor, está atento a sus ovejas caídas.
Y David dice aquí: Yo sé lo que es ser una oveja caída, pero mi Señor, mi Pastor, me pone de nuevo en pie.
Note la siguiente frase en el versículo 3. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Me guiará por sendas – esa palabra traducida “sendas” se puede traducir literalmente como “huella de carreta.”[v]
Incluso más literalmente “surcos.”
Un autor parafraseó este versículo de esta manera: “Él me conduce por los senderos de la justicia.”[vi]
La verdad es que siempre estamos viajando en un sendero o creando uno nuevo. Nuestras vidas se componen de patrones y hábitos; la pregunta es, ¿son senderos justos? En pocas palabras, ¿son caminos de rectitud?
Parte del problema de las ovejas es que se siguen unas a otras tan rápido como siguen al pastor.
Otro pastor de ovejas escribió: “Un día de julio de 2005; Una oveja saltó a un precipicio y murió; luego otra la siguió y otro, y luego docenas más. Habiendo dejado a sus rebaños pastando mientras desayunaban, pastores turcos atónitos veían ahora como casi 1.500 ovejas saltaban del mismo acantilado. Las primeras 450 murieron. [Las otras sobrevivieron sólo porque aterrizaron sobre las ovejas de abajo.] La tragedia sucedió claramente porque a las ovejas se les permitió vagar por un sendero equivocado. Sin darse cuenta de lo que les esperaba, cada una simplemente siguió a la siguiente al acantilado.[vii]
El problema es el siguiente: cuando una oveja encuentra una senda, otras simplemente siguen la cola de la oveja que tiene delante.
Ahora, en los campos de Belén donde David cuidaba sus ovejas habían muchos caminos. Incluso un pastor contemporáneo escribió que todos los pastores de su región saben cual sendero pertenece a cuál pastor.
En otras palabras, no todos conducían al mismo lugar.
Y los pastores se aseguran de que sus ovejas literalmente caminen por el sendero correcto.
David escribe, siempre puedes identificar el camino del Señor, es un camino marcado por patrones y hábitos de justicia, rectitud con Dios.
Me acuerdo de una vez que iba con mi hija por el sendero, por así decirlo. Ella tenía unos 6 años y me estaba acompañando a hacer un recado. Estaba manejando cuando, de repente, ella me dijo: “Uh, papi, casi vas a 90.” Nunca debería haberle enseñado a leer el velocímetro. Hubo un largo silencio. Y luego habló otra vez y me dijo: “Papá, el límite de velocidad es de 75.” En serio, ¿por qué le enseñé a leer las señales de límite de velocidad? Luego me preguntó: “¿Nos detendrá un policía?”
¿Has estado hablando con tu madre? No. No le dije eso. Simplemente disminuí la velocidad.
Uno de los motivos por los que Dios nos ha dado el Espíritu Santo es para que Él pueda hacer internamente lo que mi hija hizo externamente.
Es esa voz suave y apacible que dice: “No estás en la senda de justicia. Este no es un hábito que promueve la rectitud con Dios. Solo porque todos los que te rodean están haciendo lo mismo, no tienes que seguirlos… no tienes idea de cómo es ese acantilado justo al final del camino.”
“¿Qué pasa con tus hábitos de lectura bíblica? ¿Estas meditando en la verdad de la palabra de Dios; Orando; sirviendo; buscando la sabiduría de otros que han estado caminando por el sendero recto más tiempo que tú?”
Hasta el día de hoy usamos la frase “mantener el rumbo.” Ese es un término resuena con el consejo de David en este Salmo… asegúrese de mantener el rumbo – de caminar por el sendero correcto.
Asegúrese de seguir al Pastor. Especialmente porque incluso cuando está siguiendo al Pastor, su camino a menudo se oscurece.
Note el siguiente versículo, Salmo 23:4. Aunque ande en valle de sombra de muerte…
Note que David no escribe, “Si ando… ” No, no, no “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno”.
¿Por qué?
Porque Tú estarás conmigo.
Note también el cambio de pronombres de Él a Tu
Hasta ahora hemos leído;
- [Él] me hará descansar;
- [Él] me pastoreará.
- [Él] confortará mi alma;
- [Él] me guiará
Pero ahora dice, Tu estarás conmigo. David demuestra la intimidad que goza esta relación – no es solo Él – ese pastor. No. Tu estás conmigo.
