Introducción
En programas anteriores mencione a Joni Ericsson Tada que, cuando era adolescente, se zambulló en una bahía, sin saber que esa parte era muy poco profunda.
Ella se golpeó la cabeza con el fondo rocoso y quedo paralítica. De hecho, ella se habría ahogado si no hubiera sido por su hermana que la vio en el momento del accidente y la fue a socorrer.
Joni era una joven fuerte y atlética, y una creyente optimista. De hecho, al leer su Biblia, ella se convenció de que Dios prometía sanidad. Basada en parte en el pasaje que vamos a estudiar hoy, ella estaba convencida de que Dios sanaría su columna y, milagrosamente, ella podría caminar de nuevo.
Así que, un día, reunió a un grupo de amigos y lideres de su iglesia para tener una reunión de sanidad. La semana anterior a esa reunión, ella había confesado públicamente su fe diciendo: “Se que voy a ser sanada, así que esperen verme en la puerta de su casa en cualquier momento.” En el día de la reunión, los hermanos la rodearon, la ungieron con aceite y oraron fervientemente.[i]
Pero nada sucedió…eventualmente, todos se fueron a sus casas.
Joni luego entraría en un oscuro valle de dudas y desilusión- un valle transitado por miles de creyentes durante los años.
Ella pensó: ¿Me habré olvidado algo? ¿Habré usado la formula correcta? Tal vez no tuve suficiente fe. Tal vez tendré pecado sin confesar. ¿Usé el aceite adecuado? ¿Los que oraron por mi eran las personas adecuadas? Etcétera, etcétera.
Pasó un buen tiempo hasta que ella salió a flote en su vida espiritual con un mejor entendimiento de la soberanía de Dios y su Palabra.
¿Puede Dios sanar a personas milagrosamente en la actualidad? Claro que si. ¿Podría haber sanado a Joni en ese momento? Sin duda.
Dios puede hacer lo que le plazca.
Pero, ¿Existe alguna formula que nos garantice la sanación cada vez que la usemos? ¿Hay algún versículo que diga que Dios nos va a sanar por medio de alguien que sea espiritualmente superior? ¿Hay algún pasaje que nos garantice que aquellos que tenga la suficiente fe van a recibir cualquier milagro que pidan?
Voy a leerles unos versículos de la Biblia que han usado líderes religiosos, movimientos y denominaciones de todo tipo- evangelistas y sacerdotes- para probar todo eso y mucho mas.
Voy a leer un pasaje que ha sido utilizado por lideres Católicos y Protestantes para probar que existe una jerarquía de poder espiritual a la que, obviamente, solo pueden acceder ellos. Voy a leerles un pasaje de la escritura que parece afirmar que el aceite tiene un poder místico en la sanidad de los enfermos; un pasaje usado por muchos para justificar su teología de la prosperidad y el movimiento de la oración de fe.
Voy a leerle un versículo o dos que se han usado para apoyar el uso del nombre de Jesús como un encantamiento – como una fórmula mágica para producir milagros. De hecho, voy a mostrarle unos versículos de la Biblia que parecen garantizar la sanidad física para cuando este enfermo.
¿Esta listo para escuchar estos versículos? Tenga listo un lápiz y un resaltador. Esta es la formula que usted tanto estaba esperando.
Santiago capitulo 5, versículo 13 dice:
“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.”
Ahora, inmediatamente debe tener algunas preguntas en su mente ¿no es así?
- ¿Qué rol cumplen los ancianos de la iglesia con las sanidades y enfermedades?
- ¿Acaso, tienen una función especial? ¿Se supone entonces que deben predicar, orar y sanar?
- ¿Por qué el aceite es parte del proceso?
- Esta oración de fe ¿restaura siempre al que esta enfermo?
- ¿Que tiene que ver esto con la confesión de pecado?
- ¿Que tipo de enfermedad es la que se esta curando aquí?[ii]
Esas son muy buenas preguntas. Vayamos de a poco desenredando todo esto y descubriendo que significa.
Lo que muchas veces se pasa por alto al leer este pasaje, es que la cuestión principal aquí es la oración. De hecho, subraye la palabra “oración” en su Biblia. Verá que aparece en cada uno de los versículos que acabamos de leer. Ese es el tema principal.
