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¿Qué significa ser sabio y entendido? ¿Cómo puede saber de manera tangible si está creciendo en sabiduría y entendimiento? Acompáñenos en el estudio de hoy para descubrir las respuestas a estas preguntas.
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Introducción

Para este punto, habrá descubierto que el tema principal de la carta de Santiago es la madurez espiritual. Si esta carta fuera publicada hoy como un libro, fácilmente podríamos titularlo “Creciendo en Dios.”

Mientras que muchos autores del Nuevo Testamento, bajo la inspiración del Espíritu Santo, enfatizan lo que creemos, Santiago claramente enfatiza como nos comportamos.

Para Santiago, la pregunta no es, ¿cree las cosas correctas? Sino, ¿Está comportándose de forma correcta?

Uno de los desafíos mas grandes en lo que respecta una vida santa, es el poder controlar nuestra lengua. Por eso, en nuestros últimos programas, hemos estudiado lo que Santiago nos dice acerca de nuestras palabras.

Ahora, Santiago comienza a revelar la verdad acerca de la sabiduría y como esto afecta nuestro comportamiento.

De hecho, él comienza este párrafo con una prueba sorpresa. ¿Está listo?

Quizás esta pensando, “Yo estoy aquí solo para observar.” Pero así no es como funciona la cosa. Uno tiene que participar, hacer la tarea y tomar los exámenes si es que quiere crecer en el Señor.

En Santiago 3:13 encontramos la pregunta de esta prueba sorpresa. Dice así. “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?”

¿En otras palabras, hay alguien en la audiencia que se considera sabio y entendido?

Uno puede imaginarse el murmullo en la asamblea mientras las personas empiezan a mirar a su alrededor, quizás apuntando con el dedo a alguien por aquí y por allá.

Pero Santiago realmente está haciendo una pregunta personal que podríamos parafrasear de la siguiente manera: “Es usted sabio y entendido?

Santiago anticipa que todos en la asamblea levanten la mano y digan algo como, “No quiero ser presumido, y no soy tan sabio como me gustaría, pero creo que voy por buen camino. Soy bastante inteligente.”

Santiago sabe que nadie va a levantar su mano y decir. “Yo no. Yo soy tonto e ignorante. Voy a ir a sentarme al fondo mientras que todos los sabios se sientan al frente de la clase.”

Santiago sabe que casi todos en la asamblea leerían el versículo 13, “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?” y susurrar en su corazón, “Sabes que, quizás no sea tan sabio como algunos cristianos que conozco, pero le llevo la delantera a varios de los que tengo alrededor. ¡Mira! Ellos están levantando la mano. Seguro que ha habido momentos en los que he actuado como un tonto, pero en su mayoría voy bastante bien. Soy bastante listo. Estoy en la iglesia, eso debería darme una ventaja ¿no es así?

Ahora que todos nosotros hemos respondiendo que si, Santiago efectivamente nos prepara para lo que nos tiene que enseñar.

Él nos ha metido en su juego. Él nos ha arrinconado con esa pregunta, porque ahora continua diciéndonos, “Muchas gracias por levantar sus manos. Ahora permítanme describirles a una persona sabia y veamos como les va.”

Y ahora pensamos, “Porqué levante la mano? ¿puedo cambiar mi respuesta? Quiero sentarme atrás.

Muy tarde… aparte, si quiere crecer en el Señor – si quiere aprender a manejarse bien en el laberinto de la vida, tome nota de cómo luce la verdadera sabiduría y el conocimiento.

Pero, antes de que comencemos, asegurémonos de que entendemos a que se está refiriendo Santiago cuando usa las palabras “sabio” y “entendido.” A todo esto, esta es la única vez que estas dos palabras aparecen juntas en todo el Nuevo Testamento.

  1. Comencemos con la palabra sabio.

Si estuvo con nosotros cuando comenzamos la exposición de este libro, recordará entonces que la primera vez que Santiago usó esta palabra fue en el capítulo 1, versículo 5, cuando escribió. “Pero si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios.”

No se nos da una descripción de la sabiduría en este versículo. Solo se nos dice que, cuando la necesitamos, podemos pedirle a Dios que nos la de. Ahora, Santiago la usa nuevamente aquí en el capítulo 3.