¿No es cierto que nunca estamos más conscientes – nunca estamos más agradecido por la presencia personal de Dios – como cuando pasamos por el valle?[viii]
Y tenga en cuenta que no puede tener una sombra sin una fuente de luz. Esta es la presencia del Señor, que es la luz (Juan 3:19).
Y note que David no escribió aquí: “Aunque ande por el valle de la muerte”. Él escribió: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno”.
La sombra de un lobo o un león no puede morderle; la sombra de un oso no puede destruirle; la sombra de la muerte no puede atraparle.
Es solo una sombra.
Me encanta la ilustración del pastor Donald Barnhouse, quien pastoreó durante muchos años en el área de Filadelfia. Mientras pastoreaba, sufrió la repentina muerte de su esposa. Tenían dos niños pequeños en ese momento. Cuando volvían del funeral, se detuvieron en un semáforo. En el carril de al lado se detuvo un gran camión de 18 ruedas, bloqueando la luz del sol. Cuando el camión se apartó, él se dio cuenta de que el Señor le acababa de dar una ilustración para consolar a sus hijos. Él les dijo: “Niños, ¿se dieron cuenta de cómo ese gran camión nos dio sombra?” “Sí” le dijeron. “Bueno, niños, ¿esa sombra nos lastimó? ¿Nos detuvo?” Ellos dijeron: “Oh, no, papá, una sombra no puede hacernos eso.” Y él dijo: “Niños, la Biblia dice que caminamos por el valle de sombra de muerte. La muerte no lastimó a mamá y tampoco la detuvo; ahora está en el cielo.”
Estar ausente del cuerpo, escribió Pablo, para el creyente significa estar inmediatamente en la presencia del Señor (2 Corintios 5: 8).
El agarre de la muerte no es más poderoso que una sombra.
Este valle de sombra de muerte, entonces, no es un callejón sin salida… es una autopista.
Y siempre está ocupada. Más de 150.000 personas mueren cada día. Al alrededor de 55 millones de personas mueren cada año en el mundo.
Querido oyente, el valle de sombra de muerte se parece más a una autopista y en cualquier momento parece que es la hora punta.
A menudo recuerdo el hecho de que:
No estamos en la tierra de los vivos rumbo a la tierra de los moribundos; Estamos en la tierra de los moribundos, ¡rumbo a la tierra de los vivos!
Y note que David no escribe, “Aunque me detengo en el valle. . . ” No. Él se está moviendo a través de este.
De hecho, David tampoco dice que va a morir allí.[ix]
Él no escribe: “Aunque muera en el valle de sombra de muerte”. David dice: “¡Lo estoy atravesando!”
La palabra que David usa para la “sombra de muerte” es un sustantivo compuesto que se puede traducir como, sombras profundas.[x]
Otro erudito del Antiguo Testamento lo traduce como “tinieblas mortíferas.”[xi]
David ciertamente puede estar incluyendo el contexto temible de la muerte, pero dado el contexto de la relación entre la oveja y su pastor, es más que probable que esto se refiera a un evento común en la vida de las ovejas, algo demasiado frecuente y peligroso.
Las ovejas encuentran buenos pastos y abundante agua en los valles. Pero los valles son lugares de grave peligro también. Los animales salvajes viven allí (ellos también quieren el agua). Acechan en las rocosas laderas de los montes. Además, las tormentas repentinas pueden inundar el valle en muy poco tiempo.[xii]
Y dado que el sol no brilla tan bien en el valle, realmente hay sombras que presagian peligro.
Pero tenga en cuenta esto: Las ovejas entran en el valle porque son guiadas allí por el Pastor. Incluso los valles son parte de la voluntad del Pastor.
Y David dice: “No tengo miedo porque – y solo porque – estoy seguro y consciente de la presencia de Jehová – mi Pastor personal.
Job entró en un valle oscuro, ¿no es así? Y en medio de ese valle de aflicción, él usó la misma palabra que usa David; Job dice: “El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca a luz la sombra de muerte” (Job 12:22).
Cuando Isaías profetizó sobre la venida del Mesías, él también usó la misma palabra. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos (Isaías 9:2).
Esta es la luz de la presencia del Pastor.
El valle al que se refiere David simboliza las pruebas dolorosas y peligrosas de la vida; realmente no podemos evitar el valle, pero hay luz, compañerismo y confianza en la presencia del Pastor que nos guio hasta allí. Después de todo, es un lugar de pastos abundantes y agua limpia.