Lo que también muchos ignoran es el contexto –Recuerde que Santiago no le esta escribiendo a los creyentes para decirles como salir de las pruebas, sino como lidiar con ellas.
Como soportar, como persistir…y la oración es el corazón de la persistencia.[iii]
Podríamos ponerlo de la siguiente manera: La persistencia es el automóvil y la oración es el motor que hace que este ande.
“Por tanto,” escribe Santiago en el versículo 7, “tened paciencia hasta la venida del Señor. Versículo 8… Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca… Versículo 11, “He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren.”
Y ahora en el versículo 13, Santiago agrega la oración a esta lista de mandatos o imperativos.
Así que comencemos a estudiar este pasaje, desde el versículo 13 y descubramos lo que Dios nos quiere decir a través de estos versículos frecuentemente mal utilizados y ciertamente confusos para nuestro pensamiento moderno.
Y al hacerlo, vamos a encontrar tres mandatos de Santiago para el creyente.
El primero es el siguiente:
Ore cuando se encuentre colmado de emociones
Comenzando con el versículo 13, Santiago escribe, “¿Está alguno entre vosotros afligido? –o sufriendo. Y aquí esta el mandato: Haga oración.”
La verdad es que a nosotros, como creyentes, nos gusta hablar acerca de la oración, nos gusta escuchar acerca de oraciones que han sido contestadas, nos fascinan las historias de los grandes hombres de Dios que vieron al Señor hacer maravillas en respuesta a sus fervientes oraciones. Nos gusta todo acerca de la oración, excepto la disciplina de orar.[iv]
Un autor hizo una encuesta entre evangélicos, la cual refleja que el cristiano promedio ora entre 3 y 5 minutos diarios –en contraste con las 3 a 5 horas que ve de televisión o que usa Internet en el día. Luego el dijo: “Compare el tiempo que gasta quejándose con el que pasa en oración; compare el tiempo que gasta hablando acerca de otras personas con el tiempo que pasa hablando con Dios. Eso le dará una idea de cuan preparado está para soportar las dificultades de la vida.[v]
Santiago está escribiendo aquí: ¿Esta teniendo problemas en la vida? Entonces ¿Con quien esta hablando al respecto? ¿Ha hablado con Dios al respecto?
La palabra para afligido en el versículo 13 hace referencia a sufrir calamidades o adversidades. El problema puede ser físico, mental, emocional, personal o financiero.[vi]
Sea lo que sea que usted este sufriendo, ore. Y Santiago no esta dando un consejo trivial. Él le esta escribiendo a creyentes judíos, muchos de los cuales lo han perdido todo y estaban en el exilio.
Estas personas estaban en la iglesia, escuchando la carta del apóstol Santiago que estaba siendo leída en la asamblea; y sin duda ellos tenían una lista de oración y un tiempo de oración como asamblea –pero la pregunta seguía siendo ¿Está usted orando personalmente por su situación?
Durante tiempos difíciles, llenos de adversidades y emociones, Santiago dice: “no solo hablen de orar; no vayan a la reunión de oración y listo; no se asocien con personas de oración y listo; asegúrense de orar.”
Y el tiempo verbal indica una oración continua – es decir, mantener una conversación continua con Dios en cuanto a esa lucha o dificultad.[vii]
Cuando este dolido…haga oración.
Luego Santiago va al otro extremo del espectro emocional y dice en el versículo 13, “¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.”
Santiago esta describiendo el polo opuesto de las emociones ¿Esta alguno alegre?
Esa palabra esta relacionada con el buen ánimo; el buen humor. Solo aparece en otro pasaje de la Escritura, cuando Pablo está tratando de animar a la tripulación del barco que luego iba a naufragar.[viii]
No es una palabra que haga referencia a una actitud superficial de alboroto y risa, sino que denota una actitud interior de regocijo.[ix]
Santiago dice: “Cuando estén experimentando esa emoción, no se olviden de alabar a Dios.” Este es, de hecho, un mandato. ¡Cante alabanzas! Signo de exclamación.
