Introducción
La semana pasada vi que el diario local tenía una portada bastante particular. En ella aparecía la nueva campaña de una organización atea – o, de libres pensadores, como ahora se hacen llamar – que claramente buscaba menospreciar la fe cristiana.
Luego, me metí a Internet para ver que decía esta publicidad, y me llamó la atención que, en cada cartel publicitario que pusieron, aparte de la frase controversial, habían incluido la foto de la persona que dijo la frase. Esas personas comunes, del área local, querían que todos supieran acerca de su incredulidad.
Permítame citarle unos ejemplos de estos carteles.
Un hombre decía: “La ciencia es mi copiloto.” Esto claramente hacia burla de los famosos stickers para automóviles que dice “Dios es mi copiloto.” Que, a todo esto, son tan malos teológicamente como lo que dijo el ateo. Porque Dios es y debe ser el piloto de nuestras vidas siempre. ¿No es así?
En otro letrero habían dos jovencitas adolescentes que decían: “Nosotras depositamos toda nuestra fe en la ciencia.” Lo cual es una contradicción de términos, pero bueno, usted entiende la idea.
Otro letrero mostraba a una mujer que se identificaba a si misma como una ama de casa. Su foto aparecía junto a las siguientes palabras: “Yo no necesito un poder superior para tener un propósito superior.”
En otro cartel había un hombre sonriente con la siguiente leyenda: “Yo escribo obras de ficción; pero no las creo.”
En otro estaba la foto de un camionero que decía: “Soy salvo de la religión.” Me encantaría hablar con ese hombre y decirle que tampoco puede ser salvo por medio de la religión.
El siguiente me pareció bastante gracioso e irónico. Un hombre aparecía con la siguiente frase: “La razón por sobre los dogmas. ¡Siempre!” Y pensé: ¿No es una declaración dogmática?
Uno más – en este había un hombre jubilado que decía: “Nosotros tenemos al mundo en nuestras manos.”
Y creo que eso lo resume todo ¿No es así? Es mi mundo, no el de Dios. El mundo esta en mis manos, no en las de algún Creador; lo que significa que esta es mi vida, mi voluntad, no la de Dios.
El libre pensamiento no es ni mas ni menos que un pensamiento desafiante – el mas desafiante de todos – tal como el que nos describe Romanos capitulo 1, donde leemos acerca del odio de la humanidad hacia Dios.
Estas personas suprimen la verdad de Dios y se rehúsan a aceptarle o agradecerle por la creación. Por el contrario, se autoproclaman sabios- o como en esta campaña, se autoproclaman libres pensadores, pero en realidad, Pablo dice en Romanos 1:21, “…que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”
Y estoy seguro que podría seguir dando ejemplos y cada uno en la audiencia me diría: “Tiene razón… predíquele a esos ateos.”
Pero para serle franco, no me preocupan tanto los ateos practicantes que andan por la calle, sino los ateos practicantes que están dentro de la iglesia.
Nosotros mismos podríamos hacer conferencias, o hasta lanzar una campaña publicitaria en contra de los que niegan la existencia de Dios, y a la misma vez, ignorar el creciente numero de personas dentro de la iglesia que dicen haber aceptado a Cristo pero que en la practica no tienen nada que ver con Él.
Son ateos practicantes. Van a una iglesia que les gusta, se casan, escogen una vocación que les interesa, tienen una familia, compran una casa, un auto, se jubilan… y durante toda su vida siguen la corriente del mundo dejando de lado a Dios.[i]
Quizás no las pueda distinguir rápidamente. Pero si usted, por ejemplo, escucha los consejos que le dan a sus hijos, va a darse cuenta fácilmente. Ellos le dirán: “Tienes que escoger una profesión que pague bien; tienes que casarte con un hombre que tenga una buena profesión y tienes que graduarte de la universidad para poder tener un buen trabajo y vivir en una buena zona de la ciudad.”
Ellos piensan, seguramente Dios quiere que hagamos esto… no hay ni para qué preguntarle a Dios en oración… estoy prácticamente seguro que si haces esto, Dios va a estar de acuerdo.”
