Introducción
Un evento inolvidable ocurrió en la vida de 3 jóvenes que se estaban por graduar de una Universidad Cristiana en California.
John Wallace, el presidente de la universidad, había invitado a estos 3 estudiantes a asistir a un evento especial donde estaban reunidos exalumnos, profesores, y el directorio de la universidad, entre otros. Estos estudiantes en particular habían decidido pasar los próximos dos años de su vida sirviendo en India, entre los intocables. Ellos asumieron que los habían invitado simplemente para para comisionarlos y alentarlos.
Sin embargo, algo sorprendente sucedió que no se lo habían esperado. El Dr. Wallace se dirigió a los tres estudiantes y les dijo: “Tengo noticias para ustedes. Hay una persona que ustedes no conocen, pero que aprecia lo que ustedes planean hacer en los próximos 2 años, y le ha dado una donación a la universidad en su nombre.” Luego, se dirigió al primer estudiante y le dijo: “En nombre del benefactor, se le perdona su deuda estudiantil de $105,000 dólares a esta institución.” El estudiante inmediatamente comenzó a llorar. El presidente se dirigió al segundo estudiante y le dijo: “Y a ti se te perdona tu deuda estudiantil de $70,000 dólares;” y al tercer estudiante le dijo: “Se te perdona tu deuda de $130,000 dólares a esta Universidad.”
Todos en la sala ya estaban llorando… especialmente estos tres estudiantes que no tenían idea de que esto sucedería. El autor que relata estos hechos escribe: “Ellos fueron emboscados por gracia, impresionados de que alguien que ni siquiera conocían pagó sus deudas.”[i]
A decir verdad, esto es muy parecido a lo que significa ser emboscado por la gracia, el amor y la bondad de Dios. Hemos sido emboscados por la bondad de Dios.
La única diferencia es que no nos inscribimos para servir a Dios en India por dos años para convertirnos en beneficiarios de su bondad. De hecho, no merecíamos su favor en lo absoluto.
Pero la verdad permanece, cuanto más aprendemos acerca de nuestra redención en Cristo, más nos impresiona su gracia, más boquiabiertos nos quedamos por la bondad de Dios.
Ahora, en nuestros últimos programas, hemos estado estudiando lo que Pablo tenia que decirles a esos cristianos sobresalientes que vivían en la isla de Creta, esos descendientes de piratas en el siglo primero.
Y también hemos estado explorando lo que significa ser un cristiano sobresaliente en el siglo XXI.
Permítame invitarlo nuevamente a abrir su Biblia en Tito capítulo 3, donde Pablo revela que nosotros – piratas y rebeldes de corazón – en realidad no somos más que beneficiarios de una salvación sobresaliente. Hemos sido emboscados por un Salvador sobresaliente.
El capítulo 3, versículo 4 de Tito comienza diciendo: Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que, justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Créalo o no, esa es una sola oración – una oración bien larga. Estoy convencido de que el apóstol Pablo terminaba sus oraciones cuando se quedaba sin tinta. Esta es una oración ininterrumpida. Y quiero ocuparme de toda esta oración en nuestro estudio de hoy.
Como verá, esta oración comienza con esa pequeña palabra contrastante que mencioné en nuestro estudio anterior – una de mis palabras favoritas en la Biblia – ¡Pero!
Eso lo cambia todo.
Volvamos entonces al versículo 2 para ver este contraste. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros – PERO.
En otras palabras, a pesar del hecho de que esa era nuestra condición, algo está por suceder, y esa pequeña palabra, “pero”, significa que todo está a punto de cambiar.
- Cuántos postulantes han escuchado al representante de la compañía decir: “Realmente nos gusta su currículum y su experiencia, pero…”
- “El comprador consideró que vale la pena comprar su casa y realmente la quiere, pero…”
- Cuántos hombres han escuchado la frase: “Me agradas y creo que eres una gran persona, pero…”
Uno se olvida de todo lo que venía antes del “pero” ¿no es así?