Thomas Manton, un reconocido predicador puritano del siglo 17, escribió lo siguiente: “Nosotros queremos la misericordia de Dios en la mañana, pero por lo general nos olvidamos de cantarle alabanzas a Dios en la noche.”[x]
Si usted esta pasando por problemas- ore a Dios. Si esta feliz, cante alabanzas al Señor.
Lo que Santiago hace aquí es proveer un contraste entre toda emoción posible. Desde la angustia más profunda hasta el éxtasis. En otras palabras, hable con Dios acerca de cada emoción que usted experimente.
Hasta el día de hoy, el pueblo de Dios se destaca por componer y cantar alabanzas al Señor.
Un gobernador Romano dijo hace 1900 años, que los creyentes tenían el hábito de ‘reunirse antes del amanecer y cantarle himnos a Cristo como su Dios.”[xi]
A propósito, hace poco un hombre me contó que una de las cosas que más le llamó la atención al visitar una iglesia protestante por primera vez en su vida, fue el entusiasmo de la congregación al cantar los himnos. Eso realmente lo sorprendió… para bien.
El cantar no es un preludio a lo que realmente es importante, que viene a continuación. No, cantar es importante. De hecho, es uno de los mandatos que tenemos en la Biblia.
Querido oyente, todos nosotros estamos perseverando en la vida – de distintas formas, pero todos lo estamos haciendo. Algunos hoy están en el valle y otros en la cima. ¿Es de sorprenderse entonces que Dios nos llama a congregarnos y animarnos en la fe al orar y alabar a Cristo con canciones?
El punto es que lo que hace como congregación, también debemos hacerlo de manera individual.
Ya sea que usted este sufriendo o atravesando un momento placentero en su caminar a través de esta vida, Santiago quiere que se lo hagamos saber a Cristo- y esto lo hacemos orando y alabándole con canciones.
Cuando usted se sienta lleno de emoción – ya sea buena o mala – interrúmpala con oraciones o cánticos. Ore cuando se sienta muy emotivo
Segundo, Santiago nos manda a:
Orar cuando se siente derrotado y débil
Note el versículo 14,
“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará…”
Ahora, hagamos una pausa. Acabamos de leer la palabra “enfermo” dos veces – una vez en el versículo 14 y otra en el 15.
La palabra griega que se traduce “enfermo” (ασθενεω) significa sentirse débil o decaído.[xii]
Ahora, esta palabra puede aplicarse a una debilidad física – o sea, una dolencia o enfermedad- como también puede referirse a una debilidad espiritual – a sentirse decaído espiritualmente.
- Por ejemplo, Pablo usa esta palabra en Romanos 14:1 para referirse a un creyente inmaduro, que es débil en su fe – la misma palabra que usa Santiago.
- En 1 Corintios 8, versículo 9 Pablo la usa para referirse a un creyente inmaduro que tropieza a causa de la libertad de un creyente maduro. Así que Pablo anima al creyente maduro a cuidarse de no ser de tropiezo a otros mas débiles –la misma palabra.
- Pablo también usa esta palabra en Romanos 5 para referirse a nuestro estado como incrédulos. Él escribe en el versículo 6, “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.”
Así que, dependiendo del contexto, esta palabra puede referirse a una debilidad física o a una debilidad (o inhabilidad) espiritual. Los traductores de su Biblia tuvieron que tomar una decisión, así que interpretaron esta debilidad, como una debilidad física.
Pero, para clarificar las cosas, le recomiendo que escriba la palabra “débil” en el margen de su Biblia. Ahora este versículo diría:
“¿Está alguno débil entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.”
Ahora esto tiene más sentido. Uno no llama a los ancianos de la iglesia cuando esta enfermo para que vengan a curarlo. Yo, como pastor, no puedo hacer nada por usted, sino tomarle la temperatura y tal vez darle una aspirina.
Santiago esta diciendo que se debe llamar a los ancianos cuando uno esta débil espiritualmente.
De hecho, si se fija en el versículo 15, vera que la palabra traducida ‘enfermo’ aparece de nuevo.
Y esta es una palabra distinta a la del versículo 14, si bien es similar y muy interesante. En las veces que aparece en la Biblia, esta palabra nunca se refiere a una dolencia física, sino a una fatiga y un cansancio espiritual que luego lo lleva a uno a estar enfermo.