Querido oyente, el ateísmo práctico es vivir, pensar y decidir sin darle importancia a lo que la Palabra de Dios dice – y mucho menos, teniendo en cuenta cual sea la voluntad de Dios.
Los ateos en práctica llenan las iglesias cada domingo. Ellos cuidan su apariencia, buscan hacer las cosas bien y tratan de alejarse de los problemas – pero nunca los va a escuchar orar diciendo:
- Señor, ¿Estoy agradándote?
- ¿Te parece bien la decisión que quiero tomar?
- ¿Puedes guiar hoy mis pasos?
- Señor, ¿puedes darme sabiduría hoy en la escuela? Quiero reflejar tu amor en mi vida.
- Señor, ayúdame en este momento a resistir la tentación –la tentación de mentir; de murmurar; de comer de mas; de robar; de dejar las cosas para después; de hacer trampa – Señor ¡Quiero representarte hoy adonde esté!
Agustín dijo en una ocasión “Ama a Dios y haz como te plazca.” Y con eso quiso decir que, cuando uno pone a Dios en primer lugar, él pone sus deseos en nosotros. O sea, vamos a desear las cosas de Dios.
Sin embargo, muchos han transformado esa declaración en, “Haz lo que te plazca y no te preocupes de Dios.”
Eso es ateísmo práctico. Y son millones de personas que lo practican – personas que van cada domingo a la iglesia y que dicen que creen en Dios, pero poco tienen que ver con Él.
Muchos, sin duda, están engañados. Están convencidos pero no convertidos de verdad. Nunca se han arrepentido y han tenido una fe genuina. El apóstol Pablo tiene un desafío para estas personas que dice: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe;…”
Al mismo tiempo, hay muchos verdaderos creyentes que están viviendo vidas desobedientes, y egocéntricas.
Piénselo. ¿Es posible que un creyente verdadero sea egocéntrico? ¿Es posible que un creyente piense mas en su propio placer que en el placer de Dios? ¿Es posible que un creyente tome una decisión sin pedirle consejo a Dios?
Es hora de que nos miremos honestamente en el espejo de la Palabra de Dios, específicamente en
el capitulo 4 de Santiago, donde el describe, desafía y llama al arrepentimiento a un creyente que no es ni mas ni menos que un ateo práctico.
Santiago escribe lo siguiente, a partir del versículo 13,
“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
Ahora, en este pasaje que acabamos de leer, vemos que el ateo en práctica toma al menos cuatro decisiones por si mismo – sin reconocer la voluntad de Dios ni discernir la sabiduría o propósito de Dios en su vida.
Primero, escoge su propio calendario
El versículo 13 dice: “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos…”
La palabra traducida “los que decís” hace referencia a un planear activo y consistente. No se trata de algo espontáneo. Es ya costumbre para estas personas planificar sus agendas basados únicamente en lo que creen que es mejor para ellos en el momento.[ii]
En este caso, estos hombres piensan en hacer un negocio y dicen: “¡Listo! Hoy, o a lo sumo, mañana empezamos.
Y si usted les preguntara, “¿oraron en cuanto a eso?” Le dirían, “¿Para que? ¿Dios no quiere que sea feliz? Estoy seguro que Él no va a querer que yo espere hasta la semana que viene… hoy o mañana es el tiempo ideal.”
Si usted ha sido creyente por unos cuantos años ya, seguramente ha descubierto lo crucial que es esperar en los tiempos de Dios.
Hay muchas cosas buenas que podemos hacer, pero hay momentos y momentos. ¿No es así?
Así que, con el pasar del tiempo, aprendemos a orar, no solo por las palabras correctas, sino por el momento adecuando para decirlas; no solo para hacer lo correcto, sino que también para hacerlo en el momento adecuado.
- ¿Cuándo busco otro empleo?
- ¿Cuándo converso con esa persona?
- ¿Cuándo debo comprar o vender esto?
Cuando estaba en el seminario, convencí a mi esposa de que era el tiempo indicado para renovar el auto. Teníamos un auto viejísimo que se caía a pedazos. Era hora de comprar algo mas nuevo. Ella tenia un buen empleo trabajando en la oficina de un abogado y yo tenía un trabajo a medio tiempo.
