Recientemente me preguntaron lo siguiente: “Necesito hablar con un amigo sobre el pecado en su vida. ¿Qué consejo me podrías dar?”
¿Alguna vez le ha sucedido? Abordar el pecado en la vida de un hermano creyente es un asunto delicado que requiere sabiduría, humildad y amor. A continuación le ofrezco algunos consejos para abordar este tipo de conversaciones con gracia y verdad.
1. Autoexaminación: Comience con oración y autoexaminación. Reflexione sobre su propia vida y sus pecados antes de acercarse a otra persona para hablar de los suyos. Ésta es la esencia de quitar la “viga” de su propio ojo. Se trata de reconocer sus propias imperfecciones y la necesidad de la misericordia de Dios. Este proceso no sólo prepara su corazón sino que también alinea sus motivos con la búsqueda del bien de la otra persona en lugar de demostrar su superioridad moral.
2. Ora pidiendo orientación y la actitud correcta: Ore no sólo por si mismo sino también por la persona con la que desea hablar. Pídale a Dios que prepare sus corazones para la conversación y que les brinde sabiduría y gentileza en su enfoque. La oración puede transformar su perspectiva, ayudándole a ver a la persona a través de los ojos de Dios, como alguien profundamente amado y valorado.
3. Construya sobre la base de una relación: asegúrese de que su relación se base en el respeto y el amor mutuo. Es más eficaz hablar sobre la vida de alguien cuando se tiene una relación genuina y afectuosa con esa persona. Las personas están más abiertas a escuchar cuando saben que se les valora más allá de sus defectos.
4. Hable la verdad en amor: Efesios 4:15 nos instruye a hablar la verdad en amor, creciendo en Cristo en todos los sentidos . Cuando aborde el pecado de alguien, hágalo con un espíritu de gentileza y bondad, siendo honesto pero compasivo. su objetivo debe ser la restauración y el aliento, no la condenación (Gálatas 6:1).
5. Utilice las Escrituras de manera apropiada: comparta principios bíblicos relevantes relacionados con el tema, pero hágalo con cuidado. Las Escrituras no deben usarse como un arma sino como un espejo, que refleja tanto nuestra necesidad como la de otra persona de la gracia de Dios. Es la fuente de sabiduría y guía para todos los aspectos de la vida.
6. Reconozca sus propias luchas: sea transparente acerca de sus propias luchas y de la gracia que Dios ha tenido con usted. Esto no significa que tenga que divulgar cada detalle de su vida, pero reconocer que también usted es un trabajo en progreso puede hacer que la conversación sea tenga un tono menos crítico y su amigo pueda identificarse más con usted.
7. Escuche más de lo que habla: déle a la persona espacio para compartir su perspectiva y sentimientos. A veces, el acto de escuchar puede ser más poderoso que cualquier palabra que pueda decir. Demuestre que lo respeta y está realmente preocupado por su bienestar.
8. Fomente el arrepentimiento y busque la restauración: El objetivo final de abordar el pecado debe ser el arrepentimiento y la restauración: volver a Dios y reparar la relación entre el individuo y su Creador. Anímelo a buscar el perdón de Dios y a confiar en Su fuerza para vencer el pecado.
9. Ofrezca su apoyo: Ofrezca apoyarlo en su viaje de arrepentimiento y sanación. Esto podría significar orar por ellos con regularidad, controlar su progreso o ayudarlos a encontrar recursos de consejería bíblica
Acercarse a alguien para hablar acerca de su pecado nunca es fácil, pero puede ser una gran oportunidad de crecimiento y sanación cuando se hace con humildad y amor. Recuerde, el objetivo no es juzgar ni condenar sino restaurar y elevar, guiados por la sabiduría y la gracia de Dios.