Charles Hughes se desempeñó como Secretario de Estado en 1921 y luego como juez en la Corte Suprema. Como Secretario de Estado, una vez asistió a una conferencia panamericana donde tendría que depender de un traductor para entender a los oradores de habla-hispana. Charles le dijo a su traductor: “Escucha, mientras que es importante que me vayas traduciendo todo lo que están diciendo, lo que realmente quiero es que traduzcas cada palabra después de que el orador diga “pero,” porque eso puede cambiarlo todo.”[ii]
Pablo está diciendo: Mira, no tenemos nada que ofrecerle a Dios sino vidas pecaminosas, pero hay algo que lo cambia todo.
El versículo 4 comienza con la verdad de que:
-
Tenemos un Redentor Sobresaliente
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
5 nos salvó…
Pablo comienza subrayando la bondad y el amor de Dios. Al estudiar la palabra, bondad, uno descubre que Pablo es el único que la usa en todo el Nuevo Testamento. Da la idea de ser generoso.[iii]
Y no es de sorprendernos, entonces, que el siguiente sustantivo nos habla del sobresaliente amor de Dios. Pablo escribe: “La bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por la humanidad se manifestó…”
En el original, esta es una palabra compuesta por filia – que significa amor y antropos – que significa persona, dándonos la frase amor para con los hombres. De allí sacamos la palabra filantropía (φιλανθρωπια).[iv]
La humanidad siempre ha estado muy impresionada por la filantropía – los actos de bondad hacia la humanidad. De hecho, regalar algo que podrías haber guardado para ti mismo es algo que incluso los antiguos griegos valoraban mucho: Se consideraba una de las virtudes más grandes que podrías demostrar para con otro.[v]
Quizás recuerda que, por el 2010, varios multimillonarios se comprometieron a regalar la mitad de sus fortunas a diferentes causas filantrópicas. Leí que Bill Gates prometió regalar la mitad de su fortuna personal; lo que equivale a unos 30 mil millones de dólares… y con los 30 mil millones restantes tratará de sobrevivir… no se como lo va a hacer.
Pero sinceramente, admiro que – lo sepa o no – él está reflejando la ley de Dios escrita en su corazón. Porque Dios es el filántropo por excelencia.
De hecho, Él no solo regala parte de su fortuna… el dinero no es nada para él; para Dios, el oro no es más que asfalto… es parte de la calle.
Como verá, la filantropía en su máxima expresión es entregar su vida.
Una cosa es darle algo a alguien; Otra cosa es amar a alguien y sacrificar su vida por ella.
Su bondad y amor se manifestaron.
John Phillips escribe en su comentario sobre un incidente cuando visitó a un amigo suyo. La hija de este hombre era alcohólica. Phillips escribe, “un día estaba de visita en su casa cuando trajeron a esta chica hasta la puerta. Ella había bebido casi una botella entera de whisky. Su temperamento era violento y abusivo. Su cara estaba roja, su actitud beligerante, sus acciones violentas. Miré la foto de la joven que todavía colgaba en la pared de la casa de este hombre. Sentí lástima de la pobre muchacha con todo mi corazón por las terribles decisiones que había tomado en su vida y por su esclavitud ante un tirano tan cruel e implacable como el alcohol. Sin embargo, vi que su padre la tomó suavemente del brazo, ignorando su [lenguaje] abusivo. Dirigió sus pasos inestables hacia su auto. La acomodó con cuidado, con el rostro triste y los ojos llenos de dolor. Le puso el cinturón de seguridad; luego la llevó a su casa y la acostó en su cama.” John Phillips escribe: “Él sentía lastima por ella… pero también la amaba.”[vi]
Multiplique la esclavitud, la miseria y el abuso de esa joven por 10 mil y el amor de ese padre por el infinito y verá el amor de nuestro Redentor, que no solo se compadeció de nosotros, sino que también nos amó.