El momento era ideal para cambiar el auto – y yo hasta tenia un amigo que estaba listo para venderme su auto con pocos kilómetros. ¿Ore al respecto? Estaba en el seminario así que oraba a cada rato… pero no oré acerca del auto.
Compramos ese vehículo, forzamos los pagos en nuestro presupuesto y luego, unas dos semanas después, me ofrecieron un trabajo donde me prestaban un automóvil casi nuevo y me pagaban desde el combustible hasta los cambios de aceite.
Entonces, ahora tenia un pequeño auto estacionado en la puerta de mi departamento juntando polvo- y las cuotas seguían llegando. Después de casi un año logre vender ese auto – y perdí dinero.
Muchas veces he pensado acerca de esa decisión –si tan solo hubiese orado y esperado en los tiempos de Dios… todo hubiese sido diferente. Ese acto de ateísmo práctico me salió caro…y me dio una lección que hasta el día de hoy no me olvido.
¿Se adelanta usted a los planes de Dios? ¿Tomó alguna vez una decisión y luego se dio cuenta que nunca le dio a Dios el voto decisivo?
Ahora, note cómo continúa el versículo 13: “Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año…”
Literalmente , “vamos a pasar un año allí.” O sea, ellos planean trabajar todo ese año. Ellos presumen que van a tener todo el año a su disposición para hacer lo que decidan.
El ateísmo práctico escoge sus propios tiempos, su propio calendario, y no considera a Dios. En segundo lugar, el ateísmo práctico escoge su propio destino.
Segundo, escoge su propio destino
Santiago escribe, “Hoy y mañana iremos a tal ciudad,” En otras palabras: “Ya he decidido adonde voy a ir y adonde voy a vivir.”
¿Ha orado usted acerca de adonde se va a ir y adonde va a vivir? El ateo práctico dice: “Para que molestarse. Este es un buen vecindario y el precio es muy bueno… ¿Qué mas puedo pedir? ¿Por qué Dios no querría esto para mi? Es perfecto.
En tercer lugar, ellos escogen su ocupación.
Santiago agrega, cerca del final del versículo 13, que harán negocios. Allí leemos: “y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;”
Interesantemente, la palabra emporio sale de la palabra griega traducida ‘ganaremos’ (εμπορευσομεθα).[iii]
Un emporio es, justamente, un centro de tráfico, un lugar que provee oportunidades para la compra-venta y los negocios. La ciudad de Nueva York, por ejemplo, es uno de los grandes emporios mundiales. Es una ciudad de negocios.
Estos creyentes judíos habían escogido ir a un centro de comercio y habían hecho ya todos los planes para comenzar su negocio. Y ellos también presumen algo mas, note que la ultima parte del versículo dice: “y ganaremos”.
En cuarto y último lugar, estaban escogiendo su propio futuro.
Y este futuro era su meta principal – el éxito de su empresa.
Estas son las cuatro decisiones del ateo que asume que puede vivir su vida sin la sabiduría de Dios.
Para resumir, Santiago describe a una persona que dice:
- Se cuando voy a comenzar mi negocio;
- Se adonde voy a vivir;
- Se por cuanto tiempo voy a estar allí;
- Se que estaré haciendo mientras viva allí;
- Se que va a pasar mientras este allí.
El mundo vive y planea y decide y funciona así; y nosotros no esperamos otra cosa de su parte ya que niegan la existencia de Dios. Pero Santiago no esta solo describiendo al mundo ateo. Nosotros podemos vivir, planear y actuar de la misma manera.
Ahora, tengo que dejar en claro Dios no esta en contra de planificar cosas. Pablo le escribió a los Efesios: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo…” Efesios 5:15
Él le escribió a los Tesalonicenses que el trabajo es bueno y el rehusarse a trabajar cuando uno puede, es una deshonra. (2 Tesalonicenses 3).
Salomón escribe en Proverbios 6,
“Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.”
Santiago no esta reprendiendo a estos trabajadores por que planean sus negocios; de hecho, él no esta condenando su deseo de tener ganancias – eso es bueno cuando uno hace negocios.
