Introducción
En su libro, Lo que el Dinero no Puede Comprar, Michael Sandel escribió: «Hoy, casi todo está a la venta, y si tienes suficiente dinero o conexiones puedes conseguir lo que quieras. Por ejemplo – él escribió – ahora puede comprar el derecho de saltar al frente de la fila en el parque de diversiones de Disney por $149.00. También puede comprar un paquete especial que le permite pasar al frente de la fila en cada espectáculo y atracción.
Si tiene el médico adecuado, puede comprar acceso a su teléfono celular las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por alrededor de $1,500 por año. Además, un número creciente de médicos ofrece visitas el mismo día para pacientes que deseen el servicio y puedan pagar tarifas anuales de hasta $25,000 dólares.
Incluso, en algunas prisiones, puede comprar una mejora de celda por $90 dólares la noche. Un delincuente no violento puede pagar una celda privada y limpia, para que ningún otro preso lo moleste.[i]
Así que, si tiene el médico adecuado, vive en la ciudad adecuada, tiene suficiente dinero y las conexiones adecuadas, puede acceder a una vida mucho mas cómoda.
Personalmente, creo que el pase a ser primero en línea del parque de atracciones es una gran idea. . . solo que es mucho dinero. . . pero puede meterse en el primer lugar de la fila legalmente. . . ¡Suena genial!
Hace un tiempo tuvimos un almuerzo aquí en la iglesia. . . la fila para servirse la comida estaba realmente muy larga. Yo estaba saludando a la gente y conversando… ya sabe, lentamente abriéndome paso hacia el frente de la fila. . . Tenía que saludar a los hermanos. El tema es que, cuando dieron la señal de que podíamos comenzar a servirnos, nadie me dejaba entrar a la fila. ¿Lo puede creer? ¡Al pastor! No voy a dar nombres. . . no es importante… además, ya no son miembros. Es broma.
En fin. Hemos estado estudiando el Salmo 73, y hemos visto que Asaf, el salmista ha estado realmente molesto.
Este director y líder musical del pueblo de Israel, encargado de la adoración a Dios acaba de admitir que casi abandona su caminar con Dios.
¿Por qué?
El admite abiertamente en su testimonio – versículo 2 – casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos.
Es decir, los malos parecen pasar y pasar al primer lugar de la fila, mientras que yo sigo al final, olvidado. A los impíos les sigue yendo bien y yo que he vivido en santidad sigo lleno de problemas.
En nuestro último estudio, catalogamos al menos 12 preguntas que surgieron de su envidia, celos, codicia y frustración.
Y su primera pregunta fue simplemente, ¿por qué los incrédulos tienen una vida mejor que yo?
Es decir,
- ¿Por qué los incrédulos tienen todos los contactos influyentes?
- ¿Por qué prosperan?
- ¿Por qué obtienen mejores informes médicos?
- ¿Por qué los pasan al frente de la fila?
- ¿Por qué los impíos parecen tenerlo todo en la vida y a los piadosos parece que les falta de todo?
Asaf preguntó, ¿por qué los incrédulos parecen tener menos luchas en la vida? Fíjese nuevamente en el versículo 4: no tienen congojas por su muerte.
Ahora, con esa pregunta, se está acercando un poco más a la verdad – pero no será hasta más adelante que finalmente se dará cuenta de ello.
Aquí, él dice que a los impíos les va tan bien durante la vida que parecieran deslizarse hacia la tumba.
Asaf se queja de que Dios permite que los incrédulos blasfemen sin ninguna impunidad – versículo 9 – Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra.
Por cierto, Asaf está peligrosamente cerca de acusar a Dios en estas declaraciones.
¿No es eso lo que significa quejarse? ¿No es el quejarse realmente una acusación contra Dios por no darnos lo que queremos?
Es decir, ¿no estamos realmente acusando a Dios? Todos nosotros hemos cantado la letra del Salmo 73 alguna vez en nuestra vida.
Lo peor es que Asaf llega exactamente al lugar donde esperaríamos que llegue con esa perspectiva.
Él llega a la peligrosa conclusión de que su búsqueda de vivir una vida de adoración y pureza, y hacer de eso su prioridad, fue en vano: v. 13, Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
En otras palabras, mi relación con Dios no rindió frutos y me hubiera ido mejor si hubiera vivido como un incrédulo.
Y, por supuesto, Asaf está confundido y atormentado por a esta conclusión. Note el versículo 16. Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí,
Él está diciendo efectivamente: «Dios, no entiendo; no puedo entender por qué los impíos prosperan y los piadosos sufren. . . No puedo comprender la obvia realidad de que a la gente buena le suceden cosas malas y que a la gente buena le parece ir tan mal – no es justo.