Y su amor – escribe Pablo – su amor se manifestó. Esta es una referencia a su encarnación, donde vino a morir y resolver para siempre el asunto de la expiación por los pecados pasados, presentes y futuros.
Cristo vino hasta la alcantarilla en donde estábamos; Se mudó a nuestra cárcel – nosotros no lo estábamos buscando, Él vino a buscarnos… y nos rescató.
Nos capturó con su bondad y gracia.
Nosotros tenemos un Redentor sobresaliente.
En segundo lugar:
-
Nosotros hemos recibido una redención sobresaliente.
La pregunta ahora es, ¿cómo podremos salir de la alcantarilla? ¿Cómo podríamos juntar el dinero necesario para salir del mercado de esclavos del pecado y el dominio de las tinieblas?
Pablo nos aclara la respuesta en la siguiente frase: note el versículo 5. 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia.
En griego, la frase, “no por obras,” aparece primero en la oración para darle mayor énfasis. Podríamos traducirlo: “no por obras, sino por su misericordia, no nos salvó.” Lo que significa que la verdadera salvación bíblica no solo es gratuita, sino que incluye un componente de humildad.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
Para que ninguno de nosotros se jacte.
La verdad es que si pudiéramos coser una sola puntada de justicia en nuestras vestiduras de gloria, que algún día vamos a usar, pasaríamos toda la eternidad admirando esa puntada.
“Hermosa túnica, ¿no? ¿Viste esto? Eso lo hice yo.
Piense en lo que hace con sus hijos pequeños. Cuando el día está llegando a su fin, usted les dice: “Listo, es hora de guardar los juguetes. Agarren todos sus juguetes y pónganlos en la caja. Recojan todos sus autitos, muñecas y bloques… vamos, a guardar, a guardar.” Usted sabe que ellos no van a poder hacerlo a la perfección, pero quiere que hagan el esfuerzo, ¿verdad? Y luego, después de meterlos a la cama, va por toda la casa encargándose de todo lo que no hicieron.
Mucha gente piensa que así es como Dios nos salva. “Mira, haz todo lo que puedas hacer porque Dios apreciará toda la ayuda que le brindes, y cuando termines, Él se encargará de todo lo que no puedas hacer.”[vii]
Pablo escribe, no por obras, nos salvó.
Nadie corre por el cielo diciendo: “Hice mi parte y Dios se encargó del resto.”
El cristianismo sobresaliente nos enseña la verdad de una redención sobresaliente, pagada en su totalidad por el mismo Señor Jesucristo, sin que nosotros le hayamos ayudado.
La salvación es un regalo que solo podemos recibir, nunca comprar o contribuir para obtenerlo. Es más, para asegurarse de que entendamos este concepto, Pablo termina diciendo: Es por su misericordia.
Pablo escribe algo parecido a los efesios cuando dice: Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4 Pero Dios (allí está esa palabra nuevamente – Pero Dios), que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efesios 2:3-5)
¡Así es como nos salvó! No puede ser más claro. Y no puedo describir el gozo que tuve la semana pasada cuando pude explicarle esto a una pareja que había estado visitando nuestra iglesia por unos meses – ambos en sus 60 años. El hombre me dijo, mientras conversábamos en mi oficina, “Mire, yo no crecí en una iglesia que hablara acerca de ser salvo… pero acá lo he escuchado bastante. De hecho, he empezado a leer mi Biblia y estoy encontrando esa palabra – salvo – por todos lados.”
Yo le explique lo que significaba ser salvo por la fe en Cristo solamente y porque solo Cristo pudo redimirnos, sin obras religiosas o buenas acciones de nuestra parte, y, al final de nuestra conversación, él inclinó su rostro y oró en sus propias palabras diciendo, “Señor Jesús, Te quiero pedir ahora mismo que me salves.”
Querido oyente, el cristiano no tiene de qué alardear, pero tiene toda una eternidad para agradecer al Señor por su salvación.