Él no los esta reprendiendo por hacer negocios, sino por el corazón con el que estaban haciendo sus negocios. Ellos estaban planeando sus vidas y sus negocios como si Dios no existiera.[iv]
Eso es ateísmo práctico.
Ahora, después de haber descrito el pensar de un ateo en práctica, Santiago pasa a describir lo que este pasa por alto.
Santiago esta por revelar:
Dos realidades que ignoran los ateos en práctica
La primera realidad es esta: la vida es impredecible.
Note lo que dice el versículo 14, “…cuando no sabéis lo que será mañana…”
Uno lo podría traducir “Uno no sabe que le va a pasar mañana.” Uno no sabe absolutamente nada de lo que va a suceder mañana.
El maremoto del 11 de Marzo creó grandes olas que destruyeron pueblos enteros en Japón. Se llevó trenes, embarcaciones, autos y demás. Ahora, Japón tiene los sistemas de advertencia mas sofisticados del mundo, y estos funcionaron a la perfección. Los residentes de Sendai, la ciudad más afectada por el terremoto, escucharon la advertencia, pero aun así, solo tenían 15 minutos para huir. Pude ver imágenes en vivo de cómo ese muro de agua se metió tierra adentro y arrasó con casas, embarcaciones y automóviles como si fueran juguetes.[v]
¡En 15 minutos todo cambió! La vida es impredecible.
Un simple accidente lo cambia todo – un reporte medico, un revés financiero, un día malo en la bolsa de comercio, un tornado, un terremoto, una inundación – y la vida cambia por completo.
Con razón Salomón escribió diciendo: “No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.” Proverbios 27:1
Querido oyente, las salas de emergencias están llenas de personas que tenían muchos planes. ¿Quien de ellos se levantó en la mañana pensando “Hoy es un buen día para romperme un hueso”? La gente no esta en el cementerio porque se quedó sin planes… ¡Ellos también tenían planes![vi]
Eso me lleva a la próxima realidad que ignora el ateísmo práctico.
Ellos no solo ignoran que la vida es impredecible; sino que, en segundo lugar, ignoran que la vida es breve.
Segundo, la vida es breve.
Santiago lo pone de la siguiente manera en el versículo 14,
“…¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”
Nadie puede atrapar el vapor de la vida y detener su progreso. Nadie puede impedir que la neblina de la vida se evapore en el aire.
La verdad es que, nosotros estamos viviendo una vida que se evapora. No podemos guardar nuestra vida en un frasco de conserva, y evitar que se escape.
La vida es corta.
Lo que me recuerda lo que dice 2 Corintios 6:2:
“He aquí ahora es el tiempo aceptable; he aquí ahora es el día de salvación.”
¿Por qué hoy es el día de salvación? Porque no tenemos el mañana asegurado. Y si usted no sabe adonde va a pasar la eternidad, entonces esta en una situación delicada.
Usted podrá decir, “pero si soy joven…todavía me queda mucho tiempo”.
Hace poco leí acerca del autor que escribió el famoso libro 100 cosas para hacer antes de morir. A sus 47 años de edad, este autor se cayó en su casa, se golpeó la cabeza y murió.
El artículo con la noticia de su muerte decía que el iba por la mitad de su lista. Él solo logro hacer cincuenta de las cosas que quería hacer… Y el solo tenia 47 años.
La verdad es que la vida, físicamente hablando, es frágil – a cualquier edad.
Ninguno de nosotros sabe con certeza si va a ver el amanecer de un nuevo día – en este cuerpo.
El ateísmo práctico dice, “Tengo todas mis mañanas planeadas y voy a vivir para ver cada una de ellas, y estoy seguro que el Señor lo va a aprobar.”
Santiago nos recuerda algo que solemos olvidar – que la vida es como vapor. La palabra ‘vapor’ se puede traducir neblina, tal como lo expresa la Escritura. Como el vapor que sale de nuestra boca al respirar cuando hace mucho frío, o como el vapor que sale de una olla de agua hirviendo y se disipa en la cocina.[vii]
Ahora, no me malinterprete, Santiago no esta diciendo que vamos a dejar de existir. Santiago en realidad esta diciéndonos que aparecemos por un momento y luego desaparecemos… estamos aquí por un ratito, y luego ya no estamos.[viii]
No dejamos de existir –solo cambiamos de forma- como el vapor, que sigue existiendo pero que ya no lo podemos ver.