En este versículo, Asaf nos dice: mi lucha interna, al pensar en todo esto, verdaderamente me agotó.
El Punto de Inflexión
Pero ahora llegamos al punto de inflexión en la vida de Asaf.
Fue duro trabajo para mí, note ahora el versículo 17, Hasta que entré en el santuario de Dios…
La palabra traducida “santuario” en realidad está en plural. Es decir, hasta que fui a los santuarios de Dios.
Asaf se refiere a las tres subdivisiones del tabernáculo y el primer templo. Estas subdivisiones son el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. Estos constituían los tres santuarios.[ii]
Y resulta que Asaf tiene una llave maestra. El es el director del coro. El trabaja allí.
Es como si entrara al atrio y allí, tal vez por la tarde-noche, en la tranquilidad de aquel lugar sagrado, simplemente derramara su corazón delante Dios y comenzara a reflexionar, consciente que esta en la misma presencia de Dios.
Este es su punto de inflexión en su testimonio y su canción.
Note, entrando en los santuarios de Dios, comprendí el fin de ellos.
Y escuche, esta respuesta no fue un simple producto su pensar y razonar; fue producto de revelación divina.[iii]
En lugar de concentrarse en el éxito de los malvados, Asaf recuerda lo que la Palabra de Dios dice sobre su fin.
El problema no es tanto que los incrédulos se salgan con las suyas y vivan vidas despreocupadas; el verdadero tema es en cuanto a su destino final. . . su devastación inminente.
Asaf recupera una perspectiva bíblica en cuanto a los perdidos
- Primero, él redescubre que el incrédulo se desliza hacia la ruina.
Versículo 18, Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer.
Podrá parecer que son las personas más firmes y establecidas en la Tierra – felices, con conexiones influyentes y mucho dinero – con seguridad financiera y grandes inversiones.
James Montgomery Boice comenta sobre este texto: «En realidad, están en un terreno resbaladizo, y solo hace falta un suave soplido de Dios para sacarlos volando de sus orgullosos pedestales dorados».[iv]
Así que, después de todo no están en tierra firme. Las riquezas sacan alas y, a menudo, se van volando.
Los incrédulos no solo se deslizan a la arruinan, en segundo lugar:
- Son arrastrados a la muerte.
Note el versículo 19, ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores.
La muerte es personificada como el rey de los terrores.[v]
Spurgeon lo puso de esta manera, “Sin advertencia, sin escape, sin esperanza; a pesar de sus cadenas de oro, de sus ropas caras, la muerte no tiene buenos modales y los apresura hacia ella.[vi]
La reina Elisabet I de Inglaterra popularizó los extravagantes vestidos de su época. Estaban llenos de joyas y gemas. Mientras agonizaba, sus últimas palabras fueron: «Todas mis posesiones por un momento más de vida».[vii]
Asaf dijo: «Oh, la muerte se acerca y para el incrédulo es el rey de los terrores».
Se deslizan hacia la ruina.
Son arrastrados por la muerte.
En tercer lugar,
- Son sorprendidos por el juicio
Versículo 20, Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.
En otras palabras, un día, el Señor desatará su juicio y el incrédulo se dará cuenta de que su existencia libre de preocupaciones no fue más duradera que un sueño.
Todas sus conexiones y todo su orgullo no eran más permanentes que una fantasía. . . que un sueño.
¿Alguna vez ha tomado una siesta? ¿Cuántos se toman una siesta el domingo después de almorzar? Bueno, en una de sus siestas, ¿alguna vez tuvo un sueño y luego se despertó y se dio cuenta de que, aunque parecía haber durado horas, solo duró 3 minutos?
Pasó muy rápido.
Así son los sueños. . . van y vienen.
Asaf dice: “Lo entiendo. . . parece que los impíos se han salido con las suyas por mucho tiempo, pero a la luz de la eternidad, ¡no han pasado ni 3 minutos!»
Esta es la perspectiva bíblica que Asaf ha recuperado en cuanto a los impíos.
Ahora observe la perspectiva bíblica que Asaf redescubre en cuanto a sí mismo.
Note el versículo 21. Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.
En otras palabras, “Señor, cuando tocaste mi corazón – cuando trajiste convicción a mi corazón por mi envidia perversa; cuando me recordaste Tu verdad revelada sobre el terrible destino y la corta vida del incrédulo, me di cuenta de lo amargado, lo torpe e incluso bestial que estaba siendo.