Usted puede escribir en el margen de su Biblia, allí en el versículo 15, la palabra ‘cansado.’
Esa palabra en particular aparece en Hebreos capitulo 12, versículo 3. Allí leemos:
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
El escritor de Hebreos esta animando a sus lectores a correr con paciencia o perseverancia la carrera que tienen por delante. Este es mismo contexto de Santiago, el de la perseverancia. Y Él dice, “para que vuestro ánimo no se canse” – la misma palabra que en Santiago 5:12 es traducida como ‘enfermo.’
Así que Santiago esta diciéndole al débil espiritualmente que llame a los ancianos.
Lo cual nos deja en claro que este texto no tiene nada que ver con las reuniones y cruzadas de sanidad que se hacen en la actualidad. Esta no es una reunión pública de sanidad, sino una reunión privada en la casa del hermano desanimado.
Y note que esto no incluye a líderes espirituales fuera de la iglesia, sino a líderes espirituales de la congregación de ese hermano que esta agobiado. Son los ancianos de la asamblea local.
Ahora note nuevamente el versículo 14.
“¿Está alguno débil entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.”
Ahora, ¿qué está sucediendo aquí con lo del aceite? Bueno, permítame decirle qué es lo que no está sucediendo primero, para luego hablar de lo que si esta sucediendo.
Primero, este pasaje no está justificando la práctica de la extrema unción. Los católicos Romanos ven este texto como un apoyo bíblico a la practica ungir con aceite a alguien que esta por morir. Supuestamente, esto perdona los pecados de esa persona.
El aceite tiene que ser preparado y aplicado por un sacerdote con ciertos rituales. El va por los distintos miembros del cuerpo diciendo algo como, “Por esta santa unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto has cometido por la vista – o por el habla – etc.”[xiii]
Pero escuche querido oyente, al leer este pasaje, aún de forma superficial, podemos ver que es obvio que esta unción tiene que ver con la salud y no con la muerte.
Esto no es para el que se esta muriendo, es para el que esta vivo. Y no se necesita aceite o agua bendita para perdonar los pecados de nadie. Cristo sufrió y murió por nuestros pecados.
El pecado con el que lidiamos a diario lo confesamos para no interrumpir nuestra relación con Dios y su Iglesia. Lo confesamos para volver a disfrutar esa comunión, y no para salvarnos del infierno. El sacrificio de Cristo en nuestro lugar nos ha salvado de una vez por todas.
Este pasaje no justifica ningún sacramento que perdone pecados antes de que uno muera. Este pasaje no habla de muerte, sino de salud. Es mas, este pasaje no le da al aceite un poder mágico o místico que garantice la sanidad.
Ese hombre en la televisión le que dice que si usted le compra esa pequeña botella con agua del río Jordán usted va a tener mas poder espiritual, le esta mintiendo. Todo el que le quiera vender un amuleto, aceite, o lo que sea prometiéndole algún beneficio espiritual le está mintiendo, y le está robando descaradamente. No son más que charlatanes y aprovechadores.
Entonces, la pregunta que uno se hace ahora es: Si este aceite que menciona Santiago no es un sacramento o alguna poción mágica, ¿Por qué se menciona aquí?
Los judíos que leyeron la epístola –o la escucharon, mejor dicho- habrían entendido inmediatamente de lo que se trataba, ya que esa era una práctica común.
En aquellos tiempos era común usar el aceite de oliva como si fuera una crema relajante. Santiago no está refiriéndose a poner una gota de aceite en la frente de la persona. Él está hablando acerca de un masaje con aceite.[xiv]
Existen documentos históricos que hablan de esta práctica donde algún miembro de la familia acompañaría a los ancianos, y este haría el masaje.
La palabra traducida ‘ungir’ en el versículo 14 es un poco confusa, ya que suena a una especie de ritual o ceremonia.
Un famoso erudito griego nacido en la isla de Creta, nos explica que esta costumbre seguía vigente al principio del siglo 20. Se llevaba a cabo tanto para personas enfermas como para los que estaban fatigados emocionalmente. De hecho, era común, que sin importar que problema tuviera la persona, generalmente se le daba un masaje con aceite de oliva.[xv]
Herodes el grande se bañaba en una tina llena de aceite de oliva la cual, según él, le daba fuerza. Celsius recomendaba frotar aceite en la piel para bajar la fiebre, entre otras cosas.[xvi]
Aún, hoy en día, la gente paga buen dinero en tratamientos de spa, y masajes.