Entonces, no pase por alto que la vida es impredecible y no olvide que la vida es breve.
Los mercaderes del 2 y 3er siglo, solían escribir las palabras ‘memento mori’ en la primera pagina de sus libretas de contaduría.
Esa frase en latín, significa “recuerda tu mortalidad.” En otras palabras, nunca olvides que tu trabajo no es para siempre.
La escritura nos recuerda esto una y otra vez. Isaías 40 dice que nuestra vida es como las flores del campo; Job dice que es como las hojas al viento; como una sombra.
Un Salmo escrito por Moisés dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” En otras palabras, cuente el número de días que ha vivido y los que aún tiene por vivir.
Este es un buen ejercicio mental, y uno demuestra cuan sabio es en la forma en que maneja su tiempo y con la frecuencia en que considera la brevedad de la vida.
Le invito a hacer el siguiente ejercicio. Imagine que cada uno de nosotros va a vivir 77 años, que es el promedio de vida en el occidente.
- Si usted tiene 15 años, le quedan unos 22.630 días de vida. Puede parecerle mucho, pero si lo convertimos en meses, le quedan solo unos 744 meses para llegar a los 77 años.
- Si usted tiene 25 años, entonces le quedan 624 meses;
- Si tiene 35, le quedan 504 meses;
- Si tiene 45, le quedan 384 meses;
- Si tiene 55, le quedan 264 meses de vida;
- Si tiene 65, le quedan 144 meses;
- Si tiene 75 años, le quedan 24 meses;
- Si tiene 80, puede sonreír y disfrutar cada momento.
En mi casa, tengo un recipiente de vidrio con piedritas verdes adentro. Hace unos años puse una piedra por cada mes de vida que me queda, si es que viviera hasta los 77 años. Cada piedra representa un mes que me queda.
Cada mes, si es que me acuerdo, saco una y la tiro a la basura –una acción que me recuerda que ya no la puedo usar más, que ya está. Y la pregunta que viene a mi mente es ¿Invertí bien ese mes o lo mal gasté?
Ayer conté las piedritas para asegurarme que estaba haciendo bien las cosas y en vez de haber 289, encontré 251. ¡Se ve que alguien quiere que me vaya temprano!
¿Sabe lo que ese recipiente hace en mi vida? Me recuerda de algo que de otra manera olvidaría. Me recuerda de lo breve que es la vida.
Quiero contar mis días, como dijo Moisés, para adquirir sabiduría; quiero recordar la brevedad de la vida porque Santiago dijo que esto me alejaría del ateísmo practico.
A todo esto, ese recipiente también me recuerda otra cosa – que la vida, de la manera que la conocemos, no es nada en comparación con la eternidad. ¡Nada!
Dios ha diseñado esta vida para que sea impredecible, y así recordarnos que necesitamos la dirección divina; la brevedad de la vida nos recuerda que necesitamos la sabiduría de Dios.
Santiago ahora enseña dos prácticas sabias que todo creyente debe adoptar – dos prácticas que el ateo rechaza .
El Ateísmo práctico resiste las actividades de los creyentes practicantes
Numero 1: Verbalice su sumisión a la voluntad de Dios.
Santiago escribe lo siguiente en el versículo 15. “En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”.
En otras palabras –usted ya no habla como si fuera dueño y señor de su vida: “vamos a hacer esto y aquello por un año entero y luego vamos a ser exitosos.”
Santiago dice, Ustedes tienen que dejar de hablar como si tuvieran completo control de sus vidas, y tiene que empezar a hablar como personas que le han entregado el control de sus vidas al su soberano Dios.
¡Si el Señor quiere!
Que es otra forma de decir:
- ¡Lo que el Señor quiera!
- Permíteme consultar con el Señor al respecto.
- Permíteme hablar con el Señor Soberano porque Su voluntad es lo mas importante.