Esto suena como una confesión verdadera, ¿no?
En otras palabras, «¿Cómo pude haber estado tan ciego?»[viii]
Estaba realmente amargado. . . torpe (grosero). . . incluso fui como una bestia irracional.
Y me parece realmente interesante que la palabra traducida aquí como “bestia” es una palabra que también puede traducirse como “dinosaurio” Es decir, podríamos traducir este versículo como, “yo era como un dinosaurio” – la palabra hebrea es, Behemot – ¡era tan bruto y falto de razón como un dinosaurio gigante!
Ahora, permítame hacer un paréntesis, porque me gustaría responder a la pregunta que obviamente varios se deben estar haciendo. ¿Qué sabe Asaf sobre los dinosaurios?
Como dijimos, la palabra que Asaf emplea en este versículo es “Behemot”. Generalmente significa animal o bestia, pero en ciertos contextos, claramente hace referencia a un dinosaurio. Este es el caso con el libro de Job.
Afortunadamente, Job nos describió al Behemoth y a partir de su descripción algunos autores han sugerido que el Behemot es un hipopótamo o un elefante.
El problema es que la descripción sugiere algo muy distinto a un elefante o un hipopótamo. Permítame leerles la descripción que encontramos en el libro de Job.
He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti;
Hierba come como buey. He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su vigor en los músculos de su vientre. Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus muslos están entretejidos (Job 40:15-17).
Ni los elefantes ni los hipopótamos tienen colas que parezcan árboles de cedro.
Estoy de acuerdo con los estudiosos del Antiguo Testamento que sostienen que este animal era un dinosaurio.
Se han excavado suficientes de ellos para descubrir que tenían colas del tamaño de árboles. . . y el más grande de ellos comía hierba como buey.
Y lo realmente sorprendente es que Dios le dice a Job: «Mira, mira ahora al Behemoth». . . en otras palabras, puede verlo con tus propios ojos.
Evidentemente Job conocía a este animal, ahora extinto.
El problema para los que estudiamos hoy la Biblia es que hemos sido inundados con más de 100 años de enseñanzas evolutivas. Se nos ha enseñado que los dinosaurios se extinguieron al menos 10 millones de años antes que la humanidad apareciera en escena.
Entonces, ¿qué hace con la verdad de que Dios creó todo 6 días? ¿Qué hace con este versículo en Job que indica que la gente conocía a los dinosaurios – y las palabras de Asaf que se compara con uno de estos gigantes del pasado?
Bueno, permítame agregar que, de acuerdo con el capítulo 1 de Génesis, el mundo y el universo fueron creados con todas las apariencias de edad y madurez. De hecho, tenía que ser de esa manera para que vida se desarrollara apropiadamente.
Los árboles estaban dando fruto inmediatamente después de su creación según Génesis 1; la luz del sol, la luna y las estrellas brillaron inmediatamente sobre la tierra.
Y por cierto, un hombre y una mujer estaban caminando y hablando inmediatamente.
El huevo no fue primero; la gallina fue primero.
Se ha demostrado que los métodos de datación no son fiables ya que están sujetos a interpretaciones y estándares subjetivos.
De hecho, antes de cerrar este paréntesis, permítame leer un artículo científico que nunca va a aparecer en el libro de ciencias del colegio o en el canal de la National Geographic. Indica claramente que los huesos de dinosaurios no son tan antiguos como nos dicen los evolucionistas. Hace unos 30 años, científicos de la Universidad de Montana, Estados Unidos, encontraron huesos de T-Rex que no estaban completamente fosilizados. Los científicos los tuvieron que considerar huesos frescos. Si estos huesos tuvieran realmente millones de años, entonces las células sanguíneas ya se habrían desintegrado por completo. Sin embargo, el informe de uno de estos científicos registró: “El laboratorio estaba lleno de murmullos emocionados porque me había concentrado en algo que ninguno de nosotros había notado antes: pequeños objetos redondos, rojo translúcido con un centro oscuro. . . ¡células rojas de sangre! Las células sanguíneas son principalmente agua y no podrían haberse conservado en el tiranosaurio de 65 millones de años. De hecho, eran fragmentos de hemoglobina.[ix]
Ese descubrimiento nunca entró en la discusión en cuanto a la teoría de la evolución.
Según la palabra de Dios, los dinosaurios y los humanos vivieron al mismo tiempo.
Dios le dice Job literalmente que mire a ese dinosaurio. Es decir, estaba vivo y lo podía observar.