Hemos sido emboscados por la bondad y la gracia de Dios.
Vaya redentor que nos ha dado tan maravillosa redención.
-
En tercer lugar, nosotros estamos sobrellevando una obra de reconstrucción sobresaliente.
Note la mitad del versículo 5. Por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.
Vamos a estudiar este versículo parte por parte.
Primeramente, que significa la frase: Por el lavamiento de la regeneración. . .
Hay quienes dirían que esto se refiere a la ordenanza del bautismo, gastan mucho tiempo explicando que uno no puede convertirse en cristiano hasta que se haya bautizado.
Bueno, para entender de que se trata esto realmente, todo lo que hay que hacer es leer la siguiente frase y descubrir quien es el que bautiza. Observe nuevamente: Por el lavamiento de la regeneración y la renovación del Pastor.
No.
El agente que realiza la acción es el Espíritu Santo.
Esta es una limpieza interna y espiritual del corazón – que ciertamente se representa externamente con el bautismo en agua.
Ahora, es cierto que, en la mente de los Apóstoles y la iglesia primitiva, no existía un creyente no bautizado.
¿Por que? Porque apenas uno creía, lo bautizaban.
Así que, no cabía en la mente de los creyentes que hubiera tal cosa como un cristiano no bautizado. ¿Por qué alguien seguiría a Jesucristo y no querría identificarse a través de la ordenanza que instituyó mediante la cual el discípulo se identifica públicamente con su muerte, sepultura y resurrección?
Alguien podrá decir: “Pero yo me pongo nervioso cuando hay mucha gente; No me gusta hablar en público; Realmente no quiero que me vean con el pelo mojado; ¿Y si me sube el agua por la nariz? ¿Qué pasa si se olvidan sacarme del agua? Eso nunca ha sucedido – aunque a veces me he sentido tentado a hacerlo.
Querido oyente, la demostración física del lavamiento ilustra el hecho interno del lavamiento espiritual – y es un acto maravilloso, pero es solo una ilustración. El bautismo en agua en si no nos regenera. Porque si así fuera, ahora tendríamos que hacer algo para ser salvos – y según la Biblia la salvación es obra exclusiva de Dios.
De hecho, si necesita ser bautizado para ser salvo, entonces también depende de otra persona para su salvación, porque otra persona tiene que bautizarlo.
La palabra que Pablo usa aquí para “lavar” no es baptizo (βαπτιζω) de donde sacamos la palabra “bautizar” sino lutron (λουτρον), que hace referencia a un baño – el tipo de baño que uno se toma antes de ir a la iglesia. Un baño completo para dejarlo limpio.
Así de sucios estábamos… no necesitábamos una pequeña lavada – necesitamos un baño completo.
Me acuerdo cuando nuestros hijos tenían unos 4 años y vivíamos en una casa que tenía una chimenea a leña. Por fuera de la casa había una compuerta que daba acceso a la chimenea, y así uno podía quitar las cenizas con facilidad. Era verano y yo no la había limpiado desde hacia tiempo.
Bueno, los chicos descubrieron la compuerta y ¿qué cree que hicieron? La dejaron cerrada y se olvidaron de ella ¿no? Ellos abrieron la misteriosa compuerta y empezaron a tirar cenizas por todos lados. Se arrojaron cenizas entre ellos… la pasaron genial.
Mi esposa me pidió que fuera a llamar a los chicos para la cena. Salí al patio y vi dos extraterrestres… con ojos grandes mirándome detrás de una gruesa capa de cenizas. Estaban cubiertos de pies a cabeza.
Volví a entrar a la casa y llamé a mi esposa para que los viera. Ella los vio y me dijo: “¿qué vamos a hacer?” Yo pensé, darlos en adopción. Ella dijo, “así no van a entrar a la casa.” Así que le dije, “Yo me encargo de esto.” Fui entonces y agarré la manguera y los empecé a bañar. A ellos le pareció que era lo máximo. ¡Que gran día!