Ahora David relaciona su sentido de comodidad y confianza con dos instrumentos que usa todo pastor.
En el versículo 4, él comienza hablando de la vara del pastor.
La vara se hacía típicamente de un árbol joven de aproximadamente 60 cm de altura. El abultamiento natural en el extremo de la raíz serviría como la cabeza de la vara. El pastor le daría forma, redondeando y suavizando este trozo de madera dura.
Los pastores a menudo insertaban piedras o trozos de metal en ese extremo para convertirlo en un arma.[xiii]
Sabemos que David mató animales salvajes con su vara, incluidos leones y osos.
Phillip Keller escribe que, mientras estuvo en África, disfrutó de ver a los jóvenes pastores pasar horas practicando con sus palos, aprendiendo a lanzarlos a una velocidad y precisión asombrosas.[xiv]
La vara se consideraba como una extensión del poder y la autoridad del pastor.
Incluso se han descubierto dibujos de reyes con una vara de pastor en la mano. En documentos que se remontan a los tiempos antiguos en Mesopotamia y Egipto, la vara o cetro no solo representaba poder, sino orden. Un documento muestra a un rey asirio que reinó 1200 años antes del nacimiento de Cristo que escribió lo siguiente: “Yo soy el verdadero pastor que por la justicia de mi cetro mantiene a las personas y las comunidades en orden”.[xv]
Con el pasar de los siglos, la vara de pastor eventualmente se transformaría en el cetro real.
En el Salmo 2, David profetiza que el Mesías un día gobernará a las naciones con vara – la misma palabra – solo que, cuando Él gobierne, no será una vara de madera, será una vara de hierro.
En otras palabras, Él será invencible.
Otro aspecto de la vara del pastor era el cuidado personal de las ovejas. Un pastor cuidadoso traería a sus ovejas bajo la vara, por así decirlo.
Un pastor usaría su vara para separar la lana y examinaría a sus ovejas para asegurarse de que no tuvieran heridas o problemas en la piel y otras enfermedades.
Incluso, hoy en día, en los espectáculos de ovejas, los competidores cortan y dan forma a la lana de su oveja para que se vea más grande o fuerte de lo que realmente es. Entonces, el juez tomará su vara y partirá la lana de la oveja para tener un vistazo más realista.
Tenga esto en cuenta cuando considere las palabras de Salomón de que, si detiene la vara o el castigo, ¿qué? Aborrece a su hijo – Proverbios 13:24 – Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
En otras palabras, si no los examina – si solo los mira superficial y despreocupadamente – si dice: “Oh, me parece que están bien” y se niega a poner en orden sus vidas, o al menos lo intenta, realmente no se está preocupando por ellos.
Cada padre es un pastor y pastorear no es fácil. Lleva mucho tiempo.
Cuando las ovejas entran al redil por la noche, pasan por debajo de la vara y el pastor cuidadoso inspecciona su rebaño para asegurarse de que realmente estén bien.
Y puedes imaginarse que las ovejas no siempre lo aprecian, ¿verdad? Ellas quieren comer o dormir. Las ovejas muerden… y pueden morder a su pastor.
Nuestro problema es que creemos saber más que el Señor. “Estoy bien. ¡No es nada!”
Me enviaron un correo electrónico sobre una madre, llamada Sharon, que escribió: Estaba tratando de agarrar a mi hija Emily – era hora de dormir. Emily tenía cuatro años – sólo cuatro años – y se quejaba de que no estaba lista para dormir. Le expliqué que cuando nació, Dios me dio la tarea de cuidarla, asegurarse de que comiera bien y durmiera lo suficiente por la noche. “Ahora, no estoy tratando de ser una mala madre,” explicó Sharon, “pero este es el trabajo que Dios me dio.” A lo que la pequeña Emily respondió: “Bueno, entonces estás despedida.”
Y hacemos lo mismo con nuestro Señor.
Un hombre de nuestra iglesia me envió un correo que, con humor, re-imagina la desobediencia de Adán y Eva como si fueran dos niños. Él escribió: “Cuando sus hijos estén fuera de control, recuerde que después de crear el universo, los cielos y la tierra, todos el reino vegetal y el reino animal, Dios creó a Adán y Eva… y lo primero que les dijo a sus hijos fue: “No”.
“¿No qué?” Adán respondió.
“No comas del fruto prohibido”, dijo Dios.
“¿Fruto prohibido? ¿Tenemos fruta prohibida? Eva, tenemos fruta prohibida “.
