“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”
Lucas 22:20.
¿Alguna vez se ha preguntado qué significan estas palabras de Jesús? “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”. Ahora bien, hay tal profundidad en esta pequeña frase que, de ninguna manera, veremos todo lo que implica en este breve tiempo devocional. Lo que vamos a hacer es simplemente reflexionar en esa frase; y la forma en que lo haremos es respondiendo cuatro preguntas simples.
- ¿Qué es un pacto?
- ¿Qué era el antiguo pacto?
- ¿Qué es el nuevo pacto?
- ¿Qué significa el nuevo pacto en Su sangre?
¿Qué es un pacto?
Un Pacto es similar a un acuerdo o un contrato, pero es mucho más que eso. No es firmar un papel para asegurarse de que la otra persona hará lo que prometió. Un pacto es una relación que comienza con un juramento solemne prometiendo que será leal a la otra persona en las formas que defina en el pacto.
Jesús dice que la copa representa un pacto, el nuevo pacto; lo que nos hace preguntarnos, ¿hubo un antiguo pacto? Si lo había.
Eso nos lleva a nuestra segunda pregunta.
¿Qué era el antiguo pacto?
Encontramos la respuesta a esta y al resto de nuestras preguntas en el Libro de Hebreos, que habla mucho sobre el antiguo y el nuevo pacto.
En Hebreos 9:18 leemos que: el primer (antiguo) pacto fue instituido con sangre. Y ¿Cuándo ocurrió esto exactamente? El versículo 19 dice que ocurrió: “Habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo…” Entonces, el Antiguo Pacto se refiere al Pacto Mosaico, también conocido como “la ley” que incluye los 10 mandamientos.
Continuemos leyendo en el versículo 19:
…Moisés tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Ya que Dios es santo y el ser humano pecador, Dios estableció los términos para acercarse a Él. Si una persona quería tener una relación con Dios y ser perdonada, necesitaba traer un sacrificio al templo y pasar por todo el sistema descrito en el pacto.
Pero ahora, Cristo ha traído un nuevo pacto que reemplaza al antiguo, lo que nos lleva a nuestra tercera pregunta:
¿Qué es el nuevo pacto?
Hebreos también nos explica eso. En 9:12-14, leemos que:
Cristo entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Entonces, en este nuevo pacto, esta nueva relación, Cristo promete el perdón final de los pecados y la limpieza a través de Su sacrificio, a través de su propia sangre, a todos los que vienen a Él en arrepentimiento y fe.
¿Qué significa el nuevo pacto en su sangre?
Esta frase significa que la copa de la Santa Cena representa esta nueva relación bendita que tenemos en Cristo, esta nueva relación que fue inaugurada y es solo posible a través de la sangre que Cristo derramó en la Cruz por nuestros pecados.
¿Y qué significa esto en la práctica para nosotros que disfrutamos de esta relación al poner nuestra fe en Él?
Hebreos 10:22-25 nos dice que, ahora, podemos y debemos:
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“Acercarnos a Dios con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
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“Mantener firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
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“Y Considerarnos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Y para usted, que aún no se ha arrepentido de sus pecados y; por lo tanto, todavía es un enemigo de Dios, esto significa que existe un camino para que pueda reconciliarse con Dios. ¡Cristo abrió ese camino a través de su bendito e infinitamente costoso sacrificio! Así que no siga pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad. ¡No pisotee la sangre del pacto!
Arrepiéntase y ponga su fe en el único camino, la verdad y la vida y disfrute del perdón que Él proveyó para usted a Sus propias expensas.
Este devocional pertenece a Daniel Kukin.