Después traje unas toallas para que se secaran antes de entrar a la casa – estaban limpios.
La única otra vez que encontramos esta palabra “lavamiento” en el Nuevo Testamento es cuando Pablo la usa para referirse al lavamiento del agua por la Palabra, en Efesios 5:26.[viii]
Esta es la verdad espiritual de un lavado profundo – y el Espíritu Santo efectivamente usa la verdad de la Palabra de Dios para lavarnos por completo.
Palabras Clave
Ahora, en este versículo encontramos tres palabras claves que me gustaría que subraye: Las palabras, regeneración, renovación, y justificación.
1. Primero, Regeneración
Literalmente significa tener otro nacimiento. Tiene relación con lo que Jesús le dijo a Nicodemo en Juan capítulo 3 acerca de nacer de nuevo.
Esta es una palabra compuesta por las palabras griegas palin (παλιν) que significa “de nuevo” y génesis (γενεσις) que significa “comienzos.”[ix]
El Libro del Génesis simplemente significa, el Libro de los comienzos.
Pablo se refiere aquí a un nuevo comienzo… un nuevo nacimiento.
Como verá, usted ya ha tenido un nacimiento – y ese fue físico; pero ahora, dice Pablo, por medio del Espíritu Santo, el creyente ha experimentado un segundo nacimiento, que es espiritual.
La salvación es el momento de su nuevo nacimiento.
Así que, para llegar al cielo, uno debe nacer dos veces.
No es de extrañarse que Satanás haya tratado de falsificar este concepto desde los días del Antiguo Testamento.
Él falsificó la idea del sacrificio de animales y la expiación y las buenas obras y la muerte y resurrección espiritual mucho antes de que Pablo escribiera esta carta.
El corazón del hombre, con la ayuda del engañador de la humanidad, Satanás, ha creado una variedad de sustitutos para el evangelio.
Por ejemplo, una religión misteriosa requería que sus seguidores pasaran por una ceremonia donde cavaban un pozo, una tumba simbólica, y sobre el pozo colocaban vigas de madera en una especie de enrejado. Luego mataban a un toro y hacían que su sangre goteara a través del enrejado y sobre la persona. La sangre le permitía renacer; por lo que la persona salía de la tumba y se le daba un vaso de leche para que bebiera como un bebé recién nacido.
Los estoicos usaban esta palabra “regeneración” para referirse al planeta. Ellos creían que Dios lo quemaba completamente cada 3.000 años y luego experimentaba un nuevo nacimiento.[x]
Los mayas no son los únicos que han predicho el fin del mundo tal como lo conocemos. Todas estas religiones y sectas misteriosas ilustran lo que el apóstol Pablo dijo en 2 Timoteo 3:7. Siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
Solo Dios creó los cielos y la tierra, y solo Dios es quien crea la vida espiritual.
- Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él (Colosenses 1:16).
- Si alguno está en Cristo, nueva criatura es (2 Corintios 5:17).
Querido oyente, la regeneración no es dar vuelta la página; es el nacimiento de una nueva vida, por medio del Espíritu Santo – para todos los que han venido por fe a Cristo solamente.
2. Renovación
La segunda palabra clave es “renovación.” No solo somos regenerados, nacidos de nuevo, sino que también renovados por el Espíritu Santo – Pablo escribe en el versículo 5.
No solo hay regeneración, hay renovación.
Y aquí está la diferencia:
- La regeneración o nuevo nacimiento ocurre en un momento.
- La renovación ocurre durante toda la vida.
- La regeneración es como un baño espiritual que tenemos una vez en la vida.
- La renovación es como una ducha diaria.
Pablo le escribió a los corintios, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día (2 Corintios 4:16).
Pablo usa esta misma palabra nuevamente en Romanos 12:2, donde escribe: No os conforméis a este siglo – es decir, no se amolden a este mundo – sino transformaos por medio (¿de que?) de la renovación de vuestro entendimiento.