Siempre me ha parecido interesante que los tallados en piedra y los antiguos dibujos encontrados en cavernas que muestran a personas cazando mamuts y antílopes terminan en libros de texto. Pero no los dibujos donde aparecen enormes animales que se lucen exactamente igual a los dinosaurios. Esos dibujos siempre quedan fuera. Sospechoso.
Ahora no estamos seguros de a cuál dinosaurio hace referencia Asaf aquí en el Salmo 73; podría haber sido el Braquiosaurio que pesaba 40.000 kg., tenía 23 mt. de largo y más de 12 mt. de alto.
Afortunadamente, Dios lo creó para que comiera hojas y pasto, y no personas.
Asaf elige al animal terrestre más grande, que aplasta todo tipo de cosas a medida que avanza; grande en tamaño, pero pequeño en intelecto y sin capacidad de razonar —y admite: ese era yo.
¡Así fui yo!
Pero ahora lo entiendo. . . no gracias a mi limitada capacidad de reflexión, sino gracias a la revelación de Dios.
¡Este es el trágico final del incrédulo, al cual tanto envidiaba!
Entonces, con esta nueva perspectiva, ¡su envidia se convierte en lástima!
Spurgeon escribió: «Ya no hay envidia que corroa su corazón, sino que un santo horror tanto de su inminente condenación como de su presente culpa, llena su alma».[x]
No envidiamos a los perdidos, nos compadecemos de ellos. . . buscamos ganarlos. . . les llevamos el evangelio, sabiendo que si rechazan ese evangelio sufrirán para siempre.
¡La muerte también viene para ellos!
Recuerde que el Salmo comenzó con las palabras: ¡tenía envidia de los impíos! Pero Asaf ya no siente envidia.
Él nos dice: Ahora tengo una nueva perspectiva.
Nuevas Perspectivas
De hecho, él tiene tres nuevas perspectivas sobre su propia vida y el futuro.
- Dios me guarda continuamente
Primero, Él dice: Dios me guarda continuamente
Note el versículo 23a – Con todo, yo siempre estuve contigo.
Es posible que desee subrayar la palabra siempre. Puede escribir en el margen de su Biblia la traducción exacta de esa palabra hebrea. . . es la palabra, continuamente.
Continuamente. . . ¡Que bella palabra! Dios nunca deja de proteger a Sus amados.
En segundo lugar, Dios no solo me protege continuamente, sino que Él me guía sabiamente.
- Dios me guía sabiamente
Note el versículo 23 nuevamente, la última parte, Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo.
La mano derecha era una metáfora en la antigüedad para referirse a la autoridad, el propósito, la decisión. Incluso hasta el día de hoy, nos estrechamos la mano derecha porque representa compañerismo o acuerdo.
Dios nos sostiene de la mano derecha. . . guiándonos con Su sabiduría, propósito y autoridad; teniendo comunión personal mientras caminamos con Él.
En tercer lugar, Asaf escribe, Dios no solo me protege continuamente y me guía sabiamente, sino que, Dios me glorificará finalmente.
- Dios me glorificará finalmente
Versículo 24, Y después me recibirás en gloria.
Después. ¡Qué maravillosa palabra!
Para todos los creyentes existe este glorioso después.
¡El dinero no puede comprarlo! Pero la sangre de Cristo ya lo ha hecho.
Pagarle a un médico para tener acceso a sus servicios las 24 horas del día, los 7 días de la semana no lo ayudará a ganar esto: el Gran Médico ya pagó por ello.
Esta no es una oferta especial en un parque de atracciones que le permite pasar al frente de la fila, es una oferta divina que lo lleva mucho más allá del frente de la fila, hasta la gloriosa Casa de nuestro Padre celestial.
Como verá, Asaf logró redescubrir la perspectiva eterna. Spurgeon lo resumió de gran manera y dijo: Podemos aguantar felizmente el presente, cuando realmente podemos vislumbrar nuestro futuro.[xi]
El apóstol Pablo lo dijo de esta manera: cuando esta breve vida termine. . . entonces consideraremos que nuestro sufrimiento ha sido ligero, en comparación con el eterno peso de gloria, que no tiene comparación (2 Corintios 4:17).
Hay un después. . . y para el creyente, es glorioso.
Asaf canta, efectivamente diciendo: para el incrédulo, la vida sobre esta tierra es el único cielo que disfrutará, pero esto es sólo por un momento. Para el creyente, la vida en la tierra es el único infierno que sufrirá, pero este también es solo por un momento.