La palabra sabiduría viene del griego “σοφια” y los griegos la usaban como una palabra general para referirse al conocimiento, a una teoría, o a la filosofía.[i]

De hecho, uno puede escuchar la palabra griega Sofía en filosofía.

Los judíos en el Antiguo Testamento, y ciertamente en el Nuevo Testamento, profundizaron el significado de esta palabra para referirse a la aplicación de la teoría, la aplicación del conocimiento, o literalmente, traer el conocimiento a la vida. Conocimiento solo no es sabiduría; Memorizar hechos no es suficiente.

Santiago no está comparando la sabiduría a su promedio de notas, ni a su diploma de graduación. La verdad es que hay muchas personas inteligentes pero necias en este mundo. Personas con mentes brillantes pero muy lejos de Dios.

Salomón escribió cuando era un joven rey que una relación con Dios es la puerta de entrada a una sabiduría genuina. (Proverbios 1:7)

Uno no puede tener sabiduría sin una relación con Dios.

Uno puede ser inteligente sin tener una relación con Dios, pero no estamos hablando de un promedio de notas. La sabiduría es la habilidad de desarrollar una vida que vale la pena vivir.

Como verá. Una persona sabia no necesita haber pasado 8vo grado. Solo lea Romanos 1, donde Pablo habla acerca de los incrédulos que rechazan la verdad de Dios, su poder creativo, y su revelación del evangelio; y a su vez, proclaman que ellos son sabios. Pablo escribe que ellos se han vuelto necios.

Imagínelo. Es posible ser un necio inteligente. Ese es exactamente el contraste que Santiago tiene en mente en este párrafo.

Una persona sabia, en la mente de Santiago capítulo 3, es alguien que esta tomando el conocimiento de la palabra de Dios y aplicándola a la vida.

Así que en terminología Bíblica, el conocimiento podrá permitirle entender ciertas cosas, pero la sabiduría es la capacidad de ponerlas en práctica.

  1. Ahora veamos la palabra “entendido.

¿Quién es sabio y entendido entre ustedes?

Estas palabras pueden sonar redundantes, pero estas son, de hecho, bastante distintas. Esta es la única vez que esta palabra aparece en todo el nuevo Testamento.

La palabra “entendido” era usada en los tiempos de Santiago para alguien que estaba convirtiéndose en un especialista en un área en particular. Es una persona que estaba volviéndose diestra en practicar su sabiduría.

Sabiduría es conocer y aplicar la verdad, y entendido es volverse un especialista, hábil en su área debido ha su practica de la verdad.

Piénselo de esta forma. Cuando recién obtuvo su licencia de conducir, usted ya sabía un montón de cosas acerca de manejar: las leyes de transito, la operación del vehículo, etc.

Usted también tomó un curso. Si no lo hizo a la antigua, con algún familiar, entonces aprendió en una escuela de manejo. Su instructor estaba tan desesperado por ganar algo de dinero que arriesgó su vida para que aprendiera a manejar.  

Me acuerdo cuando fui a mi primera clase de manejo. Me alegré al descubrir que el auto que iba a estar manejando era un Volkswagen Escarabajo. Mi familia tenía el mismo auto y había pasado bastante tiempo frente a la casa aprendiendo a avanzar y retroceder – aprendiendo a usar el embrague y cambiar de marcha. Cuando me presente a la clase, ya lo tenía dominado.

Me metí al asiento del conductor, encendí el motor, Puse primera, apreté el acelerador,  quité el pie del embrague y partimos. Rápidamente pase a segunda, y tercera y… de repente el auto frenó de golpe. Miré hacia el costado y descubrí que mi instructor también tenía un pedal de freno de su lado del auto – algo que mi esposa ha querido por años.

Él me miro y me dijo, “Jovencito, aquí no estamos para correr… aquí estamos para aprender a manejar.”

Eventualmente, sacó su licencia de conducir. Ese fue uno de los días más felices de su vida. Luego empezó a aterrorizar a sus padres.

He leído que la mayoría de los accidentes vehiculares ocurren en el primer año que alguien aprende a manejar.