Esta es una actividad continua, donde nos rendimos ante el Espíritu Santo, quien usa la palabra para limpiar diariamente nuestra mente y corazón.
3. Justificación
Pablo usa una tercera palabra clave. Note el final del versículo 5. Por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia… detengámonos allí.
Somos regenerados, renovados y justificados.
Por cierto, en esta oración del apóstol Pablo, vemos claramente la presencia de la Trinidad. Si alguien alguna vez le pide un texto que demuestre la Trinidad, este es un excelente ejemplo.
Vemos a Dios nuestro Salvador (versículo 4); luego al Espíritu Santo (versículo 5) y ahora en el versículo 6, a Jesucristo.
Este también es un maravilloso versículo que muestra la igualdad de Jesucristo con Dios el Padre. Pablo describe a Dios como nuestro Salvador, una referencia a Dios Padre, en el versículo 4; y luego describe a Jesucristo como nuestro Salvador, en el versículo 6.
¿Cual es entonces? ¿Es Dios el Padre nuestro Salvador, o es Jesucristo nuestro Salvador? y mientras pensamos en esto, Pablo nos dice que el agente involucrado en el acto de regeneración es el Espíritu Santo, por lo que también debe ser nuestro Salvador.
La respuesta es sí. La salvación es la obra perfecta entre Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.
Ahora volvamos a esta idea de justificación.
Esta es esa parte de nuestro nuevo nacimiento donde Dios, el juez, nos declara justos – nos justifica.
Ya que la justicia de Cristo es puesta en nuestra cuenta, y la expiación de Cristo paga por nuestro registro de pecados; es como si Dios el Padre, sentado en la silla de juez, con toda la evidencia delante suyo, ya no puede encontrar ningún registro de pecado en contra nuestro. Así que golpea con su martillo y nos dice: estás justificado.
Esto es más que ser liberado… esto significa que su pena ha sido borrada de su biografía. Su registro es impecable en Cristo.
Hace varios años estaba conduciendo en la autopista en otra ciudad. Iba 10 km/hr más rápido de lo que pensaba que iba. Estaba conduciendo un vehículo prestado que tenía unas ruedas más grandes que las originales de fábrica. Esto evidentemente provocó que el velocímetro estuviera descalibrado. Entonces, en lugar de ir a 110 km/hr por hora, iba a 120 km/hr; lo que fue realmente malo porque había entrado a un municipio donde el límite de velocidad acababa de caer de 100 a 90. Y quizás este pensando, ¿por qué estaba apuntando a ir a 110? Eso no es parte de la ilustración, así que sigamos con la historia.
Obviamente estaba en problemas – me detuvieron yendo 35 km por encima del límite de velocidad.
Así que elegí aparecer en la corte. Esperaba pagar una multa y cruzar los dedos para que mi seguro se dispare.
Esa tarde, mientras estaba en la fila con todos los demás conductores, la sala del tribunal se parecía más a un salón de clases; de hecho, el juez estaba sentado en una mesa plegable con una pila de papeles encima.
Me llamaron, el juez me preguntó qué vehículo conducía y yo le dije. Para mi sorpresa, él solo me hizo pagar la multa y mantuvo la falta fuera de mi registro – algo que luego aprendí es un recurso legal en el lugar donde vivo.
Luego me miró y me dijo: “Señor, le estoy haciendo un gran favor.” Yo no había dicho absolutamente nada. Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo en ese momento.
Él me entregó un trozo de papel y nuevamente dijo: “Le estoy haciendo un gran favor.” “Gracias, señor” le dije y caminé hacia la puerta. Cuando abrí la puerta, me gritó: ¡Le estoy haciendo un gran favor!”
Permítame decir esto: hacerme un gran favor y declararme justo son dos cosas completamente diferentes.
Incluso ese recurso legal que mantiene su falta fuera de los registros no es lo mismo.