Y para nosotros, incluso la muerte no es el rey de los terrores; es la puerta a la gloriosa presencia de Dios.
Conclusión
Hace varios años, uno de los ancianos de la iglesia me regaló un devocional. Contiene relatos históricos y eventos biográficos a lo largo de la historia de la iglesia. Todavía lo sigo usando. El devocional de hace unos días trataba sobre la vida de Eric Liddell, de 21 años, el hombre que ganó la carrera de cuatrocientos metros en los Juegos Olímpicos de París, en 1924. La película, “Carros de Fuego,” se basa en la vida de este hombre hasta ese momento.
Al año siguiente, Eric fue a China para servir de misionero. Él se casó con Florence y cuando ella esperaba su tercer hijo, sintió que el clima político se estaba volviendo muy hostil así que los envió de regreso a la casa de sus padres en Canadá. El 12 de marzo de 1943, Eric y cientos de otros se mudaron a otra estación misionera. Poco después de su llegada, también llegaron trescientos niños que habían sido separados de sus padres.
Estos niños se convirtieron en el centro de atención de Eric. Él organizó una escuela donde sirvió de profesor y también organizó actividades deportivas.
En 1945, él fue a ver a los médicos del campo, ya que tenía síntomas que habían crecido e incluían una parálisis parcial de su pierna derecha; dificultad para hablar y migrañas. Los médicos parecían indiferentes y lo trataron como si hubiera tenido un leve derrame cerebral.
Su diagnóstico fue incorrecto y, al cabo de un mes, sufrió espasmos de asfixia y tos. Después de que una de las enfermeras llamada Annie, quien era una creyente y una amiga cercana de la familia, observó su condición, ella fue a la habitación de al lado donde los médicos estaban hablando de Eric y dijo: «¿Se dan cuenta de que Eric se está muriendo?» Ellos respondieron: «Mentira». Annie regresó a la habitación de Eric, se sentó a su lado y sostuvo su mano. En solo unos minutos más, él susurró: «Annie, es completa rendición,» refiriéndose a la vida del creyente – una vida de completa rendición al Señor. Dicho esto, murió.
Unos días después estaban recogiendo sus cosas y encontraron un trozo de papel que tenía como fecha la tarde en que había muerto. En el trozo de papel estaba la primera línea de su himno favorito.
El himno coincide con la perspectiva de Asaf, y de cada creyente a lo largo de la historia.
Su himno favorito, que Asaf se habría sentido orgulloso de cantar dice:
¡Ten paz, alma mía! Contigo está el Señor;
Lleva pacientemente tu cruz sin pena o dolor;
Confía en Dios que Él te proveerá;
En cada cambio, fiel permanecerá.
¡Ten paz, alma mía! Tu mejor amigo celestial
A través de caminos de espinas te guía a un gozoso final.
¡Ten paz, alma mía! La hora se acerca
Cuando estemos para siempre con el Señor,
Cuando la decepción, el dolor y el miedo se hayan ido,
La tristeza olvidada, y las más puras alegrías restauradas.
¡Ten paz, alma mía! Cuando el cambio y las lágrimas hayan pasadoSalvos y bendecidos nos encontraremos al final.[xii]
[i] Adapted from Michael J. Sandel, “What Isn’t for Sale,” The Atlantic (April 2012)
[ii] H.D.M. Spence & Joseph S. Exell, editors; The Pulpit Commentary: Psalms: Volume II (Funk & Wagnalls Company, 1909), p. 71.
[iii] Donald Williams, Mastering the Old Testament: Psalms 73-150 (Word Publishing, 1987), p. 25.
[iv] James Montgomery Boice, Psalms: Volume 2 (Baker Books, 1996), p. 614.
[v] Expositor’s Bible Commentary: Volume 3, ed. Frank E. Gaebelein (Zondervan, 1992), p.481.
[vi] Spurgeon, p. 251.
[vii] Ray Robinson, compiler; Famous Last Words (Workman Publishing, 2003), p. 101.
[viii] John Phillips, Exploring the Psalms: Volume One (Loizeaux Brothers, 1988), p. 609.
[ix] Ken Ham, The Great Dinosaur Mystery Solved (Master Books, 2000), p. 18.
[x] Charles Haddon Spurgeon, The Treasury of David: Volume 2 (Zondervan, 9th printing: 1977), p. 251.
[xi] Spurgeon, p. 252.
[xii] E. Michael and Sharon Rusten, The One Year Christian History (Tyndale, 2003), p. 104.