Que bueno sería saltarnos ese primer año, pero no podemos. Necesitamos tiempo detrás del volante para volvernos diestros. Necesitamos tomar todo el conocimiento que hemos adquirido acerca del auto, las leyes, los sistemas viales y no solo aplicarlos (sabiduría), sino que salir y practicar hasta volvernos hábiles al volante (entendimiento).

Cuando llegó a la fe en Cristo, usted adquirió su licencia de conducir y rápidamente descubrió las complicaciones de crecer en el Señor.

Todo su conocimiento y habilidad es constantemente probado porque los escenarios siempre cambian. Cada situación es única y diferente. El camino siempre está presentando nuevos desafíos. La vida no se queda en neutro, y hay otras personas en la calle, y se están moviendo también.

Donde vivo, también hay animales de los que preocuparse. A menos de 4 meses de haber comprado mi camioneta, estaba andando por la calle, cuando un ciervo se cruzó a toda velocidad. Parecía absolutamente determinado a golpearme, y lo hizo!

Manejar es peligroso, y la vida cristiana también lo es.

El problema es que demasiados cristianos quieren quedarse en el garaje.

Santiago nos esta diciendo aquí que para poder crecer en el Señor, no podemos quedarnos en el garaje. Tenemos que tomar lo que sabemos acerca de nuestro caminar con Cristo a la calle. Si, puede que hayan accidentes en el camino.

Pero siga adelante! Usted esta desarrollando sabiduría y entendimiento. Ambos la aplicación del conocimiento y el desarrollo de la habilidad es exactamente lo que Santiago tiene en mente para cada creyente.

La siguiente pregunta que necesitamos responder es esta, “Como puede saber si esta mejorando? Cuales son las marcas que muestran nuestro progreso mientras crecemos en nuestro caminar con Cristo?

En el versículo 13, Santiago responde la pregunta. Note nuevamente. “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

Santiago provee aquí lo que podríamos llamar:

Dos muestras visibles de una persona sabia

  1. La primera es “buena conducta”

A veces hablamos acerca de alguien que salió de la cárcel tempranamente por buena conducta; pero esto hace referencia a algo más que simplemente portarse bien.

Santiago está usando una palabra que literalmente significa “volver, o darse la vuelta.” Conlleva la idea de volver una y otra vez a la verdad de la palabra de Dios.

En otras palabras, bondad – o buena conducta – es caminar junto a la verdad y al hacer eso estará demostrando un buen comportamiento.

La buena conducta, en este sentido podría ser ilustrado con un ejemplo sacado de mi vecindario. Seguramente ha visto a alguna persona sacando a pasear a su perro con una correa. Hay algunas correas especiales que tienen un botón, que al apretarlo, la soga se libera y el perro puede salir corriendo por unos 10 metros. Luego suelta el botón y empieza a recoger la soga. Esto trae al perro a su lado, aunque este realmente quisiera seguir corriendo.

He visto a algunos padres en el centro comercial que le han puesto un arnés a sus hijos. No se si tienen una correa parecida o no. Lo único que sé es que he visto a algunos niños luchando con la correa tratando de salir corriendo.

Ahora, volviendo al significado de esta palabra, el que lucha contra la correa diseñada por la verdad divina no es sabio, y el que permite que la verdad de Dios lo traiga devuelta hacia Él, una y otra vez, es sabio.

Esta es la persona que se deja dominar por su Maestro y camina junto a Él, quien demuestra buen comportamiento.

Santiago realmente no se pone a definir buen comportamiento, no es así? Porque el sabe que todos sabemos intuitivamente cuando alguien, sea salvo o no, esta comportándose bien.

Decimos:

  • Ese es buen hombre;
  • Ella es una buena chica;
  • El es un buen estudiante;
  • El es un muy buen empleado;
  • Esa son buenas obras.

Y cuando uno deja a su hijo en la escuela le dice: “Portate bien.” Y usted no necesita enumerar 30 cosas que pretende que haga. El sabe exactamente a que se refiere con ‘portate bien’. No debe empujar a sus compañeros cuando juegan, no interrumpir a los mayores, sentarse donde le corresponde sin molestar y no gritarle a los otros. ¡Todos sabemos que significa buena conducta!