Para que ese juez realmente me justificara, en el sentido bíblico de la palabra, él me tendría que habría dicho: “Has cometido un delito. Ahora, escucha, voy a tomar este informe policial, borrar tu nombre y escribir el mío tu lugar. Pagaré la multa y agregaré la penalización a mi historial, y usted puede tener mi historial de manejo impecable porque nunca violé la ley.
Así es como Pablo definió la justificación cuando le escribió a los creyentes en Colosas, Y a vosotros, estando muertos en pecados… Dios (el juez) os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria – esto es, nuestro historial criminal – quitándola de en medio (¿cómo?) clavándola en la cruz (Colosenses 2:13, 14).
En otras palabras, Dios cambio los nombres en hoja de antecedentes penales. El nombre de Cristo fue escrito en la parte superior del registro de todos sus pecados; Jesucristo se convirtió en el criminal condenado y nosotros nos convertimos en perfectos cumplidores de la ley con su perfecto registro atribuido a nuestro nombre.
Esto es justificación:
- Él tomó nuestra vileza y nos dio su virtud;
- Él tomó nuestra perversión y nos dio su pureza;
- Él tomó nuestro registro de pecado y nos dio su registro de impecabilidad.
Hemos sido emboscados por la gracia de Dios.
Y eso no es todo. Pablo tiene una cosa más que decir en esta larga oración.
- No solo tenemos un Redentor sobresaliente;
- No solo se nos ha dado una redención sobresaliente;
- No solo estamos bajo una reconstrucción sobresaliente;
En cuarto lugar:
-
Nos han prometido una recompensa sobresaliente
Pablo escribe aquí en Tito 3:7, 7 para que, justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Para que seamos herederos reales de Dios. Y el tiempo verbal nos indica que esta herencia ya nos pertenece – otorgada en el momento de la regeneración, para que la experimentemos plena y literalmente en el futuro.
Querido oyente, nosotros no solo somos ciudadanos del [Reino] venidero de Dios, somos copropietarios. ¿Qué le parece esa gracia?[xi]
Por eso hoy, todos los creyentes podemos cantar con gratitud:
En densa oscuridad vagué
Perdido en el error
La senda vana del placer
A muerte me llevó
Siendo rebelde a Tu voz
Quisiste amarme así
De no haber sido por Tu amor
Aún huiría de Ti
En rumbo a mi perdición Indiferente aún
De mí tuviste compasión
Me guiaste a la cruz
Y contemplé tu gran bondad
Sufriste Tú por mí
Al Tú morir en mi lugar
Tu gracia recibí
¡Aleluya!
Mi vida es Cristo[xii]
Gloria a Dios, ¡Hemos sido emboscados por su bondad y por su gracia!
Este manuscrito pertenece a Stephen Davey
© Copyright 2012 Stephen Davey
Todos los derechos reservados
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[i] PreachingToday.com/Anonymous Donor Pays off Students’ Debts (4/19/2010).
[ii] V. Raymond Edman, But God! (Zondervan, 1962), p. 13.
[iii] John A. Kitchen, The Pastoral Epistles for Pastors (Kress Christian Publications, 2009), p. 551.
[iv] Ibid.
[v] Cleon Rogers Jr. & Cleon Rogers III, The New Linguistic and Exegetical Key to the Greek New Testament (Zondervan, 1998), p.511.
[vi] John Phillips, Exploring Ephesians (Loizeaux Brothers, 1993), p. 64.
[vii] Adapted from David Campbell, Opening Up Titus (Day One Publications, 2007), p. 102.
[viii] D. Edmond Hiebert, Titus and Philemon (Moody Bible Institute, 1957), p. 70.
[ix] Kitchen, p. 533.
[x] William Barclay, The Letters of Timothy, Titus and Philemon (Westminster Press, 1975), p. 262.
[xi] Charles R. Swindoll, Insights on 1 & 2 Timothy, Titus (Zondervan, 2010), p. 308.
[xii] 2008 Sovereign Grace Praise (BMI), by Jordan Kauflin.