“¡No!”
“¡Sí!”
“No comas esa fruta”, repitió Dios.
“¿Por qué no? ¿Por qué no podemos? ¿Por qué no?” ambos pusieron mala cara.
“Porque yo lo dije”, dijo Dios, preguntándose por qué mejor no había dejado de crear después de haber hecho a los elefantes.
Unos días después, Dios vio a sus hijos comiendo del fruto prohibido.
“Ven aquí, le dijo Dios a Adán; ¿Qué hiciste? ¿No te dije que no comieras esa fruta?”
“Sí”, respondió Adán.
“¿Por qué la comiste?”
“Bueno”, dijo Adán, señalando a Eva, “fue su idea”.
“¡No!”
“¡Si!”
“¡No-o!”
“¡Ahá!”
“¡¡No-o!!”
Cansado de su actitud, Dios los castigó, y el castigo de Dios fue que Adán y Eva tuvieran sus propios hijos.
En contraste, esta es la solicitud apasionada de David en el Salmo 139: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
No quiero tratar de engañarte. Aquí está mi vida, mi corazón, mis motivos, mis pensamientos. Haz el papel de Pastor que yo voluntariamente hago el papel de oveja.
David también menciona otro instrumento pastoral que se llama, cayado. Salmo 23:4: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
El cayado se formaba a partir de un árbol joven con un extremo empapado en agua, calentado, frotado con aceite y doblado para que se endureciera en forma de bastón.
Estas dos herramientas de madera eran una muestra visible de las responsabilidades de un pastor.
La vara demostraba su poder, autoridad y disciplina. El cayado demostraba cuidado, atención y dirección.
Un autor escribió: “El cayado con su forma particular sería útil para acercar ramas para que sus animales pudieran comer, serviría para rescatar animales atrapados apenas fuera del alcance del pastor, levantar ovejas atrapadas en pozos, cercas, arbustos y grietas y barro.[xvi]
El cayado se usaba para levantar a las ovejas recién nacidas y colocarlas junto a sus madres.[xvii]
El cayado se utilizaría para guiar a las ovejas y mantenerlas en el camino.
Keller escribió que a menudo observaba cómo los pastores caminaban junto a una oveja, apoyando suavemente su cayado en su espalda, lo que literalmente los mantenía en contacto, como si estuvieran tomados de la mano.[xviii]
Así que aquí vamos, entrando al valle de sombras oscuras y profundas; Sin embargo, por medio del poder, la autoridad, la fuerza y la disciplina del Señor, y aún más que eso, por el toque cariñoso, amoroso y guía del Señor… podemos caminar por este valle de la mano de nuestro Pastor.
Él no le dice: “Ves ese valle oscuro allí abajo, bueno, entrarás por allí y saldrás por allá… dale, adelante. Nos vemos del otro lado.”
No. Déjame tomar tu mano. Vamos a pasar por esto juntos.
No es de extrañar que David cante: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
La fuerza y el cuidado del pastor me confortan: su vara y su cayado.
Así que tengamos eso en mente mientras atravesamos los valles de sombras profundas; rodeado de depredadores; donde tomamos pasos arriesgados y llenos de fe Pero no hay por qué temer… porque en medio de este valle vamos tomados de la mano de nuestro poderoso y amoroso Pastor.
[i] William Gesenius, edited by Brown, Driver & Briggs, A Hebrew and English Lexicon (Clarendon Press, 1980), p. 998
[ii] Phillip Keller, A Shepherd Looks at Psalm 23 (Zondervan, 1970), p. 61
[iii] Ibid
[iv] Timothy Laniak, While Shepherds Watch Their Flocks (ShepherdLeader Publications, 2007), p. 65
[v] Brown, Driver & Briggs, p. 722
[vi] Laniak, p. 201
[vii] Ibid
[viii] James Montgomery Boice, Psalms: Volume 1 (Baker Books, 1994), p. 211
[ix] Keller, p. 84
[x] Peter C. Craigie, Word Biblical Commentary: Volume 19 (Word Books, 1983), p. 207
[xi] Laniak, p. 170
[xii] Boice, p. 211
[xiii] Charles R. Swindoll, Living Beyond the Daily Grind: Book 1 (Word Publishing, 1988), p. 76
[xiv] Keller, p. 93
[xv] Laniak, p. 158
[xvi] Laniak, p. 95
[xvii] Keller, p. 100
[xviii] Ibid