Ahora, el mundo podrá tergiversar la bondad y llamar a lo bueno, malo; pero en su conciencia, ellos conocen la verdad de Dios y saben bien qué esta bien y qué esta mal, sin importar cual sea su cultura o su país.

Hace poco leí un artículo que hablaba del problema que Irán esta teniendo al tratar de mantener a los jóvenes fuera de la actividad sexual fuera del matrimonio, lo cual es una violación de la ley Musulmana.

Para solucionar el asunto, las autoridades han implementado lo que ellos llaman “matrimonio temporal”. El matrimonio temporal ocurre cuando un hombre y una mujer firman un contrato que les permite estar casados de manera legal por un periodo de tiempo, inclusive si es solo por una hora. El contrato se firma y luego el hombre le da cierta cantidad de dinero a la novia como dote. Y después pueden estar casados un año, o una hora.

Todos saben que esto no es ni más ni menos que prostitución legal. Sin embargo, el ministro del interior Iraní dijo “El matrimonio temporal es la regla de Dios- debemos de promoverlo.”[ii]

Cuanta hipocresía. Pero antes de señalar a Iran con el dedo, debemos de reconocer que la fornicación en el resto del mundo está fuera de control y ni siquiera se firma un solo papel.

Al leer esto, se me vino a la mente la respuesta que Pablo da en Romanos 2:15, cuando dice que el mundo incrédulo aun tiene la “…ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos…

El creyente no tiene que ir al mundo y decir: “Yo voy a ser bueno y, obsérvenme, porque esto es lo que significa ser bueno.”

No…el creyente simplemente sale y demuestra una vida limpia, con integridad, honestidad y bondad; y el mundo automáticamente lo reconoce.

Si usted quiere ser sabio, esta debe ser su pasión. Permita que la palabra de Dios defina sus limites y luego simplemente decida con pasión ser bueno.

Jesucristo dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” –Mateo 5:16

El mundo se va a dar cuenta que usted es diferente y que sus obras son buenas –y que usted debe estar recibiendo poder de lo alto.

Entonces, la primera muestra visible de estar creciendo en sabiduría es una buena conducta.

Santiago agrega otra característica en el versículo 13. Allí leemos: “Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.”

  1. En segundo lugar, entonces, esta la mansedumbre

La palabra aquí traducida mansedumbre es la misma que encontramos en el capitulo 1, versículo 21, donde se exhorta al creyente a “…recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.”

Entonces, la muestra visible de que una persona está creciendo en su habilidad de aplicar la verdad a la vida es mansedumbre, que muchas veces se traduce como humildad o gentileza.

Jesucristo usó esta misma palabra en Mateo 5, donde dijo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

¿Suena contradictorio no es así?

El mundo griego pensaba que la mansedumbre era una señal de debilidad.

Los mansos no heredaban la tierra, los mansos eran pisoteados en la tierra. Los mansos, los humildes y los gentiles eran la alfombra, el tapete de la raza humana.

Entonces ¿que están diciéndonos Jesús y su medio hermano Santiago con esto? ¿Nos están exhortando a que nos dejemos pasar por encima?

Claro que no. Mansedumbre no es debilidad. De hecho, la palabra usada aquí significa poder bajo control.

  • Era usada en los días de Platón para describir a un profesor que podía ser criticado por sus alumnos pero que no perdía los estribos y no los echaba de la clase.
  • Era utilizado por los griegos para describir un fuego suave – que no es ni más ni menos que un fuego controlado.
  • También se usaba para describir una suave brisa. La cantidad adecuada de viento es muy agradable, pero una cantidad desmesurada de viento a grandes velocidades produce un tornado, que destruye, no es muy agradable que digamos.
  • La palabra también era utilizada en la medicina – solo la dosis correcta puede sanar. Una dosis incorrecta puede traer consecuencias devastadoras, incluso la muerte.

Santiago esta hablando acerca de mantener la fuerza y poder bajo control – y en este contexto se refiere al carácter y la personalidad del creyente.