Nosotros no somos soberanos –somos siervos, somos esclavos del Dios Soberano y nuestra voluntad es hacer Su voluntad. Y lo que no sea hacer Su voluntad es jactancia, como dice el versículo 16.
Así que verbalice su sumisión a Dios. Aprenda a decir, “Si el Señor lo permite.”
Así hablaba el Apóstol Pablo. Fíjese, él escribió:
- Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere (1 Corintios 4:19);
- Pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite. (1 Corintios 16:7);
- Rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. (Romanos 1:10).
Como Pablo, debemos de declarar nuestra sumisión al plan soberano de Dios en cada circunstancia.
- Voy a ir a esa universidad, si Dios quiere;
- Me voy a casar con esta persona, si es la voluntad de Dios;
- Si Dios lo permite tendré hijos;
- Hoy voy a hacer esto u aquello, si Dios lo permite;
- Voy a planear algo para mañana, Dios mediante;
- Voy a hacerme cargo de ese ministerio, si es la voluntad de Dios;
- Voy a aceptar esa oferta de trabajo, si es la voluntad de Dios;
- Voy a mudarme de casa, si es lo que Dios quiere.
Los puritanos evidentemente se tomaron este mandato muy en serio, ya que siempre terminaban sus escritos con las palabras latinas ‘Deo Volente’ –Si es la voluntad de Dios.
Esta frase estaba en todos sus discursos, sermones y cartas. Ellos solían firmar, al pie de pagina, las siglas “DV”- Dios mediante. Esto era mucho mas que una frase común – era su pasión.[ix]
Santiago dice, esta también debe ser nuestra pasión.
Exprese verbalmente su sumisión a la voluntad de Dios.
Segundo, ponga en práctica y demuestre que esta de acuerdo con la voluntad de Dios.
Santiago escribe en el versículo 17, “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
Generalmente se usa este versículo para definir lo que llamamos pecados de omisión. En otras palabras, un pecado no solo es hacer algo que no debemos hacer, sino que también el no hacer algo que debemos hacer.
Si bien esa es una buena definición de pecado, el contexto de este versículo es el mandamiento de buscar y aceptar la voluntad de Dios.
O sea, no diga simplemente “Si Dios lo permite”, haga lo que sabe que Dios quiere que haga.
Quizás piense, “Bueno, pero yo no se todo lo Dios quiere para mi vida.”
Santiago le va a decir. “Nadie lo sabe, pero lo que usted sabe, hágalo, porque si lo sabe y no lo hace, eso es pecado.
Un cristiano que vive como ateo va a decir: “Señor, esto no es de tu incumbencia.” Sin embargo, el creyente sabio y maduro desarrolla el hábito de decir: “Señor, todo en mi vida es de tu incumbencia.”
¡Y debe serlo! ¿Por qué? ¡Porque vivimos vidas breves – vidas que se evaporan!
Con razón Santiago nos dice que si queremos vivir una vida santa – debemos rendir nuestras vidas a la voluntad de Dios. Debemos profundizar nuestro deseo de agradar a Dios.
Concluyo con las palabras de un autor que muy sabiamente dijo: “La vida es un regalo de Dios. Que hacemos nosotros con ella, es nuestro regalo para El.” [x]
—
[i] R. Kent Hughes, James: Faith that Works (Crossway Books, 1991), p. 203.
[ii] Spiros Zodhiates, The Patience of Hope: An Exposition of James 4:13-5:20 (AMG Publishers, 1981), p. 14.
[iii] R.C.H. Lenski, The Interpretation of The Epistle to the Hebrews and the Epistle of James (Augsburg Publishing House, 1966), p. 639.
[iv] Craig L. Blomberg & Mariam J. Kamell, Exegetical Commentary on the New Testament: James (Zondervan, 2008), p. 207.
[v] SearchTime.com, Japan’s Earthquake Warning System Explained, Lucy Birmingham, Tokyo, March 18, 2011.
[vi] Anthony Evans, The Perfect Christian (Word Publishing, 1998), p. 178.
[vii] Hiebert, p. 253.
[viii] Zodhiates, p. 26.
[ix] Hughes, p. 206.
[x] Chris Brady & Orrin Woodward, L.I.F.E. (Obstacles Press, 2011), p. 12.