Esta referencia de Santiago a ungir el cuerpo con aceite era solo parte de la ayuda- sin dudas el aceite era la mejor medicina en aquella época para los fatigados- pero ese no es el tema principal aquí. De ser así los ancianos podrían haber enviado a un grupo de hermanos a la casa de esa persona. Pero Santiago dice que se debe de llamar a los ancianos.
¿Por qué? Porque el problema principal tiene que ver con el pecado. En otras palabras, esta persona estaba espiritualmente débil y en un estado físico fatigado a causa de su pecado sin confesar.
Los problemas físicos eran secundarios. La restauración y la reconciliación eran los asuntos principales a tratar. Así que, esta persona ahora decide arrepentirse y llama a los ancianos para que vengan a su casa- ya que se encuentra agobiado, lleno de culpa y angustia, debilidad espiritual y fatiga.
Como el Rey David, cuando escribió en el Salmo 32, versículos 3-4,
“Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano.”
Estos son los efectos físicos de la hipocresía y el pecado oculto.
Esa es la escena de Santiago 5. Un hombre que esta apesadumbrado por su pecado sin confesar y llama a los ancianos.
Y note lo que sucede a continuación- versículo 14,
“Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.”
Esa pequeña frase ha creado todo tipo de supersticiones. Muchos piensan “voy a pronunciar el nombre del Señor Jesús una docena de veces y me voy a sanar – o eso me va a proteger.”
Sin embargo, el orar en el nombre del Señor Jesucristo significa que usted esta orando en conformidad a todo lo que el nombre de Cristo representa.
El simple hecho de repetir “Jesús” una y otra vez no produce resultados mágicos. Su nombre representa Su carácter y Sus atributos. El invocar su nombre significa reconocer todo lo que Cristo es. El orar en el nombre del Señor Jesús significa orar según Su voluntad.
El terminar una oración diciendo “en el nombre del Señor Jesús” significa que usted esta entregando sus expectativas al Señor, y sometiéndose a su voluntad.
No es una formula especial…no es una frase mágica; tampoco hay posturas especiales para la oración sea mas eficaz.
Francamente, lo importante no es la postura en la que usted ore, sino que usted tome tiempo para orar.
- Entonces, Ore cuando esté colmado de emociones.
- Ore cuando esté débil y derrotado.
- Y en tercer lugar, ore cuando se sienta dominado por el pecado
Note lo que dice el versículo 15, allí leemos:
“Y la oración de fe salvará al cansado, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”
No hay duda alguna que este creyente debilitado y agobiado esta orando también, pero note que el pasaje no nos dice que el enfermo esta haciendo esta oración de fe, sino los ancianos.
Así que, aquí estamos hablando de la fe del líder espiritual, y no la del creyente enfermo.
Note la diferencia con las cruzadas de sanidad en el día de hoy. Si la persona no se sana, lo primero que se pone en duda es su fe. Es decir, si no se sano, es porque no tuvo la fe suficiente.
Joni Ericsson, que ha servido al Señor por años desde su silla de ruedas, confrontó una vez los famosos tele evangelistas sanadores diciendo: “Kenneth Copeland o Benny Hinn jamás me llamaron para que asista a una de sus reuniones. Y puedo imaginarme por que.”
Luego ella contó que cuando era joven –creyendo aun que Dios quería sanarla- le pidió a su hermana que la llevara a una de esas reuniones de sanidad en la ciudad de Washington D.C. El estadio estaba lleno, y unas 35 personas estaban en sillas de ruedas, al igual que ella, esperando con ansias que las sanaran. Pero nada sucedió en la reunión. Fue algo muy triste y devastador emocionalmente.
Ella dice que recuerda muy bien que los ayudantes se llevaron a todos lo que andaban en sillas de ruedas antes de que terminara la reunión. Mientras se iban, muchos de ellos se preguntaron si el problema no era su propia fe.