Lo vemos ejemplificado en la vida del Señor, que: “…cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;” (1 Pedro 2:23)

Si uno quiere un ejemplo de poder bajo control, piense en Jesucristo.

Con solo pronunciar una palabra, el podía hacer desaparecer el Gólgota; sin siquiera mover la mano, él podía hacer que las multitudes que lo mofaban cayeran de rodillas para alabarle.

Sin embargo, “[Él] se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8)

Eso es poder bajo control – eso es mansedumbre.

Ahora, es fácil decir: “Si. Pero ese es Jesucristo, el perfecto Hijo de Dios”

Pero no pase por alto cómo comienza ese párrafo en Filipenses 2. Dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús…[que] se humilló a sí mismo.”

¿Se da cuenta? Santiago dice que la buena conducta y la mansedumbre, no son características reservadas únicamente para Dios.

Santiago esta preguntando: ¿Es usted sabio? Lo que podríamos traducir como: ¿Esta demostrando poder bajo control?

¿Pueden los demás ver esto en su vida?

¿Lo ha visto en la vida de otros?

Me acuerdo haber visto una muestra inolvidable de mansedumbre cuando tenía unos 18 años de edad. Recuerdo que estaba con mi padre repartiendo tratados evangelisticos en el centro de la ciudad de Norfolk, conocida por su puerto militar. Norfolk era el paraíso de los marineros – estaba llena de bares, una tienda para adultos y un burdel tras otro. Las calles estaban llenas de marineros uniformados, y nosotros estabamos al medio de una de las calles entregando invitaciones para una reunión evangelística.

Un hombre de civil se acercó a mi padre y cuando mi padre le quiso dar un folleto, el hombre lo arrojo al suelo y le golpeó la cara. Yo me quedé mirando a mi papá mientras el se levantaba y una vez incorporado le dijo al hombre, ¿Ahora se siente mejor? Yo estaba ahí pensando, “Entre los dos le podemos dar una buena paliza… en amor cristiano, obvio.” Luego, mi padre trató de compartirle el evangelio.

Para mi, esa fue una gran demostración de poder bajo control. Esa es la palabra que Santiago usa aquí.

¿Levantó usted la mano diciendo “yo soy uno de esos estudiantes sabios”?

Bueno, aquellos que son sabios o que están creciendo en sabiduría van a demostrar dos características muy evidentes:

Buena conducta…y un espíritu manso.

Esas dos características revelarán nuestro conocimiento de la palabra de Dios; y al aplicar ese conocimiento (lo que es Sabiduría) de manera constante hasta volvernos hábiles (lo que entendimiento) nos ayudará a conducirnos exitosamente a través de esta vida.

Permítame darle dos principios que podemos sacar de este pasaje

La sabiduría no llega automáticamente a los que pueden describirla; esta es experimentada por aquellos que están dispuestos a practicarla.

La sabiduría es para aquellos que, como dice Hebreos, “por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Hebreos 5:14

Sabiduría es mucho más que una boca que sabe decir las cosas correctas. Es la resolución de practicar lo correcto.

La sabiduría no es para los curiosos…le pertenece a los que son serios en el asunto.

En segundo lugar, la sabiduría no llega automáticamente a aquellos que les gustaría tenerla; sino que es experimentada por los que no pueden vivir sin ella.

¿Cuántas ganas tiene usted de ser sabio?

Salomón escribió lo siguiente en Proverbios 2:

“Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,  haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.

Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente.Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos.

Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino.

Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; te preservará la inteligencia, para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades, que dejan los caminos derechos,
Para andar por sendas tenebrosas.” (Proverbios 2)

Que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros a desear y finalmente poseer esa sabiduría de lo alto.

 

[i] John MacArthur, James (Moody Press, 1998), p. 168

[ii] www.foxnews.com/story/0,2933,277449,00.html

Este manuscrito pertenece a Stephen Davey. Puede ser usado sin fines de lucro y con las atribuciones necesarias.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas provienen de las versiones Reina Valera 1960, La Biblia de las Americas y la Nueva Biblia de las Americas.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

La Biblia de las Américas (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.LBLA.com

Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 by The Lockman Foundation. Usado con permiso. www.NuevaBiblia.com

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