Santiago le diría a los sanadores de hoy en día, “Ustedes no solo están malinterpretando mi epístola, ya que, si aún estuviera hablando de sanidad física, dejé muy en claro que la cuestión de tener suficiente fe es para ustedes, no para los enfermos.”
Y note que el versículo 15 garantiza una restauración. Allí leemos:
“Y la oración de fe salvará al enfermo/o cansado, y el Señor lo levantará;”
No dice “tal vez lo levantara,” sino que garantiza que el Señor lo levantará.
Entonces, si este pasaje se refiere a la sanidad física, cada vez que un creyente se enferma, todo lo que tiene que hacer es llamar a los ancianos para que lo unjan con aceite y listo, se va a sanar. [xvii]
Pero si usted se fija, el mismo Apóstol Pablo dejó a varios de sus colaboradores enfermos, uno de ellos cerca de la muerte. Si todo lo que se necesitaba era una oración de fe y un poco de aceite ¿Por qué Pablo no lo puso en practica?
La frase clave de todo esto se encuentra en la última parte del versículo 15.
“…y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”
Esa pequeña palabra, “si,” esta llena de significado. En griego, esa palabra puede tener un par de matices. En este caso, la palabra “si” no significa “en el raro caso de que haya cometido pecado” sino, “ya que lo mas probable es que ha pecado.”[xviii]
Santiago esta diciendo, “Si este ha cometido pecados, y seguramente lo ha hecho, estos serán perdonados.”
En otras palabras, sus pecados finalmente lo alcanzaron. Obviamente que estar cansado, débil y decaído no siempre son resultado de algún pecado, Santiago escribe que, en este caso, si lo es.
Entonces, aquí se nos describe a un hermano que pecó en un pasado, no se arrepintió y estuvo en disciplina. Durante ese tiempo, el peso de su pecado lo agobió. Por eso, ahora, él llama a los ancianos, para arrepentirse, limpiar su consciencia y buscar reconciliación – reconciliación con el Señor y con la congregación.
Los ancianos acuden y le dan la mejor medicina para el cuerpo y oran por su restauración espiritual ¿y adivine que? Cada vez que alguien se arrepiente del pecado que lo ha dominado y regresa a Cristo, Dios lo restaura. Siempre. 100% Garantizado.
La palabra que Santiago usa para “perdonado” en el versículo 15, es una palabra que da la idea de una persona que ha sido revivida – despertada.[xix]
El arrepentimiento nos lleva al avivamiento… siempre. Así que ore:
- Ore cuando se encuentre colmado de emociones
- Ore cuando este derrotado y débil.
- Ore cuando se sienta dominado por el pecado
Y usted será avivado, restaurado, sanado… sin duda alguna.
—-
[i] Charles R. Swindoll, James: Practical and Authentic Living (Insight for Living, 1991), p. 178
[ii] John MacArthur, When the Healing Doesn‘t Come (Word of Grace Communications, 1988), p. 24
[iii] Ibid, p. 25
[iv] Tony Evans, James: The Perfect Christian (1998, Word Publishing), p. 225
[v] Ibid
[vi] D. Edmond Hiebert, James (BMH Books, 1992), p. 293
[vii] Craig L. Blomberg/Mariam J. Kamell, Exegetical Commentary on the New Testament: James (Zondervan, 2008), p. 241
[viii] Hiebert, p. 293
[ix] Ibid
[x] Alister McGrath/J.I. Packer editors, The Crossway Classic Commentaries; Thomas Manton, James (Crossway Books, 1995), p 329
[xi] William Barclay, The Letters of James and Peter (Westminster Press, 1976), p. 128
[xii] Fritz Rienecker/Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 741
[xiii] Thomas Manton, p. 333
[xiv] Hiebert, p. 296
[xv] Spiros Zodhiates, The Patience of Hope: And Exposition of James 4:13-5:20 (AMG, 1981), p. 124
[xvi] R.C.H. Lenski, The Interpretation of the Epistle to the Hebrews and the Epistle of James (Augsburg Publishing, 1966), p. 660
[xvii] Evans, p. 232
[xviii] John Phillips, Exploring the Epistle of James (Kregel, 2004), p. 189
[xix] John MacArthur, James (Moody Press, 1998), p. 278